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Secretos, ambiciones y celos. por mitsui-chan

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Notas del capitulo:

Espero que os guste! Los personajes están basados en el juego/anime, pero con algunas variaciones que ya ireis descubriendo a medida que el fic avance.

Capítulo I.

 

Cuando bajaron de la limusina, los tres hermanos arquearon una ceja al ver la gran y antigua instalación.

-Confío en que os encontrareis como en casa y de que no os meteréis en problemas.- les dijo su padre antes de sonreírles a los tres.- Y ya sabéis, cualquier cosa podéis venir a casa cuando queráis.

-Vale papá. Adiós.- se despidieron el mayor y el menor, mientras que el mediano solamente asintió.

-Adiós. Pasadlo bien y aprended mucho.- les besó la frente a cada uno.- Ah. Y gemelos, intentad no escandalizar mucho a nadie, ¿ok? Nero, tú vigila con tu brazo.- les guiñó un ojo antes de que el coche arrancara.

Los tres hermanos cargados con sus maletas empezaron a entrar con el resto de alumnos, que se apartaban de su lado al detectar su aura y su aspecto.

Sus padres les habían mandado a una escuela en medio de un bosque de la Tierra donde solo iba gente como ellos: mestizos o bien criaturas mágicas como sátiros, centauros…

Ellos eran hijos del Legendario Caballero Sparda y la inmortal Eva.

Todos los alumnos de aquella escuela estaban ahí para poder servir a sus mundos para hacer el bien y aprender a dominar sus poderes. Ninguno de los hermanos entendía porque estaban ahí, eran los mejores de su escuela en lo que hacían, pero sus padres había dicho que debían ver una de las tierras de su madre también.

Los gemelos eran dos gotas idénticas de agua: pelo blanco, ojos azules, misma altura, mismo peso. Pero era fácil distinguirlos una vez arreglados: Dante iba siempre de rojo y con el pelo sin peinar y con una funda de guitarra a sus espaldas. Vergil iba siempre de azul, con el cabello peinado hacia atrás cuidadosamente. Su forma de vestir era muy similar: en presencia de la alta sociedad iban de veintiún botones, en la escuela o por la calle vestidos de forma informal pero provocadora y en casa simplemente en chándal.

Por otro lado estaba Nero, menor por ciento dos años, también tenía el pelo blanco, pero lo solía llevar peinado de un modo que las puntas le salían disparadas para todos lados, sus ojos azules eran un poco más oscuros que los de sus hermanos mayores, solía vestir de rojo también aunque no tenía problemas en usar otros colores, tenía un brazo de color rojo y azul que resplandecía levemente y otro normal, bastante más bajo que sus hermanos no imponía tanto como ellos si no se veía su brazo.

Mentalmente y en sociedad eran polos opuestos los unos de los otros: Vergil era serio, frío y calculador, el hermano responsable. Nero era el hermano aniñado, caprichoso y juguetón al que a veces había que parar en seco para que no se metiera en problemas. Dante era el desorganizado, vago y sarcástico a pesar de ser muy capaz. Las únicas cosas que compartían eran la gran inteligencia que poseían y la lealtad los unos a los otros. En la intimidad Nero no cambiaba mucho y Dante solo en que era algo más cariñoso, pero el que sí cambiaba era Vergil, que se comportaba de una forma mucho más abierta e irresponsable, tal y como su igual.

En medio de un pasillo gente que se había hecho a un lado llegaron al gran salón de bienvenida donde se les asignarían las residencias y los cuartos. Se sentaron en tres sillas contiguas que había y esperaron pacientemente por un rato, pero Dante, que no había recibido la paciencia de su hermano rápidamente se aburrió y terminó sacando su reproductor de música y ofreciéndole un auricular a su hermano pequeño, que lo aceptó de buena gana mientras que el mayor de los tres simplemente sacó un libro y empezó a leer.

Minutos después, cuando todo el mundo estuvo acomodado en sus asientos correspondientes, Dante guardó el reproductor y los cascos y el otro el libro, poniendo atención al director, que empezó a hablar.

-Buenos días. Soy el director Alighieri. Todos y cada uno de los presentes aquí es nuevo, aunque no todos empezáis al mismo curso, pero confío en que vais a hacer amistades rápidamente.- empezó.- No quiero hacerme pesado así que vamos a proceder. Esto se va a hacer así: se va a decir el nombre del alumno, por orden alfabético, si este alumno tiene hermanos presentes por favor que estos suban con él para hacerlo más ameno y os presentareis.

Acto seguido uno de los profesores empezó a pasar lista y los alumnos a presentarse: había que eran semi-dioses, criaturas mágicas, humanos con súper-poderes, dioses menores, medio-ángeles… pero ningún otro semi-demonio.

-Dante.- se levantaron los tres y yendo al escenario por orden de edad: Vergil, Dante y Nero. Un silencio sepulcral se instaló en la sala al verles andar: era fácil adivinar que el del medio llevaba pistolas, pero no se dijo nada ya que ahí cualquier tipo de arma estaba permitido a pesar de que casi nadie llevaba.- ¿Cuál de vosotros es Dante?- preguntó el hombre mirando alternativamente a los chicos que tenía delante.

-Yo.- respondió con aburrimiento.- Yo soy Dante, él es mi gemelo Vergil y él mi hermano pequeño Nero. Yo y Vergil tenemos tres-cientos años, Nero cientos-noventa-y-ocho en la Tierra.- se presentó.- Somos casi demonios completos: nuestro padre es demonio, nuestra madre una ángel guerrera que cayó cuando se reveló a exterminar a los mestizos.- cuchicheos se esparcieron por la sala al anunciar aquello.- Como podéis imaginar no nos llevamos muy bien con ningún tipo de criatura celestial aparte de un cierto tipo que no voy a mencionar. Yo soy un cazador, él un rastreador- señaló a su igual.- y él es el Devil Bringer.- finalizó señalando al menor.- Ah si. Mejor no nos confundáis a mí con Vergil y viceversa o sangre podría correr.- aquello no consiguió calmar a nadie, más bien solo consiguió agitar al personal docente y al alumnado. Salieron del escenario y fueron a recoger sus asignaciones y sus horarios para luego volver a sus sitios.- ¿Dónde os ha tocado?

-Residencia sur, habitación A37.- respondió Nero.

-Residencia sur, habitación A36.- contestó Vergil antes de sacar su libro de nuevo.

-Perfecto, me ha tocado contigo, Ver.- dijo el mediano.- Y tú estarás a la puerta de delante, me supongo.- le dijo abrazando a su hermanito por los hombros.

Dante se llevaba muy bien con ambos de sus familiares pero actuaba de forma distinta: con su mitad era más molesto y les gustaba pelearse, ya fuera físicamente o verbalmente, con Nero era más juguetón aunque adoraba chincharle. Por otro lado, si bien el mayor y el menor se querían y protegerían al otro por encima de todo, Nero le tenía cierto miedo y les respetaba mucho, casi tanto como a su padre.

Lentamente los alumnos se fueron presentando y cuando finalmente llegaron al último Nero sonrió ampliamente, feliz de haber terminado.

-Muy bien.- dijo el director.- Ahora por favor poneos en grupos, por residencias: Residencia este que venga al arriba escenario, la del Este estará debajo, la del Sur al lado de la puerta izquierda y la del Oeste a la de la derecha. Buscad a vuestro compañero de cuarto y podréis retiraros para acomodaros. Eso sí, tendréis que encontrar vuestra residencia por vuestra cuenta, es vuestra primera prueba, los dos primeros “cuartos” en ser ocupados de cada casa tendrán el honor de enfrentarse contra otra casa en el primer combate de la semana y ganar puntos para su residencia y para su expediente.- les instó.- Así que id rápido a encontrar vuestro cuarto. Y a la seis diremos los ganadores de cada casa para competir en dos días en el primer combate.

Cada semana se hacían combates en que, por parejas o individualmente, miembros de cada residencia se enfrentaban y así ganaban puntos para su casa. El sistema era el clásico: por descalificación.

Los tres hermanos se levantaron, cargando sus valijas hasta el punto donde les había sido indicado. Al parecer fueron los últimos en llegar y nadie se atrevió a decirles nada, se limitaron a observarles con pavor.

-Hola.- dijo el menor, el más abierto de los tres, pero no recibió ninguna réplica.- No os vamos a comer.- bromeó, consiguiendo un par de risitas nerviosas.

-Esto… yo soy Abby.- dijo un chico de pelo naranja y ojos verdes acercándose a ellos, mirando fijamente el gemelo de azul, con interés consiguiendo que un gruñido saliera del pecho de Dante.- ¿Qué habitación tenéis?- les preguntó, retrocediendo levemente ante la mirada del mediano.

-A36.- contestaron a la vez los mellizos.

-Yo A37.- le dijo enseñándole el papelito.- A todo esto, ¿quién tiene ha habitación A37?- preguntó en voz alta.

-Aun no ha llegado nadie con este número.- se giró hacia uno de los lados para descubrir a un chico de tez y pelo negro y ojos rojos como el fuego.- Soy JinShi, por cierto.

-Nero, hijo de Sparda.- dijo dándole la mano antes de girarse hacia sus hermanos, que miraban todo con un aburrimiento patente.- ¿Nos vemos luego?

-Claro.- dijo Dante antes de darle un beso en la frente, gesto que fue imitado por el otro gemelo y que hizo que los que les rodeaban se miraran confundidos, no parecían un familia muy cariñosa, la verdad.

-No te metas en problemas, ¿de acuerdo Nero?- advirtió Vergil.

-Por supuesto Ver. Y vosotros no hagáis cosas malas.- dijo guiñándoles un ojos a lo que sus hermanos rodaron los ojos.

Cuando los dos mayores empezaron a caminar hacia la salida primero todo quedó en silencio y luego los murmullos empezaron a sonar otra vez, y no era para menos ya que los tres eran muy bien parecidos. Una vez salieron el barullo volvió a inundar el salón.

-¿Entonces sois medio-demonios medio-ángeles?- preguntó un chico con un ojos que parecían de pez.

-Exactamente. Aunque la sangre demoníaca es la que predomina en nosotros ya que ahora mismo nuestra madre ya no es un ángel, ni siquiera es inmortal. Tampoco tenemos ni alas ni nada de eso. Lo único de ángel que tenemos es el conocimiento de su lengua, así que de que podemos leer, escribir y hablar angélico.- contestó, antes de coger una de sus bolsa.- ¿Hay algún otro medio-demonio en la escuela?

-Mi hermano dijo que había uno en su curso, por lo que ahora está haciendo segundo grado.- contestó un chico que parecía un fantasma de lo blanco que estaba.

El chico solamente asintió antes de empezar a caminar, siguiendo a la gente.

-¿Tus hermanos saben donde está nuestra residencia?- preguntó JinShi.

-No tienen ni la más remota idea, pero si se han ido así de rápido es porque quieren luchar.- contestó.- Bueno, espabilemos para ser de los primeros.

-¿Pero como van a luchar si no saben como llegar?- preguntó Abby.

-Oh, muy simple. Preguntando. Siempre que preguntan consiguen la respuesta correcta.- dijo sonriendo.


Siguieron andando preguntándose y contestando cosas hasta que llegaron a la única residencia donde no había casi ningún alumno, así que intuyeron que estaban en la correcta. Una vez dentro se encontraron con otros alumnos de cursos superiores. Se dividieron para buscar su cuarto. Nero, Abby (el cual le había dicho que era medio espíritu del fuego) y otro chico del cual aun no sabía el nombre estaban en la ala A, así que se fueron juntos.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- preguntó Abby a lo que Nero asintió.- ¿A tu hermano que le va? Sexualmente hablando.- su desfachatez era considerable, la verdad.

-¿A Vergil?- el pelirrojo asintió.- Somos demonios, nos va todo, chicos, chicas... Nos da bastante igual. Pero si yo fuera tú no me acercaría a Vergil con este propósito ni que me pagaran.- dijo riendo suavemente.

-¿Por qué no? Tu hermano es hot. Vamos, que el otro también, pero se ve un poco… No sé, ¿vago?- inquirió.

-¿Dante? Dante es vago, sí. De los tres el que más, pero también es muy celoso y posesivo, así que si no quieres verte convertido en un colador, yo no me acercaría a Vergil con esas intenciones.- se encogió de hombros.

-No entiendo. ¿Por qué se pondría celoso?- la verdad es que el chico no entendía muy bien porque uno se tendría que poner celoso del otro.

-Son gemelos. Viven el uno para el otro. Y si algo se interpone en su relación, simplemente lo eliminan del mapa. No serías ni el primero ni el último de ser eliminado por uno de los dos.- le mintió, empezando a asustar al pobre chico, pero conociendo a Dante, es posible que le eliminara del mapa de verdad.

-Gracias por tan buena publicidad, hermanito.- dijo abrazándole por los hombros.

-Tampoco es como si fuera una mentira del todo.- le contestó.- ¿Cuánto hace que os habéis instalado?- preguntó.

-No sé. Unos quince veinte minutos.- contestó.- Creo que tu compañero ya ha llegado. Me voy a terminar de poner mis cosas en orden.- dijo entrando a su cuarto.

-Bueno, nos vemos después.- dijo Abby.

Nero abrió la puerta de su cuarto para encontrarse con un chico de pelo negro como el carbón pero con destellos azulados, sus ojos eran grises y su tez de color crema. En conclusión, una belleza. Una belleza peligrosa.

-¿Tú eres Nero?- preguntó al verle.- Me llamo Ángelo Galante.

-Así es.- le tendió una mano que fue aceptada rápidamente.- ¿Qué eres?- cuestionó con curiosidad.

-Un nefilim.- el de pelo balnco solo arqueó una ceja: le sonaba el nombre, sus hermanos la habían mencionado más de un vez, pero no tenía ni idea de que significaba.- El fruto de la unión entre un humano y un ángel caído.- le contestó.- Así como tú, solo que en lugar de un demonio, mi otro progenitor es humano.

-Un placer.- sacó sus maletas y empezó a sacar ropa de dentro para colocarla en el armario. Una vez terminó con una, procedió con la segunda y cuando fue a vaciar la tercera, vio que tenía la de Dante, pues estaba llena de pistolas, dianas y productos para mantenerlas limpias.

-Wow. ¿Por qué tienes tantas?- dijo su compañero, por encima de su hombro.

-No son mías. Son de mi hermano Dante.- le dijo.- ¿Les has conocido?- el chico negó con la cabeza.- Ven, te los voy a presentar.

-¿Dónde…?- le preguntó saliendo detrás de él, pero al ver que golpeaba la puerta del cuarto que tenían delante del suyo no terminó de formular la frase.

-¡Dan! ¡Ver!- gritó y fue entonces que el mayor de los dos, que al parecer terminaba de salir de la ducha abrió, causando un fuerte sonrojo en todos aquellos que pasaron por el pasillo, tanto chicos como chicas.- Hola Vergil. ¿Está Dante?- preguntó, entrando al cuarto junto con su acompañante.

-Se está secando el pelo.- contestó, dejando entrever que se habían duchado los dos a la vez.- ¡Dante!- le llamó en un grito.

-¿Qué pasa aho…?- no terminó la frase al ver que había gente.- Vaya. Hola. ¿Eres el compañero de Nero?- le preguntó al chico de cabellos negros.

-Ajá. Ángelo Galante.- se presentó dándoles la mano a cada uno, mirando a ambos hermanos, los cuales lucían iguales.

-Yo soy Vergil.- dijo el hombre de la derecha.- Él es Dante. ¿Qué querías, Nero?

-Ah sí. Creo que esto es tuyo hermano.- le dio la bolsa con las armas y cogió otra, donde había distintos libros mezclados con ropa.- Y esto es mío. Me gusta como desempaquetas si ni siquiera te has dado cuenta de que no era tu bolsa.

-He desempaquetado otras cosas.- dijo con una sonrisa burlona.- Y si nos disculpáis, tenemos que vestirnos. Y por favor, Ángelo, cuida de nuestro hermanito, tiene tendencia en meterse en problemas.

-Por supuesto.- dijo con una linda sonrisa

-Y Nero, nada de usar la ropa que quieras, vas a ir con el uniforme, ¿está claro?- dijo el gemelo mayor, ganándose una mueca de fastidio.
-De acuerdo Vergil.- gruñó antes de salir, ingresando a su cuarto.- ¿Y bien? ¿Qué te han parecido mis hermanos?- dijo acomodando el resto de sus pertenencias.

-Bueno, parece que se preocupan bastante por ti.- le respondió.- ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Por supuesto. Dime.- se giró, mirándole.

-¿Te has confundido nunca con sus nombres?- indagó, curioso.

-Nop. Es fácil reconocerles cuando están vestidos: Dante va siempre con el pelo sin peinar y de rojo y Vergil va siempre bien peinado y de azul. Y en casa bueno… hay ciertas características que facilitan el no equivocarse si les conoces bien.- dijo con una sonrisa.- Oye, ¿tienes hermanos?

-Una hermana pequeña. Entrará el año que viene.- le contó.- Son las seis, creo que deberíamos ponernos el uniforme e irnos.- El que procedía del Inframundo solo asintió, empezando a desnudarse y rebelando su brazo demoníaco.- ¿Qué te ha pasado ahí?

-Nada. Es así de nacimiento. Es el brazo del demonio, por eso mi sobrenombre en el inframundo es Devil Bringer, el portador del demonio.- le explicó mientras se ponía la camisa.

-Pero tus hermanos no tienen nada parecido.- observó.

-No. Pero ellos heredaron otras cualidades que yo no, solo que no se ven.- le contestó, viendo como las alas plateadas y descubiertas de su compañero relucían levemente.- Son hermosas.- alabó.

-Gracias.- respondió antes de ponerse la camisa también.

Los uniformes eran simples: los de primero eran blancos, los de segundo podían ser negros y rojos, azules y negros o negros y verdes. Los de tercero iban sin uniforme pues se suponía que ya habían escogido su traje. Eso sí, el uso de corbata era obligatorio para los de primer año y el color variaba según su residencia: Norte era azul, Este amarillo, Sur rojo y Oeste verde.

Su uniforme constaba de una camisa, una americana y unos pantalones de color blanco inmaculado y zapatos negros y la corbata. En la americana había el escudo de la escuela y una frase en latín: Veni, vidi vinci.

Cuando salieron del cuarto, los dos hermanos les esperaban fuera: Tal y como el menor de los hijos del Legendario caballero Dante había escogido el rojo y Vergil el azul. Pero sus uniformes eran muy distintos al suyo, de hecho, se parecían mucho a sus ropas de combate habituales: una gabardina larga de su color, una camisa negra, unos pantalones de cuero y unas botas militares altas y con punta de hierro.

-Que mono vas, hermanito.- le chinchó el mediano mientras empezaban a andar.

-Cállate, viejo.- gruñó.
Cuando llegaron al vestíbulo Nero se percató de que sus hermanos no iban con el uniforme de segundo. No es que sus ropas se parecieran al uniforme, ¡es que iban con sus ropas!

-¿Por qué no vais con uniforme?- preguntó Ángelo, adelantándosele.

-En segundo hay dos opciones: o vas con tus ropas de “trabajo” o con el uniforme, como no nos gustó el uniforme pues hemos decidido llevar nuestras ropas.- contestó Dante, quien le sacó una lengua a su hermano menor al ver la cara de frustración que puso.

-Oh.- no dijo nada más, solo empezó a caminar junto con la marea de gente que les empujaba hacia fuera.

Junto con el resto del alumnado entraron a un salón aun más grande que el anterior y se sentaron en las primeras sillas que encontraron libres.

-Buenas tardes, supongo que todos sabéis porque nos encontramos aquí.- dijo una mujer de pelo violeta oscuro.- Para los nuevos, soy la profesora Montgomery y me encargo de las clases de lenguas. Así que sin más preámbulos llamaremos a los concursantes de la primera ronda. Residencia Norte, los cuartos son: C34, A23, A56, B45, A02, D34. Residencia Este, los cuartos son: A60, D19, D55, B10, C33, B22. Residencia Sur, los cuarto son: D23, A37, B30, C57, A59, B34. Residencia Oeste, los cuartos son: A40, D01, A20, B13, C44, C19. Por favor, quien sea que ocupe estos cuartos que suban, gracias.

Junto con los otros cuarenta y seis ganadores los gemelos subieron y se pusieron junto con el resto de los de su año. La verdad es que los de tercero imponían bastante.

-Perfecto.- dijo una mujer que iba vestido con un chándal.- Aquí tenemos a los ganadores. Mañana tendremos los emparejamientos.- anunció.- Podéis retiraros e ir a pasear hasta las siete y media, hora en la que se sirve la comida. Ah, los del pelo blanco, por favor, quedaos.

Con el ceño fruncido, los mellizos volvieron atrás.

-¿Ocurre algo?- preguntó Vergil.

-Sé que sois medio demonios, así que… por favor, no matéis a nadie en los combates, ¿ok?- ambos se miraron y se encogieron de hombros.- ¿Qué tipos de armas vais a usar?

-Secreto de profesión.- dijo tajantemente Dante.- Pero no se preocupe, no mataremos a nadie a menos que nos provoque demasiado.- le aseguró antes de dar media vuelta.

Cuando salieron a fuera, un grupito de chicos de su mismo curso les esperaban y no parecían muy amistosos:-Controla tu lengua hermano.- le susurró Vergil.
-De acuerdo, de acuerdo.- siguió su camino como si nada pasara cuando un brazo le impidió seguir, así que paró.

-¿Sois los semi-demonios semi- ángeles?- preguntó el que parecía ser el cabecilla de la cuadrilla.

-Lo somos.- contestó el mayor.- ¿Por?

-Por nada. Solo para comunicaros de que os vamos a hacer papilla en los combates de la arena.- su tono de voz arrogante hizo que Dante se mordiera la lengua.

-¿Eso crees?- preguntó en el mismo tono el que iba de azul.

-No lo creo. Lo sé.- soltó una desagradable risotada.- Con un solo golpe os puedo mandar a volar.

-Lo que digas.- respondió.

-Oye tú, el de rojo, ¿acaso eres mudo?- preguntó otro, acercándose a Dante con chulería a pesar de ser considerablemente más pequeño que él, mas no respondió palabra alguna.- Te estoy hablando, ¿acaso tengo que forzarte a abrir la boquita? Porque cierta parte de mi anatomía estaría encantada de que la atendieras… tanto con tu boca como con cierta otra parte. ¿Cuándo abrirás esas hermosas piernas para mí?- gritó para llamar la atención de todos, para que admiraran como humillaba al chico. Le agarró por las caderas, juntándolas con las suyas, pero no fue capaz de hacer nada más cuando una pistola se situó debajo de su quijada.

-Cuando apriete el gatillo.- le contestó antes de mirarle fríamente, con una sonrisa que denotaba peligro en sus labios.- ¿Aun quieres?- apretó un poco más el arma.

-Pagarás por eso.- siseó, apartándose.

-Intenta llegar a la final, ahí nos encontraremos.- se despidió.- ¿Has visto que bien me he comportado?- le dijo a su hermano.

-Para ser tú te has comportado muy bien.- le alabó en tono burlón.- Vamos a dar una vuelta.

Siguieron su camino ante las miradas de admiración del resto, quienes no se creían que habían “derrotado” al grupo de chulos de las escuela siendo recién llegados.

-¿Sois Dante y Vergil?- preguntó una chica de pelo negro y ojos bi-colores, vestido con lo que supusieron que sería su ropa de trabajo: una camisa blanca anudada al pecho dejando su plano estómago al aire, una falda a cuadro muy corta de color negro con rayas verdes y marrones, un arnés en su pecho y unas ligas con pistolas en las piernas juntamente con unas botas militares.

-Lo somos.- respondieron a la vez.

-Bien. Tengo que haceros una pregunta que vuestro hermano no me ha sabido responder.- empezó a caminar.

-Dinos.- contestó Dante, el cual estaba encantado de haber encontrado a alguien que al parecer no le inspiraban demasiado respeto, ni miedo ni odio.

-¿Sabéis quien es el humano Arkham?- ambos hermanos se miraron.

-Lo conocemos.- contestó Vergil.- ¿Por qué?

-¿Está vivo?

-No. Le maté hace unos años cuando intentó dominar nuestro mundo.- contestó Dante.- ¿Por qué lo preguntas?

-Era mi padre.- dijo sentándose en uno de los banco libres, siendo imitada por los hermanos.- Mató a mi madre cuando yo tenía doce años para convertirse en un demonio completo.- les contó.- Desde entonces he estado buscándole para que poderle matar con mis propias manos, pero ya que no tengo que ensuciarme las manos con su sangre te debo dar las gracias.

-¿Cómo te llamas?- preguntó el menor.

-Mary, pero todos me llaman Lady.- se presentó.- ¿Quién es quien?- cuestionó ella.

-Rojo Dante, azul Vergil.- dijo Nero apareciendo por detrás de ella.- Hola chicos

-¡Lady!- una chica rubia se acercó corriendo hacia ellos.- Vaya, realmente siempre te haces con los mejores de la escuela.- dijo al ver a los tres hermanos sentados en el banco.- Soy Gloria, aunque llamadme Trish.- era una mujer guapa: rubia de pelo largo y liso, ojos azules, alta. Iba vestida con cuero negro con una cinta negra en el cuello.- El director nos busca, Lady. Nos vemos chicos.- dijo despidiéndose y llevándose a la morena.

-¿Cuánto falta para la cena?- preguntó Dante, sobándose el estómago.

-¿Acaso solo piensas en comer, Dan?- dijo exasperado el mayor.- Pero estás de suerte, solo faltan diez minutos.- se levantó siendo seguido por sus menores.- ¿Y bien Nero? ¿Qué tal tu compañero?

-Es un nefilim.- sus hermanos intercambiaron una mirada de preocupación.- ¿Qué pasa?

-Nada.- contestaron rápido y a la vez.

-Me estáis mintiendo. ¿Qué ocurre?- preguntó entrecerrando los ojos y poniéndose delante de ellos, obligándoles a parar.

Notas finales:

¿Y bien? ¿Subo la continuación mañana o lo borro? :D

Besos para quien comente!

PD: El título es provisional, así que acepto sugerencias.


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