Era lunes por la mañana y un gran número de alumnados murmuraban y chismeaban en la puerta de la universidad.
- Aporro sabes qué sucede? – preguntó Ulquiorra viendo como la mayoría de los grupitos conversaban sobre el mismo tema.
- Se rumorea por ahí que va a venir un nuevo profesor de Inglaterra -
- Un profesor europeo? -
- Si – le respondió a Muramasa acomodándose los lentes.
- A qué clase enseñará? -
- No lo sé, pero sería interesante que fuera a la nuestra -
- … - Ulquiorra no opinó, tan sólo puso atención a los cuchicheos de los demás. Se fijó en un grupo de tres jóvenes que no dejaban de hablar.
- Ya lo vi. Es realmente hermoso! – comentó la primera joven.
- Hablaba nuestro idioma? O hablaba solamente inglés? – preguntó la segunda joven.
- Eso importa? – habló el único chico de los tres. Al instante recibió una mirada asesina por parte de las dos muchachas por no compartir sus opiniones.
Llegado al salón cada uno tomó sus respectivos asientos.
- Qué extraño? Orihime-chan no está? - eso era raro ya que siempre llegaba primera para poder sentarse junto a Ulquiorra. Todos estaban desconcertados, claro, menos uno quien estaba muy feliz por la inasistencia de esta.
Sonó el timbre, ya comenzó la primera clase. Entró el profesor al aula, era un anciano canoso, usaba lentes y vestía un terno de los años 50, era un hombre muy conservador, llevaba consigo su maleta de trabajos.
- Bueno días alumnos, ya habrán escuchado la noticia de un nuevo profesor – todos estaban callados a la vez que se preguntaban “¿Qué tiene que ver el nuevo profesor?” - … Y se preguntaran la razón por la cual vino no es cierto? – todos asintieron, el anciano les había leído la mente – Tengo 38 años enseñando en esta Universidad y llegó el momento en el que tengo que descansar permanentemente – tomó un descanso de diez segundo - … voy a jubilarme. No pregunten mi edad por favor, me daría roche tener que responder a esa pregunta jeje – intentó ponerle un poco de humor, pero a casi a nadie le dio gracia - … bueno finalizando todo…antes de irme tengo que presentarles al profesor que me va a sustituir en mi curso… por favor pase – invitó al nuevo quien estaba esperando afuera para poder entrar.
Entró el nuevo profesor. Era un hombre alto, de buen físico, rostro agraciado, ojos castaños y cabello de color marrón peinado hacia atrás dejando caer un mechón de cabello casi en medio de su rostro. Sus pasos eran pausados y elegantes dando un aire de superioridad.
- Buenos días a todos. Mi nombre es Aizen Sousuke y a partir de hoy día seré su nuevo profesor de idiomas – se presentó dejando a los alumnos sorprendidos del perfecto español con el que hablaba.
- Habla muy fluido el español… - murmuró Muramasa.
- … Si. Es verdad que vino de Europa? – desconfió Aporro para luego darle otra miradita al profesor nuevo - …. Mmmm, pero no puedo dudar de su belleza -
- Cállate Aporro! – le dio un ligero golpe.
- Y tú por qué te molestas? -
- Ya cállense los dos de una buena vez – les dijo Ulquiorra. Ya tenía suficiente con el dolor en sus caderas por lo del viernes ( Asuuu tanto le dura?? X3 ) como para tener ahora dolor de cabeza por la discusión de ellos dos. Se acordó de Grimmjow, lo buscó con la mirada por todos lados, en todos los asientos, en todos los niveles pero nada, no estaba en el salón.
- No te preocupes Uru, puede que se le halla hecho tarde y ya esté en camino -
- Si… - respondió tranquilo, pero no le creyó; Grimmjow nunca ( Aunque suene extraño owo ) llegaba tarde a sus clases. Enseguida alguien tocó la puerta interrumpiendo la charla que estaba haciendo el profesor Aizen junto con el otro profesor acerca de lo importante que son los idiomas hoy en día. - Grimmjow … - pensó en voz alta dejando notar a los demás lo entusiasmado que estaba porque fuera él.
- Pase – ordenó Aizen.
- Bu-buenos días. Perdone por la tardanza… - era la voz de una joven desilusionando automáticamente al pelinegro.
- Su nombre? -
- Etto… soy Inoue Orihime – respondió un poco extrañada al ver a dos profesores en el aula.
- Bienvenida a mi clase Inoue. Soy el nuevo maestro Aizen Sousuke – dijo con una sonrisa a lo que la joven respondió con otra – Pase a tomar asiento -
- S-si – se fue a donde estaba Ulquiorra pero cuando vio que se encontraba sentado en medio de los otros dos no le quedó de otra más que sentarse junto a Muramasa.
Los profesores acabaron de hablar, el ya antiguo profesor se retiró del salón no sin antes despedirse. Aizen se acercó al asiento de Ulquiorra y le preguntó.
- How are you today my little student? ( Cómo estás hoy mi pequeño alumno?) -
El pelinegro sólo se le quedó mirando, estaba claro que no entendía ni “J” de lo que le decía.
- Te está preguntando cómo estás hoy … - le susurró Aporro viendo que su amigo estaba en problemas.
- Estoy bien… - le respondió al profesor.
- Se supone que me tienes que responder en inglés – le dijo dándole una sonrisa de confianza.
- … - estaba en apuros, no sabía que responder.
Sonó el timbre que marcaba el cambio de hora. << Me salvó la campana >> pensó pero toda su tranquilidad se fue cuando Aizen colocó su mano en su hombro.
- Desde ahora en todas mis clases te tienes que quedar unos 45 minutos más. De acuerdo? -
- Si Aizen-sensei – aceptó, no le quedaba de otra.
Los demás se retiraron dejando maestro y alumno solos en el salón. Aizen aprovechó de que los asientos estaban vacíos y se sentó a su costado.
- Cuánto sabes de inglés? -
- Lo necesario – le respondió de manera cortante. Odiaba que lo interrogaran y más en una materia que odiaba.
- … Y lo necesario es…? -
Ulquiorra hizo una pausa para pensar y luego respondió.
- Los números del 1 al 20; los colores; algunos animales y … - siguió pensando - … nada más – dejó sorprendido al mayor por lo “tanto” que sabía.
- Puedo preguntar el por qué no te interesa tanto el inglés? – dijo soltando una pequeña risa.
- No me parece necesario. No pienso hablar con alguien en inglés en el futuro -
- Pues mi querido alumno, haré que te guste, no… mejor dicho, haré que ames este idioma a toda costa – otra vez le sonrió apoyando su rostro en la palma de su mano derecha.
- No creo que lo logre – lo desafió.
- Cuanta negación sale de esa pequeña boca mi querido alumno – dijo señalando sus labios ( los de Ulquiorra :3 ) haciendo que este retrocediera un poco de su asiento. – Así que… - continuó mientras se paraba del asiento - …Ya puedes retirarte, Ulquiorra Cifer, verdad? – el alumno asintió – Nos vemos en la siguiente clase -.
de camino a la siguiente clase no podía dejar de pensar en lo que acababa de ocurrir << Lo que me faltaba, 45 minutos más de la clase que más detesto… y por su culpa ahora estoy atrasado en la otra materia >> renegaba en sus adentros. Ya estaba en la puerta, no estaba seguro de si querer entrar, llegar tarde a alguna reunión o a algún lugar no era lo suyo, tenía un record de puntualidad pero por cierto profesorcito ya estaba roto, al final de estar pensándolo durante 5 minutos decidió entrar.
- Mil disculpas por mi tardanza Ichimaru-sensei -
- Mmm? Ulquiorra-chan – A Ulquiorra le salieron unas venitas en cabeza, odiava que lo llamaran así – Qué raro que llegaras tarde a mi clase … - tenía razón, la clase de comunicaciones era su materia favorita ( irónico verdad? 0w0 ).
- Repito, mil disculpas por mi tardanza -
- Aaah~ No importa, toma asiento – observando como se iba preguntó – Y se puede saber por qué llegas tan tarde Ulquiorra-chan? – esbozó una sonrisa tan larga que hizo recordar al pelinegro la cara de los zorros.
Dio un respiro y de mala gana respondió.
- desde ahora me tengo que quedar 45 minutos después en la clase del nuevo profesor Aizen Sousuke – tomó asiento.
- Mmmmm con que Aizen eh? Escuché que vendría pero no me imaginaba que fuera tan pronto, hace tiempo que no nos vemos… – soltó una pequeña risita - … Supongo que me pagará de alguna forma el tiempo que le quita a mi alumno estrella mi clase… -
- ¿? – nadie entendió lo que dijo.
- Ulquiorra-kun es cierto lo que acabas de decir? – Orihime estaba un tanto preocupada.
- Ah~ Uru, tan mal estás en esa clase? – dojo con un poco de sarcasmo.
- Bueno, Ulquiorra nunca a demostrado interés con el inglés – confesó resignado Muramasa tocándose la frente.
- Ya ya, chicos pongan atención a mi clase - una indirecta muy directa a los cuatro jóvenes de la tercera fila que no dejaban de hablar.
Ulquiorra nuevamente miró disimuladamente los otros asientos.
- Grimmjow no vino a esta clase también… - volvió a pensar en voz alta.
- Si, parece que hoy no vendrá… - le habló Aporro en voz baja.
- Tú y Gimmjow ahora son muy buenos amigos no? -
- No es eso Muramasa -
- A mi también me alegra que sean buenos amigos – dijo Orihime ignorando el comentario anterior del otro.
- Etto… disculpen si interrumpo su interesante conversación, pero podrían poner atención a mi clase?? – abrió sus ojos dejando notar que son de color azul cian, y cuando Gin-sensei abría los ojos era porque estaba hablando en serio o estaba muy molesto. Los cuatro se callaron.
Al acabar la clase, el grupo de amigos salieron al jardín del campus a descansar.
- Esto…. Ulquiorra-kun -
- Mm? -
- Te encuentras mejor? -
- A qué te refieres mujer? -
- Me refiero a lo del viernes… -
- El viernes… - recordó todo lo que hizo ese día: el cine, los juegos, lo que le hizo Orihime, su desmayo, cuando despertó, y luego según Grimmjow lo que “hizo”, después una gran jaqueca - … Si, ya me encuentro mejor… - no quería recordar de nuevo lo que hizo, mas bien estaba el mayor esfuerzo para no pensar en ello, pero la joven en una pequeña e inocente pregunta lo logró.
- Si? Después de tanto trajín cualquiera se cansa – Aporro le dio un golpecito en el hombro a Ulquiorra.
Los hermanos escupieron al mismo tiempo la malteada que estaban bebiendo. Muramasa fue porque temía a que hayan descubierto la tontería que hizo su hermano por la sobredosis de azúcar que consumió; y Ulquiorra fue porque se puso nervioso a que el pelirrosa ya supiera de lo que fue capaz de hacer esa noche.
- No digas tonterías… -
- Cállate Aporro -
Los Cifer caminaron más adelante para ya no tener que hablar y escuchar más del tema. Se miraron y asintieron como si hubieran pensado lo mismo.
- Muramasa qué hora es? –
- Son las 4:16 p.m. -
- Es tarde. Ya vámonos -
- OK! -
Y con su pequeño y rápido diálogo se retiraron corriendo, no sin antes claro de despedirse.
- Y esos dos qué tienen?? –
- No lo sé…. – contestó la pelinaranja.
Llegando a su casa hicieron lo de siempre: Ulquiorra cocinaba y Muramasa le daba una pequeña limpieza a la casa, también lo hacían viceversa todos los días para que ninguno se aburriera. Tuvieron que aprender a ser independientes desde muy jóvenes porque su madre por el trabajo no podía parar mucho tiempo en casa. La cena ya estaba srvida en la mesa.
- Qué preparaste?? – preguntó emocionado Muramasa.
- Guiso -
- Se ve delicioso – lo alabó.
- Está delicioso. Y gracias – dio una pequeña sonrisa de orgullo.