—¿Me estás jodiendo verdad Yuu?— lo miraba con sorpresa el más alto, sin poder creer que el mayor no viera a ese chico al frente suyo, sus ojos no lo engañaban, además Uruha estaba seguro de haberlo tocado, y más encima ahora el pelirosa le salía con esas— vamos Aoi, no juegues, es broma ¿verdad? — se le acercó nervioso al confundido mayor que no entendía la cara de pánico que se empezaba a formar en Uruha y porque lo miraba ahora como si fuera un bicho raro—mierda Aoi para ya con tu broma, me estás asustando, ¡¿cómo que no puedes ver al chico de ahí?!
—Es que yo no veo a nadie Uru...en serio, ¿no estás borracho?
—Maldición ¡otro más que me dice eso! No estoy borracho Aoi, parece que tú eres el que lo estás que no puedes ver la persona que está enfrente en nuestro y que me está haciendo pasar la peor vergüenza de mi vida…y no me mires con esa cara , no estoy borracho ni menos loco
—No he dicho que estés loco Shima—suspiró cansado—Pero ahora seriamente lo estoy pensando, en serio que no hay nadie ahí
—¡Y yo te dije que pararas con tu broma, joder! —gritó Uruha remeciendo molesto al mayor al ver la cara seria con que éste hablaba, la broma ya había ido demasiado lejos, no podía estar tan loco de imaginarse a un chico ¿no? ni muchos menos a un ….¿fantasma? ¡¿estaba viendo un fantasma?! Pero si lo había tocado o no?, esperen…ya ni lo recordaba por el pánico que lo estaba invadiendo.
Mientras tanto Tora veía la escena algo alejado, le ponía triste la situación que estaba viviendo ese chico castaño, que nadie le creyera ni reconociera su don, aunque claro Uruha aún no sabía nada de eso. En un momento Tora recordó su niñez, el pelinegro le contaba a sus padres y familiares las historias de los espíritus que estaban y hablaban con él, lo único que logró con eso fue que lo llevaran a un psicólogo y hacer preocupar a sus padres pensando que ya tendrían que internar a su hijo al ver que seguía viendo esos “seres imaginarios” según ellos.
Entendía a ese chico llamado Uruha, él mismo hubiera enloquecido si no tuviera a nadie que le creyera, no habría sobrellevado su don sin el apoyo de su querido abuelo, tal vez porque venía del occidente y tenía la mente más abierta a creerle, o tal vez solo fingía para no hacerlo sentir mal, fuera lo que fuera, gracias a eso Tora había llevado una vida sin preocuparse del porqué veía a esos espíritus y no haber entrado en la desesperación de ser el único que los viera.
—En serio que no hay nadie delante nuestro Uru— le explico serio el pelirosa, viendo como su amigo ya empezaba a asustarse, él no le estaba jugando ninguna broma y le preocupaba que Uruha estuviera viendo a ¿un chico? Eso había dicho, pero por más que intentaba enfocar la vista a ese punto que le señalaba no veía nada—Ok...mira Shima, tranquilízate ¿bien? debes estar cansado por la mudanza y todo eso, yo me voy adelantando a la reunión si? Tú respira un poco, relájate y si tomaste pues, te vas a casa
—¡que no estoy borracho Shiyorama Yuu! —gritó molesto de que Aoi lo tratara como un ebrio a media tarde que tenia alucinaciones— tú eres el ciego que no ve nada y me estás encabronando con esa actitud de hacerme sentir el que se está imaginando cosas
—¡Tú eres el que me está cansado a mí! ¿Y sabes qué más? Te dejo solo para que puedas hablar con tu alucinación, yo me largo
—¡¿Qué?! ¡¿A dónde crees que vas?! Te vas porque ya descubrí tu broma, cobarde? Lo conoces ¿conoces a ese chico? ¡Lo sabia! —concluyó riéndose el más alto, mientras el otro cansado ya se comenzaba a alejar que pensara lo que quisiera, él no estaba de humor para las tonterías que se le ocurrieran a Uruha.
Mientras tanto, para Shima, algo en su mente le pedía una explicación para no caer nuevamente en el miedo, por eso ideó esa hipótesis que salió de la nada, pero que lograba a aferrarlo a que no estaba viendo alucinaciones, una broma de Yuu, era lo único que explicaba esta situación, pero Aoi no le hacía ni caso, si no que terminó por largarse y desaparecer por las escaleras dejándolo solo y recién ahí pudo darse cuenta en la situación que estaba…se había quedado completamente solo con ese espécimen o lo que fuera que estaba viendo, porque si Aoi no lo hubiera saludado, dios…en realidad si estaba viendo un fantasma, en estos momentos la hipótesis que se había planteado Uruha pendía de un hilo, el miedo que sentía ahora lo hacía dudar, no podía quedarse solo con ese chico—Cielos..Yuu..espérame yo
—Así que de verdad estas vivo… vaya pero que sorpresa!
La sorpresa se la llevó el castaño que gritó aterrado al ver que ahora el chico estaba a sus espaldas, ¡¿en qué momento se había movido tan rápido?! Mierda, más encima estaba tan cerca, un miedo enorme lo envolvió ya no podía darse una explicación de cómo ese pelinegro se movió tan rápido, así que…¿de verdad estaba viendo a un fantasma? pero se veía tan real…o tal vez si se estaba volviendo loco o el pequeño vasito de sake que se había tomado antes de venir acá lo había afectado demasiado.
Por su parte Tora no podía estar más sorprendido, al igual que Uruha… bueno, en realidad el pobre castaño estaba aterrado y cada paso que daba el más alto para acercarse el otro lo retrocedía, pero esto no le importaba al pelinegro, le sorprendía la habilidad que tenía el menor con su don, no solo podía ver espíritus como él, sino también podía tocarlos, a su edad era algo increíble, tenía tantas preguntas que hacerle que no se contuvo, ni siquiera por el miedo que sentía el otro.
—¿y dime es la primera vez un espíritu? ¿Cómo es que puedes tocarlos? ¿Algún secreto?— Tora seguía bombardeándolo con preguntas, estaba tan emocionado que no se daba cuenta que tenía a Uruha todo arrinconado y muerto de terror mirándolo- ¡Oh ya sé! vienes de una familia de sacerdotes, O tal vez seas una especie de alma poderosa reencarnada, un monje budista o un samurai ¡eres Nobunaga!
“Bla,bla,bla,”….el menor no podía procesar lo que “esa cosa” le estaba preguntando, lo único que tenía en la cabeza era alejarse cada vez más de él, lo que le decía el pelinegro era como si le estuviera hablando otro idioma, cielos…y él que solo quería tener una mudanza tranquila y ahora le salían con éstas.
—oye, oye ¿me estás escuchando? —se preocupó Tora al ver que la cara del menor no había cambiado, parecía que se hubiera ido de este mundo y cuando vio que ya no tenía más espacio para retroceder pues llegó a la pared, Uruha lo miró con horror, como si lo fuera a matar— oye…tranquilo no te haré nada— le acarició la cabeza para tranquilizarlo y Uruha dejó escapar un pequeño quejido de susto, pero su cara cambió por completo a una de sorpresa
—tú...me me me .. me tocaste…¡me tocaste! —rió de la felicidad al descubrir que no estaba loco, ese pelinegro podía tocarlo, no era su imaginación, no era un fantasma que lo llevaría al infierno, ni uno de esos entes que aparecían en las películas de terror, era un chico común y corriente como él— gracias a Dios, que aliviado estoy, pensaba que moriría— suspiró aliviado dejándose caer por la pared y tratando de recuperar su frecuencia cardiaca normal, si que se había llevado un buen susto, de seguro ese pelinegro había confabulado con Aoi para hacerle semejante bromita, ya se las pagaría.
—bueno, me alegro que ahora estés más tranquilo- le sonrió un poco confundido por la razón de que el otro se hubiera tranquilizado, pero al menos así podía hablar calmadamente con él, tenía una gran curiosidad con ese castaño y su gran don—oye como te decía, tú
—¿cómo te llamas? —le pregunto interrumpiéndole el castaño ya respirando más normal y levantándose
—me dicen Tora pero
—Tora eh? Que apodo más raro, tampoco recuerdo que Yuu lo haya mencionado antes—recordó pensativo, se supone que él conocía a todos los amigos del pelirosa, muy astuto por utilizar a alguien que no conociera—esta me la pagas Shiroyama— maldijo dispuesto a encarar al mayor por su estúpida broma
-¡oye espera! ¿a dónde vas?
—Tengo que decirle unas cuantas cosas a ese desconsiderado, por su culpa casi me da un infarto— le contestó molesto— y tú no deberías seguirle los juegos a ese Shiroyama, es un demente, espérame aquí, luego tú y yo hablaremos “don amiguito misterioso de Aoi” —ordenó mientras salía y bajaba por las escaleras para dirigirse a la sala de reuniones donde se estaba llevando a cabo la junta de vecinos, no le importaba poner en vergüenza a Aoi, pero de él nadie se burlaba.
—Pero yo no conozco a ningún Aoi- dijo para sí mismo Tora, al parecer el pobre castaño se había confundido—de seguro piensa que soy una persona común y corriente y eso es porque pudo tocarme, lo cual es extraño—se decía pensativo— pero por su forma de actuar está claro que jamás ha tenido un contacto con el mundo espiritual
—es algo obvio Tora-san, al pobre pareciera que lo fueras a violar
El pelinegro se dio media vuelta para encontrarse con otro de los residentes del edificio y también su mejor amigo, un castaño claro alto y de ojos más grandes que los de un japonés promedio que lo miraba sonriente.
—Kohara, ¿estuviste mirando todo el rato? — se acercó a saludarlo
—la verdad sólo los escuche, si me hubiera aparecido de la nada el pobre chico se hubiera desmayado—rió recordando la cara de terror que ponía Uruha—En serio Tora te pasas de desconsiderado, más encima acercándote de esa manera, es que acaso nunca viste películas donde lo que la mayoría de la gente piensa de nosotros
—pero ahí está el problema Shou, yo no soy un espíritu tal, además él me pudo tocar ¿ves?
—vaya, eso sí es raro, de seguro tiene tu mismo don, pero de un modo más avanzado ¿no lo crees?
—Tal vez, pero tengo que comprobar si sólo puede hacerlo conmigo o con los demás espíritus también— miró sonriente a su querido amigo
—ok, ok, no me gusta esa mirada ¿en qué estás pensando Amano-san?
—acompáñame hablar con ese chico de nuevo
—¿eh? ¡¿Estás loco?! Deja que se tranquilice un poco, el pobre cree que estás vivo imagínate la impresión que se llevará al ver a “dos fantasmas” en frente suyo, mínimo explícale tu situación y cuando lo haya entendido me llamas a mí ¿de acuerdo?
—Está bien, está bien, tampoco quiero provocarle un infarto, es solo que quiero hablar lo más pronto posible con él, por ahora me dijo que lo esperara aquí
—ahh, me perdí de esa parte ¿dónde dijo que iba?
—Cree que soy amigo de su novio y le jugué una broma pesada, dijo que iba a ir a reclamarle
—¿y dónde vive el novio ese?
—vive con él, son los nuevos vecinos, creo que están en la reunión ahora—explicó tranquilo pero de pronto se dio cuenta en la cara de nerviosísimo que ponía el más bajo—¿qué pasa? ¿Dije algo raro?
—Tora…tú…¿no recuerdas quién va estar en esa reunión también?
—¿quién? ¿quién estará? — preguntó confuso tratando de hacer memoria hasta que por fin aparecio una pequeña luz en su memoria sabiendo a quien se refería Shou—¡mierda! ¡Lo olvidé! ¡Shinji!
—ahora sí que al pobre chico le dará un paro cardiaco, ¡ve con él antes que entre a la reunión!- le gritó el castaño desde lo lejos mientras veía como su amigo ya corría en dirección a la sala, no podía dejar que Uruha viera a su cuerpo moviéndose solo, no sin antes explicarle todo, el pobre no resistiría un trauma por segunda vez-.
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—¡Estúpido Shiroyama! ¡Estúpido Aoi! ¡Estúpido mono! Ese imbécil me va a tener que oír—hablaba furioso mientras bajaba esas interminables escaleras, maldita la hora en que el ascensor se había descompuesto, con todo el susto que tuvo ya no le quedaban muchas energías para caminar, pero todo lo valía con tal de darle su merecido al retardado de Aoi.
Para su buena suerte no demoró mucho y llegó a la sala de juntas, no le importó no tocar la puerta y entrar como si nada, sorprendiendo a la multitud, y justamente Aoi estaba al frente junto al conserje, de seguro presentándolo a la comunidad; perfecto, el ridículo de Aoi sería público, le daría un puñetazo frente a todos para que se dejara de bromitas estúpidas que afectaban su corazón, eso le pasaba por comportarse como un crío, allá veía Aoi como se recuperaba del golpe y la humillación que le iba a dar, pero de pronto, sus planes se fueron a la basura cuando su mirada se dirigió a la última fila del lado izquierdo, allí estaba sentado el chico que había visto antes! ¡no podía ser! En ningún momento lo vió bajar las escaleras y era imposible que usara el ascensor en mal estado ¿Cómo mierda había llegado a ese lugar antes? y más encima se había cambiado de ropa! Hasta de peinado! Hasta llevaba unos lentes de leer! Mierda…mierda y más mierda…¿de verdad se había vuelto loco? ¿”Eso” que estaba sentado en el rincón era real?
—ahh Shima hasta que llegas— lo saludó Aoi acercándose a su compañero para presentarlo con los vecinos, pero el traumado castaño paso frente suyo sorprendiendo a todos, parecía un robot moviéndose hacia el despreocupado pelinegro que miraba su celular, mientras Uruha parecía todo un maniático con esa cara de loco y apuntándolo con el dedo.
—Tú…tú..tú..no puede ser..tú estabas..arriba..yo yo te vi allá—tartamudeaba apenas, examinado cada uno de los movimientos del mayor
—disculpa, ¿te conozco? — lo miró extrañado Shinji, pero no estaba sorprendido como toda la gente que estaba en ese lugar, el pobre Uruha parecía un loco salido de un manicomio
—¡tú..tú! ¡yo te vi arriba! ¡Estabas arriba!, ¡¿cómo mierda llegaste aquí?!
—ey, Uruha tranquilízate— lo agarró Yuu del brazo viendo que en cualquier momento el más alto haría alguna estupidez— estás asustando a todos acá, ¿no has dormido bien cierto?
—¡joder Yuu, para ya con esto! ¡Ya has ido demasiado lejos! No sólo conseguiste un tipo para hacerme quedar como lunático sino que contrataste gemelos!
—¡¿ehh?! ¿Gemelos? —exclamó toda la gente confundida sobretodo Aoi que no sabía de qué mierda le hablaba Uruha
—¡sí , gemelo! Es la única explicación que le encuentro, este tipo de acá y el de allá arriba son iguales! Al final pude descubrir toda tu artimaña Aoi, ¿creías ser más listo que yo, pero me adelanté— reía confiado el castaño y nadie quitaba la cara de sorpresa que tenía el pelirosa y los demás vecinos— querías hacerme quedar como un loco, ¡pero no lo lograste Yuu!
—Más bien lo está haciendo el solito – le susurró el conserje a una vecina, mientas Aoi sentía que tenían toda la razón, Uruha estaba actuando como un loco
—En serio Shima, no sé de qué mierda hablas
—te digo que éste tipo tiene un gemelo, que ustedes tres me jugaron esta broma y
—¡oye espera tengo que decirte al….go
Al sólo escuchar esa voz Uruha se volteó sorprendido, ¡era él! ¡Era el chico de arriba! Ahora que tenía a los dos, Aoi tendría que aceptar su culpa, no había nada que lo detuviera
—oye tarado, para que sepas yo no tengo ningún gemelo— habló Shinji mirándolo serio sorprendiendo de inmediato al más alto, estaba tan sorprendido que ni siquiera notó que lo había llamado “tarado”, algo no iba bien, ¿que no tenía gemelo? Entonces …¿quién era el chico que vió arriba? se volteó a ver al otro pelinegro que lo miraba con preocupación, no entendía porque lo miraba así.
—Shima ¿qué tanto miras hacia allá? No hay nada— con esa simple frase que dijo el pelirosa hizo que pasara lo que Tora quería evitar, el pobre castaño cayó desmayado frente a los ojos de todos los residentes, víctima de todas las emociones que tuvo hoy…quién lo diría… que su mudanza resultaría de esa manera y que el humillado público resultara él-.
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Empezó abrir sus ojos con lentitud, le dolía la cabeza, y era claro porque con el desmayo tan repentino que tuvo nadie de los que estaba ahí lo alcanzó a atrapar, suerte que se desplomó lentamente y el cabezazo no fue tan fuerte, sólo le dejó un pequeño chichón en la parte posterior de su cabeza.
Desmayado…porque se había desmayado, cerró sus ojos nuevamente intentado recordar y claro que lo hizo...la mudanza, el chico de cabello negro, los gemelos, esperen…gemelos no eran, ese tipo le había dicho que no tenía ningún gemelo entonces…¡¿de verdad había visto un fantasma?! Pero ¿por qué eran tan iguales?
—o tal vez me imaginé todo y sólo fue un sueño—se dijo calmándose un poco, decidiendo levantarse para despejar su mente, para la otra no se quedaba hasta tan tarde viendo películas que le pudrían su cabeza, pero cuando abrió sus ojos nuevamente su mirada se encontró con la del mismo chico que lo observaba curioso, es más estaba separado a unos pocos centímetros de su cara, Uruha pegó un enrome grito, levantándose aterrado y dirigiéndose a un rincón, maldición, todavía no se despertaba, seguía viendo a ese fantasma.
—es un sueño, es un sueño, despertaré, despertaré, vamos Shiroyama despiértame de una buena vez! — seguía murmurando mientras se tapaba los oídos e inútilmente se trataba de apegar más a ese rincón, quería hacerse invisible, que desapareciera por completo para que ese chico fantasma no lo matara, el pobre castaño estaba aterrado.
Mientras tanto Tora solo veía como el otro seguía temblando muerto de miedo, pensó que ya no lo tendría si ya lo había visto anteriormente, suspiró con cansancio escuchando lo inútiles intentos de Uruha para despertarse “de su sueño” decidió ayudarlo para que aceptara de una buena vez que no estaba soñando y que se comportara como una persona normal frente a él, ya estaba cansado de verlo gritar a cada rato, no era para tanto ¿o sí?
Tora pensaba eso porque desde pequeño estuvo acostumbrado a ver espíritus, no entendía que las personas normales no estaban acostumbradas a eso y que reaccionarían como Uruha lo hacía ahora.
—oye— lo llamó acercándose a él y se agachó hasta quedar a la altura del chico, le tocó suavemente el hombro sonriendo a sus adentros, este chico era especial, lo podía tocar, sin embargo esto causó que el otro diera un salto de la impresión y se refugiara en sus piernas juntas, lo único que quería era desaparecer para que lo dejara tranquilo o mejor aún despertar de su sueño— oye que no estás soñando— le regañó Tora dando un pequeño pellizcón en su brazo haciendo a Uruha gritara terrado y saliera de su rincón, no podía creerlo no era un sueño, ese chico de allí era real…pero lo había tocado…¿entonces? mierda su cabeza era un verdadero lio tratando de encontrar una a explicación a todo esto—oye cálmate ¿sí? Te explicaré todo lo que necesites saber pero para eso necesito que tranquilices y más aun que dejes de mirarme con esa cara de pollo asustado, me pones nervioso
—tú…tú…qué...vas a hacerme? —dijo apenas, sentándose en su cama y agarrando unas sabanas para cubrirse por completo y sólo dejar su rostro descubierto, aun no podía calmarse del todo— por favor no..no me mates
—¿matarte? ¿Por qué haría eso?
—¡porque eres un fantasma! Me chuparas mi vida o peor aun me vas a poseer!! — le gritó acusándolo sin quitar su cara de terror, vio como el más alto suspiro con cansancio acercándose a él, Uruha cerró los ojos, ya se sentía que ese chico le daría el golpe final, ahora que podía tocarlo podía hacerle cualquier cosa, hasta aquí no llegaba la vida de Takashima Kouyou y vaya vida que había tenido no la había disfrutado casi nada, era demasiado joven para morir, necesitaba hacer más cosas; ya se estaba imaginando la escena del crimen, su cuerpo en pedazos y unas letras escritas con sangre en las paredes con una típica frase de las películas de terror diciendo “tú serás el próximo”, pobrecito Aoi a lo que se tendría que enfrentar después.
—como que ves mucha películas no? —rió un poco Tora acariciándole el cabello haciendo tensar al menor, esa caricia se sentía tan ¿real? No..no era solo eso, de alguna manera se sentía muy bien, pero lamentablemente la mano que lo acariciaba la sentía como un tempano, estaba demasiado fría, ningún ser humano podría tener esa temperatura.
Uruha abrió sus ojos con inseguridad viendo como el otro le sonreía tranquilo, no parecía una mala persona, más bien no parecía un espíritu malo, por un momento sintió una gran tristeza de que ese chico no estuviera vivo.
—hasta que por fin dejas de mirarme con esa cara que tenías, mira que eres guapo sin esa cara— ese comentario hizo sonrojar a Uruha, lo último que le faltaba recibir piropos de un fantasma o medio fantasma o lo que fuera ese chico—siento mucho lo de tu chichón
—ahh…ésto-—dijo Uruha más tranquilo tocándose su cabeza y apreciando la protuberancia que había en ella— entonces…todo fue verdad
—sí y como verás tengo muchas cosas que explicarte y tú también a mi
—¿yo? ¿qué podría explicarte yo? Aunque, primero que todo dime una cosa— lo miró decidido separándose un poco del pelinegro y mirándolo de frente— no eres un fantasma malo ¿cierto?
—¿fantasma?..yo no soy un —se detuvo porque apreció la cara de terror que ponía el más bajo al no desmentirle primero que no era una mala persona, por ahora decidió seguirle la corriente— no soy un fantasma malo, no te haré daño— le contestó finalmente calmando al castaño
—entonces ¿eres uno bueno? como Gasparin ¿no?
—¿gasparin?¿ Me ves calvo acaso? — lo regañó medio riéndose por la broma que le hizo el castaño, este también rió, al parecer las cosas iban avanzando, aunque Uruha todavía seguía cubierto por las sabanas, parecía una monja a los ojos de Tora—bueno, ya que las cosas están más tranquilas deberíamos presentarnos decentemente ¿no lo crees? Mi nombre es Amano Shinji, pero llámame Tora de ahora en adelante
—¿Tora? — dijo confundido al significado de su nombre
—te lo explicaré después y tu nombre es?
—Takashima Kouyou, pero la mayoría me dice Uruha
—mucho gusto Uruha-kun— le extendió su mano sonriente el pelinegro mientras el otro la estrechaba sorprendido de lo helada que estaba, pero también de que la podía tocar, cómo era posible que pudiera hacer eso si Tora era un fantasma
—¿por qué puedo…tocarte?
—ni yo lo sé, aunque creo que es porque compartes el mismo don que yo, pero de una forma más avanzada
—¿don qué don? —preguntó mirándolo extrañado
—el de ver espíritus, aunque creo que por tu actitud de nenita asustadiza que pusiste era tu primera vez que veías uno
—¡¿nenita asustadiza?! Mira que eres imbécil cualquier persona normal en su sano juicio actuaria así, de qué mundo vienes eh?
—del mismo que tuyo-—rió— pero en primera no soy un fantasma como tú crees
—¿no lo eres? entonces qué eres….okay, ya sé, me volví completamente loco y me fabriqué un amigo imaginario… Vaya que bajo he caído
—claro que no, no estás loco, sólo te digo que no estoy muerto
-¿no estás muerto? Claro que lo estas soy el único que puede verte! Un fantasma en negación, ¡genial! Por tu culpa ahora todos lo vecinos creen que soy un enfermo mental
—no lo eres, eres una persona que tiene una conexión muy fuerte con el mundo espiritual—le dijo serio sorprendiendo al castaño, así que ese era el don a que se refería— yo no estoy muerto pero por alguna razón tengo la misma composición de los espíritus y mira que me sorprendiste al poder tocarme, ni yo podía hacer eso, tu don sí que está muy desarrollado Takashima-kun
—entonces me dices que el que pueda verte y tocarte es parte de mi don ¿no? —el otro asintió— Y si no estás muerto y no eres un producto de mi loca imaginación...¿entonces qué diablos eres?
—¿recuerdas el chico que viste en la sala de reuniones que era igual que yo?
—¡claro! Por un momento pensé que eran gemelos, pero el tipo me dijo que no tenía ninguno, entonces ahí pensé que de verdad había visto un fantasma y que, para joderla más, me perseguía, en serio no podía con tantas emociones en un día— suspiró cansado—entonces…¿él es tu hermano o es tu reencarnación o algo así?
—No, él es yo
—¿eeeh?
—Él es Shinji, pero de cierta manera yo también lo soy
—en serio hombre, me estás dejando más confundido que antes.
—ok, mira, te lo explico fácilmente, sabes que una persona se compone de un cuerpo y un alma ¿no? — el otro asintió—pues te digo que él es mi cuerpo y yo soy su alma
—¡¿ah?! ¿Pero cómo?..no me digas que ..¡¿en serio un cuerpo se puede mover solo?!
—Bueno tampoco es que haya perdido por completo su alma—explicó— Shinji, o sea mi cuerpo, se mueve sólo por instintos básicos, mientras que yo me quedé con toda la personalidad, recuerdos y sentimientos
—¿le llamas Shinji a tu cuerpo?
—así trae menos confusiones ¿no?
—pues sí, pero…aun no entiendo cómo es que te separaron de tu cuerpo, tuviste un accidente o algo
En ese momento la cara del pelinegro se entristeció, le dolía recordar cómo es que le había pasado eso, como había perdido su vida por su culpa, por haberse rechazado como persona, pero si quería que Uruha le ayudara, porque si lo podía tocar era por algo ¿no? Este chico tal vez era el único que podría sacarlo de este problema de años, era la única esperanza que le quedaba
—oye ¿estás bien Tora?
—Sabes Uruha-kun, he estado años sin poder volver a mi cuerpo
—¿años?¿ Pero cómo?
—pasó un accidente, yo desde niño podía ver espíritus nací con ese don y estaba orgulloso de tenerlo pero, de alguna u otra manera mi abuelo falleció en un accidente y en ese momento sentí que era mi culpa, más bien la culpa de mi don, lo rechacé y me odie por haberlo tenido, en ese momento sufrí un desmayo, y cuando desperté me encontré separado de él, mi cuerpo se movía por sí solo y yo no podía hacer nada para volver
—pero se supone que es tu cuerpo Tora, no has probado..no sé…¿ esas cosas que hacen los fantasmas?
—No soy un fantasma Uruha-kun
—ya se, ya se, pero me refiero que ¿no has intentado poseer tu cuerpo, adentrarte a él más bien dicho?
—Créeme que muchas veces y no es nada agradable— recordó con tristeza— hasta podría desaparecer
—¿desaparecer? ¿En serio? —preguntó extrañado sin poderse creer lo que le decía el pelinegro—¿es tan grave?
—quieres verlo?
—¿eh?
—Te digo que si quieres ver lo que pasa, es algo complicado explicártelo así que es mejor que lo veas con tus propios ojos
—¿eh…qué? pero ¿ahora?
—ahora mismo—le sonrió mientras levitaba y para sorpresa de Uruha, atravesó la puerta de su habitación. Que Tora estuviese hecho de la misma composición de los fantasmas, al menos en eso no le había mentido— oye vas a ir o no? — asomó su cabeza atravesando la puerta
—eh..si si— se levantó Uruha aun confundido por la escena que parecía tener efectos especiales
—pensé que ya habíamos superado esa etapa Uruha-kun— rió Tora apuntado a su cabeza, Uruha aun seguía cubierto por la sábana quien la soltó avergonzado, ya no tenía nada que temer, ese chico era una buena persona y ahora mismo iba a comprobar si todo lo que dijo era verdad. Tora desapareció de la puerta supuso que ahora estaba en la sala, luego recordó a Yuu, de seguro lo vería y.. momento, Aoi no podía verlo, genial, lo vería hablando solo y pensaría que estaba loco nuevamente; salió de su habitación y buscó con la mirada a Aoi pero no vio a nadie sólo se encontraba Tora ahí.
—Si buscas a tu novio él salió a comprar comida
—¿salió?- —vaya al menos no daría el ridículo frente a Aoi— espera ¿novio?…Aoi no es mi novio, que Dios me libre
—¿en serio? Vaya, pensé que si lo eran por como…. bueno… por como se trataban
—es uno de mis mejores amigos pero novio jamás—rió viendo el gran sonrojo que ponía el pelinegro, el fantasmita se había puesto celoso, por algo ahora estaba todo avergonzado imaginándose cosas que no eran
—eh...bueno, nos vamos— decidió cambiar rápidamente el tema de seguro Uruha ya se había cuenta que le atraía y quien no con ese cuerpo y esa cara que se gastaba, el castaño era hermoso, de seguro su cuerpo pensaría lo mismo, pero por alguna razón no quería que su cuerpo se acercara a él, y era algo ilógico, se supone que los dos eran uno solo—“¿sentir celos por tu propio cuerpo? Mierda Tora cada vez te pones peor”—pensó mientras salía del departamento en compañía de Uruha y éste se sorprendió que el cuerpo de Tora, o sea ahora Shinji, viviera justo al lado de él-.