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Sucesos Extraños Para un Ninja. por zSqut

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Notas del capitulo:

Ya está aquí el Capítulo 3. Espero que lo disfruten. ♥

Gaara continuaba adentrándose cada vez más en ese bosque a pesar de que ya había caído la noche. Se sentía cansado, pero no tenía pensado volver a parar y menos después de aquel extraño ataque. Continuaba alerta, atendiendo a todo lo que le rodeaba y al cabo de unas horas decidió finalmente parar pues se encontraba ya demasiado cansado y no permitiría que esto sirviera como desventaja para la próxima pelea. Debía estar al máximo nivel por lo que pudiese pasar. Paró en una de las ramas más a cubierto que encontró y se sentó con la espalda apoyada al tronco, dejando la calabaza en frente suya. Al cabo de un momento, ya se encontraba profundamente dormido. El inconsciente Gaara no se había conseguido percatar de que aquel ser con el que se había topado, había continuado siguiéndole, aguardando el momento oportuno para llevar a cabo su plan. Cuando Gaara ya dormía, un Ojos Rojos aprovechó esta oportunidad para acercarse veloz y sigilosamente hasta el pelirrojo y colocó bajo la nariz de este un pequeño frasco que contenía un curioso líquido. Este era una elaboración creada por el maestro Orochimaru la cual actuaba al instante bloqueando el flujo de chakra de la víctima lo que a su vez causaba un debilitamiento repentino y brusco. ¿Cómo afectaría esto al Katsekage?

Pronto los dos desaparecieron dejando allí las pertenencias del pelirrojo. Casi al instante, llegaron a un escondite dentro de una cueva en las montañas. Era una zona no habitada por las bajas temperaturas y la difícil accesibilidad por lo que nadie podía ver nada.

Tras atravesar una falsa pared, se encontró con un peliverde el cual aguardaba impaciente la llegada del ojos rojos.

- Avísale de que ya lo tengo. – Ordenó el Ojos Rojos mientras avanzaba por un largo pasillo hasta llegar a una puerta peculiar llena de candados y cadenas a la cual accedió sin pensarlo.

- Sí, mi señor – Contestó el otro ser tras realizar una breve reverencia y comenzó su marcha hasta perderse en la inmensidad del pasillo. Mientras tanto, el Ojos Rojos ya se había adentrado en la misteriosa habitación con Gaara aún inconsciente colgado sobre su hombro. Esta habitación era realmente lúgubre. Estaba hecha únicamente con ladrillos de piedra y se encontraba absolutamente oscura pues no tenía ventanas por las que entrase luz. En el suelo se podían observar charcos de agua formados por la filtración de las rocas de las paredes y techo. No era muy grande y al final esta, justo en frente de la puerta, se encontraban unas cuantas cadenas clavadas en la pared. Era evidente que se trataba de una sala de tortura. Este individuo avanzó hasta el final de la habitación y posó con cierta suavidad a Gaara en el suelo húmedo procurando que aún no despertase. Se agachó en cuclillas frente a este y se quedó observándolo por unos instantes. Pareciera que esa situación no le agradaba del todo. Al cabo de unos minutos llegó aquella persona con la que se había encontrado a su llegada. Este se acercó al ojos rojos y le transmitió un mensaje al oído. Era la orden directa de aquella persona que se encontraba al mando de la misión. Al terminar de transmitir el siguiente paso a seguir, le dio un bote que contenía el mismo líquido que ya había utilizado con una fórmula más concentrada. El peliverde se marchó, dejando de nuevo a estos dos solos. El ojos rojos cogió un kunai que sacó de su manga y le hizo un profundo pero pequeño corte a Gaara en el brazo y vertió el contenido del bote que acababa de recibir dentro de la herida. De esta manera, se aseguró de la absoluta anulación del pelirrojo. Tras continuar observando a este inmóvil, volvió en sí y le ató las manos en una de las esposas que colgaban de la pared.

- Bueno, parece que tendremos que jugar un rato – Dijo mientras se volvía a poner a la altura del pelirrojo – Espero que despiertes pronto, Gaara. – Continuó mientras le levantaba el mentón. Gracias al movimiento, Gaara pudo volver en sí durante unos segundos llegando a entreabrir los ojos, pero ese líquido era demasiado fuerte y volvió a caer inconsciente al instante aún sin comprender lo que le esperaba.

Ya comenzaba a amanecer y mucho más lejos de esa zona se encontraban dos ninjas, Neji y Kiba, los cuales comenzaban a despertarse. Habían dormido toda la noche de un tirón. Se encontraban muy juntos, Neji dándole la espalda a Kiba y este abrazándole desde atrás mientras el ojos blancos se aferraba a la manta en una leve posición fetal. Kiba fue el primero en despertar. Lo primero que vio fue el pelo de su compañero luego vio su hombro desnudo. Recordó lo que habían vivido esa noche mientras cogía la manta para abrigarlo bien.

- // Creo que se me fue de las manos // - Se preocupó este. - // No quería forzarlo… No lo hice, ¿verdad? // - Se cuestionaba mientras acariciaba la cabeza de su compañero. - // Yo creo que… Me gusta de verdad // – Concluyó. Kiba optó por salir de la tienda con cuidado de no despertar al aún dormido Neji. Al salir se encontró con Akamaru quien aún se mantenía en guardia, tal y como le había ordenado.

- Bien hecho, Akamaru – Dijo el ninja mientras le acariciaba la cabeza al gran perro el cual lo observaba asombrado y juzgante. - ¿Qué pasa? – Preguntó Kiba, confuso. Akamaru se tapó la cara con su gran pata y ante esto Kiba se dio cuenta de que había salido de la tienda en calzoncillos. ¿Qué hubiera pensado Gaara de haberle encontrado así? El pelicastaño rebuscó nerviosamente en la caseta su ropa y se la puso de inmediato. Una vez vestido se dio cuenta de que se estaba muriendo de hambre pues no habían cenado. Miró a su alrededor en busca de alguna presa que pudiese cocinar, pero ese bosque se encontraba muy tranquilo e iba a ser difícil cazar. No obstante, pronto recordó la lista que le había dado Sakura antes de su marcha y tras rebuscar en su gran mochila Kiba se dispuso a salir en busca de esas plantas comestibles. - Akamaru… Te lo dejo a ti – Tras decir esto el ninja pelicastaño desapareció.

Anduvo por los matorrales en busca de aquellas plantas que se encontraban en la lista, pero le resultaba realmente difícil. A Kiba no se le daba bien ese tipo de tareas por lo que debía esforzarse más. Cuando ya había encontrado suficientes setas y tallos, volvió al refugio. Al llegar a este, se encontró a Neji colocándose el portakunais. Se paró en seco pues se había puesto nervioso al ver a su compañero.

- Buenos días, Neji – Dijo Kiba mientras avanzaba hacia este.

- Buenos días – Contestó Neji sin mirar a su compañero y comenzaba a desmontar la tienda de campaña.

- Respecto a lo de anoch-…

- No te preocupes – Interrumpió. - Nunca paso… - Continuó tajante el ojos blancos dejando a Kiba con la palabra en la boca y un tanto confundido tras estas palabras. No sabía qué debía contestar a esto. Él no quería que hubiera mal entendidos, estaba dispuesto a confesarle sus sentimientos a su compañero, pero este continuaba haciendo tareas mientras le daba la espalda, sin mirarlo. Se mostraba realmente frío.

- Está bien – Concluyó cabizbajo mientras le daba la espalda a Neji y se ponía la capa. - Entonces, ¿nos vamos?

- Sí – Contestó tras colocarse su mochila. Aún quedaban algunos metros que recorrer antes de llegar al punto en el que debería encontrarse ya Gaara. Justo antes de comenzar la marcha Kiba le detuvo.

- Fui a buscar algunas de las cosas que aparecen en la lista de Sakura – Mencionó mientras mientras sacaba una bolsa con 3 tallos de plantas y 6 setas. – Supongo que tendrás hambre – Neji no contestó, se limitó a coger dos de las setas y un tallo y comenzó a saltar entre los árboles. - ¡O-Oye! Efperame – Se apuró Kiba tras meterse una seta en la boca, pues no le había dado tiempo de disfrutar del botín. Comenzó a seguir a Neji y tras él fue Akamaru el cual se encontraba un tanto extrañado por el comportamiento de su dueño.

En aquel extraño escondijo, se estaba dando una reunión en la que participaban una serie de extraños individuos entre los que se encontraba aquel Ojos Rojos responsable del secuestro de Gaara. Tras un intenso debate, este salió en dirección a la habitación donde se encontraba Gaara con predisposición. Un guardia que custodiaba la puerta le dio paso. Según se abría la puerta de aquella habitación, la luz proveniente del pasillo dejaba ver lo que se encontraba en su interior. Gaara continuaba inconsciente con las manos en alto sujetas por las esposas con la compañía de unas ratas las cuales habían accedido al lugar gracias a una alcantarilla.

- Bueno, empecemos – Dijo este mientras se acercaba al pelirrojo y le arrojaba un poco de agua que contenía el cubo que servía de orinal. Ante el tacto de este líquido helado su cara, recobró el conocimiento. No obstante, parecía que su cuerpo no respondía. Todo le pesaba, incluido sus párpados que no dejaban ver más que una borrosa figura un tanto conocida en frente suya.

- ¿S-Sasu… ke...? – Logró decir Gaara mientras intentaba enfocar su vista. Confuso intentó moverse, pero se dio cuenta de que sus muñecas se encontraban prisioneras de unas esposas. - ¿Q-Que significa… esto? – Preguntó confuso y aún débil.

- Shhh... – Chistó el Uchiha mientras se acercaba al pelirrojo – No te preocupes, yo me ocuparé de ti.

- Eso… Ya lo veremos. -Dijo un Gaara serio que intentó invocar a su arena, pero fue inútil.  Intentó otro tipo de jutsu, pero algo fallaba… No conseguía que ninguno surgiese efecto. Comenzaba a alarmarse.

- Es inútil, no te resistas – Continuó mientras miraba al pelirrojo.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Eso no es de tu incumbencia.

- ¿Quién está detrás de todo esto? Se que no debe ser cosa tuya - Al escuchar esto Sasuke le dio un repentino puñetazo en el estómago ante el cual se estremeció el pelirrojo.

- ¿Tú crees que estás en posición de hacerme preguntas? – Cuestionó amenazante el pelinegro agarrando de la barbilla al fatigado Katsekage, obligando a mirarlo. Gaara era caracterizado por su seriedad y por no doblegarse ante nadie. Tras haber vivido una infancia dura llena de sufrimiento y sin ningún tipo de apoyo, su carácter era uno de los más fuertes. Puesto que no se iba a dejar domar, así como así, le escupió en la cara de Sasuke la sangre que había quedado en su boca gracias al golpe mientras le miraba seriamente. Sasuke se quitó esa mancha que había ido a parar a su mejiilla. Le miró a los ojos y rápidamente le agarró por la cuello y lo levantó del suelo, asfixiándolo. – Estás muy equivocado si piensas que vas a poder salir de esta – Continuó amenazante y le golpeó la cara haciendo que volviese a caer al suelo. Sasuke siguió mirando al frente como si se estuviese preparando para lo que le tocaba. Tenía que cumplir con lo acordado. Gaara se encontraba de nuevo en el suelo escupiendo sangre. Estaba terriblemente debilitado. Su cuerpo no respondía y aquella situación no pintaba nada bien. El Uchiha volvió a agacharse y agarraró el cabello del pelirrojo para que le mirase. Observó como un ligero hilo de sangre se escurría por la comisura de sus labios. Se acercó haciendo que Gaara intentara echarse hacia atrás y lo lamió esos restos de sangre. El pelirrojo se había quedado atónito. ¿Qué clase de comportamiento era ese?

- Ahora – Mencionó mientras miraba al pelirrojo a los ojos. – Te voy a domesticar – En el rostro de Sasuke había aparecido una mirada un tanto peligrosa que hizo a Gaara temerse lo que se avecinaba. El pelinegro sacó un Kunai bien afilado de su bota. – Jugaremos con esto – Dijo con una sonrisa traviesa. – Empecemos – Esa sonrisa se transformó rápidamente en una mirada perversa mientras usaba el Kunai para romper la ropa Gaara. – Eres muy pálido - Dijo mientras observaba la blanca piel. – Veamos cómo se ve con otros tonos de color – Dijo antes de hacerle un corte en el pecho. Tras este fue otro, y otro se unió a un puñetazo en las costillas. A pesar del dolor que estaba experimentando, Gaara intentó mantenerse inerte. – Vaya, ¿no sientes nada? – Preguntó a la vez que colocaba el arma en su cuello haciendo que se derramasen unas cuantas gotas de sangre. – Veamos ahora – Tras decir esto se abalanzó hacia uno de los pezones que habían quedado descubiertos, jugando con la lengua mientras que con el kunai pinchaba el otro pezón provocando que sangrase. Gaara no entendía ese comportamiento, nunca le habían torturado de esa forma. Mientras intentaba buscar alguna manera para escapar de esa situación, no podía evitar distraerse con el tacto del pelinegro. Pronto utilizó el kunai para romper el pantalón del pelirrojo y comenzó a masajear el miembro del atónito Gaara.

- O-Oye, n-no tiene ni puta gracia – Consiguió decir en un intento fallido de librarse de su atadura. Esa situación estaba comenzando a alertarle y necesitaba que parase. Nunca había tenido relaciones con nadie. Su vida ya había sido suficientemente solitaria como para que alguien le viese con esos ojos y ahora su antiguo compañero estaba haciendo eso… Continuaba forcejeando, haciendo que se lastimase aún más mientras que el Uchiha se entretenía cortando y mordiendo el dorso del pelirrojo a la vez que masajeaba ágilmente el miembro de su víctima.  

- Cállate – Dijo mientras ascendía y se ponía a su altura. - Sabes bien que te gusta - Dijo el pelinegro mientras pasaba el kunai por el abdomen del Gaara dejando caer unas cuantas gotas más de sangre.

- T-Te equivocas. Esto da asco. – Trató de decir el dolorido Katsekage al que reproducir cualquier palabra le suponía un gran esfuerzo. Sasuke agarro el hermoso cabello del pelirrojo, escapándosele a este un pequeño quejido a la vez que se mordía el labio inferior de dolor.

- ¿Enserio? – Dijo divertidamente mientras miraba fijamente al pelirrojo. – ¿Cómo puedes decir eso mientras te pones duro aquí? - Dijo Sasuke muy cerca del pelirrojo mientras masajeaba con más rapidez el miembro de este. Gaara intentaba resistirse ante el tacto y mantener la mente clara, pero le resultaba una tarea imposible. Entre ese líquido que le había dejado totalmente indefenso, su situación y la persistencia del pelinegro, se encontraba en total desventaja. No podía hacer más que desear que parase. Gracias a las caricias que estaba recibiendo, no podía evitar que de vez en cuando se le escapase algún leve gemido. – Bueno, tú ya has tenido bastante. – Dijo mientras se alejaba un poco, momento que aprovechó Gaara para coger aliento. Parecía que eso ya había llegado a su fin. – Ahora me toca a mí. - Sasuke se había despojado de su camisa y se había desabrochado el pantalón. Con un leve gesto hizo que las esposas de Gaara se abriesen dejándolo caer boca abajo al frío suelo.

- // Dios, ¿qué me ha hecho? // - Se preguntó para sí mismo al ver que no tenía fuerzas para levantarse. De pronto, sintió como un objeto extraño presionaba su entrada abriéndose paso. Gaara gritó mientras comenzaba a sangrar.

- Si te relajas, no te dolerá tanto – Dijo Sasuke mientras lo embestía una y otra vez. El dolor que estaba experimentando Gaara era terrible. Nunca había sentido algo así. El Uchiha no tardó mucho en correrse dejando tendido en el suelo a un Gaara agotado y débil.  

- Muy bien, ha sido divertido – Dijo mientras comenzaba a vestirse – Lo repetiremos pronto.

- E-Espe- ... - Gaara intentó detener a Sasuke, pero este ya había salido de la habitación cerrando de un portazo. El indefenso Katsekage se encogió como pudo y se colocó en posición fetal en busca de algo de calor mientras pensaba en lo que acababa de vivir. Nunca pensó que algo así podría pasarle a él.

Por otro lado, Sasuke se alejó de aquella habitación mientras pensaba en lo que había hecho y si en verdad habría valido la pena. Sabía que recibía ordenes, pero él tampoco era un ninja al que le gustase recibir órdenes. Todas sus acciones estaban bajo sus propios intereses. ¿Quiere eso decir que le interesaba violar a Gaara? Quién sabe. Simplemente continuó adelante con una leve mueca de superioridad.

- Me parece que nos lo vamos a pasar muy bien tu y yo de ahora en adelante.

Notas finales:

Bueno, la cosa se empieza a complicar jeje

Dejadme vuestras impresiones en un dulce review ♥

Nos vemos en el próximo capítulo~


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