Doce años: .-Entender-.
—¿Cómo te fue en el simulacro?
—Bastante bien, gracias por traerme, Minato-san.
—De nada Itachi-kun. ¿Quieres pasar a comprar unos discos? Nos hace falta música en casa.
—Es cierto. ¿Los niños están solos?
—Mikoto-chan está con ellos, pero da igual, ya no son niños después de todo, además no es como si fueran a quemar la casa.
—Desde que empezaron con sus bobas competencias no me extrañaría. ¿Cómo será posible que se les ocurra competir hasta en las cosas más tontas?, me sorprende viniendo de Sasuke.
—Es cierto, ¿pero no crees que Sasuke-kun está de mejor humor desde que empezaron con esto de ser rivales?
—Claro que lo creo, Minato-san. Mamá me señaló exactamente lo mismo esta mañana. Sasuke está de muy buen humor, creo que competir es una de sus actividades favoritas, se comporta como un niño; la verdad a mí me parece un poco... no lo sé. Aunque supongo que es bueno que actúen como niños juntos de tanto en tanto, especialmente Sasuke.
—Ja, ja. Cosa rara en él. Bueno, y como siempre, Naru-chan está de muy buen humor.
—Por supuesto que lo está, ahora él y Sasuke están al mismo nivel. Aunque aún Sasuke sigue siendo su Nii-chan.
—Nunca dejará de serlo, de alguna u otra manera, aunque quizás no de la manera que nosotros esperamos… —Minato parecía de muy buen humor, así pudo apreciar Itachi mientras buscaba discos en la guantera para poner en el camino, ignorando un poco las últimas palabras pronunciadas por el mayor. Realmente estaba muy cómodo a su lado, siempre se sintió más cómodo en presencia de gente más adulta que él—. Hoy en la mañana no te lo pregunté, pero ¿por qué les hacen los simulacros de exámenes de admisión los sábados por la mañana?
—No lo sé, pero además coincide con la jornada de pre-selección.
—¿Ya sabes a qué universidad vas a entrar?
—He tenido buenas ofertas… pero creo que hay muchas cosas que inciden, no sólo depende de lo que yo quiera.
—Es cierto, además estudiar medicina es algo difícil de conseguir, pero creo que tú estás más que capacitado.
—Eso espero, aún estoy un poco nervioso, cada vez faltan menos meses para eso…
—Tranquilo, lo harás bien, estoy seguro. Por otro lado, ¿me pregunto qué tienen pensado nuestros niños? Tú te decidiste por la medicina hace muchos años, ¿no?
—Claro que sí. De alguna manera siempre supe que ése sería mi camino. Creo que por su parte, los niños tienen un muy largo camino por recorrer aún. Cuando era pequeño, Sasuke pensaba en ser arquitecto porque le gustaba jugar con bloques, ahora no lo tiene muy claro. Y Naru-chan… mientras sea él mismo, cualquier cosa que haga lo hará feliz.
—Ja., ja , ja. ¡Qué bien conoces a mi retoño! Pero bien, creo que de cierta forma ni tú ni yo estamos muy preocupados por Naru-chan…
—Ciertamente quien nos preocupa es Sasuke.
—Pero no podemos hacer más que preocuparnos. Al principio me puse triste cuando los niños nos pidieron detener el proceso de adopción… pero creo que es lo mejor para ambos, no podemos obligarlos a ser algo que no quieren. Sé que ellos temen afianzar lazos, prefieren seguir en un juego en que son hermanos del cual aún pueden salir.
—…No entiendo, Minato-san… ¿Se refiere que en algún momento ellos dejarán de jugar a que son hermanos?
—… ¿Itachi-kun tú no… te has dado cuenta aún?
—¿Darme cuenta de qué?
—…—Minato miró a su acompañante unos segundos, dándole a entender que no correspondía que fuese él quien le diera esa información—. Itachi-kun… ¿sabes? Confiemos en que nuestros niños estarán bien.
El joven no quedó muy satisfecho, pero ya había aprendido de Kakashi dejar que su hermano menor decidiera por sí mismo su destino. Sólo podía esperar detrás de él, por si este se caía, estar ahí para sostenerlo.
Luego de pasar a la tienda de discos, Minato e Itachi se fueron directo a su hogar. Compraron también un nuevo videojuego para los niños. Apenas entraron por la puerta se podían escuchar los ruidos del patio trasero… ¿A qué estarían jugando ahora ese par de traviesos? Saludaron a Mikoto y para salir de duda fueron juntos hacia el lugar de donde provenían los ruidos.
—¡Niños!, ¿qué hacen allí arriba?
—¡Mamá nos dio permiso!
—Sasuke eso no fue lo que te preguntó Minato-san, sino que qué hacen allí subidos.
—Recuperamos la cometa del dobe, Nii-san.
—¿Qué le pasó a la cometa de mi bebé? —Preguntó Minato con un simulado tono de tragedia.
—¡Que no soy bebé-dattebayo! —Naruto se asomaba por entre las copas del árbol en que se habían subido.
—Este dobe demasiado distraído como para volar una cometa sin engancharla en los árboles.
—¡Cállate teme y enrolla el jodido hilo antes de que enrede más-‘ttebayo!... ¡No la puedo alcanzar!, ¡tengo los brazos muy cortos!
—Sasuke, Naru-chan, bajen de ahí, yo la sacaré —Itachi se posicionó bajo el árbol, los niños le miraron desde arriba, parecía un poco cabreado asique decidieron hacerle caso sin chistar. A Itachi no le hacía ninguna gracia ver a sus hermanitos encaramados arriba de un peligroso árbol—. ¿Dónde está la cometa exactamente?
—Entre el árbol y el techo de la casa de junto-dattebayo —Le indicó el rubiecito, quien estaba siendo ayudado por su padre a bajar—. Apenas llegues a las ramas desde donde estábamos la vas a ver.
El mayor sin más se subió al árbol. Su habilidad para escalarlo era bastante impresionante, lo cual fue notado por los dos menores. En cuestión de segundos él ya estaba arriba con la cometa en sus manos. Al bajar ambos niños se aproximaron a él con asombro.
—¡Gracias!, ¡Itachi-nii es muy bueno en todo-dattebayo!.
—No soy bueno en todo, Naru-chan, pero creo que sí en recuperar cometas de árboles. Ahora traten de competir en algo que no amerite estar a tres metros del suelo, ¿Sí?
—Siii, Nii-san.
—Siii, Itachi-nii.
Los niños respondieron sabiendo que de cierta forma amable estaban siendo regañados. Luego ambos fueron a su habitación, jugaron el nuevo juego y se obsesionaron a tal grado que Mikoto amablemente subió sus platos del almuerzo para que comieran sin detener su actividad.
Luego de unas horas, Itachi subió las escaleras y se dirigió a los menores desde el marco de la puerta.
—Niños, estamos solos, estoy a cargo, pórtense bien, ¿ok? —Los mencionados estaban demasiado absortos en su juego como para contestar. El mayor trató de pasar por alto el hecho de que ellos le habían ignorado, pero luego tuvo que volver a dirigirles la palabra por otro asunto—. Niños, me toca lavar, ¿Dónde están sus platos? —No hubo respuesta—. ¡Niños, sus platos! ¡¿Dónde están los platos en que comieron?!... ¡¡¡Niños!!!... ¡Uf!, ¡¿quieren dejar de jugar eso un momento y decirme donde están sus platos?!
—No te alteres Nii-san, deben estar por ahí —Señaló Sasuke sin despegar los ojos de la pantalla al igual que su hermano menor. Itachi llegó a su límite y sin decir palabra alguna, se dirigió hacia ellos y apagó la consola en un santiamén, haciendo que ambos niños quedaran completamente perplejos—…¡¿Cuál es tu problema, Itachi?!
—Waaa, ¡Itachi-nii!, ¡no teníamos la partida guardada-dattebayo!
—¡¿Qué demonios pasa contigo?! ¡Itachi, di algo!
—¿Qué?, ¿ahora que me metí con ustedes se acuerdan de que existo? Por si no se dieron cuenta, mamá y Minato salieron, y tengo la amabilidad de lavar y ustedes ni siquiera pausan su estúpido juego para decirme donde dejaron sus putos platos. ¿Tan denso es su mundito de cristal que son incapaces de darse cuenta que hay gente a su alrededor? Al principio me dio igual, ¡pero ya salgan de la maldita burbuja! Ahora quiero que bajen y laven sus jodidos platos y luego se separen siquiera por unos minutos. Sasuke tú vas a quedarte abajo haciendo cualquier estupidez, y tú Naruto te vienes a estudiar conmigo apenas termines de lavar, ¿quedó claro?
Antes de recibir respuesta Itachi ya había salido de la habitación de los menores y se había encerrado en la suya. Desde allí escuchó como los niños empezaban lentamente a hacer lo que él les había ordenado. Se arrepintió de haberles gritado con ese lenguaje que deja tanto que desear, pero francamente estaba harto… ¿por qué estaba tan enfadado? A nadie más que a él parecía molestarle que los niños estuviesen tan sumergidos en su mundo. Si bien, tal y como dijo Minato esta mañana, ellos eran más felices así… ¿por qué no podía estar feliz él también por ellos?
Se quedó un rato mirando el techo, cuando de pronto el teléfono sonó. Miró el número del identificador y contestó desde su cama.
—¿Aló?, ¿Kakashi?
—¿Cómo sabes que soy yo? Te estoy llamando desde el trabajo.
—Siempre que llama un número comercial, eres tú.
—Buen punto. ¿Cómo te ha ido?
—¿Eres telépata?
—…Mmm… ¿eso apunta a que algo te pasa y llamé justo en el momento adecuado?
—Sí, o al menos eso sería si no me llamaras todos los días como a esta hora.
—Es la hora de mi receso en el trabajo, después de todo. En unos momentos termino mi turno. ¿Recuerdas a los amigos del otro día?, vamos a ir a un bar y me dijeron que sería bueno invitarte, les caíste muy bien.
—Qué suerte tengo, pero paso. Estoy cuidando a los niños.
—Como si necesitaran que los cuides. ¡Vamos!, sin excusas. Hay un par de chicas que no les importa que seas menor y te esperan ansiosas.
—Voy a estudiar con Naru-chan… además, los acabo de castigar y necesito cerciorarme de que mi castigo se cumpla.
—¿Es eso cierto?, ¿les has castigado?... ¿tú?
—Que no te sorprenda, estas últimas semanas ambos han estado insoportables con eso de competir. Su mundo se ha reducido más de lo que ya era antes.
—Me sorprende. Es raro, el otro día me encontré con ellos en la cafetería de mi empleo de media tarde. Ya sabes, para variar Sasuke pidiendo café y Narutín pidiendo una copa de helado dos veces el tamaño de su estómago.
—¡Uf!... espero que esos dos no te causen muchos problemas.
—Para nada. Me entretienen cada vez que van para allá. Hasta a veces los extraño. De todos modos también me los suelo topar en mi empleo de la mañana cuando van camino a la escuela, a la hora en que reparto volantes. Supe que ahora van solos a la escuela y suelen ir corriendo a ver quién llega primero.
—Exactamente… ¿ves?, a eso me refiero. Su mundito de cristal se hizo más grueso e impermeable…
—Pero Sasuke, de mala gana, me contó que Naruto pasa los recesos entre clase y clase con el grupo de amigos que se hizo estos dos años que estuvo en la otra sección. Me dijo que al principio se había opuesto, pero que ahora decidieron sentarse hasta en lugares diferentes del salón. Sólo estudian juntos cuando lo amerita.
—Mmm… eso es cierto, ahora que lo mencionas… se me había olvidado.
—Quizás pasan casi todo el día en clases separados, por eso cuando llegan a casa están ansiosos de compartir tiempo juntos…
—…—Se formó un silencio entre ellos. Definitivamente los hechos mencionados por el peliplata no habían sido considerados por el mayor—…Este es el momento en que quedo como un idiota, ¿verdad?
—No, este es el momento en que dices “Sí, Kakashi, estoy perdiendo el tiempo aquí con estos mocosos; no necesitan mi ayuda. Mejor voy contigo al bar a cazar un par de chicas para ambos con mi encanto adolescente”
—Ja, ja, ja, ja, idiota. Me haces reír. De verdad, muchas gracias. Como siempre me hallo abusando de tu sabiduría, soy incorregible.
—Tranquilo, me gusta ayudarte. Ya puedo imaginar tu sonrisa al otro lado de la línea, pequeño celoso. Recuerda que puedes abusar tantas veces quieras de mi “sabiduría” siempre y cuando seas tan amable de dejarme abusar de tu gracia pueril para atraer chicas.
—Pervertido. Aunque de todos modos debería estudiar con Naru-chan hoy. Quiero pasar tiempo con él… de alguna manera, todo esto se vio provocado porque los extraño mucho a ambos. Con todo esto de la preparación para los exámenes de admisión y todo, ya sabes, no he tenido tiempo de estar con los niños. Lo siento Kakashi.
—Es injusto, tampoco has tenido tiempo de salir de parranda conmigo, jovencito. ¿Acaso no extrañas al sabio Kakashi?
—Ciertamente que te extraño, y realmente es injusto porque siempre te haces un tiempo para mí entre tu multitud de empleos para poder pasar un rato conmigo cuando te lo pido. Pero de verdad quiero estar con los niños, les grité muy feo hace un rato. ¿Por qué no tú y tu sabiduría vienen acá y aprovechas de pasar tiempo con los niños tú también?
—¿Insinúas que un adulto joven de veintidós años va a pasar la noche del sábado con dos mocosos de doce años y un chavalillo de diecisiete en vez de salir de parranda con mujeres?
—Sí.
—Trato hecho, pero yo uso el joystick original de la consola si es que jugamos Killer Instinct.
—Pasa apenas termines el turno. Quédate, ¿sí? Trae unas cervezas para cuando los niños se vayan a dormir. Te espero aquí.
—Eres tan persuasivo. Nos vemos.
En ese momento entraba Naruto hasta la habitación de Itachi con timidez, habiendo esperado detrás de la puerta sin escuchar la conversación pero sí pendiente al momento en que Itachi colgara el teléfono; no quería interrumpirlo sabiendo que el mayor estaba de malas.
Al verlo entrar, los ojos brunos de Itachi dieron con la miradita llena de blues del menor. El muchachito se acercó lentamente mirando el piso. No pudo advertir que Itachi se había parado y ahora estaba hincado ligeramente frente a él. Ahora le quedaba claro al mayor lo mucho que había crecido su hermanito, que a pesar de que no poseía la altura de los niños de su edad, ya no necesitaba hincarse completamente para abrazarle. Así lo hizo. Sin aviso previo estrechó al menor entre sus brazos.
—Lo siento, Naru-chan. Soy un hermano muy celoso de ambos, y sólo quiero que me presten atención. Perdóname. ¿Estudiemos un rato corto mientras llega Kakashi? Le invité a jugar Killer Instinct. Trae tus cuadernos, mientras yo voy a pedirle a Sasuke que nos ayude… y que me perdone.
El mayor se estaba levantando cuando el pequeño rubio le detuvo.
—Sasuke… se fue.
Continuará….
NIÑAS Y NIÑOS! REKUERDEN PARTICIPAR DEL KONKURSO PARA BUSKARLE NOMBRE A MI NUEVO FIK ^^
Resumen y bases:
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Para entrar al concurso:
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