VISION DE ONODERA.
Mientras abría lentamente mis ojos una luz muy fuerte me cegaba, no era la luz de la calle, en absoluto, sino la de una habitación; tome valor para despertarme por completo (de ahí me di cuenta de que no estaba en una habitación cualquiera, sino en la de un hospital) y a mi lado se encontraba An-chan que me observaba algo preocupada, con ojos bastante irritados, en los que obviamente se notaban lagrimas secas en su rostro de tanto llorar, me levante también un poco gracias a ella, estaba muy débil para aguantar mi peso.
— ¡Ricchan, no hagas tanto esfuerzo!
— ¿Qué paso? ¿Por qué estoy en un hospital?
Dudo algunos minutos en contestarme, pero su respuesta me dejo algo atónito.
—Te habías desmayado, el doctor dijo que viste algo que te conmociono.
Una fuerte migraña azotaba mi cabeza afectándome luego de que dijera esas palabras, y recordé esa horrible escena tan traumática, el dolor era insoportable que hasta sostenía mi propia cabeza, para liberarme de ello.
— ¡Ricchan!, ¿¡Quieres que llame a una enfermera!?
—Tranquila. —Le dije para que pudiera relajarse un poco—. Ya estoy mejor solo era un poco de dolor por los recuerdos… —Entonces supuse que… también debieron hospitalizarlo aquí—.
— ¿Cómo está el?
— ¿Quién?
—Takano-San, ¿Sabes si también está hospitalizado aquí?
—Ahh, te refieres al señor vecino tuyo ¿No?
—Si… ¿Sabes dónde está?
—Está en la habitación de al lado.
De inmediato me paro de la camilla, pero seguía muy débil para caminar por mi cuenta, por suerte ella me sostuvo de nuevo, antes de caerme y me devolvió a mi lugar de descanso.
— ¡Todavía no tienes autorización para pararte!
—No te preocupes que ya me siento mejor, ya te lo había dicho.
—Pero estabas a punto de caerte, ¿¡No podrías dejar de pensar en él y pensar en ti!?
En ese momento de discusión se presentó el doctor antes de que le pudiera decir algo más a An-chan.
—No se preocupe señorita, a él ya se lo dio de alta, pero debo avisarle de algo antes de que se vaya: No puede estresarse, sino le desfavorecerá y complicaría mucho su estado de salud.
—Gracias doctor pero eso no es lo que me preocupa ahora, yo necesito saber cómo está el paciente que tiene en la habitación de al lado.
—Claro, menciona a Takano Masamune, ¿Verdad?
Entonces le dije que esperara a que me cambiara. Llego la hora de la verdad. Abrió la puerta y aparecí en una obscura habitación, solamente iluminada por los aparatos en los que él estaba conectado; vi su cuerpo con vendas, cables e inconsciente, me dolía por dentro en ver su estado el cual yo cause.
—Él está bastante grave, se fracturo 4 costillas, que por suerte no lograron perforarle del todo los pulmones, y fracturas menores en brazos y piernas; Pero lo más preocupante es que tuvo un fuerte golpe en la cabeza, que no le provocó una fractura craneal, pero sí que hizo que su cerebro dejara de responder y eso puede provocar pérdida de memoria a largo plazo o peor aún: Un coma del cual no despierte.
Lo último, sí que fue un golpe bajo dentro de mí, claramente el problema de su salud lo cause yo; Me acerque lentamente a su inmóvil cuerpo y agarre un fría mano contra mi pecho para mantenerlas cálidas tal y como eran.
—Disculpa pero, ¿Me puede dejar a solas con él?
— ¿Estará bien si lo dejo?
—Claro, solo le quiero decir algo antes de irme. —Mis ojos no podrían soportar más tiempo sin estallar en lágrimas—.
Entonces lentamente se retiró, yo por otro lado me quede frente a frente con él y lo abrace con cuidado, sin lastimarlo, para después llorar amargamente. En verdad lo amaba con toda mi alma… Se me partía la misma al verlo de esa manera… era un dolor indescriptible.
— ¡Por favor tienes que despertar y te juraré que nunca te haré sentir menos con tu amor! ¡Juro que cambiaré por ti! ¡Por favor no quiero perderte! ¡Te amo!
No sabía si mis palabras eran mágicas o qué, pero en ese momento se movió un poco, me alejé para no causarle molestias y mejor me senté en la silla más cercana; Se comenzó a levantar, primero abriendo esos hermosos ojos cafés para luego sentarse y observar a su alrededor, entonces me encontró.
—Qué bueno que te hayas despertado, ¿Cómo estás? —Mencionaba mientras tomaba de nuevo su mano.
—Solo un poco de dolor de cabeza, pero dime quién e...
No lo deje terminar porque le di un beso y delicadamente me sostenía de su cabeza, con su respuesta rápida nos apasionamos en la unión de nuestras lenguas, para que después el bese mi cuello y gimiera como si no me hubiera tocado en años; Me excitaba tanto que no me daba crédito de lo que estaba haciendo… Hasta que sorpresivamente me empujo lejos de él.
— ¿¡PERO QUE DIABLOS HACES!?
—Lo siento… Pero es que…
— ¡Ni siquiera sé quién eres!
— ¡¿QUÉ?!
—No sé si te conozco, pero mejor vete ahora mismo.
—Pero…
— ¡¡VETE!!
Entonces me levante de allí algo confundido y triste.
—Perdón, pero si me lo permites, otro día te lo explicaré.
Mi corazón daba vuelcos dolorosos, me sentía una mierda... No había nada bueno en que pensar, ni comentarios alentadores, nada... pero, me saque de toda base lógica con lo que me dijo, ¿En verdad no me recuerda?, ¿Será que el doctor tenía razón?
Pero una persona se me aproximaba, el cual no podía creer, un afamado escritor de cabellos grises y ojos violetas del que yo fui antes su editor, en compañía de un chico de más o menos mi edad, con cabellos cafés más obscuros que yo, también con ojos esmeralda como los míos.
— ¡Usami-Sensei! …
— ¿Como esta? —Pregunto algo preocupado—.
— ¿Por qué me pregunta eso?
Entonces se quedó paralizado, no quiso contestarme, pero en cambio el otro chico me agarro entre los hombros y respiro un poco.
—Nosotros… fuimos lo que atropellamos a este hombre.
— ¿Qué…?