Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Rapsodia" por Yae

[Reviews - 273]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

-

 

 

 

 

 

 

No se había dado cuenta que dormir solo con recuerdos era tan insoportable, deseaba al menos retener lo más que pudiese los retazos del aroma que quedase de Itachi en las sábanas. Naruto estaba seguro de que terminaría enloqueciendo si no lograba solucionar su penosa situación actual.

Aquellos días resultaron de lo más insoportables casi no consiguió conciliar el sueño, solo hasta el amanecer su agotado cuerpo lo forzaba al descanso y en medio de tanta desesperación un par de veces creyó sentirlo a su lado. Sus brazos rodeándolo, sus labios sonriéndole y su cálido amor haciéndole sentir afortunado.

Pero al despertar no eran más que fantasías, que lo único que conservaba de momento eran las fotografías con su imagen, aquellos instantes capturados en tinta y papel… insuficientes para que dejase de sentirse abandonado y solo.

— Ita… — sollozó bajo en completa oscuridad sobre su cama. Conocía demasiado bien a Itachi y con cada día transcurrido la idea de que este no lo perdonaría se tornaba más verosímil, si pudiese pedir un deseo imposible clamaría por retroceder el tiempo. Por correr a gritarle a su yo de dieciséis años que no cometiese la estupidez de besar a Sasuke, que la simple acción se convertiría en bobina de desolación en el futuro.

Dejando su trabajo a pesar de los reclamos de su madre por tratar de componer un poco su rutina pensó que lo mejor sería buscar otro empleo lejos de Madara y el despiadado de Sasuke…

Sasuke…

Solo rememorar su egoísmo le provocaba desesperación y rabia. Ya no tenía ni la más remota idea de lo que pudiese estar sintiendo quien fuese su amigo antaño, si tanto rencor le guardaba… ¿Por qué besarlo en aquella fiesta? ¿Por qué buscar que ambos terminasen acostándose?

Seguramente fue solo para usarlo después en su contra.

No creería jamás que Sasuke sintiese algo por él… para Naruto lastimar a la persona amada con saña era abominable.

Y así de nefasto se sentía al ser el causante directo de la desdicha de Itachi, aquel día que sus oscuros ojos se embargaron de lágrimas intentado creerle.

 

 

 

Aquella noche fue igual que la anterior, se levantó cuando su despertador empezó a pitar escandaloso, silenciando su celular bostezó más de aburrimiento que de cansancio, arrastrando los pies fue hacia el cuarto de baño, esperaba que el agua de la ducha fuera suficiente para espabilarlo y continuar con su búsqueda.

Minato había sido muy claro; “deja pasar un poco de tiempo” su despreciable padre sabía dónde estaba Itachi pero se negaba a decírselo, argumentando que de momento el pelinegro no desearía escucharlo.

¿Y entonces cuando?

¿Cuándo ya no pudiese soportar la desolación?

Enfadado en el alma con su progenitor siguió buscando a su prometido por sus medios, preguntado aquí y allá, llegando a suplicarle a Yahiko que le dijese cualquier cosa… y aunque estuvo seguro que el esposo de Konan le diría algo, la inoportuna mujer de cabellos azules apareció desbaratando todos sus intentos.

Lo sabían…

Un montón de bastardos sabían dónde estaba Itachi y confabulados en su contra le estaban ocultando algo así de importante.

Jamás se los perdonaría.

A ninguno de ellos.

Sus blancos dientes presionaron de rabia en tanto el agua empapaba su cuerpo por completo, no iba a dejar ni por asomo que el tiempo siguiese avanzando sin que pudiese hablar con su prometido, argumentar las palabras correctas en esta ocasión y conseguir su indulgencia. Una vez medianamente arreglado salió de su departamento, usando las escaleras para bajar se topó con la conserje del edificio terminando de barrer la entrada del mismo.

— Buenos días Naruto-san — ya mayor le saludó amable.

— Buenos días,— respondió parco casi pasándola de largo, ya se había pasado cada día preguntándole a la mujer si Itachi regresaba al edificio cuando él no estaba y siempre recibía una rotunda negativa. No tenía sentido seguir insistiéndole.

Resintiendo el excesivo calor de aquella mañana abrió el cierre de su chaqueta antes de dirigirse a la estación del tren, ya sin su automóvil aquella era la mejor opción para transportarse.

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

Agotado solo como casi últimamente podía sentirse, Minato bostezó apartando la mirada del computador, bebiendo el café negro que tenía a un lado sobre su escritorio buscó relajarse, estaba cansado de hacer todo tipo de visitas y solo ser tachado de exagerado.

Un desastroso hábito que no podía quitarse de encima aunque quisiese, pero aun debía hacer una última parada. Hablar con Sasuke era lo que le restaba y aunque la visita con Itachi fuese más que infructuosa debía encontrar la manera de que el pelinegro dejase de atentar contra su salud de modo tan deliberado.

Se estaba cuestionando con preocupación que es lo que buscaba conseguir con ello.

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

 

Fue por ayuda de Yahiko que logró dar con el paradero de su nuero, estaba quedándose en casa de Kisame Hoshigaki, quien se enteraría que era uno de sus amigos más cercanos, así que tentando su suerte fue al lugar indicado en horario laboral, esperando que el dueño del departamento no se encontrase y no pudiese negar la presencia de Itachi.

Cuando el desaparecido fue quien abrió la puerta un quedo suspiro de alivio soltó; pese al cabello suelto algo enmarañado y la expresión de claro agotamiento saberle sano y salvo le provocó tranquilidad.

El más joven no lo saludó, casi seguro de a que venía entró de nuevo dejando la puerta abierta.

Siento la intromisión, — se disculpó ingresando para quitarse el calzado.

— ¿Quién te lo dijo? — fue la inmediata acusación.

— No creo que importe mucho — quiso mantenerse sonriente pero el olor a tabaco le asaltó nada más poner un pie en la sala, raudos sus azules ojos identificaron el cigarrillo que aun encendido desprendía el molesto aroma desde el cenicero sobre la mesa.

— Tienes razón, no importa. Tampoco las razones por las que has venido hasta aquí — Itachi se sentó en uno de los sofás esperando que su rubio suegro hiciese lo mismo.

— No quiero molestarte pero no me eran suficientes las explicaciones de Naruto, estaba demasiado conmocionado como para que pudiese entenderlo del todo, — no quiso sentarse, en cambio avanzó unos pasos para tomarse la libertad de contar tan solo en segundos las colillas de los cigarrillos ya consumidos que se exhibían.

Eran ocho.

Itachi resopló bajando la mirada unos instantes, — dile a Naruto que puede enviar mis cosas a Akatsuki, que…

— Sabes que no va a hacerlo — negó con cierto deje de tristeza, — ¿realmente vas a dejarlo todo así? Podrías al menos hablar de nuevo con él, se perfectamente que sucedió y no vengo a abogar por mi hijo, pero tampoco creo debas considerarlo el único culpable de este incidente.

— ¿Incidente? — Repitió con cierto tono de ironía, — no voy a hablar de esto contigo — se puso de pie.

— Habla con Naruto entonces, en verdad creí que el tiempo que pasaron juntos merecía algo más claro que simplemente huir, — no quería quedar en malos términos con Itachi pero estaba seguro de que si no lo presionaba el otro no soltaría nada que pudiese ser útil.

— No tienes idea de que…

— Sasuke y Naruto se besaron, Sasuke y Naruto estuvieron a punto de acostarse, ¿es eso acaso?

Los dolidos ojos opacos lo enfocaron, mas grises de lo que recordaba, como si el profundo tono negro estuviese diluyéndose con lentitud, entonces las ojeras se hicieron más visibles.

— Entiendo cómo te sientes, solo quiero ayudarte.

— Nunca te lo he pedido, — al fin el tono agotado se hizo más alto — ni antes, ni ahora, deja de intentar ser el salvador de mi familia, no quiero repetírtelo de nuevo.

La filosa acusación le recordó el mismo reclamo hecho por Itachi hace años, cuando le gritaba que los Uchiha no eran su responsabilidad, Minato tragó pesado consiente de que no podría complacerlo, quisieran o no, procuraría a ambos hermanos lo que le restase de vida.

— También eres parte de mi familia, Itachi. No me pidas que ignore lo que está sucediendo.

Un resoplido hondo fue lo que Itachi le respondió, sin que le importase la presencia de su antiguo suegro fue hacia la mesa para tomar el cigarrillo que hace poco estaba fumando.

— No voy a insistir, solo espero que reconsideres un poco tu postura. No puedes descuidar tu salud — con cautela interpuso su mano entre el de cabellos largos y el cenicero. — No harás más feliz a Sasuke de esta manera.

— Estoy seguro que sí.

Minato se sobresaltó ante la respuesta, sin tener claro de si Itachi soltó aquella frasecilla con afán de inquietarlo o aseverando su decisión.

—  Vas a matar a Naruto también.

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

 

No pudo decir nada más, si bien era del todo consiente de todo el padecimiento médico del Uchiha y que descuidar su tratamiento por tanto tiempo podría ser desastroso no creyó que la única razón para mantenerse vivo era por otros.

¿Siempre había sido de aquella manera?

¿Cómo pudo sobreponerse a una violación, a la muerte de su madre y a todo lo que tuvo que vivir solo por alguien más?

Era tan descabellado.

¿Sasuke significaba tanto?

Con una migraña asaltando sus sienes quiso creer que Naruto también había contribuido con ese nefasto teatro que era la vida de Itachi, como si careciera de motivos propios para continuar, como si…

Hubiese regalado su vida.

 

La depresiva conclusión le provocó desolación, no se hubiese imaginado jamás que alguien que fuese considerado “un genio” por toda su familia, fuese simplemente extensión de la felicidad de Sasuke y de Naruto.

Si ellos lo querían vivo el seguiría vivo.

Tan simple deducción esta vez le causó enfado y agruras, se puso de pie para ir hacia los lavabos, no tenía que averiguar mucho más para darse cuenta de que Itachi estaba hundiéndose en el limbo por complacer a Sasuke o a Naruto, quizá creía que ambos muchachos iniciarían un romance una vez él ya no estuviese para estorbarles.

Por eso dijo aquello al final.

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

— Naruto va a olvidarme.

— No… — negó — lo conoces lo suficiente para saber que eso no sucederá, para saber que esta vez no funcionará terminarlo y hacerle creer que no sientes nada por él.

— Haré que me olvide.

— Deja de intentar manipularlo, mi hijo está enamorado de ti, así sientas que estás haciéndole un favor ahora. Es su culpa, no lo niego pero no esperes que va a simplemente olvidarte como esperas que lo haga. — Cediendo a su arrebato tomó el cigarrillo que Itachi sujetaba para estrellarlo contra el cenicero marmolado, para extinguirlo de una vez. — Tampoco le estarás haciendo un favor a Sasuke.

— No voy a discutir esto contigo Minato, es momento de que te retires — retrocedió cuanto pudo sin querer mirarlo.

— ¿Estas tomando tus medicinas? Fumar y beber están entre tus restricciones.

— Tengo casi treinta, deja de intentar actuar como mi padre, Minato. No lo eres, nunca vas a serlo.

El rubio suspiró, debía ser más cuidadoso con lo que decía, — no voy a decirle a Naruto que estas aquí.

La ligera sorpresa en Itachi fue evidente.

— No tiene ningún sentido si tú no quieres hablar con él… solo por favor, no te rindas por completo.

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

Bebió el agua del grifo directamente, ya ni estaba seguro de porque dijo aquello. ¿Cómo no considerarlo parte de su familia? Si durante los últimos seis años lo vio junto a su hijo, siendo felices ambos, pudiendo apreciar que realmente se amaban.

Naruto siempre lució feliz.

Por ello lo apoyó, por esa razón siempre lo apoyaría.

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

 

 

 

Aún recuerda su divorcio, como este no pareció afectar a Naruto de ningún modo, como si las discusiones que tuvo con Minato y que trató de ocultar nunca llegasen a sus oídos. Su hijo solo abandonaba su casa corriendo a buscar a los hermanos Uchiha, a Itachi probablemente.

De cierto modo agradeció que fuese así, cuando niña sufrió que sus padres se divorciaran, que todos los años de matrimonio se redujesen a gritos y amenazas, que la obligasen a escoger el quedarse con alguno. Por ello la idea de separarse le aterró al temer la misma desolación en Naruto, pero su hijo prefirió irse antes.

“Quiero vivir solo”

Más que una pataleta o un capricho quizá, fue su mejor solución antes de que su hogar colapsara por completo, por ello no se escandalizó, por ello aceptó que se apartase aun siendo un niño y aunque Kushina lloró en su soledad verlo todos los días lejos de un hogar abandonado fue suficiente.

Por eso no tuvo valor de reclamar cuando al poco tiempo le dijese que estaba saliendo de nuevo con Itachi, con alguien que le llevaba casi seis años, quería verlo sonreír, ser feliz así fuese con ese otro muchacho. Así tuviese que pelear con todas sus “amistades” cuando se enteraron, discutir con profesores y la misma universidad, le daba igual… en tanto Naruto no dejase de sonreír apoyaría la extraña relación.

Y le pidió a Itachi que no lo lastimase.

Esperando que ambos pudiesen permanecer juntos el resto de su vida pese a su antipatía para con el pelinegro, se la tragaría, haría lo que fuese necesario para ver feliz a su único hijo.

 

Desafortunadamente tampoco estaba resultando como esperó, aunque estuviese dispuesta a seguir ayudándolo fue Minato quien le prohibió decirle donde estaba actualmente Itachi y empezaba a hartarse, si la reconciliación era imposible…

¿Estaría bien alentar a Naruto para salir con alguien más?

Hinata le había pedido ayuda, la tímida muchacha casi le suplicó intercediese por ella delante de su hijo, que solo deseaba una oportunidad, una miserable cita era su aspiración como si aquello fuese algún tipo de conjuro para alcanzar su deseo. Se hubo negado pero quizá en la situación actual podría intentarlo.

Resopló hondo y ruidoso, tenía jaqueca y el molesto de Madara ya estaba tardando demasiado en llegar. No iba a negar que algo de curiosidad le despertaba saber la razón para que aquel hombre le ofreciese hablar de “negocios”.

— ¿Ordenaste algo? — al fin la voz de aquel Uchiha se escuchó, sentándose en una de las sillas vacías no tardó en sonreírle con esa expresión poco fiable.

— Estaba a punto de irme, es molesto esperar a alguien tan impuntual´ttebane, — resopló frunciendo el entrecejo, no le gustaba la comida china, ni siquiera debió aceptar reunirse en aquel restaurante.

— Tuve una junta de negocios — explicó tomando la carta leyéndola con obvio desinterés.

— No me interesan tus negocios Madara, solo dime de que quieres hablar.

— Es una lástima que no te interesen, tu y yo podríamos hacer mucho el uno por el otro.

Enarcó una de sus rojas cejas, — ¿qué es lo que quieres?

— Lo mismo que tu quizá, que Itachi deje de salir con tu hijo, mi sobrino merece algo mejor. Y que Minato me regrese una propiedad que desafortunadamente está a su nombre, si quieres podemos ponerle de inmediato un precio a esta conversación, Kushina. — La sonrisa ladina se ensanchó ante el desconcierto de ella, — solo dime que deseas.

 

 

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

 

Solo restaba sacar la basura y habría terminado por aquella mañana. Ya era algo anciana pero un trabajo remunerado a su edad no se podía desperdiciar, no quería terminar sola y abandonada en medio de cuatro paredes como sus amigas. Así que para evitar quejas de los residentes siempre trataba de ser eficiente y amable, de ese modo no podrían tener excusas para pedir su cambio.

— ¿Se encuentra el administrador?

La grave y conocida voz hizo respingar a la mujer, con algunas cataratas la visión ya no era su punto más fuerte, — Itachi-san, cuanto tiempo sin verlo — sonrió viendo al amable hombre que vivía junto a Naruto.

El pelinegro asintió sonriendo por cortesía, — necesito hablar con el administrador.

— Oh si, está en la oficina. Se queda hasta medio día así que aún está ahí — explicó recibiendo una leve venía y un agradecimiento antes de que él se apartara.

Suspiró cansada retomando su labor antes de volver a respingar al recordar.

— Es verdad, — dijo para sí yendo hacía a la oficina donde hace nada enviase a Itachi, entró disculpándose, oyendo una conversación vana sobre unas llaves fue con disimulo hacia los libros de registro y como si solo estuviese ordenando se puso a revisar hasta dar con un número de celular. Volvió a salir con la cesta de basura en manos para una vez ya en los pasillos sacar su móvil y marcar el número antes de que lo olvidara.

Por suerte no tardaron en contestarle.

— Habla Uzumaki.

— Oh, Naruto-san, — sonrió al no haberse equivocado.

— ¿Quién habla?

Rio enternecida, — que cruel Naruto-san y yo que me tome la molestia de llamarle porque usted parecía muy triste durante estas semanas.

— ¿Chiyo?

— Itachi-san vino al edifico, está hablando con el administrador ahora.

Un “¡¿Qué?!” escuchó que la hizo entrecerrar los ojos, luego un rapidísimo “¡muchas gracias, voy para allá dattebayo!” antes de que le colgaran. Suspiró algo decepcionada, no entendía que podría estar pasando entre ambos hombres, ya se hacía una idea del tipo de relación que compartían pero eso no era suficiente para ponerla al tanto de la extraña situación.

 

 

 

.

 

 

 

Una vez pudo conseguir la copia de seguridad de las llaves fue hacia el ascensor para subir hasta el que fuese su departamento, aunque figurase como dueño junto a Naruto iba a cederle todo el lugar cuando la hipoteca que acababan de adquirir fuese saldada. Tragó pesado esperando no hallar al rubio allí, por eso había elegido esa hora y con algo de suerte no se lo toparía.

Resopló quedito una vez el timbre del elevador le anunció estar en el piso correcto, a pasos calmos fue hacia la puerta, resoplando inquieto dudó antes de ingresar la llave en la cerradura. Girando el metal el picaporte sonó advirtiéndole que ya podía entrar, se mantuvo quieto demasiados segundos, decidiéndose cuando nadie dio señales de salir.

Inspiró aliviado cuando solo apreció silencio, todo lucía demasiado ordenado, como recordaba pese a la ausencia de varios ornamentos en los muebles, casi a tientas ingresó. La sensación de nostalgia le hizo aguardar en el recibidor, sus blancos dedos se deslizaron por las paredes en su lento recorrido a la recamara seguro de que podría llegar con los ojos cerrados y aunque no lo admitiese era demasiado difícil el no evocar recuerdos amargos.

Era tan patético.

Una vez allí la cama desordenada lo recibió, nada había cambiado de lugar incluso pudo distinguir una de sus camisas regada al lado de la almohada, tragó pesado acercándose más, sentándose en la mullida superficie para tomar el pijama colorido de Naruto entre sus manos y dudoso llevándolo hasta su rostro.

Olía a Naruto.

Un nudo pesado se instaló en su garganta y sus ojos quisieron escocer. Ya había compartido siete años junto a esa persona pero ahora ya no podrían solucionar los problemas, ya nunca los resolverían.

Se supone que así lo había decidido, así quería que fuesen las cosas.

Pero no dejaba de doler.

Y aquella desolación no desaparecía hasta el día de su muerte, porque en esta ocasión Sasuke y Naruto ya no lo necesitaban.

A pesar de desear permanecer envuelto en el aroma de quien fuese su prometido Itachi se puso de pie, casi arrastrando sus pisadas fue nuevamente hacia el armario para abrirlo, su ropa aun permanecía acomodada a un lado de la Naruto, como si nada hubiese sucedido. Sus ojos se entretuvieron demasiado tiempo contemplando la inerte escena, hasta que una repentina tos le hizo retroceder cubriéndose la boca con una mano, se encogió en hombros buscando relajarse.

Cada vez era más frecuente.

Cuando el ataque mitigó el regusto metálico le hizo constatar las diminutas manchas de sangre que quedaron sobre la palma de su mano, resopló yendo hacia el lavabo para limpiarse cerciorándose sin querer que hasta su cepillo de dientes permanecía en el mismo lugar. — No está bien, — farfulló para sí terminando de asearse.

No creyó que su visita le produjese tal desconsuelo, el imperioso deseo de arroparse en la cama que compartiese con Naruto aguardando su regreso para recibirlo con los brazos abiertos y no dejar que se apartase nunca. Sin embargo era imposible… no tenía ningún sentido seguir torturándose con aquel estúpido deseo que no se cumpliría.

Inspiró hondo regresando a la recamara tomando en manos la primera maleta a su alcance, debía darse prisa.

La ropa fue dispuesta con cierto desorden, aunque quisiese ordenarla eso le tomaría más tiempo, una vez estuvo llena sacó otra para proceder a llenarla también, fue hacia los cajones del buró para buscar documentos entre los cajones. Chasqueó la lengua cuando halló la gaveta cerrada, se devolvió al armario para tratar de encontrar la llave, en ocasiones podía sentir como su vista parecía querer jugarle un mal rato, tornándose borrosa unos segundos para saltarle con un pinchazo de dolor en las sienes después.

Resopló retrocediendo cuando la molestia no parecía menguar, buscar la diminuta llave se dificultaba de esa manera, inquietos sus dedos tamborilearon sobre el buró aguardando por sentirse ínfimamente mejor, fue cuando sus ojos enfocaron la fotografía que allí reposaba que la dolencia cesó. Podía apreciar en el marco a Naruto y a él abrazados, era una captura bastante antigua, cuando apenas estaban empezando y el rubio tuviese algo más de diecisiete años, sin pensarlo mucho la tomó entre sus manos añorando por un instante poder regresar a ese instante.

No obstante el sonido de la puerta siendo abierta le hizo sobresaltar.

 

 

 

.

 

 

 

Agradecía enormemente que el taxi hiciese honor a su utilidad en esta ocasión, no le demoró mucho regresar a casa, si lo que la amable conserje dijo era cierto no podía desperdiciar su única oportunidad. Sin fijarse en el taxímetro entregó dinero en exceso sin esperar nada de regreso, salió a prisas corriendo hacia el edificio.

Las palmas de las manos le sudaban y creyó comenzar a temblar.

Pero aunque no quisiese esperó el ascensor, si Itachi no sabía que estaba de regreso podría atraparlo allí. Apresuró sus pasos tanto como pudo al llegar, nerviosos sus dedos hurgaron entre su ropa buscando las llaves casi tirándolas en el proceso.

— Por favor… por favor sigue aquí dattebayo — farfulló para sí, si llegaba a encontrarlo se prometía hacerle un enorme regalo a Chiyo. — Por favor… — suplicó una última vez antes de que la puerta fuese abierta, antes de que sus azules ojos se abriesen en demasía al ver el par de zapatos en la entrada.

— Ita… — ya sin importarle entró a prisas buscando con la mirada a aquella persona — Ita — habló más fuerte revisando en la pequeña cocina, en la sala llegando al dormitorio — ¡Itachi! — técnicamente gritó callando al instante al apreciar solo un par de maletas sobre la cama.

Tragando pesado se acercó.

Había llegado tarde.

Quiso echarse a llorar.

 

— No esperaba encontrarte.

Naruto casi pegó un brinco al escuchar esa voz, se giró a su izquierda apreciando al fin a Itachi apoyado contra el placar, de expresión austera no tardó en notarle ligeramente enfermo…

— Ita… — susurró acercándose a prisas sonriendo bobamente, extendiendo ambos brazos para atraparlo en un abrazo.

No obstante la ligera negación y el amago de retroceder le hicieron desistir, no tenía permitido tocarle.

— Solo he venido a recoger algunas cosas, no voy a tardar.

Le hablaba con tanta indiferencia, esa entonación que recordaba de hace ya tantos años cuando apenas se trataban, cuando cruzaban palabra por mera educación. Naruto pasó saliva con dificultad, debía mantenerse calmo si deseaba jugar bien su última carta.

— Necesito que hablemos… necesito que me escuches — mantuvo su mirada fija en los ojos negros, en lo poco que podía distinguir en ellos con la escasa luz. Debió abrir del todo las cortinas aquella mañana.

Itachi suspiró, — Naruto…

— ¡Por favor! — Interrumpió acercándose con intención — te lo pido, dame la oportunidad de explicarme´ttebayo.

El pelinegro pareció meditarlo, dudoso su brazo izquierdo se elevó para sujetar el derecho. — Lo que digas no cambiará la situación — advirtió en tono más suave en esta ocasión.

— Aunque así sea — sus azules ojos titilaron.

¿Si en verdad no funcionaba?, ¿si a pesar de lo que dijese, Itachi no lo perdonaba?

¿Qué haría entonces?

No podría retenerlo a la fuerza aunque esa fuese su única alternativa.

Un leve asentimiento le llegó renovando su esperanza, el rubio estuvo  a punto de dar las gracias por la diminuta oportunidad, así que inspirando tan hondo como pudo presionó los puños para armarse de valor y explicarse en esta ocasión con calma.

 

Y aunque Itachi desease que las palabras que Naruto soltase fuesen suficiente para solucionarlo no podría aceptarlo, pero era indispensable darle un cierre definitivo a todo aquello.

Porque sin importar que dijese o lo que sintiese debería rechazar su amor.

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

 

 

 

La idea fue de Madara, aunque no le agradase en aquella ocasión debió darle la razón, Kamina necesitaba relacionarse con otros diminutos seres humanos, tenerlo todo el tiempo al lado de una niñera o el poco tiempo que podía compartir junto a él no era suficiente.

Así que poniendo a prueba aquella institución llevó a su hijo aquella mañana, ya llevaba unos cuantos días asistiendo por unas cuantas horas, Sasuke solía llegar bastante temprano a recoger a su hijo, para apreciar como aquellas mujeres alentaban a los bebés de no más de dos años a jugar entre ellos y con el montón de juguetes alrededor.

Podía apreciar a Kamina sentado casi en medio, levantando con sus manitas los bloques coloridos queriendo darles forma de algo quizá, tan concentrado en su labor que no le prestaba atención a los demás infantes y el ruido que estos ocasionaban.

Suspiró.

Sin quererlo hizo amago de sonreír al ver como su primogénito llevaba el bloque de color rojo a su boca para tasar su sabor.

— No recuerdo haberte apreciado una sonrisa así, jamás.

Sasuke frunció el entrecejo y borró su afable gesto cuando la voz de Minato irrumpió en su apacible escenario, apenas si le dedicó una mirada de soslayo al adulto que descaradamente se hubo posicionado a su lado en la baranda de caucho que los separaba del diminuto jardín de niños.

— Es probable que tampoco hayas apreciado una denuncia por acoso antes. — Respondió venenoso.

— ¿Eso crees? — Minato sonrió leve ante el ligerísimo respingo del Uchiha, aunque pudiese definirse como “acoso” no tuvo más opción que espiar al muchacho para dar con su paradero al no responderle ninguna de sus llamadas y mensajes. Resopló dedicándole un vistazo a Kamina quien seguía de lo más entretenido llevándose los juguetes a su boca luego de golpearlos entre sí. — ¿Por qué no contestas mis llamadas?

— Porque no creo que tengas nada que decir que pueda importarme.

— Sabes que voy a hablarte de tu hermano, ¿acaso él no te importa? — resopló inclinándose un poco hacia adelante. — Itachi y Naruto terminaron hace unas semanas.

Sasuke no deseaba oír reclamos, que lo pusiesen al tanto de la situación que Itachi pudiese estar viviendo, no tenía que importarle, si a su hermano mayor le daba igual lo que le sucediese, no tenía si quiera porque sentirse angustiado por el otro. Así que sabiendo que aún le quedaba algo más de una hora para que su hijo cumpliera su horario salió del lugar.

O al menos lo intentó.

Minato lo sujetó de un brazo con rapidez, reteniéndolo en su lugar los azules ojos en esta ocasión se mostraron serios y distantes, nada comparado a la ligera calidez que solían desprenderle cuando le pedían algo de atención.

Y por unos instantes aquello le molestó.

— No importa que tan descabellada haya sido tu fantasía, voy a escuchar cualquier cosa que quieras decirme, pero te pido me escuches también. Itachi está dispuesto a hacer lo que sea con tal de verte feliz, no piensa volver con Naruto y estoy seguro de que es por lo que tú sientes por mi hijo.

— A Itachi le da igual lo que yo sienta, siempre fue de ese modo. Prefirió al estúpido de tu hijo a mí — escupió sin atreverse a elevar la voz pero zafándose con molestia.

— Necesito saber que sucedió… — Minato contuvo la respiración unos segundos, a pesar de considerar que Itachi estaba dispuesto a dejarse morir tan solo por complacer a su hermanito no entendía la razón por la que dejase marchar a Sasuke hace tantos años a Norteamérica, era un sinsentido si lo pensaba en la situación actual, por ello estaba seguro que había algo más detrás de la partida de Sasuke hace ya más de seis años, algo que indudablemente necesitaba saber.

— Ya te lo dije, mi hermano prefirió a tu hijo. No existe otra razón, así que ten por seguro que ambos volverán a su melosa relación en cualquier momento. — Espetó tajante, no iba a dar detalles así que salió caminando con todo el orgullo que le sobraba, chasqueó la lengua molesto al percatarse de que Minato iba tras suyo.

— Sabes que no es así, Itachi siempre hizo lo mejor que pudo por ti. — Fue su último alegato una vez fuera del lugar.

— ¿Lo mejor? — Repitió deteniéndose de golpe para girarse más que molesto, su paciencia se evanescía muy a prisa, — ¡padre y madre están muertos por su culpa! ¡me apartó para quedarse con el estúpido de Naruto! ¿eso te parece lo mejor? — elevó la voz pero no llegó a gritar.

— ¿En verdad crees todo lo que acabas de decir?

Sasuke tragó pesado presionando los dientes después.

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

 

— Cuando… cuando era un niño solamente, me gustaba Sakura… — resopló confesando su primer enamoramiento, Naruto se hallaba sentado al borde de la cama casi a penumbras debido a la poca luz que se colaba entre las cortinas — pero ella jamás me hizo caso… era bastante agresiva y siempre me golpeaba cuando quería acercarme — sonrió con leve amargura viendo hacia el piso sin percatarse de como Itachi fruncía el entrecejo con leve molestia por lo dicho. — Era bastante lento en esas cosas así que me deba igual, aunque ella estuviese enamorada de Sasuke seguí intentándolo hasta ese día… — suspiró.

Itachi se mantuvo en su lugar, de pie bastante apartado del otro, recordaba a la insistente muchachita desde hace mucho, solía presentarse en su casa buscando a su hermanito pero nunca se percató de que Naruto hubiese estado interesado en ella.

— Sasuke y yo solíamos meternos en muchas peleas… él porque le tenían envidia, yo porque era su amigo y me consideraban un inútil… — suspiró de nuevo — un día Sakura llegó corriendo al salón con una de esas tontas cartas de desafío que colocan en las taquillas, juraba que un grupo de maleantes había citado a Sasuke a una pelea y llorando me pidió que fuese por él, que le prometiera traerlo sano y salvo. No lo pensé mucho y acepté, con la nota en manos fui corriendo a ayudarlo, siempre habíamos salido bien librados de cosas así, sabía que sería fácil estando ambos juntos pero cuando llegué Sasuke no estaba…

Quiso interrumpir el relato porque estaba casi seguro de como terminaron las cosas y no podía evitar sentirse molesto con el proceder de aquella niña.

— Eran como cinco, así que no salí nada bien esa tarde — rio breve — se enfadaron más porque pensaron que Sasuke envió un patético reemplazo. Al día siguiente Sakura casi se arrojaba a los brazos de tu hermano feliz de verle sin un rasguño, a mi… a mí solo me tocó un regaño por no tener más cuidado y de nuevo corrió junto a él. En ese instante en verdad me sentí estúpido, había soportado los regaños de mi mamá y los dolores para verla feliz y no le importó…

Naruto inspiró hondo, pese a no guardarle rencor a su amiga se dio cuenta que tan solo fueron amigos debido a las circunstancias, que de lo contrario ella jamás le hubiese dirigido la palabra y no podía culparla por ello.

— ¿No te dio las gracias al menos? — aunque quiso no pudo evitar preguntar. Recordaba aquel día que fue a recoger a su hermanito al instituto justamente para evitar que se fuese a meter en alguna pelea, jamás creyó que Naruto terminaría en semejante lío.

Negó, — dolió es cierto pero al menos me sirvió para que Sakura dejara de gustarme, siempre la consideraría mi amiga pero ya no la quería de otra manera. Sasuke y yo seguimos siendo amigos y me concentré en eso. En intentar superarlo de alguna manera y hacerlo rabiar para que termináramos riendo… no sé en que momento me empezó a gustar, es decir yo creí que solo me gustaban las chicas. — Tragó pesado antes de continuar, — pero no me atrevía a decirle nada porque estaba seguro de que yo no significaba más que un usuratonkachi para él.

— Entonces… — ínfimamente más ansioso habló en un susurro.

— Entonces te llamé, creyendo que podrías decirme algo que pudiese sacarme de dudas pero solo te escuché pedirme ayuda, no sé porque lo hice pero salí corriendo de casa a buscarte — rememoró — me dio igual la hora y al hallarte así… solo quise ayudarte, protegerte. Por eso insistí en que saliésemos la primera vez, para al menos intentar hacerte sentir mejor, pero fue en ese instante, en esas horas que estuvimos en el parque de diversiones que me empezaste a hacer sentir diferente, me comenzaste a gustar(N).

Itachi se mordió la lengua sin saber que decir.

— Era un adolescente estúpido así que estaba muy confundido, pero pensar en ti… solo verte unos instantes me bastaba para sentirme feliz e ilusionado — otra risa amarga se le escapó — aunque tu casi no me dirigieses la palabra, aun así iba a intentarlo, iba a hacer mi mejor esfuerzo porque quería estar contigo.

¿Y Sasuke?, pensó en preguntar.

— Ya tiempo después cuando Sasuke se enteró que pasaba entre tú y yo que le confesé la verdad, le dije lo que había sentido por él. Le pedí perdón e intenté recuperar su amistad, nunca habría imaginado que él guardase tanto resentimiento, por eso cuando sucedió lo del reencuentro hace poco me sorprendí muchísimo al verlo sobre mí, al darme cuenta que se trataba de él y estando tan borracho tardé en reaccionar… pero lo aparté, — los azules ojos se elevaron entonces para alcanzar a los de Itachi, titilantes esperaban trasmitir su sinceridad — lo hice… nunca quise traicionarte, nunca quise que dudaras de lo que siento y solo me quedará pedirte perdón hasta el día que muera — su voz se quebró tan solo unos instantes, — sé que las palabras se van pero mis sentimientos jamás van a cambiar.

El pelinegro pasó saliva con dificultad al sentirse acorralado, cuando Naruto se puso de pie para acercarse cuanto pudo, llegando a sentir restos del aroma a tabaco hecho que de momento se obligó a ignorar.

— Quiero que entiendas algo — se atrevió entonces a sujetarlo por ambos brazos para que al menos no pudiese huir de su confesión, porque aunque fuese a rechazar su amor no pudiese dudar de sus palabras. — Si lo que sentí por Sasuke hubiese sido la mitad de lo que siento por ti, no habría manera de que yo dejase de quererlo, no existiría persona en el mundo por la cual dudase de mi amor… nunca me habría interesado en ti. Y no importa que vayas a irte hoy, que me digas que ya no me amas, que el día de mañana vayas a casarte con alguien más… mi amor no va a desaparecer, aunque tu desaparezcas no voy a estar con tu hermano, no voy a estar con nadie más.

 

“Desaparecer”, contuvo la respiración.

 

— Porque sé que estos años no pasaron en vano, que no los he desperdiciado y no puedo entender que para ti todo este perdido, que en cuanto te suelte saldrás corriendo de aquí, — quiso mantenerse firme pero las lágrimas comenzaron a caer, — y no hay nada que puedas decir o hacer para que yo deje de amarte… si tan solo… si tan solo pudiese hacer bien las cosas ahora, decirlas como esperas… sé que te quedarías conmigo…

Estaba llorando, los zarcos ojos dejaban escapar su desolación y se sintió fatal por ello, por entenderlo, por comprender cada palabra con la que le explicó su sentir, su arrepentimiento.

Y aun así ser incapaz de corresponderle, — lo lamento, Naruto… —“no voy a seguir lastimando a Sasuke”  aunque quisiese guardarse su tristeza por dañarlo a él en cambio, no pudo, sus ojos escocieron al borde de las lágrimas a sabiendas de que tampoco podría olvidarlo y menos dejar de amarlo.

 

Cerró los ojos unos instantes tratando de contener su llanto, Itachi no cambiaría de opinión, que de momento nada de lo que dijese podría salvarlo ahora, pese a que no fuese a rendirse para volver a alcanzarlo, para recuperarlo… ahora debería dejarlo ir.

 

 

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

 

 

Pasó por sus labios su dedo índice antes de dirigirlo a la hoja de papel que sujetaba, estaba demasiado adherida a la de abajo para dejarle cambiar fácilmente.

Suspiró ruidosa, — ese Naruto es un ingrato, no ha respondido mis llamadas ni mensajes desde hace semanas — molesta Sakura continuo revisando las hojas con los nombres de invitados que sujetaba, curiosamente desde que el rubio dejase ese empleo su carga laboral fue mucho menos así que podían tomarse unos minutos libres de tanto en tanto.

— Debe estar ocupado — la tímida Hinata trataba de defenderlo aun sin saber la razón para la repentina ausencia de su interés amoroso de toda red social.

— ¿Y que puede ser tan importante? Si ya operaron a Itachi no veo porque no pueda responder un simple mensaje — resopló ruidosa dejando los papeles sobre el escritorio, — voy a casarme en unas semanas y ni siquiera ha enviado su carta de confirmación.

— Sabes que no faltaría, no te preocupes — hablaba en tono demasiado bajo aun enfrascada en las cotizaciones que revisaba.

— Es que… ni siquiera Sasuke-kun ha respondido mis mensajes — derrotada se sentó al lado de su amiga — ¿y si ninguno viene? — las primeras invitaciones que envió fueron a sus amigos, no comprendía como ninguno se había manifestado respecto a eso hasta el momento.

— Ellos te aprecian mucho — aun en su intento de ánimo Hinata no dejó de trabajar, se sentía deprimida al no haber obtenido una respuesta positiva de Kushina cuando le solicitó ayuda. Cohibida y temerosa jamás pudo atreverse a intentar algo con Naruto al saberlo junto a Itachi, no habría podido pero fue Sakura quien la animaba todos los días, alentándola a pedirle salidas a Naruto como grupo de trabajo, que una vez en algún restaurante ella se iría para dejarlos solos.

Que Naruto al menos debía estar al tanto de sus sentimientos, que quizá… tan solo quizá con una confesión honesta él podría verla diferente.

La primera vez reaccionó espantada con la idea, quería que Naruto fuese feliz y se sabía demasiado cobarde como para expresarle sus sentimientos en palabras. Sin embargo Sakura siempre se ponía de ejemplo, que si ella no se hubiese confesado a Sasuke jamás podría haberlo dejado atrás para enamorarse de otra persona. No estaba muy segura de aquello pero un parte en su interior le exigía al menos confesar su sentir.

Pero el rubio de ojos azules era demasiado difícil de convencer, siempre que terminaban temprano salía a prisas para regresar a casa como si una fuerza desconocida lo atrajese hacia aquel lugar, lo triste era que conocía aquella fuerza, con nombre y apellido…

Así que solo podía observarlo en silencio aun queriéndolo sin poder confesarlo.

Pese a ello había llegado a su límite, quería ser escuchada por él, que supiese que lo amaba, que aunque nunca voltease a verla con ojos de amor ella lo amaría, que podría ser la esposa perfecta que aguarda en casa junto a los hijos su regreso del trabajo. Que jamás le exigiría nada, que aunque el reflejase una mentira nunca le negaría amor.

— ¿Y si vamos a su casa?

La entusiasta pregunta de la mujer de cabello rosado la hizo reaccionar.

— ¿Para qué?

Sakura sonrió picara casi golpeándola suavemente con su codo, — yo sé que quieres verlo y que mejor excusa que la confirmación de la invitación que le envié. También podrá decirnos donde encontrar a Sasuke-kun.

Hinata no pudo negarse, nunca fue buena para eso.

Así que durante la hora del almuerzo en lugar de ir a comer como siempre hacían fueron a casa del rubio, esperando al menos hablar con Itachi, que les diese razón del rubio y con algo de suerte podrían ver a Naruto. Nerviosa casi como de costumbre sentía sus mejillas arder con cada paso que los acercaba al departamento del blondo.

— Ese Naruto, más le vale tener una buena excusa — Sakura solo se mostraba molesta casi tentada a revivir sus viejos hábitos en cuanto el torpe rubio la hacía rabiar cuando eran demasiado jóvenes. Golpeó la puerta con demasiada fuerza tal vez antes de tocar el timbre.

La puerta tardó demasiado en abrirse y cuando sucedió un Naruto agotado las recibió.

— ¿Qué pasó contigo? — de inmediato Sakura enarcó una ceja.

— Na… Naruto-kun, ¿estás bien? — preguntó casi encogida en hombros.

— Hola chicas — inspiró queriendo recomponerse de su lamentable expresión, — voy a salir así que no tengo tiempo.

— Nos tomamos la molestia de venir, al menos dinos porque no contestas nuestras llamadas — algo más molesta Sakura se cruzó de brazos, no entendía porque no las dejaban pasar.

— He estado ocupado… mucho trabajo´ttebayo — se rascó la cabeza con total desgano — ¿les molesta si hablamos otro día?

— ¿Otro día? Si vinimos hasta aquí para verte, Hinata está muy preocupada y… — antes de que pudiese elevar la voz la tímida mano de su amiga se posó en su hombro.

— Entonces vol-volveremos en otro momento Naruto-kun — dudosa le habló notándole los ojos hinchados como si hubiese llorado.

El rubio asintió, — prometo llamarles — sin decir nada más les cerró la puerta en la cara.

 

La de ojos verdes estuvo a punto de gritar y golpear la puerta hasta tumbarla.

— Se veía muy triste.

Contuvo su ataque de furia escuchando a su amiga, si bien notó algo de eso esperaba que Hinata al menos usara aquello para acercarse un poco más.

— Si pero no va a ayudar encerrarse como lo hace —  bufó — ¿Qué crees que haya pasado?

— No lo sé.

 

 

0o0o0o00o0o0o0

 

 

 

 

Fue a eso de las cuatro de la tarde que pudo regresar a toda prisa a su oficina, con tantos permisos que estaba tomando aunque fuese el jefe no tardaría en sentir las consecuencias en sus negocios.

— Lleva esperando desde que volví luego de la hora de la comida, — Rin lo recibió preocupada, con ambas manos juntas como si se hubiese equivocado.

— No te preocupes, yo me encargo — Minato le sonrió para tratar de relajarla, hondas bocanadas de aire soltó antes de girar la perilla de su oficina entrando con cautela.

El perfectamente iluminado lugar le hizo aguardar unos segundos en el marco de la puerta hasta distinguir la ubicación de esa persona.

— Ah… creí que Rin había cometido un error y te confundió con alguien más — quiso sonreír pero solo un amago quedo pudo concretar.

— ¿Te molesta mi visita? — la voz fue demasiado baja, ronca y gastada, como alguien que está a punto de quedar afónico pero aun así fue del todo entendible.

— No, simplemente me tomaste por sorpresa — cerró la puerta tras de si — veo que la operación fue un éxito, Jiraiya.

 

 

 

 

 

 

 

 

(Parte II) 12.- It was mine

 

 

Notas finales:

 

 

(N) Nota: hace referencia a los primeros capítulos, cuando Naruto ayudó a Itachi y lo llevó a fuerzas a un parque de diversiones.

 

 

Saludos, lamento la demora tuve problemas personales bastante serios de esos que quieren hacerte tirar la toalla.

Estuve haciendo cuentas en este fic y la verdad ya no quedan muchos capítulos por eso la extensión de este es un poco más corta, a este ritmo han de quedar dos o tres capítulos más. ¿Muy poco? De hecho esta segunda parte nunca fue pensada para ser muy larga, iba a incluirle un “arco” más pero decidí no hacerlo porque alargaría el drama de manera innecesaria y yo no estaría feliz con ello.

Algunas cosas que quería aclarar y espero no haber olvidado son; Itachi siempre estuvo enfermo y técnicamente ha vivido en tratamiento desde el final de la primera parte, Sasuke podría definirse como el “obstáculo a vencer” pero hay más que eso.

No tengo nada en contra de Hinata y Sakura, pero jamás podre aplaudirles ciertas actitudes y como este fic nació de muchos guiños al manga tenía que incluir la promesa que Naruto le hace.

Para variar olvidé lo demás, cualquier queja duda o sugerencia es bienvenida, siento los dedazos, muchas gracias por los comentarios de apoyo pese al tiempo que llevo este fic, espero subir el siguiente pronto. Cuídense mucho y saludos.

 

Naruto sufre por Itachi, Sasuke por ambos, Minato por Sasuke, Kisame por Itachi, Kushina por Minato(?)

 

Yae.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).