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..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

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Notas del capitulo:

PERDÓN POR EL RETRASO!!!!  este kap está eskrito 100% desde mi celular así ke es probable ke algunas personas les salga con el error ";r13"... odio ese error ¬¬ No voy a ir a mi kasa hasta el domingo si es ke eso okurriera porke sólo ese día podría korregirlo. U.u lo siento mucho u.u
 Bye bee!

Veintidós años: .-Recuerdo-.


—¿C-como es que sabe mi nombre viejo?...

Lo mismo se preguntaba Sasuke, quien miraba como el hombre se acercaba a débiles pasos hacia su hermanito, anonadado, como estar frente a un fantasma.

 —N-Naru...to... Naruto... Eres tú... —El anciano llegó hasta el aludido y posó sus manos en ambas mejillas del menor—. ¡Sí, eres tú!

—Claro que yo soy yo, viejo. Aunque no sé quién se supone que debe usted creer que yo soy-Dattebayo.

 —Señor, ¿Se encuentra bien? —Sasuke habló tratando de interponerse ligeramente entre el viejo y Naruto.

Por más que sólo se tratase de un anciano, a Sasuke le molestaba la repentina cercanía que este había adoptado para con su hermanito, pero no podía darse el lujo de ahuyentar al hombre así como así y faltarle al respeto. Mal que mal... ellos eran los "merodeadores" ahí, y era muy probable que ese hombre fuera dueño de la casa que habían buscado. Al ver a Sasuke, el viejo pareció volver en sí. Examinó en silencio al pelinegro, sin intención determinada, y luego sus ojos volvieron a Naruto, para resolver finalmente en una sonrisa, bajando sus manos desde las mejillas del menor hasta sus hombros.

—Lo siento, es muy normal que no me recuerdes, Naruto, han pasado muchos años —Con esas palabras que dijo el viejo lentamente, Sasuke empezó a darse cuenta de lo que ocurría, mientras que Naruto miraba al hombre con completa confusión—. Además eras muy pequeño cuando dejamos de vernos.

—Discúlpeme, viejo, pero creo que me está confundiendo con otro sujeto-dattebayo.

 —Nah, no hay muchos chicos con tus características físicas por aquí, y mucho menos con tu nombre, el cual te puse yo mismo.

—¿De qué diablos habla, viejo? —Naruto ladeó la cabeza hacia un lado, más que confundido, achinando sus ojos, expresión que al viejo le causó algo de risa—. Viejo, explíquese.

—Lo que escuchaste, Naruto, yo te puse ese nombre que tienes porque… yo soy tu abuelo.

—…¿Mi qué?

Sasuke se lo esperaba completamente, pero algo en la escena le molestaba. ¿Cómo decirlo? Existía en él cierto presentimiento sobre que las cosas iban a cambiar demasiado a partir de este segundo, lo cual era obvio: no todos los días encuentras a un familiar perdido que sería la llave a tu pasado olvidado. Sin embargo había algo más, quizás este acontecimiento cambiaría tanto a su pequeño hermanito que quizás… lo perdería para siempre.

—Sé que es raro todo esto, Naru-chan, pero si me das la oportunidad podré explicarte todo. Ya está helando y sería bueno que pasásemos dentro de la casa y comer algo.

El hombre les dio la espalda y abrió la reja del jardín. Naruto se quedó hecho hielo mirando como el hombre se alejaba a pasos lentos. Sasuke, por su parte, se sentía en la necesidad de susurrarle a su hermanito que aún estaban a tiempo de salir corriendo y olvidarse de todo este asunto, lo cual por lejos era una de las ideas más tontas que se le habían ocurrido desde que “engañar a Naruto con Gaara para terminar nuestra tortuosa relación” le pareció algo razonable.

Entraron a la casa, Naruto temblaba ligeramente pero nadie lo notó. Es difícil decir si temblaba por miedo o por emoción, ni él mismo lo sabía, sin embargo lo hacía. El viejo delante de ellos abrió la puerta de entrada y desde ese segundo, Naruto dejó de temblar porque una cálida luz se coló desde dentro de la casa para abrazarlo en medio de esa fría noche. Fue como si esa luz fuera la máquina del tiempo con línea directa a sus recuerdos más profundos. Sasuke sintió a la perfección el estado de conmoción en el cual se hallaba Naruto, por eso lo tomó protectoramente del hombro y observó su reacción.

—Está igual a como estaba cuando te fuiste, Naru-chan. Cuando Minato se los llevó decidí no hacer ningún cambio por si... Alguna vez quisieran volver.

El viejo le dedicó una sonrisa cargada de melancolía. Sasuke observaba el lugar con detenimiento mientras Naruto parecía estar en Shock, ambos como con las suelas de los zapatos clavadas al piso. Era una casa pequeña y cálida, muy al estilo de Minato. Su arquitectura correspondía a un estilo oriental, muy clásica. Puertas corredizas y habitaciones austeras a simple vista. Sólo la puerta principal era de estilo occidental. Habían muchos adornos antiguos lo que delataba la veracidad de las palabras del viejo respecto a haber mantenido la casa intacta a través de los años. Todo en aquel pequeño hogar era encantador, pero lo que más llamaba la atención eran los retratos que colgaban de las paredes, estos eran por lejos lo más significativo para Naruto, quien valientemente daba un paso fuera del umbral de la puerta para dirigirse a mirar los retratos.

El corazón le iba a estallar, golpeteaba desde dentro de su pecho como una jauría de lobos hambrientos. A pocos pasos se hallaba una foto la cual mostraba a una joven con un inconfundible cabello rojo. ¿Hace cuánto que no veía una foto de su mamá? Décadas. Este día su pobre corazón había sido rosado con todo tipo de emociones, y aún faltaban más...

Sasuke y el viejo observaron como lentamente Naruto caminaba con el paso de un penitente hacia la foto en la pared, sabiendo que el desenlace de tal acción sería crucial para el transcurso de esa noche... Y para la vida de Naruto en su totalidad. Vieron atentos, como ya frente a la foto, Naruto paraba en seco, como petrificado. Largo rato Naruto examinó esa foto de una joven mujer, hermosa, de largos cabellos pelirrojos, acariciaba su propio estómago encinta. Detrás de ella estaba Minato, con una sonrisa y expresión más joven e inocente. ¿Tan invisibles son las cicatrices de la pérdida de un ser amado y a la vez tan profundas, que Minato ha sido incapaz a lo largo de todos estos años mostrar esa misma cara cargada de ilusa felicidad? ¿Tan importante era... Ella? Esa joven de la cual había olvidado el rostro, ella... Ella era su mamá... Ese era el rojo que sus sueños buscaron mil veces sin éxito. Esa era la persona a quien añoró tantas veces sin siquiera recordar su cara... ¿Cómo podía haber extrañado tanto a alguien a quien ni siquiera recordaba? Da igual... Ahora por fin la encontraba, ahora al fin podía dormir sin retener su llanto por las noches... Ahora por fin...

Sasuke se acercó a Naruto y lo abrazó por detrás, apoyando su frente en su nuca. "No llores, Dobe. Estoy junto a ti". ¿Por qué Sasuke le susurraba tales palabras? Ah, claro, ¿cómo no se había dado cuenta? Sus mejillas estaban empapadas en lágrimas.



**********************************

—Buenos días.

Itachi levantaba la cabeza, la resaca lo había mantenido caminando con la mirada gacha protegida por unos lentes de sol. En el estacionamiento del departamento de Kakashi apenas se podía ver con esos lentes de sol puestos, pero distinguió a la perfección a quien pertenecía la voz que le saludaba. Era Obito, el “novio” de Kakashi. Lo había visto de lejos y saludado un par de veces, no muy extensamente, pero era un poco obvio que le debía una especie de “explicación” si veía su auto estacionado en casa de Kakashi ese día tan de mañana, era más que evidente que había pasado la noche ahí, sin embargo Obito no parecía molesto, de hecho, la presencia de Itachi lo ponía un tanto tímido. Por más que Itachi fuese bastante menor que él, ¿cómo decirlo? Obito se sentía inferior a él en madurez, pero eso no era tan raro, después de todo, Itachi era un joven que expelía madurez en  todo el ancho de su presencia.

—Buenas días, Obito. Vienes a ver a Kakashi, ¿no?

—Sí. Supongo que está con resaca, ¿no? Quizás sea mejor venir más tarde para no molestarle.

—Nah, se pondrá feliz de verte. Habló de ti toda la noche ayer en el bar.

—¿En serio? —Obito se sonrojaba y le miraba con sorpresa.

Itachi estaba anonadado, ¿de verdad Obito no guardaba ni siquiera una pisca de celos por su cercanía con Kakashi? Era como si este pastelero fuera una persona de corazón puro. “Espero que Kakashi nunca le rompa el corazón a este chico, es un ser demasiado dulce y la gente así, cuando son decepcionadas, suelen terminar muy mal”.

—Claro que sí. Disculpa que te moleste con preguntas tontas, Obito, pero Kakashi es un poco parco al hablar de sí mismo —Itachi bajó la voz y miró hacia todos lados antes de continuar—. ¿Los has vuelto a ver?

—Sí… hace un par de semanas fuera de la pastelería. Siempre vienen cuando Kakashi tiene días libres… creo que quieren hacerlo creer que ya no lo persiguen.

—Entiendo. Gracias.

Itachi se disponía a subir a su auto, pero Obito le detuvo del brazo y le miró serio.

—Si hay algo… que yo pueda hacer por ayudarle…

—Ya haces bastante, Obito, déjame el resto a mí. Entre menos personas nos involucremos es mejor.

—Es que no lo entiendes, ellos ya saben de lo mío con Kakashi. Estoy seguro. Me observan hasta el final de mi turno.

—¿Crees que van tras de ti?

—No lo creo, sólo es que sospechan que yo soy la razón porque Kakashi está desde hace tanto tiempo en la pastelería y no ha buscado nuevos empleos.

—Entiendo… Saben que hay algo que retiene a Kakashi en la pastelería. Bien… —Itachi sacó de su bolsillo un papel y un lápiz y se apoyó en el automóvil para escribir algo en él—. Este es mi número de celular y el del hospital. Mi apellido es Uchiha. Si vuelven a seguirte o espiarte demasiado, llámame.

—Claro. ¿No será bueno decirle esto a Kakashi?

—No, claro que no. Eso es todo lo que te voy a pedir, Obito: no se lo digas a Kakashi. Tú sólo… sigue siendo quien eres, porque lo haces feliz, haces que se olvide de todo lo que pasa por lo de su padre y los yakuza. Tú sólo… procura hacerlo feliz, yo veré el resto.

Sin más que decir, Itachi entró al automóvil, justo cuando iba a dar marcha atrás, Obito dio una par de pequeños golpecitos a la ventanilla para que este la bajara.

—Gracias, Itachi-kun.

Con esas palabras y una sonrisa, el mayor le extendió una bolsa; dentro de ella habían pastelillos hechos esa misma mañana. Cuando Itachi ya se hubo puesto en camino, se dejó conmover por el gesto de Obito… realmente ese chico valía oro y deseaba con todas sus fuerzas que Kakashi aprendiera a darle el lugar que se merece dentro de su corazón.


*************************************


—No culpo a Minato, ¿cómo culparlo si mi hija murió aún así todos sus esfuerzos? Pensó hasta en darle sus propios órganos, pero eso es ilegal. Siempre ha sido un hombre demasiado apasionado. Demasiado enamorado —Los jóvenes escuchaban al anciano, ambos muy atentos sentados frente a él—. Cuando transfirieron a Kushina a la clínica que se ubicaba en Kyoto él pensó que lo mejor hubiese sido que te quedaras aquí conmigo, Naruto, pero… ¿qué pasaba si Kushina, en sus últimas horas no hubiese podido despedirse de ti? Por eso decidió llevarte de aquí. Cuando se despidieron, tú eras tan pequeño que ni siquiera alcazabas mis muslos. Estirabas tus manos hacia mí y te despediste muy distraído. No sabías que esa iba a ser la última vez que nos veríamos, así que no prestaste mucha atención. Eras un niño muy inquieto.

»Una vez al mes podía ir a ver Kushina a Kyoto, pero las cosas no estaban bien económicamente ni para Minato ni para mí, porque mantenerla viva en ese exclusivo lugar era carísimo, así que ambos trabajábamos mucho para lograr mantenerla. Las pocas veces que fui a Kyoto no pude verte, porque siempre estabas en alguna guardería. Siempre. Estabas adaptándote y no lograbas congeniar con tus compañeritos, pero ni yo ni Minato teníamos tiempo de preocuparnos por tus problemas sociales… Ese fue uno de los tantos errores que cometimos Minato y yo.

»Cuando se cumplió la triste sentencia de Kushina, Minato se dio cuenta que no lo soportaría, que no podría vivir como hasta ese momento había vivido. En el funeral tú parecías un pequeño muñequito, quietecito como nunca lo has estado. No me reconociste, igual que ahora, ya que no nos veíamos hace muchos meses y eras muy pequeñito. Luego de ese día tanto tú como Minato cambiaron. Minato me pasó las llaves de la casa y me dijo “Lo siento, Jiraiya, pero no puedo con todo esto”. Yo sólo le palmeé la espalda y le dije que lo entendía. Te tomó de la mano y te llevó para siempre. Tú no lloraste, jamás lo hiciste, hasta que luego de un año, Minato me llamó y me dijo que tenías pesadillas con el recuerdo de tu madre. Decidimos entonces sepultar el recuerdo de tu madre para siempre de tu mente.

Naruto se estremeció al oír toda la historia, sus manos temblaban sobre sus muslos, pero de forma discreta, Sasuke posó su fría mano sobre la del menor ara reconfortarlo aunque fuera solamente un poco. Sabía que en ese momento, él era la voz de Naruto, porque su hermanito estaba demasiado impactado con todo eso.

—Entiendo las razones de sepultar el recuerdo de Kushina. ¿Pero qué hay de usted? ¿Por qué nunca quiso ver a Naruto?

—Minato inició una nueva vida con mucho esfuerzo… yo soy parte del pasado, muchacho.

—Pero pudo haber sido un apoyo para Naruto.

—Pero te tenía a ti, ¿no, Sasuke-kun? Minato me contó acerca de ti, de tu hermano Itachi y de Mikoto. Hemos hablado un par de veces por teléfono, esencialmente para enterarme de mi nieto, pero son llamadas dolorosas para ambos, por eso las evitamos.

—Entiendo.

Sasuke calló unos minutos y el silencio abundó en aquella sala oscura a media luz. Naruto parecía no tener nada que decir, estaba muy ocupado mirando el vacío. El viejo Jiraiya entendió que sería bueno darle un poco de espacio a los jóvenes y se excusó para servir un poco más de té para ellos y Sake para él.

—¿Estás bien? —Sasuke levantaba la barbilla de Naruto con una mano.

—Creo… que ya entiendo por qué me mantuvieron lejos de estas paredes… de estos recuerdos… mamá enfermó en esta casa-dattebayo… mamá salió por esa puerta a su trabajo… y sólo volvió una temporada para luego volver a irse definitivamente. Yo… no quiero seguir aquí Sasuke.

—Vamos a casa.

—Ese es el problema... Estoy en casa-dattebayo.


Continuará…

Notas finales:

GRACIAS POR LOS REVS!


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