Yugi no recordaba haber dormido tan bien, desde lo ocurrido con Yami y hasta ayer, con la visita de Joey, parecía más tranquilo, incluso hasta más feliz…
-Para poder llegar alto, a veces hay que tropezar – Se decía mientras barría la calle, ya que por primera vez en muchos días, había abierto la tienda.
Por primera vez, comía y hacia sus quehaceres solo, sin su abuelito y sin él. Lo mejor de todo era que el dolor parecía haber pasado… aunque no por completo…
Eran las cuatro de la tarde cuando recibió la llamada, era de Joey… le dijo que debía alistarse, ponerse muy guapo y todos los arreglos que quisiera hacerse, porque Tea estaba organizando una reunión y debía asistir. Así que Yugi, sintiendo que no tenía otra salida, se arregló lo mejor que pudo para ponerse en marcha hacia la casa de Tea.
En el trayecto, no pudo evitar pensar que era muy afortunado por tener amigos como esos, que no le habían dejado ni un solo instante, a pesar de que él mismo los hizo a un lado.
Se paró en la puerta y tocó, nadie abrió… tocó de nuevo y salió su amiga
-¡Yugi!... –Gritó tan alto como si quisiera que toda la casa se enterara de que había ido a visitarlos, se lanzó sobre el chico y le dio un abrazo- ¡No sabes que gusto me da verte!
-A mi también… -Respondió sintiéndose azorado por la muestra de cariño
-Pero pasa, no sabes como tienen ganas de verte todos… -Dijo jalando del brazo al chico hacia adentro
-¿Todos?... ¿Quiénes son todos? –Preguntó sin comprender
-Ya sabes… Joey, Tristan, Ishizu, Ryou… todos… -Llegaron a la sala y Yugi casi tiene un paro cardiaco cuando los que estaban ahí gritaron
-¡Sorpresa! –Le aventaron globos, confeti y serpentina
-¿Qué? –Preguntó parpadeando varias veces
-¿No lo recuerdas?... ¡Hoy es tu cumpleaños! –Gritó Tea
-¿Mi cumpleaños…? –Abrió mucho más los ojos para recordar que esa la fecha
-Parece que las ideas no le llegan al cerebro –Rió Joey
-Si, mira como abre los ojos… -Comentó Tristan
-¡Ustedes dos, dejen de burlarse de él! –Les reprendió Tea, Ryou y Duke estallaron en carcajadas
-Feliz cumpleaños Yugi –Dijo Serenity mostrando un obsequio
-Gracias… -Respondió por primera vez desde que había llegado a la casa y tomando el presente
-¡Vaya, hasta que habló! –Rió Duke, la chica castaña lo asesinó con la mirada mientras este sentía hacerse cada vez más pequeño
-Es que… olvidé que era mi cumpleaños… -Balbuceó el chico de cabello tricolor
-Lo sabemos viejo… -Sonrió Joey poniendo una mano en su hombro
-Te perdiste tanto en tu dolor… -Dijo Malik
-Que te olvidaste de vivir… -Completó la frase Ishizu
-Pero tus amigos estamos para apoyarte –Dijo Ryou con una sonrisa
-Y tratar de que sonrías de nuevo, sin dejarte solo otra vez –Dijo Tea con algunas lágrimas
-Porque eres importante para nosotros –Dijo Tristan
-Y por todo eso, te tenemos un regalo –Dijo Joey en tono misterioso. Todos los que rodeaban a Yugi se hicieron a un lado, Bakura salió de la puerta que daba con el comedor; pero no salió solo… había alguien más con él…
Yugi sintió morirse cuando lo vio, abrió la boca para hablar… más las palabras no salían de sus labios… sus ojos se nublaron y algunas lágrimas salieron de ellos…
-Feliz cumpleaños… -Dijo sonriendo
-¿Tú ?... ¿Pero...¿Qué haces aquí? –Preguntó sintiéndose molesto, ya que tal como en sus sueños, tenía varios sentimientos encontrados
-Vine a felicitarte…
-Es que… no es posible… tú estas muerto… ¡Yami, tú moriste! –Balbuceó apunto de volverse loco, incluso sus ojos parecían desorbitados, su tez se tornaba demasiado pálida y su corazón latía como nunca
-Yugi, yo… -Comenzó a decir el faraón mientras se acercaba a su hikari; más él estaba muy impactado por ver lo que parecía ser un fantasma y se desmayó. Joey hizo un movimiento rápido para atraparlo y que no golpeara el piso, las chicas gritaron, los chicos lo llamaron y Yami corría hacia él- ¡Yugi, despierta! –Le gritó
-¡Recuéstenlo en el sillón! –Gritó Tea muy asustada. El rubio cargo a su amigo hasta donde la chica le dijo, el antiguo gobernante se arrodilló a su lado y tomó sus manos, Tristan le echó aire, Tea fue por alcohol para despertarlo, Ryou comenzó a comerse las uñas… más al ver a Bakura querer acercarse a él, se fue a un lado del faraón; pero eso no bastó, el ladrón paso a su lado provocándole un temblor en todo el cuerpo
-Creo que lo mataste –Le susurró sarcásticamente, Bakura a Yami
-¡Cállate! –Le gritó empujándolo a un lado y levantándose, se sentó en el sofá de enfrente para mirar a los amigos de su hikari, que trataban de reanimarlo.
Entonces Yami tuvo una idea, quizá su Aibou lo buscaría como aquella vez… así que todo lo que debía hacer, era abrir su lazo mental para comunicarse con él…
-o-
Yugi abrió los ojos con algo de pereza, se incorporó y al encontrarse en un lugar que nunca jamás había visto… o quizá… una vez en sus sueños… un lugar con mucho pasto y árboles de hojas tan verdes, que formaban un espectáculo muy hermoso en combinación con el viento…
En definitiva, ya había estado ahí.
“¿Dónde estoy?”- Preguntó demasiado desorientado al tiempo que daba una vuelta sobre su propio eje. Reconocía el lugar, más no sabía donde se encontraba
“Yugi…”- Lo llamó una voz bastante familiar y que sonaba lejana
“¿Yami?”- Le buscó con la mirada; pero no había rastro de él por ninguna parte. Entonces recordó que justo ahí, lo vio en su sueño después de que murió, cuando no le pudo decir lo mucho que lo extrañaba.
Con el corazón golpeándole con fuerza en el pecho, corrió hacia donde estaban los árboles, esperando verlo ahí una vez más… pero al llegar no había nadie, le dio la vuelta al árbol sintiéndose tan triste... ¿Por qué el faraón ya no estaba en ese lugar¿Y qué era ese lugar que Yami le dijo que no podía estar ahí?
Se recargó en el árbol y comenzó a llorar… De pronto sintió que tocaban su hombro… se dio la vuelta y ahí estaba de nuevo… el antiguo gobernante sonriéndole como nunca. Yugi respiró con dificultad, luego se arrojó sobre los brazos de su amado sin decir nada; pero llorando con fuerza al haberlo encontrado…
“Sabia que me buscarías aquí”- Dijo el faraón acariciando a su hikari
“Yo… lo siento, no quise molestarte la primera vez… no sé ni como vine aquí… solo deseé poder verte, hablar contigo… besarte… decirte como te amo y lo arruiné… ¡Lo arruiné todo!”- Sollozaba desesperado
“No fue tu culpa, yo debí…”- Trataba de explicar Yami
“¡Si lo fue!”- Gritó apartándose de él –“¡Yo te odié!”
“Yugi…”
“¡Estaba furioso contigo por abandonarme!”
“Pero…”
“¡Pensé que habías muerto porque no querías estar conmigo!”- Seguía gritando
“Sabes que es mentira…”- Decía el faraón
“¡Aún así lo pensé y te odié… mucho… más de lo que te imaginas!”
“Fue un error…”
“Yo quería morirme y…”- Yugi se quedo callado, pues Yami le besó con pasión… con deseo… con las mismas ganas de siempre por poseer a aquél se tan puro y ahora tan suyo
“Te amo… recuérdalo siempre…”- Le murmuró entre besos mientras acariciaba sus mejillas con las yemas de los dedos
“Ya sabes que yo también… siempre… hasta que la muerte nos vuelva a encontrar…”- Sollozaba Yugi en forma de despedida, sabia que esa era la última vez que lo vería y que solo si moría algún día, podrían quizás correr la suerte de verse otra vez
“Yo creo que no hay que esperar tanto”- Dijo Yami sonriendo mientras pegaba su frente a la de su Aibou –“Mi amor, estamos en el jardín del faraón… en este lugar mi alma tendría que venir a descansar en caso de que yo muriera sin quedar atrapado en el rompecabezas del milenio; por eso te dije que tú no podías estar aquí, pudiste haber muerto y quedar atrapado conmigo por siempre”
“Lo hubiera preferido a vivir el resto de mi vida sin ti…”- Sollozó mientras una lágrima salía de sus ojos violetas
“Pero no pensaste en tus amigos… en tu abuelo… en todas esas maravillosas personas que te aman tanto ¿Te imaginas lo que hubieran sufrido sin ti?”
“¿Y donde queda mi dolor?”- Preguntó alejándose de Yami
“¿No recuerdas lo que te dije? «La verdadera prueba del amor, esta en sacrificarse por el ser amado, aún a costa del dolor propio»… Si de verdad amas a tus amigos, debes luchar por seguir con vida y darles ese rayo de luz que siempre nos has brindado… aunque eso signifique hacer a un lado tu dolor y a ti mismo… Sacrificarse por otros es la mayor prueba de amor… ¿Lo entiendes?”
“Ahora si”- Respondió secándose una lágrima y abrazando de nuevo a su amor –“Te amo”- Le dijo mientras se alejaba, le dio la espalda y se fue caminando para volver con sus amigos, pensando que era mejor no prolongar más de lo necesario la despedida o ya no querría marcharse.
Yugi ya estaba lo suficientemente lejos cuando escuchó
“¡Nos veremos más pronto de lo que crees!”- Le gritó Yami aún parado bajo el árbol
“¿Cómo?”- Preguntó deteniéndose; entonces recordó que el antiguo gobernante estaba con sus amigos en la casa de Tea… y también se acordó de sus palabras
«-“Ya sabes que yo también… siempre… hasta que la muerte nos vuelva a encontrar”
“Yo creo que no hay que esperar tanto”»
¿Por qué no había que esperar tanto?... Tal vez… solo tal vez… lo que vio en casa de Tea no fue un fantasma…
Sonriendo más que nunca, sin voltear hacia atrás y con la espereza llenando su corazón; corrió lo más rápido que pudo para salir de aquello que parecía un sueño…
Cuando por fin abrió los ojos, todos sus amigos lo rodeaban, Yami tenía de nuevo sus manos entre las suyas, le sonreía y a la vez dejaba correr una lágrima. Yugi se incorporó mirando muy sorprendido al antiguo gobernante, le sonrió y de nuevo le abrazó comprobando que si estaba vivo, se besaron con la misma pasión que hace poco rato mientras sus amigos les aplaudían y gritaban llenos de júbilo
Joey miró a su amigo besarse de aquella manera con Yami y recordó el beso con Kaiba, se llevó los dedos a los labios mientras su vista se perdía en la nada…
-Me queman los labios… -Murmuró
-¿Qué dices? –Preguntó Duke sin comprender
-¡Que se van a comer vivos! –Mintió. El faraón y su hikari se separaron, Tea sacó una cámara y todos se retrataron… mientras el resto del día, todos los amigos se divertían a lo grande
Yami noto entre todo aquello, un cambio radical en Joey y en Ryou; el primero parecía estar triste y con una gran duda en su corazón, el segundo se alejaba a cada oportunidad de Bakura mientras mostraba un gran semblante lleno de dolor…
-Tú y yo tenemos una charla pendiente… -Le dijo al oído el faraón al ladrón; y aquella vez, desde hace tanto tiempo, Bakura tembló de miedo…
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