Me desperté, observe a mi alrededor, nada era conocido para mi, las paredes pintadas de un verde claro, un ordenador un poco más al frente, me percate de que estaba en una cómoda cama, me levante de jalón y un fuerte dolor en la cabeza comenzó a invadirme que no pude evitar un quejido.
-No deberías levantarte
Aquella voz sonó debajo de mí, me volví a acostar y de pronto una cabeza me espanto, no me había percatado que la cama era doble, me encontraba en la parte de arriba, un joven moreno de cabellera azulada y unos hermosos ojos grises me miraban con bastante curiosidad, al ver lo hermoso que era no pude evitar sonrojarme. Salí de mi ensoñación y finalmente pregunte
-¿Dónde estoy?-
-En mi casa, más específicamente en mi cuarto-Eso ultimo lo dijo con enfado
-Y porque estoy aquí- dije mientras colocaba mi brazo sobre mis ojos-no recuerdo nada
-Con pequeño golpe que recibiste si te creo el que no recuerdes nada-
-¿Golpe?, eso explica el dolor de cabeza-dije tratando de sonar gracioso
Aquel joven solo me sonrió.
-Sera mejor que vuelvas a dormir, mañana mis padres te llevaran a la policía
-A…a… a la policía-me espante, que sin querer comencé a gritar- ¿pero porque? No eh hecho nada malo, no quiero ir a ese lugar, será el primero al que irán a preguntar, no quiero que me encuentren
De pronto la puerta se abrió dejando ver a dos adultos, una mujer de lentes hermosos ojos de color avellana, piel blanca y tersa, vestida con un blusón blanco que le servía de pijama, sus facciones faciales mostraban sorpresa, un hombre de piel un tanto morena ojos de color negro como el grafito un tanto enojado, llevaba un bata de dormir color azul marino, su voz sonaba adormilada pero grave.
-¿Qué está pasando Henry?- Esa fue la primera vez que oía el nombre de mi acompañante
-Nada- dijo y se acostó tapándose por completo con las cobijas
Ambos adultos suspiraron resignados, conocían perfectamente a su hijo y no diría nada, después voltearon hacia mí me sonrieron, no pude hacer más que devolverles la sonrisa
-no gustas algo de comer-La mujer me dejo con una amable sonrisa
-No gracias, aun me siento cansado, pero gracias por su amabilidad
-Mañana necesito hablar contigo
Me gire a encararlo un poco espantado, su mirada mostraba curiosidad y lastima. Justo la clase de miradas que odio, asentí con la cabeza y volví a recostarme, la luz fue apagada y el rechinido de la puerta al cerrarse fue lo último que escuche esa noche.
-Sueño-
“La habitación se ilumina por el resplandor del rayo, el sonido de las gotas de la lluvia que pegan en la ventana es fuerte, estoy en el rincón, lo sé, es el momento de servirle a mi amo….. Los pasos en el piso de madera se escuchan a lo lejos, se van acercando poco a poco, la puerta se abre mientras un rayo ilumina la silueta, me levanto del rincón en donde me encontraba, se perfectamente lo que debo hacer.
-Bienvenido Amo- me dirijo hacia él con mi vestuario del día
Antes de su llegada había llegado mi vestuario, podría decirse que le gustaba verme con ropa de mujer, la mayoría de mis vestuarios eran pequeñas faldas cortas que tapaban lo necesario, esta vez no era la excepción, mi traje era como el de una colegiala, un falda blanca bastante corta con unas calcetas blancas que no me llegaban ni a las rodillas, un pequeña blusa con un moño color rojo en el cuello.
-Vaya hoy también estas muy lindo y apetecible mi querido Takato- acariciaba mi mejilla- hoy fue un día pesado, me gustaría que no me dieras problemas si???- decía mientras acercaba sus labios a los míos y comenzaba a bajar una mano sobre mi espalda hasta llegar a mis glúteos los cuales apretó con fuerza, sentí como sus uñas se encajaban en mi piel, di un pequeño gemido de dolor y el aprovecho para darme un beso e irrumpir en mi boca, jugueteaba con mi lengua y me cargaba para llevarme a la cama.
Al recostarme había tratado de escapar, sin embargo el hombre me atrapo y me acostó de manera brusca, una fuerte bofetada se oyó
-Cuantas veces eh de decirte que harás lo que te diga???, pensaba ser bueno contigo hoy pero olvídalo
Arranco la falda blanca de un jalón y empezó a quitar la blusa y el moño, dejando al pobre niño desnudo, fue abriendo poco a poco las piernas, pero la resistencia no le daba acceso, un golpe en el estomago lo dejo sin aire y sin las suficientes fuerzas para seguir defendiéndose. La intromisión del miembro del hombre en su pequeña y frágil entrada hizo que soltara un grito de dolor
-Anda lindura di que comience a moverme- decía con su mirada llena de furia y lujuria
-no por favor, sáquelo duele, por favor- las lagrimas comenzaron a salir y rodar por sus mejillas
-Ande dime que te de mas- comenzó a moverse dentro de la entrada del niño, llegando este al orgasmo corriéndose dentro del pequeño, salió del ano del niño y comenzó a masturbarse frente él, nuevamente llenando todo el rostro del pequeño con su semen. Comenzó a lamer su espeso líquido de la cara del niño, dejando marcas de mordidas en las mejillas y partes del cuello
-Anda lindo Takato, ahora debes limpiar lo que has dejado sucio, anda límpiame mi polla- decía el hombre mientras metía su grande miembro en la boca del menor.”
-FIN DEL SUEÑO -
Despertó de golpe, sudaba, la luz del sol que entraba por la ventana comenzaba a lastimarle los ojos, de repente la puerta se abrió de golpe, dejando ver a la señora que había visto hace unas horas algo asustada y a una pequeña niña de unos 5 años a su lado.
-Estas bien?- pregunto la señora
-Sí, solo tuve un mal sueño- mintió, no quería decir que había soñado con una de las tantas veces que sirvió de esclavo sexual
-Mami, quien es el-la pequeña señalo al chico con uno de sus dedos
-Susie, este joven se quedara con nosotros hasta que encontremos a su familia- dijo de forma cariñosa- mucho gusto mi nombre es Mayumi, ven baja de ahí para que comas algo, ya es mas de medio día -sonríe
Baje de la cama y me dirigí a la cocina detrás de la señora que me guiaba.