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..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

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Notas del capitulo:

Lo subo hoy porke mañana moriré :) ENJOY IT!

Seis años: -Separados-

El niño que estaba frente a él daba miedo, no pudo más y tuvo que ocultarse. ¿Acaso por un segundo sus ojos parecieron ser rojos?, como inyectados por una sangre rabiosa, como reventados en ira… Naruto era muy pequeño, y su imaginación le traicionaba a diario, fue por eso que con mucho miedo se aventuró a atisbar fuera de su refugio, y lo que vio no era tan diferente a lo de la última vez: Un niño pálido, de pelo negro azulino que caía como lluvia torrencial a los lados de su rostro, le miraba con cara de querer asesinarlo en ése mismo instante y en frente de todos. Sus ojos esta vez eran negros (para el alivio del pequeño Naruto), pero no por eso eran menos temibles.

 —Él es mi hijo Sasuke, tiene seis años.

—¿Seis años?,  ¡realmente es muy alto!

—Mmm… sólo un poco, no es el más alto en su grado, ¿por qué lo dices Minato?

—Es que Naru-chan también tiene seis años, ¡Y a duras penas su altura alcanza la nariz de Sasuke!

—No es que yo sea alto, ¡es que su hijo es un enano! —El pequeño Sasuke hablaba por primera vez, con un tono ofensivo y sin quitar la mirada hacia donde se encontraba Naruto. — Y además de enano es un cobarde, ¡Qué asco de persona!

—¡Sasuke! —Clamaron al unísono con enojo tanto Itachi como Mikoto.

Naruto sintió como su pecho se oprimía. Pudo percibir el dolor del rechazo alojarse entre sus costillas. Sus ojos azules se apretaron con fuerza y su manita buscó con desesperación el pantalón de su padre, para aferrarse a él como nunca. Minato, con una sonrisa serena adornándole el rostro, se acercó hasta Sasuke, inclinándose para quedar a su altura, aún con Naruto tras de sí.

—Hola, Sasuke-kun, me llamo Minato, un gusto en conocerte. —El hombre alzó su mano amistosamente, pero el pequeño jovencito enfrente de él no hizo más que mirarle con desdén y dirigir sus palabras llenas de odio en su contra.

—No voy a estrechar la mano del padre de un cobarde. Con su permiso. Un hombre que no es capaz de criar siquiera a un niño medianamente aceptable no es más que basura.

 ¿Basura?... ¡¿Basura?!... Podían a él llamarlo cobarde, enano, o con cualquier apodo concebible por la lengua humana…. Pero que llamaran basura a su padre… ¡eso no lo iba a permitir! Ese fue el pensamiento que cruzó por la mente del pequeño Naruto,  envenenando su flujo sanguíneo con una rabia incontenible. Él había tratado de mostrarse discreto, sin recurrir a su explosiva actitud habitual… pero todo había cambiado… ¡Naruto estaba fuera de control!, ya no podía más, necesitaba descargar toda la ira que sentía al ver menospreciado a su adorado progenitor, su único familiar, ¡su vida entera!

De súbito, el pequeño de cabellos áureos y ojos azules, se salió de su refugio, saltando sin previo aviso hasta el encuentro de frente con Sasuke, quién apenas se estaba dando vuelta para retirarse cuando una mano agarrando el cuello de su camiseta le estaba reteniendo. Los ojos de Sasuke bajaron un poco para encontrarse de frente con la electricidad del azul mirar de Naruto.

—No vuelvas… No vuelvas… a… —Naruto hablaba con dificultad en un principio, como tratando de no vomitar hiel entre cada oración; pero luego, de golpe salieron todas las palabras que tenía en el nudo de su garganta, las cuales, en un tono soez que sorprendió a todos los presentes menos a Minato, insultó a Sasuke con la fiereza y el talle de un pandillero de los peores yakuzas japoneses. — No vuelvas a…. a… a…. ¡No vuelvas a llamar “basura” a mi papá-‘ttebayo!, ¡¿me entiendes pedazo de mierda?!, ¡Si tu puta lengua vuelve a decir algo como esa mierda, te juro que te voy a cortar tu puto cuello y luego me orino en tu puta tumba-dattebayo!

Ni Mikoto ni Itachi daban crédito a lo que sus oídos escuchaban… ¿acaso ese niño tan lindo y tímido que habían conocido momentos antes… estaba siendo poseído por el espíritu de un peligroso delincuente  o algo así?

—Nee Naru-chan, déjalo, no tiene importancia, ven aquí bebé. —Un poco nervioso Minato trataba de apaciguar a su hijo, presintiendo que era como tapar el sol un dedo.

La ira de los ojos de Naruto no amainaba, pero un súbito escalofrío  hizo crujir hasta sus pensamientos. Era la mirada escura y asesina de Sasuke; eran nuevamente esos ojos que amenazaban con volverse rojos. Itachi Conocía muy bien a su hermano menor, asique pudo prever que éste no dejaría las cosas así como así después de haber sido insultado.

—¡Sasuke no! —Antes de que pudiese intervenir, el aludido ya había efectuado un golpe rápido y certero en la cara de Naruto, enviándole al piso en un santiamén. Como si fuese un gato, se agazapó sobre su víctima caída, con el puño aún en alto, dispuesto a propinarle un nuevo golpe… pero Naruto no temía del brío de su mano alzada… temía de la roja mirada, aquella que sólo él parecía ver…

Para su suerte, Itachi le salvó de la ferocidad de su pequeño hermano, levantándole en el acto.

—¡Sasuke, hijo! ¿Qué te pasa por la cabeza?, ¿por qué insultas y golpeas al hijo de Minato-san? Sabes que ellos vivirán de ahora en adelante con nosotros, debes ser amable… o por lo menos siquiera tratar de entender que… —Mikoto tragó saliva antes de proseguir. Estaba nerviosa. ¿Cómo no estarlo?, antes de que su esposo la dejara Sasuke era un niño muy normal, pero desde que él se fue para cambiarla por otra mujer, Sasuke siempre tuvo la sensación de que fue culpa de su madre que su  adorado padre los abandonara, es por eso que jamás pudo evitar sentir rencor hacia ella. Ni Mikoto ni Itachi quisieron jamás decirle la verdad por temor a que su única imagen paterna se hiciera añicos.

Mikoto le hablaba a Sasuke pero este no respondía; el pequeño sólo se limitaba a mirar hacia donde se encontraba su víctima. Sus ojos miraban con odio como su padre levantaba a Naruto, sacudía mimosamente sus ropas y con cariño le hablaba acerca de templanza y paciencia.

La pequeña mente de Sasuke hervía en envidia.  ¿Por qué ese enano tonto podía recibir tal afecto de su padre?; si su padre aún estuviera ahí, quizás también le consolaría de esa forma, sin embargo… en el tiempo en que vivía con él… jamás le reconfortó después de una caída o lo trató con tal cariño… no, su padre era de los hombres quienes enseñaban a sus hijos a levantarse solos y ellos mismos curar sus heridas… Bueno, quizás por eso él ahora era un niño fuerte y no un enano cobarde con cara de zorro como el chiquillo que estaba frente a él.

El orden de sus pensamientos erráticos fue interceptado por  un pequeño detalle, un pequeño destello, la insignificancia de la belleza repentina… los ojos de aquél “enano cobarde” le apuntaban… ¿Era posible que los ojos de un niño japonés fueran tan azules? “Su cabeza debe estar realmente hueca, para tener esa mirada tan transparente”. Una conclusión un poco cruel, pero era lo único que podía pasar por su cabeza al recibir de lleno el impacto de esa mirada inocente, sin rencor, tan pura que bordeaba la más azul de las estupideces.

El contacto visual que se dirigieron ambos duró sólo unos instantes. La cabeza de Naruto debitaba sobre la razón de ese lapso de gracia. Ninguno de los dos supo descifrar la mirada contraria; pero en el mundo de los niños las cosas no suelen necesitar explicación coherente más que el acontecer mismo.

Un hecho asombroso se desarrolló en la voluntad del pequeño rubio. Él no poseía las asperezas del orgullo en sus rojizas entrañas, él era más bien de quienes se olvidan de todo oprobio para dar paso a la amistad. Sus emociones eran simples y básicas, y su cabeza no tenía espacio para sentimientos complejos como lo son las antipatías y otras cosas que requieran memoria.

−Nee Sasuke-chan− Naruto, ante la sorpresa de todos y hasta de su propio padre, se acercaba a Sasuke con una mano extendida en signo de reconciliación. −Lo siento mucho. ¿Seamos camaradas*-dattebayo?

−… −¿Por qué ese niño era capaz de decir tales palabras con una sonrisa tan sinceramente boba?, ¿acaso no advertía la situación?... Sasuke no tenía nada en contra de él y su padre, ¡pero ellos jamás serían hermanos y ese hombre frente a él jamás reemplazaría a su papá! −¿Camaradas?, ¿acaso eres tonto? Trata de no hablarme… idiota.

−¡Sasuke!

Ni los regaños de su madre ni las amenazas de Itachi pudieron detener el camino de Sasuke hacia su habitación. Se encerró ahí  a jugar con un video juego portátil a esperar la hora de la cena. Sabía a la perfección que Naruto debía desempacar sus cosas y ordenar su lado de la habitación. Ya le daba bastante rabia ver a su lado esa cama nueva que habían traído hace un par de días.

Unas horas más tarde Itachi y Naruto subieron hasta la habitación y el mayor le ayudó al pequeño a poner todo en el lugar indicado. Sasuke se quedó jugando en la cama del al lado ignorándoles como si fuesen parte del decorado. Una que otra vez Itachi le dirigió la palabra para que se dignara siquiera a decir “hola”, pero sus esfuerzos eran en vano.

A la hora de la cena toda aquella indiferencia por parte del pequeño de ojos negros se repitió. Todos conversaban amenamente menos él, quien se limitó a comer y a ignorar toda palabra que proviniera de los demás. Naruto por su parte decidió no hacerle caso alguno, aconsejado por Itachi, y se preguntaba por qué debía dormir en la misma habitación que él. Deseaba con todas sus fuerzas compartir la habitación con Itachi en vez de con el huraño de Sasuke.

Al termino de la cena, Sasuke se levantó y se fue a encerrar nuevamente a su habitación. Para cuando Naruto subió a acostarse, su odioso compañero de habitación ya estaba durmiendo… “supuestamente”. En realidad se hacía el dormido. Pudo escuchar como Minato puso la pijama a su hijo mientras le hablaba sobre lo mucho que lo amaba… ¡Qué aborrecibles eran! Y para coronar su profundo desprecio hacia aquél enano, luego de un rato llegó su propia madre, Mikoto, a despedirse de él, ¡dándole un beso de buenas noches!, ¡esos besos eran suyos!... malditos… Pretendió seguir durmiendo para cuando, luego de desearle buenas noches a Naruto, Mikoto fue hacia Sasuke para besarle a él también. “Buenas noches, mi bebito”. Le susurró en el oído y abandonó un ósculo entre sus cabellos, pero Sasuke no mostró reacción alguna… prefería que le creyeran dormido que poner en evidencia todo el odio que sentía en ese instante.

Minato se despidió de su hijo, y luego se dirigió hacia Sasuke con naturalidad para repetir la acción de Mikoto… pero ella lo detuvo en el camino; con la cabeza ella negó silenciosamente. Minato sólo sonrió serenamente y con una dulce voz apenas perceptible por los oídos del menor susurró “Buenas noches Sasuke”

Qué hombre tan odioso…

Continuará...

*Naruto se refiere (de forma un poco desubicada) al término “Nakama”,  muy usado por pandilleros japoneses para referirse a sus pares, ya que expresa compañerismo;  no como “tomodashi”, que implica una amistad más común.

//////Eeeeh! gente! estoy participando en el festival sasunaru kon astoria :) kon el fik kyubi (el kual estaba maravillosamente respaldado en la kuenta de astoria de ff.net, asike alguien pudo nominarlo y eos em hace feliz :D well. that's all, si kieren pueden darle like, sólo si han leído y realmente les gusta el fik, porke no kiero trampillas :D well, eso es todo, bye beee\

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Notas finales:

bye bee :)


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