“Tu corazón no sabe”
Según Yami, había sido lo mejor darle su respuesta a Kaiba, después de todo estaba seguro de lo que sentía ¿No?; así que regresó a casa cuando el sol ya se había ocultado, el abuelito de Yugi aún no cerraba la tienda por esperarlo, así que una vez hubo llegado a casa, entre los dos cerraron la tienda de juegos.
- Saldré un momento- Le dijo a Yami mientras se ponía una chaqueta.
- De acuerdo, yo iré a ver a Yugi- Le respondió mientras ponía un pie en la escalera. El señor Moto salió de su casa, el antiguo faraón subió las escaleras, tenía que hablar con su hikari de Seto, aunque por alguna extraña razón sentía una fuerte opresión en el pecho y un gran temor de cómo iba su amigo a tomar tal noticia. Abrió la puerta con cuidado y entro en la habitación con cautela, entonces se dio cuenta de que su Aibou se había quedado dormido, con su pijama puesta, esperándolo; se acercó lentamente a él y se arrodillo a un lado de la cama donde estaba Yugi, entonces comenzó a acariciar uno de sus rizos con la llena de sus dedos; al mirarlo dormir, sintió una sensación mucho muy diferente a como siempre la sentía cuando lo contemplaba de la misma manera todos los días al despertarse… Justo cuando más a gusto estaba contemplando a su luz, este comenzó a moverse, estaba despertando…- Yugi- Le susurró- Despierta, si te quedas así tendré que dormir en el piso…
- ¿Yami?- El chico de cabello tricolor se enderezó en su cama, se frotó los ojos y miró s u compañero- ¿Dónde estabas? Pensé que nos veríamos después de clases…
- Lo siento Yugi, se me paso el tiempo volando- Respondió incorporándose y dándole la espalda, no tenia cara para mirarlo de frente y decir lo que tenia que decirle- Tengo algo que hablar contigo
- ¿Sucede algo?- Preguntó sentándose en su cama, Yami se limitó a recargarse en la pared
-/ ¿Por qué me es tan difícil?, estoy seguro que él entenderá… /-
- Me estas asustando, ¿Qué te ocurre?
- Yo… bueno… llegué a la escuela y Kaiba estaba…
- Riñendo con Joey, lo sé, él vino a verme y me lo dijo; ¿Pero por qué tardaste tanto?
- Yugi, Seto me ama- El chico se limitó a mirarlo con los ojos muy abiertos, entonces miles de ideas cruzaron por su cabeza y se alejó de él, se recargo en el marco de la ventana todavía abierta
- ¿Y tú?- Yami se dio la vuelta para ver s u hikari; pero ahora este era quien le daba la espalda
- Yo…
*//* Flash Back *//*
Bakura al parecer, estaba imaginando a Yami como Ryou muy porque no lo soltaba y el beso era cada vez más intenso
- “Ya basta”- Dijo el antiguo faraón empujando a Bakura al sillón, luego sonrió, por fin había aclarado sus sentimientos
- “¿Y bien? ¿Ya te convenciste de…?”
- “Si, ya tengo la respuesta, amo a Kaiba…”
- “¿Qué cosa?”
- “Aunque no sé si sea algo malo o bueno”- Dijo pensando en voz alta y con sus dedos en los labios
- “Pero…”
- “Se lo diré justo ahora, muchas gracias Bakura, eres un gran amigo” - Le guiño un ojo y salió por la puerta sin oír palabra alguna de lo que el ladrón quería decirle
- “Pero Yami… ¡Por Ra! ¿Por qué nunca me escucha?”- Soltó un suspiró y miró la puerta por donde se había ido el dueño del rompecabezas- “Espero que sepas lo que haces…”
Que sensación tan más extraña era aquella, había pasado mucho desde que se enamoró de alguien y ahora que por fin pasaba, no podía reconocer el sentimiento; le había gustado el beso de Bakura, pero no era comparable al lado del que Seto le dio y esto dejo un gran deseo en él por volver a besarle y decirle lo mucho que en realidad lo amaba. Muy lindo, si; pero ¿Acaso por su mente pasó algún recuerdo de Yugi?... no lo creo.
Corrió a todo lo que daban sus pies por las calles, seria ahora o nunca, la suerte estaba echada y el destino marcado, sería ahora o nunca. Llegó a KC con la esperaza de que él estuviera todavía en su oficina, llegó el elevador, se bajó en el mismo piso y caminó por el pasillo que daba a la oficina de Kaiba, la secretaria no estaba; pero la puerta de la oficina estaba abierta y se oían los impresionantes gritos de Seto
- “¡Son unos idiotas! ¿¡Cómo puede ser que no lo encuentren!?”- Se oyó un golpe en el escritorio- ¡Quiero que se larguen y no vuelan sin eso!”
- “Si señor Kaiba”- Dijeron varias personas a la vez para luego salir; antes de que el último personaje saliera, Yami entró y cerró la puerta detrás de él preguntándose, cuando y como se había enamorado de Kaiba
- “Que mal genio”- Le dijo chasqueando la lengua y cruzando los brazos, el CEO no lo había visto porque tenía la vista en uno de sus documentos empresariales
- “Ah, pero si eres tú”- Respondió quitándose los lentes y saliendo detrás de su escritorio- “¿Vienes por lo del perro de Wheeler?”
- “Joey no es ningún perro… y si, a eso vengo”- Mintió con picara sonrisa
- “Puedo contestar lo que quieras a cambio de tu respuesta”- Dijo acercándose más y más al antiguo faraón, unos centímetros más cerca de él y no aguantaría las ganas de lanzarse y saborear otro de sus dulces besos
- “Trato hecho”- Respondió poniéndose serio, aunque con la respuesta que tenia era difícil
- “Tú Primero”- Dijo el CEO
- “No- Respondió simplemente Yami, caminó al rededor de Seto y luego se sentó en el escritorio- “Yo soy el que busca las respuestas aquí, así que te escucho” – Se cruzó de brazos y permaneció impasible
- “Bien, lo que dije sobre la hermana de Wheeler es mentira, es hija legitima de ambos padres de tu amigo”
- “¿Seguro?”- Dudó Yami
- “Por supuesto”- Respondió Kaiba acercándose de nuevo al antiguo faraón, puso una mano en su barbilla mientras acercaba su rostro- “¿Dudas de mí?”
- “De ti no”- Respondió apenas conteniéndose- “De tus fuentes si”
- “Son unos ineptos”- Dijo con desagrado, luego cambió- “Ya cumplí, es tu turno”
- “ah… bueno… este… “- La cara de Kaiba se acercaba más a cada instante, poniendo a Yami muy nervioso y de mil colores.
- “¿Me amas o no?”- Yami comprendió que era de abrir sus sentimientos
- “Haber si esto contesta tu pregunta”- Dijo el chico de cabello tricolor sonriendo, con una mano jalo a Kaiba hacia él para enrollar sus piernas en la cintura del castaño, el otro brazo lo enredo en su nuca mientras sus labios se unían haciendo un fino y delicado contacto; Seto puso sus manos en la cintura y espalda del faraón mientras lo besaba con ardiente pasión… Pronto al cabo de unos segundos, el CEO pensó que era hora de jugar más y profundizo el beso con la lengua dando un beso francés; aquello, según Yami, seguía siendo una de las sensaciones más extrañas que había sentido en su vida, pero uno de las más satisfactorias y mucho mejor que tener un duelo amistoso…
*//* Fin Del Flash Back *//*
Yami seguía mirando a Yugi, quien no le permitía ver su rostro ahora cubierto de lágrimas
- Yo…- Volvió a repetirle- Yo también a mi a Kaiba- Era lo que Yugi se esperaba, dejo caer más lagrimas silenciosas mientras cerraba y apretaba los puños en el marco de la ventana, el faraón no le quitaba la vista encima, tenia mil y un sentamientos encontrados que no sabía ni quería descifrar. Su hikari se dio la vuelta, lo miró sonriente (aunque por dentro sentía el corazón cubierto por miles de espinas que lo perforaban dejando sueños e ilusiones muertos…
- Me da gusto por ti- Le dijo con la voz como un hilo, corrió hacia él y lo abrazó mientras más lagrimas rodaban por sus mejillas, Yami le correspondió al abrazo sin saber (o sin querer darse cuenta) de la razón por la que Yugi lloraba; luego en susurro agregó- “Este bello secreto, mi corazón guardará”
- ¿Qué?
- Nada, sólo dije que es hora de dormir- Se separo de su compañero y se dirijo a la cama mientras su parte oscura lo contemplaba
- ¿Estarás bien?- Preguntó sin pensar
-/ ¿Qué si estaré bien? Que pregunta más estúpida… claro que no…/- pensó, más luego se giro hacia su Yami, le dedico una falsa sonrisa y le dijo- Claro que si, ¿Por qué la pregunta?
- …Por nada- Respondió el antiguo faraón, se dirigió al armario para sacar su pijama mientras Yugi se tapaba completamente con las cobijas hasta la cara. Cuando termino fue a acostarse también, se volteó hacia su hikari; pero este le daba la espalda, entonces lo oyó… él lloraba bajo las cobijas… ¿Pero por qué? - // Aibou, ¿Qué te pasa? //- Preguntó Yami tratando de abrir su lazo mental, más él no respondía, el faraón lo miró con un tristeza, estiró su mano para tocarlo… pero a pocos centímetros de distancia retiró los dedos, lo mejor era dejarlo llorar y por la mañana hablaría con él -/ Buenas noches /- Bostezó -/ Mi querido… Yugi…
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