- Di nos el nombre del otro santo – exigió fénix
- El otro extremo está cerca jajaja – dijo Caronte – se los diré al llegar
El terminar de decir eso Caronte no les dirigió otra palabra más hasta llegar a la orilla donde fue él quien bajo primero del balsero para luego los dos santos que ya en la orilla fue Caronte quien rompió el silencio
- Bien mocosos de Athena les diré el nombre y la ubicación de uno jajaja – se volvió a reír el espectro mientras subía a su balsero – cerca a la segunda prisión, en el único lugar donde crecen flores en el inframundo esta el santo de lira, Orfeo… - empezó a irse por el rio Aqueronte
- ¡¡Alto!!- grito Seiya - ¡¿Quién es el otro santo?!
- Pregúntenle a Orfeo – fue lo último que dijo Caronte antes de desaparecer en la niebla
- Maldito espectro! – dijo Seiya queriendo ir por Caronte, cuando Ikki le toma el brazo – porque me detienes?
- No lo sentiste cuando estábamos en el rio, todo está plagado por muertos dudo que puedas estar flotando mucho tiempo
- ¿Pero?
- Además de todas formas tenemos que recorrer al infierno no?
- Ahh tienes razón… - se resigno Seiya – entonces los rumores sobre su desaparición son ciertos…
- Nuestro primer objetivo será la segunda prisión, para encontrar a Orfeo
Dejando atrás al rio Aqueronte comenzaron a su camino hacia la primera prisión, el palacio del juicio, mientras que en el palacio de Giudecca el dios ya había llegado tomando el atajo de la segunda prisión, viendo a las dos chicas que lo estaban esperando con una carta en mano.
- Noticias del santuario de la primavera? – pregunto el dios
- Aioho dejo esto para usted – informo Andrómeda entregándole la carta
- Ya veo… – dijo al momento de leer la carta que había escrito la mismísima Perséfone que le decía todos los preparativos para mañana
- Hades-sama, los santos? – pregunto pandora
- Despreocúpate Pandora, no pasaran de Orfeo… - con la carta en mano se fue por los oscuros pasillos, dejando a las chicas y en especial a Pandora que se enojo
- Pandora que te pasa te noto… enfadada? – dijo Andrómeda
- No confió en Orfeo, puede…
- …traicionarnos, Pandora desconfiar de él es desconfiar de mi – dijo la ex amazonas enojada
- Jamás desconfiaría de ti – se defendió
- Como sea solo nos queda esperar, esperar que todo salga bien y que los santos dos santos mueran
- Y después tal vez nosotras podamos ayudar mañana, sabes no me gustaría ser una carga para el Hades-sama
- Carga? – se impresiono Andrómeda – tú no eres ninguna carga, has pasado todo tu vida ayudándonos
- Tal vez, dejemos que los santos de oro se encarguen
Hades quien caminaba por los oscuros pasillos llego a su destino abrió la puerta de la habitación de su amado que estaba en la cama de espalda leyendo un libro con una mirada concentrada en esta, se había cambiado de ropa y ahora vestía una túnica enteramente blanca que llegaba a cubrirle hasta su tobillo, no le cubría los hombros, en la cintura tenía un cinturón color oro, de inmediato noto la presencio del dios sentó dejo su libro en la mesita de noche y corrió para abrazarlo del cuello y darle un beso corto.
- Estas a gusto en esta habitación? – pregunto Hades
- Si – respondió el peli verde – que es esa carta? – dijo al notar la susodicha carta
- Ah esto – miro su la carta – no es nada que importe
- Puedo verlo? – pregunto inocentemente sintiendo que era algo importante
- Te dije que no es nada – dijo el dios tratando de disimular
- ¿Qué te pasa? No confías en mi…- dijo Shun algo triste
- Si te lo muestro, te vas a entristecer – le dijo pues a Shun no podía mentirle
- Estaré bien, por favor - Entonces Hades le da la carta que le envió Perséfone, Shun comenzó a leer la al momento de terminar la carta sin decir palabra se fue a sentar a el sillón blanco con la mirada baja, hades se acerca a esta se sienta junto a el
- Te dije – levanta el mentón de su ángel y ve que está llorando, este le mira con tristeza, hades con su mano le limpia las lagrimas y sin previo aviso lo besa con delicadeza – no estés triste amor
- Lo siento… - susurra y de repente ya estaba sentado en las piernas se Hades acurrucado en su pecho – por qué?
- Athena no podrá con lo que viene
- Saori-san?
- Haz de saber que las murallas del tártaro se están debilitando, los titanes serán liberados
- Imposible Zeus-sama…
- Zeus los detendrá pero los humanos entraran en pánico y en unos días el planeta estará perdido no solo porque la batalla entre titanes y dioses dejara un gran porcentaje de la tierra destruida, los humanos en su desesperación también la destruirán
- No puede ser posible todos… morirán – a esta altura el peli verde comienza a llorar más intensamente
- Si derroto a Athena tendré el poder suficiente junto con Perséfone para que las murallas no se derrumben en muchos milenios
- Hades por qué? Porque todo tiene que ser acosta del sufrimiento de otras personas?
- Para alcanzar una ambición, un sueño o una meta uno debe subir muchas escaleras y tropezar a veces, pero lo que no tenemos en cuanta en que cada escalera que pisamos es la esperanza de otro, es inevitable
- No se… que debería hacer ahora… - se abraza al pecho de hades mientras llora, hades para lo acomodó en sus piernas para sentarse en el sillón blanco
- No llores – dijo el dios abrazándolo con más fuerza
- Hades… snif… lo siento… snif – logro mencionar entre lagrimas
El dios le beso la mejilla para tratar de consolarlo, Shun al sentir el contacto levanta la cabeza y mira con unos ojos suplicantes que son bien interpretados por el dios para besarlo en la boca con delicadeza al principio, los labios de Shun eran tremendamente suaves, delicados y que incitaban a uno a buscar más cosa que ni hades soporto la tentación y su beso se profundizo volviéndose apasionado y demandante; empezaron una danza con sus lenguas explorando la cavidad bucal del otro, solo se separan por la falta de aire, sus respiraciones y sus miradas estaban a unos cuantos centímetros.
- Déjame… estar a tu lado… por siempre – jadeo Shun recuperando su respiración
- Así será mi ángel – dijo y saco una pequeña caja de color azul de su la túnica negra que llevaba puesto – te lo quería dar después pero… - toma la mano de Shun y abre la caja azul descubriendo un anillo de diamantes con una bella esmeralda como toque – amor mío, Shun quieres casarte conmigo?
- Yo… si… quiero… - dijo totalmente sorprendido por el hecho pero su hermana pandora le había dicho algo de eso, vio como le ponían el anillo en el dedo y lo miro con gran alegría
- No llores, no soporto verte llorar – hades lo miro algunas lagrimas pequeñas aun salían no sabía si era por la alegría o aun estaba triste por el futuro de la tierra, con eso en mente lo besa de nuevo, Shun corresponde y rodea con sus manos el cuello de hades.
El dios se levanta con Shun en sus brazos aun besándose, lo lleva a la cama para quedar encima de él pero ahora está devorando el blanco cuello del peli verde mientras que con sus manos quitaba la ropa y lo dejaba desnudo; Shun mientras gemía un poco por los contactos también inconscientemente le quitaba la ropa hades lo suficiente para dejar su bien formado pecho y acariciarlo. Cambiaron de posición quedando de lado, hades con una de sus manos había tomado al miembro de Shun y lo estaba estimulando mientras que con la otra pellizcaba los pezones ya erectos el dios aun disfrutaba de ese blanqueció cuello, el conejito ya ah este punto gemía sonoramente por todos los “cuidados” dados por el dios se volteo mirando y se volvieron a besar con mucha pasión hades agarro la cadera para que se unieran mas sintiendo el rose de sus miembro excitándolo mas, sin aviso ya estaba sentado encima del peli verde y con dos dedos lo penetro de una consiguiendo un grito ahogado por el dolor del de abajo, el dios movió los dedos en el interior un rato consiguiendo el punto de excitación de Shun, quita sus dedos del interior y coloca su ya erecto miembro penetrándolo lentamente causando un poco de molestia de su acompañante
- Hades!... mas… mas… - gime Shun
Obedeciendo a su acompañante empieza con sus fuertes embestidas volviendo a tocar el punto de Shun haciendo que se enloqueciera de placer a pesar del dolor de las fuerte embestidas que le daba Hades quien paro un rato para cambiar de posición ahora lo dos estaban abrazados mientras las embestidas seguían, Shun estaba arañando la espalda de hades sin notarlo, hades sintiendo como llegaba al final vuelve a masturbar a Shun llegando el primero y luego el otro, se dejan caer en la cama aun abrazados.
- Gracias – susurro Shun – gracias por estar conmigo
- No es nada, te amo
- Yo también
- Shun mañana préstame tu cuerpo… – lo mira con una mirada muy seria
- Claro… está bien – respondió en tono calmado
- Disfruta el resto del día, amor – dijo el dios y se levanto se vistió de nuevo y se fue
Shun trato de dormir pero algo en su interior no lo dejo como un mal presentimiento, se paro y se fue a bañar. Sin saberlo desde el santuario de la primavera alguien estaba a punto de ir donde el pero no sola, y en los principios del inframundo dos personas esta buscándolo