Fénix y Pegaso corrían por el infierno hasta que se encontraron con las escaleras hacia la segunda prisión las subieron a gran velocidad, en la puerta de encontraron a Marchino de Esqueleto que les detuvo el paso apuntando con su guadaña
(N/A: para quienes no lo recuerdan Marchino es un soldado raso que Lune mato por hacer mucho ruido)
- Quietos hay – dijo Marchino – guarden silencio
- Por qué?
- El señor Minos se fue a ver al señor Aiacos y dejo a su general Lune a cargo a quien no le gusta el ruido – informo el esqueleto
- Eso no nos importa, déjanos pasar o quieres morir
- Silencio!!! – grito una voz desde el interior
- Señor Lune como lo siento, no debí hacer ruido – trato de disculparse sin éxito pues un látigo salió y lo enrollo llevándolo adentro
- Pero que… - decidieron entrar solo para ver la gran estancia y en el suelo la sapuris vacía y esparcida por el suelo
- En una corte debe haber silencio – dijo la voz desde el lugar en donde se encontraba
- ¿Quién eres tú? – pregunto Pegaso mirando a donde estaba el espectro
- Yo soy Lune de Balgor
- Seiya ve, busca a Orfeo, encuentra a nuestro hermano – dijo Ikki
- Pero… - quiso objetar pero puso como prioridad a Shun y se marchó del lugar – suerte
- No te iras – Lune trato de enrollarlo con su látigo – ¡pero que! – Ikki lanzo una de sus plumas y logro desviar el ataque permitiendo a Seiya ir rumbo a la segunda prisión
Lune en esta ocasión lanzo su ataque contra Ikki, que le enrolla su brazo izquierdo pero antes de que pudiera apretarlo más Ikki le lanza su puño demoniaco y logra desenrollar su brazo tomando una posición de grandeza, mientras que Lune se prepara para un nuevo ataque y recuperaba el equilibrio
- Ese es tu mejor ataque Fénix – se burló Lune y llevo una de sus manos a su cabeza, la ilusión empieza a hacer efecto y el espectro se ve a sí mismo siendo rodeado por su propio látigo y se repliega a su cuerpo sufriendo su propio ataque en el momento final Ikki lanza un buen golpe dejando inconsciente.
El santo vio como el espectro cayo, sin más demoras trato de seguir, pero muchos esqueletos aparecieron en el lugar y empezaron a atacarlo, para Ikki no fue gran problema cargarse a todos pero no se acababan pues su único fin era retrasar al santo.
Seiya llegaba a la segunda prisión, en donde solo estaban los muertos enviados al lugar y no había rastro de Pharaoh de Esfinge. De entre las columnas salió un pequeño perito blanco que le empezó a ladrar, Seiya no le dio mucha importancia y siguió su camino, en la salida de la prisión se oye una hermosa música de arpa siendo guiado por ella a un jardín carca de la prisión de repente la música dejo de sonar, Seiya empezó a buscar de la mirada buscando a la persona quien tocaba, a lo lejos distinguió una caballera larga y rubia corrió hacia ella y encontró a una bella mujer cuyo cuerpo estaba convertido en roca y su mirada de ojos completamente negro parecían perdidos
- Dime eres un santo – pregunta la mujer viendo al santo
- Soy Pegaso Seiya – respondió el santo – pero ¿quién eres tú y por qué estás en esa forma?
- Soy la ninfa Eurídice – contesto la mujer – será mejor que te vayas
- ¿Eurídice? Que me vaya, ¿Porque?
- Lo siento soy una ninfa Auloníade, no puedo decir más – baja la mirada
(N/A: las ninfas Aulonía de son ninfas cercanas a los pastores y rebaños, sirven a Pan dios del bosque)
- Eurídice, que crees que haces – dijo un hombre de pelo celeste que se acercaba con arpa en mano
- ¡¡¡Santo de Pegaso huye!!! – dijo Eurídice – Orfeo por favor – rogo el peli celeste
- ¡¡Orfeo!! ¡¿Tú eres Orfeo de Lira?! – dijo mientras caminaba hacia el
- Pegaso eh… - rio en vos baja y levanto un poco su lira – dime Pegaso porque viniste al inframundo?
- Responde algo primero el santo de Andrómeda está aquí? – pregunto Seiya
- Je je, si se encuentra en Guidecca – respondió Orfeo
- Orfeo… - dijo Eurídice con lágrimas en los ojos – no vale la pena, déjalo ir
- Calla Eurídice – comienza a tocar su hermosísima melodía y su cosmos se encendió – muere Pegaso ¡réquiem de la muerte!
Las cuerdas de Orfeo salieron para atacar a Pegaso, este salto esquivando las cuerdas, quiso usar sus meteoros pero recordó que su ahora oponente era un santo como el, tomo un postura normal y aclaro mejor su garganta para hablar.
- ¿Por qué me atacas Orfeo? – exclamo Seiya
- Eso… porque no tengo opción – baja su lira y también su mirada – no puedo continuar
- Tranquilízate Orfeo – dijo la ninfa – yo explicara todo tu puedes irte
- Amor mío , solo quiero tu felicidad – dicho esto el hermoso santo se fue en dirección a la prisión desapareciendo por completo de la vista de los otros, Seiya quería ir tras el pero Eurídice lo detuvo
- Santo de Pegaso no lo persigas – suspiro – yo te explico todo
- Espero que tengas una buena razón
- Ah Orfeo lo obligan a matarte, porque si lo logra él y yo podremos regresar a la superficie, volveríamos a nuestra antigua vida… - el silencio encerró a la ninfa pero puedo continuar hablando – aunque tal vez y solo tal vez no se lo mejor para el
-flash back-
En la antigüedad el dios de la belleza masculina y la música, Apolo-sama, le quería de consorte. Le conoció por la música, por la bella música que ellos tocaban Orfeo se convirtió en su discípulo eran felices... Un día sin embargo el dios no pudo contenerse más a la tentación del bello Orfeo dejo su arpa y unió sus labios con los del otro en un apasionado beso al cual poco a poco le correspondió con gusto, al separarse sus miradas se cruzaron
- Apolo-sama – dijo el mortal – porque… usted?
- Orfeo – le abraza – quédate a mi lado así nuestra música sonara más bella – se acercan de nuevo y un nuevo beso les une
Desde entonces entre ellos hubo un gran amor, durante los días juntos tomados de la mano sonriendo mientras que las noches estaban llenas de pasión, pero no todo lo que brilla es oro paso el tiempo y su relación termino, Orfeo fue a su pueblo de nuevo y por un tiempo no toco nota alguna hasta que la ninfa Eurídice le conoció y le hizo volver a sonreír a volver a crear hermosas melodías pero ella mordida con una serpiente murió y Orfeo fue por ella al inframundo
-fin de flash back-
- Entonces al tratar de recuperarme de la muerte y con su música que hablando el corazón de los soberanos de inframundo Perséfone-sama y hades-sama les juro lealtad
- Por eso nos ha atacado – dijo Seiya – pero si es cierto porque estas aun aquí
- Él no debía verme hasta salir de aquí sino me quedaría como estoy ahora – dijo la ninfa – pero la razón por la que los acato es que hades-sama le dijo que si les mataba saldríamos de aquí
- Solo tengo una pregunta más bella Eurídice – Seiya la mira muy seriamente – sabes si en este lugar, el infierno se encuentra el santo se Andrómeda Shun
- Te lo diré si prometes liberar a Orfeo de este lugar – dijo la ninfa al borde de las lagrimas
- Está bien, pero responde a mi pregunta
- Se encuentra en Guidecca, en el centro del inframundo – sonríe – confió en vuestra palabra – ve como Seiya se aleja a la tercera prisión – espera!!!
- Que pasa Eurídice – inquirió Seiya deteniéndose
- Ve por aquel camino – señala como puede a un camino que parecía un pequeño estrecho de rocas – te llevara más rápido a Guidecca
- Umm… - sin más partió por eso camino que aunque estrecho en verdad le reducía al camino
En la segunda prisión la violenta brisa venida del valle de los vientos negros empezó a mover la caballera rubia de Eurídice y también una cabellera morada oscura de un espectro con una arpa egipcia en mano este ser se acercó a la ninfa.
- Crees que hiciste bien Eurídice – dijo el espectro
- Pharaoh deberías estar feliz – dijo la ninfa – si nos vamos tu volverás a tocar para hades
- No niego eso – respondió Pharaoh – pero que pasara cuando se enteren que Shun ama a hades claro aparte de su reencarnación
- Te pido que no interfieras – pidió Eurídice
- No lo sé, aun así ten cuidado – tomo su arpa y empezó a tocar una melodía egipcia al tiempo que desde las estancias de la segunda prisión se oye la música de Orfeo
- Orfeo – dijo Pharaoh – tu melodía se ha vuelto triste
- Ven… que estas demasiado lejos para apreciar cómo se debe tu música – dijo Eurídice
Dentro de la segunda prisión, el bello Orfeo estaba tocando su melodía alado de un perrito blanco que movía la cola de felicidad, pronto de un portal desde la primera prisión llegaron más muertos, el pequeño perrito se giró y gruño, de un momento a otro su tamaño aumento y de su cuello aparecieron dos cabezas más se convirtió el cerbero el perro guardián del infierno…
- Cerbero no ensucies mucho el lugar – dijo Orfeo sin dejar de tocar
El canino solo tragaba muerto tras muerto todos esto llegaron aquí por su avaricia en vida, pecadores merecedores del infierno en donde Cerbero los devora
-Santuario de la primavera-
En este santuario la diosa Perséfone llamo a todos sus guardianes para poder seguir con el siguiente paso del plan. Reunidos en el salón principal estaban Nasty, Karydía y Kikena del lado izquierdo y Vladmir, Selene y Aioho en el derecho, la estaba en lo alto sentada en un trono de cristal.
- Queridos guardianes míos, su diosa los ah llamada para poder decidir quién de vosotros comandara el ataque al santuario de la imprudente de Athena
- Madre, yo lirio blanco Nasty estaré dispuesta para vuestra orden
- De ninguna manera – dijo Kikena – tú te quedaras aquí donde estas segura
- Nasty es muy fuerte, podrá con esto – dijo Vladmir – si su seguridad es lo que les preocupa yo iré con ella
- Hermano – dijo Selene agarrando el brazo de Vladmir – hace poco reviviste no debes arriesgarte
- Selene, Kikena no deberían subestimar a sus compañeros – dijo Aioho con una expresión seria – todos nosotros somos los mejores del santuario
En medio de todo esto Karydía pensativo sobre todo esto, sin hablar pensando en quien podría ir, el quería que Nasty fuera quien lideraba después de todo en aquella sala exceptuando a la diosa claro le debían mucho a Nasty. Todos en la sala discutían hasta que la vos autoritaria de la diosa se hizo presente
- BASTA! – grito la diosa – está decidido, Nasty tu conducirás la invasión Kikena y Vladmir te protegerán los demás estarán es pelea eso es todo, pueden retirarse
Todos asistieron y se retiraron para el día de mañana, pero la peli negra antes de ir a su habitación fue a la cámara donde reposaban los santos
- Vengo a informar que mañana partiremos a una misión muy importante – dijo la peli negra – esta consiste en apoderarnos del santuario, su parte de ustedes es que con unas sapuris que le otorgaremos combata a los santos restantes – el aire se volvió pesado cosa causada por los santos – tranquilos no loas mataran y podrán despedirse de ellos… se los prometí verdad?