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Don De Familia por Shin Black

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Capitulo 9: Secuestro.

 

Tezuka aun seguía memorizando lo ocurrido hace dos semanas atrás mientras se encontraba sentado mirando una boleta de luz, sus padres le habían encargado a Eiichirou y desde ese entonces Fuji se notaba bastante más raro de lo normal, sacando conjeturas extrañas y pidiendo a gritos pensar que ese niño de seis años no era más que su hijo muerto tiempo atrás. Bufó, no estaba seguro de realmente nada pero esa noche todo se aclaró en su cabeza.

 

En una semana puede cambiar el universo, ¿qué pasaría si pasaran dos? Realmente su mundo había cambiado necesariamente y esta vez para mejor, había un rayo de luz y esperanza en su vida. Seiichi no iba a trabajar y pidió licencia para poder cuidar de la anciana, la cual se había acercado a él de buena fe con el pequeño Kazuya, que resultó ser el enajenado hijo. Genichirou trabajaba el doble debido a la licencia sin goce de sueldo de Yukimura, además de ayudarlo con la crianza del pequeño mientras la mujer se encontraba internada, firmando aquellos derechos para que le pudieran hacer todos los estudios pertinentes.

Fuji estaba diferente en aquellos momentos, desde su separación de Eiichirou se le notaba mucho más taciturno de lo normal, Kunimitsu suponía el porqué, y dado a ello le pidió a sus padres que dejaran quedarse con Eiichirou el anterior fin de semana. A regañadientes accedieron, debido a que debían asistir a una cena de gala y no podían llevarse al niño consigo, y la sonrisa del más joven no pudo ser más radiante.
Esa noche, mientras ordenaba algunas cosas sonó el timbre, se preguntó ¿quién sería? Y se levantó de la silla para caminar hacia la puerta principal. Inmediatamente notó una figura oscura, pero al prender la luz del pórtico pudo visualizar a su padre.

 

–Papá –habló el muchacho abriendo la puerta rápidamente–. Pensé que estabas en una fiesta ¿qué haces aquí?

–Necesitaba hablar contigo ¿esta Fuji aquí? –preguntó, Tezuka frunció el seño.

–Vive conmigo, así que “si” –susurró con mala gana, odiaba que sus padres detestaran a su pareja–. Está haciendo dormir a Eiichirou.

–Bien, porque lo que tengo que decir, preferiría decírtelo a ti primero –el hombre parecía nervioso, se le notaba en sus gestos, pero intentó calmarlo poniéndole una mano sobre su hombro y pidiéndole que se sentara.

–Lamento no tener nada para ofrecerte….

–Solo, solo demoraré un minuto –se aclaró la garganta–. Kuni……aaah…..no sé como arrancar.

–¿Por qué no lo haces desde el principio? Porque, creo que no te entiendo.

–Hay tantas cosas que jamás entenderé hijo –habló el hombre  y se tiró la cabellera hacia atrás–. Escucha, desde que te juntaste con….Fuji Syusuke….tu madre ha estado un poco….

–¿Insoportable? ¿Irascible? ¿Incontenible?

–Todo eso y más, tú sabes como es ella –Kunihara comenzó a jugar con sus dedos al ver que Fuji se apoyó sobre el lumbral de la puerta–. Creo es hora que le cuente la verdad sobre su hijo.

–¿Nuestro hijo? –preguntó Tezuka sorprendido–. ¿Qué sabes tú sobre él?

–Sé más de lo que creen y es lamentable, pero no puedo vivir con esto que me carcome la vida…..–suspiró–. Hace muchos años atrás, la familia Yukimura y la Sanada temían que sus hijos se enamorasen, debido a lo que pasó con…..bueno con Kanata y Ari.

–¿Qué tiene que ver eso con nuestro hijo? –preguntó impaciente Fuji, Kunimitsu desde la lejanía lo silenció.

–Demasiado y a la vez tan poco –el hombre bajo la cabeza–.  Decían que los primogénitos nacidos de los Yukimura, debido al rompimiento de su contrato tras el asesinato de Kanata, iban a sufrir la maldición de enamorarse de un Sanada para llevar a la ruina a la familia, por lo que los mismos Yukimura mataban a sus primogénitos para aliviar el dolor…..pero….

–¿Pero….?

–Cuando naciste, hijo, tú eres también un Sanada pero sin el apellido –murmuró–. Pensamos que no te enamorarías de un Yukimura porque tenías dentro de ti la sangre de los Tezuka, aun así estábamos en un gran error y te enamoraste de un Yukimura disfrazado de Fuji –mira de reojo a Syusuke.

–…..sigues sin explicarnos la verdad de nuestro hijo muerto….–nuevamente Kunimitsu silencia al alterado Syusuke.

–Cuando supimos que Fuji esperaba un hijo tu madre estalló, no queríamos que el niño fuera la maldición, y al saber del embarazo de Seiichi Yukimura nos aliviamos, pero al enterarnos de la muerte de Kazuya nuevamente nos preocupamos ¿y si era nuestro nieto quien maldeciría la familia?

–Esos cuentos chinos que se inventaron, dirás –nuevamente la mirada severa de Kunimitsu recayó sobre su novio–. Perdón, perdón.

–Cuando Kunihiroshi nació muerto…..

–¿Kuni….hiroshi? –preguntó Kunimitsu.

–Así llamaríamos a tu hermano –bufó–. Al nacer muerto nuestro mundo acabo, y como…..como supimos que Eiichirou había nacido vivo….tu madre…..nosotros…….nosotros….

–¿Qué hicieron, papá? –Syusuke miró duro.

–Le robamos a Eiichirou…………..–colocó ambas manos sobre su rostro comenzando a llorar–. Realmente no queríamos que eso pasara, yo no quería, pero….estábamos tan…..tan….

–¿Qué ustedes qué? –Kunimitsu se levantó del asiento, frustrado, miró a Syusuke quien decoraba un rostro de absoluta templanza–. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Por qué me negaron ver a mi hijo crecer?

–No sé hijo, no sé –lloró el viejo, Kunimitsu golpeó fuertemente la mesa–. Hijo, no te enojes.

–¿COMO NO ME VOY A ENOJAR? –Gritó, esta vez fue Syusuke quien silenció a su novio, debido a que sus gritos podrían despertar a Eiichirou.

–Lo siento, lo siento tanto…..–le tomó las manos a Kunimitsu–. No sé como…..como remediar mi error……

–Vete de mi vista…….VETE, LARGO DE AQUÍ, NO PONDRÁS UNA MANO MÁS ENCIMA DE MI HIJO, NI TÚ NI MI HORRIBLE MADRE –Kunimitsu estaba completamente desencajado, tal así que Syusuke tuvo que intervenir.

–Es mejor que se vaya, mañana tráiganos todo lo que pertenece a Eiichirou o sino le haremos una demanda por apropiación ilícita y secuestro, váyase por favor….y no regrese aquí –Syusuke estaba sereno pero no así menos furioso.

 

El hombre tomó su campera y gorro para salir de allí bajo la furiosa y rojiza mirada de su hijo.

 

Y ahora estaba allí, pensando en como Eiichirou reaccionó ante el hecho de quedarse a vivir con ellos con tanta naturalidad, además de tener que pensar en tantas cosas, en como harían para sobrevivir alimentando una boca más y con tan bajo sueldo. Gracias a dios Eiichirou no había sido un “problema” por así decirlo, a pesar de no haberle dicho aun de su paternidad, aunque muy probablemente, sentía en su corazón y dado que el pequeño tenía poderes sobrenaturales, ya sabía que él era su progenitor. Syusuke caminó y se sentó junto a su novio para luego sonreírle.

 

–¿En qué piensas?

–En muchas cosas y en nada al mismo tiempo –el joven se levanta y coloca su abrigo–. Iré a lo de Genichirou, tal vez el me ayude a encontrar un empleo provisorio para la manutención de Eiichirou.

–Las cosas no son fáciles ¿eh? –sonrió, Tezuka suspiró cansado.

–No, claro que no…….. ¿Cómo están los demonios? –miró de reojo la puerta que daba al pasillo.

–Durmiendo en el cuarto, se portaron bastante bien.

–Si es bien gritar hasta las dos de la mañana un sábado, creo que si, muy bien –besó a su esposo y caminó a la puerta–. Iré a hablar con Sanada, vuelvo en un rato.

–Regresa pronto….

 

La puerta se cerró. Syusuke se acercó hasta la habitación, muy lentamente, para observar a los niños durmiendo en la enorme cama de dos plazas junto al perro, Tolomeo, que también se había mudado con ellos y que había encontrado un cálido lugar encima de la cama también. Cerró la puerta con mucho cuidado, entornándola, y caminó hacia la cocina y observó la bolsa de basura repleta, debía sacarla antes que el camión pasara. La tomó con cuidado y la arrastró hacia la salida para colocarla en el cubo de la calle, observó entonces a una anciana que vivía en la casa de junto y se acercó tranquilamente a saludarlo, sin darse cuenta había dejado la puerta también entornada. Entre la charla y charla no se había dado cuenta que dos sombras se movieron velozmente hacia su patio trasero escabulléndose tranquilamente. Uno era más alto y el otro más bajo pero aun así traía una altura promedio, seguramente más grande que Fuji Syusuke.
Se encontraron con la puerta trasera que intentaban abrir pero estaba completamente cerrada.

 

–Diablos, no tenía idea de esto, ¿quién rayos deja la puerta trasera cerrada con llave? –preguntó Nioh.

–No sé, personas precavidas supongo –masculló Chitose–. Déjame ver, tal vez encuentre algo para abrir la puerta.

 

Chitose caminó entre los árboles del jardín y se perdió en la maleza, Nioh comenzaba a impacientarse además de no saber cuanto tiempo tendrían para poder escapar, seguro la vieja tenía mucho que hablar con Syusuke o probablemente muy poco. Inmediatamente observó la puerta que comenzó a abrirse lentamente y observó la figura de Chitose.

 

–¿Pero cómo demonios…..?

–La puerta de adelante estaba abierta.

–¡idiota! La idea no era entrar por adelante, podrían vernos –dijo dándole un suave zape en la nuca.

–Aaaay, bueno, si querés la cierro y vuelvo por-….

–Ni te atrevas, eres tan idiota que lo haces –Nioh entró a la casa con sigilosos pasos–. Debe estar por aquí, no hagas ruido…..

 

Chitose empujó la puerta la cual se cerró estruendorosamente.

 

–Dije…. “no-hagas-ruido” ¿Qué parte de esa frase no entendiste? –regañó entre dientes Masaharu, Chitose se rió estúpidamente–. El cuarto debe estar por ahí.

 

Señaló el pasillo y ambos se acercaron muy lentamente al cuarto, abrió la puerta semi abierta y notaron que encima de la cama habían dos pequeños bultos y un enorme perro de gran tamaño; al escuchar el sonido, el canino comenzó a gruñir, pero al sentirse acariciado por el cálido rose de Chitose no se sintió amenazado y siguió durmiendo, Nioh pensó que entre animales se entendían, aunque a Senri no le gustó para nada esa analogía. Abrió las sabanas y pudo notar que dentro de la cama estaban Eiichirou y Kazuya, tomó lentamente al niño de cabello oscuro y dejó al castaño seguir durmiendo.

 

–Lo tengo–afirmó Nioh arrullando en sus brazos a Kazuya–. Vamos.

–Espera…. –miró a Eiichirou–: Ooow, es tan boniiiitooo….

–Chitose, no vayas a tocarlo, puedes despertarlo y ahí si te juro por todos los demonios de la tierra que patearé tu trasero hasta mandarte a la luna –habló el joven Nioh y frunció el seño.

–Que cruel eres conmigo, realmente no me aprecias…. –suspiró y besó la frente a Eiichirou, lo que provocó que el pequeño abriera sus ojos perezosamente, pero de inmediato Nioh le encajó uno de los sahumerios aromáticos que llevaba Chitose en sus pantalones que le provocó un sueño profundo.

–Oye, que atrevido como me tocaste el pantalón….

–Tú casi despiertas al nene que nos puede atrapar, vamos antes que llegue Fuji….ya estoy escuchando su voz.

 

Casi como un rayo Nioh salió por la puerta trasera seguido por Chitose, Fuji entró por la puerta delantera y observó extrañado que había dejado las puertas abiertas. Recordó entonces que había platicado unos segundos con la mujer y volvió a la casa rápidamente por lo que dudaba que hubiera pasado algo en su ausencia, pero grata fue su sorpresa al encontrar la puerta trasera semi abierta y la habitación de los niños completamente expuesta.

 

–¿Eiichan?, ¿Kazuchan? –habló acercándose.

 

Temió lo peor y no estaba en la duda, cuando ingresó al cuarto y vio a su hijo dormido, pero en lugar de Kazuya no había absolutamente nadie.

 

–Ka…..Kazuya………..

 

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El sol logró que Genichirou comenzara a ponerse fastidioso y se tapara con las sábanas de la cama, pero estas blancas no cubrían en totalidad el brillo del sol, por lo que se dio por vencido rápidamente. Hoy también debía presentar servicios en la jefatura, pero podía pasar toda la mañana con Seiichi hasta irse a realizar su labor.

Cerró los ojos nuevamente y recordó esa mañana regresando en el metro a Kanagawa luego de dejar a Kazuya en el orfanato, Seiichi había llorado todo el camino y se quedó dormido, mientras él con sus brazos le cubría completamente. No podía llorar, no en ese momento, pero su corazón se había partido a la mitad y sus ganas de vivir habían reducido un 50%. Miró el techo y cerró sus ojos, ahora era tiempo de dejar todo en brazos del destino.
Recordó también la mirada de Seiichi al abandonarse mutuamente, el dolor de la partida, y más tarde, su compromiso con su mujer que ahora solo era una persona más en su vida.

 

–Genichirou….–susurró una voz junto a él, se dio la vuelta quedando encima de Seiichi y le besó profundamente–. Hm….buen día.

–Buen día Yu-………..Seiichi –musitó, el joven sonrió ante esta respuesta–. ¿Cómo amaneciste? ¿Te duele algo?

–No, no me duele nada…..aunque debo admitir que extrañaba un poco esto –el peliazul tomó el rostro de su “pareja” y le besó profundamente–. Te extrañaba tanto.

–Al fin todo acabo, años y años de sufrimiento disipado, no puedo creer que la vida nos sonría nuevamente, que tenemos a Kazuya con nosotros y…….

–Aun no lo tenemos, la señora Minamoto sigue siendo la madre….y no podríamos-… –gira su rostro pero Genichirou con sus manos lo hace volverlo a mirar.

–Haremos un ADN, lo que sea, pero quiero que Kazuya viva con nosotros….

–Ge…..ni…..

–No quiero arriesgarme a perderlos nuevamente –con su mano le acaricia el rostro y cabello–. Ya sufrí demasiado, no puedo seguir sufriendo más, déjame…………déjame ser feliz aunque sea, contigo, con Kazuya, solo nosotros tres……..

–Tus papás….

–Mis papás me odian por lo que hice, prácticamente los golpee para que me dejen salir, me importa tres cuartos todo, el dojo, la casa, ¡que se la quede mi hermano! Yo sólo quiero estar contigo, aquí o debajo de un puente, no me importa…..solo-……–le besa los labios–. Solo quiero….

–Genichirou…..–murmuró teniendo la boca de su pareja a pocos milímetros de él–. Sabes que te amo ¿lo sabes?

–Claro….yo te amo muchísimo más…..no sé porque fui tan idiota en primer lugar, tal vez era miedo….

–Geni, teníamos tú 22 años y yo 17, éramos unos niños…..

–Aun así, no fui buen padre con Kazuya, ni buen novio contigo, deje que te torturaran sin hacer nada al respecto y tu……–le acaricia suavemente el pecho y baja al vientre–. Estabas teniendo a mi hijo.

–Tú no lo sabías Genichirou…..–Seiichi comenzaba a entristecer al ver el rostro de su amado, brillando.

–No importa, no sabía pero yo te amo…………te amo de verdad…..–levantó la mano y le acarició nuevamente el rostro, besándolo suavemente.

–Yo también –susurró aceptando la caricia.

 

Pensó que comenzarían de nuevo, que los besos se transformarían en mordidas, que nuevamente unirían sus cuerpos, pero el sonido del despertador le cortó el dramatismo y el calor a la escena que poco a poco se fue congelando. Jaló como pudo el reloj y le apagó, empezando a incorporarse mientras Seiichi buscaba su pijama por toda la habitación, pijama que había desaparecido la noche anterior.

Nuevamente todo volvería a su rumbo, Genichirou comenzaba a oler el comienzo de algo nuevo; se colocó una ropa ligera y caminó a la cocina para hacer café, mientras que Seiichi se daba una ducha.

 

–Ya está el café –habló Yukimura secándose el cabello con una toalla, Genichirou notó que lo llevaba mas largo que antes–. Huele delicioso.

–Hice tostadas también, y puse la fruta en la mesa –el moreno observa como su pareja toma una manzana–. ¿Pasa algo?

–Me pregunto porque Kazuchan no le gustan las manzanas –le dio una ligera mordida y observó al morenazo frente a él sirviéndole café, se veía realmente sexi con ese mandil celeste, seguramente sería un buen amo de casa.

–No sé, iré a bañarme y a cambiarme, ¿atiendes la sartén?

–Claro, claro ve –Seiichi se levantó y observó dos huevos en la sartén que atendía su pareja.

 

Espero unos minutos y sacó los huevos de la sartén adornando mejor la mesa, parecían recién casados, tenían que vivir un poco la soledad antes de traer de nuevo a Kazuya y ser una familia completa, aunque ahora que lo pensaba, el departamento sería demasiado chico para los tres, tendrían que comprar algo más grande y probablemente Genichirou construiría su propio dojo de kendo nuevamente. Sonrió y comenzó a comer cuando escuchó el sonido del teléfono, inmediatamente fue a atenderlo.

 

–¿Seiichi? –se escuchó del otro lado, el joven se alertó al oír la voz preocupada de su primo.

–¿Qué pasa Syusuke?

–Es…….es Kazuya………..–susurró con un hilo de voz–. No está.

–¿Eh? ¿Cómo que no esta? –Sanada había salido de la ducha y se secaba el pelo mientras observaba a un muy preocupado Seiichi con el teléfono en la mano.

–No está, no sé que pasó, salí solo dos minutos a sacar la basura y cuando regresé estaban las puertas abiertas y Eiichirou estaba solo en la cama……se llevaron a Kazuya…….

–…………Se……..llevaron…………a Kazuya…..–Seiichi aparta el teléfono de él y mira a Genichirou con completo espanto.

 

Su hijo………

 

 

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–No me gusta, no me gusta nada, nada, nada –habló Chitose mientras observaba que en la parte trasera del auto estaba atado de manos y con una cinta en la boca el pequeño Kazuya, aun dormido.

–Sabes que a mi me gusta menos lo que hago, pero mi padre lo quiere y mi padre lo tendrá –frena el coche esperando el semáforo y voltea para ver que el pequeño seguía dormido–. Bien, vamos al lugar que acordamos.

–¿Vamos?

–Estamos juntos en esto.

–Tengo que volver a mi casa, ya de por si Shiraishi piensa que soy demasiado raro, no puedo darle más motivos para que lo verifique –tiró su cabellera hacia atrás y observó la gente que pasaba delante de ellos.

–¿Y qué tiene que ver Shiraishi en todo esto? Yo también tengo vida ¿sabes? Tengo una pareja y todo, usualmente los domingos vamos a caminar cerca de la playa, pero primero es el deber.

–¿Y en qué parte de EL DEBER estoy yo?

–En la parte de sino me ayudas patearé tanto tu trasero que verás las estrellas fugases –Chitose se tapa la boca con las manos–. Me alegra que lo hayas entendido.

–Aun así es cruel tener a un nene de 6 años atado así.

–Cuando lleguemos al lugar lo desataré, no te preocupes, es por si se despierta y quiere escapar.

–¿Por qué escaparía? Te conoce y le caes bien ¿no?

–Por eso mismo, ahora sujétate que voy a acelerar….

–Espera ¿qué es eso? –preguntó señalando al frente. Parecía un hombre en medio de la calle–. Es un hombre.

–¿Qué hace en medio de la calle? –Toca la bocina–. ¡Oye! Apártate…….Oy-…..–el hombre había desaparecido–. De…..desa-…

–Kanata.

–¿Kanata? –mira a Chitose.

–Se está manifestando, lleguemos rápido así invoco a Ari para que nos traiga a Seiichi con nosotros, ésto debe terminar antes que sea demasiado tarde –toma el teléfono celular.

–¿Llamarás al espíritu por teléfono?

–No, idiota –le da un zape–. Wooo, se siente bien, nunca antes había pasado que sonara más listo que la persona junto a mí.

–Bueno, si, una gran hazaña ¿qué harás con el celular? –Nioh comienza a conducir tranquilamente.

–Fácil……..llamaré a Shiraishi y cancelaré nuestra cita….–recibe un zape de Nioh–. Aaaay.

–Disculpa, pero no pude evitar a escuchar eso.

–Si Shiraishi va a mi casa y no me encuentra sospechará, así que le diré una pequeña mentirita piadosa, por ejemplo que mi perro está enfermo.

–No tienes perro.

–¿Que me fui a cortar el cabello?

–Nadie puede cortar esa cosa que tienes por cabello –suspira.

–¿Qué fui a ver la hora que es al reloj de la ciudad?

–Tienes reloj en tu muñeca; sabes, me di cuenta que no sabes inventar una mentira o que eres un idiota, opto por el segundo.

–Masaharu, es cruel de tu parte…..

–Ya llegamos, saca al niño y llevémoslo dentro –Nioh baja del automóvil mientras observa como Chitose toma al pequeño en brazos–. Bien, vamos, hay que invocar a Ari.

 

Ambos entraron a un especie de gimnasio enorme, Chitose sentó Kazuya en una pequeña silla y luego comenzó a prender sus inciensos y velas aromáticas haciendo un circulo alrededor de él, Kazuya abre los ojos lentamente y nota que esta maniatado en una silla con una cinta en su boca, se asusta, pero al ver a Nioh se relaja un poco. Masaharu notó que el pequeño había despertado y con tranquilidad le saca aquello que cubría su boca.

 

–Buen día remolon, al fin haz despertado.

–Tío Nioh….. ¿Qué? ¿Dónde….? –Mira a Chitose que se sienta alrededor del círculo de velas–. ¿Quién es él?

–Kazuya Sanada –murmuró Chitose cerrando sus ojos y poniéndose en una posición similar a la de la meditación–. Es hora que sepas toda tu verdad, desde pequeño haz vivido un terrible tormento.

–¿Tor….mento?

–¿Puedes ver espíritus, ne? –Nioh sonríe maliciosamente, el pequeño se espanta–. Soy como tú Kazuya, SOMOS como tú, pero calmaremos esa agonía que sientes.

–Las estrellas marcan tu destino que se decidirá hoy, pequeño Kazuya –siguió hablando Chitose y respira lentamente–. Tus padres te han abandonado, tu infancia triste y solo, viendo cosas que otras personas no ven, sufriendo por dentro, con miedo, terror……

–¿Te resulta familiar? –Nioh le extiende un retrato hecho a mano de un joven samurái, inmediatamente Kazuya lo reconoce–. ¿Sabes quien es?

–Si….digo, no…..nunca supe como se llama –habló el niño y comenzó a sentirse molesto por el apriete de las sogas–. Tío Nioh, ¿puedes quitarme la soga?, no escaparé….

–Pequeño Kazuya, hoy verás a otro miembro de tu familia que te ha sido oculto durante mucho tiempo, lo despertaremos para ti y haremos que tu “madre” venga aquí a buscarte –mira a Chitose–. Invoca a Ari Yukimura.

–Ari Yukimura……….ven a mi –susurró Chitose.

 

Unos rayos violeta se podían ver por las ventanas del gimnasio, la fuerte ráfaga entró al salón y los envolvió pero sin apagar las velas; de repente, frente a Chitose, una delicada figura apareció, tan clara que apenas se podía ver. Llevaba el cabello hasta los hombros, lacio y azulado, sus ojos eran celestes y su mirada muy parecida a la de Seiichi Yukimura. Traía puesto un kimono tradicional color azul oscuro y se encontraba descalzo, sus manos juntas se podían notar ensangrentadas, su piel blanca como el papel denotaba su perdida de sangre que causó su muerte.

 

–Ari, tengo aquí a uno de tus herederos –Nioh comenzó a hablar con la voz ronca y sus ojos se tornaron rojo–. Ve en busca de Seiichi, ve y tráelo aquí……..

–¿Para qué? –la suave voz de Ari se producía cuando Chitose abría los labios, Kazuya tembló–. ¿Para matarle como mataras a ese inocente niño?

–Es lo mismo ¿no? El niño morirá de todas formas, así que ve y tráeme a Yukimura –Nioh se acercó a Kazuya y le tomó de los cabellos sacando de entre sus ropas una pequeña espada que fue creciendo en volumen por su poder espiritual–. O le cortaré la cabeza aquí mismo.

–………………………….Hai…..she…..

–No pronuncies mi nombre…….ve por Seiichi, ¡rápido…….!

–…………….no saldrás con la tuya –Ari desaparece lentamente.

–Mira como tiemblo, estúpido, no pudiste vivir sin tu amado Kanata, pues –mira a Kazuya llorar–. Veré si Seiichi puede vivir con la cabeza de su hijo en sus manos………así como me llamo Ayame …..o mejor dicho…..–sus ojos brillan–. Haisherito Masaharu.

 

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–Haisherito –la suave voz se escuchó, el joven se miró al espejo y notó que su fisonomía era la misma, pero su cabello había crecido y era rubio, sus ojos cambiaron a azules y su mirada era mucho más débil y compasiva–. ¿Qué me paso?

 

–Marui….oye Marui ¿estas bien? –preguntó Jackal entrando al baño y notando que Bunta ya no estaba allí–. ¿Bunta? ¡YAGYU! BUNTA NO ESTÁ.

–¿Cómo que no está? Lo vi entrar recién, se sentía muy mal y me dijo que iría al baño….–Yagyu ingresa al baño y nota la ventana abierta y nadie allí–. ¿Se habrá salido? ¿Por qué escaparía?

–No sé, pero, llama a Yanagi, algo esta pasando, algo raro.

–¿Hm? ¿Por qué lo dices?

–Antes que entre al baño, vi como el cabello de Marui crecía y se volvía rubio, sus ojos comenzaban a hacerse más celestes, era raro, como si….como si…..

–¿Lo poseyeran?

–Si, si, eso, eso……….algo esta pasando y tengo mucho miedo Yagyu.

–Vamos a buscarlo, Masaharu no ha llegado aun de comprar el pan y estoy asustado.

 

A pocos metros de allí, Marui caminaba por las extensas calles, llevaba ropa bastante antigua que parecía una túnica blanca, estaba descalzo, sus ojos prácticamente no tenían pupilas y eran más celestes que el cielo, su cabello rubio era completamente largo, ya no era Marui.

 

–Haisherito, no dejaré que te salgas con la tuya….–Marui toma un palo que se encontraba en el piso y con sus manos lo transforma con su energía  en una espada, sus pupilas comienzan a crecer, ahora estaba poseído por completo–. Porque te amo, te amo tanto Haisherito, no dejaré que arruines todo esto…………..por que me llamo Meriaki Yukimura.

 

 

Continuará.

Notas finales:

 

Woooooo, es increíble como Marui sufrió una metamorfosis. Bien, aquí la explicación. Marui es la rencarnación de Meriaki, sus nombres empiezan con M jajajaja no se dieron cuenta ¿no? Bah es porque lo acabo de inventar y salió así. Nioh es hijo de Haisherito Masaharu (Haisherito es el nombre ARTISTICO para decirlo de una forma, el nombre real es MASAHARU), pero también posee el espíritu de su padre, el cual se apoderó de él; además de ser medio demonio el muchachito este, es el malo de la película, pero no porque él quiera, sino porque su padre se apoderó de él (larga historia que esperemos salga en el siguiente capítulo). Meriaki es el eterno enamorado de Haisherito (lo amaba más que a el mismo, por eso después de unos cuantos años, Haisherito, al no poder re-evaluar la muerte de Meriaki, decide casarse con una humana para dejar su inmortalidad), así Meriaki es el hermano de Ari, también es quien posee poderes espirituales mucho más bajos que su hermano menor, pero aun así posee poderes.

 

DESCRIPCIONES!!

 

Ari Yukimura: Cabello azulado, lacio hasta la nuca, ojos celestes. Mide 1.75 mts (como Seiichi) y es delgadito, usa kimono, como vieron. No aparecía hasta ahora más que en recuerdos porque estaba perdido en el mundo entre los vivos y los muertos. Chitose lo trae al mundo de nuevo. (Nota: cuando las personas son asesinadas, no pueden aceptar su muerte, como pasó con Kanata, y se quedan en el mundo de los vivos; en cambio los suicidios, ellos se pierden en el mundo de los vivos y muertos, por lo que no pueden hacer nada hasta que alguien los invoque).

Kanata Sanada: Cabello corto y lacio (lo tiene hasta la nuca), negro, y ojos miel (como Kazuya), mide 1.87 mts, es grandote, era samurái. Es quien se encarga de cuidar a Kazuya, por lo cual se lo ve en varias escenas cuidando, tanto a Kazuya como a Eiichirou. Fue y será hijo único del clan Sanada, por lo que a los Sanada le dolió tanto su muerte que quisieron tener a uno de los gemelos con ellos para que el apellido siguiera.

Meriaki Yukimura: Hermano mayor de Ari, de 18 años, tiene cabello largo y rubio, ojos celestes. Mide 1.78 mts y es delgado, usaba túnicas blancas y en el momento de ser asesinado también las usaba. Vive en el cuerpo de Marui hace años, pero recién ahora puede despertar.

Haisherito Masaharu: O simplemente Haisherito, es el demonio rey de todos, puede cumplir deseos a quien se lo pida cuando se lo pidan, pero siempre a costa del alma de la familia y su descendencia hasta que quede satisfecho en su placer. Tuvo un hijo, Masaharu Ayame, o Masaharu Nioh, como es llamado humanamente. Tiene cabello negro y ojos rojos, estaba enamorado de Meriaki (único humano al cual amó alguna vez), pero cuando éste es asesinado, Haisherito toma venganza matando a todos los Yukimura que él desee; murió de viejo al no poder re-evaluar la muerte de Meriaki y haberse casado con una humana para hacerse humano y morir, radica en el cuerpo de su hijo para cumplir su propósito y asesinar a Kazuya y Seiichi.


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