Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

[Reviews - 708]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

GRACIAS POR LOS REVS DE LA SEMANA ANTEPASADA! :B

 

Veintidós años: .-Hogar-.

 

Naruto posó su mano en la fría mejilla de Sasuke, aunque a él le pareció por primera vez cálida, ya que como estaba todo mojado y había pasado mucho tiempo en la intemperie, sus manos estaban congeladas. Ese era el secreto para sentir a Sasuke cálido: él debía estar más frío. Era irónico, o al fin y al cabo así le parecía a Naruto. Tantos años tratando de entender la naturaleza de Sasuke cuando en realidad era él mismo quien tenía que sufrir el cambio.

Sus ojos azules buscaron el rojo en los ojos de Sasuke, quería verlo una vez más, pero no lo encontró, sus ojos desde hace año que no brillaban y ahora asemejaban a un par de carbones muertos.  Se irguió un poco para que sus labios húmedos y ya azulados en el frío, recogieran dicha “espuma ficticia” en el recodo de los labios de su hermano. Se acercó lentamente aún con su mano en la mejilla del mayor y entrecerró los ojos para no percibir nada más en el universo entero que no fuesen los labios de Sasuke, pero para su desgracia, justo en el momento en que iba a concretar el beso, Sasuke puso su mano entre los labios de ambos, para luego levantarse.

—Ese truco es viejo, Naruto. ¿No crees que ya estás muy viejo para robar besos de esa forma? Párate, dejé mi auto mal estacionado y si me sacan una multa la pagarás tú con el dinero que te gastas en cerveza.

Naruto se quedó mirando el vacío unos segundos antes de seguir a Sasuke. Cuando se puso de pie sintió el frío que hacía así que debió caminar abrazándose a sí mismo. Apenas podía seguir las huellas en la arena de Sasuke, se tambaleaba bastante, pero Sasuke ni volteaba a ver cómo se las apañaba su hermano menor. Sólo se preocupó de él a la hora de cruzar la calle para llegar hasta el auto. Una vez dentro, Sasuke puso el aire caliente del auto a todo lo que daba para poder calentar siquiera un poco al menor. Emprendieron el camino de vuelta.

 

—Por tu culpa yo también estoy empapado.

—No debiste haber venido-dattebanee.

—Quizás, pero vine. ¿A Itachi le hubieses hecho lo mismo?

—¿Quién sabe?, ¿importa acaso?

—No.

—Entonces no preguntes estupideces-dattebanee.

—Entonces no hagas estupideces.

—¿Importa lo que haga?

—Eres mi hermano menor, es obvio que me importa.

—Entonces lo siento mucho.

—Con sentirlo no basta. ¿Papá sabe que estás aquí?

—Cree que estoy en casa de un amigo-‘ttebanee.

—Bien, entonces te llevaré al departamento de Itachi, no quiero que mamá y papá te vean en este estado tan deplorable.

—Llévame a casa. Quiero ver a mi mamá.

—Te dije que no quiero que mamá te vea as...

—No quiero ver a tu mamá, Sasuke. Quiero ir con mi mamá.

Esta última declaración hizo que Sasuke se pusiera nervioso. ¿A qué se refería acaso con "mi" mamá?... ¿Acaso podría ser que se refiere a su verdadera madre?, ¿Esa de la cual nunca habla?, ¿esa de la cual sólo ha mencionado a Gaara? No, no puede ser. Y... A qué se referirá con eso de que quiere "ir" con ella?

—Te he dicho que no quiero que NUESTRA mamá te vea así —Habló el mayor con nerviosismo—. Vamos, dobe, que el departamento de Nii-san no queda tan lejos…

—¡Quiero estar con mi mamá! —Naruto gritó tan fuerte que Sasuke por unos segundos perdió el control del automóvil, pero lo recuperó enseguida volviendo a ponerse en su carril.

—¡No grites así!, ¡¿acaso quieres matarnos?!

—Llévame a mi casa nii-chan…  te lo ruego… —Naruto agachaba la mirada como vencido, hablando con un hilo de voz—. Por favor… quiero ir a casa…. Quiero estar con mi mamá… quiero ir a casa-dattebanee.



—Naruto… —Sasuke miraba a su hermano menor por el rabillo del ojo impactado. Nunca había visto así. Bajó la velocidad y aparcó en la platabanda de emergencia de la carretera—. ¿Te refieres a tu casa de Shizuoka? —Naruto levantó la mirada y la perdió en un punto en el espacio al escuchar ese nombre—. Pero esa casa… debe estar vendida ¿no?

—Papá nunca la puso en venta. La abandonó-‘ttebanee.

—¿Tú crees que no ha sido demolida ni nada?

—Quiero verlo con mis propios ojos…

Sasuke meditó unos segundos. Realmente Naruto nunca hablaba de su pasado y esta  era una rara oportunidad. ¿Desde hace cuánto Naruto no hablaba de sí mismo? ¿De lo que sentía? Sonreía todos los días, pero jamás mostraba su verdadero sentir. Nunca hablaba tampoco de su mamá y a Sasuke siempre le había intrigado el tema, sin embargo, algo le decía que estaba perdiendo a Naruto en serio. ¿Lo perdía o lo estaba abandonando? Eso. “Abandoné a Naruto, todos lo hicimos” Pensó para sí mientras veía a su hermanito llenar su mirada vacía con tristeza. Abandonó a Naruto como novio, lo abandonó como amigo y ahora lo abandonaba como el intento de “hermano” que siempre él quiso que fuera. “¿Qué tengo que ser, Naruto, para que alguna vez seas tú mismo frente a mí?

—Vamos. —Sasuke lo miró serio y este alcanzó lentamente sus ojos con los suyos. ¿Había escuchado bien?

—¿Don…de?

—A tu casa. A tu casa en Shizuoka. Pasemos a una estación de gasolina a comprar un poco de café y algo para comer tanto para nosotros como para el auto. Vamos a Shizuoka. Deberíamos estar allá antes del amanecer —Sasuke le sonrió antes de poner el auto en marcha nuevamente—. El agua allá es más cálida… ¿Quieres ir de vacaciones?

—Nii-chan… —Naruto estaba sorprendido y le miraba estupefacto.

—No te abandonaré nuevamente, Naruto. Te lo prometo —Sasuke buscó la mano de Naruto y la posó sobre la palanca de cambios para moverla junto a él y así acariciarlo al mismo tiempo—. Sea como sea. Esta es mi última oportunidad contigo y no voy a perderla. Te he fallado en todos los sentidos.

—Yo también te fallé, Sasuke…

—Sí, es cierto, pero el día en que me metí con Gaara, decidí por ambos terminar nuestra relación en malos términos.

—No. Ambos decidimos que nuestra relación terminaba en malos términos cuando dejé que te fueras pro esa puerta ese día siendo que te prometí no volver a dejar que huyeras de mí-dattebayo. Prometí que no volvería a permitir que estuvieras solo y dejé que te fueras…

—“Dattebayo”… me alegra ver que eres tú mismo nuevamente —Sasuke mantenía una amplia sonrisa en su rostro mientras aceleraba—. ¿Por qué el “dattebanee”?

—Mamá… mamá lo decía. Pero eso da igual, estábamos hablando de lo que pasó ese día… nunca lo hablamos en todo este tiempo.

—De nada sirve hablar de todos y cada uno de los errores que cometimos en el pasado. Empezamos mal una relación que nuestros padres y todos desaprobaban en un inicio. Nunca hicimos las cosas bien desde el principio. ¿Recuerdas nuestra primera vez?

—En el cuarto de los balones… no es algo que me enorgullezca —Naruto bajó la mirada al recordar ese día en que se puso celoso por ver a Gaara cerca de Sasuke y arrastró a su hermano hasta ese cuartucho y lo forzó entre ira. Pensó unos segundos en eso pero Sasuke le apretó la mano y le sonrió—. Sé que las cosas fueron malas desde un inicio, pero no sólo en nuestra relación… sino con todo.

—No lo veas como si ese día todo hubiese salido mal. Sabemos en qué nos equivocamos, y no fue precisamente en amarnos, o sea, ¿qué esperábamos? ¿Qué dos niños que se criaron juntos y con tanto cariño por tantos años y sin un lazo de sangre que los uniera no confundieran sus sentimientos?

—¿Para ti fue una “confusión”?

—En su momento sí, Naruto. Pero te amé. Realmente te amé. Y te sigo amando, pero de una forma distinta. De la forma en que puedo acercarme a ti sin la tensión de una relación.

—Es cierto. Lo entiendo.

—Veo que estás más sobrio.

—Algo así-dattebayo —Naruto sonrió. Por primera vez desde que entró al auto sonreía. Sasuke se relajó ante esto.

—Bien, ahora quiero preguntarte sobre esa palabra… ¿“Dattebanee”? Quiero que me hables un poco más de lo que recuerdas sobre tu adre, por favor. Desde hace años que no hablo con el “verdadero Naruto” y estoy algo emocionado, debo admitir.

—¿Esto es lo más “emocionado” que puedes estar, teme? —Naruto se echaba hacia atrás reposando su cabeza en el respaldo acolchado de su asiento y sonreía mirando la carretera—. Deberías estar eufórico de siquiera tomarme la mano-dattebayo.

—No exageres, dobe.

—Teme.

—Dobe.

—Teme.

—Dobe.

—Teme.

—Dobe.

—Mi teme.

—Mi dobe.

 
*************************************************************


El amanecer trajo consigo el brillo del mar a un lado de la carretera. Veían la pequeña ciudad abajo del camino y cada vez estaban más cerca de su destino. Sasuke estaba cansado, pero no tanto, ya que eran sólo unas tres horas y media de viaje. Pasó toda la noche hablando con Naruto. Este le contó un poco de sus recuerdos sobre su madre, pero no eran muchos. Sólo pudo sacar al limpio de que era una pelirroja con el cabello muy muy largo, enérgica y muy bocazas. Muy distinto a como es Minato. Casi lo opuesto.

Sasuke llamó a Minato para decirles que estaban juntos y vivos y que regresarían a la hora de la cena, para que se despreocupara. Se sentía ya bastante grandecito como para andar rindiéndole tantas cuentas a sus padres, pero también sabía que tanto él como Naruto siempre serían “bebés” a los ojos de ellos.

—¿Recuerdas dónde queda tu casa exactamente?

Naruto se volteó hacia Sasuke y este lo miró estacionando el auto. Su cara lo decía todo: no tenía idea. Sus ojitos zorrunos achinados y su sonrisa tonta eran toda la evidencia que necesitaba Sasuke para pensar que estaban perdidos. Pegó su frente al volante y suspiró. “No lo golpees, no lo golpees, lo golpees” Se repitió un par de veces antes de bajar del automóvil.

—¿Por qué bajamos-dattebayo? —Preguntaba Naruto mientras cerraba la puerta del auto y seguía a Sasuke.

—Vamos a conseguir un mapa de la zona.

Naruto lo siguió con las manos detrás de la cabeza y caminando despreocupado como siempre. La verdad no recordaba mucho de ese lugar de cuando era niño, pero si recordaba esas vacaciones hace años en las cuales estuvo en ese lugar junto a su familia. Ese verano él conoció a Kakashi. Ese verano entrevió por primera vez que un hombre podía estar con otro hombre cuando Sasuke sugirió que Itachi-nii y Kakashi eran novios el día que se “perdieron” en el festival. Había tantos recuerdos que pudo revivir. Tuvo ganas de ir a un festival con Sasuke, pero no era temporada. Se lamentó de esto, pero de pronto vio un templo cercano donde tenían una muestra cultural y tiendas de artesanías. “Le compraré algo a Papá y Mamá” Pensó mientras ponía su atención en el lugar, pero se sorprendió de sí mismo al pensar eso ¿“Mamá”? Era cierto. Mikoto era su “mamá”. Pero esa noche eso se le había olvidado… “mamá”…

—¿Qué te pasa, dobe? —Sasuke lo encaraba demasiado cerca, con la mirada fija y a centímetros de su rostro. El menor se asustó y echó paso hacia atrás, con un escalofrío recorriéndole el cuerpo. Ya no estaba tan acostumbrado a tener a Sasuke tan cerca.

—¡Nada! Jeje. Sólo es que… pensé que si estamos aquí, podríamos aprovechar de ir a aquél templo a comprar recuerdos de Shizuoka para todos en casa-dattebayo.

—¿Qué? ¿Tú crees que manejé toda la noche sólo para dar un paseíto tonto por Shizuoka?

—Nii-chan, vamos, no seas aburrido. Aprovechemos el viaje. ¡No seas hoy el amargado de siempre-dattebayo! ¡Quizás si ando por ahí podré recordar algún indicio que me diga dónde está mi casa! ¡Vamos-dattebayo!

El menor tironeó a Sasuke desde el brazo hasta que este se dignó a seguirle el paso, al principio de mala gana, pero al poco andar y ver a Naruto tan feliz se terminó por derretir ante los encantos de su hermanito. ¿Desde hace cuánto Naruto no era así de espontáneo y sincero con lo que quería? Desde hace mucho tiempo que Naruto sólo se esforzaba en agradar a los demás y pretender que todo estaba bien. Pero ahora estaba siendo caprichoso y  antojadizo. Así era su Naruto.

Caminaron por varios templos, comprando cosas que siempre salían del bolsillo de Sasuke, ya que Naruto estaba quebrado por eso de irse de parranda anoche. Estuvieron un buen rato vagando en el centro de la ciudad. Entraron a un centro de videojuegos a gastar un par de fichas como hacían de niños. Comieron helados; Sasuke de pistacho y Naruto de naranja, como siempre. Fueron a varias tiendas y encontraron extensiones para juegos de la X-box de Itachi. Almorzaron juntos ramen en un puesto que encontraron. Naruto tenía mucha hambre así que de nuevo abusó del dinero de su hermano mayor, pero a este ya no le importaba. Le gustaba amenazarlo con que todo aquello se lo iba a tener que pagar con intereses y hasta hacía el amague de anotar en su libreta los montos de cada cosa que pagaba, pero en realidad estaba muy feliz de poder ayudar a Naruto. Esto era como una aventura, y hace muchos años que no tenían inocentes aventuras juntos.

Todo cambió tanto con los años ¿cuándo dejaron de ser niños? ¿Ese día que hicieron por primera vez el amor en ese cuartucho del gimnasio de la escuela a los dieciséis años? ¿O quizás la primera vez que se tocaron “indebidamente” a los doce? También pudo ser cuando se dieron cuenta que no querían ser hermanos cuando Minato les propuso adoptar a Sasuke. No… quizás fue mucho antes… ¿A los ocho cuando se dieron cuenta que ya no podían vivir el uno sin el otro cuando el padre de Sasuke se lo quería llevar? Tampoco… fue mucho antes… ellos dejaron de ser niños el día en que se conocieron. El maldito y bendito día en que se conocieron. Ese día cambió la vida de ambos. Ese día ellos nunca volvieron a ser los mismos. Ninguno de los dos podría saber a ciencia cierta qué cambió ese día, pero definitivamente algo cambió. No sabían si eso los había empujado a todo lo que pasó entre ellos, no había culpables de que en ese segundo ahora estuvieran caminando uno al lado del otro, descalzos en la arena, perdidos en Shizuoka, alejándose del centro de la ciudad siguiendo la orilla de la playa, contemplando el atardecer y, de tanto en tanto, contemplándose mutuamente cuando el otro parece distraerse. Ese es el juego que juegan ahora estos niños… “reconstruir el castillo de cristal que rompimos”.

—¿Quieres que llame a Minato para decirle que volveremos mañana? Está anocheciendo…

—Está bien. Vamos al auto, allí tengo mi tarjeta para sacar dinero de algún cajero, rentemos una habitación para pasar la noche-dattebayo.

—Espera un segundo… —Sasuke lo miró con ojos asesinos de pronto y como empeñando su aura con una penumbra escalofriante que hizo que Naruto se erizara completamente—. ¿Pudiste haber sacado dinero de tu tarjeta todo este tiempo e hiciste que yo pagara el ramen, los regalos, los juegos, las atracciones, los helados y todo?  Eres hombre muerto, usuratonkashi.

—¡Waaa! ¡Nii-chan, perdóname la vida!

Naruto salió corriendo y tiró agua de la orilla a Sasuke para que este dejara de perseguirlo.

—¡Te mataré!

—¡Primero muerto-dattebayo!

—¡Esa es la idea, imbécil!

Ambos reían, pero trataban de mantener sus personajes de perseguidor y perseguido. Esa playa, esa ciudad, ese ambiente, estar los dos solos y felices, todo eso les devolvió la niñez que ambos habían asesinado. “Una segunda oportunidad” pensaron ambos. Sasuke alcanzó a Naruto y lo tomó del cuello desde atrás, haciéndole una llave para estrangularlo con el brazo.

—¡Di que lo sientes!

—¡Nunca!

Sasuke apretaba el agarre mientras Naruto trataba de escaparse escurriéndose, pero no podía, su hermano era más débil que él ahora, pero sus llaves siempre han sido y serán letales. Es un hombre hábil. Entre los intentos de zafarse, Naruto daba muchas vueltas, hasta que quedó de frente a una alta carretera que estaba arriba del acantilado que ponía fin a la playa, a lo lejos. Por alguna razón sus ojos se fijaron en ese lugar… ese lugar…

—¡Sasuke!, ¡suéltame!

—¡Jamás!

—¡No, en serio, nii-chan, veo mi casa!

—Lo dices sólo para que te suelte.

—¡No!, ¡en serio!, ¡reconozco ese acantilado! ¡Arriba hay una carretera y un poco más allá hay un barrio residencial! ¡Allí está mi casa!

Sasuke le hizo caso y lo soltó. Miró a Naruto y se dio cuenta que aunque estaba agitado por el forcejeo, parecía estar muy emocionado de haber encontrado una pista acerca de su casa. Juntos fueron a toda prisa al auto y manejaron hasta el barrio el cual mencionó Naruto. Este miraba por la ventana y cada vez las cosas parecían más claras en su cerebro. Manejaron lentamente entre las cosas cerca de media hora, viendo cada casa mientras Naruto siempre dictaminaba

con un “no es esa”. Ya empezaban a desanimarse cuando Sasuke empezaba a explicarle a Naruto que era probable que su casa ya ni siquiera se pareciera a la que él recordaba, y que era probable que ya la hubiesen pasado sin darse cuenta, pero Naruto no se rendía. De pronto, el rubio pegó un grito descomunal cuando pasaron cerca de una casa pequeña, estilo oriental, con las luces encendidas dentro y un jardín muy grande y hermoso.

—¡Es esa-dattebayo!, ¡nii-chan, es mi casa!

—¿Estás seguro? No parece abandonada.

Sasuke se estacionaba para luego salir del automóvil acompañado de Naruto.

—Al parecer alguien vive aquí-dattebayo. Es extraño porque estoy seguro que papá nunca la puso a la venta.

—Sí… Minato no es del tipo de personas que se deshace de las cosas importantes así como así…

Ambos se miraron extrañados. Naruto observó un rato la casa, cayendo en cuenta de que estaba exactamente igual que en sus recuerdos. El jardín, la pintura, el tejado, todo. Era como si el tiempo se hubiese detenido para esa antigua casa. Sintió unas fuertes ganas de llorar, pero no quería hacerlo frente a Sasuke. Se contuvo. Esa era su casa. La casa con que había soñado desde hace mucho tiempo. ¿Qué sentiría inclusive si la viera por dentro? No, quizás sería demasiado para él. Además, la casa ahora pertenecía a otra persona.

Sasuke se percató del estado de conflicto y emoción en que se hallaba su hermanito y tomó su hombro. Este le miró con sorpresa, pero Sasuke le sonreía con calma. Sí, Sasuke había cambiado mucho después de su relación con Gaara. De alguna manera sabía que ese tiempo con el pelirrojo le iba a hacer mucho bien a su hermano, mejor que esa relación enfermiza a la que ambos se habían sometido. Siempre supo que Gaara y él tenían demasiado en común, pero también se despreocupó y seguía despreocupado, ya que él tenía muy claro que Sasuke nunca amó a Gaara, siempre lo supo, por eso siempre vio que esa relación tenía fecha de expiración. Era distraído, pero no estúpido. Nunca sintió ni un gramo de celos por Gaara. Nunca. Ni enojo, ni aversión, nada.

Naruto volvió a dirigir su mirada a la casa y meditó acerca de qué hacer ahora que estaba frente a su casa. La verdad nunca tuvo un plan de qué pasaría y qué sentiría al estar allí, pero no tuvo que pensar demasiado en ello porque a su lado, a pocos metros, se escucharon unas bolsas de plástico con mercadería caer al piso. Ambos jóvenes se voltearon al escuchar el ruido con sorpresa y vieron a un anciano alto y con larga cabellera mirar al menor con cara de estupefacción. Naruto y Sasuke se apresuraron a ayudar al viejo con las bolsas que se cayeron al piso, ya que, aunque no se veía decrépito, definitivamente algo estaba mal con ese anciano, y ellos estaban muy bien educados respecto a ayudar a los demás, especialmente a gente mayor. Sin embargo sus intenciones quedaron a medias, ya que apenas se movieron, el anciano pudo pronunciar por fin algo entre su asombro, haciendo que ambos jóvenes pararan en seco.

—Na…¿Naruto? ¿Eres tú…Naruto?

Continuará…

Notas finales:

BYE BEE


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).