Después de haber pasado toda la tarde yendo de tienda en tienda probándose y comprando ropa, (¿Si era molesto? Pues sí lo era; pero Ulquiorra sabía que si iban vestidos con cualquier tipo de ropa casual, aunque la fiesta fuera para ellos Aporro no los dejaría entrar por ninguna razón); fueron a ShiroKuma Café a tomar un merecido descanso.
Fueron bien recibidos por el dueño. Ya eran muy conocidos en ese lugar.
- Bienvenidos - los recibió con una gran sonrisa - ¡Oh! Veo que nuevamente está con Ulquiorra-san - celebró alegre secando un vaso de vidrio.
- Cuanto tiempo sin vernos - respondió Ulquiorra.
- Pero si ayer has venido -
- ¿No te acuerdas del escándalo que provocaste ayer a penas me viste entrar? No pude dar un normal saludo -
- Cierto… - recordó todo el ruido que hizo - ¡Bueno ya! Como sea, quiero comer algo que de tanto caminar me dio hambre -
- ¿Lo de siempre? -
- Si -
Se sentaron en aquella mesa al lado de la ventana, justo donde caía los rayos del sol, ni tan fuerte no tan bajo, era una iluminación cálida y acogedora. En tan solo una palabra: Perfecta. Sentados ahí eran espectadores de una gran vista.
La de adentro, la cafetería con una gran cantidad de clientes degustando los más exquisitos platillos tanto dulces como salados. Un agradable y apuesto mesero atendiéndolos con mucha paciencia. Y lo mejor de todo: estaban cerca de la cafetera, así que podían conversar con el delicioso olor a café recién hecho y a los granos de café recién tostados.
La vista de afuera era también espectacular. Incontables tiendas eran el principal atractivo de aquella calle y ni hablar de la hermosa vista de noche cuando todas las luces se encendían.
Parecía que ese sitio estaba hecho solamente para ellos dos. La mesa de vidrio y las sillas blancas de estilo moderno y delicado pero no perdiendo el toque rústico del local caían bien. Sin duda alguna esa mesa fue escogida por Ulquiorra. Grimmjow aceptó sin queja como completo enamorado además que le parecían los asientos más cómodos a comparación de los otros. Y que los muebles no eran para nada femeninos.
Mientras esperaban la comida conversaron. Mejor dicho, Grimmjow preguntaba y Ulquiorra respondía a cada una de ellas. Llegó su orden.
- ¿Será en su casa? -
- Si. Pero no en la misma. Se compró un departamento nuevo -
- ¿Si? ¿En dónde? - dijo después de haber tragado.
- Un piso menos del tuyo - tomó un sorbo de su té de manzana.
- ¡¡¡¿¿Qué??!!! - casi se atora - ¿¿Desde cuándo?? ¡¡Nunca me lo he cruzado!! ¡¿Cómo es que nunca lo he visto?!.... y eso que intentado llamarle ¡¡¡Ese bastardo pudo habérmelo dicho al menos!!! -
- Tranquilo. Puede que él tampoco te haya visto -
- ¿Tú crees? -
- No -
- ¡¡Ahí lo tienes!! -
- Supongo que no sabes de su actual situación…. -
- ¿Actual situación? Estuvo en la cárcel por violación o algo parecido de seguro -
Ulquiorra rió ligeramente por su no tan absurda y ridícula respuesta.
- El nuevo descubrimiento: Es el mejor diseñador de moda - dio otro sorbo - Eso fue lo que me contó -
- ¿Él, diseñador de modas? No me digas que también es exitoso ¡Já! No lo creeré hasta verlo con mis propios ojos -
- Digo lo mismo -
Cuando acabaron se retiraron directamente a la casa de Ulquiorra a recoger a Arturo. Ya casi era la hora. Fueron en el Audi R8 spyder blanco de Ulquiorra. Grimmjow no pudo evitar sentir envidia puesto que tenía planeado comprarse el mismo ese año. Igualmente subió. Intentó persuadirlo y lograr conducirlo pero ningún intento resultó favorable. No le faltaron las ganas de querer arañar el auto con sus llaves como venganza, pero no lo hizo por el amor que sentía a los autos (en especial a ese modelo). El próximo mes si o si se compraría un modelo mejor que ese y se lo restregaría en su cara.
Al llegar primero fueron al departamento de Grimmjow para que éste se alistara. El dueño insistió mucho para que aprovechando que se tendría que desvestir podrían relajarse y quitarse los nervios, ponerse al día y poder continuar con lo que dejaron pendiente el día anterior.
- Vamos. Un rapidito -
- No. Nos distraeremos y al final no iremos. Te conozco -
- Tsk… me conoces bien - para su mal.
No demoró mucho y ya listo subieron al departamento de Ulquiorra pero estando a punto de abrir la puerta lo detiene.
- ¿Qué sucede? -
- ¿Está el enano adentro? -
- Si -
- Tsk… - gruñó.
Entraron. Era la segunda vez que lo hacía pero ya se había acostumbrado como si fuera cosa de diario. Revisó el lugar, quería saber que parte de la casa estaba encima de su habitación…. Aquí o quizá por aquí…. No, no lo hallaba.
- Grimmjow ¿Qué haces? -
Estaba intrigado por el extraño comportamiento del otro.
- ¿Qué crees que hago? - estaba molesto.
No pudo dormir muy bien a causa de esos ruidos que Arturo y supuestamente Ulquiorra estaban haciendo. Al pensar en lo que podían estar haciendo le entraban unas ganas de destruir todo.
- ¿Qué parte de la casa coincide con mi habitación? -
- Creo que la cocina…. -
- ¿La cocina? - caminó hacia el lugar imaginando la misma ruta que hace en su casa para ir a su habitación - ¿Pero qué? Aquí no puede entrar una cama… ¿Ulquiorra estás seguro? -
- Si - lo observaba.
- ¿Dónde tienes las camas? -
- En el segundo nivel -
- ¿En ningún otro lugar? -
- No. ¿Por qué tanta curiosidad? -
- ¿Dónde está el cuarto del mal nacido de Arturo? - ahora sí que era un demonio. No cabía duda, fue una broma de su pequeño hijo.
- Al costado del mío ¿Pero qué sucede? -
- ¡Le voy a partir el culo a ese hijo de puta! ¡Eso es lo que sucede! -
- Cálmate -
- ¡Cómo pide que me calme si por culpa de su bromita no pude descansar bien anoche! -
- ¿Broma? - se detuvo y en una pose pensativa recordó lo sucedido - … Anoche le llamé la atención porque bajó a la cocina. Lo encontré bajando su cama, esa travesura fue demasiado lejos, hacerlo en la madrugada, no le encuentro ningún sentido -
- Mí querido Ulquiorra… no sé si eres demasiado inocente o un completo idiota -
- Grimmjow… -
- ¡Ey! ¡¿A quién le llamas idiota, gato tarado?! -
Los sorprendió Arturo bajando por las escaleras ya listo.
- ¡Nyaaa! -
- No hablaba de ti – dijo al gato de su costado que sintió aludido.
- Nya -
- ¡Tú maldito imbécil! - gritó - ¡Por tu culpa no pude dormir bien! -
- ¿Mi culpa? Yo no tengo nada que ver con tus sueños - se hizo la víctima - Yo estaba felizmente durmiendo ¿No es cierto Oto-san? - le habló a Ulquiorra.
- ¡No seas sobón! ¡¿Crees acaso que tendrás a Ulquiorra solo porque lo llamaste oto-san?! -
- Por supuesto que sí ya que mi oto-san me quiere…. No como tú oka-san -
- ¿Oka-san? ¡¿A quién mierda le llamas así?! ¡Yo soy tu oto-san! Vamos Ulquiorra dile algo -
- Oka-chan -
- Dime Oto-san -
- Oka-chan -
- Oto-san -
- ¡Okaaa-chan! -
- ¡Oto-san! -
- ¡Nyaaa! -
- ¡Ulquiorra! -
- ¡Ulquiorra! -
- Cuando acaben de pelear me avisan. Me voy a mi habitación a cambiar - no los aguantó y se fue… seguido por Grimmjow - Grimmjow. Ni se te ocurra espiar -
Padre e hijo asintieron y ya cansados de su pelea y más que nada que el pelinegro no les haya prestado atención decidieron sentarse en sillón uno frente al otro.
- ….. -
- ….. -
- ….. -
- ….. -
- ….. -
- ¡Ya no aguanto más! - explotó el menor - ¡Fue a ti a quién ordenó no espiar no a mí! -
- ¡Hombre, yo tengo más derecho a espiarlo que tú! -
- Si vas te delato -
- Atrévete -
A punto de pararse para comenzar una pelea a golpes escucharon un gustoso maullido proveniente del segundo nivel.
- ¿Tregua? - propuso.
- Tregua -
Silenciosamente subieron las escaleras, encontrado la puerta la abrieron sigilosamente. Tenían suerte, Ulquiorra recién salía de la ducha.
- Mi Ulquiorra se ve tan sexy con solo una toalla - susurró.
- ¿Cómo que “mi Ulquiorra” mocoso de 20? - también susurró molesto.
- ¡Oi que tengo 16! -
- Si, y mi cabello es teñido - con cuidado de no hacer ruido le jaló fuertemente las mejillas - Ahora cállate si no nos descubrirá -
Los dos veían con recelo como el pelinegro con total confianza frente al gato; y como no, al animal disfrutando de lo que veía.
- Maldito seas Grimmjow, me traicionaste…. -
- ¿De qué estás hablando? Aun no te he hecho nada -
- No hablo de ti, hablo del gato -
- Tenía que ser tu gato… -
- El gato ya estaba con Ulquiorra cuando me recibió -
- ¿El gato ya estaba con él? -
- Si. ¿Qué creías, que yo le pondría ese nombre tan ridículo? Já -
- Shhh Ya se va a poner los interiores - lo cayó concentrado más en lo que iba a ver.
- ¿De qué color crees que va a utilizar? - dijo observando como rebuscaba en su primer cajón - ¿Rojo, azul, blanco, negro… ? -
- Negro -
- ¿Cómo lo sabes? -
- Es su color favorito. Lo sé porque yo soy el que se los quita -
- ¡P-Pues yo también lo hago! -
- Si como no -
- ¿A no me crees? -
- Por supuesto que no. Ulquiorra es fiel como un perro, nunca me pondría los cuernos y mucho menos con un enano como tú -
- ¡¿Quién es el enano, pelo teñido?! -
Sin darse cuenta ya estaban alzando la voz y eso llamó la atención de alguien….
- ¿Fiel como un perro he? -
Una oscura voz los sorprendió obligándolos a callar. Ulquiorra estaba frente a ellos ya con la ropa interior puesta. Estaba molesto.
- Oh rayos… -
Pasaron cinco minutos desde que fueron descubiertos espiándolo y luego de una gran y dolorosa reprimenda regresaron a esperar abajo en la sala.
Tanto la cabeza de Grimmjow como la de Arturo tenían un chinchón enorme dadas por Ulquiorra como lección.
- Tenías razón. Escogió el negro -
- Te lo dije -