Clint estaba preocupado: desde que había vuelto de una misión Loki se comportaba de una forma muy extraña: de repente le llenaba de besos y lo sacaba a pasear o a bailar y había días que ni la palabra le dirigía. Y al parecer Steve estaba teniendo un problema similar con Thor.
Pero él no tenía la paciencia de santo del Capitán.
-¡Pues cuando te de la puta gana de decirme que te pasa, ya sabes donde encontrarme!- le gritó azotando la puerta. Se dirigió a casa de Stark donde, por sorpresa suya estaba Steve con una maleta esperando el elevador.- ¿Qué haces aquí?
-Me quedaré a dormir aquí. Thor está insoportable.- gruñó.- Dejé a Peggy con una de sus amigas de la escuela. No quiero que nos vea pelear.- entraron al ascensor y empezaron a subir.- ¿Y tú?
-Loki. Se comporta muy raro. De repente me saca a bailar y me llena de besos y al día siguiente ni buenos días me dice.- contestó triste.- Buenas…- dijo al entrar, viendo a Bruce y a Tony hacer el desayuno.
-¡Por Dios que caras!- dijo el genio al verles entrar.- ¿Problemas con nuestros queridos dioses?- dijo socarrón.
-Tony. Cállate.- le dijo su novio, golpeándole la nariz.
Mientras tanto Loki se había ido a casa de su hermano, quien abrió la puerta de golpe pensando que sería su esposo.
-Loki. ¿Ocurre algo?- preguntó preocupado al verle con la mirada perdida.
-Clint se ha ido de casa.- contestó.
-¿También?- ante aquello levantó la cabeza para observar a la mirada azul de su hermano.- Steve se ha ido esta mañana con Peggy.
Loki se sentó en el sofá, buscando cobijo en el pecho de su hermano que abrió los ojos sorprendido pero complacido de saber que su hermanito aun pensaba en él como tal, como un apoyo.
-¿Qué te carcome, Loki?- cuestionó acariciando su espalda.
-Voy a renunciar a la corona de Jötunheim.- proclamó.
-¿Qué? ¿Peor por qué?- le separó su rostro de su pecho y le miró seriamente.- Dime la verdad, ¿por qué se fue Clint?
-Supongo… que se hartó de que estuviera actuando tan raro, pero es que..- su voz se rompió, algo realmente extraño en él. Inspiró fuerte antes de continuar con su explicación.- Clint se va a morir un día, Thor, y y-yo me quedaré solo y sin él, quiero pasar el máximo de tiempo con él y por eso lo saco a bailar, a pasear, lo besó en cuanto puedo pero… solo pensar que un día ya no estará a mi lado hace que me ponga triste y que me distancie de él.- arrugó la tela de la blusa que el rubio llevaban.- Jötunheim me roba demasiado tiempo. Tiempo que quiero pasar junto con él.- dejó caer su cabeza en el pecho del otro hombre, tranquilizándose al oír su corazón latir. Siempre le había calmado aquello, especialmente cuando había tormenta.- ¿Qué os pasó a ti y a Steve?
Thor suspiró, jugando con el pelo negro de su familiar.
-He estado con los nervios a flor de piel últimamente. Por la misma razón que tú. Peggy heredó mi inmortalidad así que… que pasará cuando Steve se muera, ella se va a quedar sin uno de sus padres. Y… creo que he estado pensando demasiado y ya sabes que eso no se me da bien.- el de ojos verdes rió ante aquello.- ¿Crees… crees que comerán las manzanas?
-No lo sé. Se lo preguntaremos. Pero creo que les debemos explicaciones a ambos.- dijo levantándose y peinándose con los dedos.
-Vamos.- se levantó y sacó el martillo.- Nos vemos ahí, a menos que quieras que te lleve, claro.- le dijo.- Aunque creo que antes voy a cambiarme de ropa.- y desapareció por la puerta del armario.
-¿Y escuchar a Stark quejarse porque le has roto algún cristal? No gracias.- le sonrió antes de acercarse a él y besarle la mejilla.- Gracias.
-Ya, ya. Empezaré a asustarme si sigues actuando de ese modo, enserio.- le golpeó el hombro con cariño.
-Cállate. Anda, adiós.- dijo antes de vaporizarse.- Clint.- dijo al aparecer a la cocina de la Torre Stark.- Hola.- saludó al resto
-Vete. No quiero verte.- contestó, dándole la espalda.
-Por favor, Clint.- hizo girar la silla y le cogió el mentón para que le mirara a los ojos.- ¿Te arrepientes de haberte casado conmigo?- le preguntó serio, mirándole fijamente, mientras que los otros tres aguantaban la respiración ante tal conversación.
-Claro que no, Loki.- soltó el aire que había estado reteniendo.- La pregunta es… ¿te arrepientes tú?- cuestionó, sin apartar sus ojos de los verdes.
-¡Por Dios Clinton! Por supuesto que no.- le acarició la mejilla con adoración .- ¿Podemos hablar ahora? Te debo una explicación.- le cogió de la mano y salieron al balcón, sentándose en uno de los sofás.- Sé… sé que me he estado comportando muy extraño y borde últimamente, y tienes todo el derecho del mundo de enfadarte. Solo quiero que sepas que hay la razón por la cual he actuado así.- le tomó de las manos y se mordió los labios.
-¿Y cual es esa razón?- le preguntó, sentándose en su regazo para besarle las manos.- Loki, no pasa nada si tienes dudas, todo el mundo, todas las parejas, matrimonios tienen dudas y riñas, y no nos vamos a separar por eso.
-Es solo que… Yo soy inmortal, pajarito. Y tú no. Y cuando, cuando te… vayas de mi lado me voy a quedar solo y definitivamente me volvería loco de dolor.- confesó mirando a sus manos unidas.- Es el mismo problema que Thor y el Capitán han tenido. Por ese motivo… voy a renunciar al trono de Jötunheim.
-¿Qué? ¡No!- gritó.- No quiero que renuncies a lo que eres por mí. Si hubiese alguna posibilidad de que me pudiera quedar contigo para toda la eternidad, te juro que la tomaba incluso si tenía que hacer un trato con Satanás.- por nada del mundo el arquero iba a permitir que su esposo renunciara a algo tan valioso para estar más tiempo con él.
-¿Enserio?- preguntó con energías renovadas, recibiendo un asentimiento de cabeza como respuesta.- ¿Entonces te comerías las manzanas de la juventud de Iðunn?
-Claro. Si esto me permite estar contigo para siempre más, por supuesto.- le contestó.- Pero que pasará con Bruce y Tony. Me daría mucha pena que se murieran después de que les ayudaras…- presionó, sonriente como un niño travieso.
-Está bien, está bien, también les daremos manzanas.- le abrazó por las caderas y le besó con hambre.- Siento haberme portado tan mal contigo, pero realmente me ponía triste al pensar que te perdería.- susurró sobre sus labios.
-No pasa nada.- le dio un beso de esquimal antes de mirar hacia dentro, donde Steve abrazaba a Thor, que se convulsionaba con fuerza.- Vaya.- dijo solamente al ver tal imagen.
-Oye, deja de mirarles a ellos.- se quejó Loki antes de besarle otra vez, acariciando sus mejillas con los pulgares.- Halconcito, ¿te gustaría tener niños?
-S-sí. ¿Por qué? Sabes que yo no te puedo dar hijos.- dijo frunciendo el ceño.
-Lo sé, lo sé. Pero una de las criadas de Jötunheim tuvo un niño, pero ella murió en el parto, así que pensé que antes de que terminara en adopción con una familia que le haría sentir diferente por tener ya un hijo como me pasó a mí le podríamos adoptar nosotros.- le comentó.
-¿Enserio? ¡Esto sería fantástico mi amor!- dijo con una gran sonrisa en sus labios.- ¿Y cuando le podremos adoptar?- preguntó, excitado ante tal noticia.
-En una de semanas el zopenco y yo tenemos que ir a Asgard por un par de días y yo me pasaré por Jötunheim para arreglar algun asunto. Cuando vuelva le llevaré conmigo, ¿sí?.- le dijo besándole la nariz y ganándose una de las más hermosas sonrisas que había visto nunca en Clint. Al parecer, podría seguir siendo rey, su hermoso esposo será inmortal y tendría un heredero.
Nada podría ser mejor en aquellos instantos.
Nada