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Don De Familia por Shin Black

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Capitulo 2: el niño Eiichirou Tezuka.

 

Su corazón era débil, muy débil, pero su cuerpo resistía cualquier golpe del destino. Eiichirou solía ser autista, pero no habían detectado señales de autismo en sus exámenes psicológicos, por lo cual, no entendían porque el pequeño no quería comunicarse y hacer sociales como cualquier otro niño. Sus cabellos eran muy parecidos a los de Kunimitsu, sus ojos también los eran, su mirada bastante perdida siempre se quedaba viendo fijo hacia algún cachorrito o gatito que pasaba frente a él, por lo que sus padres, para mejorar sus habilidades comunicativas, le obsequiaron un cachorrito de labrador con el que pronto se encariño.

Tolomeo, lo llamó, nombre poco común para un perro y también palabra difícil para pronunciar en un pequeño de 6 años, pero muy a pesar de su edad el niño era demasiado inteligente. Podía observar como leía y coloreaba perfectamente, sus dibujos turbios más allá de cualquier óptica, eran realistas. Usualmente cerraba sus ojos y comenzaba con unos trazos de colores, para después abrirlos y comenzar, hasta que no terminara no ingería bocado y eran tan perfectos que parecían una fotografía, su inteligencia superaba límites conocidos.

No tenía mucha relación con su hermano Kunimitsu, más que nada porque seguía dolido por los acontecimientos que sucedieron en la época de su nacimiento, pero a pesar de todo  trataba de ser un buen hermano. Aunque la relación era fría, Eiichirou tenía esa extraña necesidad de acercarse a su gélido y poco comunicativo hermano mayor.

 

–Eiichirou, ven amor –murmuró Ayana observando como su pequeño hijo arrastraba un peluche de conejo caminando torpemente por el pasillo–. Vamos a hablar con papá de la escuela a la que irás este año.

 

El pequeño los mira, sus ojos están caídos y su mirada perdida, aun así arrastra su conejo de peluche hasta la silla y lo coloca allí, luego tira de la silla de al lado y se sienta. Ayana observó preocupada a su marido, el cual aclaró su garganta y le puso varias panfletos de diferentes escuelas de la zona. El pequeño miró todas y señaló una en particular.

–Aquí.

–¿Hm? ¿Rikkai? –preguntó, el niño afirmó–. Queda algo lejos de aquí.

–La vi en mi sueño, quiero ir allí, Kunimitsu estará allí –nuevamente reafirmó su carácter muy parecido al de su hermano. Kunihara no le quedó de otra que aceptar.

–Ok, hoy mismo le diré a Kunimitsu que presente tu ficha –susurró el hombre y se levantó–. Ve a jugar.

 

Eiichirou salió corriendo y empezó a hablar solo en susurros, sus padres lo escucharon y se preocuparon aun más, no podían entender porque el niño parecía más expresivo con el muñeco que con sus propios padres.

 

–¿No te resulta extraño? –Murmuró Ayana, el hombre se dio vuelta para ver a su mujer–. Dijo que esa escuela la vio en sueños, pero Eiichirou nunca estuvo en Kanagawa, nunca vio fotos del Rikkai y mucho menos sabía que Kunimitsu iría allí.

–Debió haberlo escuchado amor, tú sabes como son los niños hoy día.

–No es la primera vez que me lo hace, unas semanas atrás, antes que sacara las cosas de las bolsas ya sabía lo que iba a preparara, además…..

–Debió haber leído tu lista de compras….

–Sabía que el señor Kamiya murió, y lo dijo la noche anterior, ¿recuerdas? Nos dijeron que el anciano había muerto esa noche y él vino a nosotros diciendo que Kamiya-sempai había muerto. ¿Qué más necesitas para darte cuenta que Eiichirou no es normal?

–Es un chico muy perceptivo, es todo –intentó evitar el tema–. Ahora, por favor, déjame leer en paz.

 

Ayana se levantó furiosa y caminó hacia la cocina, pasó por el cuarto de Eiichirou quien se encontraba allí jugando con su muñeco.

 

–No puedes jugar aquí…. –habló solo–. A mamá le molestará si cambias las cosas de lugar, ven a jugar conmigo ¿si?

 

Ayana se acercó un poco más y entreabrió la puerta para ver la soledad en la que se encontraba su hijo, agudizo mejor sus ojos y notó como los juguetes de Eiichirou se movían suavemente, como si una brisa los llevara, pero las ventanas estaban cerradas y la única puerta que daba al pasillo no entraba viendo.

 

–¿Qué está pasando aquí? –murmuró la mujer.

–Nada mami, juego con Kamijou –Eiichirou le mira a los ojos asustándola y cerrando la puerta fuertemente, sin siquiera moverse–. Kamijou, no deberías asustar a mamá cerrando así la puerta.

 

La mujer salió corriendo del pasillo, su hijo no estaba bien.

 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

La señora Minamoto llevaba viendo media hora como su pequeño empujaba una hamaca infantil que había puesto para que él jugara cuando estuviera aburrido. No entendía como podía divertirse simplemente tirando de la hamaca y dejándola caer, haciéndola mover de un lado al otro constantemente como si alguien estuviera allí, pero ella no podía observar a nadie.
Aun estaba algo asustada porque Kazuya hablaba de los colores del aura, al principio pensó que solo era un juego de niños, pero inmediatamente notó que su hijo siempre se quedaba mirando algo cuando la veía pasar, no era que le observara directamente, era más bien otra cosa.

 

–¿Pasa algo, cariño? –preguntó el señor Minamoto mientras su mirada chocaba con la actividad individual que producía su pequeño hijo de seis años.

–Ha estado jugando sólo todo el día.

–Bueno, es un niño con mucha imaginación.

–……..dice que ve a Ritsu –la mujer miró a su marido con los ojos repletos de lágrimas.

–¿Ritsu? –preguntó–. ¿Hablas…..hablas de nuestro Ritsu?

–Ajam….–la mujer se encontraba al borde del llanto, Ayase observó  al pequeño y agudizo sus oídos para oír la conversación que tenía Kazuya con alguien.

–¿A qué quieres jugar ahora? –Preguntó a la hamaca el pequeño–. Ya me cansé de  la hamaca, juguemos con….los dados.

–Es…..muy….

–¿Fantasioso? No amor, no es fantasía, me describió a Ritsu perfectamente –susurró la mujer secando su rostro–. Él jamás conoció ni vio fotos de Ritsu, es imposible, está muy alto en el armario y no alcanza, además nunca le hablamos, por más que lo viera ¿cómo sabía que Ritsu era su nombre?

–Amor, por favor, cálmate.

–¿Nuestro hijo ve gente muerta y quieres que me calme? –Sollozó la mujer–. No puedo simplemente pensar que nada pasó y que esto es normal porque no lo es…..él ve el aura, también puede ver a Ritsu ¿qué más quieres?

–Debe ser fantasía infantil.

–No, no, no, él sabe todo de Ritsu, Ritsu se lo cuenta……Ritsu murió hace 40 años, pero aun así, Kazu-chan lo ve y juega con él todos los días, además, me describió la ropa que le pusimos cuando lo enterramos ¿qué más quieres que te diga para que me creas?

–Amor…………..–piensa un poco–. No sé que decirte……

–Ritsu ¿quieres ver a mamá y papá? –la voz de Kazuya interrumpió el silencio, los dos ancianos se dieron la vuelta para ver al niño con un peluche, solo lo sostenía con una mano, y aunque la lógica y gravedad diría que si solo sostiene una pata del peluche con una mano, dicho osito estaría caído, parecía como si alguien también lo tuviera de la otra pata, por lo que el oso flotaba–. Ritsu quiere estar aquí, mamá…..

–N…..No….–susurró la mujer y corrió hacia Kazuya para tomarlo en brazos y apartarlo del lugar donde estaba Ritsu–: No, no, no, ¡VETE RITSU, VETE! –la mujer sale corriendo con el niño en brazos, mientras Ayase se queda mirando sin entender lo que pasaba.

–A Ritsu no le gusta eso….Ritsu quiere venir con papá.

–¿Q…Que? –Preguntó la mujer y se detuvo para observar a Kazuya–. ¿Qué, Kazuchan?

–Papá se irá con Ritsu este fin de semana, Ritsu está feliz…….pero, papá no vuelve…..

 

Ese fin de semana el señor Minamoto falleció de un ataque al corazón. Kazuya dice que ahora él y Ritsu estarán juntos. Su madre le pidió que no volviera a hablar más de cosas extrañas, por lo que Kazuya se volvió muchísimo más introvertido y menos comunicativo, al pensar seguramente por lo que le expresaba su madre, que era un especie de monstruo.

 

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

 

Rikkai Daigaku Fuzoku, la escuela primaria, secundaria y preparatoria más famosa de Kanagawa, asistían más de mil niños de todas las edades, Eiichirou tanto como Kazuya asistirían en primer grado del colegio. A pesar de ser pequeños algo los atrajo el uno al otro, aunque también debió ser coincidencia que les tocara el mismo salón y se sentaran en butacas paralelas. Seiichi ingresó al aula con una lista y muchísimos libros con dibujos o para colorear. Eiichirou observó como Kazuya pintaba la primera página de su cuaderno, el dibujo era desprolijo pero se notaba bien que estaba distribuido como ellos, cada uno de los niños sentados desde la óptica de Kazuya traía un color determinado alrededor, mezclado con un segundo color más débil. Intentó ver mejor de que se trataba pero la voz de Seiichi lo desconcertó.

–Buen día pequeños, mi nombre es Yukimura Seiichi y seré su profesor titular este año –sonrió y observó uno por uno a los niños para luego caminar entre ellos mientras hablaba–. RikkaiDai Fuzoku es una escuela que los preparará para el deber y el trabajo, además que los moldeará y los hará mejores que cualquier otro, pero todo está en ustedes.

 

Pasó por al lado de Kazuya y observó el dibujo y colores que utilizaba, inmediatamente sus ojos se abrieron y observó en la lista el nombre del pequeño: Kazuya Minamoto. Se había enterado que su padre adoptivo había fallecido recientemente y vive con su madre muy anciana, a pesar de ser poco comunicativo era un alumno brillante y observaba en el dibujo que ocultaba más de lo que decía.

 

–Bien, em….es mejor que nos presentemos, ¿qué tal tú? –dijo señalando a Kazuya. El niño no apartó su vista del dibujo y habló:

–Minamoto Kazuya, 6 años. Viví en Tokio mucho tiempo, soy adoptado, por favor, cuidar de mí –susurró el niño y siguió coloreando más fuerte.

–Em, ¿quién más quiere presentarse? Tú –señala a Eiichirou.

–¿Y…Yo? –el chico parecía algo confundido–. Eiichirou….Tezuka.

–¿Tezuka? ¿Eres algo de Kunimitsu?

–……soy…….su…..hermanito.

–Ya veo, vives en Tokio ¿no? Aw, viajarás todos los días, debe ser agotador –Seiichi sonrió.

–Hmm…..ha…hai…. –el niño bajo la mirada.

 

Extraños, esos dos pequeños eran muy extraños, pero lo que más les llamó la atención eran los dibujos que hacían los niños casi sin pensar, ¡eran fascinantes. Eiichirou había hecho un barco estrellándose con unas rocas, realmente había logrado captar todos los detalles en su mente. Mientras que Kazuya dibujo el aula y a cada uno de sus compañeros rodeado de destellos de diferentes colores, cada uno poseía un color diferente y se extrañó al observarse a él mismo con un aura azul con tintes celestes y dorados.

 

–¿Qué es esto? –susurró en voz baja a Kazuya, el niño miró a Seiichi y sonrió.

–Es bonito, su aura es muy linda.

 

El profesor quedó impresionado ante la mirada miel de su muy pequeño alumno. Cortó inmediatamente el contacto visual y Seiichi sintió que le habían robado el alma. Suspiró pesadamente y volvió a su lugar para seguir presentando niños y conocerlos uno a uno. Kazuya y Eiichirou se quedaron callados a un costado, no volvieron a levantar la vista hasta que tocó el timbre del receso, pero habían escuchado y entendido todo lo que Seiichi explicó en ese pequeño rato de clases.

 

–¿Eso es el aura? –preguntó Eiichirou a Kazuya, el niño le miró sorprendido.

–¿Las ves?

–No….pero las siento –susurró y se apartó unos centímetros para pasar su mano por el aire, Kazuya inmediatamente captó que le estaban tocando el aura.

–¡SEIICHI SENSEI! ¡EIICHIROU-SAN ME ESTA TOCANDO EL AURA! –gritó el pequeño.

–…..eso no sonó tan lindo –susurró Seiichi acercándose a ellos, todos los niños se fueron al patio a jugar y comer, pero Eiichirou y Kazuya se habían quedado–. ¿Por qué no van a jugar con sus compañeritos?

–No me gusta jugar –Eiichirou se sentó en su silla y comenzó a mover  de un lado al otro su lápiz.

–A mi tampoco…..

–¿Estarán bien si me voy a comprar algo para comer? –los niños afirman, Seiichi no tan seguro se va al kiosco dentro del colegio mientras los pequeños quedan solos.

–Está aquí –susurró Kazuya y le da vuelta a la hoja para empezar a dibujar.

–¿Él? –Eiichirou mira al costado–. Ya veo. ¿Sabes por qué está aquí?

–¿Sabías que el Rikkai solía ser un campo de guerra? –con sus crayones comenzó a colorear–. El murió aquí hace mucho, mucho tiempo.

–Sus ropas son antiguas y su cabello es marrón.

–Su aura es gris.

–¿Lees el aura? –Preguntó el niño castaño–. Yo no puedo verla aun.

–Si entrenas más seguro podrás verla, ya de por si puedes sentirla –Kazuya le muestra el dibujo y Eiichirou se sorprende al notar que es idéntico al sujeto que estaba viendo.

–¿Cómo…..pudiste dibujarlo sin siquiera levantar la cabeza?

–Puedo verlo porque siento su energía, además de verlo con los ojos puedo percibirlo sin mirarlo –le observa–. Esta enojado, mejor salgamos de aquí.

–Ha….Hai….

 

Los niños tomaron sus cosas y salieron del lugar cerrando la puerta, justo cuando Seiichi volvía con unos bocadillos nota a los pequeños aterrados en la puerta del salón.

 

–¿Qué pasó?

–Hay alguien ahí dentro…..–susurró Kazuya, Seiichi abrió la puerta y encontró todos los papeles en el piso–. No fuimos nosotros ¡De verdad!

–Les creo niños, pero ayúdenme a levantar esto.

 

Kazuya sonrió, al fin alguien le creía, aunque tal vez no demasiado, pero no lo juzgaba.

 

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Una vez terminado el día escolar Seiichi recorrió todos los salones en busca de alguien, no había muchos lugares donde pudiera estar Genichirou Sanada, pero de los tres sectores posibles, no lo había encontrado en ninguno.
Club de Tenis: los niños salieron temprano.
Club de Kendo: Los niños estaban entrenando con su sensei, y Genichirou no estaba allí.
Salón de Caligrafía: estaba completamente abandonado luego de las clases de la primera hora.

Suspiró, y cuando se estaba apunto de dar por vencido escucha una voz gruesa salir del salón de la ceremonia de té. Allí siempre encontraría a Yanagi, pero nunca pensó que al arrastrar la puerta de madera estaría su ex pareja, el joven Sanada, compartiendo una taza de té con Yanagi y Nioh.

 

 

–Sanada, estas aquí, necesito hablar contigo ¿tienes tiempo? –murmuró algo nervioso, Sanada, que vestía con una yukata tradicional al igual que sus compañeros, le hace espacio en el suelo–. No, aquí no, vamos a otro lado.

–¿Por qué? ¿Es tan personal que no puedes decirlo delante de ellos? –habló con algo de cinismo, Yukimura suspiró y le hizo una señal con las manos para que salieran de allí.

–Anda, ve, yo me quedaré con Nioh y limpiaremos aquí –habló Yanagi.

–¿En serio? –Preguntó con pereza Nioh a lo que Yanagi afirmó con la cabeza–. Bueno, ya no importa, ve con Seiichi……necesito hablar de Yanagi sobre que debo regalarle a Hiroshi para su cumpleaños.

–Pensé que eras tú la pareja y sabrías con qué halagarlo.

–Soy su pareja, no su “novio” ¿entiendes? Debes ayudarme –pidió, Sanada se levantó del suelo.

–Disculpen, pero no quiero saber como termina esta conversación, me retiro –murmuró y caminó hacia los pasillos cerrando la puerta tras de él.

–Vamos al salón de Arte, no hay nadie allí a estas horas.

 

Sanada estaba apunto de decir que no había nadie allí en ninguna hora, pero obvio el hecho que el arte no era la asignatura optativa que más se elegía, aunque Seiichi sea un excelente profesor, los niños se naturalizaban más con los deportes, porque, lo tomaban como un juego y en muchas ocasiones, la caligrafía o el salón de té.

Entraron al cuarto y Seiichi cerró la puerta para sentarse en una silla, Genichirou lo imita justo frente a él con una mesa de por medio y cruza los brazos esperando que su ex pareja hable.

 

–Kazuya….–susurró y usó un dedo para apoyarlo en la mesa–. Está aquí.

–¿Ka….Kazuya? –preguntó bastante confundido–. Hablas de….. ¿Kazuya?

–Creo haber sido muy claro cuando dije “Kazuya está aquí” –afirmó, Genichirou tiró su cabeza hacia atrás queriendo matarse si es posible–. Sé lo que estás pensando ¿qué fue lo que hicimos mal?

–¿Te dijo algo? ¿Sabe algo? –preguntó volviendo a recomponerse mirando fijamente al muchacho, Seiichi negó.

–Pero no creo que pase mucho tiempo hasta que sepa la verdad –con su mano derecha pasó por su cabello tirándolo hacia atrás, pensando–. Es igual a ti….

–Hm…..–Genichirou observó a Seiichi algo angustiado y le tomó la mano–. No dejes que tome la clase de tenis.

–Lo sé, lo sé, si algún familiar te ve o él mismo lo hace, se dará cuenta que eres su padre –apartó su mano de la de Sanada y se paró del asiento para caminar hacia la ventana–. Pero no es todo, Kazuya tiene………tiene…..

–¿Qué? –preguntó sin entender.

–Tiene el don de mi familia…..–Seiichi mira a su compañero quien queda petrificado–. Puede sentir, ver auras y también energías, sensaciones y muertos.

–Otra vez un dolor de cabeza –Sanada era escéptico, toda su familia lo era, y consideraban a los Yukimura una familia de brujos debido a su extraña forma de ser–. Tenía que ser tu hijo.

–¿De nuevo con eso, Sanada? Mi familia no son unos brujos malvados, somos personas con dones, pero no somos siniestros –Seiichi estaba cansado del escepticismo de Genichirou, aun después de confirmar su embarazo al cual más adelante daría a luz a Kazuya, Sanada seguía diciéndole que era un monstruo que podía ver cosas que no existían–. Es por esa razón que te aborrezco tanto.

–Bueno, ya, ya, dejemos eso de lado –aunque nunca le creyó, Sanada seguía amándolo, pero muy dentro de él pensaba que Seiichi, al igual que toda su familia, sufría algún tipo de Esquizofrenia.

–Ahora Kazuya está aquí y puede leer el aura, debo hacer algo para que no nos encuentre –se dirige a su bolso para sacar un libro y hojearlo.

–¿Vas a usar tus hechizos vudú para matarnos o algo así? ¿Tal vez para desaparecer? –no era que gozara de burlarse de Seiichi con respecto a su don, era simplemente que creía que se estaba encaminando a un lugar oscuro, y muy bien Genichirou sabía y daba certeza que el joven era un ser de luz, no de oscuridad.

–Créeme, si pudiera hacer vudú, haría un muñeco tuyo y ya sabes donde clavaría los alfileres –con uno de sus dedos señala las partes bajas de Sanada el cual inmediatamente cruza las piernas–. Bien, creo que mañana en la noche apagaré nuestras auras.

–¿Puedes hacer eso?

–Sí, pero no puedo cambiarte el color de cabello, si es lo que deseas saber –sonrisa cínica, muy propia de Yukimura. Genichirou se levanta de su silla y camina hacia él–. Eso si, necesito que vengas a mi departamento.

–Oh, no, no no no no….definitivamente ¡No!

–Entonces no te apago nada y si el niño se entera que eres su padre te lo cargarás tú solo porque yo me haré el desentendido hasta la muerte –cerró el libro bruscamente y lo guardó.

–¿Eh?  ¿Por qué eres tan……tan……cruel?

–¿Por qué no quieres venir a casa?

–Porque sé lo que son tus sesiones de espiritismo y tu brujería, tu departamento me da miedo y no es nada normal, no sé que tienes guardado en el armario pero seguramente no está vivo, y por si no lo recuerdas, soy escéptico – Sanada concluyó cruzando los brazos.

–Pues que tu escepticismo te ayude a salir de esta.

–Eres peor que el diablo Yukimura……–suspiró–. De acuerdo, iré a tu casa, pero sabes que ésto me costará bastante, mi novia preguntará a donde voy y con quien.

–¡Miéntele! Como mentiste a tus padres 3 años de tu vida –Sanada chasquea la lengua y alza una ceja bastante irritado.

–Sabes que no eres muy amable ¿cierto? –preguntó.

–¿Es un cumplido?

–Bien ¿a qué hora paso por allí? –saca su celular para agenda el horario, aunque aun no entendía demasiado la tecnología.

–Mañana  a las 12 horas.

–¿Qué? ¿Estás bromeando, cierto?

–A las doce horas realizo todas mis sesiones;  las doce es un horario de conexión con el mundo y la naturaleza, es las doce o nada, y sino vienes te iré a buscar y te arrastraré de las pelotas hasta mi casa.

–Eres tan refinado al hablar –se rascó su cabeza y comenzó a agenda el horario.

–Disculpa, a veces mi sarcasmo me mata, ¿está bien entonces? Trata de llegar temprano ¿quieres? Odio esperar –sonrisa de por medio y sale del salón.

 

Odiaba admitirlo, pero Seiichi Yukimura, el gran loco de Kanagawa como solían llamarlo en su niñez cuando iba a la escuela, realmente seguía haciéndole latir el corazón, y tampoco quería admitirlo, pero día a día, mientras pasaban las horas, minutos y segundos, seguía cada vez más angustiado de haber abandonado a su hijo. Lo único que le quedaba de Kazuya eran los escarpines celestes que Seiichi ha estado guardando tan celosamente durante seis años.

 

Continuará.

Notas finales:

Yukimura tiene un carácter particular, pero es nada más que un escudo para no sufrir tanto como cuando abandonó a Kazuya obligado por la familia de Sanada y de él, además de dejar al amor de su vida, Genichirou. Por otra parte, a pesar de ser autoritario, Sanada es débil ante Yukimura, supongo que es porque conoce muy bien lo que puede llegar a hacer.

Por ahora Fuji y Tezuka no han aparecido, pero no dudarán en hacerlo en los próximos episodios, y esta vez más fuertes que nunca. Chitose como saben es médium y también tiene poderes para leer las energías, aunque Shiraishi cree que esta loco, pero poco a poco emergerá en el mundo del espiritismo.
Con respecto a los peques, Kazuya como Eiichirou le tienen mucho miedo a los fantasmas, sobre todo a aquellos que ellos consideran “poco amigables” (no es el caso de Ritsu), eso si, cuando apareció Ritsu (el hijo de la familia Minamoto) al principio Kazuya le tuvo terror, pero el niño supo ganarse la confianza de Kazuya. Eiichirou es solitario porque se guarda su temor, también tiene espíritus amigables, como Kamijou, pero no siempre ve cosas agradables, él puede sentir también las mentiras y el odio, por lo tanto sufre la mayoría del tiempo (esto lo hace actuar de la manera que actúa). Ambos, al encontrar un par, se abren más al dialogo, aunque les cuesta bastante como habrán visto. Los niños poseen un amplio vocabulario debido a su individualismo, es una ironía que sepan hablar tan bien sin tener interacción social, pero la tenían, con los espíritus.

 

Este fic no está hecho con muchos conocimientos de magia, auras, etc, así que tuve que inventarme algunas cosas, en realidad Seiichi no apagará el aura, solo la hechizará para que cambie de color por unos momentos, así confundir al niño, aunque ya verán que sale de ello. La historia de Eiichirou la conoceremos más adelante, además de ver algunas cosas de la adolescencia de Genichirou y Seiichi (recuerden que Seiichi tenía 17 años y Genichirou 22 cuando nació Kazuya, por lo tanto era una deshonra para los Yukimura aceptar este nuevo nieto, y los Sanada, ya verán la historia de los Sanada con la hechicería y sobre todo con la familia Yukimura).

 

Besos a todos y dejen comentarios, me ayudan a mejorar día tras día.


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