Los amigos de Harry querían que ya terminaran las vacaciones para que Malfoy regresara y se llevara a su malvada pelota de pelos con él.
Si no terminarían practicando los hechizos imperdonables con dragón ya que no aguantaban más al pequeño demonio.
Harry le contaba a Dragón lo mucho que había sufrido en su no muy lejana infancia lo solo que se había sentido lo mucho que añoraba una familia pero sobre todo lo que amaba a ese rubio engreído, mala gente y el miedo de que si se acercaba a Draco este lo iba a despreciar por ser un mestizo el perrito lo miraba con carita triste pensando; si tú supieras Potty si tú supieras que también me gustas.
Cuando faltaba un día para comenzar las clases se acerco Dumby a la mesa de los leones para hablar con Harry
-Harry el Sr. Malfoy se entero que tú tienes a su mascota-dijo Dumby-y exige que se la regreses.
-Pero él la abandono-dijo Harry-y es mía lo que uno se consigue en el suelo es del que lo encontró y él lo abandono lo dejo solito y no le importo.
-No, Harry ese perro es de Malfoy-dijeron Ron y Hermione al mismo tiempo-y se la tienes que regresar, no te puedes quedar con el.
-No es mío –decía el moreno abrasando al perrito que ya estaba un poco azul-y no me lo pueden quitar, el es mi amigo mi único amigo.
-¿QUEEEEEEEEEEE? –gritaron Ron y Hermione
El viejo come caramelo agarro al perrito de una patita y Harry lo tenia de la cabecita halaban en distintas direcciones y el perrito estaba de todos los colores.
-¡Harry, lo vas a descabezar entiende! -dijo el director- ¿prefieres matarlo antes que devolvérselo a su dueño? eso no es amor, hijo.
-Está bien, lléveselo viejo decrepito pero… ¡él no lo querrá como yo lo quiero!-decía un lloroso moreno señalando-pero los odio a ti, a ti, a todos ¡ojala Voldemort se los lleve a todos y haga chorizo con ustedes!
Harry salió corriendo a la torre de astronomía dispuesto a suicidarse oliendo marcadores de pizarra y comiendo tippex lo que consiguió una tremenda voladora con diarrea.
En la oficina de Dumbledore.
Dumby hizo un conjuro y Draco regreso a su forma humana con un lacito en el flequillo que se quito de un manotazo y con su rostro sonrosado de la vergüenza.
-¡Usted siempre lo supo!-dijo Draco señalando al anciano -siempre supo que yo era el perrito de Harry.
-Sip jejee-rio Dumby.
-¿Por qué carajo espero tanto tiempo?-pregunto el rubio que tenía el flequillo todo encrespada-¿por qué no me regreso a mi forma humana de inmediato?
-Para darle una lección, joven Malfoy -dijo el anciano-para una próxima vez tendrá la precaución de buscar un adulto que lo supervise.
-¿Le dirá a Harry que yo era el perrito?-pregunto el rubio mientras trataba de alisar su flequillo-¡el pensara que lo engañe!
-No, pero usted me dará su palabra de mago que no utilizara lo que se entero en contra de Harry-dijo el mago mayor.
-Le doy mi palabra –dijo Draco- a Harry ni con el pétalo de una flor, pero… ¿y lo que se de los otros?
-Eso queda a su criterio-dijo Dumby-mientras no provoque una desgracia.
-Ok muahahaha-Draco se echo a reír – necesito ir a una tienda ¿puedo?
-Si las clases comienzan mañana –dijo Dumby.
Al día siguiente en el gran comedor un Harry con los ojos lloroso y el ánimo por el suelo que el que pasaba cerca se tropezaba con el (con el ánimo) esperaba que sus amigos terminaran de desayunar Ron y Hermione más alegres que una pascua comentaban lo bien que estaban sin el mugroso perro enviado de Satanás.
En eso entro al comedor un engreído rubio portando un perrito de cartera al más puro estilo de Paris Hilton se acerco a la mesa de los leones y casi le tira encima un perrito color champan a Harry.
-Toma no se que le hiciste a mi perro –dijo el rubio-pero se paso la noche llorando y intento modérme, si no lo quieres se lo enviare a Lucius para que haga morcilla con el.
Harry agarro al perrito y lo abrazo y beso y también abrazo al rubio y lo achuchaba le dijo que si querían podrían ser amigo que el haría el intento.
-Contrólate Potter que estas poniendo la cómica-dijo el rubio-y de tu amista lo pensare.
Harry le dio otro abrazo y un beso de piquito a lo que el rubio se soltó todo colorado y se fue a su mesa pensando en lo mucho que se iba a divertir, el perrito tenía un hechizo para hacerle la vida imposible a los Gryffindor menos a Harry.
Cuando se sentó miro a la mesa de los profesores y vio unos ojos azules brillaban con malicia y diversión mientras su dueño comía caramelos de limón.