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¿Dónde está Sakuragi? por MayoM

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Notas del capitulo:

- Ya te dije que no te preocupes… además, regálame otra cosa.

- ¿Qué? No, ya basta con eso, no abuses.

 


Fan Fic Basada en el Anime/Manga Slam Dunk derechos de autor al mangaca Inoue Takehiko.

 

¿Dónde está Sakuragi?

Capítulo 3 “¡Feliz Navidad!”

 

El peso de Sakuragi sobre sus cadera le estaba comenzando a hacer doler, resultaba demasiado grueso para mantenerlo encima por un lapso mayor a los diez minutos, y ellos llevaban allí… veinte. Rukawa soltó las zapatillas, pero simplemente para poder quitarse de encima al pelirrojo, lo que apenas logró, pues Hanamichi se aprisionaba con más fuerzas y eso le hacía doler aún más, era como si sus huesos se fueran juntando.

- Me haces daño idiota, salte. – Pidió el moreno, a lo que el pelirrojo respondió con una risotada enorme.

- AHAHAHAHA ¿Te duele? Oh vamos, peleas todo el tiempo por cualquier idiotez, y ahora dices que te duele que te apriete un poco… - Acabó por hacerlo de nuevo, a lo que Rukawa no aguantó un pequeño quejido que salió de su boca en un suave jadeo lastimero. Lo volvió a empujar, y ahora usó más fuerza, y luego unas sacudidas, después unos golpes sobre el pecho ajeno… En ese momento Sakuragi tomó las muñecas del zorro con fuerzas, volviendo a hacer crujir de sus huesos bajo su palma. La mano que tenía dentro de la camiseta se mantenía allí aun. – Si quieres los tenis, dijiste que harías cualquier cosa, y yo también quiero mi regalo, ¡AHAHAHAHA! Zorro, nada más deberías ver tu cara, ¿Desde cuándo expresas tanto? – Se salió finalmente de encima, dejándole tranquilo, pero tenía los tenis en sus manos. – Al parecer no los quieres, así que… - Se acercó a la repisa, dejando de ellos allí, Kaede miraba atontado aun el asunto, hace segundos tenía las piernas del pelirrojo dejándolo sin aire, y ahora que la presión se había ido y sus huesos volvían a la normalidad, la sensación aguda persistió con mayor intensidad, mordisqueándose los labios por esto.

- Ng… - Se quejó cuando intentó sentarse, acomodar su cuerpo a la libertad también dolía. Apoyó ambas manos en la cama, mirando ahora con la neutralidad que se le conoce, Hanamichi sabía a la perfección que Rukawa no haría realmente lo que él quisiera, y en ese instante se jactaba de la situación del moreno, divertido por lo demás. El pelinegro se puso de pie, acercándose al 10 de Shohoku. – Yo lo quiero, ahora dime qué diablos quieres… - Soltó irritado, volviendo a tomar los tenis negros de la repisa. Ahora sí, teniendo más cuidado, pegó las zapatillas contra su vientre y esperó.

- Quiero tu muñequera, la negra, esa que usas cuando juegas basquetbol.

- No.

- ¡AH! ¿Ves cómo eres? Estos son míos – Decía el pelirrojo, posando su mano sobre los tenis que aprisionaba tanto el moreno contra sí. - ¡Ya sé porque no me la quieres dar! – Rukawa lo miró.

- … -

- ¡Está embrujada! Sí, con razón haces más canastas que yo… ¡AJÁ! – Kaede rodó los ojos, recordando que esa muñequera había sido un regalo de su madre, cuando pequeño, en los tiempos que comenzó a jugar baloncesto.

- No puedo, es un regalo importante… -

- ¡No me convencerás! O me la das… - Y en ese momento rápidamente le quitó de las zapatillas, pues el pelinegro se había distraído un poco. – O no las tienes.

- Torpe – Murmuró, sabía que Hanamichi era MUCHO más terco que él. – Si… si te la llegara a pasar, ¿no la perderías verdad? – Preguntó interesado. Y que no se entienda mal, no era que el Super Loki cambiara algo tan valioso como el regalo de una madre por un par de zapatillas de su ídolo, sino que si lo llegaba a hacer, sería porque sabría que quien llevara aquella muñequera, sería un igual del básquet, alguien tan capaz como él mismo. – Te la daré, pero con la condición…

- ¡Bien! No te preocupes, no la perderé Zorro, tú no te preocupes… - Rukawa llevó una de sus manos hacia su pantalón, en la parte de atrás, donde siempre llevaba consigo aquella muñequera, la tomó y se la mostró al pelirrojo.

- Pasando y pasando. – Dijo, a lo que Sakuragi rio, entregándole los tenis y a la vez, recibiendo aquel objeto. Lo miró como si realmente fuese algo mágico, luego se la puso en su muñeca derecha, sonriendo ante ello. Sabía que para el otro resultaba algo importante, siempre la había llevado encima, y cuando se dice siempre, es porque ES siempre. – Cuídala. – Acabó diciendo el Super Loki, apretando de sus nuevas zapatillas hacia él, igual estaba emocionado, aunque no expresara aquello con chillidos y gritos como cualquier fan lo hubiera hecho. Eso llevó a que Sakuragi reaccionara, pues hace  unos minutos el pelinegro había mostrado gestos que ante jamás había hecho, Hana se acercó a él por un lado, dándole una palmada en el trasero, como cuando Fujima lo hizo aquel primer año, alentando a sus jugadores. Rukawa lo miró nuevamente, sorprendiéndose por aquello. ¿Desde cuándo tanta confianza?

- Ya te dije que no te preocupes… además, regálame otra cosa.

- ¿Qué? No, ya basta con eso, no abuses.

- No te preocupes, no es mucho… - Lo miró insistente, luego su mirada pasó a ser más calma, tranquila, incluso parecía… como si tratara con algo que le divertía por dentro, Kaede se dio cuenta de ello y sintió un escalofrío recorrer su espalda, no era bueno, nada bueno.

- ¿Qué cosa?

- Una sonrisa. – Dijo calmado el pelirrojo. Alejándose y sentándose en la cama, subiendo sus piernas y acomodándose a lo indio allí. – No es mucho, vamos…

- … Idiota, eso de qué sirve. Déjame ir – Pero Sakuragi no lo dejó, pues le tomó de la muñeca, haciendo que los tenis cayeran al suelo, por otro lado, la muñeca del pelirrojo dejaba notar lo bien que se veía la piel blanca de Hanamichi y la muñequera negra que ahora era de él.

- No, mi sonrisa primero y te llevo donde Mito. Ya recordé donde tengo las llaves. – Decía, no había nada más que hacer, una sonrisa, y se podían ir de allí hacia la fiesta.

Kaede… intentó sonreír pero le salió una mueca retorcida que espanta a cualquier niño. Hanamichi soltó una carcajada por ello, a lo que el Súper Loki se sonrojó suave, no esperaba que el otro rompiera en risas por su inexperta sonrisa.

- Ya basta, déjame ir.

- No

Sakuragi lo jaló un poco más hacia él, sentando a Rukawa en la cama nuevamente, claro que esta vez no se le subió encima.

- ¿Qué te cuesta sonreír? Oh vamos, no dirás que no sabes hacerlo, es algo común… todos lo hacen. ¿O tengo que hacerte cosquillas para ello?

- ¿Qué? Te estás comportando extraño Saku…- No alcanzó a decir más, pues era recostado en la cama de golpe, alcanzó a divisar los tenis en el suelo y luego sintió sobre su estómago las manos del pelirrojo, revoloteando por encima de la camisa, bajo de ella otra vez, y removiendo la camiseta que tenía encima. Supo en ese momento que sí era cosquilloso, acabando por desesperarse al punto que azotaba sus piernas y golpeaba el suelo con sus zapatillas con tal de soltarse, pero el Torpe era fuerte y lo retenía allí, Sakuragi reía divertido, contagiando con ello al pelinegro, copiando poco a poco la sonrisa del muchacho que usaba sus manos para hacerle reír, soltó una carcajada que luego se transformó en una respiración entrecortada. - ¡Y-ya! B-basta… No, no sigas… - Le alcanzó a tomar de las muñecas, apretando de ellas, en eso, Sakuragi tenía su rostro frente al del pelinegro, ambos tragaron en seco por la cercanía.

- No sonrías de nuevo, jamás lo hagas.

- ¿Eh? – No entendía. - ¿P-por qué? – Preguntó suave, quitando la sonrisa que había tenido, transformándose en un gesto intranquilo, quería saber qué pensaba el pelirrojo.

- Porque… te ves hermoso así. – Murmuró, rozando en ese instante de sus labios con los del zorro, ese simple contacto hizo tiritar a Kaede, soltando las manos del otro, dejando de sus brazos sin fuerzas a los costados, sobre la cama. Entonces recordó sus palabras, le había dicho hermoso. Se sonrojó de golpe, notándose en sus pálidas mejillas un ardor adorable que sobrecogió el cuerpo de Hanamichi. – Mierda, deja de verte encantador… ¿Me quieres seducir? ¿Es eso? – Preguntó el muchacho.

Rukawa por su parte sentía que se desmayaría en cualquier instante, quería salirse de allí, golpear al pelirrojo, y por otro lado, simplemente deseaba un nuevo roce otra vez. Abrió suavemente de su boca, dejando salir un aliento dulce, que chocó en la boca de Sakuragi. Fue el estímulo suficiente para que nuestro Idiota se acercara hambriento por saborear la boca del otro, si el aliento era dulce. ¿Cómo sabría su boca? No demoró nada en quitarle el hálito al pelinegro, obligando a Rukawa a que abriera su boca, no hubo mayor resistencia a ese gesto, solo un remezón que desordenaba las sábanas de la cama, el pelo negro de Kaede estaba aún más desordenado sobre las cobijas, derramando mechas por doquier.

-Ng… - Se quejó, pues el pelirrojo atacó su garganta con la lengua, sentía que violaba con cada embestida que aquel músculo daba contra sus paredes, atravesando sin permiso alguno su cavidad. – S-sak…Saku…ragi…. – Intentó hablar, pero el pelirrojo no hacía caso a sus pedidos, estaba completamente enfrascado en devorar la boca ajena, dejando de lado si realmente era cuidadoso con ello, pero es que… la añoranza de adueñarse de su boca se hizo fuerte, y el beso no fue más que el comienzo de una huella animalesca que el cuerpo de Kaede tendría esa noche.

 

Pasaron la noche juntos, atrás quedaron los tenis, atrás quedó la invitación de Mito, y atrás quedaron las millares de peleas que habían tenido. Ambos se unieron en esa cama no solo a través del beso, sino que también lo hicieron carnalmente. Los besos de Hanamichi, hambrientos y sedientos de la piel ajena, no se quedaron tranquilos, los labios del pelirrojo recorrieron cada centímetro de piel de Kaede, haciendo temblar al tacto al chico moreno, dejando que su garganta se secara por los constantes jadeos que salían de su garganta, la cual era violentada cada cinco minutos. Apretaba las sábanas con sus manos, las tiraba, las enrollaba y las soltaba una vez más, el crujir de la cama se hizo fuerte e insistente por un tiempo, dejando a dos cuerpo agotados…

Y por otro lado, quedaba un tumulto de gente preguntándose:

 

¿Dónde está Sakuragi?. 

 

 

~ | Fin | ~

Notas finales:

¡Hola! 
Primero que todo, gracias por leer~ !

Y bueno, una navidad distinta... espero le haya gustado, nos leemos en mis otras fics, tengo otra ya en mente así que ahí nos estaremos leyendo~

¡Saludos y Felices Fiestas!

~Mayo. 


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