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El dolor nunca es eterno por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

 

Holaaaaaaaaaaa

He vuelto después de casi dos meses, LO SIENTO MUCHOOOOOOOOOOO

Sé que tardé pero estas semanas me he quemado las pestañas y el cerebro para traerles el cap. Otra vez me he enganchado con el fic, así que retomaré con más rapidez, y para que se asusten les aviso que el siguiente cap está listo y lo soltaré mañana.

 

Los cuatro jóvenes se encontraban en el patio  de comidas del cine, sentados alrededor de una mesa cuadrada  cada uno con sus bebidas respectivas.  Debidos  a los gritos que habían soltado en la sala, los empleados les pidieron que resolvieran sus discusiones en otra área, por eso estaban ahí.  El mayor y el menor de todos estaban avergonzados por la situación tan incómoda, sin embargo los primos no paraban de enfrentarse con la mirada. Como nadie decía nada JiYong quiso aligerar el momento iniciando una conversación dirigida a su hyung.

 

-hace cuanto no nos veíamos Yunho hyung – dijo tímidamente,  mirando al mayor.

 

Los tres al escucharlo hablar  fijaron sus ojos en él causando que se ruborizara y se arrepintiera de haber hablado.  Sin embargo, su intervención ayudó a romper un poco el hielo, así que Yunho le dedicó una pequeña sonrisa. Era verdad que habían dejado de verse y le alegraba mucho volver a ver a su pequeño dongsaeng.

 

-tienes razón, he estado un poco ocupado y no pude ir a  verte. – contestó.

-sí, sumamente ocupado con ella, ¿Verdad? – intervino Seung, mirándolo con descaro.

-n…no es así… - empezó a tartamudear por los nervios.

-quieres parar. Lo que él hizo o dejó de hacer no te incumbe. – dijo Hyomin.     

-pero a ti seguro que sí.

-no te importa. – gruñó.

-bueno… lo importante es que nos volvimos a encontrar.- añadió el pelirrosa tratando de sonreírles a todos.

-Ji tiene razón, eso es lo importante. – apoyó la chica, bebiendo su refresco. Seung bufó y Yunho exhaló.

-Seung disculpa si esto te toma por sorpresa, quizá debí avisarte antes, pero las cosas sucedieron de un momento a otro. – dijo Yunho.

-no tienes que darle explicaciones. –expresó Hyo, frunciendo el entrecejo. El pelinegro le dio una pequeña sonrisa pidiendo comprensión.

-claro que debe hacerlo. Eres mi prima y  a pesar de todo tengo que cuidarte.

-tú no tienes que cuidarme, yo sé cuidarme sola.

-sí, claro. – rodó los ojos.

-¿Acaso tú le pediste permiso para estar con JiYong? No, ¿verdad? – soltó molesta. Ante lo dicho, el nombrado escupió su bebida  y tosió varias veces. El pelinegro se sonrojó y Yunho rió.

-e…so fue distinto. – contestó en un susurro, debido a la cantidad de personas que miraban su mesa por todo el alboroto que causaban.    

-sí, claro. – respondió de igual manera.

-eso es cierto, no me pediste permiso para estar con él. – el mayor se unió a Hyomin, pero en son de broma.

-hyung~- lo llamó JiYong con un puchero en sus labios, para ese tiempo ya tenía las mejillas sonrojadas.

-sólo estoy jugando, Ji. –Dijo riendo. 

-¿y desde cuando salen?-preguntó curioso Seung.

-hace  dos semanas. – respondió su prima, sonriendo y tomando la mano de su novio.

-¡Felicitaciones! – exclamó JiYong mientras aplaudía ligeramente.

-gracias – dijo la pareja.

-jum… que mas queda. Felicitaciones. – aceptó resignado el pelinegro.

-¿y cómo se conocieron?- preguntó Ji inocentemente provocando una sonrisa divertida en la prima de su novio.

-fue gracias a ustedes.- respondió ella. El pelirrosa frunció el entrecejo sin entender a lo que se refería.  –Recuerdas que Yunho te dijo que irían de viaje a Petite France.- el menor asintió. – pues todo eso fue parte del plan que creamos para unirlos.

-¿Cómo? – abrió los ojos sorprendido, intercalando miradas entre Seung,  su hyung y su novia.

-cuando nos reunimos  para confirmar que todo salió a la perfección nos presentamos, y  pues no perdimos la comunicación y continuamos saliendo en plan de amigos.   

-hy…ung, ¿Por qué no me lo dijiste?- se sentía algo tonto al ver sido engañado por el mayor. ¿Cómo se supone que debía confiar en él nuevamente?

-a mí también me engañaron, me dijeron que Seung  le había mentido a su mamá y te habías visto envuelto en eso y  que tuvieron una horrible discusión. Por eso acepté que se vieran, pero en ningún momento me dijeron que era porque le gustabas, hasta el final.- contestó sacudiéndose de cualquier culpa.-y por  si no lo recuerdas, la primera vez que nos vimos todos   fue cuando tú volviste de China.

-oh… es cierto.- afirmó Seung.

-pero igual me engañaste. – sus labios formaron un puchero.

-pero fue por tu bien.- sonrió.

-y el nuestro también.- habló Hyomin.-así que no hay de qué alarmarse, todos estamos felices como lombrices.

-cuidaré bien de ella. No te preocupes.- acotó Yunho, acariciando la mejilla de la chica.

-aish…  no hagan  eso.-  todo el cuerpo del pelinegro se estremeció al ver esas muestras de cariño.

-¿Por qué? ¿Piensas que sólo tú puedes hacer eso con JiYong? – volvió a hablar sin pensar, sonrojando a la pareja de enfrente.

-noona~- murmuró el menor avergonzado, ya ni sabía dónde meter la cabeza para que no lo tomaran de punto. Seung volteó su rostro hacia otro lado y no dijo nada más.

-está bien par de tortolos, me callaré. –le sonrió a Ji y a su primo quien aun no les daba la cara, pero se podía notar el  sonrojo en su rostro. Volvió a dar  un sorbo a su bebida y se dispuso a hablar.-JiYong… - llamó al pelirrosa -¿Estabas en una cita con mi primo? –preguntó intencionalmente. Se le hacía muy gracioso ver como el joven se sonrojaba y  se ponía nervioso.

-¿ah? Este nos…sotros es decir, nos…sotros yo ehm… - tartamudeó por la inesperada pregunta.

-tu cabellera rosa y tus mejillas sonrojadas hacen una excelente combinación.-comentó.

-deja de molestarlo.- dijo Seung. Creía que ella se estaba burlando  de su novio.

-solo hice un pequeño e inocente comentario.

-para tu información, vinimos al cine para festejar el éxito de JiYong en los exámenes.

-¡¿Aprobaste todos?!- preguntó Yunho al pelirrosa luego de recordar los exámenes que debía dar. Este sonrió enormemente y asintió repetidas veces, lleno de alegría.

-aprobé todas las materias, así que podré estudiar el siguiente semestre junto a Seung. – contestó desbordante de gozo.

-¡Eso me alegra tanto, Ji! – Sin poder aguantarse se puso de pie y abrazó al menor, quien también se había parado para corresponderlo.-estoy tan orgulloso de ti, ¡sabía que podrías lograrlo!

-sin el apoyo de ustedes no hubiese sido capaz de hacerlo.

-no te pude brindar todo mi apoyo, pero definitivamente este semestre si lo haré.

-¿Qué quieres decir? – se separó un poco del más alto, para poder obtener una respuesta.  Su hyung le sonrió más y volvió a abrazarlo.

-ya aceptaron mi  traslado a Hanyang. Volveremos a estudiar juntos. – susurró secretamente en el oído de Ji.

 

Al comprender lo que le decía sus  ojos cafés se llenaron de lagrimas, abrazó con más fuerza a  Yunho y hundió su rostro en la ropa ajena.  El estremecimiento de su cuerpo fue percibido por el mayor, quien con un poco de temor  lo acurrucó más consigo; temía haber dicho algo que lo entristeciera.   Sus sollozos pasaron de  silenciosos a sonoros captando la intención de varios comensales, incluyendo la de  quienes los acompañaban.

 

-no lo dije para que entristecieras, ¿creí que te pondría feliz ser la primera persona  que lo supiera?- dijo Yunho, tratando de consolarlo. Observó como Seung y Hyomin se ponían de pie, preocupados.

-¿yongie, estás bien? – preguntó el pelinegro. Colocó su mano en la espalda del menor sintiendo como tiritaba.

-no es que esté triste iff… yo te extrañé mucho iff… cuando te fuiste pensé que ya no… no volverías nunca más ifff… creí que te habías olvidado de mí iff… -lloró a pesar de sentirse feliz. Tanta era su emoción que debía exteriorizarlo de alguna manera.

-sé que no te protegí ni te  cuide ni estuve contigo como te lo había dicho, y me arrepiento grandemente por no haberlo hecho, pero te juro… te juro que ahora si lo cumpliré. No volverás a sentirte sólo porque ya no me iré, ¿está bien? Estaré donde me necesites como si fuera tu hermano mayor de verdad, ¿sí?- su voz inestable reflejaba el nudo  presente en su garganta. El dolor que su dongsaeng había padecido había sido muy grande y él ni siquiera pudo estar junto a él para apoyarlo, y eso lo dañaba.- me crees, ¿verdad, JiYong?

-s…sí – sollozó con más calma. Su corazón, mente y cuerpo  se sentían más aliviados luego de haber dicho la verdad de su sentir. Sintió las manos de Yunho levantando su rostro y mirándolo fijamente.  

-nunca creas que te he olvidado, siempre ocuparás un lugar especial en mi corazón y en mi vida. Así que evapora esas ideas de tu cabecita. Yo, Jung Yunho siempre  estaré al pendiente de kwon JiYong.

-gra…cias. – le sonrió aun con algunas lagrimas cayendo por sus mejillas.

-será increíble volver a estudiar juntos de nuevo.- agregó.

-sí- asintió enérgico.

-Ya no falta nada para que empiecen las clases.- dijo Seung.

-tienes razón, ¿A dónde iremos ahora?- se preguntó Yunho. Los chicos se pusieron a pensar. Aun no les habían informado a qué lugar viajarían para iniciar el año, pero sea cual fuera, lo importante es que estarían  juntos.

-así sea aquí cerquita sólo quiero estar con ustedes. – los mayores miraron tiernamente  a Ji por su comentario.

-yo no podré ir.- comentó Hyomin, triste, se sentía desplazada.

-¡Eso es lo mejor de todo! – celebró Seung hyun, recibiendo una mirada asesina de su prima.

-volveremos pronto, ya verás que los días pasarán en un santiamén. – dijo el mayor para calmar a su novia.

-ojala.- suspiró.

-bueno, pues JiYong y yo debemos irnos.- Seung tomó la mano de su novio.- nos vemos cuando empiecen las clases.

-está bien, nosotros también tenemos  planes.- respondió Yunho, imitando la acción del otro.  Se despidieron y cada quien fue por su camino.

 

**********************

 

-¡¡¡LAS ISLAS GRIEGAS!!!

 

 

Exclamaron los jóvenes estudiantes al ver desde la terraza  todo el extenso mar con las dichosas islas. Recién acababan  de dejar sus pertenencias en un hotel de cinco estrellas, ubicado en Atenas.  Sus clases habían iniciado y continuando la costumbre de la escuela,  partieron de viaje. Ellos estaban emocionados, algunos habían ido antes,  pero otros no. Por eso, no dudaron en salir corriendo hacia la terraza panorámica. Una vista simplemente espectacular para cualquiera que tuviera la oportunidad de estar ahí.  

 

-ya quiero ir a allá.- dijo Sandara. Con su mano señaló las hermosas islas, aunque desde la distancia donde estaban solo parecían un montón de rocas.

-todos queremos estar en esas hermosas playas. – agregó  Jung Min.

-chicos no deben apresurarse de todos modos iremos a visitar las islas, pero primero estaremos un par de días en Atenas. – dijo Sun Woong. El como supervisor los estaba acompañando y ya tenía un itinerario para esas dos semanas.-como hemos llegado hace poco, les recomiendo que descansen y ordenen sus pertenecías. Mañana saldremos a partir de las 10 para visitar Atenas. No quiero que ninguno falte.

 

Los  jóvenes asintieron, pero permanecieron en la terraza. No había ningún apuro para ninguno, y como en esa área disponían de todos los servicios fueron a sentarse en las mesas y pidieron bebidas.  Se contaron como pasaron las vacaciones. Las anécdotas los hacían reír, y las fotos los asombraban. Empezaban a  recuperar el tiempo que habían dejado de verse.

 

**********************

 

-¿JiYong estás aquí? – preguntó Seung hyun entrando en la habitación del pelirrosa.

-¡sí! –se oyó desde algún lugar, pero no se veía de donde.

-¿En dónde?- cerró la puerta y dio algunos pasos buscándolo con la mirada.

-aquí. – contestó saliendo del cuarto del baño.

 

Ya no traía el abrigo que había llevado durante todo el viaje desde que salieron de Seúl, ahora tenía un delgado suéter dorado hecho de hilo, unos pantalones azules  de mezclilla y zapatillas de tela.  Con una sonrisa se acercó al pelinegro quien también había cambiado su ropa. Traía una camisa color cielo  abotonada solo hasta el penúltimo ojal, un pantalón de mezclilla  y sandalias.

 

-me estaba cambiando, ¿ocurrió algo?- se detuvo frente a él.

-te buscaba para que salgamos a pasear un poco.

-ah… me parece una buena idea.

-sí, pero… - paseó sus ojos de arriba abajo por el cuerpo de JiYong  y sonrió. El menor pestañeó esperando que le explique el motivo de su alegría. – ¿no crees que tendrás calor con esa ropa?

-¿Por qué? – se miró a sí mismo.  

-el calor de Grecia no es como el de Corea, aquí si  sale el sol de verdad.

-pero me siento fresco. Además, si hace mucho calor como dices, es mejor que no exponga mi piel, así no me quemaré.

-jajaja así que tienes que cuidar tu piel, si no te quemarás. – se burló de las palabras de su novio. Sonaba como todas las chicas que estudiaban con ellos.

-¿Por qué te ríes? – sabía que su novio se estaba burlando de él, pero no comprendía por qué. Frunció la frente y colocó sus manos en sus caderas.

-lo que dijiste fue muy gracioso, yongie. Vamos no te molestes. – aun sonriendo, pasó sus brazos por la cintura del menor, haciendo un amarre seguro e inquebrantable.

-no veo la gracia. El sol de verdad quema muy fuerte, y no me gusta que mi piel se ponga roja y me arda. – refutó.

-tu piel reacciona así  debido a que no la expones, si no te cubrieras mucho entonces te acostumbrarías.

-pero… no me gusta que… me vean. – murmuró con la mirada baja.  

La sonrisa que tenía Seung hyun desapareció y tragó con disimulo. Acercó a Ji y besó su frente, sintiéndolo suspirar relajadamente.  –si quieres usar esta ropa no me opondré, pero regálame una sonrisa, ¿Sí?

 

Obedientemente, JiYong alzó el rostro mostrando una sonrisa con sus relucientes dientes blancos. El pelinegro  volvió a sonreír y posó sus labios sobre los otros. No se estaban besando en sí, pero la sensación de estar juntos y sonreírse  les alegraba el alma genuinamente.

 

-¡suficiente!- exclamó el menor, rompiendo con el beso. Como los brazos de Seung estaban alrededor de su cuerpo sólo pudo echar la cabeza atrás para no ser alcanzado. – vayamos de paseo. 

-ya no quiero salir, mejor quedémonos aquí. – a pesar que había eliminado cualquier espacio entre sus cuerpos no podía alcanzar la boca del pelirrosa. Éste tenía la mitad del cuerpo doblado y si seguían a ese ritmo seguramente terminarían cayéndose al suelo. No era una mala idea según  el pelinegro, pero prefería disfrutar el tiempo con el menor viendo sus expresiones mientras veían la ciudad en vez de estar metidos en la gran habitación, muy lujosa cabe recalcar.

-no, no, no. Dijiste que saldríamos, así que eso quiero. – miró fijamente a Seung hyun conteniendo sus ganas de reírse.

 

JiYong disfrutaba mucho besándolo pero sentía un poco de vergüenza. Consideraba que sus besos eran muy infantiles o “simples”. Quería aprender a besar bien, pero no sabía  cómo y por nada del mundo le pediría a Seung que le enseñe. Ya en un inicio el pelinegro le había enseñado un poco y así estaban bien. Por lo menos para él se sentía bien de esa manera, sin darse esos besos de telenovelas que pasaban en televisión o esos  besos de películas americanas. Antes ni le había dado importancia a esas escenas, pero desde que empezó a salir con Seung tenía una visión diferente. Las películas ya no resultaban lo mismo, era inevitable que se sonrojara cuando veía un beso apasionado  e imaginaba que eran ellos dos. No obstante, en alguno de los tantos besos que se habían dado; a veces  Seung  lo  dejaba sin aliento debido a la larga duración que tenía el ósculo y  en otras ocasiones percibía  la pasión que ponía al besarlo pero sin “profundizar”, y verdaderamente él no sabía cómo responder. “Nadie nace sabiendo”, se decía  a sí mismo en esos momentos de reflexión,  pero eso no restaba el hecho de la vasta experiencia que tenía su pareja.

 

-¿Te he dicho que eres engreído? – dijo agudizando la mirada fingiendo estar  fastidiado. Mas no pudo fingir por mucho, ya que vio como el menor abría la boca para reclamarle. Por ende, se apresuró  a enmendarse. - ¡es mentira! – exclamó sonriendo. – ¿Cómo mi yongie podría ser un engreído? No, no. Desde luego que no.- puso un poco de sarcasmo en su tono de voz. Obviamente el pelirrosa lo notó, pero prefirió no contestarle.- salgamos antes que Tablo nos vea y quiera acompañarnos. -  se enderezó y lo soltó.

-está bien. – exhaló dejando atrás lo dicho por el mayor. Guardó la tarjeta de la habitación dentro de su billetera  y se colocó unos lentes de sol.-estoy listo.

-¡uy!… pero que novio tan sexy tengo.-silbó, causando que Ji se sonrojara hasta las orejas.

-¡¡¡Choi Seung hyun!!!

 

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-¿A dónde vamos? – preguntó el pelirrosa.

 

Habían subido a un taxi ni bien salieron del hotel. Ahora estaban en el auto, viendo las casas y cruzando las calles  con un rumbo desconocido para el menor.  Únicamente Seung sabía hacia donde  se dirigían, ya que fue él quien habló con el chofer. Por eso, no dudó en preguntar.

 

-estuve hablando con mi papá sobre el viaje y me dijo que el barrio de Plaka era un bonito lugar para pasear. Estamos yendo allá.

-¿Plaka?

-sí, así se llama.

-uhm… ¿y falta mucho?

-no estoy seguro. –carraspeó un poco, para que el hombre que manejaba le prestara atención. –disculpe, ¿Cuánto falta para llegar?- dijo en un perfecto inglés.

-estamos cerca. – le contestó, también en inglés. – vean ese arco. – señaló una estructura de más de diez metro de alto que se hallaba a un lado de la autopista. – nosotros lo conocemos como “La puerta de Adriano”. – pasaron delante ella. – ahora estamos en Plaka. –anunció sonriéndoles.

-oh… -JiYong sonrió también. – ese arco se ve muy antiguo.

-lo es. Además, sostiene la triple porticada dividida por columnas sobre la que a su vez se levantan el arquitrabe y el frontón. Separa la antigua ciudad, también conocida como ‘Ciudad de Teseo’, de la nueva estructura urbanística.

-ay, nos hubiéramos tomado una foto.

-cuando volvamos lo hacemos. – dijo Seung. El menor asintió emocionado.   

 

El taxista los dejó en la Plaza de Lisicrates, les dijo que si caminaban un poco más hacia la calle Tripodon  encontrarían  ‘la Linterna de Lisicrates’,  y así fue. Se tomaron varias fotos con el monumento detrás  y en solitario. Luego fueron a caminar por las calles, admirando la belleza del lugar. Era un entramado de callejuelas y placitas  que se mezclaban formando un laberinto.  Había muchas tiendas por las calles, así como cafés y tabernas que a esa hora, pasada las cinco, comenzaban a llenarse de gente. Una de las tantas tiendas expedía colecciones de copias de estatuas helenísticas de los dioses griegos hechos en yeso.

 

-hyunnie mira. –señaló JiYong, adelantándose al pelinegro. Llegó hasta la tienda y observó maravillado la cantidad de pequeñas estatuas.   

-¿te gustan?- preguntó al estar a su lado.

-¡claro! Siempre he querido tener una colección así. No he tenido mucho tiempo para buscar, pero mira  qué casualidad.

-no es mucha casualidad hallar estatuas… en Grecia. – dijo con obviedad.

-lo sé, pero encontrarlas el primer día que llegamos creo que sí.

-¿quieres comprar?

-¡sí!

 

 

JiYong seleccionó diez estatuas de dioses y el hombre encargado de vender los colocó en cajas y luego en bolsas. Sacó la billetera de su bolsillo y le extendió una tarjeta al hombre.

 

-¿joven tendrá efectivo?- preguntó el señor.

-¿Por qué? ¿Está mal?- cuestionó asustado.

-no, es que mi maquina se ha malogrado y no puedo cobrar por tarjeta.

-ah… está bien. – recibió su tarjeta y buscó en su billetera. Lastimosamente no cargaba nada de dinero, únicamente tarjetas. – ¡ay no!

-¿Qué sucede? –Seung se acercó al ver su rostro entristecerse.

-no tengo dinero. – le mostró su billetera.

-descuida, yo lo pago. – sacó su billetera y le entregó el dinero al señor.

-tome joven. – extendió las  bolsas al pelinegro.

-vamos yongie. –empezó a caminar, pero se detuvo al notar que el menor no lo seguía. Volteó y lo vio parado en el mismo lugar.-JiYong. –lo llamó y éste pareció despertar.

-dej…ame ayudarte. –le quitó algunas bolsas y caminó  sin esperar a Seung.

-Ji, ¿Qué sucede?- preguntó y lo detuvo.

-na…da.- respondió sin mirarlo. 

-sabes que puedes decirme cualquier cosa.- con su mano levantó su mentón.

-no es importante. – desvió su mirada.

-lo que suceda contigo es importante para mí. Dímelo por favor. – rogó. El pelirrosa volvió sus ojos a aquellos negros que lo miraban con angustia, y suspiró.

-es… es extraño. Yo siempre he dependido de mí, he resueltos mis problemas solo, estoy acostumbrado a no recibir ayuda. De pronto, apareces tú y sin darte cuenta alteras el orden de mi vida.- murmuró conflictuado.

-Ji… - ambos se miraron a los ojos. – ahora yo también soy parte de tu vida, y tú eres parte de la mía. Estamos juntos como pareja y debemos apoyarnos cuando lo necesitemos.  No quiero incomodarte ni alterarte, sólo quiero  componer  cada hilo de tu mundo.- le sonrió. Pasó uno de sus brazos por los hombros del  más bajo y lo besó. –quiero tomar un café, te invito.

-entonces… ¡invito yo!- exclamó sonriéndole.

 

Sin darse cuenta pasaron una hora en la cafetería. Comieron pasteles y bebieron dos cafés helados. Después anduvieron un rato más por la calle hasta llegar al barrio de Monastiraki donde se sorprendieron de encontrar una gran cantidad de jóvenes, al parecer era un punto de encuentro.  Se tomaron unas fotos más y siguieron andando, perdiéndose entre la multitud. Se dejaron guiar por los grupos y llegaron a la dichosa “Torre de los vientos”, un recinto arqueológico. El paraje ofrecía una vista casi irreal de sí misma. La belleza era inigualable las flores, las piedras, el pozo de agua, la edificación; nada tenía punto de comparación además del pacifico silencio habitante.

 

-qué hermoso… se siente muy bien aquí. – dijo JiYong.

 

Tenía los ojos cerrados y los brazos a los costados, parado sobre una piedra mediana. Seung lo miró desde abajo, deleitándose con la belleza natural del pelirrosa, la luz de la luna caía sobre su rostro dándole esa aura angelical. Silenciosamente sacó su teléfono y tomó una foto del menor, quien abrió los ojos debido al flash que resplandeció frente a él. 

 

-¿Qué haces?- preguntó cejándose de la piedra.

-fotografió un ángel.-contestó sonriéndole.

-¿Por qué cada vez que estoy distraído me tomas fotos?- reclamó infantilmente.

-porque eres  mi persona favorita en el mundo.- JiYong giró su rostro sonrojado hacia otro lugar.

-que cosas dices.

-sólo soy sincero, pero como sé que no te agradan mis momentos de sinceridad entonces me callaré.

-n…no es así.- tartamudeó haciendo sonreír al mayor.

-de todos modos no me iba  callar.

-¡tramposo!

-ya olvidémoslo. Mejor volvamos al hotel.- tomó la mano del menor, entrelazando sus dedos,  y fueron en busca de un taxi.

 

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-¡al fin llegamos! Estoy muerto de cansancio.- exclamó JiYong, tirándose de  cara  en su cama.

-yo estoy igual. – añadió echándose a  un costado.

-y todavía mañana debemos salir temprano… creo  que ni podré mover las piernas. Hemos caminado un montón. – dobló sus brazos sobre las sabanas y acomodó su cabeza para ver al pelinegro.

-si no puedes caminar entonces te llevaré en mi espalda. – comentó mirándolo.

-baboo~- pronunció sonriendo por la vergüenza, pero también por la emoción que le trasmitían esas palabras.

-sólo entre nosotros te permito que me llames así, imagínate que dirían los demás si supieran como me maltratas psicológicamente. –se abrazó a sí mismo simulando ser un chico indefenso.

-¡yo no te maltrato!- se defendió sin quitar la sonrisa de su rostro. La actuación del mayor era muy graciosa.

-¡¿lo ves?! Me estas gritando.- se giró, dándole la espalda y sollozó exageradamente.

-si piensas así, entonces ni siquiera te hablaré cuando nuestros compañeros estén cerca.  – se sentó y cruzó los brazos sobre su pecho.

-¿lo dices enserio? – preguntó dejando de “llorar” y viéndolo de reojo.

-¡sí! – asintió con firmeza. Su rostro, que se había mostrado impávido  por varios segundos cambio drásticamente  al momento de ser jalado hacia abajo. En vez de sentir las finas sabanas  contra su cuerpo sintió el trabajado cuerpo de su novio. Sin detenerse a pensar apoyó las manos sobre los hombros del otro para levantarse, pero fue rápidamente capturado por aquellos brazos que una vez amarrados no lo dejaron ni moverse. –Seung… - pronunció escondiendo su rostro en el cuello del nombrado.

-no te escondas de mí, no tienes porque hacerlo.- dijo calmado.   Se estremeció un poco al sentir el suspiro que soltó el menor sobre su cuello, pero lo equiparó  al notar los acelerados latidos del corazón ajeno. Movió su mano izquierda para cubrir por completo la cintura de JiYong y la otra la llevó al cabello rosado, y de a pocos le alzó el rostro para observarlo.  Como supuso, tenía las mejillas coloreadas  y los ojos temblorosos. Cada vez  que la distancia era corta reaccionaba igual.  Le agradaba causar eso en él. – en realidad, no me importa lo que opinen los demás. Pocos saben que me gustas y que estamos juntos.  Si el resto se entera y lo acepta, sería muy bueno, pero si no… me vale. No pienso perder a la maravillosa persona que tengo conmigo por ellos. Ninguno  vale más que tú, eres a quien amo y  por ti  haría lo que sea. Ni si quiera pienses en alejarte de mí para no causarme “inconvenientes”, lo que más deseo es que permanezcas a mi lado.   Y si alguien quiere ganarse problemas, se las tendrá que ver conmigo porque a ti… no te vuelven a  tocar ni un solo cabello.

-¿no t…te avergonzaría que te vieran con… conmigo?- preguntó intimidado por la seguridad en los ojos negros.

-Jamás. – fue contundente y conciso. No necesitaba argumentar, esa era su única respuesta.

 

Con la misma tenacidad juntó sus labios en un beso distinto. Ambos con los ojos entreabiertos, observando a detalle la expresión del otro mientras realizaban sutiles caricias con sus bocas. Mutuamente podían sentir el apremio de sus corazones. La calidez que producía en sus cuerpos el estar juntos. La tranquilidad que les brindaba el saberse correspondidos. Los parpados cayeron como telones en un teatro dando por culminado una función, pero abriendo  paso al mundo detrás de ellos.  Agudizando cada uno de sus  sentidos, aumentando las sensaciones, permitiendo que la confianza rebalse más allá de los límites.  Consintiendo que aquel musculo, único con la capacidad de degustar los exóticos sabores existentes, delinee  lentamente  aquel labio rosado.

Una y mil terminaciones nerviosas se activaron   con ese trazo. Tan simple y natural que no lastimaba a nadie. No obstante, era un arma tan potente que podía noquear a un inexperto individuo. Causando revoluciones y guerras, una tras otra, sin detenerse.

Una conmoción que congelaba hasta el hueso más diminuto.  

 

El atrevimiento del pelinegro fue interrumpido por los golpeteos constantes en la puerta de madera. Sacando de trance a los enamorados quienes al abrir los ojos distinguieron el temor en sus miradas. No por quien estuviera fuera de la habitación sino por la nueva sensación que experimentaron.

 

-¿JiYong estás ahí? – la voz de Sun Woong terminó por derribar la utopía en la que estaban metidos.

 

Seung hyun fue el primero en reaccionar, desvió su mirada y tragó dificultosamente.  Una parte de él creía que había sido un error haber hecho lo que hizo. No sabía si el menor estaba listo para besar de la manera como él quería, pero por la reacción que tuvo pareció asustado.

 

-iré a abrir. – con cuidado quitó al pelirrosa, moviéndolo a un lado y caminó hacia la puerta, sin voltear ni mirar por nada del mundo al muchacho sentado que lo veía de espaldas.

-Seung.- pronunció asombrado el supervisor. –está  es la habitación de JiYong o… ¿me habré equivocado? – se preguntó a sí mismo.

-sí es su habitación.- abrió completamente la puerta, dejando que el adulto viera el interior de la habitación y también al menor.

-oh… ya veo, están juntos. Pero… Ji, ¿te encuentras bien? Pareces un poco pálido. –preocupado  se dirigió hasta la posición del menor. Teniendo conocimiento de todos los sucesos pasados debía tener una asistencia excepcional para el joven. Al verlo de cerca confirmó su suposición. - ¿Estás enfermo?

-ahm… - JiYong intercaló su mirada entre el supervisor y Seung, quien se notaba también nervioso.-estoy bien- respondió con un poco de dificultad en la voz, pero con una ligera sonrisa tranquilizó al hombre.

-si necesitas algo no dudes en avisarme. Estoy aquí para ocuparme de ustedes. No me escondan nada.- dijo para ambos jóvenes, quienes asintieron. –bueno, solo pasaba para saber  si estaban en sus habitaciones. Ahora iré a ver a sus compañeros.  Descansen temprano, mañana deben estar relajados para salir. – les aconsejó amablemente y se marchó.

 

POV JIYONG

 

Jugueteé con mis dedos sumamente  incomodo. Seung no decía absolutamente nada y eso aumentaba mis nervios. No sabía que decir en momentos como estos. Desearía tener un control y detener el tiempo para lograr calmarme, pero era imposible.  Era tiempo de hablar, no podíamos quedarnos el resto de la vida sin mirarnos ni dirigirnos la palabra  por un… simple… contacto de… su lengua… con… con… ¡mis labios!

 

¡ahhhhhhhhhh… qué vergüenza!

 

¡Me estoy carbonizando del bochorno!

 

-JiYong…

 

¡Oh! Está llamándome por mi nombre. ¿Será bueno o malo? ¡Eso no importa! Necesito apartar mis pensamientos, mirarlo y hablar como personas que somos. ¡Sí! Hago el esfuerzo de buscar su rostro. Su mirada se clava en la mía cuando nos encontramos. Puedo notar que no soy el único que está muriendo de vergüenza. Eso significa que estamos en igualdad de condiciones, por tal motivo también necesito responder.

 

-Seung hyun… yo lamento mi…

-no te disculpes por favor, soy yo quien tiene que hacerlo.  Discúlpame por haber hecho eso, no fue a propósito simplemente me dejé llevar… sabes que no haría nada para incomodarte. Entiendo si estás molesto, también si no quieres verme…

 

Él seguía hablando como si hiciera un monologo y no podía ni replicar alguna de sus palabras porque empezaba con otras. Yo estaba avergonzado por lo sucedido pero él se sentía culpable. No quiero que se  sienta mal por algo que quiere hacer, siendo yo quien le impide hacerlo. No es como si se lo hubiera dicho pero creo que lo intuye.  Ya no sabía que me estaba diciendo porque no le presté atención, pero lo vi agachando la mirada y la forma como se movió su cuerpo me avisó que iba a irse.

 

-hyunnie espera – me levanté apresurado para no dejar que saliese por la puerta.  Él me miró con sorpresa por la forma cariñosa como lo llamé. Lo hice con conocimiento de causa por que quería que supiera que no estaba molesto con él, ¿Cómo podría?-no estoy molesto ni asustado solo… imp…presionado. – tuve que agachar la mirada, pero la volví a alzar. Quería que me creyera y para eso debía mostrarme seguro… aunque sea un poco. –sé que nu…estra relación va a pasos muy lentos. –por no decir que estamos peor que una tortuga  cruzando el mundo, pero no diría eso. -También sé que es por mí, pero…ehm…-tragué saliva y de paso también mi timidez. –yo quiero… que avancemos.

 

Noté  cierto brillo en sus ojos, como si le hubiera dado una grandiosa noticia. Creo que para él lo es, pero tampoco quiero que malinterprete mis palabras.  Tampoco quiero que demos un “gran” salto de un momento a otro. Así que es mejor dejar los puntos claros sobre la mesa.

 

-siempre y cuando los dos estemos de acuerdo.-  añadí sin apartar mi mirada.

-sí, sí, está bien… será como tú  quieras, yongie. – contestó emocionado, acercándose hasta mí y envolviéndome con sus brazos. Devolviéndome esa protección que me daba cuando me abrazaba. –uff… creí que la había regado de nuevo.

-no lo hiciste. Además creo que fue… el momento.- él me miró sonriente y depositó un duradero beso en mi frente. Cautivándome mucho más.

-es tiempo que descansemos. Hoy ha sido un día agotador y necesitaremos fuerza para mañana.

-ya tengo sueño.

-eso quiere decir que necesitas descansar, yo también iré a mi habitación. Mañana visitaremos varios lugares y después iremos a las islas griegas.

-jajaja… creo que todos esperan ir a las playas de las islas, no visitar los museos.

-es lo que yo también quiero. – hizo un pequeño mohín. Creo que nunca lo había visto hacer uno. Me causó mucha ternura.- ¿Por qué sonríes? –me preguntó.

-porque te amo.- declaré y se sonrojó.

-oh… ehm, bueno,  hasta mañana, que descanses.- dio un beso rápido en mejilla y salió despavorido de la habitación. Ni logré despedirme.   

 

Caminé hacia mi cama, con una sonrisa, y me tiré en ella. Hoy aprendí a sentir  muchas cosas que antes desconocía. No voy a negar que me paralizaron, pero a la vez me gustaron mucho.  Todo gracias a él.  Lo que empiezo a sentir cada día se hace más fuerte. Tengo cierto temor de arruinarlo, aun así deseo de corazón que esto no acabé. Voy a cuidarlo y atesorarlo dentro de mí para que nadie lo vea y destruya.

 

-Tengo que ser más fuerte. – asiento a mis palabras.

 

Tengo tanta felicidad dentro de mí que parece que quiere escapar de mi cuerpo. No quiero que se vaya. Rió por las cosas que pienso. Sueno como un verdadero romántico. Si continúo así no podré dormir. Cojo el borde de la sabana y ruedo dentro de ella, envolviéndome.   Así podré dormir y al mismo tiempo no dejaré escapar mi felicidad. Es lo más importante que tengo ahora.

 

Es suficiente para ser feliz.

 

FIN POV JIYONG

 

**********************

 

Siendo las nueve de la mañana todos los jóvenes estaban reunidos en el lobby del hotel. Finalmente lograron concentrar a  los alumnos en un solo lugar, ya que en el primer día cada quien se había esparcido por distintos sitios y no se pudieron saludar como es debido.  El supervisor Tablo acompañado de algunos auxiliares estaba ultimando los detalles del viaje con la empresa que les brindaría el tour. Una vez que todo quedó conforme subieron a los alumnos en dos buses.

 

-chicos les pediré que por favor se comporten. Estoy tratando con jóvenes no con niños, así que les pido compostura.  Yo estaré en el otro autobús con el otro grupo, ustedes estarán con dos auxiliares. Ellos me harán saber cualquier cosa que ocurra así que no hagan nada que los pueda perjudicar a ustedes mismos.

 

Al acabar su discurso bajó del autobús y subió al otro donde dijo lo mismo. Informó al conductor que podían empezar y éste puso en marcha el autobús.  En ese auto estaban  Bom y Sandara quienes conversaban amenamente de todo lo que habían hecho en sus vacaciones. Los viajes y fiestas a los que habían asistido. La ahora pelirroja, Bom, escuchó atenta como su mejor amiga terminaba de contarle una anécdota que le ocurrió en su viaje a París.

 

-Dara… - la llamó  quitando la sonrisa que tenía en la cara.  La nombrada la miró expectante.   -¿has visto a Seung? – preguntó mirando hacia el paisaje de la ciudad.

-¿Choi Seung hyun? – Bom asintió. – lo vi en el aeropuerto, pero no llegamos a hablar, todavía no hablamos. Y por lo que veo debe estar en el otro bus.

-uhm… seguramente.- asintió con una expresión pensativa.

-¿tú no lo has visto?

-lo vi ayer, pero él se estaba retirando del hotel con… JiYong. – murmuró aquel nombre, como intentando que su compañera al lado no lo escuchara.

-ah… yo también los he visto juntos, creo que se han hecho amigos jajaja. – Rió.- que irónica es la vida. Un día te odias y al otro te quieres.   

-demasiado irónica. – dijo para sí misma.

-¿dijiste algo?

-ah… cosas mías. – sonrió restándole importancia a sus palabras, pero Dara la miró con sospecha. –Mira estamos llegando al ‘Templo Olímpico de Zeus’.- apuntó la construcción arqueológica, captando la atención de su amiga.

 

**********************

 

-Seung me estoy muriendo de sueño.- dijo Dong Wook echando la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados. Si fuera por él ya se hubiese tirado al suelo a dormir.

-quien te manda  a amanecerte en facebook. –lo reprendió burlonamente.

-aish… no es por eso, es por culpa de este guía. Hace que el recorrido sea aburrido. – miró con “odio” al guía del grupo.

-que quieres que haga el hombre, ¿qué salte y grité mientras narra cómo se construyó este templo?

-pues si con eso me mantiene despierto, no me importaría que lo haga.

-ya deja de quejarte y por lo menos finge que te interesa un poco.

-¡ja!… lo dices como si estuvieras escuchando atentamente lo que dice.

-te estoy diciendo que por lo menos finjas. Yo estoy haciendo eso.

-pues lamento informarte que eres muy obvio, y se re-nota que no le estás prestando atención.

-aish… ya deja de quejarte que me estás molestando. –chasqueó la lengua.

-está bien, pero por si no te habías dado cuenta, de nuestro grupo él único al que le interesa y que de verdad está tomando atención es… tu noviecito. – susurró lo último.

 

Seung hyun no se había percatado de ese detalle, pero era cierto. Los chicos del grupo  estaban conversando entre sí o mirando por su cuenta el lugar, pero quien se mantenía pegado al guía y escuchaba lo que decía era JiYong.  El  menor había olvidado la incomodidad que sentía al volver a estar cerca de sus compañeros  y se centró en lo que le importaba. Lucía muy estudioso con ese bloc, anotando los datos importantes que el hombre decía y también con esa cámara profesional colgando alrededor de  su cuello, la cual  usaba  para fotografiar las paredes o uno que otro detalle único.

 

-parece un nerd.- se burló Wook ganándose un zape de parte del pelinegro. - ¡pero es la verdad!

-ahórrate tus verdades. Por lo menos,  JiYong  de verdad ama la cultura griega y ayuda a que no despidan a  ese hombre.

-ahora ni siquiera me vas a permitir llamarlo como quiera, eres un convenido. Antes también lo llamabas nerd y no decías nada. – lo miró con molestia.

-antes no significaba  lo que hoy es para mí. Así que no le digas nerd ni de ninguna otra manera, él es sólo JiYong. ¿Quedó claro?

-sí. –Contestó aburrido.- oye… por allá está Young Bae, vamos a hablar con él.-  tomando al menor del brazo lo jaló hasta el más bajo, que ahora lucía una cabellera rubia.

 

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“Iremos a la Acrópolis de Atenas y su Partenón, pasearemos por los barrios de Plaka y Monastiraki. Merece la pena sin duda conocer la Plaza de Sintagma y pasear por el Ágora de Atenas. No debemos dejar de visitar el museo de la Acrópolis y por supuesto el Museo Arqueológico. Visitaremos al Ágora romana. Atenas es la puerta de entrada a Grecia y contiene una multitud de rincones para disfrutar. Nos esperan las Cariátides, el templo de Poseidón en Sounio, y mucho más.”, anunciaba el guía a través del micrófono que tenía a su disposición.

 

**********************

 

Pasaron dos días en los que los estudiantes recorrieron todo Atenas. De una u otra manera todos aprendieron algunas cosas de aquella ciudad tan relevante para la historia de la humanidad. Sin embargo, lo que más deseaban los jóvenes estaba por cumplirse.  Siendo ya el cuarto día el supervisor anunció que el ferry los estaba esperando para ir a las islas griegas.  Después de casi cinco horas cruzando el mar Egeo, llegaron a las más famosas de las islas, las Islas Cicladas.

 

Llegaron al puerto de Adamas, y dos buses los esperaban. Cruzaron  un bello pueblo de blancas casas y calles empedradas, es decir, el típico pueblo cicládico. Pasaron por la iglesia de la Santísima Trinidad.  Hasta que finalmente llegaron a la capital, Milos o Plaka, situada en una colinita sobre el mar.

 

-chicos presten atención.- habló Tablo, cuando todos se bajaron de los buses. – estaremos en Milos durante dos días, ustedes pueden ir a cualquiera de las playas que hay aquí. Pero luego iremos a las demás islas para que conozcan. Cada una se caracteriza por algo en especial y lo iremos descubriendo con el transcurso de los días. Espero que disfruten su estadía y ahora sí vayan a  dejar sus cosas.

 

POV SEUNG

 

Acompañé a JiYong hasta su habitación porque me dijo que el viaje en el ferry no le había caído muy bien, y estaba un poco mareado. Además que el sol estaba en su mayor esplendor el día de hoy y eso le causaba dolor de cabeza.

 

-toma la pastilla. – le extendí el medicamento y un vaso con agua.

-¿Qué es? – respondió desganado mientras se sentaba en el sillón y tomaba lo que le di.

-Tablo me lo dio. Dijo que te haría dormir unas horas. Dice que a muchos les afecta el viaje por el mar y siempre les dan esto para que mejoren.

-no parecía que muchos en la embarcación se pusieran como yo. -me miró con suspicacia.

 

No pude evitar reír provocando que inflara sus mejillas tiernamente. Me senté a su lado y pasé mi brazo por sus hombros, acercándolo a mí.

 

-quizá no sea a   muchos los que les afecta, pero si hay. Únicamente que en el ferry que vinimos casualmente no estuvo la mayoría de esa gente, sólo tú. Pero no te sientas mal por ello. Cada una de esas cosas te hace especial, y ¿sabes qué?

-¿Qué?- preguntó sin ánimos.

-amo que seas así, y  amo más el poder cuidarte.

-¿Quién puede amar  eso? – dijo en forma de reclamo, creyendo que le estaba mintiendo.

-pues yo. Quizá  tú no ames cuidarme, pero yo si amo hacerlo. – su rostro adquirió un tonalidad casi roja. 

-s…si tú enfermases, yo t…te cuidaría.-murmuró con la mirada puesta en el piso. Sus palabras, aunque  faltas de emoción fueron suficientes para mí. Sé lo mucho que le cuesta expresar lo que siente, pero que diga algo como eso hace que me sienta muy feliz por la mejoría que noto en él.  

-sé que sería así. – lo abracé por completo y él me correspondió.

 

Estar abrazados, que él me abrazara… me recordaban los días en los que no respondía mis abrazos. Mejor dicho se quedaba parado, casi tieso; en espera de que quien lo abrazaba dejara de hacerlo.  No comprendía porque hacia eso, pero luego que me contara que había sufrido esa carencia por parte de sus padres lo comprendí.

 

-es muy cálido estar abrazados. – dijo en voz baja, casi adormilada. Parecía que comenzaba a dormirse.

-¿te gustan mis abrazos? – pregunté  susurrante, pero sonriendo.

-ujum… - asintió lentamente y soltó un delicado suspiro.

 

Esperé con calma que dijera o hiciera algo más, pero no hizo nada. Lo que me confirmó que se había dormido.   Aparté mi rostro  y vi su rostro dormido.  Deshice nuestro abrazo y procurando no despertarlo lo cargué. Su peso aún continuaba siendo un tema que me preocupaba. La inconsistencia que tiene  para subir y bajar de peso según su estado de ánimo me desagrada por completo. Quiero que mantenga un solo peso, así este feliz o triste.  Pero es un punto al que aun no llegamos.

 

Soy consciente que ya ha pasado varias semanas desde la conversación que mantuve con mi madre sobre la salud de JiYong. No sólo la física también su salud mental. Ambos estamos preocupados y ella ya me ha dicho que si JiYong acepta, puede contactar a un especialista muy bueno que conoce. No obstante, no me he atrevido a decírselo. No sé cómo es que lo tomara, me angustia pensar en  su reacción.  Pero le prometí que lo haría antes de que este viaje culminara,  así que así será. Todo lo que hago es por su bien. Espero que lo entienda de la misma manera que yo.

 

-descansa yongie. – terminé de cubrirlo con las sabanas. Acomodé su cabello para que esté más cómodo y le quité los pendientes.  Deposité un beso en su mejilla y salí de su habitación.

 

Según Tablo esa pastilla lo haría dormir como cinco horas, por lo tanto no tendré a JiYong en todo ese tiempo.  Quiere decir que no tengo nada que hacer. Que aburrimiento. Lo mejor será ir por algo de comida. Necesito alimento, estoy hambriento.  Fui al restaurant dentro del hotel y dejé que me recomendaran alguna comida típica de ahí. La verdad, estuvo rico  pero no es a lo que estoy acostumbrado. Después de comer fui al lobby y para mi sorpresa me encontré con Dong Wook y Yunho, quienes al verme me saludaron.

 

-¡chicos! ¿Dónde estaban? –pregunté al llegar a ellos y saludarlos.

-quienes deberíamos preguntar eso deberíamos ser nosotros. – dijo Wook. – has estado perdido todos estos días, casi ni te he visto. Pareciera como si no hubieses estado en el viaje.

-sí, bueno. Estuve con JiYong y el tiempo se esfumó rápidamente sin darme cuenta. –argumenté. Cuando estaba con él no existía reloj que nos controlara.

-si es por él entonces todo ok.- Yunho me sonrió.

-¿Qué más podría hacer si no es estar con él?

-¡uy!… ya perdí a mi mejor amigo.- se7en se burló de mí, pero preferí ignorar sus burlas de envidia.- y a todo esto, ¿en donde dejaste a tu amo y señor?- preguntó en el mismo tono.

- El viaje le sentó mal  así que está en su habitación, descansando. 

-¿pero está bien? – Yunho se apresuró en cuestionarme sobre él. Es obvio cuanto se  preocupa por mi yongie.

-sólo es malestar. Sung Woong   me dio una pastilla para que durmiese. No despertara como en cinco horas. Por eso salí, para que durmiera y aparte distraerme, pero no hay nada que hacer. – exhalé  aburrido.

-propongo que vayamos a recorrer Milos. Pidamos un auto  y perdámonos. –planteó  se7en. Como lo conozco bastante sé que esa era su forma de divertirse, además de expresarse, pero a Yunho no le agradó mucho por ende lo miró amenazante.- ¿Qu…ué?

-por si no lo recuerdas Seung está con JiYong, y no quiero que por alguna “perdición” lo lastime.-contestó mirándonos a los dos.  

-yo tampoco quiero que por  un buen cuerpo que se mueva bien, le seas infiel a Hyomin. – dije, contrarrestando lo dicho por él. Ambos teníamos personas queridas que proteger. Claro que de esto ella no se debía enterar, si no comenzaría a  comportarse como una engreída.

-¡¿WHAT?!- ambos nos asustamos por el tremendo grito que soltó Wook.

-¿pero que tienes? – le preguntó ofuscado Yunho.

-¿Cómo…cómo que…? ¡¿Estás saliendo con Hyomin?!

-oh…eso. – se rascó la nuca y asintió despreocupadamente. - ¿hay algún problema?

-n…no, pero ¿cómo fue que pasó? ¿Cuándo? ¿Por qué nadie me dijo nada?

-yo también me enteré hace poco. – dije con cierto malestar.  No porque Yunho estuviera con mi prima, si no porque ella se había metido con uno de mis amigos. De alguna manera eso creaba o crearía, en algún momento, ciertos “conflictos” entre nosotros.

-aish… ella no me dijo nada y hace poco que hablamos. Yo siempre debo contarle todo, pero cuando le pregunto sólo dice que todo está bien. -  renegó se7en, logrando que Yunho  y yo explotemos en risas. -¿de qué se ríen?

-es que no entendemos porque te pones de esa manera. –me reí de su expresión de indignación. A veces Dong Wook podía ser muy melodramático.

-es que quiero estar enterado de todo para estar al día. – se defendió.

-pero entonces, ¿sigue en pie la salida  por Milos?- preguntó Yunho. Dong Wook  y yo nos miramos y asentimos. –bien, alquilemos un auto y salgamos.

 

Alquilamos un lamborghini descapotado y fuimos a recorrer  la isla. Yunho estaba de piloto y se7en de copiloto, yo iba atrás. Mi mejor amigo a pesar que lo intentó terminó preguntándole a Yunho  cómo es que tenía una relación con Hyomin.

 

-¡Gané! – celebré vociferando.  Yunho rió y se7en nos miró con los ojos entrecerrados.- ¡Te lo dije! ¡Te lo dije! ¡Págame!

-está bien, te daré el dinero cuando volvamos al hotel. – respondió mi cómplice, Yunho.

-¿Qué me esconden? ¿De qué dinero hablan? – indagó.

-Seung dijo que apostemos. Si me preguntabas como es que estoy con su prima, él ganaría y pues… ganó.

-¡Seung! ¿Por qué me hiciste eso a mí?

-una apuesta es una apuesta.

-¡Mal amigo!

 

Nos pasamos el resto de la tarde riéndonos de él a la par que visitábamos algunos lugares céntricos. Fue una tarde-noche divertida. Además, conseguí información de la isla y una señora que atendía en un bar, donde nos detuvimos a probar unos tragos, me comentó  de una playa en la isla donde iban pocas personas y eran ideales para enamorados.  Me pareció interesante. Creo que a Ji le gustará, seremos solo los dos.   En la noche, volvimos al hotel.  Los chicos fueron por algo de comida y yo fui  a la habitación de JiYong. Di unos ligeros toques a la puerta, pero nadie respondió. Abrí despacio la puerta y todo estaba a oscuras.  Me acerqué a la pared y encendí el interruptor en un nivel bajo. Él continuaba durmiendo. Me senté  en un pequeño espacio en la cama y lo miré. Mi presencia lo despertó. Sus pequeños ojos parpadearon lentamente, su mirada se encontró con la mía y sonrió.

 

-hyunnie. –me llamó con su voz adormilada.

-¿te sientes mejor?

-sí. – asintió y se acomodó para sentarse. -¿Cuánto he dormido?

-creo que ocho horas. – sonreí sorprendido.

-no bromees. – sus manos refregaron sus ojos   en un intento de acostumbrar sus ojos a la media luz de la habitación.

-no bromeo, van a ser las ocho de la noche. Yo te di la pastilla al medio día.

-no-negó inseguro de sí mismo. Pero lo miré fijamente  y él volteó hacia la mesa de noche y comprobó mis palabras. – ah… he dormido muchas horas. Debiste despertarme.

-lo hubiera hecho, pero salí con los chicos. –sus ojos recorrieron mi rostro y vestimenta, luego de responderle.

-¿est…tás borracho? – preguntó algo asustado. Con dificultad noté que su nariz  olfateaba disimuladamente el aire a nuestro alrededor. Me causó risa y él pareció  alterarse por eso.

-no lo estoy, solo fueron unos tragos. Si no me crees pregúntale a Yunho, él estaba con nosotros.

-¿hyung estuvo contigo?

-sí. Él, Wook y yo salimos a recorrer Milos.

-¿salieron sin mí? –sus labios hicieron un pequeño mohín y sus ojitos se pusieron tristes. ¿Cómo  hace para tentarme con esos gestos? No dudé ni un segundo y me acerqué a él, apoyé mis manos a cada lado de su cabeza. Su mirada desconcertada  fue atrapada por la mía, pero no duré mucho. Mis ojos descendieron a su nariz, sus mejillas, a sus labios. Sus dulces, acolchados y torpes labios.

-Seu…Seung… - entreabrió ese par de tormentos, de los cuales quería apoderarme desde hace tanto.

-sshh…-  no quería que hablara. Sus manos estaban aferradas a la colcha que cubría sus piernas. – mi yongie… - murmuré a escasos centímetros de su boca. 

 

Su aliento entró en mi boca y esa fue mi total perdición. Cubrí sus labios y cerré los ojos. La pasión reprimida se desbordó en ese instante. Cerré mis  labios y  volví a separarlos,  deslicé mi lengua por sus labios sacando un suspiro  de él. Sentí su mano apoyarse en mi pecho y lo imité, pero en vez de llevarla a su pecho la coloqué sobre la suya, entrelazando nuestros dedos. Introduje mi músculo dentro de su cavidad y toqué su lengua. Un jadeo escapó de él. Sentí su cuerpo temblar. Mi otra mano cubrió parte de su cuello y  seguí besándolo.   Él siempre tan tímido no respondía, pero moví mis labios, en un meneo constante. Saboreé su boca todo lo que quise. Su saliva se mezcló con la mía creando una nueva. Una que nos pertenecía sólo a nosotros. Su mano apretó con fuerza la mía y supe que había sido suficiente.  Con disgusto  culminé nuestro primer apasionado beso.    Liberé sus labios y apoyé mi frente en la suya. Nuestras respiraciones estaban muy agitadas. Desplacé la unión de nuestras manos a su pecho y aprecié el acelerado latir de su corazón. 

 

-te… amo… bebé. – dije entrecortado.

 

Abrí los ojos encontrando los suyos. Me miraban, pero no sabía  cómo descifrar lo que quería decirme.  Continuamos observándonos hasta que nuestras respiraciones regresaron a la normalidad.  Él no decía nada y yo tampoco sabía que decir.  Creo que de verdad estaba borracho. En mis cinco sentidos no me hubiera atrevido a hacerlo. Tragué saliva  y  bajé la mirada.

 

-yongie… -estaba arrepentido de haber hecho lo que hice. –perd…

 

¿De verdad esto estaba ocurriendo o me había pasado con los tragos?

Porque mi yongie no se atrevería a besarme, él no es osado.

¿Entonces por qué lo está haciendo?

Sus finos labios bailaron con garbo  sobre los míos, alterando en nueva cuenta mi corazón.

 

-ta…ambien te am…o – tartamudeó luego de separarse.

 

A pesar de la escasa luz alcancé a ver su rostro sonrojado, pero había algo más… era una sonrisa. Una preciosa y luminosa sonrisa que no alcanzaba a  contener aunque mordiera sus labios. 

 

-hyunnie… estoy temblando. –su voz denotaba preocupación. -¿es no…ormal?

 

Me derretí, literalmente, al escuchar sus inocentes palabras.  Me aferré a su delgado cuerpo, enterrando mi rostro en su cuello.  No había falsedad ni exageración en lo que había dicho, efectivamente estaba temblando. Lo abracé y nos quedamos así por muchos minutos, no sé cuantos fueron pero duró hasta que su cuerpo se estabilizó. Permanecimos juntos pero el rugido que salió de su barriga nos obligó a separarnos.

 

-¿tienes hambre?

-s…sí – contestó ruboroso.

-comamos algo.- cogí su mano y dio un beso en el dorso.

 

Me levanté y lo ayudé a pararse. Fuimos a cenar. Él comió algo ligero que no alterara su dieta y yo me comí unas deliciosas parrilladas, claro que le convidé unos pedacitos porque ya veía su boca derretirse con el simple olor de las carnes.  Luego cada quien volvió a su habitación. El día había llegado a su fin para nosotros.

 

FIN POV SEUNG

 

CONTINÚA…

Notas finales:

 

Esperaré sus comentarios, a ver si aun quieren comentar. Lo agradecería de corazón- usa a Ji para hacer una carita de cachorro. – y ahora me centraré en los otros fics que también he abandonado. Nos leemos byebyeeeeeeeeee.

 

 


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