Cap 8: Lo que es el Amor.
Por el contrario Henry solo estaba sentado en el sofá, con leves lágrimas en los ojos y con un terrible sentimiento en el pecho que no lo dejaba tranquilo, como si algo malo estuviese por pasar. Su madre s percato de eso y se acerco a el y lo abrazo cariñosamente
-Todo estará bien, ya verás Henry, le volveremos a ver, confía en tu padre
El chico solo asintió
-“Regresa, por favor, Regresa”- fueron los pensamientos del chico.
///////////////
Finalmente habían dado con la mansión correcta, se encontraban inspeccionando cada lugara detalladamente, intentando encontrar al chico, pero nunca esperaron que fuese a estar tan escondido, cuando llegaron, notaron el gran charco de sangre debajo de el, las marcas de golpes y las cadenas sosteniendo su cuerpo desde las muñecas
-Takato- grito el oficial en jefe y con certeros disparos rompió las gruesas cadenas que lo sostenían, haciendo que el castaño tocase el suelo- Estas bien- dijo con preocupación mientras lo cargaba en sus brazos
No hubo respuesta.
-Rápido pidan una ambulancia- dejo mientras ejercía presión en la herida para que esta dejara de sangrar, parecía que todo esfuerzo fuese inútil, la sangre seguía fluyendo del cuerpo del menor- No Takato, resiste, los médicos no tardan, vamos, todos en casa te esperan
El menor abrió los ojos y dio una linda y leve sonrisa, sus hermosos ojos perdían el brillo con el paso de los segundos, cada segundo se volvían más opacos.
-Gracias- dijo el castaño en un leve suspiro sus ojos perdieron por completo su brillo y una lagrima salió de ellos.
El juicio se llevaba a cabo, el culpable estaba por ser trasladado a una de las cárceles de máxima seguridad del país, siendo acusado por secuestro, violación, tráfico de drogas, asesinato entre otros cargos.
-Jaja- reía sínicamente aquel hombre mientras el jefe de la policía lo veía con gran odio y rencor- ¿Qué pasa Wong? Acaso me odias por lo que le paso a Takato, jajaja, eres un imbécil- decía mientras era llevado a una celda
Se encontraba pelando una manzana para comerla, la mirada fija en el recorrido que llevaba el cuchillo, volteo a ver a la persona que estaba recostada en la cama, cobijado por una sábana blanca y un aparato de respirador, su semblante tranquilo y sereno, dormía, por un tiempo indefinido, aquel joven peli azul dio un suspiro, se sonrojo al volverlo a ver
-Takato- dijo en un leve susurro y siguió pelando la manzana.
Cuando se disponía a darle una mordida un toque a la puerta se escucho, dejando ver a la madre del chico.
-Como esta- pregunto
-Parecer ser que bien- dijo mostrando una leve sonrisa- ¿Cómo fue el juicio?
-Cadena perpetua- respondió
-ya veo- dijo con alivio y siguió viendo el rostro del chico que estaba acostado, haciendo sus mejillas sonrojar
-Te gusta verdad- pregunto la mujer a su hijo
-Ehhh!!!!- se sonrojo aun mas a lo que su madre sonrió- yo…… yo no lo sé mama
-Seguramente, cuando despierte se lo debes de decir Henry, seguro eso lo hará feliz- lo tomo de las manos- el no tuvo la misma infancia que tu, lo más seguro es que al principio sienta miedo, pero, tu eres un buen chico, estoy seguro que le enseñaras lo que es amar de verdad, eso lo hará mejor persona y le dará felicidad a su vida, se que tu eres capaz de darle esa felicidad que le fue quitada desde muy pequeño.
-Mama- dijo con sorpresa el chico
-Henry, yo también quiero tu felicidad, toda madre desea eso, la felicidad de sus hijos y sus seres queridos, sin importar con quien la comparta- decía mientras se levantaba de su lugar- iré a la casa, Susie se quedo sola- se acerco a la puerta la abrió y antes de salir dijo- Espero y hablen lo más tranquilo posible- sonrió y salió cerrando la puerta.
El peli azul volvió a ver al joven de la cama y lo vio con los ojos abiertos y con un leve sonrojo, lagrimas de sus ojos grises comenzaron a salir, sin darse cuenta su cuerpo se movió y lo abrazo fuertemente
-Perdóname, perdóname, yo no sabía que me habías salvado antes, y te trate tan mal, por mi culpa regresaste a sufrir, casi mueres por salvarme, lo siento- decía mientras lloraba
El castaño sonrió y correspondió el abrazo, acariciaba lentamente la cabeza del peli azul y hundía su nariz en ella respirando el dulce aroma del otro, mientras este seguía llorando
-Me alegra que este bien-sonrió-por cierto ¿Dónde estoy?- pregunto mientras veía alrededor de todo el lugar.
El otro solo levanto la vista.
-Es un hospital, te encontraron mal herido, de hecho el doctor decía que no vivirías pues habías perdido mucha sangre, pero………. Mi padre te dono algo de sangre, al parecer eran compatibles- dijo lo ultimo con algo de alegría.
-Ya veo-suspiro, después trato de levantarse- itaaa!!, duele- dijo por el dolor que sintió en su cuerpo, lo que asusto al moreno
-Basta no te levantes- lo volvió a acostar- aun no puedes levantarte
-oye Henry, contéstame algo- hubo un silencio- ¿Qué le paso a Makuma?
-Fue condenado a cadena perpetua, seguramente en estos momentos está siendo trasladado a una prisión de alta seguridad
-Y todos los que eran como yo
-No lo sé- contesto a lo que el otro bajo la cabeza
-Seguramente mi padre se ah hecho cargo y los regresaran con sus familias
-Ya veo
-Estarán bien, seguramente-le sonrió
En una de las cárceles más seguras del todo el país estaba entrando un nuevo prisionero, varios de los otros prisioneros lo veía lujuriosamente haciendo que aquel ser los mirara con miedo, se veían atemorizantes, realmente eso no le estaba causando buena espina.
-Hey guapo, que celda eres, para visitarte en la noche- dijo uno mientras pasaba con el oficial
-Bastardo- fue la respuesta que recibió
Pero por desgracia para Makuma su celda estaba al lado de aquel hombre el cual sonrió con malicia.
-Espérame guapo- dijo mientras guiñaba un ojo
Bien pues la vida para Makuma no sería la misma, ahora le tocara sufrir lo que él hizo sufrir a otros, ósea le toco una probada de su propia medicina.
Pero dejemos al malvado de Makuma en otro lado
Estaba pelando nuevamente otra manzana, mientras el castaño solo veía por la ventana, suspiro
-Estas bien- pregunto el oji gris
-Sí, solo aun no entiendo bien lo que paso, no lo recuerdo
-Anda, no te aflijas tanto, ten- dijo mientras le entregaba la manzana
El otro la tomo y comenzó a comerla
-Esta rica- en eso sintió unos labios rozar los suyos
-Te quiero- dijo el moreno lo que hizo sonrojar al castaño- Te quiero desde que te vi, vestida de niña, aquella vez, ahora no quiero que te alejes de mi Takato- lo abrazo
-Pero…-
-Calla- volvió a besarlo- te quiero, quiero que veas que si puedes amar, que otros te pueden amar y que puedes ser feliz
El otro comenzó a llorar mientras se dejaba besar y abrazar por el mayor
“En tus labios mi beso ya no apura
El vino transparente de tu brisa
Ni el mundo de mis sueños se matiza
Copiando el arrebol de tu ternura.”
Fue lo último que le dijo en el oído antes de dejarse llevar por la pasión que estaba envolviéndolos.