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..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

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Notas del capitulo:

GRACIAS POR LOS REVS!!!!!!! L@S ADORO!!!!

Dieciséis años: .-¡Silencio!-.


—¡Más rápido, dobe!

—¡Hago lo que puedo-dattebayo! ¡Tú no tuviste que jugar basketball toda la mañana, yo sí!

—Tú no tuviste que ir a clases después de eso, yo sí.

Sasuke tenía razón. Naruto estaba siendo castigado por no asistir a clases, a pesar de que se excuso con eso de tener que mostrarle la escuela al chico de intercambio, a Sasuke le importó un soberano comino. No estaba entre sus prioridades hacer obras de caridad como hacerle tours a ineptos que no saben ver un mapa de edificación institucional.

Al llegar a casa, Naruto estuvo más pensativo de lo común, y se excusó de la cena aludiendo a su cansancio corporal luego de un día de extenuante deporte. Al anochecer tomó el baño solo y luego se fue a dormir directamente, sin despedirse de nadie. Para cuando Sasuke se fue a la cama, Naruto ya estaba en su séptimo sueño. “Dobe”, le susurró, pero este no reaccionó. “Dobe, tengo ganas”, le susurró nuevamente, pero este ni se inmutó. Decidió despertarle lentamente tocándole un poco para darle una especie de “sorpresa”, asique se deslizó ágilmente bajo las sábanas para abrazar el dorso de su hermanito desde atrás. Acarició el moreno pecho de Naruto y leyó los matices de su aroma adolescente que derramaba su nuca agudizando su olfato. “Naruto está creciendo” Pudo apreciar, midiendo el ancho de sus hombros al rodearle y buscar su cuello. Besó todo lo que sus labios podían alcanzar de la desnuda cerviz del menor, y con una mano mimó el resto hasta toparse con algo. “La nuez de Adán de Naruto... realmente se ha convertido en un hombre y yo ni cuenta me he dado”. Ante estos nuevos pensamientos, Sasuke se alejó un poco del cuerpo durmiente, pero al hacerlo, entre sueños Naruto se volteó y buscó el pecho del mayor para acurrucarse. “Me equivoqué, sigue siendo un niño. Aún me necesita”, concluyó en ese momento, se sintió satisfecho entonces y cerró los ojos para iniciar el sueño, pero sus intenciones se vieron interrumpidas. “Mamá…”, pequeño suspiró que viajó desde los labios del menor llenos de angustia, hasta clavarse como estaca en corazón de Sasuke.


*****************************************

—¡Gaa-chan! ¡Buenos días-dattebayo!

Naruto despertó con mucho ánimo ese día, se veía tan radiante que no importaba que el cielo de esa mañana estuviese nublado, la sonrisa de Naruto podía iluminar la escuela entera. Agitaba su mano notoriamente alto para llamar la atención de su nuevo amigo, mientras se despojaba de sus patines con Sasuke frente a él.

—¿Quién es?, ¿el turista de ayer?

—Sip, quiero decir, ¡no!, ¡no es un turista-dattebayo! —Gruñó el menor—. Sólo viene de intercambio y debes ser amable con él y no un pelmazo como eres con todo el mundo.

—No soy un pelmazo. Pregúntale a Sakura, ella me adora.

—Mentira —Se escuchó de pronto detrás de ellos. Era la mencionada—. Eres un pelmazo. De hecho: deberías llevar una placa en el cuello que lo advierta.

—Jaja, eso estuvo genial, Sakura-chan.

Los tres entraron a clases, mientras Naruto aún miraba hacia donde se encontraba el pelirrojo. Quién sólo le había devuelto el saludo inclinando casi imperceptiblemente la cabeza.


Al iniciar la clase, el viejo profesor Sarutobi presentó a Gaara, quién no tuvo la delicadeza siquiera de decir “buenos días” ni “muchos gusto” antes de irse a sentar directo a su asiento. A todos les llamó la atención la apariencia del recién llegado. Era como si fuese un muñeco caminante, sin expresión alguna, sin humanidad, pero de una belleza tan exótica que no se podía dejar de admirar. Al sentarse en los últimos asientos se desconectó del mundo y no tomó nota de nada en la clase. Sólo pudo percibir que un par de ojos lo observaban más recurrentemente que los de Naruto o los de los otros alumnos presentes en el salón. Alguien lo tenía en la mira, y sabía que no tardaría mucho en saber quién.

Al finalizar la clase, Naruto casi voló al lado de su nuevo amigo. Sasuke, como siempre que algo así pasaba, se puso los audífonos y se perdió en la música, ignorando al chico nuevo y a todo a su alrededor, pero poco le duraría su paz: No habían pasado ni cinco minutos cuando su hermanito llegó de la mano del tal “Gaara” casi arrastrándole para presentárselo. Suspirando, se despojó de los audífonos y miró con odio a ambos.

—¿Qué quieres?

—Nii-chan, quiero presentarte a Gaa-chan; Gaa-chan, Sasu-nii. —La sonrisa zorruna del menor se desplegaba en todo su ancho, mientras que los otros dos presentes se miraban como no entendiendo porqué Naruto les obligaba interactuar si a ninguno de los dos le interesaba.

—Un gusto, ahora, desaparezcan.

—¡Pero nii-chan! ¡Él y tú son tan iguales!, ¡deberían ser amigos-‘ttebayo!

Los dos aludidos dedicaron miradas de odio hacia Naruto, lo suficiente como para que entendiera que aquello no era gracioso. De pronto, Gaara se dignó a mirar más de cerca de Sasuke ahora que este estaba distraído en estrangular con la mirada a su hermano.

—Ustedes dos… —Empezó hablando lentamente, cuando los hermanos le pusieron atención— se parecerían siquiera un poco. Pero ya veo que no.

—¡Je, je! No te lo mencioné antes, Gaa-chan —Rió nervioso Naruto—. Sasuke y yo somos hermanastros. Tengo otro hermano mayor. Nuestros padres se casaron y eso-dattebayo, asique para mí es como mi hermano sanguíneo aunque en realidad no tengamos ningún parentesco, ya sabes, de nacimiento.

Al escuchar las palabras de su hermanito, Sasuke no pudo evitar desviar la mirada con enfado, cosa que no pasó desapercibida para Gaara.

—¿Cuánto después de que tu madre muriera tu papá se casó de nuevo?

¿Qué?... ¿Este “turista” sabía acerca de la madre de Naruto?, Sasuke simplemente no daba crédito a lo que escuchaba. ¡Naruto no le hablaba de su madre a nadie!, ¡ni siquiera él! En todos estos años… en todos estos años juntos… Naruto jamás había hablado de su mamá. ¿Por qué ahora? ¿Por qué con él? Esto era inaudito. Nuevamente a Sasuke se le descomponía el rostro, y nuevamente Gaara lo anotaba en su libreta mental. Algo estaba a punto de desatarse en las emociones de Sasuke, y de pronto para Gaara aquello se le antojó de lo más interesante, ni siquiera prestó atención a la respuesta de Naruto, sólo quería ver como Sasuke se destruía por dentro por algo que le causaba mucha curiosidad. “Qué par de hermanos más interesantes… muy interesantes”. Con la mirada hizo notar a Sasuke que sabía muy bien sobre la batalla que se libraba en sus interiores y una sonrisa diminuta le afirmó “quiero que hablemos en privado en algún momento del día”, cosa a la que Sasuke estuvo más que de acuerdo.

La conversación siguió siendo ignorada mientras Naruto desplegaba un monólogo unilateral hasta que el toque de la campana de la segunda clase comenzaba. Durante las clases que siguieron, Gaara siguió sintiéndose observado. Pensó enseguida que se trataría de Sasuke, pero confirmó que no era así. ¿Quién además de Sasuke y Naruto estaría tan interesado en él? Quizás… ¿había más integrantes en este embrollo?


***********************


—Supuse que estarías por aquí. —Sasuke tenía los bolsillos en las manos. El viento de la altura mecía su cabello y su corbata. Gaara sólo lo observó con minuciosidad, apoyándose en la reja de protección de la azotea.

—Es el lugar más solitario que encontré en el mapa que me dieron de la escuela.

—Si tenías un mapa, ¿por qué mierda tenías que andar por ahí con mi hermano como guía?

 

—Veo que expresas abiertamente tus celos. ¿Acaso los demás no se dan cuenta o son estúpidos? —Sin previo aviso, y como si viniese cabreado desde antes de llegar a la azotea, Sasuke corrió hasta donde se encontraba Gaara y lo acorraló con ambas manos al los lados de su cabeza, apoyados ambos en la inestable reja de malla.

—El estúpido aquí eres tú, pero te lo perdono por ser nuevo. Aquí todos saben que no tolero que la gente se meta en mis asuntos… y tú te acabas de comer mis asuntos.

—¿Lo dices por lo de pasar tiempo ayer con tu hermano o… porque me ha contado lo de su madre? —Con toda tranquilidad, Gaara le respondía como si no estuviese siendo intimidado por un potencial homicida—. Uchiha Sasuke, ¿no es así? Déjame preguntarte algo… ¿Sabes de qué color tenía el cabello la madre de Naruto?

¿Qué tipo de pregunta era esa? Por supuesto que lo tenía… lo tenía… ¿De qué color lo tenía?... nunca se lo había preguntado. ¿Qué apariencia tenía la madre de Naruto?, ¿cómo fue en vida?, ¿cuánto quiso a su hijo en vida?... ¿cuánto la quiso Naruto a ella?... No, esas respuesta no estaban en su mente.

De victimario pasó a convertirse en la víctima, Sasuke retrocedió lentamente, y ahora Gaara lo encaraba. Los ojos claros del pelirrojo, tan cargados de emociones y ausencias desconcertaban un poco a Sasuke. Realmente este tipo le daba escalofríos, cosa que lo ponía de peor humor aún.

—No te me acerques…

—Tienes miedos, Sasuke Uchiha —Habló lentamente el pelirrojo—. ¿Temes por ti o por tu querido hermanito? —Gaara se acercó más aún a Sasuke y le habló al oído—. ¿Qué podría yo hacerle yo a tu hermano que te produjera tanto terror?... dame ideas Sasuke. O quizás… ¿temes que te haga algo a ti?

Con descaro, el pelirrojo lamió el lóbulo de Sasuke, quién por alguna razón estaba paralizado. Ese chico era tétrico… era como si no le tuviese miedo a nada y por alguna razón… era como mirarse a un espejo. Naruto tenía razón, de alguna manera Gaara se parecía mucho a él, pero algo más había en este extravagante muchacho que lo inquietaba, era como si no sólo se pareciera a él… sino que también a… ¿Naruto?

—Sasuke…

Esa voz… ¿desde cuándo él estaba ahí?... ¿Tan absorto estaba en las acciones de este tipo que no notó cuando su hermano entró por la puerta de la azotea y los vio incómodamente juntos? Al voltear sólo pudo ver a Naruto huyendo y azotando la puerta. Su primer impulso fue salir corriendo tras él, pero el segundo fue voltearse hacia Gaara y matarlo con sus propias manos. Sin pensarlo dos veces, Sasuke tomó entre sus manos el frágil cuello de su acompañante y lo azotó contra la reja.

—¡¿Qué mierda hiciste… tú, bastardo!?  ¡Lo tenías planeado, ¿no es así?!

El increpado no respondió. Sólo, sin oponer resistencia, sonrió tenuemente cerró los ojos y se dejó estrangular. Cuando el color de la piel de Gaara empezó a cambiar, Sasuke se dio cuenta de lo que estaba haciendo y lo soltó.

—¡Qué aburrido! —dijo el afectado mientras recuperaba el aire entre jadeos—. Si no tienes nada que hacer por aquí, entonces ve con él, ¿no? Creo que le debes una explicación.

Ese tipo era un verdadero demonio. No tenía alma, era así de sencillo. Sasuke no sabía con qué ojos mirar a este extraño espejo, que mostraba sus propios deseos más bajos sin miramientos. Sin pensar mucho más en ello, Sasuke se echó a correr tras su hermanito.

—¡Dobe!, ¡dobe!

 

Lo buscó, pero no lo encontraba. Durante todo lo que quedaba de receso buscó a Naruto, pero no lo vio hasta que llegó la hora volver al salón para la última clase. Al verlo, ahí sentado, distraído mirando un punto perdido en la ventana, decidió ir a hablarle, pero la clase ya comenzaba y no pudo acercársele hasta el final. Cuando logró estar cerca de él, Naruto de pronto le sonrió y le dijo “¡Vamos a casa, nii-chan!”, y como si nada pasara se despidió de su grupo de amigos, se despidió de Gaara y lo arrastró hasta su bicicleta. Por más que Sasuke le replicara con un “tenemos que hablar” o “déjame explicarte”, Naruto parecía sordo y sólo sonreía. Sasuke decidió hablar con él cuando estuvieran a solas.

Larga fue la espera en que se desarrolló el silencio entre los dos hermanos. Al llegar a casa, Naruto le evitó lo más posible, pero siempre sonriendo. Esa noche, cenaron en familia pero sin hablarse, Sasuke decidió contribuir a la hipocresía para que su familia no se percatara del problema y trató de ser natural. Luego también optó por tomar distancia y desistió de jugar PlayStation con Naruto e Itachi, asique se quedó conversando en la cocina con sus padres tomando un café.

Cuando llegó la hora de dormir ya no pudieron evitarse más. Ambos subieron la escalera en silencio y luego entraron en su habitación. Apenas cerraron la puerta tras su espalda las falsas sonrisas que habían mantenido en sus semblantes se difuminaron.

—Naruto…

—¡No me importa-dattebayo! —Lo interrumpió el menor—. No me importa… no me importa, realmente no me importa. Si quieres estar con Gaara está bien, no me importa. De verdad ambos se parecen mucho y…

—¡Cállate!, ¡no sabes nada!

—¡Sé lo que vi, maldita sea!

—¡No, no sabes lo que viste y baja la puta voz!

—¡¿Qué mierda quieres que haga, teme?!, ¡¿que te regale una tarjeta de felicitaciones por meterte con Gaara?!, ¡lo siento, no puedo! Sólo haz lo que quieras y se feliz, de verdad no le veo nada de malo y hasta me alegra, sé que ambos debemos encontrar a alguien más y… —Sasuke no aguantó más y calló a Naruto con un beso, pero las cosas no iban a ser tan sencillas: El menor opuso resistencia con los brazos hasta apartarlo de si—. ¡No me jodas, Sasuke!, ¡sólo no me jodas-dattebayo! ¿Por qué mierda no puedes dejar las putas cosas tal y como están e irte con Gaara?

—¡Cállate!

Con violencia, Sasuke se impuso sobre Naruto y lo forcejeó hasta llevarlo a la puerta del armario, luego lo empujó dentro y se metió junto a él mientras este aún lo golpeaba y pateaba en un intento de escapar del agarre del mayor. Ya dentro, por el escaso espacio, Naruto no podía sino darle pequeños golpes en el pecho a Sasuke, pero este lo había abrazado y estrujando su pecho contra la cara del rubio.

—Naruto… —Pronunció lánguido mientras Naruto se cansaba de batallar y ahora simplemente resoplaba en algo que parecía un… ¿llanto? —. No tienes idea… no sabes nada…

—No lo digas, Sasuke…

—Yo… estoy muy celoso. Muy celoso. ¿Cuándo te convertiste en mi vida?

—No, Sasuke, por favor, no lo digas…

—Naruto… yo sólo quería significar para ti lo que tú para mí —El mayor ahora soltaba un poco la presión y empezó a acariciar tiernamente el cabello de Naruto—. Yo sólo quería ser… aquello que te faltaba… Yo… quería ser el motivo por el cual dejaras de llorar por las noches…

—Sasuke… no…. De verdad está bien. Ser mi hermano está bien. Eres libre de hacer lo que se te plazca.

—Y dime, Naruto —Sasuke tomó de las mejillas al rubio y lo miró a los ojos—, ¿qué pasa cuando lo que me place está prohibido?

—Sasuke, me da igual que Gaara y tú sean ambos hombres…

El mayor no aguantó más de tanta necedad que salía de la boca de Naruto y lo besó nuevamente, sabiendo que el menor se opondría, lo cual pasó, pero no se dejó vencer esta vez. Sasuke le robó hasta la última gota de aliento a Naruto hasta que este dejó de pelear. Estrechó entre sus brazos el cuerpo del menor a toda su expresión, sin dejar de besarlo ni por un segundo, con la torpeza y rudeza de alguien que espera morir al final de ese beso.

Casi sin quererlo, ese beso se transformó en multitud de besos pequeños que Naruto también correspondía. Y ahora, sin proponérselo, ambos se acariciaban y besaban en la oscuridad, agradeciendo con sus mimos la existencia del contrario con un poco de melancolía.

—Esto es lo que quiero, Naruto…

—… Ya lo sabía-dattebayo.


Continuará…

Notas finales:

Después de esto... Ké kreen ke pasará en el siguiente kap :)?


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