Loki despertó y lo primero que hizo fue acariciar la piel de su novio, que dormía acurrucado a su lado, aferrado a las sábanas con un hilo de saliva cayendo por su barbilla. Se levantó no sin antes dejar un beso en los resecos labios se dirigió al baño para ducharse y cambiarse de ropa. Dejó una pastilla y una vaso de agua a la mesita del lado de Clint y se dirigió a la salida.
-Loki…hm- ya estaba por salir cuando el rubio le llamó, pero claramente era entre sueños pues se había girado, llevándose las sábanas con él, por lo que el mayor solo sonrió negando con la cabeza.
Caminó por los largos y anchos pasillos hasta llegar a la sala del trono, donde su padre estaba hablando con alguno de sus consejeros.
-Padre.- le llamó, atrayendo la atención de ambos hombres hacia él, pero tampoco es que le importara mucho si había interrumpido algo importante.
Él era así y no pensaba cambiar.
-Hijo. Vete.- le dijo al hombre, que tras reverenciar a ambos se fue, cerrando la puerta tras él.- ¿Ocurre algo?- cuestionó mirándole duramente por la interrupción.
-Voy a pedirle matrimonio a Clinton.- dijo cogiendo una uva del plato de fruta que había en la mesa, en el centro del salón.
-¿Y me lo dices porque quieres mi aprobación?- preguntó el padre de todo.
-No. Solo quería que lo supieras. Nos casaremos en Jötunheim.- le dijo antes de comerse la uva.
-¿Cómo es que estás tan seguro de que dirá que sí?- su hijo menor siempre había sido muy seguro de si mismo, pero que lo estuviera tanto en una situación como aquella no le parecía normal.
-Clint estuvo bajo mi hechizo por mucho tiempo, el suficiente porque aun ahora sea capaz de, vez en cuando, sentir sus emociones.- le contó.
-Bien. De todos modos, tienes mi bendición.- le sonrió con suavidad antes de levantarse.- Ve a por tu hermano que tenemos que discutir cosas de la boca entonces pues me supongo que Thor ya está enterado. Yo traeré a Frigga.
Loki se dirigió al cuarto de su hermano y entró, despertándole con un par de golpes. Algunos minutos después el mayor salió duchado y vestido.
-¿Entonces ya se lo dijiste a padre?- le preguntó a su hermano.
-Sí.- contestó secamente.- Gracias por guardarme el secreto.- le besó la mejilla rápidamente.
-De nada. Eres mi hermanito, al fin y al cabo.- le dijo abrazándole con dulzura.
Mientras todo aquello pasaba, Clint empezó a despertar, moviéndose lentamente pues sus extremidades se sentían realmente pesadas, como si estuvieran hechas de plomo, su cabeza… ¡Dios! Su cabeza parecía ser habitada por hormigas rojas o algo así. Lentamente se incorporó para dejarse caer contra el colchón con una grotesca mueca de dolor en su rostro. Se llevó una mano a los ojos y los presionó con fuerza, intentando mitigar el dolor.
-La puta…- se quejó, abriendo sus azules orbes otra vez, repasando el ya conocido cuarto y fue entonces cuando reparó en la pastilla y el vaso a su lado. Sonrió al darse cuenta de que Loki lo habría dejado ahí pensando en como se sentiría él al despertar. Lentamente se sentó, dejando su espalda chocar con el cabezal, alargó una mano hacia el vaso y la medicación y se la llevó a la boca, tragándola de un solo golpe.
Y en menos de tres minutos estaba perfectamente recuperado.
-Bien, eso fue potente.- se dijo a si mismo mientras se levantaba y se frotaba el estómago, hambriento. Se aseó rápidamente y salió del cuarto. Se dirigió a la cocina y entró, encontrándose con Bruce, Steve y Peggy.- Buenos días.- bajó a la altura de la niña que le besó la mejilla.
-¡Buenos días tío Clint! ¿Dónde está Tío Loki?- dijo mirando detrás de él.- Papá tampoco estaba.
-¿Tampoco?- dijo el rubio menos mirando al Capitán.
-Vino Loki a buscarlo hará una hora más o menos.- le contestó mientras le limpiaba la mejilla a su hija.- ¿Cómo está Stark?- le preguntó al doctor.
-Durmiendo la mona.- contestó con una sonrisa.- No sé que es eso, pero es delicioso.- dijo antes de dar una mordida a una de las frutas que tenía delante de él.- ¿No vas a comer?- dijo mirando a Clint.
El recién llegado solo asintió y se sentó a su lado antes de tomar una racimo de uvas verdes. Con cuidado empezó a pelarlas y mientras veía como la translucida piel verdosa caía sobre el plato no pudo evitar sumergirse en sus pensamientos.
Unos que no sabía clasificar como positivos o negativos.
Cuando Loki fue llevado de vuelta a Asgard él se sintió muy perdido estando solo en la Tierra. Los primeros meses había trabajado a todas horas buscando distraer a su mente de los recuerdos en los que salía el hombre de ojos verdes. Tiempo después, cuando cayó gravemente enfermo por el estrés y las pocas horas de sueño acumulado su mejor amiga hizo lo que se le daba mejor: sonsacar información.
Una vez se hubo desahogado completamente se quedó dormido en el abundante pecho de la mujer que lanzó un suspiro ante la gran cantidad de tiempo que había puesto en sacarle todo al rubio. Conocía demasiado bien sus técnicas.
Días después Thor fue a hablar con él.
-¿Qué es lo que te pasa?- le preguntó sentándose a su lado.
-No lo sé. Quiero ver a Loki, pero no a la vez…- se mordió el labio, indeciso.- Estoy confuso.- se apretó los ojos en señal de frustración.
-No es eso, Ojo de Halcón.- le dije. Es simplemente que le extrañas. Yo también le extraño.- dijo con la mirada nostálgica.- Pero vendrá a por ti, no te preocupes por eso.- le dio unas palmadas a la espalda antes de salir de aquel cuarto.
-¡Clint!- la voz de Loki irrumpió en la cocina.
-¡Loki!- dijo él, junto con los dos otros vengadores.
-¡Majestad!- dijeron todas las muchachas, inclinándose profundamente, intercambiando pícaras miradas entre ellas: les había sido comunicado que su príncipe más joven se iba a casar.
-Buenos días. Tú, ven conmigo.- dijo cogiendo a su novio y llevándoselo a rastras hasta los jardines.
-¿Amor?- dijo confundido el menor ante el apresurado paso del peli-negro.- ¡Loki!- no tuvo tiempo a decir nada más cuando su boca se vio besada por otros labios, de una forma tan suave que el arquero se pensó que estaba flotando.- ¿Qué ocurre?
Estaban cerca del lago de palacio, en un sendero de piedras blancas y azules, rodeados de rosales blancos, rojos y amarillos.
Lentamente, Loki se agachó, clavando una rodilla en el suelo creando un perfecto ángulo de noventa grados con la otra pierna. Cogió con suavidad una de las manos del otro y la besó a la vez que con la otra mano sacaba una sortija de color dorado.
-Clinton François Barton, ¿te quieres casar conmigo?- le preguntó, mirándole con aquellos enormes y expresivos ojos verdes que le habían encandilado la primera vez que los vio.
Una gran sonrisa surcó su rostro antes de llevarse ambas manos a la boca para cubrirla, asintiendo enérgicamente. Laufeyson se levantó y deslizó el anillo por el dedo corazón.
El rubio saltó sobre su finalmente prometido y le besó con todo el amor que fue capaz de transmitirle con sus labios, revolviendo el siempre perfecto pelo: -Te amo.- le dijo al separarse.
-Yo…- dudó, pero se lo debía a su pajarito.- Yo también te amo.- oyó el jadeo sorprendido de su chico al escuchar aquellas secretamente ansiadas palabras salir de sus labios.
Y desde todas las ventanas de palacio que daban a aquel raro todos sus habitantes y huéspedes miraban enternecidos tal escena.
Porque cuando Loki se había ido, lo que más le había costado había sido entender y aceptar que lo que realmente quería, por más que lo negara una y otra vez, era simplemente al Dios de las mentiras y del engaño a su lado otra vez.