Capitulo 4: Mi Nueva Vida… Junto A Ti…
-tu… ¿Qué haces aquí?- pregunto con asombro e incredulidad
-tal parece que te has recuperado de esa herida, Roronoa…-contesto con voz calmada y sensual por naturaleza aquella misteriosa figura.
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-¿Mihawk?- el peli verde estaba confuso, no entendía que pintaba su maestro en todo eso
-así es, Zoro. Él es un viejo amigo mio y le deje a cargo de mi casa durante el tiempo que estuve fuera- respondió el rubio mientras tomaba asiento y le explicaba lo ocurrido- cuando me entere de que ustedes ya se conocían, no me lo había podido creer. Así que le pedí si podía cuidar de ti hasta que volviera-
-¿Por qué… hiciste eso…?- Zoro no entendía aunque sabía sus motivos para hacerlo. Pero ¿Por qué tanta preocupación? Había algo que no encajaba en todo ese asunto…
-porque te amo- contesto con simpleza, depositando un casto beso en sus labios
En esos instantes, el joven espadachín no podía más de la vergüenza. No era a primera vez que se besaban, pero si la primera en publico. Para su sorpresa, ninguno de los presente reprobó aquel acto, es mas, gran parten de ellos les sonrió con confianza y comprensión; aunque, pensándolo mas fríamente, ellos tal vez si supieran de los gustos de su amigo o simplemente era mas abiertos de mente y no les importaba algo tan trivial como una relación entre hombres.
El resto de la cena charlaron con calma, en donde Sanji les había presentado a los demás miembros de su ‘‘nueva familia’’. El chico moreno, que tal y como había escuchado antes era un excelente doctor, quien se había encargado de su herida y de haberle cuidado durante su inconciencia. Se llamaba Law, según había entendido, y era bastante callado pero agradable.
El pelirrojo se llamaba Kidd, un chico unos años mayor que el y de carácter algo tosco pero bromista, y que según se había enterado por su rubio, era la actual pareja del medico
La ultima, la chica de cabello negro, se llamaba Robin. Tal parecía que era una especie de hermana para su novio, bastante atractiva e inteligente, pero a pesar de todo, el peli verde se sentía en plena confianza con todos los presentes. Les hablaba con naturalidad poco propia en el, un sentimiento tan extraño como familiar, pero le agradaba. Por primera vez, en mucho tiempo, sentía que ese en verdad era su lugar. Estar sentado en aquella mesa degustando aquellos platillos que con tanto esmero Sanji había preparado, charlando y riendo con todos sin preocupación alguna. Inclusive con su profesor Mihawk, con quien no solía cruzar mas de tres palabras juntas, ahora le bromeaba abiertamente… se sentía como e un sueño del que nunca quisiese despertar
Es que era tan perfecto, pero por sobre todo, ver a su rubio sonreírle con tanto amor le llenaba. Sin el nada de lo que estaba viviendo ahora seria posible….
Al término de la cena, Sanji le había pedido que se retirara a su habitación porque necesitaba hablar unos asuntos con los demás, pero que le acompañaría apenas se desocupase. El peli verde se despidió de todos, dándoles las buenas noches y dirigiéndose a su cuarto con una sonrisa de oreja a oreja. Desde ese día, nada ni nadie le impediría ser feliz junto a los que quería… pero estaba tan feliz por lo que estaba ocurriendo que no había notado el tinte de dolor que teñía los hermosos orbes de su amado.
Mientras tanto, Sanji se encontraba contándoles a los demás sus planes futuros. No hubieron quejas ni preguntas, sabían que lo que hacia tenia un fin justificado, pero aun más que eso: se lo merecía. Había sufrido tanto durante esos años para alcanzar lo que hoy tenia que ninguno de los presentes le podía juzgar ¿Que se habían cometido errores? claro que era cierto. No todo siempre había marchado a la perfección como ocurría ahora pero era mejor prevenir que curar, no querían que la historia se volviese a repetir, no cuando el destino estaba dándoles a todos, no solamente al chico, sino que a todos una segunda oportunidad para alcanzar aquella felicidad con la que tanto habían soñado desde que ‘‘eso’’ había ocurrido.
-¿estas seguro de querer hacer eso, ni-chan?-pregunto una dulce voz, sin poder ocultar el tono de nerviosismo, culpabilidad y dolor en el
-claro que si, preciosa- Sanji abrazo a la peli azul con fuerza, haciendo todo lo posible por calmarla. Sabia que debía ser duro para ella, tan solo hace unas horas se había enterado de todo- estoy mas que dispuesto si se da la oportunidad. No solo lo hago por el, lo hago por todos ustedes, que me han apoyado y me han cuidado, ahora debo ser yo quien page por mis errores e intente revertir en lo que me convirtieron. Aun tengo una oportunidad, no pienso desaprovecharla- se separo de la chica y le beso tiernamente la frente- Con lo que has hecho, me vasta y me sobra. Gracias por todo, pero por ahora, iré con el marimo que debe andar perdido por la mansión-
Apenas Sanji había desaparecido de su rango de visión, Kuina colapso, siendo consolada por la morena. Sabia que todos sentían ese mismo dolor, y ella ahora también lo entendía. Entendía los motivos, pero también quería ayudar a su ‘‘hermano mayor’’ a sobrellevar aquella dura carga…
-¿Por qué tiene que ser así…?- pregunto desconsolada, como si de esa forma pudiese hallar tan anhelada respuesta
-porque él es el único que puede salvarle, que puede salvarnos… es el único que tiene el destino en sus manos desde ese día. Por eso te lo conto antes que a Zoro, porque él puede que empiece a recordar y prefiere que lo vaya recordando de a poco que de un tirón. Solo basta ver el estado en que has quedado, solo imagina en que estado quedaría el… a Sanji no le es fácil decirlo, ni mucho menos a nosotros. Decirle todo lo que ese chico ha hecho solo por su bienestar, que el muy idiota se quiere volver a sacrificar por mantenerle vivo a el…-contestó el oji miel- a veces, no se quien de los dos es mas estúpido. Si Roronoa por morir primero o nuestro jefe por quererlo hacer después. Nada de l que digamos va a cambiar su decisión, que aunque nos cueste aceptar, es la correcta. Pero el mismo lo dijo, aun hay una oportunidad, y debemos ayudarle a que la historia no se vuelva a repetir, pero esta vez con los papeles invertidos…-culmino con severidad, a lo que los demás hicieron un ligero asentimiento como muestra de su determinación
En el sector opuesto de la mansión, se encontraba un peli verde en ciertos aprietos. Al principio, había llegado al segundo piso de esa casona sin mucha novedad, pero luego de eso había terminado en una sencilla habitación en uno de los lugares más aislados de ese sector sin saber muy bien como había llegado hasta ahí. Con la curiosidad carcomiéndole y la adrenalina en sus venas, se había dirigido a una de la puertas que estaba entre abierta, la cual daba a unas escaleras caracol. Asombrándose enormemente ante su descubrimiento, las siguió hasta toparse con una trampilla que abrió con la misma curiosidad inicial: esta daba al techo de la mansión, formando una especie de balcón que daba vista a todo el jardín trasero y al hermoso cielo estrellado, del cual se apreciaba la luna llena y sin atisbos de ninguna nube en su firmamento.
-con que aquí estabas, no esperaba que fueras tu precisamente quien encontrara este lugar. Me arruinaste la sorpresa, quería mostrártelo yo- comento una voz muy cerca de el
Se giro solo para comprobar que era Sanji, quien tenia una cara de fastidio y hacia unos leves pucheritos a causa dela molestia. Zoro no pudo contra esa visión, era demasiado tierna para resistirse. Así que, sin pensarlo mucho, empezó a besarle cada vez con mas intensidad, sintiendo como un calor se apoderaba de su cuerpo y unas ansias hambrientas nacían desde lo mas profundo de su ser. No sabia porque se sentía así, pero cada vez que estaba con el rubio las cosas pasaban de ese modo, rápidas y esporádicas, intensas pero a la vez tan llenas de amor que lo sobrepasaban. Sin saber porque, Sanji se apartó de su cuerpo mirándole de una forma extraña que no supo interpretar, pero se calmo cuando ese le rodeo con sus brazos y le besaba cerca de la comisura de sus labios.
-aun es muy pronto Zoro, no estas preparado- le dijo con dulzura, sin dejar de mirarle a los ojos
-claro que no, ya no soy un niño y lo sabes, se lo que quiero… y yo quiero vivir al máximo contigo. Entregarme a ti es una de las cosas que siempre soñé- reprocho el aludido
-no me refiero a eso. Me refiero a tu condición. No es por tratarte como un niño, porque sé que ya eres un hombre, pero tu herida aun no ha sanado del todo y prefiero esperar a que estés completamente sano. Entiéndeme tú también- explico ante las quejas de su amado
-esta bien. Sé que cumplirás tu promesa, he esperado diez años por esta nueva vida, aquí a tu lado. Podre esperar algunos días mas- cerro los ojos, sintiendo como el sueño le empezaba a vencer lentamente cuando sintió como Sanji le alzaba a pulso entre sus brazos al estilo nupcial- ¡¿Qué haces?! ¡Bájame!-
-no te pienso bajar. Es hora de que te lleve a tu habitación, debes de estar cansado y si te duermes aquí te podrías resfriar- llego a su cuarto y le bajo, pero se extraño de que el peli verde desviara su vista, como si estuviese evitándole- ¿ocurre algo?-
-no, no es nada… solo que, aun no me acostumbro a tantas atenciones por alguien- sus mejillas se tiñeron de un leve carmín- pero si no te molesta… ¿podría dormir contigo? Es que me siento muy protegido a tu lado y ya sabes que…- su balbuceo fue cortado por un nuevo beso, que fue finalizado al sentir la mullida cama bajo su espalda y como era tapado por las mantas, brindándole calor y seguridad
-sabes que si, mi niño. Ni falta de hacia pedirlo- se acostó a su lado y le abrazo por la espalda- sabes que lo que necesites, lo que quieras o te haga falta te lo cumpliré. Quiero mimarte y protegerte como te lo prometí… quiero pasar todo el tiempo que pueda a tu lado. Quiero hacerte feliz ahora que estamos juntos de nuevo, iniciar una nueva vida tal y como lo dijiste
-entonces ámame como yo te amo, no pido nada mas-cerro los ojos nuevamente- Buenas noches Sanji…-
El peli verde cayo rendido ante el cansancio, per manteniendo aun esa sonrisa de felicidad en su rostro. Sin saberlo siquiera, su acompañante también había sonreído de igual forma
Cuanto echaba de menos esas dulces palabras, cuanto las había necesitado todo ese tiempo… y esa sonrisa que le llenaba el alma. La última vez que la había visto le había dejado un mal sabor de boca. Verle sonriendo a pesar de la sangre que se deslizaba por sus heridas, verle pidiendo que fuese feliz a pesar de su ausencia, que siempre le amaría… Si supiera cuanta razón tenia, que luego de haberle encontrado, los sentimientos de ambos seguían intactos, como la primera vez en que se habían visto. Ya no tenia dudas, haría lo que hiciese falta por mantener esa sonrisa, por ser el quien le protegiese esta vez…
Y así, con eso pensamientos, cayo rendido con el cuerpo de su amado entre sus brazos…
Tsusuku (o tal vez no xD)