El espadachín no contestaba, estaba sumido en sus recuerdos… en aquellos recuerdos que conservada de su tiempo de “entrenamiento” con el pelinegro mese atrás, mas específicamente una conversación que había tenido luego de que Zoro perdiese su ojo izquierdo por culpa de los gorilas de aquella isla…
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Flash Back
Zoro se encontraba recostado en la cama de su provisoria habitación mientras la princesa fantasma se encargaba (otra vez) de curar sus múltiples heridas aunque esta vez fuese algo diferente, ya que durante un descuido durante uno de los ataques, una espada había logrado alcanzarle uno de sus ojos. Por suerte, la herida no había sido muy profunda, pero a la perdida de este era definitivo.
Tiempo después, cuando Roronoa estaba tratando de conciliar el sueño por ordenes de la peli rosa, el pelinegro espadachín entro elegantemente en su habitación temporal cargando sus espadas; las cuales había perdido luego de que esos gorilas le dejasen casi fuera de combate.
-cancelaremos los entrenamientos por unos días hasta que te recuperes, y no quiero replicas- amenazo algo fastidiado- a pesar de que no estés grave esa herida te podría costar la vida y, conociéndote, lo mas probable es que vuelva a abrirse- Zoro alzo una ceja por la extraña y repentina preocupación- y si mueres, tendría que soportar yo solo a la chica fantasma-
El peli verde rio con algo de sarcasmo en su tono de voz, después de todo le entendía. Perona era muy molesta cuando se lo proponía y, gracias a sus habilidades, muchas veces se había salvado de que ambos la amarraran al no tener forma corpórea.
Mihawk, ignorándole, se sentó en una silla cerca de su cama y cubriendo su rostro con el ala del sombrero. Mientras que Zoro, con la curiosidad plasmada en su faz intento averiguar si este se encontraba dormido, llevándose un susto de muerte al ver que este levantaba la cabeza y le miraba con la tristeza presente en su semblante, tan diferente a su cara de “poker” tan habitual en el.
-Roronoa, quisiera preguntarte algo, si me lo permites- consulto algo abatido
-eh… claro ¿Qué necesitas saber?- Zoro estaba algo confundido por lo familiar que se estaba tornando esa conversación
-¿Cómo es la relación… de tus nakama en el barco?- escondió su mirada, mas que nada por lo que le había costado formular aquella duda que le carcomía desde hacia ya bastante tiempo
-mmm… bueno-empezo algo cohibido, cosa poco común en el- a pesar de que todos somos muy diferentes y muchas veces discutimos por ello, nos que… queremos mucho… como una familia. Antes de que ellos llegaran estaba solo, al igual que gran parte de ellos-siguió explicando, asombrado por la soltura con la que hablaba pero sin percatarse del gesto de culpa que tenia su acompañante- aun asi, todos nos apoyamos y lo hemos logrado superar… todos somos felices y yo, personalmente, no podría pedir nada mas- finalizo- pero… ¿Por qué me lo preguntas?-
-esta bien, te lo contare. Hay alguien a quien he estado buscando desde hace ya algunos años y… es muy importante para mi, pero yo no supe cuidarle…-su voz se quebró un poco- por mi culpa vivió un infierno… y aunque no he perdido la esperanza de encontrarle temo que me odie…-
-¿es familiar tuyo?- pregunto con una ligera idea de lo que podía estar sucediendo y ganándose un asentimiento de parte del mayor- pues, y creo que si sigues buscándole le encontraras, nunca se sabe, además… este mundo no es tan grande como parece-
Taka No Se me dirigió hacia la puerta con una ligera sonrisa curvando sus labios, musitando un suave “gracias” antes de dejarle solo nuevamente en la habitación.
Nunc más habían vuelto a hablar de ello, muy a pesar de Zoro. No sabia porque le había animado ni porque cada vez que estaba con el pelinegro sentía ese sentimiento de familiaridad con el. Pero tenía una pequeña corazonada, algo que le decía que su pregunta iba con una segunda intención que en ese entonces no había alcanzado a vislumbrar pero que ahora lograba entender… al fin sus palabras lograban encajar…
Fin Flash Back
-a si que a eso se refería…- murmuro más para si que para el resto
-¿de que hablas, Zoro?- pregunto el renito intrigado
-lo siento, Chopper, pero no les puedo decir. Es un asunto algo delicado si es lo que creo que es- respondió algo abatido- prefiero ver como resulta todo y luego se los contare. Confíen en mí- pidió
Los demás aceptaron su excusa, sabían que el espadachín solo les ocultaría algo así solo si era tan grave como había dicho. Después de todo, el chico odiaba guardarles secretos a sus nakama.
Se dirigieron a sus correspondientes camarotes aun con la curiosidad quemándoles por dentro mientras que dejaban a los otros dos en cubierta. Esa fue una noche larga para todos, en especial para el cocinero, quien a pesar del miedo que se apoderaba de su cuerpo cada vez que recordaba “ese suceso”, logro contarle todo lo mas detalladamente al pelinegro lo que había ocurrido; logrando que al aludido se le desencajara literalmente el rostro ante cada palabra de su sobrino.
A la mañana siguiente, los mugiwara se dirigieron a la cocina cuando se toparon con una escena que nunca se hubiesen esperado ver: recostado en el mástil principal y con el sombrero tapando su rostro estaba Mihawk, mientras que Sanji se encontraba durmiendo con la cabeza apoyada en su torso y siendo abrazad con ternura por su tío.
Hubieron reacciones varias, desde las sonrisas de ternura que tenían las chicas del barco hasta el pre infarto que sufrió Usopp al ver una escena que sobrepasaba sus límites predispuestos y, tratando de no despertarles, intentaron seguir su camino cuando una grave voz les detuvo.
-buenos días, Mugiwara’s-saludo el de ojos miel poniéndose de pie mientras cargaba delicadamente al rubio aun dormido entre sus brazos- es hora de que me marche, pero sé que dejo a mi sobrino en buenas manos- comento con una minúscula sonrisa mientras dejaba al rubio entre los brazos del ciborg- si no me equivoco tardaran ocho días en que se recargue el log pose- la navegante asintió- entonces les molestaría… ¿si vengo a visitarles?-
-shishishi claro que puedes, ahora también eres nuestro nakama. Si Sanji dijo ayer que todo estaba bien no le veo inconveniente alguno. Después de todo se nota que se quieren mucho- respondió el capitán con una enorme sonrisa
-veo… y me pregunto como es que saben que Sanji me perdono si se supone que aun no les había dicho nada- alzo una ceja divertido al ver el tono carmín que se hacia presente en los rostros de aquella tripulación
Aun más divertido, se bajo del barco de un salto y recupero su espada para dirigirse a la base de la marina de aquella isla para cumplir con sus deberes de Shichibukai y, cuando se diera la ocasión, ir a visitar nuevamente a su sobrino.
Mientras tanto, en el barco de los mugiwara Zoro se encontraba llevando al rubio a su habitación. Franky lo había dejado en sus manos con la excusa de estar ocupado con uno de sus proyectos, mientras que los demás se repartían entre sus deberes propios y los de su cocinero; las chicas se harían cargo de la cocina y el músico junto con el tirador de a limpieza de esta.
Habían decidido dejarle dormir, se notaba que el pobre rubio estaba muy cansad y seguramente agotado mentalmente por todas las emociones que había vivido el día anterior
El espadachín por su parte no podía despegar su mirada del chico, quien presentaba ligeras ojeras y aun patentes el rastro de sus lágrimas en su pálida tez. Le acostó suavemente en la cama y le tapo con las mantas, sin poder evitar limpiarle con el dorso de su mano sus húmedas mejillas mientras depositaba un ligero beso en su frente, conmovido por tal escena hasta lo mas profundo de su corazón.
-cocinero ¿Qué es lo que te ocurre? ¿Que es lo que nos escondes?-murmuro en ton bajo, intentando no despertarle- no sabes cuanto me gustaría saberlo y ayudarte a llevar esta carga que has sostenido tu solo todo este tiempo…compartir tu dolor y hacerlo mio- una ligeras lagrimas se asomaron por su ojo bueno- no sabes cuanto te amo… cuanto odio ver la tristeza surcando tus hermosos ojos azules…cuanto me gustaría que me dieran una oportunidad, aunque sé que es imposible…-
Tsusuku (o tal ves no xD)