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Notas del capitulo:

Por Merlin, mirad, ha actualizado.

 

Den una galletita a la autora por haber terminado el fic y un zape por demorar tanto (?)

Parte 9

 Bajamos a la playa, y Harry me ayudó a dar la vuelta a la barca y a meter la popa en el agua. Luego, le mande a buscar las cañas de pesca y dos cubos de gran tamaño mientras yo montaba el motor fuera borda en su sitio. Por último, metí un par de remos en el fondo de la embarcación. Harry volvió de la casa con una caja de aparejos, dos cañas y los cubos.

 

Entré en el lago, los llene y volví a la orilla. Weasley debía ahogarse con agua del lago para no levantar sospechas en la autopsia, tan solo debíamos llenar la bañera y esperar que su muerte no tomara mucho tiempo. Al llegar al dormitorio, vaciamos los cubos en la bañera con el tapón puesto, esta era una de esas antiguas, con pies, y el agua que habíamos depositado en ella apenas si alcanzaba los cinco centímetros. Debíamos hacer varios viajes.

 

Tuvimos que realizar cinco recorridos, para casi doscientos litros de agua, con el fin de que el nivel llegara al desagüe. Cada vez que pasábamos por el dormitorio, Weasley parecía más horrorizado. La manera en que Harry veía a su esposo con ojos brillantes cada vez que pasábamos, indicaba que sentía un placer sádico con el sufrimiento mental de su esposo. Sin embargo, para mí, esto solo consistía en un trabajo, y no en una misión de venganza.

 

Cuando la bañera estuvo lleno, volví a meter los cubos en el cobertizo. Al entrar de nuevo en la casa, descubrí que Weasley había roto el largo silencio. Harry se encontraba en la puerta del dormitorio, mirándole.

 

-Sabe lo que va a pasar – me dijo, con una voz glacial – Me ha pedido que le suelte. Cree que todo esto es idea tuya.

 

Comprobé los nudos, y los encontré tan seguros como antes. Al parecer, había intentado desatarse porque tenía las muñecas algo enrojecidas pero no lo había conseguido las desate yo un poco, no tanto como para que él pudiera escapar, pero lo suficiente como para permitir una mejor circulación. Di un pequeño masaje a sus muñecas y volví a apretar los nudos. Solo intentaba que no se notaran las huellas de las cuerdas después de su muerte.

 

-¡Harry, yo nunca te he hecho nada! –la vos de Weasley era una mezcla de ansia y desesperación.

 

Harry se acercó a la cama y se agachó para que su cara estuviera a la misma altura que la de su marido.

 

-Piensa en tu pequeña y ardiente amante; recuerda a Lisa Turpin, tal vez eso haga que te sientas mejor cuando empieces a tragar agua.

 

-Son solo las siete y media – recordé – Nos quedan dos horas, y no vamos a pasarlas aguijoneándole. Sal de aquí ahora mismo – Empujando a Harry hacia la cocina, cerré la puerta tras nosotros, aunque no a tiempo para dejar de ori el largo sollozo que salió de la garganta del condenado.

 

Las horas siguientes fueron interminables. Después de aquel momento en que Harry perdió el control momentáneamente y comenzó a hacer reproches a su marido, ya no mostro ningún deseo de acercarse a él. De vez en cuando, yo entraba a la habitación para aflojar las cuerdas un momento. Weasley se encontraba en un estado de letargo desesperado, se quedo tumbado, inerte, esperando lo inevitable. Ni siquiera intento hablar.

 

A las nueve y media, dije a Harry:

 

-Sera mejor que te pongas lo que llevas cuando vas de pesca.

 

Luego, se levanto de la mesa y se fue hacia el dormitorio. Me quede en la puerta y mire. Harry saco una camisa de algodón azul y un pantalón vaquero, los coloco sobre la cama al lado de Weasley. Durante un rato se quedo mirando inexpresivamente a su marido. Luego, lenta y deliberadamente, se quito el bañador.

 

Parte 10 

 

Resulto ser una tortura exquisita. Harry era muy consciente de la belleza de su cuerpo, y a Weasley le estaba dando la última visión de lo que ya no poseía. Al mismo tiempo, desnudándose tan despreocupadamente en mí presencia, hacia alarde ante Weasley de nuestra relación. Weasley, por un momento ensancho las aletas de la nariz con una rabia impotente. Luego, la llama se apago.

 

Me acerque a la cama y puse un brazo bajo el pecho de Weasley y el otro alrededor de su piernas. Pude levantarle de la cama y nuestra victima empezó a suplicar.

 

-¡Por favor, no, por amor a Merlín! – casi lloriqueaba mientras le llevaba al baño - ¡Harry te lo suplico! ¡Malfoy! ¡No lo haga! ¡Cumpliré todo lo que me diga! ¡Desapareceré, jamás volveré a molestarle!

 

Poniéndome de rodillas, baje la parte superior de su cuerpo para introducirla en el agua mientras Harry, que le agarraba desesperadamente las piernas para hundirlo ante la lucha violenta por parte de Weasley a no morir. Los gritos cesaron de repente, al sumergirse la cabeza en el agua.

 

Después de lo que pareció un siglo, pero que probablemente fueron cosa de segundos, se oyó un gorjeo. Y los esfuerzos de Weasley se hicieron más débiles hasta cesar por completo. Harry se quedo contemplando la bañera, después, se puso a temblar maquiavélicamente. Descubrí que no quería mirarle. Le desate las manos y los pies, y metí la cuerda en un bolsillo. Un ruido repentino me obligo a levantar la vista.

 

Harry estaba apoyado contra la puerta y, en aquel momento, unas lágrimas corrían por sus mejillas.

 

-Está muerto ¿Verdad? – preguntó gimoteando histéricamente.

 

-Tú lo querías así – dije con brusquedad – Tranquilízate. Es un poco tarde para llorar.

 

-Está muerto – repitió, sin inflexión en la vos – Jamás volveré a hablar con él – Me miró sin verme y repitió en el mismo tono de vos: -Esta muerto, lo hemos matado.

 

Deliberadamente, le di una bofetada. Él, aun con los ojos llenos de lágrimas, me miró con asombro, como si no pudiera creerlo.

 

-Lo siento – me disculpe – Es el antídoto contra la histeria. ¿Estás bien?

 

Se llevo la diestra contra la mejilla sin dejar de mirarme, luego dejo caer los hombros y dijo con vos leve: - Ya me pondré bien.

 

Nos pusimos en marcha para culminar nuestro plan lo más pronto posible. Fue difícil cargar el cuerpo a la barca. Cuando finalmente metimos a Weasley en el fondo de la barca, los dos estábamos jadeando y sudorosos. Luego, al fin nos alejamos de la orilla. Encendí una linterna y arranque el motor fuera de borda. Lentamente nos dirigimos al sur, vi una casa que estaba a la orilla del lago, a unos quinientos metros de nosotros. Al acercarnos a la casa iluminada, hice que nos detuviésemos en el centro del lago, lo que nos dejo a una distancia de cien metros de la orilla.

 

-¿Estás seguro de que puedes nadar? – pregunté a Harry.

 

Asintió con la cabeza.

 

-Vale, volquémosla.

 

Cuidadosamente me senté en la borda; luego le indique a él que hiciera lo mismo. Se movió con igual precaución; y su peso adicional hizo que bajase ese lado de la barca hasta que el agua empezó a rebasar la borda. Suavemente, me balancee hacia atrás, y Harry siguió mi ejemplo.

 

-¡Ahora! – grité.

 

Juntos echamos todo nuestro peso hacia adelante; después, hacia atrás. Y la barca se volvo. Cuando subí a la superficie, vi a Harry a un metro de mí. -¿Estás bien? – le pregunté.

 

-Si – respondió tras haber escupido agua por la boca.

 

-Pues ponte a gritar  por ayuda y nada hacia la casa iluminada. Llámame a mi apartamento cuando se haya tranquilizado la cosa. – Con una brazada yo volví a la casa del lago propiedad de Potter y esté empezaba a pedir auxilio.

 

 Parte 11

 

 El lunes cuando fui a trabajar, toda la academia se encontraba alborotada. La noticia de la muerte de Weasley había aparecido en el periódico. Mi secretaria estaba muriéndose por contármelo. Apenas entres por la puerta, me en entrego El Profeta y me dijo con una mezcla de tristeza y deleite:

 

-Señor Malfoy ¿Ha visto lo del jefe?

 

La importancia social de Weasley hizo que la noticia saliera en portada. Pronuncie directamente unas palabras apropiadas de pesar a mi secretaria, y luego, me calle para que hablara ella.

 

-Me pregunto cómo lo estará pasando Lisa Turpin – especulo la chica – apuesto a que ha visto el periódico, porque todavía no ha llegado a la academia.

 

Pasaban los días y la notica iba perdiendo su importancia, solo me había dedicado a trabajar y a no encontrarme con Harry porque era lo adecuado mientras esperaba que me llamase. Busque a Lisa en el funeral, pero no la encontré.

 

El jueves, la academia ya estaba trabajando como si Ronald Weasley jamás hubiera existido. Lisa todavía no había aparecido. El viernes por la noche continuaba sin tener noticias de Harry. Corrí el riesgo de telefonearlo.

 

-Creí que me ibas a llamar – dije.

 

-¿Tan pronto? – Preguntó – Dijiste que cuando se hubiera tranquilizado la cosa.

 

-No tuviste ningún problema ¿Verdad? ¿Te hicieron alguna pregunta desagradable?

 

-No – contestó – No tuve ningún problema, la fama ayudo un poco.

 

-Entonces la cosa se ha tranquilizado ¿Por qué no pasas por aquí?

 

-¿Esta noche?

 

-Claro.

 

-A las ocho y media, como siempre – anunció con un deje de desgana en su vos.

 

Por primera vez no fue puntual, pues llegó con un retraso de diez minutos. Cuando lo bese, su reacción fue tan gélida como la de una estatua.

 

-¿Qué pasa? – Pregunté estudiándolo de cerca - ¿Estas pensando en volverte atrás, ahora que ya he cumplido con mi parte?

 

-Claro que no – dijo rápidamente.

 

Y se dejo  abrazar y me dio un beso con más entusiasmo. Pero sabía que era un acto fingido, solo podía pensar que todo fracasaría, que Potter no deseaba cumplir con su promesa.

 

-¿Dentro de cuánto tiempo crees que podremos casarnos sin correr ningún riesgo? – pregunté.

 

Contesto tan tranquilamente que supe que tenía la respuesta preparada:

 

-Un año es lo normal ¿Verdad?

 

-Pues yo estaba pensando dentro de tres meses. Esperar un año parece algo de la época de Merlín.

 

-¿Tenemos que discutirlo ahora?

 

-Supongo que se puede aguardar unos días- acepté.

 

Cuando disponía a irse, recordé:

 

-Sabes, nunca buscamos en el coche de Ronald aquella treinta y dos y los contrapesos ¿O lo has hecho tú?

 

Negó con la cabeza.

 

-Uno de los Aurores trajo el vehículo de mi marido a la ciudad. Está en el garaje de la casa ¿Debería sacar la pistola y los contrapesos para deshacerme de ellos?

 

-No tiene mucha importancia. Haz lo que quieras.

 

Más tarde, pasada la medianoche, me telefoneo con vos preocupada.

 

-Draco, no hay en el coche de Ron ninguna pistola, ni ningún contrapeso ¿Qué crees que haya pasado con ellos?

 

-Debían estar allí cuando tu marido llego a la casa ¿Es posible que el auror que trajo el coche se los haya llevado?

 

-No comprendo cómo pudo hacerlo. Me siguió a la ciudad y le estuve viendo por el retrovisor durante todo el tiempo.

 

-Pues no hay por qué preocuparse. Aquellas cosas apuntaban a las frustradas intenciones de Ronald y no a nosotros.

 

-Supongo que sí – afirmó poco seguro – Pero es realmente misterioso.

 

Cuando colgó, me quede pensando un buen rato. Me llenaba considerablemente de inquietud, en los más recóndito de mi mente empecé a sospechar donde podían encontrase los artículos.

 

A las nueve de la mañana, me encontraba en la pensión donde Lisa Turpin vivía, la corpulenta mujer de mediana edad que abrió la puerta me respondió:

 

-¿Lisa Turpin? Lo siento, señor. Está de vacaciones en la casa de sus padres.

 

-¡Oh! ¿Dónde viven sus padres? – ella me miró sospechosamente; le dirigí mi sonrisa mas encantadora. –Soy un amigo personal, solo quería invitarla a cenar.

 

-Bueno- después de estudiarme de cerca, decidió sin duda que yo era una buena persona porque medio la dirección de sus padres y el nombre de estos en menos de nada. Pero en vez de aparecerme allí, decidí utilizar la chimenea para comunicarme.

 

- ¿Esta Lisa? – pregunté.

 

-¿Lisa? Hace años que no vive aquí. Vive en una pensión.

 

-Lo sé, pero no se encuentra allí, pensé que debía estar visitándoles.

 

-Pues se ha confundido – dijo el hombre - Yo debería saberlo. Soy su padre.

 

-Perdone que le haya molestado – me disculpe y corte la comunicación.

 

 

 Ahora sé dónde está Lisa Turpin. La chica debió utilizar la excusa de visitar a sus padres para encubrir el proyecto de unas “vacaciones” secretas con Ronald Weasley. Ya que este no tenía intenciones de seguir con ella después del fin de semana, debió proponerle que pusiera esa excusa para retrasar el descubrimiento de su desaparición.

 

 Lisa Turpin se encuentra en el lago con seis contrapesos atados a su cuerpo.

 

Aunque jamás descubran el cadáver, su desaparición se advertirá y empezara el jaleo. Entonces Harry se dará cuenta de lo que yo sé en este momento: que su marido tuvo la intención de matar a Lisa Turpin para conservarlo a él, para defender su amor, y no para asesinarlo como yo le hice creer.

 

Casados o no ¿Qué nos pasara entonces? ¿Acudirá Harry con los Aurores para contar toda la historia? Me temo que sí. Tengo que creer eso. Sino ¿Qué podría hacer para salvarme?

 

Solo me queda una posibilidad: matar a Harry. Destruirlo antes de que alguien denuncie la desaparición de Lisa Turpin. Porque antes que nada, un Slytherin siempre antepone su vida a la de los demás. 

 

FIN

Notas finales:

Si, ese es el final.

No, no hay un epilogo.

Y si, intentare acutalizar las otras historias tan pronto como pueda.

Gracias por leer y no matarme en el proceso. 


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