La Corte.
El público entraba lentamente, era temprano así que tomaron sus lugares dónde se les hizo más cómodo. Un joven alrededor de 16 años entraba junto a Matt, el abogado de Thor, el muchacho era de cabellos cafés, y unos lindos ojos azules, no parecía ayudarle a la persona de alado, más bien acompañándolo. Se separó de él susurrándole algo, así el joven se fue a sentar en otras sillas.
Matt saludó a Thor, reconociéndolo por su aroma siempre tan varonil, sudor por tanto ejercicio. Y no tener para un desodorante, pensó por un momento el pelirrojo, sin decir nada sobre su olor se sentó en la mesa de alado.
El lugar ya estaba lleno, la mayoría eran personas que venían a apoyar a Thor.
Eso lo alegró un poco, lo que le preocupaba era el hecho de que no había rastro de Sif, del otro lado sólo estaba Balder. Recordó lo que había dicho, tal vez nos veamos.
-¿Puedo saber dónde se encuentra la Señorita Sif Odínson?- preguntó el juez que recién llegaba. Thor hizo una mueca de inconformidad ante el nombre que le dieron a la pelinegra.
-Me temo que no lo sé, su Señoría. No he sabido nada de la Señorita Odínson.- respondió Balder apenado.
Un hombre de traje entró y se acercó rápidamente al juez que llevaría a cabo todo el divorcio y la demanda. Hablaban entre susurros, el juez se veía sorprendido, al parecer era una noticia alarmante.
-Se levanta la sesión, mañana a las 6 de la tarde reanudaremos esto.- dicho eso se levantó de su gran y cómodo asiento para retirarse.
Thor se acercó al sujeto que traía noticias- ¿Qué ocurre? ¿Sabes lo qué pasó con Sif, cierto?- el otro hombre tragó saliva y asintió.
-M-me temo decirle que la Señorita Odínson ha fallecido- Dijo cabizbajo.
-¿Pero cómo? ¡Apenas la vi hace dos días! Debes estar bromeando- Thor intentaba remediar, pero el otro negó con la cabeza.
-Lo lamento- Y rápidamente huyó de ahí.
-¿Sabes lo que pasó?- Llegaba Tony tomado de la mano con Steve.
-Que Sif… Sif se suicidó- Thor dijo aún procesándolo.
-Oh… perdona, te dejaremos para que puedas pensar, nos vemos mañana- Así como llegaron de amorosos, se retiraron.
Thor vio a los no-pareja haciéndole cariños al bebé que Wade traía en brazos.
-¡Aquí viene tu papá!- le decía emocionado el mercenario.
-No hagas que le diga papá, que tal si… - Kenan se detuvo al ver a Balder acercándose-
-Me gustaría que Thor fuera su padre…- Dijo el ojiazul.- Él lo cuidará mucho mejor que como lo hubiera hecho Sif- Les dedicó una sonrisa sincera y se retiró. Dejando a los dos con el ojo cuadrado.
-Ahí están- llegó Thor con los brazos abiertos, y Wade le entregó a su hijo.- Gracias, quiero que ustedes sean sus padrinos.
-Qué gracioso- Le dijo Kenan riéndose.
-Enserio…- Thor cambió su semblante para que la menor le creyera.
-Está bien, está bien.- Aceptó la mujer- Nos vemos mañana.
-
Esa noche Thor no podía dejar de pensar en la noticia. Se levantó temprano, más de lo que planeaba, la verdad era que le inquietaba el hecho de que Sif terminara con su vida… y por su culpa. Oh, vamos ¿Enserio fue por su culpa? Sif estaba algo loca, debía admitirlo, si en verdad lo hubiera amado no querría su nombre y parte de su dinero.
Faltaban seis horas para ir de nuevo a la corte, recordó su plática con Kenan. En ese tiempo debía hablar con su padre, tal vez lo acepte, o lo rechace, pero debía intentarlo.
Desayunó tranquilo, avisó a su madre que iría a las 12 del mediodía. Aprovechó la mañana para sacar en su cochecito a Jonathan, algunas mujeres le dirigían miradas divertidas.
-No es común ver a un hombre dar la vuelta con un bebé en brazos, pero te vez bien, grandote.- Thor ante ese comentario se dio media vuelta para encontrarse con un hombre un poco más bajo que él, de cabello rubio y corto, con ojos azules, traía puesta una camisa sin mangas, y unos lentes que le daban un toque de espía.
-Ey, ¡Clint! ¿Cómo has estado?- saludó enérgicamente Thor a su amigo- Hace tiempo que no te veía.
-Igual yo, he estado bien, ¿Qué me dices de ti?- al preguntarle eso, el de cabello largo cambió ligeramente su sonrisa- Oh, creo que no del todo bien… Anímate, sí no tiraste bien tu flecha a la primera, es porque la segunda viene mejor. Y dime, ¿quién es él?- Clint señaló al pequeño.
-Eh… él es Jonathan-
-Johnny Odínson, un poco moderno, pero es bueno romper las costumbres- El más bajo pasó su mano por los cabellos negros del bebé, despeinándolo. Se paró de nuevo- Fue un gusto verte, pero le prometí a Bruce que lo vería en el Café.
-¿A Bruce?- Thor preguntó con una sonrisa picarona, el otro rubio siempre se dirigía a él como Dr. Banner, o sólo Banner.
-Eh… he, he. ¡Sí!. Bueno verás, apenas nos estamos hablando…
-Está bien, nos veremos después, mándale saludos a Bruce de mi parte- se despidieron y siguieron con sus caminos.
Llegando a su casa Thor comenzó a prepararse, se puso un atuendo que no lo hacía ver muy vagabundo ni muy serio, un pantalón de vestir con una camisa azul y unos tenis Puma negros.
Tomó otra ruta para llegar a casa de Kenan y que cuidara de su hijo, pero antes de que él bajara, observó a una mujer de cabellos rojos y rizados, no parecía Pepper, traía los labios pintados de rojo, además que llevaba un saco de piel, parecía de esas mujeres con un toque de los años 40.
Lo que le sorprendió fue que se despidieron con un beso largo en la boca. Prefirió mirar a otro lado, a Johnny por ejemplo, para evitar que una erección salvaje apareciese.
Cuando la misteriosa mujer pelirroja se retiró, Thor decidió bajar de su auto, y con Johnny en su cuna portátil. Se paró frente a la puerta, no sabía porqué pero estaba nervioso. Por fin tocó la puerta y la recibió Kenan.
-Hola… ¿Podrías cuidar de Johnny mientras hablo con mi Padre?-
-¡Claro!- Se abrió paso para dar entrada al hombre, y le indicó que dejara la cuna en la sala- Aquí estoy la mayoría del tiempo así que no será problema cuidarlo.
-Gracias… ¿Puedo hacerte una pregunta?- Thor ya no se aguantaba la curiosidad.
-¿Es sobre que Wade no está, o por la mujer voluptuosa que acaba de salir de aquí?- dijo Kenan de lo más tranquilo, mientras tomaba una lata de Coca-Cola y prendía la televisión.
-Me sorprendes… Las dos-
-Wade salió for some business, y volverá al rato. Y la mujer se llama Natalia pero en el bar prefiere que la llamen Natasha- La castaña fue a la cocina y le sirvió un vaso de agua a su visitante.
-¡¿B-bar?! – El no iba por su ética y moral.
-Sí, señor sordo. La conocí ayer saliendo del juicio, es un amor… de dos caras. ¿A qué hora quedaste con tus padres?-
-A las 12 del mediodía-El rubio miró el reloj de la cocina que marcaban las 11:30 – Bueno, me retiro, volveré en cuanto pueda.
-No importa, que tengas suerte- Kenan le dio un abrazo a Thor, y Lo acompañó a la salida.