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Ezio por Kikyo_Takarai

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Notas del capitulo:

Cielos subi esto me tomó muchisimo tiempo, la universidad me ha desbordado pero se hace lo que se puede, tengo ya varíos capitulos escritos y listos para subirse en estos días, si aún están leyendo esto, gracias!

-¡Leonardo, Leonardo! ¿Estás ahí dentro? ¡Leonardo¡

El pintor abrió los ojos lentamente, escuchaba una voz a su lado, aquella voz que cada noche lo acosaba en sueños y le hacía perder la razón. Se incorporó de golpe cuando comprendió que la voz no venía de su subconsciente esta vez. Rápidamente se volvió hacia la ventana para encontrar al asesino golpeando el vidrío con una gran sonrisa en el rostro.

-Ezio, per dio. ¿Qué haces aquí a esta hora? il sole no é venuto…Dijiste que vendrías cuando saliera el sol…

-Está saliendo el Sol, Leonardo! ¡No me dirás que el gran maestro está cansado!- Dijo con una gran sonrisa mientras atravesaba el marco de la ventana que el pintor acababa de abrirle- ¿Por qué cerraste la puerta?

-Claro que lo estoy, pase toda la noche trabajando en… ¿Cómo porque? ¡A diferencia de ti yo no puedo defenderme si alguien entra mi casa a matarme!

-Oh Leonardo, no seas ridículo. Yo nunca dejaría que nadie te hiciera daño, amico.- Dijo con una sonrisa comprensiva, como la que ponía cada vez que Leonardo le contaba sobre maquinas voladoras y edificios tan altos como montañas. El pintor tuvo que reprimir un suspiro de amor, porque la sonrisa de Ezio era lo más hermoso a lo que podía despertar. Deseaba profundamente despertar cada día a ver esa hermosa sonrisa.

- Sciocco (Tonto)... Como tu digas, Ezio. Ahora sal de aquí, te mostraré lo que he construido para tí si vas al pueblo a conseguir proviciones, he estado ocupado amico y no he podido comprar comida ni tinta.

-Por supuesto, vecchio amico (Viejo amigo). Pero no demores mucho, quiero salir de la ciudad antes de que  el festival venga a ensombrecerla, habrá más guardias y quiero evitarme problemas.-

-Te irás tan pronto como termines con eso.

No era cierto, aún si tenía que pagarle a alguien para apuñalarlo por la espalda Leonardo no dejaría que Ezio se fuera antes de saber sus verdaderos sentimientos. En realidad su alacena estaba llena, como la de cualquier maestro famoso que siempre esta cuidado por un rico noble que no dejará que muera de hambre, pero tenía que ganar algo de tiempo, porque no había hecho absolutamente nada la noche anterior, se cambió de ropa tan rapidamente que se lastimo al caer por las escaleras hasta el estudio. Ezio tardaría unos 40 minutos en volver, aún con su considerable velocidad y su preferencia por usar los tejados para evitar las concurridas calles florentinas. No podía ir tan rápido sin dejar caer la comida, y Ezio nunca hacía nada a medias.

Ese pensamiento le hizo ruborisarse y lo desecho inmediatamente para concentrarse en su trabajo.

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-¿Estás seguro de esto,Leonardo?- Pregunto Ezio mirando con desconfianza el nuevo aditamento que el mestro había agregado a su muñequera.

-Ezio, Dio mio, ¿Cuándo ha fallado nada de lo que te he dado?- Preguntó el rubio, ligeramente ofendido de que se atreviera a dudar de sus calculos. En realidad el dudaba también, esta no era una modificación normal, y no estaba seguro de que el códex tuviera un diseño definitivo, le parecía que el material no soportaría. Se trataba de un gancho retractil, con el propósito de ayudar a Ezio a trepar a nuevas alturas y sostenerse más firmemente.

 Esa era la clave, Leonardo calculaba que un hombre como Ezio no debía pesar menos de 80 kilos, y sin importar cuantas modificaciones hiciera, ese aparato no podría sostenerlo...tal vez sus calculos no eran correctos o su paranoia era simplemente abrumadora, como siempre que se traba de algo para Ezio

-Molto Bene, Ezio. Lo único que debes hacer es subir el muro y cuando no puedas más da un salto y el gancho te dará un rango más amplio, te sostendra y podrás subir.

-No lo sé Leonardo... Pero confio en tu habilidad, amico..-

Ezio miró el muro frente a él con seguridad, el había trepado torres mucho más altas que ese muro y podría hacerlo con los ojos cerrados, en teoría no había problemas con la carencia de superficies en el muro, no con este nuevo jugete. Comenzó su carrera subiendo a una reja, saltó a un poste y se impulsó hasta sostenerse del marco de una ventana, debía estar a unos 7 metros del suelo.

Sobre él, a unos 2 metros había una saliente lo suficientemente firme  como para sostenerse y llegar finalmente al techo apenas unos 30 cm sobre esta. No debería tener problemas.
Pero los tuvo.

Se impulsó hacia arriba con toda su fuerza y estiró el gancho hasta la saliente, este se enterró profundamente en ella, y Ezio se sintió confiado en subir. Sin embargo el gancho no pudo soportar su peso y se desprendió de su brazo justo al momento en que el ya no tenía nada a la mano para sostenerse. El movimiento lo tomo por sorpresa y cayo directo al suelo con un ruido seco que retumbo por los muros del jardín. Nunca se había lastimado al caer de pie, pero esta vez había caído con el cuerpo  completo y se había golpeado la cabeza.

-¡EZIO! – El pintor salió disparado en su ayuda, angustiado, temeroso de haberle provocado heridas graves y todo por culpa de su poca habilidad. El debió saberlo, ese gancho aún debía perfeccionarse, nunca podría sostener a Ezio, y sin embargo lo había alentado a subir ahí...Maldita su egolatría.

Quería incorporarse, pero no podía, estaba mareado y la voz de Leonardo de sentía más lejana mientras la oscuridad invadía sus sentidos.

 

La cabeza le dolía, pero el resto del cuerpo estaba extrañamente cómodo...será que estaba muerto? No. El dolor le indicaba que no, a no ser que estuviera en el infierno, pero tampoco era factible o sentiría mucho más dolor. Abrió lentamente los ojos y la luz de la estancia le maltrato la vista, deseando nunca haber tenido tan terrible idea.

-¡Ezio¡ Al fin despertaste, estaba muy preocupado, pensé que ... bueno no importa, no no trates de ponerte de pie- Le dijo la preocupada voz de Leonardo a su lado, estaba tieso e insistía en regresarlo a su posición inicial, recostado sobre la que parecía ser la cama del pintor, cubierto por refinadas sabanas y reposando sobre suaves almoadas de plumas.

-¡Qué pasó?- Dijo cuando una vez más una punzada de dolor le impidió incorporase.

-No soportó tu peso, y caíste...Lo lamento mucho Ezio podría haberte matado- Chilló Leonardo, mordiendose el labio y jugando nerviosamente con los bordes de sus mangas.

-Bene, Leonardo... No estoy muerto...¿ Pero que mierda se supone que haga con la pierna así?

Se quejó señalado la pierna que tenía firmemente entabillada entre dos trozos de madera, de la pantorilla para abajo, podía sentir el musculo inflamado y la articulación dañada por el golpe, y la cabeza...le dolía tanto que podría cortarsela. Si tan sólo no la necesitara para vivir.

-El médico ha dicho que debes reposar, no puedes salir de la ciudad hasta  que la inflamación baje y la cabeza deje de darte vueltas

-¿Qué? Leonardo, no puedo quedarme. El festival vendrá y la guardia se duplicara, en cosa de horas seré el hombre más buscado de Florencia...de nuevo.

-¿Y a dónde irás con la pierna así? Ezio, en este momento eres vulnerable, si sales de la ciudad no podrás cuidarte a ti mismo y no podría permitirte irte...no Amico, te quedarás en mi casa como mi huesped hasta que te hayas recuperado.

-No quiero traerte problemas Leonardo, me iré de inmediato, tengo amistades en la ciudad que podrán esconderme sin poner sus vidas en peligro.

-¿En quién depositas más confianza que en mi Ezio? Cuando he fallado en demostrarte mi lealtad o mi sinceridad en torno a ti?- Expresó el pintor, ofendido.

-No...Leonardo esto no es sobre ti, sabes que te confiaría la mia vitta, pero no puedo poner tu vida ni tu reputación en peligro, si saben que me estás escondiendo te matarán, o peor te meteran a alguna sucia prisión a hacerte quien sabe que cosas. Me iré ya mismo a la Rosa Colta, estoy seguro que Paola me cuidará bien ahí.

Parecía decidido, y su oz sonaba firme y autoritaria, Leonardo quería discutir pero la mirada de Ezio no dejaba  entrever la menor duda ni tampoco la más mínima resistencia.

-Benne...Prepararé tus medicamentos y un carruaje para llevarte ahí discretamente mañana al amanecer , almenos eso puedo hacer. –Dijo con amargura y Salió de la habitación antes de que Ezio le llamará.

Entro a su estudio y arrojo con fuerza la puerta, como podía haber resultado todo tan mal? Casi había logrado que Ezio se quedará ahí un tiempo, a su lado... incluso ese terrible accidente provó ser muy conveniente...pero ahora quería ir a meterse con esas cortesanas sucias. Sólo Ezio podía preferir la compañia de esas mujeres callejeras sobre la suya, una persona educada, inteligente y sobre todo dispuesta a morir por él. ¿Ellas harían eso por él? Claro que no!

-Maldición...- Pateo con fuerza una mesa cercana y luego golpeo uno de los muros con tanta fuerza que se hizo daño, pero no estaba preocupado por eso. Tenía que ser racional y sobre todo rasonable, no era una causa perdida...no...Ezio se quedaría en florencia y eso era algo bueno, almenos sabría donde encontrarlo y aún podía buscar una buena oportunidad para expresar lo que sentía, o mejor aún, saber si era un sentimiento compartido y actuar desde ese punto. Leonardo estaba conciente de lo irracional de su amor, pero Ezio era su musa, su inspiración y su más grande deleite, no podía darse el lujo de dejarlo ir una vez más...quien sabe a donde y quien sabe con quien.

Se quedó en su estudio toda la noche, garabateando el rostro dormido de Ezio sobre un trozo medio quemado de pergamino, cuando faltaba menos de una hora para lasalida del sol guardo las medicinas y un cambio de su propia ropa en un saco de cuero  y subió a su habitación a despertar a Ezio. Su rostroera mucho más joven cuando dormía , lucía como un niño, tranquilo y en paz, su expresión se suavizaba y la cicatriz de sus labios parecía más pequeña. Suspiró y se acercó lentamente a depositar un beso casto sobre sus labios, lentamente y sin apenas mover un músculo, temeroso de despertarlo antes de tiempo.

-Lo siento…

Susurro apenas audiblemente, más para el mismo que para su amigo, y con suavidad toco sus hombros y su rostro.

-Arriba Ezio, es hora de irnos…

Notas finales:

Bueno, ahora si viene lo bueno y lo caliente hahahaha XD en serio, tengo un poco más de celos para leonardo, un poco de lemon y un poco de Ezio siendo Ezio más adelante!


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