Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En busca del remitente y atentamente tu admirador secreto por kenni love

[Reviews - 39]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

bueno, creo que publicare cada viernes, si puedo claro. tengo hasta el capitulo cuatro, pero me falta pasarlos a la computadora. como sea, espero que dsifruten de este capitulo aunque la verdad el capitulo que sigue se me hace muy tonto y mas cuando james se pone a pensar sobre cuando se cayo y cogio a snape, ya ustedes sabran a que me refiero cuando lo lean. dejen un r.r sobre que tengo que mejorar, no importa si son crueles, de todos modos ya estoy deprimida. de nuevo, espero que les guste y a leer se ha dicho ^^

El sol iluminaba los pasillos casi desiertos del castillo. Unos pasos sordos hacían eco en las escaleras de mármol. Lentamente, le bullicio se hiso presente.

-¡lunático!-  oyó como lo nombraban por su apodo. Se detuvo y suspiro. Un chico demasiado alto, con espalda ancha y cuerpo ligeramente fornido, de cabello largo hasta los hombros ondulado ligeramente  de color negro azabache, ojos grises penetrantes y una ligera sonrisa. Se acercaba corriendo hacia el blandiendo un papel en la mano.

-¿Qué pasa?

-ya lo tengo- respondió entre ligeros jadeos- todos los pasadizos secretos y como entrar a ellos. Hice un bosquejo. Mira- Remus tomo el pergamino doblado y le hecho una ojeada. Una ligera sonrisa apareció en su rostro.

-muy bien. Solo falta Peter y el mapa estará listo en un par de días-guardo el pergamino dentro de la túnica y siguió caminando. Sirius tomo su mochila, que se encontraba en el suelo, y lo siguió.

Se encontraban a unos pasos del Gran Comedor cuando un pequeño grupo de chicas salió de el. Remus se sintió ruborizar cuando una de las chicas del grupo se le acerco.

-hola Remus-lo saludo batiendo sus largas pestañas. Se trataba de Viktorique Harrinson, una chica de Ravenclaw que se le había declarado el día anterior. Sintió como Sirius se tensaba a su lado mientras el comenzaba a respirar con dificultad.

-hola…Viktorique- su voz sonó apagada. Remus era, sin necesidad de pensarlo dos veces, el mas sereno de sus amigos. Si se necesita encubrir a alguien o decir una mentira que sonara convincente, se podía contar con Remus. Siempre manteniendo la compostura. Siempre mientras no se tratara de chicas.

-Remus, vamos-Sirius lo tomo del hombro y lo empujo ligeramente para que siguiera caminando.

-hola Black- Viktorique miro intensamente a Sirius y Remus noto como este la miraba con desdén -¿te has levantado de malas esta mañana?- Sirius levanto una ceja. Remus miro a uno y después a otro. Como era bien sabido en Hogwarts , Sirius Black andaba de falda en falda. Todas las noches se acostaba con una chica y despertaba en la cama de otra. Muchas, o mejor dicho mas de la mitad del colegio, suspiraban por el. Solo había un pequeño grupo de chicas, de las cuales Remus solo conocía dos, que ignoraban e incluso molestaba la presencia de Sirius. Viktorique era una de ellas y eso se debía a que, el año pasado, Sirius se la quiso tirar también, pero Viktorique, fiel a sus sentimientos por Remus, lo detuvo; y no digamos que Black regresó a la sala común de Gryffindor con un gran morete en la cara. Desde ese entonces, Sirius y Viktorique no se dirigían palabra y se desagradaban mutuamente. Remus lo había olvidado por completo.

-eso no es de tu incumbencia, Harrinson- Viktorique frunció el ceño. Entraron al gran comedor.

-¿Acaso te gusta esa?- se sentaron en uno de los bancos de la mesa de Gryffindor y Remus se acerco un tazón lleno de avena.

-no me desagrada. Y se llama Viktorique.

-no le voy a decir por su nombre. ¡Es una salvaje!- Remus lo miro enojado.

-Viktorique es muy amable. Solo por que no quiso que te la tirases, te cae mal.

-eso no tiene nada que ver. ¿Acaso no oyes lo que dicen los chicos de Ravenclaw sobre ella? ¡La odian! Ella es amable solo contigo por que le gustas- Remus dejo su jugo de calabaza y se levanto del banco. Miro a Sirius disgustado.

-ella es una de las pocas mujeres decentes que quedan en este colegio-acerco su rostro al de Sirius- por eso no se revolcó con un idiota como tu- salió a paso rápido. No le gustaba enojarse con Sirius, pero había ocasiones en las que era imposible no hacerlo. Acaso ¿odiaba tanto a Viktorique? Por Merlín, ¿de que se preocupaba? Era Sirius. El odia a medio mundo. No era nuevo que también odiara a Viktorique. Además, según el, tenia razones para hacerlo.

-¡fíjate por donde caminas!- Remus estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dijo por donde caminaba. Si no hubiera sido por el chico que lo tomo por el brazo, su cara habría terminado estampada en los escalones de la escalera. Noto como sus libros se salían de su mochila y se esparcían por el suelo-¿estas bien?

-si…eso creo-Remus  se incorporo, con ayuda del chico, y levanto la vista. Se trataba de alguien de sexto o séptimo. Era mucho mas alto que el y se le marcaban los músculos de los brazos aunque era delgado. Su cabello estaba amarrado en una pequeña cola de caballo y era de un amarillo obscuro, unos mechones le colgaban en la cara. Sus ojos, de un color avellana brillante, lo miraron un poco preocupado.

-¿en serio?- comenzó a recoger los libros y Remus lo imito.

-gracias- respondió en cuanto el chico misterioso le regreso su mochila con los libros dentro.

-deberías de prestar atención cuando camines. La próxima vez podría encontrar tu rostro en la cera-Remus esbozo una ligera sonrisa.

-lo tendré en cuenta…¿Cómo te llamas?- Preguntó en cuanto el chico se marchaba. Este se detuvo y volteo a verlo.

-Mason Knight. Hufflepuff.-Remus lo observo marcharse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-entonces ¿te has enojado con Sirius por que insulto a Harrinson?- James miró sorprendido a su amigo. Este negó con la cabeza. No respondió. Caminaron en silencio hasta el aula de pociones. Para el, era difícil creer que Remus y Sirius se habían peleado y, cuando decía difícil de creer, se refería a que eso pasaba casi todos los días y era mas común que ver a Peter junto a una chica

Entraron al salón. Estaba casi vacio. Solo se encontraba un estudiante hasta adelante de la mazmorra, sentado en una de las mesas más cercanas al escritorio del profesor. Estaba encorvado con la cara metida en un libro. James reconoció el cabello negro y largo.

-Remus, ¿no te parece que algo apesta?- Remus lo miro frunciendo el ceño y se sentó en su habitual mesa. James sonrió ampliamente. Caminó hasta donde se encontraba el chico y se puso enfrente de el, quitándole el libro de las manos.

-¿Qué quieres?- su tono destilaba odio. James sonrió más. Observo la portada del libro.

-vaya, no sabia que te gustaba la poesía, Quejicus- Snape apretó la mandibula y levanto la vista para verlo. James lo miro a los ojos.

-y yo no sabia que alguien como tú sabía lo que la palabra “poesía” significa- James levantó una ceja y observo con detenimiento la pagina que estaba leyendo Snape antes de que le hubiera quitado el libro. Un brillo travieso apareció en sus ojos.

-“oh, la luz que ilumina su rostro es la mejor luz que podría haber nunca-recitó james. Snape apretó lo puños- sus ojos brillan y sus labios resaltan. Un deseo incontenido me obliga a…

-¡cállate!- James se hiso para atrás en el momento exacto para que la mano de Snape no le arrebatara el libro.

-“correr hacia el y besarlo apasionadamente, rodear su cuello con mis brazos y…”

-¡he dicho que te calles!- Snape se había levantado de su silla mientras se abalanzaba hacia el. James lo esquivo fácilmente.

-que los suyos me tomen delicadamente por la cintura. Oh, esa luz que lo ilumina debe de tener una sustancia maldita, ¿o será que mi amor ya me domina?

-te…mataré… Potter… ¡lo juro!- los alumnos que habían ingresado silenciosamente al aula, se reían a carcajadas. Solo algunos de Slytherin y Remus no lo hacían.

Un rojo brillante comenzó a subir por las  opacas mejillas de Snape. El sabia lo ridículo que se veía tratando de quitarle su libro a Potter y las carcajadas de los demás se lo habían confirmado.

-no lo puedo creer Snape, ¿acaso eres gay?- James soltó una carcajada humillante.- ese libro relata amor hacia un chico, ¡Ja! Siempre supe que eras un marica- las carcajadas aumentaron en cuanto Snape tropezó y cayó. James le lanzó su libro y se agacho para quedar a su altura- pobre de ese chico…

-¡Potter!- una voz femenina había hecho que las carcajadas se apagaran. James miro hacia la puerta y sus ojos se encontraron con unos verdes brillantes crispados por la furia- ¿Qué haces?

-solo me divertía un poco, Evans. Nada del otro mundo- los labios de Lily se convirtieron en una línea recta demasiado apretada.

-¿divertir?-dijo furiosa- ¿Qué clase de diversión es esta?-James se levantó.

-tu sabes, la diversión en la que…

-¡20 puntos menos para Gryffindor!-un murmullo de disgusto se escucho por parte de los Gryffindors.

-oh, vamos Lily. Fue divertido. Además, nadie ha salido herido- Lily caminó hasta el centro del aula y habló dirigiéndose a todos.

-el profesor Slughorn ha informado que se encuentra indispuesto para dar la clase. Asi que todos regresen a su respectiva sala común. ¡Rápido!- lentamente, la mazmorra comenzó a vaciarse.

-¿estas bien, Severus?-Lily se había acercado a Snape en cuanto solo quedaron unos pocos. James lo miro.

-déjame- no supo por que. Ni tampoco quiso averiguarlo, pero james no pudo creer que hubiera sentido eso en cuanto lo vio. Salió del aula confuso e incluso, solo un poco, irritado.

-¿no hay clase?- Sirius se acercó a ellos. Jadeaba ligeramente y no le sorprendería saber que había estado besuqueándose con una chica.

-no.

-casi me mato para llegar a tiempo… entonces ¿Qué hacemos? ¿Nos  vamos a Hogsmeade?- nadie respondió. James no tiene ganas de ir y Remus insiste en que tiene que terminar sus deberes de Runas Antiguas.

Todos se dirigen a la sala común, Sirius ladra enojado y decide ir a la cocina para robar algo de comida; Remus se queda en la biblioteca lo que resta de la hora y James vaga por los pasillos con la mente revuelta. Se siente confuso y, por primera vez en su vida, con ganas de disculparse con Snape.

De repente y para su sorpresa, se le vino a la mente una idea loca e idiota. “no puede ser…” Piensa. “Es imposible.” Razona. “una locura.” Sentencia. Pero, algo dentro de el, por alguna extraña razón sentía que podía ser. Severus Snape escribiendo ese tipo de cosas… “si claro y Sirius esta enamorado de Remus.”  Eso lo tranquilizó un poco hasta que escucho unos pasos detrás de el. No se había dado cuenta en donde estaba y se sorprendió al ver que se encontraba cerca del baño de mujeres del tercer piso.

La persona que iba detrás de el lo adelanto.

-¡Evans!- ella apresura el paso-¡Lily!- se sitúa a su lado y la toma del brazo. Un suspiro largo de irritación y una voz que destilaba odio.

-¿Qué quieres, Potter?

Ignora la hostilidad.

-sabes si…- se detiene. ¿Qué estaba haciendo? Acaso, ¿iba a preguntar por el? ¿Por qué? “tranquilízate James” pero no lo hiso. Su respiración se comenzó a acelerar e hiso todo lo posible para disimularlo. Lily lo miro enojada y le dijo que tenía prisa. Pero, cuando trato de hablar, sintió como si hubiera corrido un maratón de 100m.

-¿sabes si tenemos deberes de Transformaciones?- en ese momento James agradeció que Lily fuera prefecta, por que asi no podría lanzarle una maldición que lo hiciera callar.

- si en lugar de haberte ido a drogar con tu amiguito Black al invernadero hubieras ido a la clase de Transformaciones sabrías los deberes que tenemos que tenemos que hacer. Ahora ve y quítale el tiempo a tu amiguito y no a mí- y dejando a un James sorprendido, Lily se marchó.

James continúo con su marcha. El silencio comenzaba a martillarle los odios e hiso un esfuerzo sobre humano para dejar de pensar en Snape y su estúpida expresión lastimera.

La hora pasó y James se dirigió a su clase de Defensa Contra las Artes Oscuras y recordó que esa clase la compartía con Slytherin en cuanto vio una cabellera negra y brillosa a la distancia. Los alumnos todavía no salían del aula y, pensó James, tal vez Snape no tenia nada mejor que hacer al igual que el.

Dejó su mochila en frente de la puerta y se recargó en la pared con las manos dentro de los bolsillos de la túnica. Miro de reojo a Snape. Este miraba su reloj desesperado y estaba levemente recargado en la pared con su maletín negro, un poco desgastado, enfrente de el.

La campana sonó y se escuchó el sonido de las sillas al arrastrarse. James tomó su mochila y, cuando se disponía a entrar, la puerta se abrió de golpe, golpeándolo en la cara. Antes de caer se tomo de algo y sus gafas se partieron a la mitad.

-¿estas bien?- escuchaba mucho alboroto y murmullos a su alrededor. Su cabeza le dolía tanto que sentía que le hiba a explotar y algo pesado encima de el le quitaba el aire.

-caramba, cornamenta, ya suéltalo- la voz de Sirius hiso que James hiciera un esfuerzo por abrir los ojos. Como era obvio no veía nada y lo poco que lograba distinguir daba vueltas. Trato de mover su cuerpo pero lo tenía entumido, en especial los brazos y algo le cosquilleaba en la barbilla.

-James, suéltalo- esta vez fue Remus. No sabia a que se refería hasta que bajó la mirada y vio algo negro que estaba encima de el y que sus borrosos brazos sostenían con fuerza. La cosa negra se movió y emitió algo parecido a un gruñido. Y, entonces, supo que era.

Aun con la cabeza estallándole de dolor, la vista borrosa y todo el cuerpo agarrotado, trato de incorporarse. Abrió los brazos con dificultado y los dejo caer a lado de su cuerpo. Se sentó con parsimonia y una mancha borrosa hiso lo mismo enfrente de el. Instintivamente se llevó la mano a la frente.

Alrededor de el había mucha gente, todos borrosos claro, pero había tres figuras, dos alta y una pequeña (la persona que estaba sentada enfrente de el) que logró reconocer.

Una de las figuras altas se agachó y recogió algo.

-¡reparo!- la mancha borrosa que era Remus se acerco a el con algo en las manos y, de repente, el mundo se volvió nítido en cuanto el puso las gafas. Remus se separó y pudo ver al chico que se encontraba sentado enfrente de el, tallándose el brazo derecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Siempre lo supo. Remus siempre supo que Sirius era muy berrinchudo y que se tenia que hacer lo que el decía, por que si no alguien pagaba las consecuencias. Eso lo supo en tercero, cuando a los alumnos se les permitía ir a Hogsmeade; su madre no le había firmado el permiso ya que el se había peleado con ella y, cuando el día llegó, James dijo que todos se quedaban, que no valía la pena ir sin el. Sirius insistió en que se fueran, pero nadie lo hiso y el se enojó. Toda su furia fue descargada en Severus Snape, que tampoco iba al pueblo. El pobre terminó mojado, con la ropa chamuscada y colgado de un árbol por medio de sus calzoncillos.

Ese día lo volvió a confirmar.

-¡dime que es!- se dirigían a la ultima clase y Remus tenia un papel en la mano que Sirius quería leer.

-no te diré nada-doblaron una esquina y Sirius lo tomo del brazo. Forcejearon un poco, Sirius tomó el papel y salió corriendo por el pasillo con un: “¡alcánzame lunático!”. Remus suspiró, se acomodó la mochila y siguió caminando lentamente.

Apenas había entrado al salón y algo lo detuvo golpeándolo en el pecho.

-¿en serio Lupin?- encogió los hombros- un admirador secreto… ¿enserio? –Remus hiso a un lado a Sirius y se dirigió a su lugar- ¿Por qué?

-no se Sirius. Supéralo, ¿vale?- Remus miro a su amigo y este sonrió burlonamente.

-algo como esto no se puede superar asi de fácil.- negó con la cabeza.- primero esa Ravenclaw y ahora un admirado secreto. Lunático, te has vuelto todo un Casanova. – Sirius rió y Remus se sentó, sacó sus libros y espero a que los demás llegarán, ignorando a Sirius que en ese momento ya estaba sentado junto a el, murmurando lo suficientemente alto para que lo escuchara que era imposible.

-que tu seas un Black no significa que puedas ser el único que tenga admiradores secretos- explotó Remus. Todo ese asunto del admirador secreto ya lo tenía harto y eso que la carta la había encontrado una hora atrás. Para su desgracia, Sirius rió más alto.

-no me digas que estabas celoso de mi por que desde que llegue a Hogwarts he recibido cartas de admiradores secretos.-Remus levantó una ceja.

-piensa lo que quieras Black. Solo no hables de ello.- Sirius miro expectante a Remus, como si esperara una respuesta muy valiosa. Este lo miro irritado.- ¿Qué?

-¿y bien? ¿Qué piensas acerca de esto?- Remus recargo su mejilla sobre su mano y observo por la pequeña ventana, que se encontraba del otros lado del salón, como las nubes se movían perezosamente por el cielo.

-no me gusta.

-¿Qué?

-este tipo de cosas se me hacen muy infantiles- se detuvo por un momento y prosiguió- admiradores secretos. Si le gusto a alguien preferiría que me lo dijera de frente y no por un papel- sin darse cuenta, la ligera sonrisa de Sirius se desinflo.

-entonces… ¿te quedarías con era Ravenclaw?

-no se trata de si me quedo con Viktorique o no; simplemente esas cosas no me gustan. Puede que en verdad le guste a alguien o puede que sea una broma. No hay nada mas fácil como declarártele de frente a la persona que te gusta- hubo un corto silencio interrumpido solo por el ruido de los demás estudiantes que recién llegaban.

-¿es posible que llegues a enamorarte de alguien por este medio?- presunto blandiendo la carta. Remus frunció el ceño y se la arrebató de las manos.

-eso, querido amigo, no te incumbe- si, Remus siempre lo supo. Sirius era un total berrinchudo mal criado.

Sin darse cuenta, Remus metió cuidadosamente la carta en uno de los bolsillos de su túnica. Esperando a que la clase terminara para volver a leerla.

Notas finales:

espero que les haya gustado y no se olviden del r.r, por favor a y soy de mexico, por eso algunas expresiones medio extrañas para los de otros paises, esto lo dejo en claro.

bueno nos leemos luego ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).