Un cambio inesperado (2da parte)
-Yes my lord-
-Yes my King-
Tomaron de la asa la taza, lo dirigieron a sus labios, y lo bebieron; un momento de tensión reino la habitación, entonces la velas de la habitación se apagaron, aquellos 5 minutos, se hicieron eternos, todos se pusieron de nervios, las velas se encendieron de nuevo, de inmediato Claude, se abalanzo a trancy, lo beso y lo abrazo, como si no hubiera fin, trancy por otra parte pese a su carácter estaba feliz, pero… Sebastián, estaba inconsciente todos nos pusimos de nervios, así que decidieron llevarlo a mi habitación.
-Sebastián, reacciona-dije algo fastidiado y cansado, empecé a dormitar.
Me quede dormido, un sueño muy raro, rondo mi cabeza, lau estaba sentado, como de costumbre lan-mau estaba en sus piernas.
-así, que conde, dígame, que hará, con lo que está pasando, quiere que lo maten, o talvez huira de nuevo de la reina, he oído que ya no sabe qué hacer-dice con curiosidad, pero con misterio.
-ya déjate de tonterías, es tan solo una pieza más de mi juego, pero se acabara, cuando concluya mi venganza-dice el menor con mirada fija.
-heee… con que venganza, conde dígame, usted siempre habla de una venganza pero no hace, nada, entonces, en realidad con quien está luchando-dice con esa calma que le causaba el humo del cigarro.
-eso, eso, eso es…contra-dice el oji-azul.
-¿no será contra usted solo?-con mirada fija a los ojos, lo dijo….
Desperté, los latidos de mi corazón estaban acelerados, la duda de mi venganza había surgido, pero algo inquieto mis pensamientos, voltee, el sol se asomaba alumbrando mi rostro, como de costumbre, esperaba mi desayuno, pero, vi algo muy inquietante, un pequeño me miraba fijamente sentado desde la orilla de la cama, mientras balanceaba sus pies hacia atrás y hacia adelante, de pronto se bajo, de la cama, y se acerco a pica mis mejillas tiernamente, lo cual me molesto.
-neeeee, neeeeee, tu… ¿no sabes donde están mis padres, mi mama y mi hermana?- dijo el pequeño con ojos llorosos y cara de confusión.
-espera…tu…! ¿Quién eres? ¡- dije exaltado-¡¿Qué hiciste con mi mayordomo?!-mire a todos lados, buscando a Sebastián pero él no estaba.
-maylene, ven ahora mismo-grite con desesperación y coraje.
En seguida la pelirroja, entro por la puerta con un ataque de nerviosismo.
-diga-dijo
-viste salir a Sebastián de la mansión, y entrar a este niño?-pregunte con mucha curiosidad y coraje, el niño solo nos veía, con gran curiosidad abrió sus ojos al escuchar ese nombre.
-yoooooo, soy Sebastián, pero no han visto a mi mama, y a mi hermana, mi mama dijo que a papa no lo podía ver por qué era un demonio pero yo quiero a mi mama, mama, mama-lloraba y gritaba desesperadamente; él había mencionado que su padre era un demonio lo cual había hecho que en mi nacieran dudas, pues este niño era un humano.
-awww, que lindo niño, míralo que bonito, conde, conde, hay que quedárnoslo, es tan lindo-dijo encantada con la apariencia del niño, pues este, tenía unos enormes ojos y brillantes carmesí, las mejillas sonrosadas natural, un cuerpo pequeño y fino, lo cual lo hacía lucir muy tierno, pero tenía un defecto, el era humano, aparentemente no tenia recuerdos y lloraba desesperadamente.
-¿que voy a hacer?-estaba en un gran problema