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..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

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Notas del capitulo:

Luz, cámara y acción ;)

Dieciocho años: .-Escena-.


“¡Papá!, ¡Sasuke está llorando dentro, déjame entrar!” Gritaba Itachi tratando de buscar desesperadamente algo a lo que subirse para poder alcanzar la perilla de la puerta. En esos segundos deseó con todas sus fuerzas ser adulto, para poder abrir la puerta y ayudar a su hermano, pero sabía que su deseo era imposible, asique como todo niño de seis años simplemente lloró ante la frustración de escuchar Sasuke llorar dentro de la casa por horas sin ser atendido. Sabía que su padre estaba dentro de la casa, pero era probable que estuviera ebrio, o simplemente no le interesase que su hijo de menos de un año se estuviese rompiendo la garganta entre gritos de hambre.

Con los pies en punta sobre un par de sus cuadernos que había llevado a clases y su mano estirada a todo lo que daba, casi desgarrándose los músculos de tal feroz esfuerzo, Itachi logró meter la llave en la gran puerta trasera de la casa, a sabiendas que la puerta principal tenía el pasador puesto por dentro y que el escalón de la puerta trasera estaba roto asique sólo los adultos podían abrirla. Aún así, contra todo pronóstico y luego de muchos intentos, pudo abrirla.

Al entrar en su casa los llantos de su hermano cesaron. Se detuvo unos segundos porque lo único que pudo ver al final del pasillo fue oscuridad “¡Sasuke!” gritó entre la oscuridad, pero no hubo respuesta. Maldijo el haber sido tan pequeño, maldijo no ser un adulto para poder ayudar a Sasuke y en su desesperación despedazó su garganta en un grito de dolor. Entonces despertó; ahora era el adulto de siempre durmiendo en el sillón de Kakashi. Miró la hora en su reloj y supo que ya era demasiado tarde para salir. Buscó su celular y llamó a la clínica avisando su retraso.

Odiaba tener ese sueño, pero cada vez era más frecuente, hace años ese sueño era sólo el recuerdo de algo que realmente ocurrió: el día que volvió de clases y Fugaku, en su ebriedad había cerrado la puerta de enfrente. Itachi siempre apresuraba sus pequeños pies para llegar lo antes posible a su hogar para atender a su hermanito, ya que su joven madre se rompía la espalda trabajando mientras el desgraciado de su padre se gastaba todos los ahorros en beber. Así era su vida, su responsabilidad siempre su hermanito menor, pero a él nunca le molestó. La llegada de Sasuke le significó una ruta que seguir, algo a qué proteger, antes se sentía tan solo. Ahora que Sasuke estaba ahí jamás volvería a sentir el vacío de su padre ausente y su madre ocupad; no más, ahora Sasuke sería su más preciado norte y cuidaría de él con todo el brío que sus seis añitos podían contener.

En la realidad, ése día logró entrar a su casa, pero cuando su hermanito ya estaba afónico de tanto llorar. Entró a la habitación del menor como llevado por una ráfaga de viento y le vio parado en su corral apenas sosteniéndose de las barras de madera con dificultad por el cansancio. “Sasuke ya estoy aquí, todo va a estar bien”. El pequeño Itachi abrazó a su hermanito y lloró junto a él, mientras caminaba hasta la cocina para darle leche, aunque estuviera fría daba igual, sólo quería saciar el hambre de Sasuke. Luego de eso escuchó los pasos de Fugaku acercarse. Era probable que quisiera obligarlo a revelarle donde su madre escondía más dinero para salir a emborracharse más aún, así que ese día corrió con su hermanito en brazos y se escondió entre los arbustos del jardín, hasta que su madre estuviera en casa.

Quizás Sasuke nunca recordaría tales episodios, que se extendieron precisamente hasta que Fugaku terminó por irse. Quizás era mejor sí, pensó. Llevando la resaca que acompaña a un mal sueño a cuestas, Itachi empezó a ordenar todo a su alrededor. No había que hacer demasiado, ya que para ese ser un departamento de soltero, estaba bastante ordenado. Kakashi no era precisamente pulcro, pero sí exageradamente organizado. Era obvio que lo era: si no tuviese un gran nivel de organización su vida de mil trabajos se iría por el drenaje.

Una vez que estuvo todo perfecto, Itachi dejó preparada una cena para cuando llegase a casa Kakashi. Quería dejarle una nota agradeciéndole todo lo que ha hecho por él. Fue hasta al espacio a un lado del futón del mayor, donde había un pequeño mueble en una esquina. Buscó lápiz y papel en uno de los cajones, pero no encontraba nada. Kakashi tenía una especie de colección de audífonos rotos dentro de los cajones. Realmente tenía una cantidad inmensa de pequeños papeles de avisos de empleos, cargadores de celulares antiguos, cajas de fósforos de diferentes bares y… De pronto Itachi, mientras sacaba las cajas de fósforos notó algo extraño. Las cajas correspondían a bares que él identificó y rápidamente encontró un patrón. No eran bares que él haya visitado, pero sí sabía de su existencia. Fijo su mirada en una cajetilla, buscó en las inscripciones del logo del bar alguna señal, algo que conformara sus sospechas hasta que la encontró: Todas las cajas correspondían a bares de meeting para homosexuales. Se extrañó, pero trató de pensar muy calmado y volviendo a poner las cajas en su lugar, desistiendo de dejar una nota y simplemente tomando sus cosas para irse. No quería seguir inmiscuyéndose en la vida privada de su amigo. La verdad había explicaciones más racionales para esas cajas: un trabajo de medio tiempo de Kakashi, como siempre, ya que para Itachi, a pesar de todas las bromas que Kakashi hacía respecto a su sexualidad, siempre lo arrastraba a conocer chicas y muchas veces lo vio llevarse mujeres a su casa.

 Decidió no darle más vueltas al tema dentro de su mente, aunque por otro lado todo tuviese una explicación perfectamente lógica, algo le decía que las cosas no estaban como deberían. Trató como pudo sacudir tales pensamientos de su cabeza para llegar a la clínica con la cabeza fría.


*****************************


—¡Qué alto estás Naruto! —Se maravilló Kakashi mientras el jovencito frente a él tiraba su bolso de gimnasia al piso por la impresión que le provocó la presencia de Kakashi, este último se preparó para recibir un golpe nuevamente, pero ahora por parte de Naruto.

 Vio como el rubio iniciaba movimiento rápido hacia él y cerró los ojos anticipándose al dolor, peor su sorpresa fue grande cuando lo que percibió su cuerpo no fue el frío y seco tacto de un golpe, sino el cálido contacto de un abrazo.

—Kakashi-nii…—El rubio escondía su rostro en el pecho del mayor. Realmente Naruto siempre fue un chico muy dulce, o al menos así pensaba Kakashi mientras recibía con todo amor el abrazo de parte del jovencito, sin embargo poco le duró la satisfacción, ya que repentinamente, Naruto se echó hacia atrás y le asestó un golpe rabioso en la boca del estómago—. ¡¿Cómo fuiste capaz de abandonarnos, desgraciado?!

—¡Ja! Sabía que la reacción de Naruto no iba a ser tan diferente de la mía, sólo que él es más lento para estas cosas. —Se jactó Sasuke.

—También me da gusto verte, Narutito. —Resopló Kakashi mientras se sobaba el estómago.

Esa tarde los tres conversaron un poco acerca del tema que los convocaba, sentados en aquél parque dónde alguna vez se sentaron Kakashi y Sasuke a conversar en ese lejano día en que se conocieron. Naruto, quien se había estado sintiendo muy solo últimamente, agradeció mudamente a Kakashi su presencia. Ambos jovencitos sintieron que un peso volaba desde su alma para no volver jamás al contarle en voz alta a Kakashi sobre su relación, y por extraño que les pareciese este no estaba ni remotamente sorprendido de los detalles y hasta se mostraba feliz respecto a cómo habían sucedido las cosas.

—Creo que esto en algún momento tenía que pasar, ¿no, Naruto? —El mayor le dedicó una mirada cómplice al aludido, este se llevó nervioso una mano a la nuca para sobársela. Sabía que Kakashi estaba sacándole en cara esa vez que le vio infraganti seduciendo a Sasuke simulando que tenía restos de café en la comisura de la boca para así justificar un beso—. Bueno, lo importante es que parecen estar felices juntos. Eso es lo más importante para mí.

—Para ti, y para nosotros, pero no para todos, al parecer —Declaró con tono amargo Sasuke.

—Si lo dices por Itachi, créeme que es precisamente porque quiere su felicidad que se pone así.

—¿Vas a defenderlo-dattebayo? ¡No tienes idea como nos ha hecho sufrir!

—¿Pero acaso ustedes no lo han hecho sufrir? Pónganse en su situación ¿Qué pasaría si alguno de ustedes fuera el hermano mayor de un par de niños a quienes han amado durante más de diez años y de pronto los vieran sexualmente juntos? ¿Creen que estarían felices? Este mundo es complejo, niños. Piensen un poco, se los digo yo porque mis zapatos tienen tachuelas dentro, y ustedes se están calzando los mismos que los míos. Sé que Itachi no lo ve sólo por el lado de que ustedes sean “hermanos” ya que eso no es tan cierto, es traumarte para él, pero con el tiempo podrá superarlo. ¿Saben lo terrible que puede llegar a ser el ser homosexual? ¿Y qué pasaría si se pelean y no quieren seguir siendo novios? ¿La familia se fragmentaría? Su posición es más compleja que ser simplemente homosexuales o ser simplemente hermanos. Es una lástima que estén viviendo esto siendo tan jóvenes, pero técnicamente yo he visto como esta situación se ha desarrollado de esta forma por muchos años hasta llegar a esto. No puedo decirles que no me lo esperaba, porque no es así. Sólo puedo decirles que reconsideren sus afectos y dense cuenta que esto no es sólo tema de ustedes, sino de toda su familia y deberían hablarlo con Mikoto-san y Minato. Si sus afectos del uno por el otro son reales y durarán, pues no dejen que nada ni nadie los separe. Pero si sólo es algo pasajero, o una obsesión —Esta última palabra pesó muy grande en los oídos de ambos chicos—, les recomiendo que no tiren por la borda esa hermosa familia que tanto trabajo les costó a sus padres constituir. Pregúntense si vale la pena fragmentar una familia y hacer sufrir así a su hermano por algo que quizás ni siquiera dure. Sé que estas palabras los desalientan, pero es mi responsabilidad decírselas como el adulto que soy. El “felices por siempre” no existe. Aún son muy jóvenes y han vivido muy poco como para tomar la decisión de prácticamente casarse, dejando todo atrás. Realmente quiero que sean felices, ya sea estando juntos… o separados.   

Los jovencitos quedaron helados. Ya estaban tomados de las manos, pero ahora lo hacían más fuertemente, temiendo que si se soltaban sus manos jamás volverían a encajar como en ese instante. Al descender el sol, se despidieron del mayor. Juntos caminaron hasta su casa mirando el cielo, uno al lado del otro, con miedo a ver en la pupila del contrario esa temida obsesión de la que les habló Kakashi.


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—¡Habló!, siento de nuevo su voz. —Naruto volteaba y entonces, al alzar la mirada, se encontraba con un andamio desnudo en donde se enmarcaba la frágil silueta de la joven Hinata Hyuuga.

—Romeo, ¡por qué eres tu romeo! ¿por qué no renuncias al nombre de tus padres?, y si careces de valor para tanto, entonces dime que me amas y dejaré de ser una Capuleto. —Para sorpresa de todos, la débil y tenue voz de Hinata, revoloteaba ahora con fuerza y gracia como una delicada mariposa llevada sutilmente por el viento.

—¿Qué debo hacer?

—¿Acaso no eres tú mi enemigo? Es el nombre de Montesco, deja tu nombre romeo y a cambio de tu nombre, que no es cosa esencial, toma mi alma por entero.

—Si de tu palabra me adueño, llámame entonces  tu amante.
—Naruto alzaba la mano hacia la joven con pasión en sus ojos.

—Te matarán si te encuentran aquí.

—Diosa mía, tus ojos son más homicidas que cualquier espada…

—¡Kya! —Gritaron a coro un grupo de jovencitas viendo el ensayo, interrumpiendo totalmente la escena.

—¡Ah! ¡Maldición! Chicas, por su culpa tendremos que hacerlo de nuevo-dattebayo. Traten de mantener la calma, Hinata-chan va a producir raíces arriba de ese andamio.

—Estoy bien… —Alcanzó a pronunciar la jovencita aludida, esta vez con su voz tenue acostumbrada.

—Da igual —Intervino Sakura, quien había terminado en el puesto de directora por cosas del destino, y ahora miraba al grupo de chicas que había interrumpido la escena con odio mientras se ponía de pie desde su silla bajo el escenario—. Tómense un descanso ambos, lo han hecho muy bien.

Naruto ayudó a su compañera a bajar del andamio y fueron juntos tras bambalinas a leer una vez más el guión. Ambos estaban siendo muy responsables con sus papeles. Sakura volvió a sentarse para analizar el libreto y los cuadros cuando sintió el peso de Sasuke caer fatigosamente en la silla de al lado.

—El dobe lo hace bien, ¿no crees?

—Sí, me sorprende que no diga “dattebayo” después de cada línea. Supongo que es gracias a ti, Sasuke.

—Algo así. Digamos que encontré una buena forma de aleccionarlo.

—¿Cómo? Ha mejorado bastante. Tiene buena entonación y buena impostación. Ha sido una semana provechosa.

—Mamá le regala todos los años en la fecha de su cumpleaños unos cien tickets para canjear ramen en su puesto favorito. Los saqué de su escondite y esta semana hemos practicado usándolos. Me pongo en la ventana y él en patio trasero. Ahí él lee sus líneas y yo las de Hinata. Por cada vez que él dice “Dattebayo” o no logro escuchar alguna de sus líneas desde la ventana, yo rompo uno de sus tickets de ramen.

—Eres… un sádico. —Apreció Sakura con una sonrisa nerviosa.

—Bien le hace practicar, ¿no? Además…—Sasuke se ponía de pie y metía sus manos en sus bolsillos para emprender la retirada— la escena del beso le sale espectacular. Sólo espero que no haga con Hyuuga en el escenario, lo que hace conmigo en los ensayos en mi cama.

—Demasiada información, idiota. Ve a ayudar en la maldita escenografía y desaparece.

—Como diga, señorita directora.

Sasuke se fue riendo de medio lado. Llegó tras bambalinas y se sentó en el piso a un lado de Gaara, quien parecía estar ocupado haciendo flores de papel maché.

—¿Estás bien con todo esto, Uchiha? —Preguntó el pelirrojo sin levantar la mirada.

—¿De qué hablas, mapache? Todo está bien por mí.

—En los últimos días te he sentido muy ansioso respecto a Naruto. Pensé que era por la obra y el beso que debe darle Naruto a Hyuuga.

—Nada me importa menos. Esa niñata es tan poca cosa que no me interesa.

—Para Naruto nadie es “poca cosa”.

Sasuke sabía que Gaara tenía razón, pero un tonto beso de obra escolar no era el mayor de sus problemas, y menos desde hace una semana, cuando Kakashi les habló sobre replantearse la relación que sostenían y Itachi no se ha vuelto a aparecer por la casa desde entonces. Minato dijo anoche que conversó con él cuando lo fue a ver a la clínica, pero dice que no cree que vuelva en un tiempo. Algo pasa con Itachi que esta vez es definitivo. También Minato dijo que Itachi no estaba viviendo con Kakashi, sino que dijo que un amigo de él que era paramédico de la clínica donde el pelinegro hace su práctica, le pidió que cuidara a sus mascotas y su casa mientras iba de vacaciones. Una vil excusa. Sasuke presentía lo que había pasado. “Algo” había ocurrido entre Kakashi e Itachi, y se moría de ganas de ver a Kakashi y preguntarle, pero no tenía su dirección ni su número. Se sentía impotente. Hoy, al salir de la escuela miraría a todos lados si es que por casualidad Kakashi aparecía. Por ahora, sólo debía preocuparse por hacer de su relación con Naruto algo de lo cual ninguno de los pudiese dudar.


**********************************


—¿Te vas a quedar ahí mirándome como si vieses a través de mí toda la tarde?, mamá ya está por llegar.

—¡Lo siento-dattebayo! —Naruto se levantaba de la cama de un salto, pero al segundo sintió el punzante dolor en su retaguardia y decidió volver a la cama—. Cinco minutitos más.

—Ayer tú fuiste igual de rudo conmigo, así que hoy no te quejes, hermanito, o no conmigo al menos. Karma: él recibirá tus quejas.

—¿Quién es Karma-dattebayo?

—El tipo con quien te engaño.

—¡¿Me engañas?! —Naruto se trepaba sobre Sasuke, quien se encontraba sobre la cama disfrutando de los minutos que le quedaban de ver su amado con su piel denuda—. ¿Cómo te atreves a engañarme, teme?

—Tú me engañas con el ramen, el basketball y últimamente con el teatro y yo no te reprocho.

—¡Yo tengo derecho a engañarte, tú no a mí-dattebayo! —Bromeó Naruto pretendiendo estar enfadado, tomando de ambos brazos a Sasuke acorralándolo contra la cama.

—¡Oh, qué justo se escucha eso! Y dime, mi amado dobe, ¿qué vas a hacer al respecto?

—Darte razones… —Naruto se inclinaba sobre Sasuke lentamente mientras hablaba— para que no vuelvas a engañarme-dattebayo.

Culminó la frase con un apasionado beso. Ambos jovencitos cerraron los ojos y se envolvieron entre sí en los lazos del amor.

—¿Alcanzamos a hacer una segunda ronda corta? —Susurró Sasuke al oído de su hermanito mientras este restregaba su cuerpo entero sobre el del mayor de forma rítmica, acompañando tal movimiento con un enjambre de besos que amenazaban con devorarse el cuello de Sasuke.

—Siempre dices que será corta y dura una eternidad. Nos van a descubrir-dattebayo.

“Descubrir”, pensó Sasuke mientras su hermanito seguía con sus infinitos mimos, pero algo estaba mal. “Descubrir” se repitió. Algo emergió de sus ideas confusas, un sentimiento invadió su percepción y ahora sintió que algo estaba muy claro en su vida, y ya no podía esperar más. Mientras pensaba todo eso, ambos se sobresaltaron por instinto al escuchar el auto de Mikoto entrar a la cochera.

—Vístete, rápido-dattebayo. —Le ordenó en un susurro Naruto mientras se ponía de pie para poder vestirse, pero de pronto, la mano de Sasuke sobre su brazo lo detuvo.

—Es la hora —Le dijo, mirándolo con vehemencia. Esos ojos eran grandilocuentes, y dejaban en claro sobre a qué “hora” se refería.

—Sasuke, estás diciendo que…

—Estoy diciendo que te amo, y quiero que ella y papá lo sepan

Naruto calló, mientras sentía el calor de la mano de nii-chan sobre su brazo. ¿Estaba bien todo eso? Su madre entró a la casa. “Niños, estoy en casa” se escuchó la dulce voz de Mikoto en el primer piso. “¡Bienvenida!, ¡enseguida bajamos!” Gritaron los dos jovencitos al unísono. Naruto volvió a dirigirle la mirada a Sasuke, vio la roja complexión de una determinación incandescente ardiendo en los ojos de su hermano. Se asustó pero no lo demostró. “La mirada roja”, pensó petrificado, ahora esa mirada inyectada de sangre era más real que nada en esta tierra.

—¿Me amas? —Cuestionó el pelinegro. Naruto pareció entender el ardor que consumía a Sasuke en esos segundos. Ahora todo estaba claro para él también.

—Más que nada en este mundo-dattebayo. Y también quiero que ellos lo sepan.

Era suficiente, por fin, luego de intensos momentos de seriedad, Naruto abría su típica sonrisa zorruna, aquella por la que Sasuke daría su vida entera. Ese era el Naruto de siempre. El Naruto que amaba.

Se vistieron con calma, besándose de tanto en tanto como dándose ánimos para seguir adelante con el plan. Decidieron Hablar del asunto en la hora de la cena. Con nerviosismo bajaron las escaleras y ayudaron a Mikoto con la cena con la mayor cotidianeidad posible. Cuando llegó Minato, los corazones de ambos estaban vueltos locos, pero resistieron con estoicismo aquél hilarante deseo de salir corriendo. Para cuando llegó el momento, los platos estaban vacíos sobre la mesa, momento en que sus padres suelen cuestionarles sobre los asuntos escolares, esa era la oportunidad indicada. El momento preciso. Sasuke inició el tema, tomando de la mano por debajo de la mesa a Naruto, como una especie de mensaje subterráneo “estamos juntos en esto”.

—Mamá, papá, Naruto y yo debemos decirles algo…


Continuará…




(En cursiva: Fragmentos traducidos de la adpatación dramática de la obra "The Tragical History of Romeus and Juliet" de William Shakespeare de 1562).

PRÓXIMO KAPÍTULO ES UN KAPÍTULO DOBLE KE SE ESTRENARÁ EL JUEVES 30 DE MAYO Y TENDRÁ SEGUNDA PARTE EL SÁBADO 1 DE JUNIO :) NO SE LO PIERDAN!!!!! MUCHAS GRACIAS POR LOS REVIEWS, HE DECIDIDO HACER EL KAPÍTULO DOBLE POR TODOS ESOS AMABLES KOMENTARIOS, SE LO HAN GANADO <3 BYE BEE

Notas finales:

BYE BEE


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