Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Rapsodia" por Yae

[Reviews - 273]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

 

La puerta se abrió con el mayor cuidado posible, con las luces de la sala encendidas Konan los esperaba leyendo un libro sentada en el sofá.

— Creí que llegarían más tarde — la mujer de cabellos azules de inmediato fue hacia la puerta — ¿se divirtieron? — su hermosa sonrisa fue evaneciéndose al ver las expresiones algo compungidas en Naruto y más escasamente en Sasuke que sin saludarla paso de largo dirigiéndose a la habitación que utilizaba. — Kamina está durmiendo, despertó un par de veces nada más.

— Gracias por cuidarlo — fue Itachi el único quien agradeció el detalle.

— Ven Naruto, te llevo a tu cuarto — Nagato ayudaba al rubio a caminar quien aún seguía algo bebido hipando esporádicamente.

— Quiero… ¡hip! Hablar con Ita-chan — se quejaba en tanto era guiado por su pariente lejano a la recamara.

— ¿Paso algo? — La mujer se cruzó de brazos mirando fijamente al Uchiha mayor — no parece que haya sido una fiesta muy memorable.

— Por el contrario — bufó cansado — estoy empezando a creer que todo en mi vida está equivocado — confesó en un murmuró yendo hacia la cocina.

— ¿Equivocado? ¿Por qué? — oyendo clarísimamente Konan lo siguió viendo como el otro servía un vaso de agua directamente del grifo del lavaplatos.

— Mejor olvídalo, no tiene importancia.

— Sí que la tiene, ¿acaso peleaste con Naruto? — Preocupada trató de escudriñarlo con la mirada — Itachi…

El nombrado suspiró quedamente antes de beberse el agua, el desenlace de la fiesta fue casi desastroso a sus ojos como si hubiesen vertido veneno en todo el entorno de manera tan conveniente con la llegada de Sasuke, tan contradictorio… como si quisieran hacerle sentir fuera de lugar.

 

 

 

0o0o00o0o0

 

 

Oyó perfectamente el sonido de lo que identificó como un anillo rebotando hasta quedar a sus pies girando unos segundos, había escuchado parte de lo dicho por Naruto más concretamente las últimas líneas.

“si yo le dijese, cásate conmigo”

Aunque hubiese oído solamente el par de palabras finales no habría supuesto nada, no era como para huir sintiéndose engañado creyendo que Naruto le estaba pidiendo matrimonio a su pequeño hermano, pese a ello fue la reacción ácida de Sasuke la preocupante, como este gritaba que no le importaba y aventaba la argolla lo más lejos posible haciendo evidente su desagrado por la petición.

— ¡Itachi! — Naruto no tardó en reaccionar lanzándose en nueva cuenta al piso para recoger la joya guardándola nervioso en su pantalón — ¡no es lo que piensas! ¡hip!

Sus oscuros ojos trataron inútilmente de enfocar a su menor condicionando lo que debería decir a la expresión de este.

— Yo solo… ¡hip!

De inmediato le tomaron de las manos y lo zarandearon suavemente, la voz de Naruto era completamente de angustia; le explicaba con torpeza lo que había sucedido pero aunque lo entendiese a la perfección por un leve retazo de tiempo se sintió acongojado por lo que no dijo nada, temía que al pronunciar tan solo una palabra su entonación fuese más que plañidera, no obstante se mantuvo atento a Sasuke tratando de adivinar la expresión que este les dedicase.

— Itachi… no estas escuchándome ¡hip!

Y ciertamente no lo hacía del todo por lo que la voz de Naruto fue tiñéndose de ligero enfado.

— ¡Itachi! — reclamó levantando la voz utilizando su mano izquierda para sujetarle con exagerada firmeza el rostro para que le prestase más atención. — ¡Estoy hablándote!

— Deja de gritar Naruto.

Al fin la voz de Sasuke se escuchó captando total atención de todos y en especial la de su hermano mayor.

 

 

0o0o00o0o0

 

 

Tan solo con la intervención de Kisame pudieron cortar tan incómoda escena logrando regresar todos juntos de la celebración ya nada grata.

— Trata de descansar — Konan suspiró — ya sabes que si necesitas algo puedes contar conmigo y los muchachos.

Itachi se limitó a asentir.

 

— Ya deje a Naruto sobre la cama pero no deja de hablar — Nagato se asomó desde la puerta de la cocina.

— Bueno será mejor irnos — la mujer habló saliendo del lugar — ¿Dónde dejaste a Yahiko?

— Esta abajo en el auto, está igual que Naruto así que de seguro está hablando solo.

— Mejor nos damos prisa — se giró sonriéndole de ultimo al pelinegro — nos veremos luego Itachi, despídenos de Naruto.

 

La severa jaqueca que estaba molestándolo solo le permitió asentir de nuevo para despedirse de ambos antes de que se marcharan, procediendo a apagar todas las luces fue a pasos lentos a su habitación, no estaba seguro de si hablar con Sasuke en la mañana, preguntarle el porqué de su reacción y confiar en que el arrebato no fuese producto de…

Celos.

Inspiró hondo cuando estuvo dentro de la recamara, aproximándose con cautela a la mullida cama tanteó sobre está tratando de corroborar que Naruto estuviese durmiendo al no oírle.

— Siento… haber arruinado tu fiesta de cumpleaños-hip — dijo en medio de la penumbra recostado boca arriba.

— No la arruinaste…

— Lo hice — interrumpió — ya ni se porque-hip le pregunte a Sasuke sobre… lo que quería decirte.

— ¿Y que querías decirme? — susurrando se acercó más casi arrimándose al lado del rubio.

— Lo sabes — hurgando con torpeza entre sus bolsillos sacó el anillo elevándolo sobre si lo mas que pudiese viendo a través de la circunferencia la poca luz de luna que entraba por la ventana — sé que-hip no podemos casarnos en Japón… pero aun así — tragó pesado — aunque tuviésemos que esperar-hip mucho… que tu aceptaras casarte conmigo. — Los dedos que sujetaban la argolla se contrajeron ocultándola en su palma al formarse el puño.

Itachi guardó silencio los próximos segundos manteniéndose en su posición de rodillas sobre la cama, apenas si lograba escuchar el sonido de sus respiraciones el del ligero hipar del rubio, angustiándose como hacía tiempo no lo hacía de no poder verle, por su incapacidad de admirar esa luz de sol y grabar cada imagen en sus memorias. — También quiero hacerlo.

— ¿Eh? — confundido Naruto viró hipando en el proceso, veía al pelinegro también atento a él; con esos perfectos labios entreabiertos y con la espléndida mirada enfocada en su dirección.

— Casarme contigo, yo también quiero casarme contigo — habló suave pasando los mechones negros de su cabello tras su oreja derecha.

— ¿En verdad? ¡Hip! — Como un resorte Naruto se incorporó sonriendo ampliamente al verle asentir confirmándolo — estoy… ¡es estupendo dattebayo! ¡hip! — todo emocionado no tardó en colocar el anillo en el dedo anular de la diestra de Itachi abrazándolo después.

— También voy a darte un anillo — musitó quedito correspondiendo el gesto del otro sintiendo un ligero nudo en la garganta.

— No tienes que hacerlo… — el rubio suspiró contra el oído ajeno — lo único que quiero-hip es ser lo más importante en tu vida.

Lo eres. Quiso responder pero se lo impidieron con un cándido beso que furtivo llegó a sus labios.

 

 

Más importante que Sasuke.

Y aunque no fuese su cumpleaños aquel fue el deseo de Naruto.

 

 

 

 

 

 

 

Aquella mañana despertó con una ligera resaca y a sabiendas de que con un par de analgésicos estaría como nuevo no le prestó más atención a la aflicción siendo los llantos de Kamina lo único que la acaparaba. Pero meciendo al infante paseándose por el pequeño cuarto fue la única manera de consolarlo para que dejase de llorar, Sasuke estaba cansado poco había podido dormir la noche anterior pensando en cientos de cosas inútiles y cómo encarar a su hermano mayor para decirle que aventó el mentado anillo la noche anterior solo por fastidio a Naruto.

Suspiró y Kamina volvió a amenazar con retomar su llanto de su padre dejar de caminar.

Decidido a dejar ese departamento ese mismo día sopesaba a quien encargar a su hijo durante unas horas, no estaba dispuesto a pasar más tiempo cerca de Naruto y sus estúpidas fantasías de cuentos. Se mordió el labio inferior algo más enfadado, afortunadamente el vibrar de su celular sobre el buró lo distrajo para contestar a la llamada.

— Habla Uchiha.

¿Y porque tan enfadado?

Sasuke chasqueó la lengua al reconocer al dueño de la voz — Madara…

Tu entusiasmo me sorprende — hablo irónico riendo leve al otro lado de la línea.

— Que es lo que quieres. — Acomodó mejor al bebé que sujetaba con un brazo.

Acabo de llegar a Tokio Sasuke y me gustaría que nos viésemos en una hora, si puedes háblale a Itachi y dile que también quiero verlo.

El más joven bufó, — mándame la dirección e iré a verte — espetó ansioso por cortar la llamada.

 

 

 

No quería ver a Madara, no creía que ese hombre fuese a venir con tanta prisa a Japón para molestarlo con trivialidades y a saber con cuanta tontería más. A prisas terminó de arreglarse para encaminarse a la sala topándose con su hermano sirviendo el desayuno, aun se preguntaba como este podía preparar la comida y desplazarse por la ciudad sin muchos contratiempos pese a estar técnicamente ciego. Nunca lo había visto usar uno de esos bastones blancos o llevar un perro lazarillo… de seguro no los necesitaba.

No importaba lo que hiciese Itachi siempre era perfecto.

Mordiéndose la lengua ante su conclusión se aproximó a su mayor, — buenos días.

— Buenos días Sasuke, ¿Cómo te sientes? — sonrió de inmediato pasando con cautela las manos tras su espalda para quitarse con disimulo el anillo.

— Solo un leve dolor de cabeza — respondió parco acercándose más — necesito que cuides a Kamina unas horas. — ¿Podrás?

— Desde luego — cuando su hermanito se acercó del todo extendió los brazos para sujetar al pequeño bebé que entre gimoteos anunciaba su apetito — cuando regreses me gustaría que hablemos.

Sasuke inspiró hondo, — Itachi no voy a repetirlo así que escúchame bien — afiló la mirada amenazante — Naruto y tu pueden hacer lo que les venga en gana pero me irrita que quieran compartir su “dicha” conmigo, así que dile al estúpido de tu novio que se guarde sus planes amorosos solo para ti.

— Sasuke… — antes de que pudiese argumentar algo los pasos de su menor dirigiéndose a la salida fueron lo último que oyó — ¡Sasuke! — elevó la voz pero el estridente portazo espantó al bebé que empezó a llorar. — Tranquilo no pasa nada — suspiró tratando de consolar a su sobrino y de paso así mismo, aunque no deseara hacerlo debía hablar claramente con su hermano menor.

— Porque tanto escándalo´ttebayo… — bostezando y rascándose la nuca Naruto salió de la habitación solo vistiendo los pantalones de su pijama.

— Ya son casi las ocho — aclaró acunando mejor al infante arrullándolo.

— Me duele la cabeza… — volvió a bostezar cubriéndose la boca con una mano — voy a reportarme enfermo dattebayo… — resintiendo su malestar fue a sentarse a la mesa acomodándose mejor para ver a Itachi atender a Kamina — ¿y Sasuke?

— Salió.

— Humm — sin que la noticia pareciese sorprenderle siguió observando — ¿quieres que prepare el biberón de Kamina-chan?

— Ya lo hare yo sujétalo unos momentos — entregando al bebé se apresuró a la cocina colocándose de nuevo la argolla de compromiso.

— Ita-chan, ¿crees que me den el día libre si les digo que amanecí enfermo? — Hablaba desde la sala meciendo al pequeño Uchiha intentando entretenerlo — podríamos salir los tres… Kamina-chan, tú y yo. Sería fantástico´ttebayo.

 

Ante la sorpresiva propuesta no puedo evitar derramar algo del agua caliente que vertía en el biberón quemándose parte de su mano izquierda con el líquido hirviente. Siseó presionando los dientes para no emitir un quejido y no tirar lo que sujetaba.

— ¿Itachi estas escuchándome? — bufando algo hastiado Naruto se puso de pie para acercarse aun con el bebé en brazos.

— No es buena idea Naruto, de seguro Sasuke no tarda en regresar — argumentó terminando de preparar la botella de leche antes de poder atender su pequeña lesión.

— Quiero decirles a mis padres que vamos a casarnos,  ya sé que no será pronto pero igual quiero decirles —  retomando su animosidad recibió el biberón que ansioso el pequeñín empezó a succionar hambriento.

— Esta bien, podemos acordar una comida o algo — empapando su leve quemadura con el agua del grifo trató de ser complaciente.

— Seguro que sí, van estar más que contentos con la notica dattebayo.

Asintió sin estar muy seguro, ya se imaginaba a Kushina escandalizándose y tratando de que Naruto no se “precipitase” de nuevo como decía con cada noticia importante que le notificaban; cuando empezaron a salir, cuando se mudaron para vivir juntos u otros eventos parecidos. Minato era otro asunto, lo más probable seria que este reaccionara condescendiente tan solo argumentándose como patrocinador de la boda… un pequeño escalofrió recorrió su espina, la idea de casarse le gustaba bastante no iba a negarlo pero pese a ello pensar en el evento social que forzosamente debían organizar era lo que podría ponerlo ligeramente ansioso.

— ¿Te quemaste? — curioso el rubio se inclinó viendo las manchas rojizas sobre la mano del otro empapándose en el agua del grifo — ya te dije que yo preparaba el biberón…

— Pude hacerlo perfectamente Naruto. — Elevó la voz ligeramente arrepintiéndose en el acto al ver al otro respingar algo sorprendido. Resopló escasamente sabiéndose nervioso, el asunto de la noche anterior, la reticencia del ojiazul porque no trabajase y el conjunto de sensaciones que iban acumulándose en torno a su clara inutilidad producto de sus padecimientos le estaban desesperando con rapidez.

— Lo sé, no quería enfadarte´ttebayo — se mordió el labio inferior — voy a prepararme para ir a trabajar… — anunció suspirando entregando a Kamina en brazos del pelilargo antes de volver a la habitación.

Itachi también suspiró con tristeza, regresando al comedor se acomodó en una de las sillas con el bebé quien tranquilamente saciaba su apetito.

 

Curiosamente en tan solo quince minutos Naruto estuvo listo para irse a trabajar, vistiendo el incomodó traje en tono marengo optó por aguantarse la resaca hasta que llegase a su oficina, — ya me voy que seguro Sakura-chan debe estar volviéndose loca de esperarme — sonrió tratando de recobrar su buen ánimo de todos modos ya estaba comprometido oficialmente con Itachi y no quería estropear su buen día. — Te veré en la noche Ita-chan — acentuó su gesto de felicidad al apreciar al pelinegro acunando al bebé y luciendo el dorado anillo en uno de sus impecables dedos… perfecto.

— Esta bien, ten un buen día — tragándose su leve angustia esbozó una sonrisa relajándose breve al recibir el suave beso de Naruto como despedida.

 

 

No se debía ser un genio para que a pesar de no haber visto su expresión saber que Naruto estaba fantaseando con tener una familia completa.

Pero más preocupante que esa suposición fue la llamada que recibió de Minato en cuanto se quedó solo con Kamina.

 

 

 

 

 

 

Sasuke observaba como su tío ojeaba varios papeles sentado en el sofá de aquella costosa habitación de hotel, el Uchiha mayor sonreía con complacencia con cada hoja que leía, con el cabello largo como antaño su imponente expresión no había cambiado en nada.

— ¿No le dijiste a tu hermano? — preguntó sin dejar de lado su labor.

— Si quieres ver a Itachi llámalo tú mismo y si no tienes nada importante que decirme, yo si tengo muchos asuntos que resolver — fastidiado se cruzó de brazos manteniéndose de pie apoyado en uno de los muros.

— No me extraña — viéndole de reojo dejó los papeles de lado — los inversionistas quieren el proyecto del que estas a cargo finalizado en un par de semanas. Viste a los Namikaze supongo.

— Ya me ocupare de eso y si, es más estoy seguro de que Minato ha recuperado gran parte de su fortuna — sonrió malicioso buscando fastidiar al adulto.

— Conociéndolo era evidente, alguien con su capacidad no permanecería mucho tiempo como un simple oficinista pero ahora que estoy en Tokio podré ocuparme de ese asunto — le extendió una hoja a su sobrino para que este la leyese.

Arqueando una ceja Sasuke revisó lo que allí venía impreso, — ¿una mansión?

— Así es, la compre hace unos meses y está lista para ser habitada trae a Kamina que estará mejor allá que en donde sea que estés quedándote — habló viendo con detalle al más joven — quisiera suponer también que has visto a Naruto Namikaze y que todo resultó de maravilla entre ustedes.

— El estúpido de Naruto sigue igual de idiota por Itachi — vocalizó con cuidado arrugando el entrecejo.

— Sasuke ya te lo había dicho — sonriendo a medias era evidente sus simpatía por su sobrino menor, había pasado los últimos años cuidando de ese muchachito voluble que hizo claro en aquel entonces a su frágil corazón lastimado por haber sido desplazado por su hermano mayor. Con todo su mal genio, su actitud la mayor parte de las veces orgullosamente infantil fue sencillísimo para Madara darse cuenta ya en América que Sasuke no estaba interesado en Itachi realmente, que sus desesperados sentimientos añoraban al hijo de Minato Namikaze. — Si la vida no nos brinda las oportunidades que buscamos, seremos entonces los encargados de obsequiarnos cada oportunidad que deseemos.

— No voy a rebajarme a mendigar amor — escupió las palabras fastidiado arrugando la hoja de papel que sujetaba.

— Ni yo lo permitiría. Pero eso no implica que sea Naruto el que deba mendigar tu afecto.

Sus oscuras cejas se fruncieron más, ¿acaso no había escuchado cuando le dijo que el dobe seguía idiotizado por Itachi?

— El amor fatal de esos dos fue como veneno desde el principio. Lo dejo a tu elección, puedes dejar que ellos siguán viviendo en su fantasía o hacer algo como no fuiste capaz hace años — Madara se puso de pie tomando su oscura gabardina de sobre el sofá para colocársela — de todos modos yo solo vine a Japón por negocios, simples negocios — sonriendo con soberbia se encaminó a salida.

Sasuke no respondió.

¿Cómo era posible si quiera que considerase la posibilidad?

 

— En un juego a todos nos gusta ganar y detestamos perder, es parte de la naturaleza humana. Sin importar el tiempo que pueda pasar si hay algo que he aprendido es que puede tomarte bastantes años conseguir lo que deseas… y la paciencia es una virtud, Sasuke.

 

 

 

 

 

 

 

— ¿Estabas esperando a que Naruto se fuese? — Itachi colocó una taza de café delante de Minato, quien sostenía a Kamina sobre sus rodillas haciéndole jugar con la bulliciosa sonajera que el infante apenas sostenía con sus manitas ensalivadas de tanto llevárselas a la boca.

— Si, cuando vi a Sasuke salir espere a que Naruto se fuese a trabajar — realmente entretenido el rubio no podía dejar de sonreír ante la pequeña réplica del hermano menor del pelilargo.

— ¿Entonces? — se mantuvo de pie en el dintel de la puerta de la cocina esperando lo que el otro tuviese que decir, el asunto tan importante y personal que venía a tratar sin que ninguno de los susodichos pudiesen estar presentes.

— ¿No quieres acompañarme con algo de te? — el rubio sonrió.

Itachi asintió dando media vuelta para prepararse la bebida caliente, las largas de Minato no podían augurar nada bueno debía de tratarse de algo demasiado delicado.

— Kakashi fue a mi oficina hace unos días… Jiraiya va a salir de prisión en unas semanas.

 

Esta vez la quemazón de agua caliente sobre su mano ya resentida le hizo quejarse sin poder evitarlo, casi dejando caer la curiosa tetera en blanco y negro.

De inmediato el de ojos azules se aproximó con Kamina en brazos, — fue mi culpa, lo siento — se excusó.

— Creí que su condena era mayor — inspiró dejando el té de lado volviendo a empapar su diestra con el agua del grifo.

— Contrató a varios abogados, me entere hace poco y al parecer son lo suficientemente competentes para haber logrado tal hazaña. Podemos ingresar un pedido de revocación Kakashi podría…

— ¿Solo se trata de eso? — interrumpió ya dudando de que el asunto se tratase de la historia del sistema de leyes de todos los países del mundo, de las pusilánimes reglas legales que jamás se acataban como se disponía.

— Desearía que fuese solo eso, ha estado enviando cartas para que fuese a verlo y fui hace unos días… se veía muy diferente. Quiere verte… — hizo una pausa para suspirar — desea que lo perdones.

Sus manos se afianzaron del mesón de mármol un ligero mareo le obligó a ello, si debía ser honesto no quería saber nada de esa persona, se había esforzado lo suficiente para llevar la vida que ahora tenía con Naruto y en esa pacifica línea nunca consideró la posibilidad de tener que perdonar a Jiraiya, básicamente porque jamás pensó que este llegase a pedirle disculpas.

— Itachi… también quiere que Naruto lo perdone pero sabe que él jamás lo hará de no hacerlo tú antes.

— No sé si pueda… — confesó si moverse de su posición y sin mirar a Minato — no sé si quiera hacerlo.

— Sé que es difícil, por eso quería hablarlo contigo antes. Naruto se habría cerrado a la posibilidad — meciendo al bebé para que no se pusiese a llorar apoyó su mano izquierda sobre el hombro del pelinegro — puedes considerarlo, me gustaría que lo hicieras. Al menos podrías hablar con Jiraiya escuchar sus argumentos ya después decidir sobre ello y lo que digas estará bien.

— Es el padrino de Naruto…

— No puedes condicionar el perdonarlo a ese hecho, Itachi… — volvió suspirar, bien sabía que el pelinegro era una persona muy circunspecta y que desafortunadamente anteponía los deseos de Naruto a los suyos — que lo perdonases aliviara la culpa de Jiraiya pero si eso no ayuda a que tu superes por completo ese incidente de nada servirá.

— Lo supere — se dijo a sí mismo en voz alta tratando de recomponerse del todo para voltearse y encarar al rubio — no estaría aquí de no haberme sobrepuesto a todo eso.

— Lo sé — Minato pasó saliva con algo de dificultad, jamás había acusado a Itachi de seguir cargando con fantasmas del pasado sería difícil hacerlo con todos los logros del Uchiha para alguien en su situación. Pero de igual modo siempre fue evidente que este había reconstruido su mundo alrededor de Naruto, procurándolo y complaciéndolo en la medida de sus posibilidades, por ello consideraba que cerrar por completo el episodio con Jiraiya resultaría ideal para de alguna manera recobrar del todo su camino.

— Voy a pensarlo — sentenció de ultimó saliendo del lugar para dirigirse al cuarto de baño y buscar algún ungüento para las quemaduras.

— Yo hablare con Naruto así que no te preocupes por él, — siguiendo a su nuero(1) quedó detrás de este mientras revisaba el botiquín. — Por cierto… es un bonito anillo — tratando de relajar la situación sonriente señaló la argolla que el otro llevaba habiéndose dado cuenta desde que le abrió la puerta.

Itachi dejo de buscar entre los botecitos de medicamentos unos cuantos segundos, — me lo dio anoche, vamos a casarnos — anunció.

Minato se sorprendió al oírlo, pensaba que el anillo solo era un regalo especial, no una sortija de compromiso, — en una noticia muy buena, felicidades. Y… — acercándose por la espalda del más joven levantó uno de los potes de ungüentos para ponerlo delante de Itachi — esta es la pomada para las quemaduras — completó sonriendo.

 

 

 

 

0o0o00o0o0

 

Hace algún tiempo la idea se mantuvo flotando en su mente, lo venía meditando concretamente desde que cumplió los veinte años. Le resultaba maravilloso fantasear con ello, en ocasiones se despertaba tan ilusionado con la probabilidad que llegaba soñando a la universidad y al trabajo.

“Matrimonio”

Nunca creyó que esa palabra de la cual muchos de sus amigos solían huir para él fuese motivo de dicha, Naruto creía fervientemente que casarse con la persona amada era algo que debería suceder.

Pero su madre no tardó en decirle que si deseaba casarse con Itachi no podría hacerlo en Japón.

Entonces el deseo de proponérselo al pelinegro mermó levemente.

Apenas si podían con los gastos de los estudios, pagar la renta, mantener la despensa llena y más importante costear las medicinas. Por esa razón se guardó sus deseos hasta que después de casi dos años, momento en que volvió a ilusionarse con ello.

 

 

— ¿En verdad toma tanto tiempo? — rascándose la barbilla veía como Sakura emocionada mostraba la revista de bodas que sujetaba.

— Ese es un mínimo Naruto — la muchacha dejó abierta la página en donde un vestido de novia que se exhibía en medio de la mesa de trabajo aprovechando su pequeño descanso. — Son seis meses los que acordamos, mira que la iglesia, la recepción y un montón de cosas que requieren una minuciosa preparación.

—Estas exagerando´ttebayo — bostezó recargándose en el espaldar de su silla, su amiga había anunciado hace tan solo un par de días que dentro de seis meses se casaría.

— Nada de eso, una boda debe planearse con mucha anticipación, se supone que es el día más especial en la vida de los novios.

— Sakura-san tiene razón — también Hinata compartía la emoción de su amiga.

— Pero… ¿seis meses?, ¿cuánto dinero se van a gastar que necesitan planearlo tanto?

— Es normal querer darle lo mejor a la persona que amas Naruto-kun — la chica de cabello oscuro le sonrió sonrojándose en el acto — y… el novio de Sakura-san quiere verla feliz.

 

 

Ese día prefirió dejar su automóvil en el trabajo y regresar caminando, entendía un poco de lo que Hinata dijo, ciertamente amar a alguien te hacia procurarlo del mejor modo sin siquiera meditar en lo que eso pudiese exigir…

¿Si se casara con Itachi tendría que reunir tanto dinero?

¿Planearlo por medio año?

Sacudió la cabeza negando, de seguro que no sería de ese modo. Itachi nunca fue pretensioso; era una persona amable que jamás le daría más valor a lo trivial, actuaba con mesura y trataba de enseñarle a no derrochar en cantidades poco saludables de ramen instantáneo.

Había soñado con varios escenarios de llevarse a cabo el enlace; al pelinegro luciendo un precioso kimono blanco como lo más viable hasta un blanco vestido en sus fantasías más bizarras.

Se detuvo abrupto cuando pasaba por un centro comercial decidiéndose a entrar, no tardó en hallar varias joyerías que exponían su preciosa mercancía a través de los cristales del aparador.

Un anillo.

Si quería casarse lo más importante era el anillo, una petición de matrimonio y rogar por ser aceptado. La mayoría de los aros mostraban una brillante piedra como decoración, pero sus azules ojos no tardaron en encontrar algo más acorde a su pelinegro; la alianza era por completo dorada pulcra y fina con tan solo unos casi imperceptibles tallados en los bordes. Con su corazón golpeteando de emoción al imaginarse la bonita pieza en uno de los largos dedos de Itachi fue directo a preguntar por el precio.

Cuando el encargado le mostró mejor la joya y le dijo el costo de esta su cara de sorpresa le causo gracia a más de uno.

¿Cómo un anillo podía costar tanto?

Naruto se sintió como un mendigo en ese instante, no tenía tanto dinero y aunque solo trabajase para pagarlo le tomaría bastante ahorrar la astronómica cantidad. Tragó pesado saliendo del lugar, hace algunas semanas Itachi tuvo que ser ingresado al hospital por colapsar en su trabajo y aunque Minato tuvo que ayudarlos en esta ocasión con la cuenta tal vez no era buen momento para pedir matrimonio…

Aún quedan unos meses.

Si hacia cuentas correctamente aún quedaban como cuatro meses para el cumpleaños de Itachi… tal vez tan solo tal vez si trabajaba todas las horas extras que podía, podría reunir el dinero para comprarle el anillo y pedirle que se casaran en la cena de cumpleaños.

 

 

0o0o00o0o0

 

 

 

Bostezó cansado tecleando frente a la laptop puliendo los últimos detalles de la campaña publicitaria considerando esa parte la más aburrida de su trabajo, el café negro que estaba al lado poco había logrado espabilarlo y un par de analgésicos fueron su único remedio.

— Si quieres puedo prestarte algo de mi maquillaje para que cubrirte el golpe — divertida Sakura se acercó a su compañero rubio sujetando en manos varias carpetas.

— No es gracioso Sakura-chan — se quejó suspirando algo desanimado, en cuanto llegó a la oficina no tardaron en burlarse del leve moretón que lucía en el ojo derecho consecuencia del pequeño altercado con Deidara en la fiesta de cumpleaños de la noche anterior.

— Yo creía que Itachi-kun era pacifista — siguió picando en tono de broma. — ¿Qué le hiciste que lo enfadó tanto?

— Ya te dije que no fue Ita, — bufó haciendo una pausa en su trabajo para beber algo de café.

— Ya, ya — palmeó al rubio en la espalda — no te enfades Naruto solo estaba jugando, además no nos has dado razón de Sasuke-kun desde que llegó.

— Que el teme se hace mucho de rogar esa no es mi culpa.

Realmente había olvidado si quiera mencionarle al Uchiha sobre la dichosa cena que Sakura deseaba organizar para un reencuentro de preparatoria y con lo sucedido anoche menos entusiasmo sentía de querer reunirlos, se preguntaba las razones para el enfado de su amigo al mostrarle la sortija que le regalaría a Itachi…

 

 

“No hubo respuesta a ese comentario, Sasuke volvió a suspirar antes de decidirse a seguir hablando — La próxima vez que nos veamos las cosas serán diferentes y como hace tiempo me dijiste que… habías estado enamorado de mi…

Pudo ver como Naruto tragaba pesado algo nervioso, hubiese preferido dejar ese tema en el olvido, pero Sasuke estaba dispuesto a dejarle en claro las cosas.

— Si me lo hubieses dicho en su momento… — se mordió el labio inferior casi con duda — puede que hubiese correspondido.”(2)

 

 

 

 

Dejó caer el peso de su cabeza contra el teclado del computador con tanta fuerza que Sakura creyó que había sufrido un desmayo.

— Na… ¿Naruto estas bien?

— Si… lo estoy…

— ¿Estás seguro? No has dicho “dattebayo” — la mujer de ojos verdes se inclinó levemente para confirmar que estuviese bien.

— Dattebayo… — murmuró sin ánimos de levantarse era imperdonable si quiera que hubiese recordado esa última conversación con Sasuke antes de que este se fuese a América hace años, era inaceptable tratar de relacionar esas palabras con lo acontecido anoche por lo que empezó a reír ante su estupidez.

— ¿Naruto? — realmente preocupada ahora veía como el rubio reía cual maniático aun con la cabeza sobre las teclas — iré por… más café — nerviosa se excusó alejándose a pasos rápidos.

Una vez solo el de ojos azules calmó su ataque de hilaridad levantándose para poder sentarse como debía, suspiró pesadamente buscando entre sus bolsillos su billetera sacando de allí la pequeña fotografía que cargaba de Itachi, sonrió apreciando la captura.

No necesitaba más.

No quería más.

Toda la vida había estado esperando por alguien como Itachi.

Era feliz.

 

Realmente feliz.

 

 

No obstante parpadeó saliendo de su ensoñación al oír su celular sonar y vibrar sobre su escritorio, tomando el aparato entre sus manos arrugó el entrecejo al no reconocer el número en la pantallita.

— Habla Uzumaki(3) — contestó algo dudoso sobresaltándose de inmediato al oír la voz al otro lado de la línea — ¿Sasuke?

 

 

 

 

(Parte II) 5.- But you and me

 

 

 

Notas finales:

 

 

(1)    : Nuero – ya sé que nuera es lo correcto o yerno… pero Itachi es el nuero de Minato (:D) me gusta más así.

(2)    : Simplemente es un párrafo del capítulo 18, el momento de la despedida de Naruto y Sasuke

(3)    : En realidad en esta historia es Naruto Uzumaki y no Naruto Namikaze, solo que Madara y los demás prefieren llamarlo por el apellido de su padre. Para aclarar en algún momento dije que Minato y Kushina tuvieron problemas al nacimiento de Naruto por lo que se separaron algunos meses y por ello lleva el apellido de Kushina primero.

 

La participación de Madara iba a ser bastante irrelevante en realidad pero reconsidere darle más importancia al personaje, ha cuidado de Sasuke bastantes años por lo que es natural que le interese más su bienestar que el de Itachi y… considerando que en la primera parte esperó desde mucho antes de que Tsunade muriese para vengarse de Jiraiya que han sido mucho años -incluso en el anime se tomó su tiempo de planear todo- creo que es aceptable que considere apoyar a su sobrino menor a estas alturas.

Siento la demora, se me acumularon las obligaciones y casi no pude sacarme tiempo libre para escribir, gracias a quienes se toman su tiempo para leer y más comentar. Quejas, dudas y sugerencias son bienvenidas.

 Nos leemos en el siguiente, cuídense.

Yae.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).