Capitulo 13: Extras.
Era una hermosa tarde de sábado, a pesar de haber heredado la casa de la señora Minamoto, el pequeño Kazuya no quería volver allí porque le traía recuerdos de su antigua familia, además de ver los fantasmas del pasado y monstruos que aun seguían allí. Por mientras, esa misma noche, el pequeño se había despertado con un horrible ataque de asma que le provocaba el departamento de Seiichi donde todos estaban acumulados, además que el ambiente era tenso para él, seguía viendo figuras amorfas y aires extraños, además de sentir ruidos turbios y tener pesadillas constantes, por lo que usualmente iba a dormir al cuarto de sus padres y quedarse allí durante toda la noche, o hacerse un ovillo junto a la puerta.
Seiichi decidió entonces que era hora de mudarse, pero no era fácil, primero tenían que vender el departamento donde estaban, que junto a la herencia de la anciana podían conseguirse un lugar más grande para que sus hijos se desarrolle mejor, pero debido a la frágil condición de Yukimura, era demasiado estresante que pensaran en mudarse.
–Tenemos que hablar –dijo con el seño fruncido, inmediatamente la guardia de Sanada se bajó hasta el piso, solo él podía hacer ello.
–¿Qué paso, Seiichi?
–Tenemos que mudarnos, nuestro hijo no puede vivir más así, tiene problemas de sueño, terrores nocturnos, y pienso que el hacer hechicería aquí también la ha dejado con un aura peligrosa para los niños –Seiichi acaricia su vientre de ya cinco meses.
–¿Crees que es tiempo de mudarnos? –preguntó–. Tendríamos que vender la casa o ver si se nos plantea un buen negocio.
–Este departamento no es indicado para un niño en pleno desarrollo y otro más que va a venir, tenemos dos habitaciones y Kazuya crece, Ken crece y……bueno, necesitarán sus espacios.
–Escucha, hay una casa a la venta aquí a una cuadra –explicó el muchacho tomando café–. Si quieres averiguo un poco más sobre ello, seguramente pueden darme detalles y como soy policía de la zona pueden ofrecerme algo mejor, no sé.
–Mejor que nos apuremos, no tenemos tiempo y el estrés de la mudanza me puede enfermar –suspira profundamente.
–¿Cómo está Kazuchan?
–¿Y cómo va a estar? Ayer despertó llorando y decía que había ratas en su cama, tiene sensaciones raras a la noche y pesadillas nocturnas.
–¿Ratas?
–Bueno, cuando hay demonios cerca puede pasar y….
–Espera, no podemos vender la casa si hay demonios, ¿qué pasaría si a los futuros dueños le agarra algo? Los responsables somos nosotros….
–Lo sé, lo sé, no te preocupes me encargaré de limpiarlo, pero ahora no puedo, estoy teniendo un bebé y es complicado, los demonios pueden hacer cosas a mi hijo…..es mejor que sólo usemos la plata de la propiedad de la señora Minamoto y busquemos algo pequeño pero acogedor, por ahora, hasta que de a luz y pueda limpiar aquí.
–Será lo mejor –acaricia la panza–. Mi pequeño Ken, me pregunto ¿cómo será?
–Seguro como Kazuya.
–¡Mamá! –gritó el niño mientras corría abrazado a un osito–. Mamá, hay alguien en el cuarto.
–¿Cómo alguien?
–Un señor…..muy feo.
–Dios, no otra vez –Seiichi toma una cruz pequeña que tenía en el aparador.
–Espera, qué pasó con el retrato ese santificado que teníamos en el cuarto de Kazu.
–El hombre lo rompió todo –Kazuya se abraza a Genichirou, éste lo alza y camina con Seiichi–. No Seiichi, déjame ir a mi, estas esperando un bebé, no es bueno para tu salud.
–Yo estoy bien, solo debo colocar esta cruz allí y el hombre se irá.
–Puede atacarte….
–No lo hará, tengo un rosario puesto –Seiichi saca de entre sus ropas un colgante que llevaba en su cuello con una cruz, luego lo guarda–. No te preocupes.
–debemos comprarle uno a Kazuya ¿no crees? –preguntó, Seiichi afirma.
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Kazuya se encontraba con sus padres en el auto familiar, luego de ir a tomar un helado y pasar un tiempo solos decidieron ir a ver la casa que comprarían, querían la opinión también del pequeño que parecía más susceptible a ver cosas de ese tipo. Inmediatamente, apenas apagó el motor y señaló la propiedad, Kazuya se pegó al espejo impresionado. Era hermosa y muy grande, seguramente habría una habitación para él y una para su futuro hermano. Salió rápido del auto y corrió por los jardines extensos, los cuales no tenían aun flores pero una vez en manos de Yukimura estarían repletos. Una mujer, que era la encargada de bienes raíces de allí, abrió el hogar y comenzó a realizar un tour con la familia, la cual le parecía encantadora. Un joven y musculoso hombre bronceado, muy atractivo y fortachon con una voz potente; otro delicado joven embarazado de cinco meses, con una angelical mirada y una sonrisa de millón de dólares y sin más, el pequeño hijo de ambos, tan sonriente y sano corriendo por toda la fachada.
–Esta muy bonita –Genichirou observaba excesivamente los detalles, pero estaba buscando “algo” que le diera indicios de poseer fantasmas o espíritus, para no comprar un hogar que diera más miedo a su pequeño.
–La casa es relativamente nueva, la familia que vivía aquí la construyó pero tenía que mudarse a Tokio por el empleo de su hombre, así que quieren venderla cuanto antes. Aquí en la esquina está la jefatura de policía y a dos cuadras la escuela Rikkai Daigaku.
–Sí, es donde yo trabajo –habló el moreno–. ¿Qué piensas, amor?
–Está hermosa y espaciosa, para que los niños jueguen, y tienen dos amplios jardines, así que….me encanta.
–¿Y tú, campeón? –preguntó alzando a Kazuya, el niño sonrió.
–Me encanta.
–Entonces creo que ha logrado una venta.
–Perfecto, vengan por aquí le diré más detalles –Genichirou deja a Kazuya en el suelo y se dirige al comedor junto a Seiichi.
–Iré al patio trasero….–habló Kazuya.
–Pero no te alejes tanto amor –advierte Seiichi para luego sentarse mejor en una silla, estaba cansado y le dolían los pies.
Kazuya se acerca lentamente al patio y ve una hermosa piscina, sonríe y nota la figura de una niña pequeña caminando por la orilla, se preguntaba si era hija de los vecinos pero en un pestañeo la pequeña desapareció. Kazuya inmediatamente corrió a la cocina y fingió que nada había pasado. Él estaba seguro que los fantasmas jamás le dejarían en paz.
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4 Meses después.
Su mirada de sorpresa y su rostro cambiaron cuando observó un hermoso jardín cubierto de bellas dahlias y rosas, un camino de piedras que decoraban el lugar y unos hermosos árboles de sakura que habían florecido tan bellamente, un lugar de ensueños. Miró a su marido quien le ayudaba a salir del auto junto a su pequeño recién nacido al cual aferró con fuerza. Era hermoso, y todo lo había hecho Genichirou, realmente le había costado mucho hacer el jardín trasero y aunque quería, no podía hacer el delantero por sus problemas de espalda una vez que el vientre se hizo más grande y pesado, siempre manifestaba a Genichirou que le hubiera encantado ver en verano florecer esas plantas. Seiichi miró a su esposo y le besó muy tiernamente.
–¿Es para mi? –preguntó emocionado–. ¿Lo hiciste tu solo?
–Tuve ayuda –Genichirou acarició la cabeza de su hijo mayor–. Lo hice en tu periodo de internación, lo hicimos rápido para que cuando llegases esté todo listo.
–Es hermoso.
Seiichi se había internado una semana antes de tener al hijo por problemas en el embarazo, como en su primer hijo también le habían internado por tener baja la presión decidieron prevenir y mantenerlo vigilado las 24 horas. En esa semana y dos días de internación Kazuya y Genichirou compraron plantas, sacaron la maleza y comenzaron a hacer el jardín del parque delantero, que era más pequeño que el de atrás.
–Ahora el bebé se sentirá en su hogar –dijo Kazuya entrando a casa–. Papi, ¿podemos tener un perro?
–¿Para qué destroce el jardín? No, claro que no –habló autoritario.
–Pero Eiichirou tiene uno.
–Y si Eiichirou se tira del noveno piso tú también te tirarías –dijo en broma y agarró a su hijo haciéndole cosquillas.
–Jajajajajajaja basta pa jajajajajaja –rió fuerte.
–Bien, mejor llevaré a Kenchan a su dormitorio para que duerma, por cierto, gracias por esto, son los dos hombres de mi vida –sonrió Seiichi acercándose para besarlo pero Ken empezó a llorar–. Perdón, perdón, los TRES hombres de mi vida –tomó mejor al bebé quien se calmó al oir eso.
–El bebé es celoso de mamá –dijo Kazuya haciendo un hermoso puchero.
–Bienvenido a mi mundo, enano –habló Genichirou y alzó a Kazuya–. Vamos a tomar algo ¿si?
–Hai. Papá –habló Kazuya mientras era sentado en la silla–. ¿Cuándo devolvemos a Ken?
–¿Eh? Los bebés no pueden devolverse, hijo –habló mientras servía jugo en el vaso.
–¿Eeeeeh? ¿Quiere decir que lo conservaremos? –preguntó intrigado.
–Claro hijo, los bebés no se venden ni se devuelven.
–¿Y por qué yo no estuve con ustedes? –Kazuya sabía que decir para clavarle el puñal a su padre.
–Kazuuuu
–Gomen, gomen –rió–. Estoy feliz de vivir contigo papá.
–Yo también amor, y no te preocupes, todo el amor que no pudimos darte lo tenemos acumulado para dártelo ahora mismo –le besa la mejilla–. Así que no te sientas celoso por el nuevo bebé.
–Ok, no me sentiré celoso pero –observa la puerta–. ¿Él también podrá verlos?
–No lo sabemos aun, pero para eso tendrá un hermano como tú y padres como Seiichi y yo, para que lo orienten.
–Al menos el sabrá que no es un bicho raro –suspiró tomando el jugo que Genichirou le extendió.
–Tú tampoco lo eres corazón, eres especial, como te dijo Nioh.
–Hablando de tío Nioh ¿dónde está? Hace tiempo que se fue de viaje con tío Yagyu……
–Él esta bien, solo necesita tiempo para volver a enfrentarse a nosotros luego de lo que pasó con su padre –suspiró–. Toma tu jugo corazón.
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3 Años después.
–Niiichan….–habló un pequeño de cabello negro y ojos azules–. Niiiichan.
–¿Qué pasa Ken? Estoy haciendo la tarea –Kazuya traía el cabello un poco más largo y era bastante más alto y grandote, su crecimiento iba trascurriendo muy bien.
–Niichan, quiero preguntarte algo.
–¿Con respecto a que? –preguntó aun haciendo su tarea.
–Si mami le dice a papi algo así como que la familia se agranda, significa que ¿tendremos un perro? –preguntó Ken, Kazuya giró su cabeza.
–¿Qué? ¿Dónde lo oíste?
–Anoche mamá dijo que la familia se agrandaba a papá, él casi llora de emoción ¿tendremos un perro?
–Hm….no exactamente un perro, Kenchan.
–¿Un gato? –preguntó emocionado, Kazuya volvió a negar.
–No, creo que tampoco tendremos un gato, lo que mamá quiso decir que…..tendremos un hermanito.
–¿Un hermanito? ¿Cuáles la difelencia de un hermanito y un gato? –cuestionó confundido.
–Bueno, digamos que a un……bueno em…..emmm –pensando–. Creo que a un hermanito lo tendrás varios años, en cambio un gato o perro durará menos.
–¿Eh? ¿Significa que vivirá con nosotros?
–Técnicamente.
–¿No lo podemos devolver?
–Lo intenté contigo pero no pude –se coloca la gorra que su padre le había dado–. Voy a ir a casa de Eiichirou.
–uuuuuuuh.
–Eiichirou es mi amigo, deja de hacer esas cosas…..–suspira–. ¿Vienes conmigo? Puedes jugar con Keisuke también.
–Bueno, dile a mami.
–Le diré.
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1 año después.
Eiichirou y Kazuya hacían la tarea en el cuarto de Kazuya, ellos eran bastante tranquilos a la hora de ponerse a estudiar y le parecía raro que ninguno de sus dos hermanos estuviera haciendo ruido en esos momentos. Seiichi estaba en el jardín y Genichirou trabajando, por lo que los más pequeños estaban solos en el cuarto.
–No me gusta nada.
–Bueno, algunos creen que la química es una fórmula del diablo –explica Eiichirou.
–No, no, digo que no me gusta este silencio, cuando hay niños en casa y hay demasiado silencio significa que algo están tramando.
–Hm….no entiendo tu lógica.
–Vamos al cuarto de Yuuki a ver como está
Kazuya camina por los corredores con Eiichirou detrás de él, abre la puerta y nota que su hermanito no esta en la cuna, debería estar, Yuuki no se mueve por si solo de allí, por lo que fue a buscar inmediatamente a Ken quien se encontraba jugando solo en su cuarto.
–¿Dónde está Yuuki? –preguntó con severidad.
–En el cuarto.
–No está allí, ¿dónde está Yuuki? –nuevamente preguntó.
–En su cuarto.
–Escucha Ken, no me gusta ser cruel –dijo Eiichirou–. Pero sino me dices donde está Yuuki, le quitaré la cabeza a tu conejo fru fru.
–¡Noooooo! Conejoooo –se aferra a su peluche.
–Habla….
–Hm….–señala el armario.
Kazuya se acerca y abre el armario para ver a Yuuki vestido de osito encima de un montón de peluches, chupándose el dedo. El mayor de los Sanada toma a su hermanito en brazos y sale del armario.
–¡Que sea la última vez que encierras a Yuuki ahí!
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Pocos días después.
–No me gusta el bebé nuevo –dijo Ken enojado.
–Keeeeen –regaña Genichirou pero Seiichi lo silencia.
–¿Qué pasa Kenchan? ¿Estás celoso de tu hermanito?
–¡No quiero hermano! –tira su leche.
–¡¡¡KEEEEN!!!
–Calma Genichirou, es normal en niños pequeños que rechacen a su hermanito –abrazando posesivamente a Yuuki–. Pero Yuuki es tan encantador que le comprará.
–Mmmm, no sé, vi el diccionario de amenazas naturales y apareció la foto de Ken –habló el mayor de los pequeños Sanada.
–No seas así con tu hermano Kazu.
–¡No me gusta bebé nuevo! ¡No quero hermano! Tego uno aquí –señala a Kazuya.
–Pero Yuuki también es tu hermano, Ken, mira –muestra a Yuuki que abre la boca y se mete su puño en ella–. No hijo, no puedes llevarte eso a la boca.
–No quiero hermano nuevo ¡No quiero! –revolea el tenedor.
–Uuuh, eso estuvo cerca –susurró Kazuya cuando casi el tenedor se lo clavan en la frente.
–¡ME CANSÉ! ¡KEN A TU CUARTO, NO SALDRAS DE AHÍ HASTA QUE YO LO DIGA! –gritó, Ken enojado se va–. Que chico, casi lastima a Kazuya.
–Es normal, así se comportan los niños cuando nace un hermanito –susurró Seiichi.
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6 meses después.
–Mira Genichirou, nuestro pequeño Yuuki está caminando –habló Seiichi observando como Yuuki se ponía de pie y caminaba.
–¿Por qué está vestido de osito?
–Porque me gusta, se ve taaaan adorable –Seiichi comienza a sacar fotos con el celular.
–Aaaaw, que bien que Yuuki aprendió a caminar, tal vez ahora que puede moverse y tiene dientes, pueda defenderse de Ken –dice Kazuya a Eiichirou, ambos miraban al menor caminar.
–Es muy tierno Yuuki –sonrió–. Por cierto, ¿Ken aun lo encierra en el armario?
–Si, pero ya aprendió a librarse solo del armario haciendo una montaña de peluches y girando la perilla.
–Oh, entonces ya le es complicado –sonrió más.
–Si, pero también Ken es complicado, ahora como tiene cuatro años, puede arrastrar la sillita y trabar la puerta, por lo que tengo que sacarla yo para que Yuuki no muera ahogado –suspiró de cansancio.
–Kazuchan, ¿puedes cuidar a tu hermano un momento?, iré a sacarle la leche del agua….–habla Seiichi, Genichirou sale al patio.
–No hay problema, que tan lejos puede ir un bebé que recién camina –habló Kazuya viendo a su papá irse.
–Yo no estaría tan seguro, Hikaru aprendió a caminar hace dos meses y toca todo, se mete todo en la boca y….
–Está como Shio, el mocoso ese se comió mi tarea –Eiichirou se rie–. ¡Solo la deje un segundo en la mesa del comedor del colegio! Marui no debería dejar libre a ese niño.
–¡Buaaaaaaaaaa! –Yuuki comienza a llorar una vez que fue empujado por Ken cuesta abajo y se llevó por delante una silla.
–¡KEEEEEEEEEEEEEEN! –gritan al unísono Eiichirou y Kazuya. Inmediatamente el mayor de los Sanada auxilia al pequeño.
–Malo, Ken malo malo –dijo Kazuya alzando a su hermanito. Ken le saca la lengua y se va.
–¿Quieres que le quite una pierna a su conejo de la suerte? –preguntó Eiichirou con el resto que le quedaba de sus juguetes.
–No, ya dice estar grande para muñecos pero –mira el gameboy–. Aun esta en la época de los juegos de video….muajajajaja
–Muajajajajajaja.
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Varios años después.
–Universidad, hermosa y bella universidad –Kazuya ingresa a su cuarto del campus universitario–. Huele todo diferente, es tan diferente. Nada de hermanos molestos ni padres presionando….tan lejos de eso que me trae ataques de pánico….
–Debes hacer tu tarea –Eiichirou estaba sentado en la silla frente al escritorio leyendo su libro.
–Pero tan, taaaan cerca de ti –suspiró y se acostó en su cama.
–Tus padres me pidieron que te mantenga vigilado, ya no puedes quemar libros como en la preparatoria.
–¿Y entonces que hago con ellos? –tomando un libro.
–Escucha con atención…….le-er.
–¿Eh? –Mira el libro–. Espera ¿eso se hace con los libros?
–Obvio ¿para qué pensabas que servían?
–No sé, hacer fogatas y eso….
–Tomaste muy literal eso del “fuego interno” cuando lees un libro –suspira con resignación–. ¿Haz llamado a tu casa?
–Si, mamá sigue melancólico desde que me fui para estudiar, dice que mira mis fotos llorando y comiendo helado –Eiichirou le mira con asombro–. Ok, ok jajaja no es tan así.
–Aun tiene a tus dos demonios de hermanos.
–Ya se tranquilizaron un poco, Ken ya no molesta tanto a Yuuki –suspiró–. Pero bueno, la gente crece y todo lo demás.
–Creo que esperaron a que te vayas para ser normales….–Kazuya lo piensa y se da cuenta que tenía razón Eiichirou.
–Bien, pero ya estoy a un año de graduarme y no sé que hacer de mi vida.
–Trabajar, casarte, tener hijos.
–Eso no es para mí –susurró y sonrió–. ¡Ya sé! Iremos de mochileros por el mundo.
–¿Iremos?
–Comeremos bichos y esas cosas, será todo una aventura, llamaré a tu madre para que nos preste bolsos –sale corriendo.
–Kazuya……..falta aun un año…. ¿Kazuya? ¿Que es eso de IREMOS? ¿¡KAZUYA!? Oh, diablos, aquí vamos de nuevo con esas rústicas ideas –suspiró y cierra su libro de medicina.
Fin.