Tocaron tres veces la puerta.
-Pase.
-Mi Capitán, buenas tardes-Se puso firme Kai
-Buenas tardes soldado. Bueno se preguntara porque lo llame.-se sentó en su escritorio
-Sí señor.
-Bueno no sé por dónde empezar. Pero primero quiero saber desde su punto de vista, usted que hace aquí.
-Bueno señor como ha podido notar mi padre es muy estricto y según el deje el apellido Hiwatari sucio solo por ayudar a uno compañeros a que detuvieran el paro.
-Ya, y porque dice que consumiste cocaína.-Le conto el malentendido y dijo que él nunca había probado eso.-Bien, tu padre me ha dicho que te haga una prueba a ver si has consumido cocaína, no te la voy a hacer porque creo que es un abuso de tu padre que te mande aquí por eso, pero en aquello no puedo hacer nada.
-Gracias mi Capitán, pero, porque me hace ese favor.
-Como te dije me parece un descaro que tu padre me mande a hacer eso.-Hasta el momento Ray en ningún momento había mirado a Kai a los ojos.
-Bueno, perdóneme la pregunta pero ¿Por qué en toda la conversación no me ha mirado?
Se quedó callado y Kai se sentó junto a él en el escritorio.
-¿puedo mostrarte algo?-dijo Ray mirándolo a los ojos por primera vez. Vaya como brillan.
-Claro.
-Cierra los ojos.-Kai obedeció.-Relájate e ignora todo-Ray se acercó lentamente a él con los ojos cerrados, sentía su cálida respiración y estaba a punto de rozar sus labios cuando…
Tocaron la puerta.
Kai se paró en un segundo y se puso firme, mientras Ray se acomodaba en su puesto.
-capitán. ¿Qué hace Hiwatari en su oficina?-Era el General.
-Mi capitán el soldado Hiwatari me estaba haciendo un favor.
-le recuerdo que en el ejército no se hacen favores, se cumplen órdenes.
-Sí señor.
-Hiwatari, venga conmigo.
-Si mi general-Lo siguió hasta su oficina.
Era grande y con bastantes escudos y conmemoraciones, se notaba que trabajo duro para ser general.
-¿Qué estaba haciendo en la oficina del general? ¿Sabía que está prohibido entrar así verdad?
-Si mi general-dijo muy firme-pero es que…
-Ningún pero. Que no vuelva a pasar y vuelva a sus oficios.
-Si mi general.-Obedeció y salió de la oficina.
Kai fue a dar una vuelta por el batallón, ya que no vio a Bryan por ahí.
Vio niños jugando, perros, gatos y a algunos soldados algo apurados él era el más relajado. Fue hasta el establo y había una gran variedad de caballos, uno blanco y grande, uno café con un cabello hermoso, vio otro con manchas y en su cola estaba hecha una trenza, llego al final y vio un gran caballo negro, como el cabello de Ray, era bastante grande y su pelo estaba bien peinado y cuidado.
Acaricio su hocico y el caballo se movió un poco pero de buena manera.
-Tal vez algún día te monte-tenía esa pequeña ilusión.
Todo estaba tranquilo hasta que…
-¡Kai!-Era Bryan, claro siempre aparece en el momento menos indicado-Vaya pensé que te había tragado la tierra. ¿Dónde estabas?
-En la oficina del Capitán-dijo sin dejar de mirar el caballo.
-Vaya y ¿qué paso?
-Nada importante, solo que no fuéramos muy necios, nos tiene en la mira.
-Bien, pues vámonos, nos esperan en el patio de guerra nos van a decir o dar algo.
Cuando llegaron al patio de guerra había una fila compuesta por varios soldados, al final de la fila había un tipo grande y alto, tenía camisilla y el pantalón de la guerrera, un buen cuerpo, con cabello castaño y parado, él les estaba entregando otro uniforme que sería para hacer ejercicio y cosas especiales.
-desde hoy yo seré el segundo al mando de ustedes. Soy el capitán Petrov y espero que no sean unos debiluchos, porque conmigo no habrá descanso-Hablo firmemente y se fue.
Eran las 6 del a mañana y Kai ya estaba tocando el agua fría.
Fueron al patio de guerra y el general estaba hablando con el capitán Petrov, que parece que no le diera fría ya que tenía una camisilla y unos shores como los que les dieron ayer.
Tala miro a Bryan picándole el ojo y claro este le respondí.
-Vaya tan rápido te lo cogiste.
-No seas exagerado.
Se formaron y paso un buen rato hasta que llegaran los demás y el capitán terminara de hablar con tala.
Los pusieron a dar vueltas al batallón, a hacer abdominales y otros ejercicios unas 20 veces (como los que te ponen en Ed. Física). Al final les dieron un arma, la cual tenían que usar para cuando estuvieran de guardia y la tenían que mantener brillada.’
Así fue durante 3 meses, ejercicio todos los días al amanecer, limpiar el batallón, estar de guardia de día y de noche, eso era bastante agotador pero no había de otra.
-Bien, como ya saben se acerca el 31 de octubre-Ray, su voz como le gustaba oírla por las mañanas nada lo hacía sentir mejor.-y tuvimos la idea de que ustedes los soldados hicieran la fiesta para los niños, es días antes del 31, espero la colaboración de todos. Kai.
-Si mi capitán.
-ven a mi oficina por favor.
-Como ordene señor.
Todos lo miraron cuando Kai se fue detrás de su jefe y el vio como Spencer les ordenaba que hicieran mas trabajo físico, le divirtió un poco esa idea.
-Kai, puedo hacerte una pregunta
-claro mi capitán.
-bueno es más bien un favor. Quiero que tú y los demás soldados, hagan la fiesta.
-si mi capitán, pero eso ya nos lo dijo afuera.
-si tienes razón, pero el punto es que quiero que tú te encargues de todo.
-Oh.-le asusto un poco la idea, nunca había hecho una fiesta.-Claro mi capitán será un placer.
-genial-le dedico una amplia sonrisa-espero no me decepcione.
-Nunca.-dijo sinceramente.
-bien, oye ten cuidado con el capitán Petrov.
-¿Por qué?-le pregunto extrañado.
-él es segundo al mando de ustedes y por una regla de incumplas y él se dé cuenta, te va a dar muy duro.
-Gracias-dijo y le dedico una gran sonrisa.
***
Kai salió de su oficina haciendo que el diera un gran suspiro.
¿Qué voy a hacer?
Ray ya no sabía qué hacer, no se sacaba a Kai de la cabeza, antes cada día un martirio para él, estaba cansado de todo no soportaba un día más… pero desde que vio a Kai su vida cambio, él pensó que era un chico consentido, que se creía un ricachón, pero no, es todo lo contrario, algo frio con las personas que no conoce, decidido y hermoso, inclusive que día casi le roba un beso.
Cada mañana que lo ve allí parado haciendo ejercicio dando todo de sí, sin descanso, su vida se alegra, siente como su corazón se pone a mil por hora cada que lo ve o está cerca de él, últimamente Kai se ha vuelto una parte muy importante en su vida.
-Mi capitán-Entro el general de sorpresa
-Mi general, casi me mata de un infarto.
-jaja, tranquilo más bien dígame como le va con el soldado Kai.
-no sé de qué habla-dijo ignorando tal pregunta.
-Mira puede que yo no sirva para el amor-se sentó en el escritorio de Ray-pero, se te nota en la carita que estás enamorado y veo como cada vez que sales en la mañana a trabajar sonríes cuando lo vez y antes no era así. Y claro se ve que él se alegra cuando te ve.
-vaya lo has observado mucho, o no es a él sino al soldado Kunzetsov.
-puede ser-Ambos rieron-el chico tiene su cosa.
-no juegues con él.
-Tranquilo no le romperé el corazón.
-eso espero.
***
-¿qué te dijo? Kai-dijo Bryan interrumpiendo su concentración al comerse una hamburguesa.
-puedo comer primero.
-vamos solo dime, no creo que sea tanto.-le dio un mordisco a la hamburguesa.
-dijo que quería que yo fuera quien hiciera todo el trabajo.
-¿ósea?
-eres idiota o me parece, quiere que yo sea el jefe, inútil
-perdón, hoy no estoy pensando bien. Y ¿solo fue eso?
-¿Qué pensabas? ¿Qué para que me llamo?
-pues no sé, como cada vez que te ve sonríe.
-de que hablas idiota-aunque si es así… ¡no! Es imposible
-y tu también
-Cállate, vete más bien con tu noviecito el general Valkov
-hablando del rey de roma-hay venia el general, justo en dirección hacia ellos.
-Kuznetsov, a mi oficina ¡ahora!
-si señor-se fue detrás de él y Kai empezó a reír en voz baja.
Bryan se estaba demorando bastante en la oficina del general, así que decidió empezar sin él.
Empezó a decirle a los chicos que tenían que conseguir, que puesto iba a ocupar cada quien e incluso algunos se animaron a hacer un concurso de talentos donde participaran ellos y todo el mundo, alistaron los regalos y premios, la música, la comida y los juegos.
Estuvieron toda la tarde planeando eso, organizando de que horas a qué horas iría y bueno toda esa vuelta.
Ya eran las 12 de la noche y Bryan no aparecía. Creo que es el general se lo comió. Rio al pensar eso.
Ya estaba a punto de caer dormido cuando oyó a alguien entrar en la habitación.
Bryan.
-oye-Bryan se asustó y casi se cae- ¿Dónde estabas? Me tenías asustado.
-lo siento, estaba con Tala.
-Haciendo que.
-cosas privadas.
-hay no me jodas enserio.
-¡que! No tiene nada de malo.
-pues claro que no, pero toda la tarde.
-bueno es un poco exagerado, pero cálmate.
-quien dijo que no estoy calmado.
-sabes que, mejor me voy a dormir.
Ambos se fueron a dormir, y claro como todas las noches Kai soñó con Ray.