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Respuesta a una confesión por BlackHime13

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Notas del capitulo:

Bueeeno..... se que tardé lo mio, pero por fin tengo la continuación de este fic n.n

Ya queda menos para el final jejeje

Nos leemos en las notas finales (=^w^=)

Capitulo 17


 


Sin preocuparse por cambiarse de ropa salieron corriendo en dirección a la mansión Uchiha. Tenían que evitar que su padre matara a sus novios.


Los demás se miraron preocupados, pero la mujer solo les sonrió y les mandó a casa pues ella también iría. Por fin sus hijos habían encontrado a alguien de quién enamorarse y no iba a dejar que su marido lo estropeara. Ellos parecían tan felices que... no quería que por los celos paternos esas sonrisas que iluminarían hasta el más oscuro callejón se apagasen.


Con decisión salió de la casa y caminó en la misma dirección que el resto de su familia.


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Caos. Aquella era la única palabra con la cual se podía describir el estado de la habitación en ese preciso momento. Gente gritando, sonido de golpes y cosas cayendo al suelo con su consecuente rompimiento, dado que fuese de cerámica o cristal, como fue el caso de un jarrón decorativo que anterior a todo ese desastre reposaba tranquilamente sobre la mesa del comedor.


Aquella situación es la que se encontró una mujer pelirroja de ojos azul marino al entrar en la estancia. Intentó tranquilizarse para no golpear a nadie, pues eso solo añadiría más leña al fuego, pero al ver como uno de los jóvenes morenos comenzaba a ponerse azul a causa de la falta de aire estalló.


-¡NAMIKAZE MINATO SUELTALE YA!-gritó y notó como todos en la sala se tensaban y paraban de hacer lo que estubieran haciendo.


Su marido soltó al joven moreno, mirándole con terror en los ojos, mientras su hijo menor se acercó preocupado al de ojos negros.


-¿Estás bien Sasuke?-le preguntó preocupado a más no poder.


-Bueno… ten-iendo…. en cuenta….. que casi...me estrangulan… hasta morir…. supongo que…. Si…-logró responder con dificultar este, pues su voz estaba ronca y parecía que hacía un intento sobrehumano para conseguir que a sus pulmones le llegase el aire necesario sin comenzar a toser ni sentir ardor en la garganta.


Una mujer de la edad de la pelirroja corrió hasta el menor y le entregó un vaso con agua. Este agradeció y con ayuda de su querido novio rubio consiguió beberlo entero.


Por otra parte el moreno mayor, el novio del hijo mayor de los Namikaze, se sentaba acariciándose la cabeza pues había recibido un fuerte golpe en ella minutos antes y se serntía bastante mareado.


-Ita… ¿estás bien? ¿Duele mucho?-le cuestionó con preocupación en la voz y ojos el rubio mayor.


-Estoy bien… duele un poco, pero se me pasará.-respondió sonriéndole con cariño para tranquilizarle, pues no le gustaba nada ver esa expresión en el lindo rostro de su novio.


Con cuidado y gentileza el ojioazul ayudó al de ojos noche a levantarse del suelo, después de inspeccionar la herida y ver que solo había un pequeño chichón allí, fue que se tranquilizó.


Un silencio abrumador cubrió la sala después de esos leves intercambios entre Namikazes y Uchihas. Los rubios seguían preocupados por sus morenos y les ayudaron a sentarse en la mesa del comedor. Se sentaron a cada uno junto a su ojinoche y revisaron que no tuvieran alguna herida.


La señora Uchiha miró la escena con una sonrisa dulce en los labios, pues esos lindos chicos realmente querían a sus hijos y, podía apostar su mano, a que estos también amaban con locura a los ojiazules pues solo hacía falta con ver esa mirada llena de un brillo de ternura y amor que cargaban.


-¿Porqué no se sientan y hablamos tranquilamente?-invitó el patriarca de la familia Uchiha al notar el tienso ambienta que procede del matrimonio Namikaze.


Sin decir nada ambos se sentaron en la mesa frente a las dos parejas y el rubio mayor volvió a sentir impulsos de saltarles encima a los morenos cuando vio que uno acariciaba el rostro de su bebé, Naruto por ser el menor, y el otro la mano de su niño, el mayor en este caso.


Largos minutos pasaron donde nadie dijo palabra alguna hasta que todos los presentes oyeron la puerta abrirse. Por ella entró otro moreno de ojos negros y piél pálida.


-Sai… cariño ¿no fuiste a conocer al padre de tu novio?-este solo asintió confundido por toda aquella atmósfera tan pesada que se sentía.


Vio como habían sillas en el suelo, jarrones rotos, pinturas torcidas y otras también en el suelo. Parecía que un tornado hubiese arrasado con la sala.


-Si… pero le llamaron de urgencia del trabajo y se marchó. Aunque fue mejor de lo que esperaba en un comienzo.-dijo escuetamente.- ¿Qué demonios a sucedido aquí de todos modos?-preguntó mirando a todos los presentes.


-Nuestros padres se enteraron que salimos con Sasuke e Itachi y este vino para intentar matarles.-dijo resumidamente el rubio menor.


-¡Eso es porque estos desgraciados se atrevieron a meteros mano!-gritó el rubio mayor enojado y fulminando con la mirada a los Uchiha menores.


-Primero: que nuestros hijos hayan decidido comenzar a salir no es como para enojarse de esta forma. Segundo: ya son grandecitos com para escoger pareja y/o tenerla simplemente. Y tercero: lo que hagan en la intimidad es cosa suya, no nuestra, siempre y cuando ambos estén de acuerdo y tomen precauciones básicas.-razonó la única mujer morena de la estancia. El mayor estubo por replicar, pero la mirada enojada de su mujer le hizo callar.


-Ya veo…-murmuró a la vez que una gota le bajaba por la sien.- ¿Es que todos los padres de donceles son iguales?-dijo para si mismo.- El de Gaara también quiso saltarme encima y si no fuese por Temari ahora mismo ya habría muerto.-comentó en voz baja a la vez que suspiraba cansado.


-¿Temari te ayudó? Pensé que no te tragaba por eso de pervertir a su dulce e inocente hermano pequeño.-dijo divertido el moreno menor que ya se encontraba mejor gracias al agua y las caricias de su niño rubio en la espalda.


-Para empezar Gaara no es tan inocente como ella cree y segundo, después de todo lo que ocurrió la semana pasada, decidió que nos apoyaría y me daría una oportunidad. Claro que no sin antes amenazarme de todas las forma imaginables y por imaginar.-respondió entre molesto y cansado.


-Eso es cierto…. Gaara tiende a hacer comentarios muy subidos de tono desde antes de empezar a salir con Sai, además que le encanta molestar y avergonzar a los demás con ellos, por lo que no es culpa suya que el pelirrojo sea como es.-explicó el rubio pelilargo de forma divertida, pero sin dejar de acariciar el cabello de su moreno novio el cual tenía la cabeza apoyada sobre su hombro, pues todavía se sentía algo mareado del golpe propiciado por el rubio mayor.


-¿Si te saltó encima por qué dices que fue mejor de lo que esperabas?-preguntó confundido Itachi.


-Pues… el golpe me lo merecía por hacer llorar a Gaara, pero después se mostró muy razonable y comprensivo. Le aseguré que era imposible hacerle siempre feliz, que algunas veces pelearíamos, seguro que por mi culpa la mayoría de ellas, pero que me esforzaría tanto como fuese posible de arreglar las cosas cuanto antes.-dioj serenamente con una mirada decidida.


Todos los morenos sonrieron pues en la educación que sus padres les dieron, les dejaron muy claro que la felicidad no dura eternamente, que aunque no queramos la tristeza y el dolor forman parte de la vida, y uno tiene que esforzarse cada día por demostrarle a esa persona especial que te importa. Se puede discutir y sufrir por ello, pero solo se fracasa cuando uno se rinde y no intenta solucionar el problema.


-Vaya… eso es bastante maduro para un mocoso de tu edad…-dijo el rubio mayor, pero sudó la gota gorda cuando recibió un golpe en su cabeza. -Auch...Ku-kushina…. Yo solo…-intentó hablar el mayor de los rubio, pero una mirada fulminante de su mujer hizo que se callara. Definitivamente esta se convertía en un verdadero demonio cuando se enojaba y sabía por experiencia, años de su juventud con ella, que era mejor no intentar calmarla con palabras pues aquello solo servía para enfadarla más todavía.


-Mi-na-to…será mejor que te calles.-amenazó con aura asesina. Suspiró y miró a los presentes que comprendieron perfectamente que dejarían el tema de Sai y Gaara para después, que ahora se centrarían en la situación actual entre los jóvenes de ambas familias.- Te dije que nuestros hijos ya son grandecitos para comenzar a salir con alguien y que por mucho que lo intentes ellos seguirán creciendo.-le dijo con voz molesta. A continuación volvió a suspirar y relajó su expresión al igual que su tono de voz.- Hace tiempo que dejaron de ser bebés como para necesitar que los vigiles y protejas las 24 horas del día. Así que deja de comportarte como un padre neurótico, sobreprotector y estúpido porque si sigues así nuestros niños no tendrán la confianza para contarte este tipo de cosas. Y todo lo que acaba de pasar ha sido a causa de tu mala actitud frente a la posibilidad de que ellos se hagan mayores.-giró a ver a su marido con cariño el cual agachó la cabeza apenado.- Deja que vivan, sufran y disfruten porque así es la vida. No puedes evitar que haya ocasiones donde salgan lastimados, pero estarás ahí para consolarles cuando eso pase y cuando sean felices ,de igual forma, compartirás ese sentimiento con ellos.-le dijo mientras acariciaba el cabello de su marido el cual seguía con el rostro agachado y sollozando como un niño pequeño.


-Pero Kushina… no importa cuanto crezcan siempre serán mis bebés.-se quejó haciendo un puchero.


-Lo sabemos papá… pero aún y así tenemos que vivir nuestra vida…-comentó el rubio menor.


-Y eso incluye encontrar pareja, salir de casa de tanto en tanto… irnos de ella cuando crezcamos y seguramente formar nuestra propia familia…-siguió el rubio pelilargo. El padre de familia frunció el ceño ante el pensamiento de sus bebés dejando su hogar para irse junto a quién sabe quién y a saber dios dónde.


-Pero eso no pasará enseguida. Todavía somos jóvenes como para independizarnos, pero ya va siendo hora que podamos salir con alguien románticamente.-continuó el menor.


-Así es… eres muestro padre y te adoramos, pero no serás siempre el único hombre en nuestra vida.-finalizó el otro mirándo a su progenitor con decisión.


Este suspiró frustrado, triste y, extrañamente, algo feliz al notar lo mucho que habían crecido sus niños. Siempre supo que llegaría el momento en el cual ellos decidirían seguir avanzando junto a un hombre, pero para él siempre sería pronto el verles ir. Pero le hacía feliz ver lo decididos que estaban de afrontar esta nueva etapa en su vida.


-Siempre habési hecho lo que habéis querido. Nunca dudásteis de lo que queríais, sin importar lo difícil que fuese, así que no me queda de otra que aceptar que este el camino que escogisteis. Aunque os aviso Uchihas que como no les tratéis como se merecen os castraré personalmente para evitar que vuestros genes se propaguen por el mundo.-habló con una sonrisa triste pero dulce, para luego amenazar a los morenos y mirarles enojados.


-Como dijo Sai… nosotros haremos lo posible porque sean felices y no se arrepientan de decidir estar con nosotros.-dijo Sasuke seriamente. El otro moreno no dijo nada, pero miró al mayor con los ojos más decididos que alguna vez vio. Sonrió al notar que este par de chicos realmente atesoraban a sus bebés.


-Bueno… con esto solucionado…. Creo que no nos hemos presentado.-comentó divertida la única mujer morena.


-Cierto… Bueno pues yo soy Uzumaki Kushina. Él cabezón y sobreprotector que intentó acabar con sus hijos es mi marido, Namikaze Minato. Por último, aunque ya lo debes saber, ellos dos son Namikaze Deidara y Naruto nuestros lindos, adorables y violables hijos los cuales ahora salen formalmente con esos dos jóvenes de ahí.-se presentó divertida la mujer a la vez que sus hijos se sonrojaban antes las palabras que la mujer había dicho para describirles.


-¡Mamá!-se quejaron a la vez, pero esta solo les sonrió entretenida por la reacción de ambos chicos.


-Vamos… ni que fuese la primera vez que alguien os describe así y segurísimamente tampoco será la última.-comentó y rió al ver que la sonrisa de los morenos menores pasó a ser un ceño fruncido al mencionar lo último.


-Los únicos que pueden decir que son lindos y violables somos nosotros.-murmuraron ambos de forma celosa y posesiva. Las dos mujeres rieron divertidas.


-Ya hijos… que otra persona lo diga no importa pues ahora mismo vosotros sois los que salíis con ellos y mientras no les toquen las cosas estarán bien.-les dijo la morena a sus hijos. De verdad que era divertido a más no poder verles con ese comportamiento tan celoso, posesivo y protector que tenían estos con respecto a sus parejas. El rubio mayor no pudo evitar sonreír pues esos chicos realmente cuidaría de sus bebés, ya que eran igual que él cuando comenzó a salir con su pelirroja mujer.


-Idiotas…-murmuraron los rubios y golpearon el brazo del contrario avergonzados a más no poder. No les disgustaba para nada esa demostración de posesividad, pero si que era un poco vergonzoso que lo mostraran frente a sus progenitores.


-Bien… yo soy Uchiha Mikoto y el hombre tan callado de aquí es mi marido Fugaku. Nuestroas hijos son los que no dejan ni a sol ni a sombra a los suyos. El mayor es Itachi y el menor Sasuke. Siento que sean tan pervertidos ambos, pero mientras esten en esta casa no pienso dejar que se pasen ni un pelo con mis bellos nueros. Al menos no tan pronto.-dijo divertida, pero añadió lo último al ver el aura deprimida que rodeó a ambos jóvenes después de oír que no podrían hacer nada con esas bellezas que tienen por pareja.


-Jejejeje cierto que Itachi se pasa a veces, pero les aseguro que sabemos negarnos si esto sucede.-comentó divertido el rubio de cabello largo.- Aunque ya me aseguraré yo que Sasuke cumpla con ello.-dijo con una sonrisa malévola en el rostro. El rubio mayor se sintió muy orgulloso de su hijo mientras que la única pelirroja suspiró ante el parecido entre su marido y su hijo mayor. Ambos sobreprotegían demasiado al menor de la familia.


-Pues bien que tú la útlima vez hiciste cosas que no debías con Itachi.-dijo sorprendentemente para todos el rubio menor mirando a su hermano mayor de forma maliciosa.


-¡Naruto!-le reprochó este sintiendo sus mejillas arder.


-Nada de “¡Naruto!”. Te dije que dejaras a Sasuke en paz Dei-nii. Si no quiero algo ya lo diré, pero mientras tu sigas haciendo esas cosas con Ita-nii no pienso dejar que molestes a Sasuke.-le dijo mirándole molesto. Estaba harto de la actitud de su hermano frente a su pareja y se lo iba a dejar muy claro el como estaban las cosas en ese momento. El moreno le miró con fascinación ante sus palabras y le abrazó la cintura con un brazo atrayéndo el cuerpo contrario más al suyo. El rubio se sonrojó, pero no dijo nada ni intentó apartarse.


-Pe-pero…-intentó refutar, pero no le salí nada coherente.


-Ni pero ni peras. Ya has oído a tu hermano. Al igual que a ti a él no le gusta que le controlen ni prohíban cosas así que deja que decida por si mismo y se cuide como quiera. Después de todo si necesitara ayuda siempre la pediría, pues para eso está la familia. No estamos para molestar y cuestionar sus decisiones a todo momento.-intervino la ojiazul la cual se ganó una sonrisa brillante de su hijo menor y un puchero de tanto padre como hijo mayor. Una gota le cayó por la sien ante la reacción de ambos rubio mayores.


Los demás rieron al ver esa pequeña rencilla familiar. Continuaron hablando hasta bien entrada la noche donde los mayores Namikaze se marcharon a su hogar, dejando a sus hijos con la familia Uchiha. Al principio los padres de estos, sobretodo Mikoto, quiso que los menores durmieran en habitaciones separadas de sus hijos, pero su marido le recordó la conversación de aquella tarde. Ya eran mayorcitos para hacer lo que quisieran así que desistió de su idea.


Ambos les desearon buenas noches y se marcharon a su propio cuarto. Sai se fue a casa de su lindo pelirrojo pues este le llamó diciéndole que su padre le invitaba a cenar y quedarse a dormir. No supo si aquello sería bueno o malo, pero no iba a desperdiciar la oportunidad de pasar tiempo con su adorable novio así que no cuestionó nada y se fue para allá sin perden ni un segundo.


Mientras tanto ambos rubios quedaron a solas en la misma habitación que sus respectivas parejas. No sabían que pasaría aquella noche, pero estaban seguros de que las palabras dichas aquella tarde eran completamente ciertas. Si estos se pasaban de la raya los pararían…. ¿o no?


 


......Continuará......

Notas finales:

Pues... esto es todo por ahora. El siguiente será.... no lo sé, pero me esforzaré en escribirlo idual XD

Más tarde subiré un especial KaiShin (detective conan) por San Valentín así que leedlo si tenéis un poquito de tiempo n.n

Sin más solo me queda decir que espero que os haya gustado y me encantará recibir vuestros reviews (a ver si logramos llegar a 120 comentarios o más (;)

Gracias por leer y nos leemos en el próximo cap. o en otro fic (=^w^=)


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