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..::Creciendo Juntos::.. por SeptimaKolera

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Notas del capitulo:

gracias por todos los revs!!! he aquí una imagen de agradecimiento!!

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Dieciocho años: .-Drama-.

Parte 2


Estaba sentado a la orilla de la cama, Naruto se encontraba arrodillado atento a su entrepierna, haciendo una de sus actividades más valoradas en Sasuke. Este jugueteaba con el recodo que se genera entre su oreja y su mandíbula, acariciándole con mucho cariño. Su dobe era un verdadero profesional en la materia, le otorgaba suficiente estimulación como para dejarlo hacer cuanto quisiera más tarde. A veces le pateaba el orgullo tener que ser "el pasivo" de tanto en tanto, pero el discurso argumentativo que desplegaba Naruto en su entrepierna antes del acto principal era muy persuasivo. Tal placer que le entregaba, con tanta dedicación y profesionalismo, podía desbaratar el orgullo de cualquiera.

—Naruto, me voy a venir —Sasuke ya tenía cierta capacidad para manejar el placer, por eso podía decir aquello con toda tranquilidad. Para el menor aquello era molesto. A él le gustaba que él perdiera la razón—. Ya sácalo de tu boca.

El menor no respondió y siguió en lo suyo como si nada. Siempre hacía eso, Sasuke ya debería estar acostumbrado, nunca obedecía ninguna orden. Era realmente un alma dura de domar. Sasuke se resignó y se echó hacia atrás, descansando su espalda en la cama y poniendo sus brazos cruzados sobre sus ojos para ocultarlos. Cuando lo predicho se cumplió, Naruto tragó todo la semilla de Sasuke como si se tratase de un suculento elixir. Limpió con su lengua todo resto y luego se quedó descansando unos minutos mientras besaba el cansado falo de su amado. 

Cuando recuperó las fuerzas, decidió entrar en acción. Tomando desde las caderas a Sasuke, lo atrajo hacia sí, arrastrándolo ligeramente por la cama hasta posicionarlo en un ángulo apropiado. Se aseguró de que su objetivo estuviese bien lubricado, mientras Sasuke seguía con los brazos sobre la cara. 

—Sasuke, voy a entrar.

—Bien. 

Era suficiente autorización. Tomó su propia masculinidad erecta y la llevó hasta la entrada del mayor, lentamente entró, pero la experiencia había hecho de aquello algo cada vez menos doloroso y cada vez más placentero. 

Esa noche era como cualquier otra en su vida desde que habían logrado rentar ese pequeño departamento en Niigata, más específicamente en Seiro. Ya llevaban más de tres meses allí, así que la rutina les sentó de maravilla. Sasuke trabajaba en el aeropuerto, como decía él "acarreando estupideces", cubriendo de plástico las maletas de la gente y cosas así. La verdad el trabajo no le emocionaba, pero era bueno que cada vez que algún tonto cliente le dirigía la palabra,  él simplemente pretendía no hablar japonés. Santo remedio. 

Naruto, por su parte, trabajaba en las pescaderas de puerto, le gustaba bastante y tenía buenos compañeros de trabajo, además a veces le permitían llevarse pescados y mariscos a casa, cosa que a él simplemente lo cautivaba. Ganaba menos que Sasuke, pero la pasaba mejor en su trabajo. Aprendió a limpiar de espinas un pescado y también los diferentes tipos que se comercian. A veces de las redes salían todo tipo de cosas y eso a él le llamaba mucho la atención. En muchas ocasiones llegaba a casa con peces que ni él ni Sasuke tenían idea de que existían. No sabían cómo cocinarlos ni nada, ya que algunos hasta parecían ser mutantes, pero más de una vez resultaron ser deliciosos. Otros que lucían muy bien terminaban por ser un verdadero fracaso. Sólo se preocupaban de darle primero a alguno de los gatos que inundaban esos departamentos y observaban si no se  moría. Ambos sabían que habían ciertas criaturas del mar que eran más que venenosas.

Naruto  salía más  temprano del trabajo que el mayor, pero pretendía llegar a casa a la misma hora.  Todas las tardes se escabullía en las cercanías de su complejo de departamentos, donde se situaba una cancha,  y se ponía a hacer tiros libres con una pelota de basketball que compró a escondidas con parte de su primer sueldo. Esos eran momentos melancólicos. Recordaba a todos y cada uno en su equipo. En secreto mantenía también el pequeño recorte del periódico donde se anunciaba brevemente que su equipo había ganado las nacionales. De eso ya más de tres meses. Pensaba constantemente en todos sus compañeros de clases y como ya todos debiesen de estar graduados. Se preguntaba quién le había reemplazado en su papel de Romeo antes de la graduación. Imaginar que ellos se fueron un mes antes de terminar la escuela. Siempre que pensaba en aquello se deprimía un poco, por lo cual no se lo permitía a sí mismo más que un par de minutos al día. 

—¿Te cansaste ya, dobe?

—Sigue tú, por favor-dattebayo —Jadeaba el menor mientras se recostaba a un lado de la cama, Sasuke se posó sobre él para seguir con el trabajo pero no pudo—. ¿Qué pasa?

—¿Qué te pasa a ti?, tu pene no está bien erecto, no puedo volver a meterlo dentro. Ya es segunda vez esta semana, ¿estás bien?

—Sí, sólo estoy algo cansado-dattebayo. ¿Te molesta si lo dejamos hasta aquí?

—Claro que no me molesta, dobe. Sólo es que me preocupas. Eres tan idiota que creo que ni siquiera tú mismo sabes qué está mal contigo.

—Debe ser el cambio de aire, mi cuerpo aún se debe estar acostumbrando-dattebayo.

—¿Qué te hace pensar que me voy a tragar eso? Estás así desde antes que dejásemos Tokio. Antes me decías que era por el equipo y la obra de teatro y ahora me dices que es por el cambio de aire. No entiendo por qué me tomas como un idiota.

—Bueno, entonces yo tampoco sé que me pasa, ¿contento-'ttebayo? 

—No.

—Déjame dormir, ¿quieres?

—Haz lo que quieras.

Sasuke se levantó de la cama muy molesto y fue hasta la cocina a servirse un poco de café. Prendió la televisión y se quedó solo frente a ella hasta que se aburrió. Cuando volvió a la cama, Naruto dormía profundamente. "Quizás a ti mismo no te importe lo que te pasa, a mí sí, imbécil" susurró mientras besaba ligeramente los labios de su amado, para luego echarse a dormir dándole la espalda.

****************************************************

—¿Crees que este sea venenoso-dattebayo?

—Pregúntale a Kuro-chan.

—¡Kuro-chan! —Un gato negro se posó en la ventana—. Ven gatito, ¿quieres pescado? toma un poco.

—¿Lo comió?

—Como si nunca hubiese probado pescado en su vida. Se ve feliz.

—Esperemos hasta la hora de la cena, si Kuro sigue vivo, lo comemos. 

—Bien. ¡Adiós, Kuro-chan, nos vemos en la noche!

Ambos cerraban el departamento para dirigirse a sus respectivos trabajos. Siempre tomaban el tren juntos, donde solían conversar  muy cercanamente, gracias a la cercanía que les proveía el exceso de gente en el vagón. A pesar de que la noche anterior discutieron, siempre se levantaban como si no hubiese pasado nada. Las primeras veces que discutieron se dieron cuenta que podían tener tan crueles diferencias que ni discutiendo mil años lograrían entenderse, así que tomaron la infantil decisión de pretender que nada pasaba.

Como Sasuke entraba a trabajar más tarde, acompañaba a Naruto hasta el puerto y luego se dirigía a su trabajo. Se despedían siempre de la mano. Cada vez que alguien del trabajo del menor le preguntaba por ese chico que siempre venía a dejarlo, él contestaba "Mi compañero de piso", y cambiaba el tema rápidamente.

Esa mañana, al despedirse, Sasuke sintió una corazonada. Contempló a Naruto marcharse y saludar desde lejos a sus compañeros de trabajo, quienes siempre se alegraban de verlo, ya que era el menor de todo el puerto y le tenían bastante cariño. Algo le dijo que no se moviera de ese lugar. Algo le dijo que se quedara. Se lamentó de no tener tiempo de obedecer sus instintos, así que se retiró sin más. 


***********************************************************

—¿Podemos hablar? —Itachi miró a su interlocutor con desconfianza y pasó a un lado de él sin detenerse—. ¿Qué?, ¿qué hice para no merecer tu palabra, Itachi?

—Kakashi, tengo muchos más problemas que resolver, ¿entiendes?

—No. Si no me lo explicas jamás entenderé. Vamos, Itachi, pedí el día libre sólo por esto.

—Yo no te pedí que lo hicieras.

—Pero lo hice. Vamos, te invito un café.

—No.

—¡Está bien! —Gritó Kakashi para hacer a Itachi detenerse—. ¡Tú ganas!, ¡Me gustan los hombres! ¿Contento?

Itachi se sorprendió de tal declaración, pero ese no era ni el momento ni el lugar para ponerse a gritar cosas así. Ubicó con la mirada el auto de Kakashi y se dirigió a él dándole a entender que lo acompañaría. Este lo siguió y quitó la alarma al auto para que el menor pudiese entrar. Una vez que ya habían salido del estacionamiento de la universidad, Kakashi inició hablando.

—¿Dónde vamos?

—A la clínica donde trabajo. Tengo turno.

—Conduciré lento entonces, Itachi.

—Comienza a explicarte.

—No creo que haya mucho que explicar.

—¿Por qué nunca me dijiste que eras homosexual si es que siempre me dices que somos mejores amigos?

—Porque nunca me atreví a hacerlo.

—¿Los niños lo sabían?

—Poco antes de marcharse, sí. Aunque Sasuke lo sospechó desde el primer momento en que me vio.

—¡¿A ti se te ocurrió decirles que aquello estaba bien?!

—¿Está mal, acaso? —Itachi calló. Era cierto que él nunca consideró que la homosexualidad fuera mala, de hecho, nunca le importó. Pero desde hace dos años que todo se volvió color hormiga para él respecto a ese tema.

—No... —Admitió finalmente.

—Lo que pasó con los niños siempre me lo esperé, aunque nunca me imaginé que huirían de casa. Ya van más de tres meses en que no sabemos nada de ellos. Estoy tan preocupado como tú. 

—Mamá está enferma...

—¡¿Qué tiene Mikoto-san?!

—Nada. Depresión, supongo. Sus defensas están bajas, eso es todo lo que pude hallar. No sale de casa, dice que no quiere irse por si los niños volvieran, no encontraran la casa vacía. 

—...Eso... es realmente triste, Itachi, lo siento mucho.

—¿Qué te escribieron ellos en la carta que te pasó Minato-san?

—Que me querían. 

—¿No te dijeron nada, ni una pista sobre su paradero?

—No. Ni siquiera explicaron demasiado lo que les pasó por la cabeza al irse.

—Entiendo... ¿Sabes? En mi carta me pedían perdón, por no haber entendido lo mucho que todo esto me dolía. Me decían que lamentaban haber destruido a la familia, pero que ellos, aunque quisieran, jamás podrían volver a ser hermanos y se sentían muy mal por eso. Decían que si pudieran volver el tiempo atrás al punto en que se enamoraron, cambiarían el pasado para no amarse como lo hacen, no porque estuviesen arrepentidos de lo que sentían, sino porque les dolía en el alma hacernos este daño a todos quienes son importantes para ellos.

—Esas palabras son muy propias de ellos. ¿Cuál es tu principal preocupación respecto a que ellos se hayan marchado?

—Que no sepan lo muy arrepentido que estoy de haberlos juzgado... —Itachi miraba por la ventana mientras decía tales palabras, tratando de que su voz no revelara los pedazos rotos de su corazón—. Sé que Minato-san y Mamá están de acuerdo conmigo. Por evitar que la familia se destruyera terminó por destruirse más aún. No quiero que eso vuelva a pasar. Quisiera pedirles perdón.

—¿Eso implica que si ellos volvieran, aceptarían su amor?

—El problema es que no sabemos si eso es "amor".

—Lo es.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Para ustedes esto es nuevo, pero yo veo en sus ojos amor desde la primer vez que escuché a Sasuke pronunciar el nombre de "Naruto". Él fue el primero de los dos en caer. Me dio lástima que alguna vez Naruto no correspondiera dichos sentimientos, pensé que eso definitivamente separaría a Sasuke del resto de la familia, pero cuando me enteré que Naruto también estaba enamorado de Sasuke... no pude evitar sonreír con alivio.

—¿Por qué nunca me lo dijiste?

—Por miedo.

—¿A qué?

—A que te alejaras de ellos tal y como lo hiciste. Tal y como lo hiciste también cuando supiste que a mí también me gustan los hombres.

—Si me lo hubieses dicho desde un principio lo hubiese entendido. No me alejé de ti porque te gusten los hombres, me alejé de ti porque me sentí engañado. Me lo ocultaste. Quizás si los niños me hubiesen contado lo que sentían desde pequeños... yo... los hubiese apoyado. Me duele... me hacen creer que nunca fui tan importante en sus vidas como ellos lo son para mí.

—¿Odias... que te oculten las cosas? —Preguntaba el mayor al tiempo en que se estacionaba en el subterráneo de la clínica.

—Sí, especialmente cuando se trata de mis seres queridos.

—...Entonces, si yo te dijera algo que te he ocultado hace mucho tiempo, sería mejor que si te enteraras por tu cuenta?

—¿A qué quieres llegar, Kakashi? —Inquirió el menor mientras volteaba la cabeza hacia Kakashi.

—A que te he ocultado algo desde hace ya casi ocho años, y no creo que puedas perdonarme, pero esos niños me enseñaron que debo ser valiente y asumir las consecuencias de mis sentimientos aún así le hagan daño a las personas que amo. De verdad lo siento mucho Itachi, pero esto es más fuerte que yo.

Sin más, el mayor se lanzó en un beso hacia el menor. Este quedó tan impactado que no pudo reaccionar, lentamente vio como una lágrima rodaba por la mejilla de Kakashi. Era primera vez que lo veía llorar. Era cierto, esto lo tomaba por sorpresa, pero algo dentro de sí le había dicho todo este tiempo sobre este hecho. Dejó que Kakashi le besara por un rato, y cuando el vínculo perdió fuerza e ímpetu luego de unos minutos, se separó del mayor con parsimonia.  Kakashi le miró ya más calmado, pero aún con la incertidumbre de lo que acontecía dentro del joven, pero no hizo nada. El menor, lentamente, sin dirigirle la mirada, bajó del automóvil. Kakashi se quedó inmóvil, sintiendo que nunca más volvería a ver a su amado Itachi, pero ya estaba preparado psicológicamente para eso. Grande fue su sorpresa que antes de cerrar la puerta, el joven, aún si mirarle, le hablaba.

—¿Puedes venirme a recoger hoy? No quiero tener que pedírselo a Minato-san. ¿Vamos a tomar algo más tarde? Nos vemos aquí a las ocho. 

—S-sí... —Respondió el mayor apenas audible, incrédulo de las palabras de Itachi.

Poco después de iniciado su turno, Itachi revisó algunas de las derivaciones hospitalarias de otras regiones del país. Al ser un hospital grande de la gran ciudad, muchos enfermos de otros distritos eran derivados bajo su cuidado en busca de atención con otras posibilidades tecnológicas. Vio muchas listas, y hoy le tocaba la región de Niigata. Veía la lista de prioridades de cada hospital y él decidía si podía generar un cupo para esa persona para que fuese trasladada a Tokio. Del resto se encargaba la secretaria de la zonal. Empezó por los pacientes con cardiopatías y otros enfermos de gravedad. Por último revisó, aunque no era su deber, los enfermos ingresados durante la mañana de ese día. Cuando leyó aquél nombre en la lista no pudo creerlo. No era un nombre común, y cuando vio el nombre de quien ingresó al paciente casi se desmaya. Corrió hasta su escritorio y en su celular marcó rápidamente el número de Minato.

—Itachi-kun, buenos días, ¿Pasa algo?

—¡Los encontré!, ¡Minato!, ¡hay que darse prisa!. Esta mañana un joven fue ingresado por desmayo al Hospital de Shöhama en la 113 con la 17 a un lado de Kitankaba en Niigata, fue ingresado con el nombre de Naruto Namikaze y el receptor del parte hospitalario es Sasuke Uchiha. ¡Están en Niigata! ¡Hay que darnos prisa!


*****************************************************


Para cuando llegaron al hospital ya era de noche, y hasta temieron que ellos ya se hubiesen ido, pero grande fue su sorpresa al ver a Sasuke sentado en la sala de espera, con la cara metida entre las manos, sentado, apoyando los codos sobre las rodillas. Se quedaron inmóviles, él no los había visto. La primera en reaccionar y correr hasta Sasuke fue Mikoto, quien no se resistió más y de la nada lo abrazó. El menor quedó como hecho de piedra, sin poder creer lo que sus ojos veían. 

—¿Ma... mamá...?

—¡Estaba tan preocupada por ti, Sasuke!

—Mamá, ¿Qué haces aqu...? —Se interrumpió a sí mismo al levantar la mirada y topar con que a pocos metros se encontraban Minato e Itachi —. ¿Qué... Qué hacen todos ustedes aquí?

—Este hospital hace derivaciones a Tokyo. Vi el nombre de Naruto como ingresado en urgencias esta mañana. ¿Está él bien?

—...No lo sé —Sasuke se resignaba al abrazo de su madre y escondía su cara en el hombro de la mujer —. No me han dicho nada por horas. Hace un rato un enfermero me dijo que le iban a hacer un electrocardiograma, pero no me han dicho nada más.

De pronto sintió la presencia de alguien frente a él. Mikoto aflojó el abrazo, para que Sasuke pudiese levantar la mirada. Se topó con Minato con un semblante de molestia evidente, el menor se puso de pie para quedar frente a frente a él, pero no desafiante, sino más que arrepentido. Sabía que era su culpa que Naruto estuviese en esa situación. Naruto siempre ha sido y será su responsabilidad, ya sean hermanos, amantes, lo que sea. Él sabía que algo raro pasaba con él y lo ignoró sólo por no pelearse con él. Sólo por miedo a que entre las discusiones Naruto se cansara de él y terminaran... eso le hubiese dado la razón a su familia. Eso jamás se lo hubiese perdonado a sí mismo.

—¿Qué le ocurrió? —Preguntó serio Minato.

—No lo sé. Sus compañeros de trabajo me dijeron que poco después de haber embarcado se desmayó. Cayó al agua. Intentaron reanimarlo pero no pudieron. Yo aún estaba cerca, así que pude subir con él a la ambulancia. Los paramédicos me dijeron que tenía mucha fiebre pero no sabían la razón, y además debían sacarle todo el agua de adentro.

—¿Embarcado?

—Trabaja en una compañía pesquera en el puerto. No sale a pescar, pero recibe a los barcos y separa las redes. La verdad no sé mucho sobre su trabajo.

—¿A dónde ibas cuando esto le pasó a Naruto?. ¡¿Por qué no estabas a su lado?!

—Iba... hacia mi trabajo en el aeropuerto. —Sasuke se encogía de  hombros mientras apartaba la mirada. Itachi de pronto intervino.

—Minato-san, cálmese. Voy a ir a averiguar un par de cosas antes que...

—Tú no lo entiendes, Itachi-kun —Habló como conteniendo su rabia el mayor —. Así empezó todo con Kushina. Una mañana me llamaron al trabajo para decirme que se había desmayado, que no sabían qué tenía y cuando la pudieron diagnosticar ya era demasiado tarde. Todo... todo es horrorosamente igual... Ella... ella... realmente nunca me dijo lo que le pasaba... sufrió en silencio sólo por no preocuparme ni a mí ni a Naruto... ella...

Minato no pudo hablar más. Su voz se rompía mientras su esposa lo abrazaba. Sasuke cayó sobre la silla de la sala de espera impactado por la cruel verdad. Se agarró la cabeza con ambas manos y empezó a caer en desesperación ¿Cómo fue tan estúpido? Eso se preguntaba cuando sintió una mano sobre su hombro. 

—Eso no va a pasar. Si llegase a ser el mismo caso que su madre, al menos no perderemos el tiempo buscando un diagnóstico. Voy a hablar con los doctores, tranquilícense. Todo saldrá bien. 

Con esas palabras, Itachi desapareció por el pasillo. Ambos adultos se  sentaron uno a cada lado de Sasuke. Este seguía con sus manos aguantando su cabeza, con miedo en sus ojos. La mujer le rodeaba con un brazo la espalda. Al poco rato, Minato le empezó a acariciar la cabeza. Este levantó la mirada para confirmar que era la mano de Minato quien le estaba confortando. Al levantar los ojos, se topó con la sonrisa de Minato, aún con un semblante triste, pero le sonreía.

—Lo siento, hijo. Itachi tiene razón, todo va a estar bien, además... No sabes lo feliz que estoy de verte. 

Esas palabras fueron suficientes para que Sasuke se entregara al llanto y se lanzara al pecho de Minato de forma descontrolada.

—¡Perdóname, papá! ¡Perdóname!

—Tranquilo, hijo. Quienes deben pedir perdón, somos nosotros.

*************************************************


Cuando los dejaron pasar a la habitación de Naruto, Sasuke casi corrió a un lado de su cama. Naruto estaba dormido, más bien aún no salía del coma inducido. Itachi les informó que ya le habían sacado toda el agua de los pulmones, la cual no fue poca, y que ya le habían hecho pruebas de sangre, un scanner al cerebro y un electrocardiograma. Fueron las muestras de sangre las que evidenciaron el diagnóstico: sus defensas estaban bajas. Sus nutrientes no eran suficientes para el ritmo en que estaba creciendo, en conclusión, se desmayó porque está creciendo demasiado y se estaba alimentando muy mal. El ramen de pescado todos los días no le estaba ayudando y aparentemente llevaba mucho más de cinco meses durmiendo mal y pasando por situaciones muy estresantes. Descartaron la enfermedad de su madre mediante ciertas pruebas. Las cosas fueron muy simples: Se desmayó en el momento menos indicado, cayendo al agua. Sólo debía descansar más y comer más frutas y verduras. Sólo eso.

Cuando todos escucharon el diagnóstico no sabían si reír o enfadarse con Naruto, ¿todo aquello por no comer frutas y verduras? Bueno, tampoco podían desconocer que el menor había estado sometido a un estrés de locos los últimos meses, de lo cual eran culpables todos y cada uno de los presentes. Sasuke se sintió como un verdadero descuidado, por evitar pelear y nunca haberle insistido en comer verduras. 

Se acercó a la cama del menor y le tomó la mano. Lo miró con un amor que sólo puede ser visto a través de los ojos de quien ama por entero a una persona; así lo vieron los presentes, entendiendo que pasara lo que pasara, ellos dos se amaban el uno al otro más que a nada en el mundo.

Naruto despertó al día siguiente, pero no dijo nada, porque estaba un poco aturdido. Cayó dormido enseguida. Durmió todo el viaje a Tokyo. Cuando despertó estaba en su cama, y era Mikoto quien estaba de turno para cuidar de él. Al verla, a un lado de la cama, tarareando una canción con su dulce voz, no pudo creerlo. Estaba en su cama. Estaba con su familia. Estaba en su hogar. 

—Mamá... —Dijo mientras se incorporaba lentamente. 

—¡Naruto! —La mujer lo abrazaba. Él correspondía el abrazo y se ocultaba en el cuello de la mujer.

—Estoy en casa, mamá.


Continuará...

 

 

Notas finales:

GRACIAS!!!!!!!


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