Título: Una nueva y última oportunidad
Capítulo 1: Lagrimas.
Nota: Los personajes son de Masashi Kishimoto
Autora: Ia Aiko Wittakker Russel Namikaze de Kusama Uzumaki
Editora: Ia Emy Wittakker Russel Uchiha
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La lluvia caía sin piedad, el cielo se iluminaba una y otra vez mientras el ruido de los truenos causaba ecos en las montañas.
Pero los truenos no eran los únicos que causaban tal escandalo ni los rayos tal iluminación.
- Futon: Rasen Shuriken – Un grito fue lanzado junto con una gran cantidad de chacra que impacto contra varias rocas destruyéndolas al instante, pero no fue el único ataque ya que detrás de este salieron varios rasengan uno tras otro. – Cho Odama Rasengan.
Cada uno más poderoso que el anterior fue lanzado por un joven rubio, sus ojos estaban llenos de lágrimas y en sus mejillas se podía ver el rastro de más de ellas, a pesar de que la lluvia lo tenía empapado.
- Ahhhhh ahhhh – sus gritos de dolor se escuchaban a pesar del ruido de los truenos – Wakusei Rasengan- varias esferas de encontraban arriba del joven, haciendo parecer que tenía un planetario encima suyo, el rubio sabía que su chacra se estaba acabando y al parecer no contaba con el del kyuubi ya que a pesar de que le había hablado varias veces este no le respondía.
En su mente todavía recordaba una y otra vez la traición que vivió.
>.< >.< >.< Flash Back >.< >.< >.<
Negro y azul se encontraron, el Uchiha parecía querer decir algo, pero la pelirosa se adelantó.
- Y también les queremos decir que estamos esperando a nuestro primer hijo- el silencio reino, nadie absolutamente decía nada, parecía que incluso los animales se pusieron de acuerdo para no emitir ningún ruido - ¿A caso no vas a felicitarnos Naruto? – preguntaba feliz la pelirosa.
- Naruto – el rubio despego su vista de la joven y voltio a ver al Uchiha, este tenía un rostro serio, no mostraba ninguna culpa ni dolor, y esto lo hizo reaccionar.
- Ah , por… supuesto que sí Sakura-chan, felicidades – a pesar de que al inicio su voz sonó insegura y tartamudeo, con orgullo logro mostrar una enorme sonrisa y hace mucho que había dejado de llorar, él sabía que no se merecía nada de esto, observo de nuevo el rostro del azabache, se veía que este no sufría, que para él su relación nunca significo nada, así que él no se iba a derrumbar o por lo menos no frente a ese traidor – Felicidades Sasuke, por fin vas a cumplir tu sueño de ser padre.
Después de estas palabras el rubio se dio la vuelta evitando la mirada de cualquier aldeano o de alguno de sus compañeros, pero manteniendo la cabeza en alto.
Él sabía que parecía que huía pero no era tan fuerte para soportar ver todas las felicitaciones que recibiera la feliz pareja, camino por la aldea, aquella por la cual dio todo; lagrimas, sangre, incluso estuvo a punto de dar varias veces su vida. Aquella aldea que desde que nació no había hecho nada más que humillarlo, ignorarlo y usarlo, sin merecer nada de eso, ¿Dónde estaba el futuro por el cual había luchado tanto?
Cuando dejo de sentir los chacras de los ninjas de konoha comenzó a correr, corrió con todas sus fuerzas tratando de huir de la realidad, del hecho de que nuevamente fue traicionado e ignorado.
Corrió hasta que no pudo más y se derrumbó, lloro y grito sacando todo el dolor que sentía, en su mente pasaba una y otra vez su vida, y todas las traiciones que sufrió.
Pero cuando el pensamiento de dejar de vivir llego a su mente también lo hizo el sentimiento de venganza, el de no merecer nada de eso, al contrario la aldea debería de estarlo alabando.
- Kyuubi, maldito zorro responde – la voz de Naruto se escuchaba fría y enojada – kyuubi sal, destruye todo, ¿no es eso lo que querías? ………..Sal de mi cuerpo y acaba con todos y con todo…… maldito zorro hazme caso – a pesar de que el rubio le estaba dando lo que el zorro más quería este no salió, ni siquiera le habló – ahhhh ahhhh ahh basta – más lagrimas comenzaron a caer, pero más que de dolor ahora fue de enojo hacia el mismo por haber permitido que lo utilizaran – ahhhhhh Rasengan.
No iba a permitir que lo volvieran a utilizar, él no iba a volver a proteger a una aldea que no lo mereciera ni a gente que no hacía nada más que lastimarlo, él no iba a rendirse, porque él era……
- Uzumaki Naruto……
>.< >.< >.< End Flash Back >.< >.< >.<
Las esferas de chacra seguían encima de él, Naruto sabía que este sería el último ataque que podría lanzar.
- ¿Kyuubi? – Pero nadie respondió a su llamado – ahhhhhhhhhhhhhh – el ataque fue lanzado causando una enorme explosión, destruyendo todo a su paso.
Todo esto era observado por un par de ojos negros que lo habían visto todo, creando un escudo que impidiera que alguien sintiera el chacra del rubio o viera la destrucción causada.
En su rostro se mostraba una media sonrisa ya que todo estaba saliendo tal como lo había planeado y así iba a seguir hasta que consiguiera recuperar todo lo que había perdido.
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No sabía cuánto tiempo había pasado, ya que había quedado inconsciente, pero ya no sentía el golpeteo de la lluvia chocando contra su cuerpo, y aun así escuchaba el ruido que hacia al caer, con cuidado abrió los ojos encontrándose con una profunda mirada negra que lo hizo pararse, ya que al parecer se encontraba con su cabeza recostada en las piernas de aquel sujeto.
- “¿Sasuke?” – fue el primer pensamiento del rubio al mirar aquellas pupilas, pero al ver el rostro del joven se dio cuenta de que no era el azabache traidor, este joven se veía más joven y su rostro tenía un perfil más fino que el del Uchiha.
- ¿te encuentras bien? – pregunto el azabache que tenía enfrente de él, a pesar de su cara de asesino en su voz había verdadera preocupación, el rubio miro a su alrededor al notar más chacras, había 5 personas más, pero lo que más le llamo la atención fue una penetrante mirada del color de la sangre, era una joven pelinegra a quien le sonrió para tranquilizarla, el rubio pensó que la había asustado después de la destrucción que causo, pero contra todo pronóstico la joven se lanzó a sus brazos y comenzó a llorar.
- Ya todo estará bien, tranquilo – murmuraba una y otra vez la pelinegra, con una voz cargada de verdadero cariño, el rubio comenzó a llorar desahogándose nuevamente, pero esta vez con alguien que lo consolara, repitiéndole una y otra vez palabras de cariño y aliento, hasta que el rubio quedo dormido en sus brazos…
Sin que ni uno de los presentes se diera cuenta el dueño de esos ojos negros que observaba todo de lejos se fue, desapareciendo el escudo, con una sonrisa en el rostro.
- Muy pronto serás mío …
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