aquel calor que comienza a sentir su cuerpo, esa electricidad que consigue que los bellos de su piel se ericen…eso…esa sensación ya la había olvidado, había olvidado lo que era ser tratado con cariño y quien sabe tal vez hasta con amor…un amor que Yohei jamás fue capaz de darle sin que eso significara un golpe contra su persona y aun que en ese momento quien le besa y acaricia es aquel moreno de hermosas facciones su mente con el simple hecho de sentir el aliento del mayor chocar contra su piel le hace recordar todas esas noches de dolor, asco y sufrimiento que vivió con aquel peli negro por lo cual esta vez sus ojos se cierran con toda la fuerza que tiene mientras ambas manos se aferran a la camisa de seda blanca que el moreno porta tratando de alejarlo, pero un deseoso Rukawa no puede detenerse y su mano ya no toca sobre la tela del pantalón si no que ahora se desliza bajo esta y toca sobre la tela intima delineando la hombría del menor que ya comienza a reaccionar ante sus toques tan delicados y suaves sobre aquella intimidad que cada vez le atrae más y más hacia lo que es la tentación, si bien sabe que si sigue más adelante se estará metiendo en grandes problemas porque vamos eso es un delito federal, él es un hombre echo y derecho y el otro solo un niño que teme hasta de su propia sombra, pero que puede hacer un hombre que ama como nadie más y que su corazón exige tener al menor completamente?, realmente los sentimientos de su corazón siempre son más fuertes que su voluntad por lo cual llevo ambas manos a deshacerse de aquel estorboso pantalón mientras ve a un tembloroso Hanamichi deteniendo sus acciones de golpe alejando las manos y negando.
–Carajo, ¿qué demonios estoy haciendo? –
se cuestiona un arrepentido Rukawa este está haciendo lo que le había prometido que Yohei no le haría…todo lo está haciendo mal no puede forzar a un temeroso Hanamichi a hacer algo que no desea y que obviamente desprecia completamente; ahora si había cometido un error que no repara con una simple disculpa, quien sabe que está pensando ahora aquel gatito asustado que se encuentra mirándolo con ojos temerosos y llenos de asco.
–Yo… lo siento Hanamichi–
Se disculpa un arrepentido Rukawa que es sorprendido por una inesperada acción de aquel pequeño pelirrojo, ese niño acaso le está besando de esa forma?, negó internamente no podía ser verdad que ese niño le esté tomando y poseyendo los labios de esa forma tan cálida y deseosa a la vez.
Un Hanamichi que no sabe el por qué su cuerpo reacciona a volver a besar al mayor poseyendo esos labios deseando tenerle solo para él, acaso eso es lo que su corazón demanda?, inconscientemente el pelirrojo intensifica aquel beso siendo el ahora el que da el primer paso al adentrar su pequeña y juguetona lengua en la cavidad oral del mayor, inspecciona todo a su paso comenzando a frotar su lengüita con la ajena instándole a que corresponda su intenso y delicado beso mientras anhela que ese momento jamás acabe y siempre permanezca así, su corazón late a mil por segundo mientras siente como aquel intenso beso es cortado y detenido por un sorprendido Rukawa que susurra suaves frases.
–¿Ese beso significa que puedo continuar? –
Cuestiona rozando esos finos pero carnosos labios que hace solo pocos instantes le robaron el aliento por completo; Su respiración y aliento choca contra aquella tersa piel mientras se encarga de deshacerse de aquella prenda estorbosa nuevamente hasta arrebatarle por completo el pantalón y bóxer empieza a acariciar con sutileza aquella hombría, estimulando para que comience a brotar lo que tanto desea.
–Vamos pequeño Hana dime que es lo que tu cuerpo está sintiendo, y no omitas detalle alguno–
Esa es la vergonzosa petición que le ha hecho el mayor a un avergonzado Hanamichi que comienza a jadear con delicadeza gracias a como toca el mayor aquella zona tan erógena de su cuerpo que ya comienza a dar pequeños brotes de vida.
–s…se siente cálido–
Esa pequeña frase fue la que escucho un Rukawa que ya comienza a deslizar sus calientes labios por el vientre del menor bajando en busca de aquella hombría la cual besa y lame con delicadeza mientras ve con toda claridad como aquella virilidad crece y ya muestra el glande ,en su rostro dibuja una sonrisa de medio lado ante la buena reacción de aquel cuerpecito ,y comienza a lamer la longitud de este mismo partiendo por los testículos, subiendo por el tronco, el glande y finalmente llegando la cabeza la cual besa con delicadeza e introduce en su cavidad oral dándole suaves succiones ,comenzando con esa descarada masturbación oral, sus labios rodean el grosor de un pene que ya se hace notar al momento de crecer en su boca sonriendo con sutileza se alejó mirándole.
–Tienes un delicioso sabor lindo–
Esas frases, esa manera en la que su cuerpo es tocado le hacía temblar pero no de miedo sino que todo lo contrario de ansiedad, su musculo máximo no paraba de bombear sangre, con ese tamborileo que se escucha fuera de su capa torácica, sintiendo el temor de que el mayor lograse oír como su corazón se desbordaba gracias a su cercanía, su tacto, su calidez….que podíamos decir Hanamichi estaba recordando lo que realmente era ser querido, lo que era el placer ya que su vientre bajo dolía y su glande expulsaba parte de su liquido pre-seminal en el interior de la boca del mayor.
–g-gomenasai…–Dijo un avergonzado Hanamichi al cual le esperaba una larga noche.
Rukawa saborearía aquellas gruesas gotas de fluidos que se eran vertidas en el interior de su boca, degustando de aquel saborcito un tanto amargo y si era posible sacar más de eso se dedicó a dar suaves succiones y untaba la cabeza de aquel glande contra su paladar dejando todo pegajoso a su paso ,su vaivén algo acelerado se detendría de golpe al oír aquellas frases, saca el glande de su boca, da una última lamida a la cabeza y hunde un poco su lengua en aquel orificio del pene del menor .
–no te disculpes me agrada tu sabor….–
Fue esa una de las primeras de muchas frases lindas y algo insinuantes del mayor durante esa extensa noche de placer, sentimientos, temor y amor, si bien todo se volvía mágico y nuevo para el pelirrojo aún quedaba un extenso camino que recorrer pero esa noche?, esa noche se dedicó a disfrutar de una nueva forma de ser amado y ya después se haría cargo de los cabos sueltos los cuales todos tenían el mismo maldito nombre “Yohei Mito “.