Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

[Reviews - 708]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Enjoy it :)


Dieciocho años: .-Drama-.
Parte 1.

 

Minato casi podía palpar la densidad del ambiente. ¿Por qué sus niños estaban tan serios? La imagen de Itachi vino a su mente “Por fin ahora me voy a enterar a qué se debe tanto jaleo”, pensó. Si pudiera decirle a sus niños que siempre lo ha sabido, lo haría, pero eso sería cruel, especialmente porque para él no tiene la importancia que realmente tiene. ¿Es un juego de niños, no?

—¿Por qué tan serios, niños?, ¿pasa algo grave?

—Que sea grave o no... Creo que eso depende de ustedes-dattebayo.

Los adultos se miraron entre sí confundidos, hasta que Sasuke volvió a captar su atención.

—Siento que es algo que debimos decirles hace mucho tiempo, pero algo me dice que no lo hubiesen entendido. Quizás queríamos estar cien por ciento seguros que esto no tenía vuelta atrás.

Minato, al escuchar esto último tragó en seco. ¿Vuela atrás? ¿Desde cuándo aquél juego de niños se transformó en algo irreversible? Sus sentidos se agudizaron, ansiosos de recibir más información respecto a este acontecimiento.

—Creo que la manera más simple a decir esto es, que Sasuke y yo estamos sosteniendo una relación desde hace ya dos años-dattebayo.

—¿Relación? —Empezó Mikoto, como no entendiendo lo que ocurría. Minato pareció relajarse un poco.

—Por relación nos referimos a que somos novios. —Repuso impávido Sasuke.

—¿Qué…?

Mikoto parecía no creer lo que estaba pasando. Minato tomó su mano y la calmó con una sonrisa.

—Niños, ¿no creen que novios son palabras mayores? —Empezó Minato lentamente, aún sosteniendo la serenidad de su sonrisa—. Seamos realistas. Siempre he pensado que entre ustedes hay algo mucho más intenso que una simple amistad o hermandad, pero no deben confundir las cosas. Se criaron juntos y es normal que confundan un poco sus sentimientos ya que se estiman demasiado, pero creo que este jueguito adolescente está yendo un poco lejos. ¿Por qué no mej…?

—¡¿”Jueguito adolescente”?! —Interrumpió Sasuke sobresaltado—. ¡Esto no es eso que tu dices! ¡¿Qué no escuchaste, papá?!, ¡llevamos dos años de relación!

—Tranquilo Sasuke, haces que tu madre se altere —El menor suspiró, tratando de sacar la presión de su pecho, peor aún muy enfadado—. Sólo digo que entiendo lo que pasa entre ustedes. Lo vi venir hace mucho. Es normal que queriéndose como se quieren y siendo tan cercanos hayan confundido un poco las cosas, lo importante es que se den cuenta que esto es sólo una etapa y…

—¡Itachi-nii nos vio haciendo el amor-dattebayo! —Interrumpió Naruto poniéndose de pie y dando un golpe a la mesa. Ambos adultos quedaron petrificados —. ¡Por eso Itachi peleaba con Sasuke!, ¡él nos descubrió teniendo sexo! ¡Todo este tiempo lo ha ocultado-dattebayo! ¡Por eso quiso separarnos, pero a pesar de que nosotros amamos a Itachi-nii, simplemente no podemos dejar de ser lo que somos-dattebayo! ¡Yo y Sasuke somos novios de verdad-dattebayo! ¡Nos amamos de verdad-dattebayo!

¿Cómo aquella cercanía de niños había llegado a eso? Relaciones sexuales… eso tenía que ser una broma. Al menos eso pensaba Minato. Mikoto había perdido el habla y él sólo podía preguntarse en qué momento “eso” se había convertido en “esto”. Todavía existía la posibilidad de que los niños estuvieran confundidos así que insistió en su premisa anterior como pudo, tratando de mostrar la mayor calma posible.

—Mi niño, créeme que entiendo a lo que te refieres. La exploración sexual entre ustedes también es algo que venía venir…

—¡¿A esto le llamas exploración sexual?! —Lo interrumpía nuevamente Sasuke, poniéndose de pie y de súbito tomando violentamente a Naruto desde su camiseta y besándolo apasionadamente, gesto que fue correspondido por el menor apenas reaccionó. Fue un beso extenso y lleno de pasión. Los jovencitos simplemente no escatimaron en aportarle la mayor lujuria posible a la acción de besar.

Ambos adultos parecían no creer lo que veían sus ojos. ¿Cómo algo tan fuerte se desarrolló frente a sus propias narices?, ¿en qué planeta vivían sin darse cuenta de la pasión prohibida que habitaba ese hogar? A pesar de la impactante imagen, Minato trataba de apaciguarse a sí mismo, tratando de convencerse una y otra vez de que aquello debía sólo ser producto de la confusión sexual de los niños, nada más. ¿Aunque si fuese otra cosa? ¿Qué pasaría si realmente es algo serio? ¡Rayos!, la idea hacía que se arrepintiera de no haberle puesto fin apenas se dio cuenta que aquellos inocentes niños estaban desarrollando cierta obsesión el uno por el otro. De alguna manera siempre supo lo que pasaba con Sasuke, pero la imagen que mostraba Naruto era tan explícita… trataba de pensar que aquello era el miedo de Naruto a perder a Sasuke. Para él era un hecho: Sasuke era homosexual. Algo se lo dijo desde que lo conoció y el tiempo se lo fue confirmando; pero jamás imaginó aquello de parte de Naruto, así que no podía sino pensar que su retoño no estaba más que imitando el comportamiento de Sasuke en un afán de mantenerlo a su lado. ¿Pero qué pasaba si estaba equivocado y realmente se amaban?

Mientras Minato se debatía, algo que nunca antes había nacido dentro de Mikoto empezó a florecer. Ni siquiera Fugaku le había dado esa sensación incontenible. Ella, siempre callada, siempre amable, presta al encanto cual ruiseñor, ahora parecía mutar su carácter. Esos eran sus niños. Sus bebés… ¿Acaso no se daban cuenta con lo que estaban jugando?, ¿tan egoístas eran? Los desconocía. Se sintió tan culpable de no sólo no haber notado lo que ocurría sino que también lo mal que tuvo que haber actuado como madre para que ahora sus hijos estén tomando una decisión tan dolorosa y drástica.

Con la cabeza gacha, llevó una mano a su pecho en un afán de contener aquél dolor que empezaba a envenenarle el pecho. ¿Qué podía hacer? ¿Cómo salvar a sus amados niños de una situación que no haría más que llevarlos a la tragedia? Su familia se dividía abruptamente. Aquello que ella tanto trabajo le costó formar. Tantos miedos que tuvo que superar para convencerse que no todos los hombres eran iguales y que podía aceptar a Minato como su pareja. Criar a esos niños y luchar todos esos años con el fantasma de la ausencia de madre en Naruto. Su pequeño Naruto. ¡Su pequeño!, ¡oh, cómo le amaba! Y nunca tuvo el regocijo de escucharle decir alguna vez “mamá” sin decir también “Mikoto”, como dejando en claro que ella nunca podría ser su “mamá” totalmente. Ahora ese niño que tanto se esforzó de cuidarle calladamente y velar por él en la lejanía, se embarcaba en una encrucijada que sería prácticamente una tortura. Tan inocente le veía, sentía que todo aquello era producto de alguna manipulación de Sasuke, y al mismo tiempo sabía que el pequeño azabache había sufrido por años esta obsesión que lo arrastró sin remedio, ahora eso se le hacía evidente, pero de alguna manera se auto convenció de que aquello era normal antes de que todo esto se revelara.

Y su Itachi… ¡Su pobre Itachi! Todo este tiempo peleando con él y él llevando esta pesada cruz sobre sus hombros sólo para protegerla de la verdad. Había sido tan injusta con él. Tan injusta… todo por un necedad de estos niños egoístas, que se terminarán por hacer daño. Daño a su familia y a ellos mismos. ¿Qué no se daban cuenta todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor? El dolor la hizo su prisionera. Súbitamente se puso de pie en un vano intento de soltar algo de esa energía que la estaba matando. Minato al verla se apresuró a abrazarla para contenerla emocionalmente, pero ella se adelantó e interrumpió el largo beso de sus hijos con un alarido que a ambos casi les saca el corazón por la boca.

—¡Paren esta estupidez! —Gritó mancillando su exquisita voz de gorrión, ahora en su cuerpo y mente sólo cabía el dolor. Sasuke y Naruto la miraron como no creyendo que de la dulce y frágil Mikoto haya nacido tal exclamación—. ¡¿No se dan cuenta todo el daño que están haciendo a su alrededor?! —Lágrimas empezaban a brotar de sus ojos. Los jovencitos se separaron intuitivamente y se asustaron al ver lo que habían provocado. Nunca habían visto así a Mikoto—. ¡Se van a hacer daño! ¡¿Cómo quieren que su padre y yo aceptemos este camino lleno de espinas que están eligiendo?! ¡¿Cómo pretenden que nos quedemos de brazos cruzados mientras ustedes alucinan con un futuro que no les traerá más que sufrimiento?! ¡Por favor paren este circo del horror!, ¡se los ruego! Ustedes… ustedes… —La mujer empezaba a desmoronarse y caía sentada nuevamente. Minato preocupado acudió a socorrerla pero ella lo alejó alzando ligeramente su mano débil y temblorosa mientras con la otra sostenía su sien, como si un dolor punzante estuviera destruyéndole el cerebro—… ustedes… eran nuestros niños, nuestros bebés… no saben… lo mucho que deseamos Minato, Itachi y yo que ustedes fueran hombres felices hechos y derechos… y ahora…

—Mamá Mikoto… ¿Por qué lo que sentimos es tan… malo? —Preguntó Naruto con evidente dolor.

Sasuke no sabía qué hacer, el miedo le había robado el aliento, pero esa pregunta que valientemente formuló Naruto él también secundaba. Sin embargo, Mikoto no podía responder, su mente se había quedado en blanco desde el momento en que escuchó a Naruto llamarle “Mamá Mikoto”. Las lágrimas la colapsaron y lentamente cayó en un ataque de llanto en los brazos de Minato. Sasuke y Naruto parecían aturdidos ¿Tan malo era lo que hacían? No sabían qué hacer.

—Niños… —Inició hablando Minato como tratando de apagar una rabia que le carcomía las entrañas mientras acariciaba los largos cabellos de su amada. Nunca antes lo habían visto tan enfadado. Se estremecieron—. ¿Era necesario todo esto por sólo una “obsesión”?

—¡No es sólo una obsesión-dattebayo!

—¡Naruto, cierra la maldita boca! —Lo calló su padre—. ¡¿No te das cuenta?! ¡Somos mayores! ¡Sabemos de lo que estamos hablando cuando les decimos que lo de ustedes no es más que una tonta obsesión adolescente!

—Quien debiera cerrar la jodida boca eres tú… Minato —El tiempo se detuvo cuando Sasuke llamó por su nombre al que por todos estos años había sido su padre. Mikoto detuvo su llanto, como no creyendo lo que escuchaba. Naruto miró a Sasuke y vio los impactantes ojos rojos asomarse por entre los mechones del azabache—. Hablas como si conocieras a tu hijo y no es así ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con Naruto en estos últimos dos años de hombre a hombre?

—Yo… —Lo había pillado, Minato empezó a dudar y a darse cuenta que efectivamente no había tenido mucho contacto con Naruto y que la verdad, a nivel emocional lo había prácticamente abandonado. Su sapiencia le obligó a callar.

—Me lo imaginé. Hablas de sus sentimientos con toda propiedad, ¿pero sabes algo sobre él? Te informo que tu hijo es el chico más querido en toda la escuela, fue electo con el protagónico de Romeo para la obra de final de año y su equipo va por las nacionales muy preparado gracias a él. Hace un año que su mejor amigo se fue de la escuela, lo cual lo tiene más que decaído, pero él sigue adelante. Me imagino que ni siquiera sabes que él tenía un mejor amigo, ¿no? Se llama Shikamaru Nara, y a pesar de que detesto al tipo, nunca me enfado las pocas veces que Naruto va a visitarlo porque sé que es importante para él, eso es porque lo amo. ¿Entiendes? Lo amo. He estado más tiempo a un lado de Naruto mucho más de lo que tú has estado, por eso puedo decir que lo que él siente por mí es amor. Si no lo quieren entender, bien. Pero no vengan aquí a decirnos a nosotros qué es lo que sentimos y qué es lo que es sufrir. Nosotros lo sabemos, ¿verdad, Naruto?

—Estar separados. Eso es para nosotros sufrir-dattebayo.

El rubio tomó                la mano a Sasuke al tiempo que decía esas palabras. Ambos estaban heridos por las reacciones de sus padres y ahora estaban dejando claro que no les importaba. Ambos adultos les miraron con sorpresa, pero cuando Minato centró la mirada en el enlace de las manos de los adolescentes, sintió una fuerte conmoción. ¿Eso era? ¿Una venganza por no haberles prestado la suficiente atención?

—Suéltense —Ordenó Minato serio. Ellos, desafiantes, se entrelazaron más aún. Minato se levantó con delicadeza separándose de Mikoto, pero escondiendo en su semblante una ira que lo dominaba. Se acercó hasta ellos rodeando la mesa que los separaba—. He dicho que se suelten.

—Suéltanos-dattebayo. —Desafió Naruto, extendiéndole sus manos entrelazadas frente a su cara.

Minato, no levantó la mirada. Miró las manos de los jovencitos y contempló en todo lo que aquella escena se había convertido. Realmente aquello era doloroso, muy doloroso. Sabía que Mikoto tenía el corazón destrozado y era probable que Itachi haya vivido así todo este tiempo. ¿No se daban cuenta que si ellos llegasen a fracasar en su “relación” adolescente, la familia que tanto les costó unir se desintegraría? No… la familia ya estaba desintegrada. Se desintegró la primera vez que Itachi salió por esa puerta para escapar de la verdad. Qué vergüenza sentía Minato de no haber ayudado Itachi cuando este más lo necesitó. Ya, vencido, subió la mirada para encontrarse con los ojos altaneros que ostentaban ambos jóvenes. “No les duele vernos así”, pensó. ¿Desde cuándo sus hijos se hicieron tan indolentes? Ya nada había que él pudiera hacer, más que confiar en que ellos encontrarían la forma de resolver esto.

—Hagan lo que quieran. —Pronunció finalmente, cansado y frío.

Se volteó y ayudó a Mikoto a ponerse de pie mientras ella sólo mostraba un semblante serio, ya alejada de la pena y el llanto, más cercana a la decepción que a otra cosa. Ambos adultos se alejaron. Los jovencitos se quedaron inmóviles agarrados de las manos como si los hubiesen abandonado, ahora por fin sintiendo el peso de todo lo que acababa de ocurrir. No produjeron movimiento alguno hasta que escucharon la puerta de sus padres cerrarse.

—Haremos lo que queramos, ¿verdad… Naruto? — Al pronunciar el nombre de su amado, la voz de Sasuke se entrecortó y quebró en un ligero llanto.

—Sí, mi amor-dattebayo.

Naruto abrazó al mayor para que este llorara en su hombro, sabiendo que Sasuke odiaba que vieran sus lágrimas. Escondió lo mejor posible el rostro de Sasuke en su regazo y pretendió no darse cuenta del llanto. Eso era lo mejor que podía ofrecerle al orgullo roto de Sasuke.

*********************************

Esa noche trataron de hacer el menor ruido posible en sus respectivas habitaciones. Se mandaban mensajes de texto alentándose mutuamente y poniéndose de acuerdo con todo ese estrambótico plan que cruzó por sus cabezas apenas recobraron el sentido.

No durmieron, una vez que tenían todo listo, ambos se dedicaron a escribir cartas, cartas a diferentes personas, pidiendo perdón por dejar todo atrás. Sabían que sus padres no tendrían la maldad suficiente como para no hacer llegar esas cartas a sus respectivos destinatarios.

Naruto escribió una para Sakura, pidiéndole perdón por tener que abandonar su obra y también por dejarle la terrible tarea de explicarle de forma sutil a todo el salón sobre la situación. Le escribió otra carta a Rock Lee, una bastante corta, donde le decía que  él quedaba a cargo del equipo de basketball, y que por favor no olvidara sus consejos ni las formaciones que él había planteado. Les deseaba mucho éxito y que estaba seguro de que ganarían con o sin él.

Otra carta pequeña fue escrita a Hyuuga Hinata, rogándole alguna vez le perdonara y comunicándole que la experiencia de actuar a su lado había sido una de las mejores de su vida. Nunca antes había conocido a otra persona que también tuviera que esforzarse tanto como él en sus objetivos, aunque no tuviera talento para ello, simplemente no desertar. Gracias a esa actitud que ella hizo suya de “Julieta”, personaje que tuvo las agallas de renunciar a su familia y a todo su mundo por amor, era lo que le daba la valentía de hacer esto en esos momentos.

Las dos últimas cartas eran para Shikamaru y otra para Gaara. La primera contaba detalladamente todo lo ocurrido, y le hacía saber que él nunca dejaría de ser su amigo, por más que la distancia los separara. En él confiaba, y no tuvo tapujos en detallar todo aquello que su corazón pasó desde que él se fue. Trató de no reprocharle su inexplicable ausencia, pero no pudo evitar al final poner una simple pregunta casi a modo de firma “¿Por qué te fuiste?” Sólo eso. Nada más.

La carta de Gaara era bastante más simple, ya que sabía que Gaara manejaba más información al respecto que él mismo. En esa carta sólo le pidió que por favor perdonara a Sasuke por dejarlo, ya que sabía lo muy amigos que eran desde el último tiempo. También le pidió perdón por nunca haber sabido entenderle, pero que si alguna vez volvían a verse, seguiría intentando. De forma simbólica, cortó un poco de un mechón de su cabello, para dejarlo a un lado del sobre que contenía la misiva a Gaara. “P.D.: Quiero que sepas que cada vez que vea mi cabello en el espejo recordaré el día en que nos conocimos, el día en que fuimos amigos por única vez realmente y no hubo mentiras entre nosotros”.

Esas fueron todas las cartas. La que correspondía a Itachi la hicieron en conjunto Sasuke y Naruto a través de mensajes de texto, lo mismo con la de Kakashi y la de sus padres. En las tres detallaban sus sentimientos a lo largo de estos dos años, pero también un poco de cómo esos sentimientos se enraizaron en sus vidas desde el primer día en que se vieron. Escribir aquello los alentó más aún y para cuando estaba por llegar el amanecer ya ninguno de los dos sentía culpa ni miedo: sólo una determinación abrazadora en sus pechos.

“¿Estás listo?” Preguntaba Naruto en un mensaje de texto a su hermano. “Vamos” respondió escueto Sasuke, con el bolso al hombro y la mayor cantidad de dinero que podían sostener sus bolsillos pertenecientes a sus ahorros. Se encontraron en la sala. Deslizaron las cartas bajo la puerta de sus padres tratando de no despertarles. Se despidieron mentalmente de ellos con melancolía detrás de la puerta de su habitación. Cuando llegaron a la puerta, principal, Naruto se quedó unos segundos en el marco de la puerta, mirando a la cocina, dónde se situaba la ventana enmarcada por la puerta trasera que daba al patio. Allí, solitario y enmohecido, pendía frágil el antiguo columpio en que él pasó tantas horas de su infancia. Le costó dejar todo eso atrás. Sasuke, al percibir tal melancolía se asustó un poco de que su amado cambiase de opinión. Frente a él, le extendió la mano. “¿Vamos, Naruto?” Preguntó con un poco de miedo casi imperceptible en su oscura y seria voz, pero Naruto había aprendido con los años a distinguir cada fibra de emotividad que pudiese contener la lóbrega voz de su hermano. El rubio tomó la mano de Sasuke pero se quedó inmóvil.

—Esta será la última vez… —Habló contemplando la bella faz de Sasuke en ese momento exacto en que no es de noche ni de día. El lapso mágico antes del amanecer.

—¿“La última vez” de qué, Naruto?

—La última vez que te llame “Nii-chan”.

Sasuke cayó por fin en la cuenta de todo aquello a lo que estaba renunciando en esos segundos. De alguna manera las palabras de Minato ahora le hacían sentido. Realmente estaba arriesgando todo por esta aventura, pero no dudó. No iba a dudar ahora que por fin estaba cumpliendo su más íntimo deseo: amar a Naruto sin restricciones.

—Entonces de ahora en adelante llámame “mi amor”.

—…—Naruto se sorprendió por tales palabras. Luego de digerir aquello, se permitió sonreír justo en el momento en el que el sol alcanzó a iluminarle el rostro—. Sí, mi amor-dattebayo.

No había más que decir. Emprendieron el camino, borrando de su mente cada huella que iban dejando atrás.


Continuará…


SIGUIENTE CAPITULO SÁBADO 1 DE JUNIO. Muchas gracias por los revs.

Notas finales:

:)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).