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..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

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Notas del capitulo:

ULTIMO CAP DE LOS 16 AÑOS! un kap donde todo kambia una vez y luego vuelve a kambiar ;)

Dieciséis años: .-Camas-.

—¡Dobe suéltame!, ¡me duele! —El aludido no hizo caso alguno. Su mano apretó más aún el brazo de Sasuke, arrastrándolo por el atardecer que inundaba los vacíos pasillos de la escuela—. ¡He dicho que me sueltes!

—¡No!

Se limitó a decir el menor mientras lo empujaba hasta el gimnasio de la escuela. “¿El gimnasio?” pensó Sasuke al ver hacia dónde se dirigían. Un presentimiento le recorrió la espina y trató de oponerse más aún a su hermanito, pero ya no era tan sencillo como antes: Ese escuálido niño bajito que alguna vez fue Naruto, ahora era un joven fuerte y hábil. Se creyó entonces vencido y decidió simplemente dejarse arrastrar a su destino. Sabía muy bien que lo que había hecho estuvo mal. Esperen… ¿Estuvo mal realmente? Sasuke no había hecho nada malo técnicamente. Había sido rechazado la noche anterior, estaba en pleno derecho de meterse con quien quisiera, o al menos ese era su pensamiento.

Al entrar al edificio del gimnasio, Naruto se alegró vagamente de que sus predicciones hayan sido correctas y que para esa hora, el gimnasio estuviese totalmente vacío. Cruzaron la cancha entera, con sus pasos secos rechinando en el limpio piso del lugar. Naruto tiró a Sasuke contra una pared cercana a un lado de la puerta que lleva al pequeño y oscuro almacén donde se encuentran los balones y colchonetas de gimnasia en desuso. El menor sacó una llave de su pantalón y abrió dicha puerta. A Sasuke no le sorprendió ya que Naruto, con tal de saltarse clases, parecía tener las llaves maestras de toda la maldita escuela. Sin más, Naruto empujó a Sasuke dentro del almacén con mucha agresividad, haciendo que este callera al piso.

—¡¿Qué mierda pasa contigo, imbécil?!

Sasuke no era de las personas que toleraban ser tratados así por mucho tiempo, y planeaba contraatacar, pero decidió quedarse en el piso cuando vio la expresión seria de su hermano. Sintió su sangre congelarse al ver que los ojos de su hermanito ya no eran los mismos, parecían de un marrón brillante anaranjado, con unas pupilas felinas en medio. Era sólo una ilusión. Una ilusión que era digna de temer y creer.

El rubio cerró la puerta tras de sí, volviendo a echarle llave con parsimonia. Algo le dijo a Sasuke que estaba en completo peligro y debía salir de ahí como pudiese, ¿pero qué le pasaba?, ¿desde cuándo temía de las acciones de su querido hermano menor? No, ese joven que ahora lo miraba desde arriba con ojos hirientes y semblante adulto no era su adorado hermanito. Era un monstruo.

—¿Q-qué vas a hacer?

—Pregúntate qué hiciste tú.

—No he hecho nada malo.

—Si te gustaba Gaara, ¿por qué ayer me dijiste todas esas cosas?, ¡¿por qué mierda ayer me abrazabas y me besabas en el armario de esa forma?! ¡¿Por qué mierda me hiciste sentir tan culpable de haberte rechazado-dattebayo?!

—¡Dijiste que preferías que estuviera con Gaara!

—¡No así de rápido-dattebayo!, ¡¿cómo mierda querías que creyera en tus sentimientos si es que así de fácil te metes con él?! ¡Maldito!


Sin más Naruto se echó sobre él y le golpeó, con lágrimas saliendo de sus ojos. Sasuke contraatacó de inmediato tratando de quitarse a Naruto de encima golpeándole en las costillas. El afectado retrocedió de dolor y Sasuke tuvo la oportunidad de escabullirse rápidamente, pero Naruto reaccionó con la misma rapidez y le agarró del talón, haciendo que en su intento de ponerse de pie, resbalara y cayera de lleno nuevamente en el piso. El rubio no iba dejar que Sasuke se escapara, ¡simplemente no! Se agazapó nuevamente sobre Sasuke, aprisionándolo completamente con el peso de su cuerpo.

—¡Suéltame!

—¡No! ¡Me mentiste-dattebayo!

—¡¿Por qué mierda te importa tanto esto si se supone que somos sólo hermanos?!

—¡Porque no importa “qué” seamos! —Naruto dio vuelta a Sasuke sin salirse de encima de él y se inclinó sobre su cara para besarle salvajemente y luego mirarle con esa mirada que hizo a Sasuke querer fallecer en ese mismo instante—. ¡Lo que importa es que eres “mío”-dattebayo!

Naruto, impulsado de una rabia incontenible, se abalanzó sobre el cuello de Sasuke y lo mordió. Sasuke estaba en estado de pánico. El miedo se apoderó de él cuando las manos iracundas de Naruto empezaron a  despojarlo de sus ropas sin detenerse siquiera para analizar lo que estaban formando sus acciones. Arañazos, golpes, gritos, insultos, nada parecía suficientes para que Naruto se detuviera. El frenesí de sus manos lo llevaron a tocar todo lo que tenía por tocar del cuerpo de Sasuke, asimismo, su boca posesiva estaba sedienta de dejar en esa piel tan lisa y pulcra su rastro de pertenencia. Un doloroso rastro de pertenencia, por demás. Sasuke era suyo, de nadie más, suyo. Simplemente no podía dejarlo. No quería dejarlo.

 

Una parte de Naruto se cuestionaba su actuar, ya que él mismo empujó al mayor a los brazos de Gaara, pero otra parte le decía que esto era lo que ambos deseaban de alguna manera, y que si detenía ahora, pasaría lo de siempre y volverían al lastimoso estado de ser simplemente “hermanos”. No, no quería eso. ¿Cómo no se dio cuenta antes? Él nunca quiso ser simplemente el hermano de Sasuke; por eso jamás había querido que Minato adoptara a sus hermanos, por eso era feliz con su hermano celoso y distante de las demás personas. Él quería que su hermano fuese suyo en todos los sentidos de la palabra. ¡Ahora!, ¡lo necesitaba!, ¡necesitaba a Sasuke! Sabía por demás que todo esto producto de algo que había retenido por mucho tiempo. Esto ya no tenía que ver con Gaara ni con nadie. Esto era sólo por cumpla de él y de nadie más. Por negarse a aceptar los sentimientos de su hermano, por sentarse a jugar con ellos a ver si algún día simplemente se desvanecían, como un gato que juega con un insecto hasta darle la muerte.  Ahora entendía las palabras de Kakashi hace un par de años, cuando él supo todo lo que él estaba haciendo provocando a su hermano. Naruto no estaba simplemente jugando con los sentimientos de Sasuke…no… también estuvo jugando con los suyos propios todo este tiempo. Haciéndose daño, pretendiendo que esos sentimientos eran unilaterales, que sólo Sasuke esgrimía tal suplicio de amar sin ser amado. No. Eso no era así. Tarde Naruto se percató de  lo muy hondos que eran sus deseos hacia su nii-chan. Ahora sólo le quedaban dos opciones: entregarse al masoquismo de no dejar aflorar tales sentimientos… o simplemente hacer lo que cada célula de sus cuerpos les han vociferado todos estos años.

Naruto ya no podía pensar en nada más. Con sus pensamientos en modo de apagado, sus sentimientos eran cada vez más profundos, como si por el circulara veneno caliente, hirviendo, quemando todo y sólo encontrando alivio en el frío seno de su hermano mayor. Quería que él apagara este incendio. ¡Sasuke, me estoy quemando vivo!, clamaba su proxémica. Necesitaba ayuda. Necesitaba a su hermano. Tan perturbador era su propio actuar, que no se percató de las amargas réplicas de su víctima. Se detuvo. ¿Qué era eso? se halló entre las piernas de su hermano. Sosteniendo ambas a cada lado de sus caderas. Su hermano estaba completamente desnudo, con la espalda apoyada en el duro suelo, sudando y con la memoria de los dientes de Naruto sonrojándole pequeñas áreas de todo su cuerpo. Naruto se notó a sí mismo agitado, con todo el cuerpo de su hermano clamando ayuda y vencido frente así, con los brazos sobre los ojos ocultando un amargo llanto. Recién ahora Naruto entendía la situación, hasta dónde había llegado y lo que había estado a punto de hacer.

Debajo de los pantalones del menor, desbrochados quizás por acción del roce o porque él mismo quitara el botón (no lo tenía claro) pero aún en su lugar, se encontraba oculta su masculinidad rebosante en deseo y siendo estimulada por la cercanía de las caderas de su hermano, obviamente contra de la voluntad del agitado pelinegro. ¿Cómo había llegado a ese extremo? ¿Cuándo pasó todo esto?... su hermano mayor… estaba llorando. “Detente Naruto. Así no, por favor, así no”… ¿Cómo mierda había llegado a esto?... no… ¡no!, ¡esto debía ser una pesadilla! ¿qué mierda iba a hacer con su hermano?, ¡su adorado hermano!

—Nii-chan… —El aludido quitaba los brazos de encima de sus ojos y ahora podían verse ambos reflejados en sus lágrimas. Sí, ahora Naruto también lloraba. ¿Cómo podía haber hecho tanto daño?, ¿cómo ambos se condujeron a estos territorios en que ambos eran ciegos?

—Naruto… —Sasuke se incorporaba débil, hasta quedar sentado bajo Naruto, frente a su rostro morenito lleno de lágrimas—. No llores.

—Nii-chan… yo… lo siento tanto. Yo… yo… en verdad yo… yo… yo… ¡te amo-dattebayo! —Naruto no pudo contenerse y abrazó a Sasuke. Este le devolvió el abrazo y ahora sonreía mientras lloraba también. Ambos habían perdido la guerra.

—Je je, Dobe. Eres realmente un dobe. Yo te amo desde que tengo recuerdo.

—Perdóname Sasu-nii… simplemente enloquecí al verte con Gaara y…

—No tienes que explicarlo —Interrumpió el mayor—. Si te hubiese visto en esa misma situación yo… ni siquiera me hubiese detenido ahora como lo has hecho tú.

—Nii-chan… yo… yo de verdad… yo de verdad te amo, y esto me está matando. No quise hacerte todo esto, pero ya no aguanto más, no quiero seguir así, ¡me duele! Sé que amarte está mal, sé que amarnos está mal, pero retenernos… está más mal aún.

—Creo… que por fin estamos hablando el mismo idioma, dobe. Después de todos estos años… yo  —Sasuke se separó ligeramente de Naruto para tomarlo desde ambos hombros y mirarlo a los ojos de forma directa, enarbolando desde su corazón la más bella de las sonrisas jamás proyectada en su menuda boca. Una sonrisa que mostraba todo los dientes, extaciante, más propia de alguien risueño como Naruto que él mismo. Sasuke le entregaba por primera vez, en aquella lastimera situación, la sonrisa más sincera y pura alguna vez gesticulada—… yo… ¡me siento tan feliz-dattebayo!

Naruto no se echó a reír con todas sus ganas al escuchar a Sasuke imitarlo. Ambos rieron un rato hasta quedar en completo silencio, uno frente al otro, mirándose con una sonrisa de alivio. Naruto se sacó la chaqueta del equipo de basketball y se la puso en los hombros a Sasuke, este le agradeció con un tierno beso.

—No tienes idea cuánto te amo-dattebayo.

—Créeme, después de este violento ataque de celos, puedo hacerme un idea. Je, je.

—De verdad lo siento mucho —Naruto devió la mirada al piso, pero Sasuke le levantó desde el mentón ligeramente para llevar sus ojos a los suyos.

—Hey… no está tan mal. La verdad… hasta una parte de mí no quería que te detuvieras. Sólo quería que fuese… de otra forma. Si hay alguien con quien quiero hacer esto, es contigo, dobe.

—Nii-chan…

Naruto estaba sorprendido tales palabras tan sinceras. Sintió que logró atravesar el corazón frío de su hermano y ahora sólo le restaba amarlo en todos los sentidos del concepto “amor”. Ambos se besaron, esta vez sin fingir que era sólo un juego, como lo hacían desde hace un par de años, no, esta vez este juego ya no lo jugaban niños, sino hombres. Lentamente se abrazaron para iniciar un contacto más íntimo, más cariñoso y lleno del lenguaje amoroso que ahora sentían que podían entregarse libremente, sin restricciones.

“Te amo, te amo, te amo, te amo” pronunció Sasuke intercalando sus palabras con besos que depositó sobre todo el cuerpo de su hermanito mientras a este le dio la sensación de que su ropa estaba sobrando. El rubio se despojó de la camiseta de su equipo para darle todo el lienzo posible a Sasuke para que hiciera su arte amoroso. Ahora Sasuke era quien conquistaba a Naruto entre besos y pequeñas mordidas. Se besaron ahora con desesperación emocionada, ansiosos de borrar el pasado y darle un nuevo curso a lo que pudo haber sido una tragedia.

Sasuke empujó ligeramente a Naruto para que este recostara en el piso. Se sentó sobre él, ahora él comandaría la operación, pero estando de acuerdo en que él sería el primero en entregarse. Y así fue. Sasuke despojó al menor de sus pantalones y se rozó con la masculinidad del menor para calentarse un poco más.

—¿Estás seguro de esto, Sasu-nii? No tienes que hacerlo. Yo puedo ser el primero.

—Quiero enseñarte a tener lo pantalones para terminar lo que inicias.

—Qué buen hermano mayor-dattebayo. Siempre enseñándome cosas nuevas.

—Sí, soy el mejor hermano mayor del mundo.

Ambos rieron ante sus irónicas palabras. Ya nada importaba. Sasuke se inclinó sobre Naruto para recibir un beso de este. Luego llevó un par de dedos a la boca del menor, este los lamió entendiendo su uso y tratando de salivar lo más que pudo.

—¿Realmente estás seguro de esto-dattebayo? —Naruto observó como su hermano se preparaba a sí mismo.

—Estoy seguro de esto desde muchos años antes de esto, créeme. Por lo menos mi imaginación siempre estuvo segura de esto y más, asique cierra la boca.

Sí, definitivamente por más que el acto fuese en tal jerarquía, su hermano mayor jamás dejaría de ser autoritario, estaba en su esencia, asique sólo podía esperar a que Sasuke dominara la situación por completo.

Cuando Sasuke pareció estar listo, se encaramó sobre su hermanito y tomó con una mano su masculinidad para posicionarla la mejor posible. Los primeros intentos fueron dolorosos, pero ya Sasuke se había mostrado débil demasiadas veces en un solo día, asique no se permitiría demostrar su debilidad una vez más, su orgullo no lo soportaría, asique lo más estoico que pudo estar, se enfocó en realizar el acto como tal. Respiró profundamente y sin más, recibió la hombría de Naruto dentro de sí. El dolor era más que insoportable al inicio, pero Sasuke sabía disimular más que bien su propio dolor. Hasta estaba un poco acostumbrado a pretender que las cosas no le dolían como lo hacían.

—Está estrecho. —Dijo Naruto, cerrando los ojos con fuerza y sobrepasado por la vergonzosa situación.

—¡¿Y qué mierda esperas?! Es obvio que está estrecho, ¡soy un chico!

—Me gusta.—Confesó el menor con vergüenza.

—…Nadie te lo preguntó.

Sí, definitivamente ese era el Sasuke a quién tanto amaba. No podía negarlo, su actitud le resultaba tan perfecta para él. Esa tarde Sasuke se situó sobre Naruto, estimulándole con el movimiento repetitivo de sus caderas hasta que el cansancio le ganó. Aquello era tan extrañamente placentero que agotó todas sus energías al máximo. “Te amo” Exhalaba cada tanto Naruto, sucumbiendo ante tanto placer. El mayor se mecía sin gemir ni emitir mucho ruido a diferencia de los largos suspiros de Naruto, no, Sasuke disfrutaba lo que sentía y simplemente miraba, observaba, el rostro de la persona que más ha amado a lo largo de su existencia. Cuando ya estuvo demasiado agotado para seguir, le dio la orden a Naruto de continuar. Este le obedeció y ahora Sasuke se hallaba recostado y Naruto encima de él, ambos mirándose a los ojos. Ambos diciéndose por fin todo lo que sentían. Ambos más enamorados que nunca.


**********************************


Esa noche, al llegar a casa, con sigilo se amaron nuevamente, a pesar del cansancio, pero esta vez era Naruto quien tenía la urgencia de ser poseído por el mayor. De esa forma sellaron el pacto de pertenencia mutua. A partir de ese día ambos eran el uno del otro. Se amaban, eso estaba claro, pero ahora era casi un promesa tanto carnal como espiritual. Ya no eran niños jugando a un juego que no podían comprender. Eran amantes que se juraban amor eterno de esta forma.

Al día siguiente, pretendieron que nada había pasado, llegaron tarde a clase, pero sabe igual. Sentían una ligereza tan inmensa en sus corazones que ya daba igual todo. Durante la clase, Gaara recibió un papel en su pupitre con la horrorosa letra de Naruto en ella “Lamento lo de tu cara, te invito un ramen un día de estos a modo de disculpa”. El pelirrojo se extrañó demasiado, ¿acaso no estaba enojado por todo lo de ayer? Supuso que las cosas iban bien para ellos dos entonces, pero no podía creer que Naruto actuase como si él no hubiese obrado mal. Definitivamente el rubio era un completo enigma para él.

Durante la tarde, Naruto le informó a Gaara que había entendido ligeramente las razones para que él se metiera entre él y Sasuke, y se lo agradeció, ya que sin aquello nunca hubiese podido reaccionar de lo mal que estaba haciendo las cosas con su hermano. Por otro lado, Sasuke seguía enfadado con el pelirrojo. No aguantaba la idea de que ese mocoso les haya manipulado y jugado con ellos como si fuesen experimentos de conejillos de indias.

La vida de ambos hermanos siguió plásticamente normal. Nadie más que Gaara y Shikamaru notaron el cambio que hubo entre ellos dos. Naruto seguía esforzándose al máximo con el equipo de Basketball y Sasuke seguía siendo el pelmazo que no hablaba con nadie más que con su hermano y Sakura Haruno de tanto en tanto. Todo era parcialmente normal hasta que ambos llegaban a casa, en ese momento las cosas entre ellos se transformaban radicalmente. Aprovechaban cada segundo de aquella insignificante hora en que Itachi aún no llegaba a casa y podían estar solos. En esos momentos se amaban con locura y pasión, sin cuestionarse ya nada sobre reglas y prohibiciones.

Unas cuántas veces el deseo dio con ellos durante la noche, por esas ocasiones debían ser extremadamente sigilosos y no podían amarse a todas sus anchas. Siempre, quien haría el rol pasivo era quien manifestaba el primer contacto, asique si alguno de ellos se sentía en pie de tener sexo se escabullía a la cama del contrario y se colaba entre sus brazos dándole la espalda, sabiendo que el otro haría el resto del trabajo. Todos esos actos y detalles se conformaron en el cuidadoso perímetro de su vida diaria, aunque varias veces se lamentaban el tener que ocultar todas las expresiones de su vida sexual, en especial Naruto quién ahora parecía ser el más descaradamente romántico de los dos,  deseando a veces simplemente caminar de la mano de Sasuke, sin importarle donde estuviesen, pero como no caminaban de la mano desde que eran niños, eso hubiese sido motivo de sospecha. Siempre trataban de mantener la distancia el uno del otro estando en presencia de los demás miembros de la familia. Naruto trataba de pasar más tiempo con Itachi y Sasuke con sus padres. Era una manera de mantener el deseo a raya.

La vida de ambos había cambiado tanto en sólo un par de meses. Naruto se hizo muy amigo de Gaara, pero este prefería en todos los sentidos mantener una distancia muy grande, a veces hasta evadía al rubio. Shikamaru también se mostró distante con Naruto, pero de una forma más disimulada. Algo parecía estarle doliendo mucho a Shikamaru que cada vez era más notorio, como si ya no pudiese seguir mostrando esa calma y reflexiva indiferencia que tanto lo caracterizaba. No, ahora hasta se podría decir que estaba un poco alterado, lo cual era realmente estar fuera de sí, o al menos así lo notaron Chôji y sus amigos más cercanos. Sin embargo, Naruto no pudo prestarle mayor atención a esta situación, estaba muy ocupado con esta primavera que no parecía acabarse cada vez que miraba en las sombras oscuras de la mirada de su amado Sasuke.

—¿Qué helado quieres-dattebayo?

—Mmm… quiero de pistacho.

—Me lo imaginé.

—Espera, que aún no termino. Lo quiero bañado con chocolate y con chispas y todas esas estupideces que le puedan agregar.

—¡¿Qué?! ¡Pero si tú no comes esas cosas-dattebayo!

— ¿Y qué? Cuando eres tú quien paga debo aprovechar.

—¡Maldito teme!

Con su mueca de zorro enfadado, Naruto tuvo que pagar el maldito helado de Sasuke. Odiaba que Sasuke sacara ventaja de la situación cada vez que era Naruto quien tenía que invitar. Luego de salir de la heladería, ambos caminaron por el centro de la ciudad mirando las vitrinas. Habían ido a comprar zapatillas nuevas para Naruto ya que las antiguas las rompió en una práctica de basketball en que se excedió, para variar.

Los grandes edificios producían una agradable sombra, a pesar de que todo el mundo caminaba rápido, tan apurados como siempre está la gente en Tokio, los dos hermanos iban lentos y disfrutando del momento, tan sumergidos en su mundo que nadie más importaba. Esas paredes de cristal que los separaban de los demás cada vez eran más densas, más difíciles de romper. Ya no era un mundo frágil, no, ahora era toda una fortaleza transparente.  ¡Qué ganas tenían de tomarse de las manos! De besarse libremente, de decirle al mundo que de nada sirve tener los ojos abiertos si es que no han visto lo más bello de él: su amor.

Al llegar a casa ya estaban casi desesperados por quemarse con la llama de su pasión, sentían que nada importaba más que quererse. Tanto fue así, tanta locura y frenesí, que no se percataron que ese día Itachi estaba un poco enfermo, asique no pudo ir a la clínica que le tocaba para sus estudios de medicina. Itachi estaba en casa. Lo siguiente que pasó, para Naruto y Sasuke fue invisible. Demasiado cegados por la pasión de sus salvajes instintos, pero Itachi ese día tuvo que aprender a contenerse y a dominarse lo mayormente posible ante la cruel verdad. Al atisbar y comprobar los sonidos de amor en la habitación de sus amados hermanos menores, sintió que el alama se le escapaba del cuerpo. Contuvo el aliento y miró por una pequeña abertura de la puerta no cerrada totalmente. Su visión comprobó lo que sus otros sentidos le habían advertido. Con dolor cruzó rauda y silenciosamente el pasillo hasta llegar al baño, donde tuvo el impulso casi primario ante tanta impresión de vomitar. Esa misma noche, a la hora de la cena, Itachi manifestó su ferviente deseo de irse de casa.

—Los niños ya están grandes y necesitan espacio, será mejor que deje mi habitación a Naruto.  Yo me quedaré con Kakashi en su apartamento, ya hablé con él esta misma tarde y está de acuerdo.

—No necesitamos espacio, nii-san. Estamos acostumbrados a compartir habitación, no nos molesta.

—Sasuke —Itachi miró al mencionado con los ojos más fríos que jamás haya tenido. Una mirada grandilocuente, una mirada que decía “Lo sé todo”. Sasuke y Naruto empezaron a entender el punto del asunto y se miraron entre sí con algo de miedo—. De verdad creo que ustedes dos… deberían tomar algo de “distancia”.

Listo. Esa sola frase dejaba en claro que Itachi sabía todo lo que entre ellos dos ocurría. Tan poco les duró el paraíso a esos dos, que casi se estaban olvidando de amarse como lo estaban haciendo. Sabían que a partir de ese momento todo iba a cambiar.

—Itachi, por favor, no veo la necesidad de que te vayas —Habló Minato preocupado. Algo raro le pasaba a Itachi y tanto él como Mikoto estaban muy preocupados, pero la mujer sólo podía manifestar su preocupación apretando fuertemente la mano de su amado—. Hijo, te lo ruego, haznos el favor de mantenerte bajo nuestro techo al menos hasta que te hayas titulado. Por favor, los niños, Mikoto y yo, te necesitamos. Sé que te pido algo muy egoísta de nuestra parte, pero aún siento que podemos aprovechar el tiempo como familia. Aunque sea sólo un poco más. O al menos danos algo de tiempo para acostumbrarnos a la idea. Tú eres más que mi hijastro, mi amigo, y te llevarás un pedazo muy grande de mí si te vas así tan abruptamente. Déjame, por favor acostumbrarme ligeramente a tu ausencia. ¡Qué egoísta soy!, ¿verdad?

—No Minato-san, es sólo que… De verdad creo que Naruto y Sasuke necesitan su espacio.

—Nosotros estamos bien como estamos-dattebayo. —Pronunció el menor, escondiendo su nerviosismo bajo su cabello en su mirada descendente.

—Creo que Itachi-kun tiene razón, hijo. Desde hace tiempo que debimos haber pensado en que ya estaban demasiado grandes para dormir juntos. Pero la solución no es que Itachi se vaya… ¡Oh! ¡Ya lo sé! Desarmaré el cuarto que uso como oficina aquí en el primer piso y asunto arreglado. ¡Te mudas al lado de nuestra habitación, Naru-chan! ¿No te da gusto?

Tanto el aludido como Sasuke quedaron petrificados. Simplemente no podían creer que todo aquello estaba pasando. El pelinegro tuvo que morderse los labios, mientras el menor sólo pudo adoptar la pose más despistada que tenía en su repertorio y sonrió zorrunamente, como siempre, ocultando su verdadero sentir y finalmente asintiendo con una alegría artificial.

Lo predicho en esa cena se cumplió en el plazo de dos días. Dos días tortuosos para ambos jovencitos. Cuando Naruto ya había mudado completamente sus cosas a esa habitación a un lado de la de sus padres se sintió vacío al notar que su cama era muy grande para dormir en ella completamente solo. El tema del cambio de habitación les afectó tan profundamente, que Sasuke y él no hablaron mucho al respecto y cuando la primera noche lejos llegó, no se despidieron ni desearon buenas noches. No. Eso les partiría el corazón en mil pedazos. No lo podrían aguantar.

Una vez en la soledad de la noche, Sasuke sentía una opresión en su pecho que simplemente no lo dejaría dormir. Entre esas cuatro paredes se habían desarrollado tantas cosas, cosas que apenas podría recordar, sólo dejaba que su cerebro pensara y tratara de enumerar todas las veces que alguna vez vio a Naruto dormir a su lado y lamentarse de no poder ahora acariciarle. Se odió a sí mismo por tener tan mala memoria, tratando de buscar entre sus recuerdos aquella, la primera noche en que vio a Naruto despertarse a su lado.

Él llegó a mi vida… no lo recuerdo bien, sé que él si se acuerda. ¡Siempre se acuerda de todo! Anoche nos separaron. Todo es culpa de Itachi…  Hoy será nuestra primera noche separados… ¿tendrá miedo?”


Continuará…






AVISO: EL PRÓXIMO JUEVES NO HAY KAPÍTULO. El fik se retomará el jueves 9 de mayo. 

Notas finales:

Espero sus cometarios de odio con mucha esperanza :) Bye bee!


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