Habían pasado ya tres meses desde que Clint y Thor habían hablado sobre Loki, y a pesar de que deberían haber ido a Asgard meses atrás, de algún modo, todos los villanos se habían decidido atacar casi a la vez.
Bruce estaba sentado en el sofá de la nave de S.H.I.E.L.D mirando a sus amigos: los tres rubios hablaban animadamente sentados en alrededor de la mesa discutiendo sobre que debería hacer el perdedor de la apuesta. Dicha apuesta era simplemente quien mataba más enemigos. Tony y Loki jugaba a un videojuego de carreras y, al parecer, Loki ganaba por bastante al genio. Y eso que de vez en cuando se giraba a ver a su novio. Realmente se entendía porque eran mejores amigos: pasaban tanto de todo el uno como el otro. Y Natasha estaba puliendo sus mortíferos cuchillos.
-¿Estáis listos?- dijo Fury irrumpiendo al salón, seguido de Coulson, quien se había recuperado. Aunque seguía sin tenerle ninguna simpatía a Loki al igual que este no terminaba de apreciarle a él.
Y ante aquel llamado, todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se levantaron para equiparse. Mientras el Capitán, Clint y su novio se preparaban, los asgardianos ya estaban listos, con sus armaduras, sus capas y sus poderosas armas. Natasha ya estaba preparada, así que con lentitud el doctor se levantó y se sacó la camisa, no queriendo romper otra.
Tony se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.
-Ponte la camisa que me desconcentras.- le susurró al oído, ganándose una risa por su parte.- Prométeme que no te pasará nada.- le musitó.
-Ya sabes que no me puede pasar nada. Prométeme tú a mí que no harás ninguna estupidez como coger una bomba nuclear y meterla dentro de un agujero o entrar dentro de un monstruo.
-Se intentará.- dijo bromeando, mas la seria mirada le hizo cambiar de parecer.- Lo prometo, lo prometo… Te amo.- dijo antes de besarle con fuerza.
-Te amo.- le contestó el hombre.
-¿Seguro que estarás bien?- preguntó Steve por enésima vez.
-Soy un dios, no me voy a morir así como así,.- dijo antes de besarle suavemente.
Y Loki y Clint… bueno, ellos dos eran completamente distintos: estando a solas ambos eran altamente cariñosos, estando con el resto, no lo eran. O al menos no tanto, se abrazaban y susurraban cosas, pero rara vez se besaban. El de ojos verdes lo abrazó y le susurró algo en el oído.
-Ten cuidado, ¿sí?- le dijo.
-Hum. Y tú no hagas nada tonto.- le dijo.- Te amo.- dijo Clint antes de abrazarle y besando su mejilla a lo que Loki le cogió por la quijada antes de rozar sus narices.
Cuando se separaron, Loki se transformó en un lobo de pelo negro como la noche, conservando sus verdes ojos en el cual Clint, Steve y Bruce montaron. Thor saltó al vacío a la vez que Tony.
-Agarraos.- dijo el ahora lobo antes de saltar al vació, aterrizando en medio de un pequeño claro junto con los otros dos.- Abajo.- ordenó y todos bajaron menos Clint.- ¿Thor? ¿Detectas algo?
-En esta dirección.- dijo señalando hacia el noreste con su martillo.- Mejor que suba Clint en alguna de copa y lo confirme.- pidió al rubio, que dio un golpecito a su novio, que saltó para convertirse en una águila.- ¿Qué veis?
-Cuarenta o cincuenta hombres a pie, y unos treinta sobre… ¿leones?- gritó Clint.- A trescientos metros. Como mucho. Y van muy rápido.
-¡Son Rakshasas!- dijo Loki al llegar a su lado, bajando a Clint antes de convertirse en humano otra vez.
-¿Raka qué?- preguntó Tony, desconcertado.
-Rakshasas.- contestó Thor.- Medio hombres medio felinos.- le explicó.- Cortadles las cabezas o clavad algo en su corazón, que está en el lado derecho. Que no os muerdan o arañen, ya que tanto colmillos como zarpas son venenosas. Y, a poder ser, quedaos cerca de Loki o de Hulk, pues ellos temen a los seres más grandes que ellos.
-Entiendo lo de Bruce pero… ¿Loki?- dijo Tony.
Con un gruñido se giró para mirar a su novio que le acarició la mejilla y le sonrió, dándole fuerzas. Con un suspiro empezó a transformarse, llegado a ser aun más altos que Hulk, con su piel azul con líneas oscuras trazadas en su cuerpo que brillaban, los ojos rojos como rubies, y el pelo negro, recogido en una densa y fuerte trenza.
-Okay… Sí, eres alto.- dijo Tony, tocándole la pierna.- Y frío. Y das miedo.
-Déjate de bromas que lo tenemos encima Stark.- dijo Steve a la vez que levantaba su escudo tricolor.
La máscara de Tony fue a su lugar, Thor levantó su martillo, Natasha sacó sus cuchillos, Clint sacó su arco y preparó sus flechas, Bruce se transformó.
Los gritos se oyeron.
La batalla empezó.
Cuando ya llevaban muchos rato luchando, se vieron rodeados por todos los supervivientes. Loki estaba algo más apartado, luchando con un rakshasa especialmente grande, pero al ver como uno de ellos cogía a su halconcito del cuello, su piel brilló con más fuerza, cortándole la cabeza con las manos para arrancar a correr hacia él humanoide que tenía a su más preciado tesoro, apunto de matarle.
Con un fuerte rugido se aventó sobre él, tumbándole al suelo, causando que soltara al arquero, que fue rápidamente atendido por la Viuda negra. Thor rápidamente empezó a repartir martillazdos a diestra y siniestra.
-¡Loki! ¡Para!- dijo Clint minutos después al darse cuenta de que su novio seguía moliendo a golpes al hombre-leopardo. Se acercó a él.
Y fue entonces que pasó: Loki le apartó de un manotazo, mandándole a volar, estrellándole contra un árbol.
-¡Clint!- rápidamente corrió hacia él, transformándose en la carrera en su yo humano otra vez, se dejó caer a su lado y lo cogió entre sus brazos.- Pajarito… Lo siento… de verdad que…- su voz se rompió y de sus verdes ojos empezaron a caer grandes lágrimas.
-Shh… Está bien. Estoy bien. Es mi culpa, no debí haberme acercado tanto.- llevó una de sus sucias manos hasta el húmedo rostro.- Bésame.- le pidió.
Con cariño el dios descendió hasta unir sus labios en un suave y tierno beso, levantando su mano y congelando al último de sus contrincantes, que cayó al suelo, rompiéndose y produciendo un sonido de mil cristales rompiéndose.
Thor corrió hacia Steve que se limpiaba la cara con su manga, cogiéndole por las caderas y levantándole del suelo, besándole efusivamente. Natasha hablaba con su novio por teléfono. Y Tony se acercó a Hulk que le cogió con una mano y lo abrazó con fuerza antes de volver a ser en Banner otra vez, desmayándose en sus brazos.
Cuando la nave llegó a recogerlos y estuvieron dentro, se desplomaron al primer sillón que encontraron.
Clint estaba dormitando en el pecho del gigante, a la vez que pensaba que realmente a él y a Loki no les era necesario que el mayor le dijera cuanto le amaba con palabras, los simples gestos cariñosos que siempre tenía con él como rozar sus narices, besarle la palma de la mano tal y como estaba haciendo en aquel momento o cuando acariciaba sus manos con sus pulgares.
Para él todos estos gestos tenían mucho más significado que las palabras que tantas veces él repetía. Porque él necesitaba hacerle saber verbalmente cuanto le amaba, pero no necesitaba que el dios de las mentiras se lo dijese vuelto para saber que él también era amado y querido por el de ojos verdes.
Lo último que sintió antes de dormirse fue el suave beso en su pelo y unas palabras cariñosas susurradas en su oído.
-Eres lo mejor que me ha pasado en esta vida, halconcito.