Cuando aquel resfriado lo dejó tirado en la cama jamás pensó que saldría algo bueno de ello. A nadie le gustaba enfermarse pero él lo odiaba al doble por sentirse vulnerable y depender de alguien más. A pesar de vivir solo en su apartamento Itachi siempre iba a visitarlo, y su hermano era el único pariente realmente bienvenido. Itachi había llegado con una bolsa de medicinas y se hubiera quedado hasta que él mejorara, pero la insistente llamada de su padre hizo que el mayor lo dejara nuevamente solo, sin embargo la última sonrisa que le dio antes de salir por la puerta de su habitación no la comprendió.
Y solo hasta quince minutos después supo el significado. Tocaron a su puerta y al abrir ahí estaba Naruto.
–¿Por qué no me llamaste, teme? Tuve que enterarme por Itachi que estabas en cama.
A pesar del regaño a Sasuke le alegró que Naruto se preocupara tanto por él.
–Tenías trabajo.
–Itachi es más considerado que tú.
Ante la doble mención de su hermano desvió un poco la mirada, no le gustaba ver las expresiones que Naruto ponía cuando hablaba de él, casi como si estuviese enamorado. Le dolía. Porque él se había enamorado de Naruto, aunque éste parecía ignorarlo concentrado más en el mayor.
Descubrió que Naruto sentía un cariño especial por Itachi, pero él no quería darse por vencido sin al menos intentar algo. Si el rubio le correspondiera sería el hombre más afortunado. Siempre lo esperaba a que terminara su turno en el bar, lo invitaba a tomar café y hablaban de cosas triviales; gracias a sus tantas conversaciones descubrió que los padres de Naruto eran personas modestas que vivían en el campo a cargo de una pequeña granja, por dicha razón siempre estuvo rodeado de animales y con el paso del tiempo decidió que cuando terminara la preparatoria estudiaría para ser veterinario. Sasuke le contó que le gustaría estudiar administración de empresas para llevar en el futuro las riendas de la empresa de su familia, ya que Itachi había decidido ser fotógrafo.
Y hasta el momento no le había preguntado si le gustaba Itachi, porque sabía que no le gustaría escuchar la respuesta.
–Es hora de tu medicina, pero tienes que comer algo antes de tomarla –lo ayudó a recostarse en el sillón. Diez minutos después de dejarlo ahí y Naruto entrara a la cocina, el rubio salió con una pequeña bandeja con un plato de sopa–. Mi especialidad son las pastas, sobre todo el ramen.
El ramen no era exactamente su comida favorita pero la sopa estaba deliciosa. Naruto sonrió cuando Sasuke probó la primera cucharada y éste no tardó demasiado en acabársela. Luego el rubio le dio el par de pastillas y un vaso de agua. Ya listo se recostó en el sillón nuevamente y se cubrió con las mantas. Naruto estaba dispuesto a irse, pero Sasuke lo detuvo de su manga antes de dar apenas un paso.
–Quédate conmigo.
Naruto asintió sonriente y le hizo una seña para que le diera lugar en el mismo sillón. Al final Sasuke terminó con la cabeza apoyada en sus piernas. Y sonrió levemente sin que Naruto lo notara. Pensó que si cada vez que se enfermaba, Naruto estaría a su lado, no le importaría hacerlo más seguido.
…
Sasuke negó varias veces con la cabeza. ¿Por qué sus recuerdos siempre le atormentaban? Aquella vez Naruto se quedó a su lado y pensó que realmente le importaba. Pero en realidad solo fue su fachada para ganarse su confianza y estar más cerca de Itachi. Por supuesto, si cuidaba al "inútil hermano pequeño" quedaría bien ante los ojos de Itachi. ¿Cómo no lo descubrió antes? Aunque lamentarse a estas alturas no le servía de nada, debía preparase ya que en cualquier momento aparecería su esposo.
Salió de su despacho y le indicó a una de las sirvientas estar pendiente de su llegada. El día por fin había llegado.
OwO
–¡Wow, es una casa muy grande, papá!
A Naruto también le sorprendió, nunca antes entró a la mansión Uchiha, solo conoció el apartamento de Sasuke. Aquel donde compartieron muchos momentos juntos, pero también el mismo lugar donde lo vio por última vez.
–¿Aquí vamos a vivir?
–Sí.
–¿Por qué?
La hora había llegado, por fin le diría la verdad a su hijo. Lo miró a los ojos y sonrió, como si esa fuese la oportunidad más maravillosa del mundo, como si detrás de esa reja se encontrara el final feliz de su cuento de hadas, y no una prisión de la cual estaba seguro Sasuke se encargaría de recordárselo día tras día. Pero él haría que pareciera lindo ante los ojos de Yusuke, él se lo merecía.
–Porque aquí vive tu padre.
Los ojos azules de Yusuke se abrieron, incrédulos y emocionados.
–¿En verdad? ¡¿Por fin vamos a vivir juntos?!
Naruto asintió y el niño saltó para abrazarlo.
OwO
Sólo tocó una vez el timbre y fue suficiente para que las puertas de la mansión se abrieran automáticamente. Entraron y el nerviosismo de Naruto aumentó al doble cuando vio a una sirvienta rubia esperándolos en la puerta. Ella los guió al interior y a cada paso Naruto se sorprendía por tanto lujo. Sabía que Sasuke era rico, pero como jamás le importó su posición económica, nunca supo hasta qué punto llegaba su fortuna. Quedó sorprendió por la inmensidad del despacho al que llegaron, la sirvienta le dijo que Sasuke pronto bajaría y ellos ahí lo esperaron.
Unos minutos después Sasuke apareció.
Yusuke se escondió detrás del rubio al reconocer al mismo señor de días pasados, sólo sus ojos se asomaban a un lado de sus piernas. No quiso ser efusivo, después de todo aún recordaba cuando lo abrazó y el hombre lo rechazó, no quería pasar por eso nuevamente. Sin embargo notó que algo había diferente en él, ya no arrugaba las cejas y ahora le sonreía un poco.
–Ve, Yusuke.
Yusuke asintió despacio a las palabras de Naruto y salió aún dudando, pero al ver los brazos extendidos de Sasuke desapareció cualquier temor y corrió a refugiarse entre ellos. Sasuke lo cargó y Yusuke se aferró a su cuello, comenzando a llorar. Sasuke le dio unas palmadas en su espalda mientras otra ligera sonrisa aparecía en sus labios.
—No llores, hijo.
Por un momento, solo por un segundo, al ver tal escena Naruto pensó que los años lejos de él habían sido un sueño, pero cuando Sasuke clavó su mirada en él, con una fría y dolida expresión, supo que nada había cambiado. El Uchiha seguía odiándolo, aunque algo dentro de su corazón no le importó con tal de ver a su hijo sonreír.
–¿Quieres ver tu nueva habitación, Yusuke?
–¡Sí! ¿Puedo ir, papá?
Yusuke se separó de él y Sasuke le revolvió los cabellos cuando por fin lo bajó. Corrió otra vez junto a Naruto y sujetó su mano.
–¡Vamos, papá!
Sasuke salió primero y los guió hasta la segunda planta, cuando abrió la puerta Yusuke quedó sorprendido. Lo primero que vio fue un tren que estaba funcionando dando vueltas en los pequeños rieles sobre el piso. Yusuke corrió a jugarlo. Sasuke tocó el hombro de Naruto y éste giró. El Uchiha lo miró serio.
–Tú dormirás conmigo.
–Puedes darme una habitación de huéspedes si tanto te molesta mi presencia’ ttebayo.
–No, ya lo he decidido.
Y Sasuke dio media vuelta sin decir otra cosa. Naruto lo dejó pasar y entró al cuarto para jugar con Yusuke. Verlo sonreír le quitaba cualquier pena que tuviera en su corazón.
OwO
La misma sirvienta rubia entró para dejarles una merienda. A Naruto le pareció muy simpática y pronto comenzaron una conversación mientras Yusuke tomaba su jugo. No le gustaba ser un cotilla pero tenía cierta curiosidad por saber más sobre lo que había hecho Sasuke durante esos años.
–¿Y qué pasó con su apartamento?
Ino suspiró abatida.
–Lo vendió, creo que le traía muy malos recuerdos.
Naruto se removió incómodo.
–Ahora Sasuke vive aquí solo, después de la desaparición de su hermano y la muerte de su abuelo dos años después, el señor Fugaku decidió irse a Francia para atender la empresa sucursal desde ahí, dejándole todo el cargo a Sasuke.
Sabía que no tenía derecho de preguntar, pero necesitaba hacerlo.
–¿Y nunca se comprometió con alguien?
La mujer rubia lo miró por unos momentos y le sonrió con melancolía.
–Muchas lo intentaron, posiblemente tuvo alguna aventura, sinceramente no sé, es muy reservado con su vida privada. Pero a esta casa nunca ha traído a nadie oficial. Hasta ahora, claro. Ignoro por completo que relación hayan tenido ustedes en el pasado, pero realmente me alegra que ahora Sasuke tenga una familia.
Ino le sonrió y Naruto no pudo devolverle el gesto. Si ella realmente supiera la verdad lo odiaría.
OwO
La habitación era tan amplia que casi juraría que era del mismo tamaño del apartamento completo en donde hace un par de semanas vivía. Como no tenía intención de utilizar la ropa que había en el vestidor, decidió utilizar su cómoda pijama; su playera naranja y su amplio pantalón de frénela le fueron suficientes. Una vez listo se sentó en la cama y miró directo a la puerta, esperando que Sasuke entrara.
La cena fue algo muy raro. El comedor era enorme y se sintió fuera de lugar sentado en una mesa tan amplia solo para ellos tres, pero a Yusuke no parecía importarle, el niño platicaba animadamente con Sasuke sobre un perrito que una vez encontró en la calle. Yusuke había heredado su facilidad para hablar y hablar sin parar, y a Sasuke parecía agradarle, pero apenas él decía una palabra la mirada seria del Uchiha le advertía que no deseaba escucharlo a él.
¡Bien, pues a él tampoco le importaba! Porque sinceramente él tampoco quería cruzar palabras con Sasuke.
Al terminar la cena Yusuke corrió a su habitación, siendo animado por la cantidad enorme de juguetes que Sasuke le había comprado. Sólo esperaba que Sasuke no lo malcriara. Pronto hablaría con su hijo respecto a las cosas materiales, pero lo dejaría disfrutar un poco más de su nueva vida. Una vez solos la última sonrisa que le dedicó al niño desapareció, se levantó indicándole que lo esperara en la habitación.
Y ahí estaba ahora, a la espera de su esposo.
Pasó una hora y Sasuke no llegó, decidió no seguir esperándolo y se metió entre las sabanas. Estaba tan cansado que apenas pasaron unos minutos cayó rendido. No parecía una buena opción bajar sus defensas, sin embargo el sueño fue mayor y durmió al instante.
Sasuke entró al cuarto a las tres de la mañana. Olía a alcohol y ver el cuerpo durmiente de Naruto le hizo recordar muchas cosas.
¿Qué haría ahora?