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Por el momento solo se mi Chaton... por christalchii268

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Notas del capitulo:

Feliz dia de los enamorados... atrasado xDDD

 

Este capitulo extra nacio gracias a mi culpa por no hacer mas larga esta historia. Espero les guste :D

Quise centrarme mas en el tipo de relacion que tienen Takano y Ritsu trabajando juntos, robandose tiempos de intimidad. 

Me costo un poco escribir sobre el Departamento Esmerald sin la mayoria de sus originales integrantes. Aun asi me esforce mucho >w<

A leer~ *sigue repartiendo chocolate*

 

Capítulo Extra: ¿Y después del inicio que sigue?

 

Ritsu logro suspirar realmente cansado terminando con la video-llamada que había sostenido con una de las autoras a su cargo. ¡La mujer era insoportable en su máximo estrés!… ¡¡Y lo peor era que no estaba estresada, la tonta!!

Su vida había cambiado mucho, y aunque momentos como esos extrañaba los días simples y felices, él no cambiaría por nada su actual empleo… Aunque no dudaba cambiar a la paranoica autora…

-¡Atención, chicos!- llamo una femenina voz atrayendo la atención de Ritsu y sus compañeros. –Él es Haseawa, estará con ustedes un tiempo mientras la directiva lo coloca permanentemente en un departamento. Mientras, por favor acéptenlo como un aprendiz y…

-¡¿Ah?!- exclamo irritado Haitani, quien era compañero de Ritsu y estaba moviendo como loco papeles de un lado a otro en el escritorio desordenado. -¡Ya tenemos suficiente trabajo! Todos nuestros proyectos tienen un número récord en ser llevadas a la animación. ¡No tenemos tiempo para ser niñeras de un novato!

-Por favor, hablen de eso con Isaka-san… -dijo nerviosa la chica, claramente queriendo irse. –Por el momento…

-Sí, sí. Por el momento tenemos que aguantarnos… -gruño su otra compañera de trabajo, Saeki.

-Ya quiero ver la reacción de Takano… -gruño por lo bajo Haitani cuando los dejaron a solas con el incómodo novato.

-¡Tenemos a Kisa-san para calmarlo!- exclamo aparentemente feliz Saeki mirando a Ritsu con picardía.

-¡¿Ah?!- fue su turno de quejarse. –Traten con él, yo tengo que ir a supervisar que mi autora no se arranque los cabellos.

-Chaton molesto… -gruñeron a un mismo tiempo sus compañeros.

Ritsu giro sus ojos con un poco de diversión, recogiendo sus papeles. Él había pensado que logró zafarse del problema cuando su jefe llego con una mueca molesta, llevando con él una inmensa pila de papeles que lograba equilibrar de una desconocida manera.

-¡Necesito el manuscrito, Kisa!- le grito Takano enojado, dejando de golpe los documentos que se desparramaron.

-¡A eso voy!- devolvió irritado Ritsu crispando su delgada colita.

-¡Pues apúrate!- gruño Takano mirando al chico que se apartó cuando él entro. –Y llévate al novato contigo… -añadió el malhumorado hombre sin complicación, recibiendo el folder que Saeki le extendía.

-¿Para qué?- pregunto Ritsu algo molesto.

-Debe empezar a conocer como se hacen las cosas. No lo tendré sentado sin hacer nada mientras los demás corren a arreglar los últimos detalles.

-¡¿Y me lo encargas en el peor momento?!- gritoneo Ritsu, golpeando su escritorio con su puño. –Takano-san, mi autora esta en el estrés máximo. ¿Quiere de verdad…?

-No te pregunte. Llévalo contigo… -ordeno más firme Takano con sus lentes físicos puestos.

-¡Sígueme!- le murmuro irritado al desorientado chico, empezando a caminar con sus cosas en manos.

-¡Y no regreses hasta que tengas el manuscrito!- le grito Takano cuando Ritsu se alejaba.

-¡¡Ya entendí, maldición!!

Ritsu se dedicó a refunfuñar irritado todo el corto camino al departamento de Satou. La editorial Marukawa había invertido en tele-trasportadores para ahorrar los contratiempos de viajes que serían vitales en el negocio. Ritsu no hizo más que un par de minutos en llegar a su destino, aun murmurando por lo bajo.

-Hazme un favor y solo quédate ahí un momento mientras hablo con ella… -pidió Ritsu tratando de no tomarla con el pobre chico. –Puedes observar, pero no intervengas. No desconcentres a nadie ahora… -recalco seriamente.

-N-no lo hare… -prometió el chico viéndose algo aterrorizado.

-¡¿Cuánto le falta, sensei?!- se volteo bruscamente Ritsu a enfrentar a su autora, quien jadeaba moviendo sus dedos en la especial pantalla para dibujo electrónico. Iba a ser una tarde larga.

 

 

-Disculpa por todo esto… -susurro apenado Ritsu extendiéndole un vaso de café al aturdido novato.

-Oh, no se preocupe, por favor. Entiendo que llegue en un mal momento… -rio nervioso, tomando de su café.

-Yo acabo de darme cuenta de que no te he dicho mi nombre. Takano Kisa Ritsu… solo llámame Kisa, ¿sí?- sonrió Ritsu agitando sin darse cuenta su colita. –Nuestros compañeros, Haitani y Saeki son buenas personas. Crueles y eficaces cuando estamos tan apurados… -rio divertido.

-Espero y no siempre sea así… -susurro para sí el chico.

-No lo es siempre. Nuestras historias han tenido mucha aceptación últimamente, así que tenemos que manejar más cosas que antes. Normalmente no estamos tan estresados y el trabajo se lleva bien…

-¿Habla en serio?- susurro realmente sorprendido el hombre. –He visto como manejan las cosas en Claridad y la Tierra, y parecía todo menos tranquilo…

Ritsu rio con ganas ante la expresión del pobre chico.

-Lo siento… -se disculpó tranquilizándose. –Temo que las experiencias que tuviste no fueron las mejores. Si pretendes trabajar en Celes las cosas mejoran enormemente. Para empezar las empresas suelen dividirse en secciones completas que tratan con diversas cosas exactas. Como por ejemplo la producción, venta, etc. También hay una sección que trata con proyectos extranjeros, de otros mundos… Tengo entendido que no es así en Claridad…

-Pero en la Tierra si lo es… -susurro algo resentido.

-Ya, pero ellos no tienen tele-transportadores, simuladores de animación, pantallas holográficas, y todo eso, ¿cierto? Mientras ellos van de camino a la casa de los autores, nosotros ya hemos llegado y hablado con los autores. Mientras ellos ayudan en los borradores, nosotros nos adelantamos esa parte y en la pantalla corregimos todo de una vez…

Haseawa asintió en una lenta cabezada, dándole la razón derrotado.

-Nosotros ya damos por hecho eso, así que no notamos lo difícil que lo tienen en otras partes. Mis compañeros y yo ya lo hemos hecho últimamente… -rio Ritsu. –Con la animación en puerta las reuniones aumentaron, las exigencias a los autores y nuestra vida personal se desestabilizo hasta llevarnos al estrés. Solo esperemos que no sea nuestra nueva forma de vida… -termino de suspirar, exactamente en el mismo momento en el que pensaba en su amante y este aparecía en la lejanía.

-¡Kisa, tu manuscrito llego!- le informo Takano caminado hacia ellos. –Puedes ya ir a casa. Te alcanzo en un par de horas… -dijo viendo después al novato. –También puedes irte. Mañana recoge tu brazalete de trabajo y llega una hora antes. Te daré una explicación especial rápida…

-¡Espera!- llamo Ritsu levantándose. -¿Tengo que ir por Sorata yo solo mañana?

-Alguien tiene que hacerlo. Yo tengo que ocuparme de él… -señalo al extrañado chico aun sentado.

-¡Y me mandas con Yokozawa!- gruño Ritsu poniendo una mano en su cadera. Takano sonrió de lado.

-Dudo que te coma, Ritsu… -dijo antes de inclinarse y besarlo. –Ahora se un buen esposo y espérame en casa con una rica comida y un baño caliente…

-¡Y un demonio! Es tu castigo por mandarme con él… -bufo refiriéndose al amigo de infancia de su pareja. –Nos vemos mañana… -sonrió normal al chico nuevo y se retiró, dejando a los dos con la palabra en la boca.

 

 

-¡¡¿Son esposos?!!- grito sin poder abstenerse Haseawa, mirando atontado a sus dos compañeros temporales.

-¿No lo sabias?- pregunto divertido Haitani. –Se casaron cuando las leyes acerca de los Chaton se modificaron…

-Y de hecho ellos fueron de los que estuvieron muy cercanos a todo el proceso… -informo sonriente Saeki.

-¿Pero cómo puede ser? ¡Se ven tan diferentes y en contante desacuerdo!- exclamo su punto con desesperación, solo trayendo la risa divertida de los chicos.

-Precisamente por eso, tonto… -bufo Haitani rodando los ojos.

-Se complementan- aclaro Saeki ante su mirada cuestionadora. –No veras a dos personas tan productivas como ellos dos por aquí. Cierto que en esencia son diferentes, pero Kisa se encarga de las cosas que Takano no vería y viceversa. Suelen gritarse y demás, pero en realidad no puedes pelear así con alguien con el que desacuerdas, ¿cierto?

Haseawa gimió sin entender el punto de ellos. A la mirada de él, el Chaton y el jefe lucían como si fueran a matarse en cualquier momento.

-Todavía te ha faltado ver lo mejor de ellos. Ayer solo nos viste en nuestro peor momento esperando el manuscrito de Satou-san y calmando a la imprenta. Obsérvalos hoy y veras como trabajan en complemento…

-Sin mencionar sus evidentes coqueteos… -añadió irritado Haitani desde su escritorio.

-¡Ya supéralo, hombre! Consigue otro Chaton lindo y deja a Kisa en paz… -rio Saeki escandalosamente.

-Eso es correcto- dijo a sus espaldas el jefe mirándolos intensamente. –Haitani, espero el borrador de tu propuesta desde hace horas. Saeki, ¿por qué aun tu autor se niega a la adaptación?

-¡Trate de hablar con el paranoico hombre!- se quejó la chica en un ademan. -¡El tío cree que si adaptamos su obra y la exportamos, su fama se vendrá abajo!

-¿Hablas en serio?- gruño Takano masajeándose el puente de su nariz. -¡No tenemos tiempo para esas estupideces! Nos están presionando para una respuesta, Saeki. Convénselo de que acepte…

-E-espere… -intervino Haseawa inseguro. –Si el autor no quiere hacerlo…

-Sería una tontería… -llego diciendo el Chaton moviendo su colita como parecía su costumbre. –El autor solo esta paranoico sobre esta oportunidad. Teme aceptar por temor a defraudar a sus seguidores. Es el trabajo de un editor hacerle ver las cosas claramente u obligarlo por su propio bien y el de la obra…

Todos asintieron de acuerdo. Haseawa aún estaba algo inseguro de ser tan duros con el autor.

-Kisa-san… -empezó lenta y melosamente Saeki mirándolo. –Yo no puedo convencerlo sin estrangularlo… ¿Por qué no…?

-¡No te ayudare a convencerlo!- dijo tranquilo pero firme el chico, sentándose en su lugar de trabajo al mismo tiempo que su pareja en el extremo opuesto.

-¡No hablaba de eso!- bufo la chica. –Pero me puedes dar algunos consejos. ¡Tú fuiste el único que convenció a Chiaki-sensei!

-¿Kisa Chiaki? ¿El famoso autor?- jadeo Haseawa mirando a todos con sorpresa.

-¿Tampoco lo sabias? El sensei es parte de nuestros autores y amigo de infancia de Kisa-san… -ofreció Saeki dando una seña al tranquilo Chaton que leía algo en su brazalete personal.

-Ambos nos criamos en el mismo lugar… -aclaro sin apartar la vista. –Y esa es una de las razones por las que no te puedo ayudar, Saeki. Tuve que recurrir a conocimientos personales para convencerlo. Y también tuve ayuda de otras dos personas…

-¡Entonces préstame a esas personas!- suplico ella entrelazando sus manos enfrente de su rostro.

-Tu no quieres eso… -rio Ritsu por fin viéndola.

-¿Por qué?

-Porque tendrías que pasar por encima de Hatori… -aclaro Takano entregándole unos papeles a su pareja.

-De acuerdo, retiro mi petición… -susurro temerosa la chica.

-Novato, estarás a cargo mío expresamente- informo el editor en jefe apoyando ambas manos en los hombros del Chaton. –Ellos te enseñaran por turnos lo que necesites saber sobre el negocio, pero solo con el editor que te esté instruyendo preguntaras. Lo más seguro es que los otros estén muy ocupados para atender. Si aún no entiendes o necesitas de más explicación y guía, vienes directamente a mí…

-Sí, porque Ai-sama sabe que Takano-san es entre todos el que usualmente tiene menos trabajo… -se burló por lo bajo Haitani, sacando una risita de los otros editores.

-Y solo por eso tomaras el primer turno, Haitani… -gruño Takano viéndolo. –Enséñale lo básico sobre las pantallas de dibujo y cómo manejarlas en su brazalete de trabajo.

El editor refunfuño pero hizo una seña exagerada y tosca para que Haseawa se acercara.

-¿Conseguiste ver el borrador de Chiaki-sensei, Ritsu?- pregunto Takano en susurros, ya que estaban relativamente solos. Ritsu se estremeció un poco por la cercanía antes de volver a su profesionalismo.

-Iré hoy. También le mostrare los detalles de la próxima película en puerta…

-Haz que vea el catálogo completo de actores. La última vez muchas personas se enojaron por su indiferencia al respecto… -recordó abrumado el hombre.

-Ya lo sé. Esta vez será diferente…

-¿Estará Yanase ahí?- rio Takano, refiriéndose a la pareja del Chaton y quien solía sermonear al autor para que diera lo mejor de sí en su trabajo.

-No, esta en un corto viaje de trabajo con Hatori-san…

-Mmm… -solo dijo Takano, dando un suave masaje a los hombros de su Chaton sin dar en eso. -¿Crees que debamos invitarlos para la cena de proyección? A Yanase y Tori… -aclaro viendo a la distancia.

-Es vital. Chiaki suele estresarse mucho en esas situaciones. Si ellos están será más fácil que los encargados de la película puedan hablar con él tranquilamente…

Takano asintió y ejerció más fuerza en sus acciones, disfrutando ya consiente del pequeño sonrojo de su Chaton y como mordía sus labios para no mostrar su disfrute a través de su voz.

-¿Q-quieres parar?- murmuro afectado el chico retorciéndose.

-Oye, Ritsu… Ayer cuando llegue ya estabas dormido… -susurro acercándose a su oído. –Yo tenía algunos planes de los cuales me tuve que encargar solo…

-¡T-tonto!- gimió Ritsu bajando el rostro, entendiendo a lo que se refería Takano.

-Hoy sin en cambio… -provoco robándole una pequeña y discreta mordida en el arco de su oreja. –No tardes mucho tus deberes, mi Chaton… Un mes sin mucho tiempo entre nosotros ya es demasiado, ¿no crees?

-¡Entonces déjame terminar, demonios!- se quejó el chico cada vez más paranoico. Takano lo encontró adorable.

-En la noche, Ritsu. En la noche te dejare terminar… -rio, apartándose a tiempo antes de que el Chaton le golpeara con su larga colita en el rostro. –Saeki, necesito una copia de los puntos a tratar en la reunión de mañana…

 

 

Ritsu se dejó caer de cara en la suave cama. Estaba tan cansado mentalmente y solo tenía una cosa en mente… pero esa persona en especial estaba tratando con un contratiempo en la imprenta que estaba por amenazar una vez más el horario de sueño de todos sus compañeros.

El gato que conservaban desde que se conocieron, Sorata, maulló pidiendo atención de Ritsu. Aun robando pensamientos a su pareja, Ritsu dejó caer una mano y tanteo hasta acariciar la cabeza suave del pequeño animal.

-Otra vez tú y yo solos, Sorata-chan… -murmuro a la almohada.

¿Cuánto tiempo ya había pasado? Todo había ocurrido tan rápido que parecía un borrón en determinado momento.

Ritsu sin embargo recordaba el inicio. Takano le había salvado, protegido y aceptado hasta que su relación pasó a una diferente etapa. Durante un año y meses ellos vivieron una vida tranquila, luchando por equilibrar con eficacia sus nuevos sentimientos. Ritsu lucho por deshacerse de sus costumbres típicas de su raza y su timidez, Takano en su actitud despreocupada y cretina a veces.

¿Después que había pasado? Ah, sí. El juicio…

Takano lo sorprendió involucrándolos a ambos en todo el proceso. Conocieron a gente especial e importante, y a la larga consiguieron su propósito, no sin muchos contratiempos y sustos tales como el secuestro de los dos principales Chaton por los cuales se desataba todo.

Meses después la última prueba se desato. Los padres de Takano volvían a tener problemas y se habían separado por un tiempo, enterándose después de tan largo tiempo, que su hijo mantenía una relación diferente de la común. Ellos no estuvieron felices, pero no protestaron demasiado cuando Takano solo secuestro a Ritsu y se casaron ante la ley en una apresurada e íntima ocasión con solo un par de testigos cercanos.

Ritsu recordó esa última parte y rio en voz baja, recordando lo paranoico que había estado de adoptar el importante apellido Takano. Ahora era normal, aunque por cuestiones de profesionalismo y confusión él utilizaba el apellido de su Hogar Original. Solo que todo el mundo conocía la verdad y ellos estaban de acuerdo.

Poco seguido de su matrimonio, Ritsu paso un tiempo ayudando a Takano en sus estudios y buscar empleo, ayudado por los contactos que obtuvieron en el juicio. En un segundo Takano estuvo becado en Marukawa y terminó sus estudios en un tiempo más corto, rápidamente convirtiéndose en un competente y digno empleado, ganando todo por su cuenta propia y no la relación con el jefe mayor de la empresa.

Ritsu había estado algo aburrido cuando Takano trabajaba y paso mucho tiempo con su relativamente-desocupado amigo, Chiaki. Y fue en ese momento, añadido con las experiencias al lado de su pareja, que Ritsu decidió estudiar una carrera asociada con el manga y trabajar en lo mismo.

Fue solo cuestión de destino o travesura de Isaka que ellos dos terminaran trabajando en el mismo sitio, siendo Takano su malhumorado jefe.

Al principio ambos solo estuvieron torpes en cómo actuar y volver a balancear su relación personal y profesional, pero solo fue cuestión de meses para que ambos simplemente se complementaran, discutiera y apoyaran de alguna extraña manera que funciono de maravilla. Su sección se convirtió en la más vendida y reconocida, la gente dejo de murmurar sobre su matrimonio y ellos lograron mezclar profesional su relación.

También Ritsu se encontró siendo más seguro de sí mismo, dando con el hecho de que era bueno en ese ambiente. Su confianza creció con el apoyo de su pareja y sus acciones tomaron diferentes rutas, algunas extremas que siempre de alguna manera funciono. Claro que en algún momento tropezó, pero siempre, siempre, siempre, Takano estuvo ahí, guiándolo y respaldándolo ante otras personas, no por su matrimonio, sino porque lo que Ritsu hacia era lo correcto aunque algunas veces no lo llevaba de la correcta manera.

Tantas experiencias, peleas y festejos lograron que diez años de conocerse se fueran volando y Ritsu se encontrara tan acostumbrado a ese tipo de vida que le era extraño pensar en su pasado como Chaton sin derechos.

¿Cómo habría sido su vida si ese día de lluvia no hubiese parado al lado del camino sin esperanzas?

-Masamune… -murmuro el nombre de su esposo, sintiendo un seductor calor en sus labios cuando lo dijo.

-¿Si, Ritsu?- devolvió la divertida voz del hombre desde la puerta. Ritsu se sobresaltó y asusto a Sorata, que corrió y paso a Takano.

-¡¿C-c-cuando volviste?!- exclamo agudamente sentándose en la cama.

-Recién. El problema está solucionado, aunque las impresiones en papel tardaran un día más. Mandaremos una retribución a nuestros lectores a través de la distribución electrónica… -comunico acercándose lentamente a él.

-M-me alegro… -solo susurro Ritsu sonrojándose al verse acechado. -¿T-tienes hambre? Hice de comer hace poco…

-Sí, tengo mucha hambre… -gruño el hombre subiéndose a la cama, pasando muy levemente sus manos por el agitado pecho de Ritsu.

-¡E-entonces lo calentare!- dijo Ritsu nervioso, sonrojándose más con la risa de Takano, entendiendo el doble sentido de su declaración.

-Solo si tú quieres, mi Chaton… -murmuro Takano hasta besarlo.

Ritsu cerró sus ojos y gimió en voz baja, siendo su exclamación tragada por su pareja que parecía desesperado por devorarlo. La ausencia de contacto de ese tipo en un tiempo logro que Ritsu se olvidara del mundo y solo devolviera las acciones con una rapidez torpe.

-Señor… -jadeo inconscientemente, dejando su cuello desnudo a la exploración del mayor. Su cascabel había cambiado a ser el anillo matrimonial en su dedo corazón de su mano izquierda.

-Tan seductor como siempre… -dijo Takano besando su pecho con sus labios y lengua.

Exquisitos escalofríos recorrieron con placer el hambriento cuerpo de Ritsu, haciendo que cerrara sus ojos y suspirara ocasionalmente el nombre que añadía más éxtasis con el conocimiento.

Imaginar que él estaba unido eternamente con su único amor y que le correspondía de la misma manera…

Takano bajo en su cuerpo aprovechando el aturdimiento de Ritsu. Sus manos trazaban un gentil camino antes de que su boca lo siguiera. El calor y humedad, añadido con el fresco ambiente ponía piel de gallina a Ritsu, quien envuelto en llamas de pasión y disfrute solo podía estremecerse y gemir, paralizado.

Como siempre, su pareja tenía el control completo de su vida y corazón.

El hombre llevo su erección a la boca, succionándolo y dando servicio especial al lugar donde deseaba entrar. Lo preparo lentamente, llevándolo a la locura con parsimonia, torturándose en el camino a él también.

-¡¿Puedes darte prisa?!- jadeo desesperado Ritsu, escondiendo parcialmente su rostro en la almohada. Takano lo miro algo sorprendido antes de reír levemente, besando la sudada frente de su pareja después de hacer a un lado su pequeño flequillo castaño oscuro.

-¿Tan difícil fue la espera?- se burló, incluso cuando cumplió lentamente la petición y se dirigió a penetrarlo. Ritsu por la sorpresa se tensó, causando sin darse cuenta una peculiar sensación a Takano, que solo estrangulo las sabanas al lado de la cabeza del Chaton.

-Oh… diosa… -susurro entrecortado Ritsu, exhalando con fuerza apartando su rojo rostro. Takano no dejo que lo hiciera y atrapo sus labios, pasando sus brazos por debajo de su cabeza para darse equilibrio mientras lo amaba en un rítmico pero lento movimiento. Ambos quejándose en el entregado beso.

-Ritsu… -murmuro afectado Takano, abrazándolo fuertemente, inundado una vez por todos aquellos sentimientos que con el paso del tiempo solo fueron aumentando. El chico le correspondió con debilidad dado su estado, haciéndolo sonreír.

En realidad con las experiencias pasadas, Takano no necesitaba palabras claras. Sabía claramente como afectaba al Chaton a través de sus acciones y expresiones, aunque nunca estaba de más escuchar aquel sentimiento confesado con aquella dulzura solo propia de su lindo compañero.

Sometido por completo a su propio deseo, Ritsu continuo moviendo sus caderas sin ser consiente. Su torpe ritmo, sus alaridos eróticos y su bello rostro contraído en disfruten fueron la perdición de Takano que continuo su asalto en mayor velocidad, devorando todo lo que pudo del Chaton hasta que ningún pensamiento fuera concebido por la energética mente del chico.

Ambos se movieron en una daza sensual y entregada. Sus cuerpos se funcionaban hasta convertir en algo físico los sentimientos abrumadores que sentían mutuamente. Una vez tratando de expresarse sin palabras y solo amarse en ese perfecto momento íntimo.

Takano mordió un poco el cuello sensible de Ritsu al momento de sujetar en un puño seguro su erección. El Chaton se sostuvo por su vida a los sudorosos hombros, terminando por abrazarlo con fuerza al momento de alcanzar la cima, llevando después de un par de descoordinadas embestidas a Takano. Ambos permaneciendo juntos largo rato después de acompasar sus respiraciones, solo disfrutando de los restos.

Cuando Ritsu se quejó en un gemido fue la señal para que Takano dejara de aprisionarlo con su cuerpo y dejarlo libre, pero antes beso con lentitud los entre abiertos labios jadeantes. Era tan adicto a esa sensual boca.

Después de limpiarse mutuamente y acomodarse en un cómodo abrazo, Ritsu dejo salir un pequeño suspiro satisfecho hundiéndose un poco en el rico calor que lo rodeaba con seguridad, mientras Takano se divertía distraído en sus pensamientos acariciando las despiertas orejitas tan cerca de su rostro que le provocaban ciertas cosquillas de vez en cuando.

-Se acerca nuestro aniversario… -menciono lento Takano sumergido en pensamientos. Ritsu se tensó un poco antes de hacer un sonido con su boca para comunicar que había escuchado. -¿Algo en mente?

-¿Con el desorden en el trabajo?- devolvió Ritsu algo frio. Deseaba que fuera de otra manera, pero parecía que ese año no podrían hacer algo especial para celebrar otro año juntos… Diez, para ser exactos.

-Al demonio con eso… -gruño irritado Takano acercándolo más. –Si continúa las cosas como están diré que enfermamos y faltaremos ese día…

-¡No puedes hacer eso!- exclamo alterado Ritsu volteando su cabeza para encarar la decidida mirada del hombre. -¡No debes!- recalco casi desesperado, con una expresión alterada. –Tienes que actuar profesionalmente. No puedes solo tomarte el día con…

-Ya entendí… -paro Takano molesto, robándolo un brusco beso para callarlo. –No hare nada. ¿Contento?

-¡No!- respondió firme, sabiendo que el hombre aun así lo intentaría.

-Entonces esfuérzate para que el trabajo mejore para ese día… -amenazo tranquilamente el chico cerrando los ojos y rodeando definitivamente el cuerpo asustado de Ritsu.

En realidad, e incluso a través de los años, Ritsu no podía negar que su pareja era una complicada persona que muchas veces solo veía por su bien sin considerar a otras personas o circunstancias.

 

 

Haseawa quedo fascinado por la multitud de gente que se reunía en una hermosa pero simple sala de conferencias.

Aunque él solo era un aprendiz y no había muchas probabilidades de que permaneciera en el sector del manga, Haseawa no podía dejar de absorber como un pequeño niño todo lo que se le mostraba día a día de los que muchos consideraban los mejores.

Al principio considero a los editores un montón de malhumorados y sarcásticos tipos vanagloriados en lo que habían logrado, pero conforme pasaron las semanas hasta convertirse en dos meses, descubrió la pasión con la que trabajaban, ayudaban a sus autores y a sus demás compañeros. El amor por lo que hacían y el esfuerzo era evidente con cada acción por mínima que fuera.

Él se encontró viendo lo fuerte y eficaz que era Saeki, a Haitani como un seguro editor directo sin muchos sentimientos tranquilizadores pero con apoyo de sacar adelante algo que se le había encomendado. El jefe era fijo en sus peticiones y muchas veces no necesitaba explicar nada, y nadie lo pedía, pues a la larga entendían y confiaban.

Incluso aunque Haseawa no había confiado mucho en las habilidades del Chaton y la relación que manejaba con el editor en jefe, él vio con el tiempo el tipo de editor que lograba tranquilizar al autor más desesperado y conseguir hasta el más insignificante gramo de productividad, convirtiendo algo malo en bueno con pocos recursos. Como habían dicho sus compañeros, el chico se encargaba de los ámbitos que notoriamente el jefe no podría y llevaba orgulloso el puesto del segundo al mando, manejando a autores tan famosos pero difíciles de manejar como Chiaki-sensei.

El departamento Esmerald, que antes ya había visto la gloria y quedo en el olvido con el retiro progresivo de sus estrellas, volvía a todo su esplendor con más fuerza que nunca. Todos los editores contaban con innumerables éxitos que incluso el menos aludido en el tema conocía.

Haseawa sabía que aunque no lo asignaran a esa especial sección, él ya se iría feliz de haber tenido tal experiencia gratificante y productiva. Aunque echaría mucho de menos a todos.

-¡Hey, cuidado!- advirtió su compañero Chaton deteniendo de una curiosa manera con su colita café que el vaso con té se derramara encima de los papeles que Haseawa tenía en el escritorio. –Ten más precaución. Tenemos respaldos de esos archivos, pero los necesitaremos en breve… -regaño suavemente en una mueca. Haseawa se disculpó en voz baja.

-Relájate, novato… -añadió en un suave gruñido Haitani.

-Cierto. Todo parece intimidante, pero después veras que no lo es en realidad, novato… -añadió en un guiño Saeki.

-Dejen en paz al novato y entren… -ordeno Takano pasándolos y uniéndose a la marea de empleados que entro a la reunión.

Haseawa se estaba cansando tanto de ser llamado “novato”…

Un hombre bien vestido y de mirada despreocupada llamo la atención inmediata de Haseawa. El hombre de no más de unos treinta y tantos se sentó en la punta de la larga mesa, a su lado un serio y profesional hombre castaño que le hablaba en voz baja y de vez en cuanto analizaba a los que llenaban el recinto.

-¿Quiénes son?- le pregunto a su compañera sin dejar de ver a los curiosos hombres.

-Isaka Ryuuichirou y Asahina Kaoru… los jefes y dueños de la empresa… -susurro en el mayor secreto Saeki sin mirar mucho al par.

-¿Ambos?- gimió, recordando vagamente que fue uno de esos hombres el que lo mando con sus actuales compañeros.

-Isaka-san en realidad es el heredero de la compañía. Su esposo, Asahina, se convirtió inmediatamente en otro de los dueños, aunque en realidad son jefe-secretario y no cambiaron sus posiciones con su matrimonio… -informo con indiferencia la chica terminando de enviar un correo.

¡¿Qué sucedía en esa editorial y las relaciones extra laborales?! Era la primera vez que escuchaba de algo similar…

-Oh, ¿y recuerdas cuando te dije que no existían dúo más productivo que nuestro jefe y Kisa-san? Eso es parcialmente cierto, pero solo en el departamento de edición. Esos dos llevan toda la vida juntos e incluso tienen un pequeño Chaton por hijo. Ambos solo han logrado lo mejor con esta empresa hasta la cima…

Y en cierta manera no lo dudaba. Aunque nunca escucho detalles, Haseawa conocía la fama que mantenía esa empresa a nivel universal.

-¡Bien, empecemos con esto de una vez!- anuncio uno de los hombre de mirada decidida reunido. -¿Isaka-san?- se dirigió primero al despreocupado hombre que subió sus pies en el escritorio.

-Lo lamento. Subaru tuvo un poco de fiebre y no tuve tiempo de leer la mayoría de los proyectos… -se disculpó sin atisbo de culpabilidad, haciendo que muchos suspiraran resignados, aparentemente acostumbrados.

-No otra vez, Isaka-san.

-¡Pero esta vez no miento! No con mi hijo… -gruño verdaderamente molesto el hombre hasta que su secretario intervino.

-Empecemos por los proyectos que el jefe conoce y ya decidió mientras se pone al corriente. ¿Departamento de literatura? ¿Pueden comenzar con su propuesta acerca de la película conjunta del Usami Akihiko y Kazamiya Mitsu?

La mañana se extendió entre pláticas y desacuerdos. Como se le indico a Haseawa, él anoto el modo de actuar, los puntos a explicar y la lógica que debía seguirse, sin importar si el campo que se trataba no era sobre manga shojo.

Con un poco de cansancio y mucho estrés, Haseawa vio el momento de presentar la propuesta principal de su momentáneo departamento, siendo presentado por un muy seguro y profesional Chaton que aparento tranquilidad en toda su plática moviendo hipnóticamente su colita café.

-Todo suena muy bonito y todo… -interrumpió un malhumorado hombre rubio del departamento de manga shonen.

-¿Pero?- apresuro otro hombre interesado.

-¿De verdad vamos a gastar miles de créditos para asegurar una película por un autor con solo un par de libros vendidos?

-Libros que han vendido millones… -recordó el Chaton sin perder paciencia.

-Estos autores son comunes, Kisa… -gruño de alguna manera más molesto el hombre. –Debutan, tienen un poco de suerte y la empresa se arriesga. ¡Eso nunca dura!

-¿Recuérdame como iniciaron todos los autores?- intervino fría Saeki. –Si tienen fama, aunque en tu pequeño cerebro se procese como momentánea, se hace lo máximo por explotarla. Según tu lógica, no debimos alentar a ningún autor novato, ¿cierto?

-¡No cuando solo lleva un par de meses en la cima!

-¿Entonces esperamos hasta que la presión sea demasiada y se nos pida imposibles? ¿Por qué no ahora cuando sabemos que triunfara el autor?- pregunto estoico el Chaton sin molestarse en ver al tipo. Este se convirtió en un feo rojo que incomodo a sus compañeros de sector.

-¡Tú no puedes decir eso, Kisa! Estas apoyando este autor porque es uno de los tuyos… -escupió con odio, señalando las orejas puntiagudas en la cima de su cabeza.

Haseawa encontró difícil mantenerse calmado ante tal discriminación. Él al igual que todos los mundos conocía el tipo de trato que recibían los Chaton en pasados años, pero eso había sido cambiado hace mucho. Ellos desde siempre habían tenido sentimientos, solo que ahora defendidos por la ley.

Haseawa no iba a quedarse mirando como menospreciaban a su digno compañero solo por su raza. La historia que pretendían llevar a cines era fabulosa, pues de algún maldito lugar saco popularidad. No eran la preferencia del Chaton hablando, eran hechos contundentes.

-Espera… -le murmuro indiferente Haitani deteniéndolo por su brazo al ver su alteración. Haseawa lo miro insultado hasta que escucho la risa divertida de su compañero Chaton.

-¡Tú no dices eso, Suzuki!- exclamo tranquilo el chico apoyándose un poco en el escritorio. –Que mi autor sea Chaton no quiere decir más allá de que es uno de los sobrevivientes. No olvides que uno de los mayores autores a nuestro cargo es un Chaton… Que mi raza aumente popularidad no tiene nada que ver. Pido y sea profesional y solo vea el material para considerar la propuesta, no solo que es el amante de uno de los políticos más influyentes de Celes… -añadió en una sonrisa extraña terminando por sentarse. 

-Número cinco en su debut. Colaboración improvista por enfermedad de la original autora con Chiaki-sensei… Cinco veces reimpresión sobre su último trabajo… Miles de propuestas a firmas de autógrafos… -enumero con tranquilidad Takano a la tensa reunión. –Sin contar con que la última actualización dejo a todos mis empleados y a mí con una duda sobre como continuaría la historia como nunca antes habíamos visto… -bromeo.

Sus compañeros a cada lado de Haseawa sonrieron divertidos discretamente, haciendo que notara que el jefe apoyaba a su aparente tranquilo esposo debajo de la mesa, tomando su mano. Fue en ese momento que entendió por fin lo que los hacia tan productivos aun con su relación fuera de oficinas.

-¿Ya terminaron de orinarse?- pregunto desinteresado Isaka levantándose y bostezando. –Yo esperaba algo más dramático… -se quejó con un gesto.

-Señor… -advirtió en un susurro su secretario.

-Lo que sea… Todas las propuestas son buenas… Aunque eso es claro teniendo en cuenta que en esta reunión solo se junta lo mejor para dar lo máximo de cada campo… Sin embargo… -dijo lentamente, pasando las hojas y carpetas donde las propuestas estaban escritas en físico. –Iremos con el proyecto de literatura, novela gráfica ficticia, manga shonen, yaoi y shojo. Las demás tendrán que esperar y no iremos por todo lo alto. Buena tarde… -despidió despreocupado retirándose junto con su secretario.

Un murmuro general se extendió, pero el único molesto parecía ser el chico que antes ataco a su compañero.

-Esta jodiendo a Kisa-san porque le robo al autor… -le murmuro cómplice Saeki en su oído, levantándose a un mismo tiempo con él. –El chico estaba indeciso si tomar shojo o shonen. Kisa-san tuvo una corta plática con el autor en el elevador y después de eso el chico se decidió. Suzuki evidentemente noto que era un buen negocio, pero se le fue de las manos en propias narices, el muy idiota… -rio la chica.

-Buen trabajo… -saludo Haseawa con respeto al Chaton, tomándolo por sorpresa. –Yo no hubiera reaccionado así… -agrego en un susurro avergonzado ante el que consideraba un sempai a pesar de la edad.

Takano tomo la mano de su esposo y solo rio en voz baja carente de felicidad.

-Y es por eso que te seguimos llamando novato… -sentencio alejándose.

 

 

Haseawa camino adormilado a medias a su estación de trabajo. Por fin habían acabado el terrible periodo en que los proyectos habían tenido mayor aceptación. Ahora ellos solo tenían que monitorear todo, sin embargo ya todo estaba hecho y en su lugar correctamente después de tomar un poco de ellos en las últimas semanas.

-¡Les digo que esta bien!- le asalto la voz divertida de su compañero Chaton que termino riendo viendo a Saeki.

-Oh, llego el novato… -anuncio algo demasiado divertido Haitani.

-Feliz aniversario diez, Kisa-san… -sonrió honesto Haseawa extendiéndole un presente al sorprendido chico.

-¿Cómo lo supiese?- pregunto algo conmovido.

-¡Si, esos fuimos nosotros!- levanto ruidosamente la mano Saeki.

-¿Y Takano-san?- cuestiono divertido por el agradecimiento del chico.

-Está por salir de una junta… -informo Haitani indagando en la bolsa de regalo. –El novato es nuevo y solo ha estado por un par de meses. ¡Quiero ver que te dio, Kisa!

-¡No te metas!- exclamo divertido el Chaton, poniendo el regalo con la pequeña montaña que estaba a su lado.

-Diez años, ¿eh?- suspiro ensoñada Saeki, sentándose a medias en su escritorio. -¿Qué es pasar tanto tiempo con la misma persona?

-Con una persona como Takano-san- añadió cruel Haitani.

Haseawa también estaba curioso. A la larga entendió su armonía juntos, pero aunque logro identificar algunos coqueteos y bromas, más por parte de Takano, aun no entendía que tipo de relación llevaban en la comodidad de su intimidad. Aunque siendo sincero, él no quería saber con certeza, gracias.

-¡Eso es personal!- exclamo algo agudo el Chaton, bajando la mirada.

-¡Oh, se ruboriza…! –molestaron a la vez sus compañeros, haciendo inevitable que Haseawa también riera.

-Bien, basta de molestar a mi esposo- regaño Takano dando un suave golpe con unos papeles a los alborotadores.

-Oh, jefe… -llamo nervioso Haseawa, extendiéndole el presente.

-Te lo agradezco… -murmuro neutral Takano extendiéndole un paquete de hojas a cambio.

-Cierto, ya es tiempo para que la dirección te ponga en una sección… -menciono Saeki inmiscuyéndose en los documentos oficiales que saco Haseawa.

-¿Y, novato? ¿A quién vas a molestar permanentemente?- cuestiono interesado Haitani.

Haseawa no respondió, demasiado aturdido para reaccionar ante lo escrito de una manera fija y sin dudas.

 

…Gracias a la recomendación de Kisa Ritsu y Takano Masamune, el joven Haseawa Rei es asignado permanentemente al departamento Esmerald. Su contrato permanente con todos los servicios y oportunidades tras una reunión con el aludido.

Felicidades y bienvenido.

Asahina Isaka Ryuuichirou, Director Ejecutivo. Marukawa Shoten.

 

-Oh, vamos. No puede ser tan malo… -menciono extrañado Haitani viendo las pequeñas lágrimas de Haseawa.

-Haz tu mejor esfuerzo de ahora en adelante, ¿sí?- pidió amable el Chaton levantándose y sonriéndole honestamente, retirándose con su esposo para una reunión con una promotora.

-¡¿Eh, eh?! ¿Qué es? ¿Qué es?- brinco Saeki arrebatándole los papeles antes de que protestara.

Haseawa solo agradeció a sus nuevos maestros la gran oportunidad.

 

 

-¿Crees que la noticia la llevara bien?- pregunto algo preocupado Ritsu al lado de su amante, refiriéndose a su nuevo compañero laboral.

-Fue tu idea, Ritsu. Si algo hace mal la responsabilidad será tuya… -dijo simplemente el hombre sin la mayor preocupación.

-¡Tú también pensaste que era buena idea!- se defendió enojado encrespando su colita y orejas.

-Y lo es. Aun esta algo verde, pero tiene determinación, aprende muy rápido y es apasionado con sus metas, algo vital para el trabajo arduo que hacemos…

Ritsu asintió con una sonrisa tranquila. Él no levanto la mirada cuando sintió la mano de su eterno amante enlazarse con la suya en los solitarios pasillos de la editorial. Para su reunión faltaban un par de minutos.

-¿Entonces, sobre nuestra cita de hoy…?

-Cenar después del trabajo… -asintió sonrojado, apartando su mirada.

-¿Y qué más?

-Un paseo por la bahía…

-¿Después?

-¡Regresar a casa!- exclamo desesperado, sin atreverse a decir las palabras evidentes. Takano lo entendió y rio, metiéndolo a la fuerza en una desocupada sala de reuniones.

-¿En casa me darás mi verdadero regalo, esposo?- provoco en su oído, disfrutando del aturdimiento y temblar de su pareja.

 

Un día como ese, pero hace diez años su vida fue marcada de una extraordinaria manera…

 

-¡D-dormiremos!- jadeo en un intento de zafarse. –Aún tenemos trabajo para mañana…

-No antes de que yo pruebe mi regalo de aniversario en ti, pequeño Chaton…

-¡Masamune!- gimió en pena Ritsu siendo acostado en la mesa con delicadeza.

-¿Si, Ritsu?- sonrió, lamiendo sus labios con seducción.

 

Un día como ese, pero hace diez años ellos por fin conocieron la verdadera felicidad y amor. Y no lo cambiarían por nada.

 

-¡Déjame ir, idiota! ¡La reunión es en un momento y es en esta sala!- gimió avergonzado el Chaton luchando.

-Demasiado tarde… -rio bajo Takano, sintiendo la gente atrás de él.

Tal vez mantener a su esposo como compañero de trabajo no era tan buena idea…

 

 

FIN… ahora si xD

Notas finales:

¿Y bien, y bien? ¿Les gusto? :3

A mi me agrado aunque me hubiese gustado hacerlo mas largo. Pero mi cerebro se seco, lo siento >___<

¿Me dejan un comentario diciendo que tal? c:

 

Mientras cuidense y esten atentos a los demas proyectos de los Chaton. ¡Aun hay muchas sorpresas!

Cuidense y gracias por leer .w./

Christal P.


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