Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

[Reviews - 708]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

LO SIENTO!!!!! MAÑANA AKTUALIZO LOS OTROS DOS!!!!!!!

LEO TODOS LOS REVS! YA VAMOS POR LOS 100!!! MUCHAS GRACIAS!!!!!!!

 

Diez años: .-Extraño-.


Las vacaciones habían terminado. Para los pequeños hermanos ya nada era lo mismo. Naruto aún no entendía por qué esas vacaciones que empezaron tan bien, lo alejaron de su hermano el día después del festival. Después de eso Sasuke estaba muy esquivo y sólo quería estar con Minato y Mikoto. Para el pequeño rubio, estar solo, era como una punzada directo al corazón, la cual sólo podía aliviarse con un poco de atención. Fue por eso que terminó por hacer estupideces todo el resto del viaje: trató de subir un árbol del cual no supo bajar solo e Itachi tuvo que ir por él; se metió muy dentro del mar y se cansó a mitad de camino, Kakashi tuvo que ir a buscarle; comió frutas silvestres que lo tuvieron vomitando los últimos tres días de viaje… y muchas cosas más. En resumen: sólo logró que la distancia entre él y Sasuke se acrecentara aún más.

Cuando tuvieron que volver a Tokio, Itachi se tuvo que despedir de su nuevo amigo peliplata. La familia se había encariñado mucho en esos días con él, a quién buscaban a diario en el puesto de dangos y luego le pedían acompañarles al terminar su turno. Fue buena compañía para Itachi, eso puso muy felices a Minato y Mikoto ya que siempre sintieron que Itachi era un chico, aunque popular, muy solitario.

El joven Kakashi vivía en Tokio al igual que ellos, pero él trabajaría toda la temporada en la costa, asique apenas volviese a la capital se pondría en contacto con Itachi y el resto de la familia. Para Sasuke eso no era más que desgracia, y aunque le agradaba Kakashi y siempre le agradó desde el comienzo, algo estaba mal dentro de él al ver a Itachi y Kakashi juntos. Realmente ellos dos eran amigos, nada más… ¿entonces por qué la mente inocente del menor había imaginado otra cosa? Él mismo no podía satisfacer esa pregunta que le atormentaba.

Ya en casa, y comenzado el segundo período de clases, Naruto y Sasuke tenían menos tiempo de estar juntos y desde que el mayor se ensimismara, para el rubiecito cada día era confuso… ¿qué había hecho él?, ¿en qué se había equivocado para que Sasuke no fuera el mismo de antes? Los adultos e Itachi no se percataron de lo que pasaba entre los dos pequeños porque no era muy notorio. Ambos seguían jugando juntos y todo, pero había cierta hostilidad que envolvía su ambiente. Su mundito de cristal se estaba quebrando de adentro hacia fuera y ambos no sabían bien qué hacer al respecto. Sasuke jamás lo hizo apropósito, pero no podía evitar sentir vergüenza y distanciamiento al notar que era muy diferente de su hermano menor. Él no era idiota, al poco tiempo se dio cuenta que sus pensamientos hacia la relación entre Itachi y Kakashi fueron de lo más extrañas. Se sentía fuera de lugar e incómodo, haciendo que cada juego, cada mirada, cada respiración cerca de Naruto, fuese insufrible.

Los días avanzaron y Naruto empezó a hartarse; luego de un tiempo de reflexión y de estar ligeramente cabizbajo, decidió tomar la situación en sus manos. Sentía que su hermano ya no le quería como antes y eso, que antes le provocaba tristeza, ahora le hacía hervir en rabia. Empezó a tomar malos hábitos muy insignificantes, pero que con el tiempo empezarían a notarse. Hacer rabietas más a menudo por la comida, ser descortés, expresarse de una manera más burlona que de costumbre, estudiar menos. Antes, cada vez que algo le molestaba o apenaba, iba directo a su columpio en el jardín trasero a reflexionar un poco; ahora hacía travesuras o se iba al estacionamiento de la casa a jugar basquetball solo, tirando al aro una y otra vez con rabia y causando mucho ruido, cosa de causar suficiente alboroto para perturbar los estudios de Sasuke.

Los adultos se empezaron a preocupar de la situación cuando Naruto empezó a darle a las ventanas y romperlas con la pelota. No podían comprobar si es que lo hacía apropósito o no, pero que pasara más de una vez en el mes ya significaba que no era un simple accidente. Fue entonces que Minato empezó a regañarle como nunca lo había hecho. Al principio se mostró comprensivo como era de su costumbre, pero Naruto no decía nada porque ni él mismo sabía por qué tenía tanta ira dentro de su pecho. Nunca hizo las cosas con malas intenciones de forma consciente, siempre sonreía y pretendía ser un descuidado.  Sólo quería que Sasuke volviera a ser su compañero de juegos como antes, que lo abrazara, que lo mimara, quería retroceder el tiempo al momento en que algo desconocido para él los separó.

Las cosas no se iban a arreglar así de fácil. Sasuke, a sus diez años, era mucho más perceptivo que Naruto en varios aspectos de la vida, y se dio cuenta que ya era suficiente de ser cariñoso con él. Ya no compartían la cama de vez en cuando, ya no caminaban de la mano, ya no tenían el contacto físico de antes. Cada vez que sus padres les increpaban acerca de este distanciamiento físico, ambos trataban de convencerse que era porque “ya no somos bebés”. Naruto lo creía, de verdad creía que quizás la edad los estaba separando. Sasuke también quería creerlo pero no podía. Algo pasaba con esa situación que estaba conectada con aquello que imaginó entre Itachi y Kakashi… pero nunca supo qué era aquello que lo hacía distanciarse del ser más preciado que tenía en la tierra.

Así iban las cosas en casa, siempre en discordia, siempre en conflicto. Y, al menos para Naruto, las cosas no iban tanto diferente en la escuela. Sus notas decayeron de forma dramática y su comportamiento era más que terrible. Ahora que parecía no importarle ya más a Sasuke, todo daba igual, asique empezó a hacer todas aquellas travesuras que había guardado en su mente todo este tiempo en la escuela. Ataba zapatos, pintaba muros, rayaba libros. Como sus travesuras eran burdas y aniñadas, los profesores sólo lo castigaban restándole minutos de recreo o dándole tareas extras. Era sólo una molestia, pero como era muy pequeño aún, sólo era un niño travieso más.

—Naruto. ¡Naruto! Te estoy llamando, ¡baja ahora mismo! —Minato estaba irritado y desde hace un tiempo que le había perdido toda paciencia a su hijo.

—Querido, cálmate, sólo tiene nueve años.

—Va a cumplir diez y ya supera el record criminal en la escuela de cualquier estudiante de preparatoria. ¿Qué pasa con este niño?... ¡Naruto, he dicho que bajes!

—Naruto no está, papá —Habló cansadamente Sasuke mientras bajaba la escalera.

—Buenos días Sasuke —Minato trató de calmarse mientras el pequeño Sasuke se acercaba a él para saludarle con un beso en la mejilla. Su hijastro también le tenía preocupado, pero en otro sentido muy diferente: Sasuke estaba muy melancólico y desinteresado. Seguía siendo educado y perfecto e ignoraba las estupideces que hacía Naruto a su alrededor, pero le rodeaba un aurea de tristeza que haría preocupar a cualquiera—. Hijo, ¿sabes dónde está Naruto?

—No. Salió de la habitación antes de que yo me despertara. ¿Lo buscaste en el jardín?

—Sí…

—No creo que haya que buscarlo demasiado hasta que escuchemos algo romperse, ahí sabremos donde está —Itachi hablaba también bajando desde el segundo piso. Saludó a todos agitando ligeramente su mano en el aire. Era temprano, pero él ya estaba listo para  irse. Desde hace un tiempo que el mayor estaba muy ocupado con sus deberes y además estaba encargado de muchas actividades en su instituto porque le habían electo como delegado nuevamente en su clase—. Hoy me toca servicio asique me voy. Suerte en encontrar a Naru-chan. Si me lo pillo en el camino le diré que venga acá a desayunar. Adiós.

El joven desapareció poniendo una tostada en su boca, pero no sin antes sonreírles a todos a modo de despedida. Al menos Itachi no daba dolores de cabeza a sus padres. Decidieron empezar el desayuno los tres juntos, sin esperar a Naruto. Minato estaba intranquilo y el ambiente no era muy familiar que digamos, pero, ¿cómo lo iba a ser?, Naruto simplemente hacía lo que se le venía en gana y aún ni cumplía los diez años. Sus travesuras eran torpes y muchas veces simplonas, pero eran irritantes en todos los sentidos. Sólo Mikoto parecía no quejarse al respecto; cada vez que Minato perdía la cabeza con Naruto, esta lo calmaba y le sonreía recordándole que era una etapa y que ya pasaría todo.

En esa atmósfera, pasó aquello que predijo Itachi, se escuchó un vidrio quebrarse en el segundo piso y por la escalera bajó rebotando una pelota de basquetball.

—¡Lo siento-‘ttebayo! —Se escuchó desde fuera de la casa. En ese segundo entró Naruto para recoger su pelota—. Buenos días —Dijo sonriendo y cogiendo su objetivo—. ¿Por qué no me avisaron que ya empezaron a desayunar-dattebayo?, ¡son muy malos-‘ttebayo!

—Te grité durante unos quince minutos… Hijo… es el tercer cristal este mes.

—Lo sé, lo sé-‘ttebayo. Pero es que no logro hacer que caiga en el aro siempre que quiero, papá. Creo que debo practicar.

—Si Naru-chan sigue practicando así nos quedaremos sin ventanas, je, je —Para Mikoto esto era casi una humorada. Ella confiaba en que Naruto no lo hacía apropósito asique sólo debía tener paciencia con eso y con todo lo que su pequeño hijastro hacía—. Oye, Sasu-chan, ¿por qué no le ayudas a tu hermanito a aprender a no darle a las ventanas y sí al aro?, tu eres bueno con los deportes.

Naruto miró expectante a su hermano, apretando ligeramente el balón entre sus manitos. Realmente él sería feliz si Sasuke sólo se diera el tiempo de jugar un rato con él.

—No me gusta el basquetball —Dijo el mayor pretendiendo una sonrisa—. Además debo concentrarme en estudiar. Tú deberías concentrarte en lo mismo, ¿no, dobe?

—Eso… creo-‘ttebayo.

***********************************************


—Namikaze, escribe. —El niño no prestó atención a las palabras de su profesor frente a él—. Namikaze… Namikaze… ¡Naruto!

—¿Eh?, ¿me hablaba Iruka-sensei?

—Claro que te hablo, niño bobo. Sólo estamos tú y yo aquí en el salón. ¡Eres un caso perdido!, trato siquiera que cumplas con tus deberes extras y no eres capaz de poner un poco de atención. Enfoca tu mirada en tu cuaderno —El profesor notó que Naruto estaba distraído con algo fuera de la ventana—. ¿Ese de allá bajo que está jugando soccer no es tu hermano mayor?

—¿Eh?, ¡sí! —Respondió nervioso el pequeño rubio desviando la mirada hacia su profesor—, pero no es como si lo estuviera viendo ni nada por el estilo-dettebayo.

—Yo no te pregunté si lo estabas mirando, sólo te pregunté si era tu hermano o no. Oh por dios santo, eres tan evidente. Creo que por eso no puedo enojarme contigo: no sabes mentir ni ocultar nada —El profesor suspiró con pesadez y se levantó de su asiento para acercarse a Naruto. Tomó una silla y la puso enfrente del escritorio del menor para hablar cara a cara con él—. Naruto, eres un buen chico. Sé que al principio me costó trabajo darme cuenta, pero en verdad creo que lo eres. Me preocupa que tus calificaciones hayan bajado tanto, y ni hablar de tu conducta. Sé que en esa mentecita ajetreada tuya piensas que ser el payaso de la clase es divertido, pero no es así. Es cierto que antes te ignoraban y todo, fui testigo de eso, pero ¿no es tanto peor que se rían de ti?

—… No me gusta que me ignoren-‘ttebayo.

—Si vives de la aprobación de los demás siempre tendrás hambre; es un círculo vicioso en que siempre tratas de ser alguien que no eres para agradarle a la gente. Esa no es la manera correcta de llamar la atención de las personas, Naruto.

—¿Y cuál es la manera correcta-dattebayo? ¡¿Cómo puedo hacer que la persona que quiero que esté cerca de mí se dé cuenta que lo quiero?! — El pequeño se había alterado y se levantaba de su pupitre golpeando su cuaderno con su puño.

—Naruto…—El profesor miró a su diminuto pupilo como se llenaba de rabia y tristeza. ¿Qué pasaba con él?, siempre lo veía sonreír, pero ahora se notaba que no le quedaban más sonrisas falsas por entregar—. ¿Hay una persona especial a quién quieres a tu lado?

—… Sí.

—¿Esa persona lo sabe?

—… No lo sé.

—¿Se lo has intentado decir?

—Es que… antes no necesitaba decirle las cosas para que él supiera qué era lo que pasaba conmigo-dattebayo —El menor desvió nuevamente la mirada hacia la ventana para ver con tristeza a su hermano a lo lejos. El profesor no tardó en darse cuenta de quién hablaba. El mayor sabía que Naruto no tenía amigos y por eso su hermano lo era todo para él, asique si llegaban a pelearse las cosas se iban a poner naturalmente feas para el rubiecito—. Él… cambió. Sólo quiero cambiar junto a él… pero él no me deja-dattebayo.

—… Naruto… No tienes que cambiar para agradarle a tu hermano. Sólo dile que lo extrañas y que quieres estar con él.

—Pero es que no sé cómo… ¡espere un segundo!, yo no dije que estuviera hablando de Onii-chan.

—Naruto, siéntate —El menor hizo caso, muy sonrojado por ser descubierto—, para mí no es sorpresa todo esto. Ya había hablado este tema con tu papá el día de reunión parental. Sasuke-kun es un niño extraordinario, pero no es mejor que tú en ningún sentido. Sólo son diferentes. Es por eso que no debes tener miedo a ser tú mismo y contarle lo que te pasa. No te fuerces a ser quien no eres, a estar siempre sonriendo, haciendo reír de bromista, poniéndote en aprietos entre risas… ese no eres tú. Si Sasuke-kun tiene un problema contigo deben hablarlo. No te aseguro que el problema se solucione… pero si te puedo prometer que las cosas ya no serán tan confusas y sabrás qué hacer.

—… Iruka-sensei… a Onii-chan… a onii-chan… yo… de verdad lo quiero mucho-dattebayo. No me importaba estar solo aquí mientras él estuviera cerca… sólo quiero… que todo vuelva a ser como antes-dattebayo.

—Díselo. Sé valiente, Naruto-chan. ¿Qué tienes que perder?, yo sé que dentro de ti hay un niño muy valiente que es capaz de hacer todo por su onii-chan. ¡Díselo!, quizás él también se sienta solo y no ha tenido el valor de decírtelo.

Naruto escuchaba atentamente a su profesor, pero seguía mirando por la ventana. Sus ojitos azules vieron como su hermano mayor metía un gol en el arco enemigo… su onii-chan era el mejor, y eso le causaba mucho gusto. No pudo evitar sonreír mientras veía como los demás niños se acercaban a Sasuke para celebrarlo y este ni caso les hacía. Era tan admirable como todos a su alrededor querían estar cerca de él. El profesor veía como su estudiante sonreía de forma sincera al ver uno de los tantos triunfos diarios que tenía su hermano mayor. A sus ojos Naruto era un niño muy bueno. Le acarició la cabeza y se preparó para salir del salón.

—Puedes irte a casa.

—¿Y la tarea?

—Tu tarea será decirle a tu hermano todo lo que sientes.

**************************************

El pequeño rubio estaba nervioso. Necesitaba reflexionar asique decidió bajar hasta el jardín trasero y visitar su columpio, el cual estuvo abandonado durante bastante tiempo. Al llegar allí vio algo que le sorprendió: Sasuke estaba balanceándose tristemente en él. Su semblante estaba marcado por melancólicos pensamientos. Ese no era el mismo Sasuke que veía todas las tardes en la escuela a través de las ventanas. Siempre que llegaba a casa él se ponía a tratar de llamar la atención de Sasuke, pero tanto se empecinó en su objetivo que nunca antes se había dado cuenta que estaba vez era Sasuke quien necesitaba de su atención. ¿Cómo había sido tan tonto?

El menor se acercó lentamente hasta Sasuke por detrás del columpio, con cautela. Cuando estuvo a unos centímetros, lentamente extendió las palmas de sus manos hasta la espalda del pelinegro y lo empujó ligeramente para mover el columpio. El mayor obviamente se conmocionó y miró hacia atrás, para toparse con la imagen de su hermanito menor sonriéndole a sus espaldas.

—De nada sirve sentarse en un columpio si no te vas a balancear, nii-chan.

—…—Sasuke estaba sin palabras. Sintió un nuevo empujón un poco más fuerte que el anterior detrás de sí. Luego otro, y luego otro, y otro más… luego varios. Ambos quedaron en silencio hasta que Sasuke por fin pudo hablar mientras su hermanito menor por primera vez le empujaba en el columpio—. Naruto… —El mencionado detuvo su actuar. Sasuke esperó a quedar inmóvil para seguir hablando—. Hoy… también te castigó Iruka-sensei, ¿no es así?

—Sí… ¿Cómo lo sabes-‘ttebayo?

—Porque… te vi en la ventana —El menor se sonrojó como un tomate. No sabía que él era visible desde esa perspectiva.

—Yo… no era como si te estuviese espiando o algo así-dattebayo.

—Yo… sí te estaba observando…—El mayor confesó encogiéndose de hombros—. Naruto… tú… ¿qué piensas sobre mí?

—¿A qué te refieres-‘ttebayo?

—¡A eso!, ¡simplemente quiero saber qué piensas sobre mí! —El pequeño azabache estaba contrariado. Se alteró de un segundo a otro, cerrando fuertemente los ojos y apretando entre sus manitos las cuerdas que sostenían el columpio.

—Yo… yo pienso que Sasu-nii… es asombroso —Esa respuesta no la esperaba. ¿Qué esperaba realmente?... sólo sabía que últimamente se había estado sintiendo muy fuera de lugar y diferente al resto… y eso por primera vez no le agradaba, pero no sabía qué era eso que lo hacía diferente. El pequeño rubio supo que este era el momento para decir todo lo que pensaba asique aprovechó la oportunidad—… Yo… pienso que eres el mejor hermano de la tierra-‘ttebayo. ¡Por favor déjame estar a tu lado! —El menor se abalanzó sobre la espalda del pequeño Sasuke para abrazarlo desde la cintura—. Por favor…te necesito... yo… ¡yo te quiero mucho-dattebayo!

—Yo… también te quiero mucho, dobe. Nunca te he dejado de querer siquiera un poco… es sólo que… siento algo extraño.

—¿Algo extraño-dattebayo? —El menor soltaba a su hermano para ahora rodearle y quedar frente a él—. ¿Cómo “extraño”?

—Extraño como… raro. Tengo miedo… a cambiar. ¿Nunca te ha pasado que te sientes muy diferente al resto?, siento que hay algo que está mal en mí, pero no sé qué es.

—Sasu-nii es Sasu-nii y siempre lo será-dattebayo, no importa lo que pase, él siempre será mi nii-chan. Por eso no importa si hay algo bueno o malo contigo. Yo amo a mi Nii-chan y eso jamás cambiará.

—Naruto…—Sasuke saltó del columpio para abrazar a su hermano. Eso era lo que necesitaba escuchar: que pasara lo que pasara, ellos siempre estarían juntos. Eso era suficiente. Luego de un rato dio un paso hacia atrás y ambos niños se sonrieron—. Oye dobe, tengo un problema.

—¿Cuál?

—Esta mañana un niño tonto rompió el cristal de mi ventana asique no puedo concentrarme para estudiar con todo el ruido de afuera. ¿Qué crees que deba hacer para que eso no vuelva a pasar?, quizás deba darle una lección a ese niño tan dobe ó… 

—¿Enseñarle a hacer tiros libres-‘ttebayo?

—Exacto.

Los niños estaban felices, salieron corriendo en busca de la pelota de basquetball al estacionamiento de la casa. Las cosas no habían tenido solución, pero hay veces en que quererse es suficiente por un tiempo. Quizás cuando fueran un poco mayores podrían darse cuenta de todas las cosas que los hacían infinitamente diferentes, pero de nada servía sentirse extraño ahora. Al menos así pensaba Sasuke, mientras decidía simplemente no pensar demasiado en aquello que en su cabeza no tenía solución. Él no sabría hasta mucho tiempo después qué era eso que lo hacía sentir distinto al resto, pero sólo rogaba que aquello jamás lo alejara de Naruto.


Continuará…


Aburridas palabras de la autora: Oli, kiero komunikarles ke el diálogo final de este kapítulo, específikamente en la situación en ke se enkontraba Sasuke, está basada en una experiencia real de una persona ke hace un mes mandó un email a mi korreo (Eskribí este kap hace un mes… sip, tengo muchos kaps eskritos pero los publiko una vez a la semana sólo por ser mala kon ustedes xD).

Kiero agradecer a esa persona por konfiar en mí y kontarme este pedazo de su infancia. Esta es mi forma de decirle a esa persona “no estás solo”, y pesar de ke no la puedo ayudar kon los nuevos problemas ke se presentan en su vida,  es bueno ke sepa ke a veces no hay ke pensar demasiado en kómo deberías sentirte, sino kómo es ke los demás te sienten a ti. Especialmente esas personas ke son importantes para ti. Aunque sea sólo una persona en todo el universo, mientras esa persona te diga ke te puede kerer tal y komo eres, nada más importa. Pídele a esa persona especial ke te enseñe a ke una segunda en el universo te ame: tú mismo.

Por otro lado, y aprovechando ke estoy usando la letra subrayada, kiero dedikarle también este kap a Astoria, kien está de kumpleaños hoy :3 te amo amiga, y a pesar de ke ya no tengo kontakto alguno kontigo desde hace una par de semanas y kontando… xD eres muy importante para mí… eres mi razón para desvelarme por las noches :B (sí te echo la kulpa a ti, no al insomnio króniko… soy tan malota :B pero suena poétiko komo en “Esperando a que te conectes…” )  Bueno eso.

Al igual komo lo hizo la persona kien kompartió sentimientos de su infancia konmigo, kiero decirles ke pueden hacer lo mismo, pero a mi Feisvuk (porke el email lo tengo lleno de peticiones del fik ke borré xD asike ver otros emails sobre otros temas me konfunde, lo siento mucho).  http://www.facebook.com/kolera.sapiens

 

TAMBIEN KIERO AKLARAR  KE NO SOY PSIKÓLOGA,  lo kual sólo es una aklaración porke ya van muchos reviews e emails de personas ke me lo preguntan. Soy artista gráfika y plástika, también diseñadora, pero no psikóloga. Siento mucho si dí otra impresión, sólo leo muchos libros de psikología xD Lo siento. Aún así si alguien kiere konversar de esos temas konmigo, no tengo problema porke es uno de los tantos tópikos ke me gustan xD Lo siento mucho, no kise hacerlos pensar otra kosa.

Bueno eso, mucha cháchara subrayada. Nos vemos!

Bye bee.

Notas finales:

:)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).