Loki había ganado, y esa era la cruda realidad. La bomba había explotado en el cielo, después de que Tony la desviara.
Los Vengadores seguían vivos y Loki aun tumbado en el suelo de la Torre Stark fue socorrido por Clint, ante la atónita mirada del resto de los protectores de la Tierra quienes pensaban que el dios le había vuelto a hechizar con su vara, pero dicha arma estaba en el piso inferior.
-¿Qué haces Barton?- preguntó Tony, más el nombrado no respondió, solo le limpió la sangre seca al de ojos verdes, que sonrió con una ternura que Thor no había visto nunca en él, ni siquiera cuando eran niños.
-Bueno.- dijo levantándose.- Tenemos dos opciones: o me cogéis, me encarceláis y os quedáis con los Citauri o me escucháis y los saco de aquí.
-¿Por qué haríamos eso?- cuestionó la pelirroja.- ¿Cómo sabemos que, en caso de que te escucháramos, te los llevarías?
-Muy simple, querida. Porque por lo que le quiero proponer a Thor, me conviene que no estén por en medio.- le explicó como si le hablara a una niña pequeña.
-Te escucho.- dijo Thor, mirándole con ojos severos, intentado descifrar las intenciones de su hermano pero, como siempre, fue incapaz de aquello.
-La Tierra por Asgard.- dijo simplemente a la vez que cogía al arquero de la mano, a lo que este correspondió poniendo su cabeza contra la parte superior de su brazo.
El rubio de más edad se mordió el labio, indeciso ante aquello, pero al ver a Steve moverse inquieto detrás de él, a Natasha juguetear con uno de sus aparatos a la vez que le miraba de reojo, a Tony picar su armadura con impaciencia, oír a Hulk gruñir y la imagen de Jane en su cabeza le hicieron decidir.
-Está bien.- contestó.- La Tierra por Asgard. Pero el Teseracto…
-El Teseracto será devuelto a donde pertenece, con los gigantes del hielo.- le cortó con fiereza.- Tu padre lo robo cuando decidió… robarme a mí también. Porque no fui “adoptado” por compasión, hermano, fui adoptado como mesura de seguridad, como… una barrera invisible: ellos atacaban, Odín me mataba a mí. Un simple pero brillante plan si quieres que “tu hijo” se te gire en contra algún día, ¿no crees?- le dijo antes de extender una mano, donde el Teseracto apareció junto con su bastón.- Vámonos.- le dijo a su ayudante.
-¿Qué? Clint no entraba en el trato, Loki.- dijo el dios del trueno.
-Cierto.- coincidió. Se giró y miró al rubio.- ¿Quieres quedarte?- le preguntó.
Ojo de Halcón se mordió el labio: quería estar donde estuviese el de ojos verdes, pero tampoco quería dejar de visitar a su amado planeta: -Quiero…
-Clint.- Natasha le interrumpió.- Piensa lo que vas a decir, porque te va a cambiar la vida por siempre.
Él la miró y como siempre, pensó que era una mujer guapa, muy guapa, pero no era Loki. Loki le había demostrado que bajo aquel caparazón de frialdad y de palabras hirientes había alguien cálido, en sentido metafórico, pues al ser un gigante del hielo, lo de ser cálido era relativo.
-Quiero irme contigo, jefe. Pero quiero venir cada cierto tiempo de viaje aquí.- le dijo seriamente.
-Así será.- y ante la sorpresa de todos le besó con suavidad y se alejó unos metros después de romper el contacto, hacia el balcón, y saltó al vacío, justo sobre el monstruo más grande de todos, sacó una daga de dentro de sus ropas y se la clavó, haciendo que el monstruo explotara en miles de pedazos y con ella, todos los Citauri. Volvió a su lado, cogiendo de la mano a Barton, musitó unas palabras que nadie entendió y el portal se cerró.
-Pues no era tan difícil acabar con ellos.- dijo Steve.
-No seas tonto, Capitán. Claramente estaba envenenada o hechizada. Debes conocer a tus enemigos, pero aun mejor a tu amigos, ¿verdad?- dijo el genio.
-Definitivamente. Bueno, adiós. Ha sido un placer derrotarles. Ah, y Thor, ella te hará daño.- dijo antes de empezar a brillar con fuerza; todos saltaron sobre ellos para pararles, al menos, parar al humano, pero cayeron los unos sobre los otros.
Cuando llegaron a Asgard, Clint estaba tan mareado que se tuvo que recostar en el brazo del nuevo monarca y contener las arcadas.
-¿Siempre es así?- le preguntó.
-Te acostumbrarás.- contestó a la vez que le sujetaba con más fuerza contra su cuerpo.- Buenas noches, Heimdal.
-Buenas noches, Majestad.- le saludó.- Veo que su plan funcionó.
-Sí. Gracias por ayudarme.- le agradeció.- Te presento a Clinton François Barton, vivirá a palacio conmigo y madre a partir de ahora.- le presentó.- Pajarito, es Heimdal, el guardián del puente y el que me ayudó.- le contó.
-Oh. Un placer.- le tendió la mano y el hombre de piel negra se la estrechó.
-Su madre le está esperando en palacio. Nunca pensé que iba a ver esto, pero casi todos los asgardianos… están a su favor y en contra de Odín. Solo los militares que estuvieron aquel día en Jötunheim están en su contra, aunque más asustados que enfadados.- le explicó. El dios de pelo negro solamente asintió y empezó a caminar, siendo seguido de Clint, que le cogió de la mano.
-Wow. Esto es muy hermoso, jefe.- alabó sonriente, ganándose un beso en la nariz a cambio.- No hagas eso, pueden decir cosas malas de ti.- pidió avergonzado.
-¿Más de las que ya he oído?- preguntó antes de llegar a las puertas del enrome palacio.- Muy buenas noches, caballeros. Si son tan amables desertar y abrir las puertas…- dijo a los dos guardianes, que dormían a pierna suelta pero que la abrieron en cuanto se dieron cuenta de quien les hablaba.
Se dirigieron al salón principal, donde una mujer rubia corrió hacia ellos y le abrazó con fuerza.
-Loki mi niño…- fue entonces que visualizó al hombre de detrás.- Vaya, buenas noches…
-Clint, mi lady.- contestó haciendo una reverencia.
Cansado de mirar por la ventana, se levantó, dirigiéndose al salón del trono, donde Loki estaba juzgando a un ladrón de uno de las casas principales del reino. No le había sido muy difícil acostumbrarse a su nueva vida llena de lujo y comodidades. Su novio le había dado carta blanca para que explorara el reino por si mismo, se dedicaba a entrenar a arqueros novicios y se encargaba de que Loki no hiciera correr demasiada sangre cuando estaba enfadado y en un juicio. Irrumpió en la sala tranquilamente y se sentó al lado del rey, que le agarró por las caderas.
-Conoces la ley, Paalaar, robar está castigado con la perdida de una mano, te damos a escoger una. Además vas a tener que estar encerrado por tres años, luego te la cortaremos. Y no querrás alargar eso aun más y que se encuentren más delitos contra tu persona, ¿verdad?- preguntó Loki a lo que el hombre negó.- Bien, llevadlo a los calabozos, mañana seguiremos con esto.- observaron como se lo llevaron y le besó la mano a Clint cuando este le besó la mejilla.- ¿Te aburrías?
-Mucho.- le besó, sonriendo en el beso.- ¿Cuándo vendrá Thor?- le preguntó.
-Pasado mañana.- contestó mientras le besaba el cuello.- Me alegro tanto de que decidieras venir conmigo. Eres lo que me tiene cuerdo, halconcito.- susurró.
-Hn.- dijo con un sonrisita.-Claro que no, no es que estés loco, solo estabas dolido, amor.- le dijo, recibiendo un beso en la frente.- ¿Cuándo fue la última vez que hablaron Heimdal y Thor?- el guardián del puente informaba de vez en cuando al dios del trueno, quien salía con Steve, y al parecer el rubio había aceptado bastante bien al ver que su reino seguía igual e incluso había prosperado en relaciones con los gigantes y que la gente estaba feliz con su nuevo rey, al ver la ley era mejorada para los más pobres y llevada con puño de hierro. Su hermano no eran tan mal monarca. Quizás mejor de lo que él podría haber sido.- Me alegro de que hicieras las paces con Thor.
Incluso los Tres guerreros y Sif parecían felices con Loki al mando del país. Más cuando se enteraron de lo que había Odín, además podían ir a la tierra cuando ellos quisieran, con lo que estaban encantados.