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El dolor nunca es eterno por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

Bueno, pues...............SORRY!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

 

sé que no tengo perdon, y espero q en realidad lo hagan. ya saben q a veces tengo mis lagunas, y la verdad es que estaba cansada y con mucho sueño la semana pasada por lo que aproveche por dormir, ver fotos y algunos programas de gdragon(mi gran amor, fiel admiradora ever) les dejo el link  en verdad mori de risa, muy gracioso(envidio a ese tipo)... lean pleaseeee

 

 

nota: esta es la primera parte del cap... la verdad es que el cap en si es mas largo, pero como no termino de escribirlo les he dejado parte del escrito que tengo avanzado asi no me matan por tardona... voy a estar metida frente a word hasta acabarlo, ojala en la noche  ya lo tenga completo y lo subo, no importa sino hay reviews lo subire por mi falta... gracias.

 

 

Ligeras voces se entremezclaban, no las comprendía, eran como soplidos de viento que cruzaban de un lado a otro. Su cabeza dolía y su cuerpo pesaba. El abatimiento dominaba su ser.

 

-lo cuidaré – oyó  aquellas palabras y luego un sonido suave, como el  golpe de una puerta al cerrarse con sumo cuidado, eso  aclaró un poco sus sentidos.

 

Ya no escuchó nada mas, el silencio calmó la sensación de agobio. Suspiró. Confundido se propuso abrir los ojos y cansino lo fue logrando.  La iluminación dañó su vista al primer intento provocando que los cierre con prontitud y moviera su mano derecha hacia su rostro.

 

-JiYong – la misma voz que con anterioridad oyó, lo llamó. -¿Ji? – pestañeó despacio obteniendo la claridad paulatinamente. -¿Cómo estás?… ¿Te sientes bien?

-¿Seung? –preguntó a duras penas

-me asustaste – comentó con una sonrisa.

-¿Qué me pasó? – preguntó recostándose, apoyándose en la cabecera de su cama.

-te desmayaste – respondió.

 

Conflictuado observó el lugar, y obviamente reconoció que era su habitación.  Todo estaba en perfecto orden, pero se sentía extraño, como si hubiese pasado un largo tiempo fuera de casa. Miró el despertador  del velador a su lado y se sorprendió.  Giró su rostro hacia el ventanal y confirmó que era de noche.

 

-¿Por qué estás aquí a esta hora? – le preguntó al pelinegro

-¿no recuerdas?

-¿recordar qué?

-hoy es navidad –percibió la desconcierto en el rostro de Ji. – nos invitaste a celebrar esta fecha contigo, en tu casa.

-¿los invité?

-a mí y…  a mis padres.

 

JiYong tuvo que llevarse las manos a la cabeza porque a su mente llegaron risas  y voces que hablaban, se escuchaba así mismo hablando y riendo. Jadeó por el dolor de cabeza que empezaba a tener.

 

-no te esfuerces, respira, calma… - pidió Seung tomando las manos del menor, bajándolas, las reemplazo por las suyas y masajeó toda la zona, viendo como  el rostro ajeno  se suavizaba.    -¿mejor? – él asintió.

-¿Hoy es navidad? – preguntó en un susurro, temiendo por la respuesta. Acercó una mano a su cuello palpando la cadena que sus padres le habían regalado.

-sí. – afirmó Seung. Ji lo miró  y tragó.

-entonces… - jadeó y se desesperó.  Miró a su alrededor y apurado se levantó. Estaba descalzo.  Caminó hasta la puerta, pero el cuerpo del pelinegro le impidió abrirla. –sal, por favor.

-debes descansar

-Seung  nece… sito bajar – su voz se entrecortó.

-no. Necesitas dormir.

-por fa…vor –sollozó

-Ji…

-¡sal! – gritó jalándolo, pero no obtuvo más que un fortísimo abrazo. – de…e…bo ba…jar – lloró tratando de zafarse. – Por favor-  rompió en llanto.

-no te hagas más daño. – dijo sin permitir que se alejara.

-deb…bo verlo… if… if… él… él… está… if…if  aquí – perdió la fuerza en sus piernas, obligándose a estar  sentado en el piso.

-¿lo recuerdas?… ¿sabes…porque lloras? Lo sabes… ¿cierto? –el llanto del castaño confirmó sus dudas.

 

JiYong había recobrado la memoria. 

 

******************

 

-soy kwon Sang Moo,  hermano menor del padre de JiYong. –El señor y señora Choi quedaron perplejos ante  lo dicho.  -¿Ustedes quiénes son?

-somos padres del amigo de JiYong –respondió el señor Choi

-es un gusto conocerlos

-disculpe que diga esto, pero según sabemos JiYong no mantiene una relación cercana con sus  parientes por lo tanto… - la señora no supo como continuar.

-entiendo – su rostro se volvió serio – hemos estado alejados mucho tiempo.

-en estos momentos él no se encuentra bien, usted vio como reaccionó al verlo.

-¿A qué se refiere?

-JiYong perdió la memoria. – los ojos del hombre se abrieron ampliamente. – Hemos cuidado mucho lo que decimos para no causarle un gran impacto, pero temo que su llegada ha sido algo sumamente impresionante. Creo que al verlo él recordó todo,  quizá por eso se desmayó.

-pero… no logro… comprenderlo. Hasta donde yo supe él estaba mejor tras la muerte de su tutor.

-¿Eso es lo último que supo de él?

-sí – afirmó y la mujer sopló.

-han sucedido muchas cosas con su sobrino, pero creo que ahora no es el momento adecuado para hablarlo.

-está bien.

-sé que no tengo derecho de hablar por JiYong, pero tengo un gran aprecio por  él. Es un joven muy bueno, inteligente, de sentimientos nobles.  Por eso no comprendo porque lo dejaron solo tanto tiempo. Aparecer ahora, de la nada, no sé si es lo mejor.

-nosotros hemos cometido muchos errores. Todos lo sabemos y se nos cae la cara de vergüenza  cada vez que el tema es tocado.

-¿El tema? – preguntó el señor Choi

-el tema de JiYong. – Exhaló – pero queremos corregirlo, por eso he venido.

-¿A qué? –preguntaron ambos

-quiero que él haga su vida rodeado de mi familia, su familia. Pretendo llevarme a JiYong conmigo…a China.

 

******************

 

-¿Fue él… quien te culpó? – el menor asintió despacio. Seung tragó duramente.  Afirmó el abrazo permitiendo que el castaño soltara sus últimos suspiros y cediera a descansar. Cuando se hubo dormido secó los rastros de lágrimas.

 

Como deseaba que ese infortunado corazón dejase de recibir los golpes directamente sin ningún tipo de resguardo para protegerlo. Como deseaba que en esos ojos ya no hubiera tristeza. Como deseaba que la sonrisa no se le hubiera borrado del rostro.

 

Con cuidado lo tomó en brazos. Lo depositó sobre la suave cama y lo arropó con los edredones. Dejó la lámpara encendida y  apagó la luz de la habitación al salir.

 

******************

 

-¿Quiere llevárselo? – preguntó el señor Choi, completamente sorprendido.

-JiYong necesita a su familia, creo que no es tarde para estar todos juntos.

 

-¿Enserio lo cree? –los tres prestaron atención al joven que caminaba hacia ellos. – no me ha respondido.

-Seung no vamos a hablar ahora – dijo su padre.

-no papá, este señor – lo miró despectivamente. -  tiene que saber todo lo que le ha ocurrido a su sobrino. – El  nombrado lo miró fijamente, reconociéndolo.

-tú eres el amigo de JiYong, Seung hyun

-así es

-comprendo tu malestar jovencito, pero…

-¿mi malestar? – se burló interrumpiéndolo. – malestar sentiría si se ensuciara mi ropa. No siento “malestar”, siento mucha rabia hacia usted y toda su familia. Sé lo que le dijo a JiYong cuando estuvo hospitalizado hace seis años culpándolo de la muerte de sus padres, sé de su ambición, lo sé. – kwon bajó la mirada. – pero sobre todas las cosas me duele que  a ustedes no les haya importado saber de él,  saber lo que necesitaba, lo que sentía.

-hijo, el señor kwon ha venido a solucionar la relación con JiYong – explicó su madre

-¿Qué va a solucionar mamá? – Sus ojos estaban rojos -¿Con unos cuantos “lo siento” va  a quitarle el dolor? ¿Acaso va a cambiar el pasado? ¿Va a olvidar… lo… que sucedió? ¿Qué más puede pasarle?

-cálmate mi amor – le acarició el rostro.

-¿Qué es lo que sucede con mi sobrino? – notaba que algo le ocultaban

-mañana le explic… - fue interrumpido por su hijo

-¡fue violado!

-¡Seung hyun! –lo reprendieron sus padres

-lo quería saber ¿no?  - sonrió tristemente al ver  el rostro de incredulidad. – usted no tiene ni idea de todo el dolor que JiYong ha guardado, eso sumado a la culpa que siente por lo que ocurrió con sus padres,  y además por lo que el degenerado aquel le hizo.  Yo lo vi llorar tantas veces por lo cruel que era su vida. Es humano… por eso colapso.  ¡Colapso e intentó matarse!  ¡¿Comprende ahora a su sobrino?!  - respiraba agitado sin poder contener todo lo que quería decir. – sabe lo aterrador que fue verlo a punto de morir. Estuve todos los días acompañándolo mientras estaba en coma. ¡Fui yo quien estuvo con él, no  usted!

-Seung ve a dormir. Estás muy alterado, por favor. – le pidió su madre. Ella sabía  cuánto le dolía a su hijo  decir todo aquello, pero también lo comprendía y no quería que sufriera más por los recuerdos.

-sí. Quiero dormir. – limpió las lagrimas que escaparon de sus ojos. – Adiós. – subió  rápidamente las escaleras hasta la habitación donde se quedaba.

 

-¿Está mintiendo?  -preguntó kwon. Los padres de Seung negaron, afirmando. –oh… no Dios -  se tomó los cabellos.

 

Los padres del pelinegro contaron  todo lo que sucedió con el menor durante el año que lo conocieron y algunos hechos que conocían a través de su hijo, narraron todo.  Después de escuchar, kwon se lamentó y lloró. La promesa que tenía con su hermano, cuando aún estaba vivo, de siempre cuidar de JiYong cuando él o su esposa no estuvieran fue  incumplida por completo.  Seung hyun estaba en lo cierto. Como haría ahora para recomponer la vida  de su sobrino si había sido destrozada durante el largo de los años.

 

Cuando cada uno estaba en su habitación, descansando, kwon no podía cerrar los ojos. Se mantuvo así hasta que amaneció. Con sigilo caminó a la habitación de su sobrino. Los padres de Seung le habían indicado cual era. Entró.

 

La tranquilidad del silencio era muy agradable. Ver al castaño dormir también, sin embargo mirar el camino de lagrimas que marcaba sus  mejillas era penoso para su tío.  Su mente jamás borró aquel día que endiablado le increpó tantas estupideces, porque lo eran. Perdió contacto con la familia de su cuñada, que tras la lectura del testamento desaparecieron igual que ellos.

 

Rememorando algunas de las palabras de los Choi fue inevitable no comparar el martirio de JiYong con la felicidad de sus hijos y otros sobrinos. Porque poco tiempo después del fallecimiento de sus familiares Dios lo había bendecido dándole la oportunidad de mejorar su vida en la grandísima China. Con toda su familia se marchó. Sus hijos crecieron rodeados de muchísimo amor y  grandes oportunidades. Compartió su bienaventuranza con sus hermanos, dándoles la oportunidad de crecer junto a él. 

 

Prosperaron grandemente. Las inmensas fiestas que se daban cuando el legado kwon se reunía era portada segura de las  revistas de elite.  Mientras las luces alumbraran a  cada uno, ellos sonreían como el mejor ejemplo de unión familiar. Los jóvenes herederos eran los más codiciados, y sus padres no se escapaban de “yernos y nueras” que caían de sorpresa cada vez que la oportunidad se presentaba. Pero cuando los flashes se acababan, los herederos se retiraban,  y quedaba únicamente la familia de la misma sangre sus memorias los evocaba a las fiestas que organizaba su hermano fallecido y como costumbre al final quedaban solo ellos para brindar por el gozo de continuar vivos y unidos.

 

No obstante sus brindis ya no eran por esas mismas razones. Aunque claro que celebraban el estar vivos, celebraban que sus parejas e hijos disfrutaran de los que ellos no pudieron y lo más importante… celebraban por la lección que daban desde el mundo terrenal a su hermano, ese que con tanta riqueza no compartió, como ellos hubieran querido. Quizá estaban en lo cierto, y tenían todo el derecho de echarle en cara.  Pero tras aquel acto el repudiado no era su hermano ni su esposa, difuntos, sino el fruto de ese matrimonio. Un pequeño que exiliaron de sus vidas de lleno hasta que notaron tardíamente que él no era el culpable de los hechos sucedidos más bien una víctima.        

 

Realmente creyó que cuando se planteó el buscar al hijo de su hermano éste sería un muchacho grosero y rebelde, pero tras obtener la información superficial que pidió al  investigador se sorprendió. Su sobrino no era participe de fiestas como todo adolescente, era un excelente alumno con notas envidiables,  alguien respetuoso y sin líos, con excepción de ese cabello blanco que lucía. Aun así, estaba seguro que cuando lo viese él  lo miraría con odio puro, pero grande fue su sorpresa al no ver  aborrecimiento en sus ojos marrones sino un terrible sentimiento de temor, miedo.

 

-Hmm…

 

El jadeo del castaño alejó sus recuerdos. Éste apretaba los ojos, parecía tener alguna pesadilla. Como lo hizo con sus hijos cuando eran niños masajeó  detrás del cuello con la yema de sus dedos. JiYong soltó un suspiro al relajarse.  

 

-¿Seung? – preguntó en un susurro. El mayor retiró su mano. Desperezó los ojos y los abrió. Ladeó un poco la cabeza ante la vista que tenía, pestañeó, enfocó la visión y sólo pudo espantarse.  

 

Esa cara. Cuánto dolor lo recorrió al ver a quien lo acusó. Sus ojos ardían aun así no dudaron en derramar lágrimas. Su primera acción fue distanciarse hasta topar con una esquina. Tantos años transcurrieron desde que lo había visto por última vez, y nuevamente  la sensación de ser prisionero de una culpa lo allanó. Anoche quería verlo únicamente para enfrentarlo o quizá para lastimarse un poco más, pero no lo soportaba, no podía. Se daba por vencido.

 

-va…aya…se – sollozó  rehuyendo de su mirada.

-JiYong… - lo llamó con calma.

 

Dolía. Oír su nombre en esa voz tan parecida a la de su padre, dolía como nadie tenía idea.  Cubrió su rostro con sus manos sintiéndose la peor escoria sobre la Tierra.  No merecía nada, lo sabía, la vida no dejaba de demostrárselo.

 

-va…aya…se – repitió, pero los pasos acercándose lo atormentaron. Resbaló por la pared y abrazó sus piernas con todas sus fuerzas tratando de desaparecer.

-Ji… - kwon tragó saliva. Detuvo su andar para ya no abrumar a su sobrino.  Jamás vio tanto miedo en alguien. Todos sus sobrinos lo veían como un amigo, alguien de confianza igual sus sobrinas, eran sus princesas ya que él no tenía hijas.

-yo…n…no quise que… if… suc…edi…era – murmuró – n…no qui…i…se  

-lo sé. – contestó con impotencia.  Terminó de recorrer el espacio que los separaba y se hincó. Posó una mano sobre la cabeza del castaño provocando que temblara con rudeza y enterrara los dedos en sus piernas. A pesar del rechazo continuó frotando sutilmente el cabello.

 

Cuando JiYong era niño le gustaba que hicieran eso en su cabello.  El llanto aumentó, pero lo hacía en silencio. Reprimía los sonidos fuertes, ahogándolos. La hora avanzó cuando por fin dejó de llorar.

 

-si he vuelto es para pedir tu perdón. Me arrepiento por haber dicho esas cosas, tú no tenías la culpa de nada. Nunca tuviste la culpa de los sentimientos que teníamos tus tíos.  – Suspiró –Sé que los años han pasado y han marcado a cada uno. Lamento no haber estado cerca para cuidarte… si no quieres hablar ahora lo entiendo. Es temprano, descansa. – se  enderezó. Caminó hacia la puerta y ésta se abrió dejando ver a Seung hyun. –buenos días

-¿Qué hace aquí? – preguntó desencajado

-no voy a hablar esto contigo sólo con mi sobrino – comentó mientras salía.

-idiota… - balbuceó. Ingresó a la habitación, al ver la cama vacía se preocupó y con la mirada buscó al castaño encontrándolo en una esquina. -¡Ji! – corrió y lo envolvió. -¿Qué te dijo? Dímelo, te juro que no volverá a acercarse a ti. No me importa si es tu tío, no permitiré que te lastime.

-dijo que… if… no era … if… mi culpa – sollozó

-nunca lo fue. Si no quieres hablar con él se lo diré, no tienes que verlo.

-quiere… if… mi perdón

-por su culpa has sufrido demasiado, no merece que lo perdones

-él es… mi única familia

-mi familia pu…uede ser la tuya – expresó con temor

-pero yo necesito… a mi verdadera familia.

-Ji…

-te agradezco por estar aquí. Eres alguien increíble.

-para ti siempre estaré

-gracias – respiró – iré a bañarme

-yo también

 

POV JIYONG

 

El hermano de mi padre volvió, está en mi casa. Mi tío favorito. Siento que ya no estoy tan solo pero a la vez lo siento como alguien lejano.la unión que teníamos antes ya no existe.

 

Cierro los ojos. Quiero dejar de pensar aunque sea por un instante. Es imposible por la cantidad de recuerdos que llegan  a mi mente. Algunos claros, otros confusos. Lo último que recuerdo con claridad es cuando tomé ese cuchillo.

 

-oh… - abrí los ojos. Ya sé porque hice eso. –debo olvidarlo… puedo hacerlo

 

El rechazo, sus palabras, sus miradas criticas. Y a pesar de todo… sigo aquí. Salgo de la ducha y me paro frente al espejo. Las marcas se han borrado. Es como si nada hubiese ocurrido. Han pasado más de tres meses. Me quedo mirando hasta que un pequeño brillo llama mi atención. Alzo mi mano derecha y veo una pulsera.  Frunzo la frente al no recordar de donde lo saqué. Veo también pequeñas marcas en mi piel, en mi otra muñeca igual. Miro mi reflejo, ¡¡mi cabello!!… es castaño otra vez.

 

-¿JiYong ya acabaste de bañarte? – escucho la voz de Seung hyun

-sí – cojo una bata blanca para envolverme y salgo. – perdón por tardar, estaba pensando en algunas cosas. – él asiente. Me mira de pies a cabeza y se sonroja. -¿Qué ocurre?

-na…ada – responde apartando la mirada. – te esperaré afuera de la habitación. – dice yéndose, pero tomó su mano, deteniéndolo.

-Seung ¿Sabes de donde saqué esto?  - él voltea a verme y  le muestro mi mano. – no recuerdo que lo haya comprado.

-lo compré yo. – lo miro sorprendido. – es tu regalo de navidad.

-ahm… - asiento. -¿yo… que te regalé? - me observa por un gran rato y luego sonríe. Creo que no le regalé nada, que vergüenza.

-me diste el mejor regalo que podría esperar… - acerca su mano derecha a mi mejilla, la acaricia con sutileza. Bajé la mirada  no sé porque. Siento que se aproxima y mis ojos se cierran sin siquiera ordenarlo. – verte sonreír durante horas frente a mí. – susurra en mi oído, estremeciéndome. – estaré afuera para desayunar juntos, vístete.  – se aleja y sale de mi habitación dejándome absorto, con mi corazón latiendo a mil y una sensación de incomodidad y ¿felicidad?

 

FIN POV JIYONG

 

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-hasta que por fin sales – comentó divertido el pelinegro.

-no encontraba que ponerme. – responde avergonzado.

-bajemos mi madre está preparando el desayuno.

-¿Tú mamá está cocinando? – pregunta preocupado. – yo soy quien los invitó, ella no debería hacer eso.

-¿entonces cocinarás tú? – dijo sonriendo.

-¿ah?… - agachó la mirada. Él no sabía cocinar.

 –descuida, a mi madre le gusta cocinar

-bueno… - murmuró.

-vamos –asintió

 

Seung iba a delante y JiYong lo seguía. Este último estaba pensando en qué hacer cuando se encontrara cara a cara con aquel hombre. Cuando llegan  a la cocina ven a la madre del pelinegro.

 

-buenos días – saluda a ambos con una sonrisa maternal.

-buenos días – responden al saludo.

-¿necesita ayuda? – Ji cuestiona con timidez

-ya estoy acabando. Vayan a la mesa que les serviré el desayuno.

-¡sí mamá! – asiente el mayor

-pe…ero yo puedo ayudarla a servir... o... lavar los trastes… puedo… – su voz fue disminuyendo con cada palabra. La mujer lo miró comprensivamente.

-puedes ir a sentarte, tu tío salió. Volverá más tarde – dijo para luego continuar con los quehaceres. JiYong sopló menos angustiado al oírla, por lo menos se retrasaría el momento de hablar.

 

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-¿A dónde fue mi papá? –preguntó Seung mientras bebía de su jugo.

-fue a la casa para cambiarse  de ropa. Yo también me iré después de desayunar. – respondió su madre. Los jóvenes dejaron de comer tras lo que dijo. Ella lo notó y los miró. - ¿sucede algo?

-¿Piensas dejarnos solos con ese señor?

-tú vienes conmigo

-¡¿Qué?! –preguntaron al unísono.

-No voy dejar que JiYong esté solo. – expresó molesto

-hijo, él tiene que hablar con el señor kwon a solas. JiYong por lo menos debes escucharlo. – se refirió al menor.

-¡No! – negó el pelinegro. – JiYong no quiere, no puedes obligarlo.  

-pero él ni siquiera ha hablado

-¿Acaso quieres hablar con él? – preguntó Seung, con el ceño fruncido, al castaño.

-¿eh?… - escondió su mirada, no sabía qué  decisión tomar y la furia de Seung no lo dejaba irse por la opción que deambulaba por su cabeza, la de hablar con su tío.

-pequeño espéranos un momento, voy a hablar con este muchacho – acotó la señora Choi llevándose a rastras a su hijo.

 

 

-¡mamá! – se quejó y fue soltado cuando llegaron a la cocina. –no tienes que jalarme.

-¿Por qué me estás contestando de esa manera? Soy tu madre, sé lo que hago.

-no tengo cinco años

-igual sigo siendo tu madre – dijo seria.

-pero… no puedo permitir que JiYong esté solo con ese hombre que tanto daño le hizo.

-ellos tienen que hablar

-JiYong no quiere ni verlo

-¿Cómo estás seguro?

-lo vi cuando se desmayó, en la mañana estuvo llorando porque él entró a su habitación.

-sé que lo haces por cuidarlo, pero debes permitir que él aprenda a afrontar los problemas porque si no siempre va a ser un chico temeroso de todo.

-no quiero que llore de nuevo – entristeció

-te entiendo, créeme que lo hago cariño, y aun así lo mejor es que él hablé con su tío. Yo he vivido muchos años más que ustedes, he conocido a muchísimas personas en mi carrera como psicóloga y éste… es el momento donde se va a definir un punto importante en la vida de JiYong. Él tiene que tomar una decisión muy complicada que implican cosas que arrastra desde la muerte de sus padres, sino las cura ahora no lo hará más adelante.

-¿si en vez de curarse sólo se daña más?

-es un riesgo, pero presiento que esta vez las cosas saldrán bien – sonrió y Seung suspiró. – tú tienes que ayudarlo a decidir.

-¿Yo?

-Ese chico confía muchísimo en ti, pero como tú no estás de acuerdo con que escuche a su familiar no sabe que contestar. Tienes que darle ánimos.

-está bien – respondió resignado.

 

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-¿Te vas a ir?

-es por tu bien… pero si ves que ya no puedes, llámame y volveré.

-e…stá bien – tragó

-no me mires así – dijo al distinguir la mirada desamparada de JiYong. Ansiaba abrazarlo para que sienta su resguardo. – yo te cuidaré.

-¡gracias! – exclamó y lo abrazó con fervor, buscaba conseguir un poco de la valentía de su compañero.

-de na…a…da – lo envolvió también, refrescando sus fosas nasales con el aroma a flores  del cabello castaño.

 

 

-chicos – oyeron a la madre de Seung – ya está aquí el señor kwon –Al separarse vieron al hombre al lado de la mujer. – hijo acompáñame a la casa

-sí – contestó serio. Dio una última mirada de apoyo al menor y caminó hacia su madre.   

-adiós JiYong – se despidió ella

-adiós señora Choi – contestó inclinándose

-hasta pronto señor kwon

-Hasta pronto – respondió el hombre. Viendo partir a madre e hijo. Volvió su atención a su sobrino, quien mantenía la vista en el suelo, se le notaba incomodo, y él también lo estaba, pero como adulto tenía que dar el ejemplo y empezar. – hablemos. –El castaño asintió en la misma posición y emprendió el andar a la sala.

 

 

-¿Cómo has estado? – fue lo primero que preguntó cuando se acomodaron en los sillones, claro que en muebles diferentes, uno frente al otro.

-bien – musitó despacio a la vez que jugaba con sus manos, sin sostener la mirada. El profundo suspiro del mayor lo tentó a mirar que podría estar pasando por su mente, pero denegó rápidamente esa idea. 

-¿Has comido bien?

-sí

-JiYong… - lo nombró aumentando su nerviosismo. – ¿podrías mirarme mientras conversamos? – no lo decía para atormentarlo, sino para  comprender que necesitaba. – No tienes que temerme – el castaño mordió su labio inferior. – Sabes… - decidió continuar – ahora estoy viviendo en China con todos mis hermanos. La casa para llena cuando tus primos van de visita. Son jóvenes bastante alegres y como todos los de su edad, fiesteros.  – habló riendo. Quería aligerar un poco el ambiente. –es grato para mí haberlos visto crecer y formarse. Han causado muchos problemas, pero para todo ha habido solución. En los cumpleaños siempre participamos toda la familia, nadie puede faltar… - hubiese proseguido con su narración, si no fuese por el sollozo que salió del menor. – Ji discúlpame no era mi intención.

-si quiere que lo disculpe para que su conciencia se sienta tranquila, entonces lo disculpo. Sólo quiero que se vaya de mi casa. Haga como si nunca hubiera existido, como si no hubiera nacido… - respiró tragando ese horrible nudo en su garganta. -  yo puedo seguir mi vida solo, así como lo hecho por todos estos años. No necesito a nadie para continuar.        

-eso no es cierto – dijo. – las personas necesitamos de otros para apoyarnos aunque sea por un instante. Estar solo únicamente te causará dolor y amargura.

-prefiero eso, que ser rechazado por todos a los que alguna vez consideré como mi familia. 

-no tiene que ser así. No vine solo para decirte que me perdones e irme. He venido para cumplir la promesa que le hice a tu padre. – el castaño lo miró fijamente, sintió que su corazón volvió a latir con ahínco. – estoy aquí para que te apoyes en mí, para cuidarte como a un hijo más, para abrigarte cuando tengas frio, para aconsejarte cuando sientas dudas y… cuando tengas miedo ser  tu escudo para que nadie más vuelva a lastimarte. No te pido unas cuantas palabras. Deseo que tu corazón se compadezca de este hombre que cometió un error y está aquí para corregirlo, porque ésta mezquina mente vio el dinero  antes que la familia. Lo admito. Fue muy bajo creer que el dinero me haría feliz. No voy a negar que al principio así fue, pero después comprendí que no vale la pena tanta riqueza si por ella has perdido a un miembro de tu familia, en mi caso perdí a tres.

-no sé… - exhaló – lo que me queda de una familia son sólo recuerdos y fotografías, y aunque es poco, con ello he sabido ser “feliz”.  – sus ojos se humedecieron al recordar los años que vivió con solo fotografías, no desde la muerte de sus padres, sino de mucho antes, cuando sus progenitores viajaban dejándolo en casa esperando por ellos. Por lo menos en esa época contaba con la ilusión que volverían y le demostrarían todo su amor, pero ya no podía esperar aquello, nunca más. – sabe, usted tenía razón. Estoy  maldito. – Sus palabras sorprendieron al mayor –  llevo esta condena sobre mí, creí que muriendo terminaría todo, pero al parecer… ni la muerte quiere a un bastardo como yo. – sonrió tristemente.

-no eres un bastardo

-¡claro que sí!… todos lo dijeron. – rompió en llanto. – no… if… valgo… nada. – se abrazó a sí mismo.

-cálmate – avanzó hasta él abrazándolo.

-¡usted no sabe nada de mí! – Se sacudió, pero fue en vano - No puedo con todo lo que llevo dentro, es demasiado grande que me asfixia a cada segundo. Mi mente me atormenta cada noche. Mi cuerpo está corrompido. Todo… todo en mí está podrido.

-sé que has sufrido mucho, que los hechos han calado  muy dentro de ti. Me hiere verte sufrir tanto. No sabía cuán grande era tu dolor, pero ya lo sé.  Te aseguro… que juntos lo vas a superar, voy a hacer todo para que así sea.

-ja…mas po…dré… if…

-sí podrás, porque aunque cueste mucho dejar de sentirlo y creerlo… el dolor nunca es eterno.  

 

******************

 

-¡hyomin deja de jugar y pásame a mis tíos! – alzó la voz

-aish que amargado eres primito. – rió – pero ya ahora te los paso. ¡Mamá! – se oyó a través de la bocina del teléfono. – ¡el gordo quiere saludarte!

-¡¿a quién le dices gordo?! – preguntó exasperado. Es que siempre era así con ella, se querían no había duda, y tenían la suficiente confianza para tratarse como hermanos y decirse cosas que sabían que no ofendían al otro, aunque les encantaba jugar con eso.  – no vuelvas a decirme gordo, fea.

-¿A quién le dices fea, Seung hyun? – oyó una voz más madura, la de su tía.

-¿Ah?… tía, ya sabes cómo es hyomin para fastidiándome y yo tampoco voy a quedarme callado.

-jajajaja… ay ustedes cuando no molestándose. – reía

-¡ella empieza!

-sí… sí… ¡te quiero Santa Claus! – irrumpió en el teléfono su prima

-¡yo también, Olivia! – gritó sonriendo

-ya chicos – dijo la mayor.

-tía, solo quería desearte feliz navidad, que la estés pasando bien con mi tío y esa loca, y también que descanses.

-muchas gracias Seung, tengo los mismos deseos para ustedes. Cuida de tus padres y no les andes causando problemas.

-pero si soy un santo

-jajaja ay contigo siempre me río.

-me alegra que así sea.

-tu tío aun está descansando, yo le daré tus saludos.

-está bien, que descanse. Me pasa con hyomin, por favor

-¡aquí estoy!

-sí, ya te reconocí

-dejándonos de bromas un rato,  en donde pasarás año nuevo.

-voy a ir  a una fiesta con Dong Wook y algunos compañeros.

-¿Puedo ir? – preguntó emocionada

-¡No!

-aish… que amargado, si sigues  así vas envejecer rápido, te lo advierto.

-no me importa, no te quiero ahí.

-¿Por qué será?… ¿Va a estar algunas de tus conquistas?

-no es de tu incumbencia

-¡así que es eso!

-¡ya dije que no!

-ajam… bueno si no quieres contármelo, no importa igual me enteraré. Adiós, primito.

-adiós - colgó 

 

POV SEUNG

 

Esta mujer se comporta como una niña, es tan infantil. Encima quiere arruinarme el año nuevo, no se lo permitiré. Debería conseguirse un novio y entretenerse con él. Dejándola de  lado, JiYong aun no me ha llamado. ¿Estará bien? Han pasado tres horas y nada. Mejor lo llamo… pero si lo interrumpo.

 

-llámame, llámame, llámame – repetí mirando la pantalla de mi celular. -¿Por qué no me llamas?

 

“lalala…lala…lalala…lala…”

 

-¡oh!… es él – rápidamente deslicé  un dedo por la pantalla y lo acerqué a mi oído. – Ji ¿Cómo estás?

-estoy  bien – respondió con un tono bajo de voz.

-¿Hablaste con tu tío?

-s…sí

-¿Estás con él?

-no, estoy en mi habitación.

-¿Quieres que vaya?

-nosotros vamos a ir… al camposanto

 

Al escucharlo simplemente me helé. ¿Cómo que al camposanto? Iría a la tumba de sus padres con la persona que lo culpó de sus muertes.

 

-¿Seung? – me llamó

-sí… ehm…  - no sabía que decirle- ¿Te está obligando a ir?

-no – negó – es una costumbre que tengo. Yo fui quien dijo que iría, él me quiere acompañar.

-oh…

-después iremos a comer, dice… que quiere pasar un tiempo conmigo.

-¿lo has perdonado?

-… - no respondió, se quedó callado.

-creo que sabes que no estoy de acuerdo… pero si tú quieres perdonarlo está bien, no tienes que asustarte si lo has hecho.

-sí lo hice - murmuró

-ves, todo está bien.  – dije con una sonrisa falsa. Yo no hubiese perdonado.

-él sabía todo lo que sucedió – habló – dijo que desde ahora me cuidaría y estaría al pendiente de lo que requiero.

-¿Por esa razón saldrán juntos?

-sí.

-supongo que… ya no será necesaria mi presencia en tu casa ¿No?

-me dijiste que era navidad, y esa fecha debes estar con tu familia… creo que debo estar con él, y tú con tus padres.

-lo entiendo – contesté apagado

-pero mañana no es navidad, y… y podrías… venir… aquí… - sonreí al oír su rápida contestación.

-mañana estaré a primera hora en tu puerta.

-okey. Cuídate.

-cuídate tú también… - hablé despidiéndome, pero recordé la fiesta – JiYong espera.

-¿Qué sucede?

-me había olvidado de hablarte de la fiesta

-¿Qué fiesta?

-la de fin de año. Ya habías aceptado, pero creo que lo olvidaste así que te lo estoy  recordando.

-ahm… pero… tus fiestas… son un poco… ehm… no me gustan, perdón

-no es como a la que fuiste.  Estarán nuestros compañeros y unos amigos. Esta fiesta será totalmente privada, ajenos no ingresarán.

-entonces si iré

-muy bien. Nos vemos mañana.

-adiós – colgó.

 

Aunque me duela no verlo el día entero, de todo corazón espero que ésta vez las cosas vayan bien.

 

FIN POV SEUNG

 

 ******************

 

POV JIYONG

 

El chofer de mi tío condujo hasta el cementerio y ambos bajamos, caminamos por la senda hasta llegar a las tumbas.

 

-Está muy bien cuidado… ¿siempre vienes? – preguntó

-sí

-¿me permitirías… rezar contigo? – aquello me sorprendió por lo que lo miré asombrado.  Cuando venía, siempre oraba solo, no había nadie acompañándome. – no te sientas forzado, mejor iré a…

-sí puede. – afirmé. Por una vez en todo este tiempo quería que alguien más añorara a mis padres como yo. Porque ellos eran las mejores personas, y se merecían toda la gracia que pudiese dárseles.

-está bien -  sonrió ligeramente. Nos inclinamos. En silencio y con los ojos cerrados, iniciamos.

 

Al terminar noté como algunas lágrimas escapaban de sus ojos,  de los míos también. Éste era un año más donde celebraba navidad con mis padres, por lo menos así lo siento yo. Como él dijo fuimos a almorzar a un restaurante muy lujoso. Yo no era de comer fuera de casa, pero en estas fechas no tenía empleados ya que estaban con sus familias. Compartimos unas cuantas palabras mientras comíamos, cosas “superficiales”, nada que nos disgustara. Luego fuimos a un  parque muy amplio donde caminamos por horas. Me sentí más cómodo cuando dejé de pensar en el pasado y me centré en la imagen de mi tío y yo  paseando.

 

-ya es hora de volver – lo oí decir. – el invierno ha empezado con fuerza, puedes enfermarte, regresemos. – sonrió.

 

Esas pocas palabras removieron tanto en mí. Hace cuanto nadie se preocupaba por lo que me ocurriese, por mi bienestar. Asentí y regresamos a la calidez de su auto. Lo conocía, sabía que no estaba mintiendo, que al igual que aquella vez hace seis años sus palabras eran sinceras.

 

-ve a ducharte, pediré comida.

 

Lo obedecí. Me bañé y cambié mi vestuario por uno más simple.  Al bajar, a mi olfato llegó un aroma delicioso. Me dejé guiar hasta la sala de ocio. Vi lo que compró, que lo recordara me hizo sonreír.

 

-¿Aun te gusta el sushi? – en la mesilla del centro habían varios platillos de éstos de diferentes pescados. – Creo que sí – rió – no te quedes ahí parado. No están de adorno son para comer.

 

Caminé hasta el sillón donde estaba, sentándome a su lado.

 

-veremos una comedia para amenizar la cena. Este es excelente. – cogió uno de los tantos DVDs que estaban guardados desde hace mucho y lo colocó en el reproductor. El film era muy bueno, debí verlo antes. No parábamos de reír, porque sí, yo estaba riendo, era inevitable.   Cuando acabó puso otros y la pasamos así hasta muy tarde en la madrugada.

-ahh… - bostecé cubriéndome la boca – perdón –pedí avergonzado

-ya es tarde, debes dormir

-pero aun no acaba – señalé la película.

-podemos verlo en otra ocasión. – Bajé la mirada -  no te miento – sacudió mi cabello.

-usted tiene que volver a China, ya no habrá otra ocasión – respondí vagamente

-descuida, lo veremos de igual forma.

 

Parecía querer decirme algo más, pero calló. Sólo asentí y me despedí yendo a mi habitación.

 

FIN POV JIYONG

 

CONTINÚA...

Notas finales:

bien, hasta aqui nos vemos, espero q en la noche o mañana temprano,  ojala en la noche, nos volvamos a leer.. esten atent@s, byebye


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