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Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

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Notas del capitulo:

Bien. Hoala a todos n.n espero que la esten pasando bien.

Muchas gracias por sus lindos comentarios, que son los que me inspiran a segui escribiendo.

Asi que solo los dejare con el fic y espero que les guste n.n

Capitulo dieciocho: ¡Tamaya! ¡Tamaya!

 

Los días y las semanas comenzaron a irse rápidamente. Pronto llego Julio y con él, el verano. No solo eso, para el castaño también era un mes importante. Su cumpleaños numero catorce era hoy.

Se levanto temprano y se arreglo frente al espejo de su armario. Ese día uso pantaloncillos hasta la rodilla color café claro y una camisa de botones.

Se acomodo el cabello, ahora ya lo usaba un poco mas largo. Solo del frente, del flequillo, Su madre no le permitió mas.

Aun así, estaba contento, su nuevo estilo le gustaba, le sentaba bien.

Tomo una maleta pequeña y fue a desayunar.

Se sentó en la mesa a un lado de su abuelo y se llevo un pedazo de pan tostado a la boca.

La señora Hida, quien estaba en frente de su hijo, menciono tratando de ser discreta:

—Hijo. Dime. Se que ya estas grande y que a tu edad es muy normal. No tienes una amiguita especial que te gustaría presentarnos, como Suzu-chan, por ejemplo.

—¡Mamá! —exclamo incomodo el castaño. Ultimamente su madre lo estaba molestando mucho con eso. Baya, que Suzumiya dejo de ir a su casa, a petición suya, por que su madre no dejaba de insinuar cosas raras sobre ellos dos.

—Bueno. Es que estas en una edad en la que…. Cuando un chico y una chica están cerca, se juntan y se juntan. Ya te enseñaron esto en la escuela ¿no es así? —la madre habla nerviosa— Papá ayúdame con esto.

El abuelo tomo con calma un sorbo de té y dijo a su nieto.

—Cody. Lo que tu madre trata de decir es que si tú ya sabes como se hacen los bebés

—¿He? Si. Claro que lo sé, tú también me has hablado sobre eso. abuelo —agacho la mirada—. También sé que cuando salga con alguien tengo que ser responsable y cuidarme. 

El anciano rió apaciblemente.

—Ves Fumiko. No tienes de que preocuparte. 

—¿Pero que dices? Yo solo lo digo por que cuando viene su amiguita Suzu-chan se quedan solo en su cuarto y… y…. —la señora Hida esta nerviosa y tartamudea con todos los colores al rostro— ¡Solo deja la puerta abierta cuando ella venga! —dice en falso enojo— …por cierto, ella cuando vendrá.

—No lo sé. Ella esta ocupada —contesto Cody con un poco de indiferencia, no le gustaba que insinuara cosas de las personas a su alrededor.

Sin embargo Shikara agrego mostrándose serio:

—Cody. Espero que cuando llegue el momento en que tengas una persona especial. Tengas la confianza de presentárnosla —sonrió—. Estoy seguro que la persona que escojas será muy buena y amable.

—Si abuelo —contesto taciturno el niño desviando su mirada y comiéndose un bocado de arroz.

Termino el desayuno, se levanto, tomo su pequeña mochila y salió a reunirse con Yolei y con Ken, afuera de la tienda de la familia Inowe.

—¡Cody! ¡se te hizo tarde! —regaño la chica.

—Lo siento. mi madre comenzó una charla conmigo y…

—¡Ha! —exclamo Inowe— te refieres a la platica. A esa platica.

—¿Que?

—Yolei no creo que él quiera hablar sobre eso —intervino Ichijouji.

—¿Por que? A todos nos llega el momento de escuchar esa conversación. Claro no lo entienden igual porque son hombres.

—No digas eso.

Casi dicen a la par ambos chicos.

—Por cierto, Cody. ¿le dijiste al superior a que horas nos reuniremos?

—Si.

—Es extraño. El no es de los que se retrasan —menciono Ken.

—Le enviaron un mensaje —dijo el chiquillo sacando el celular de su bolsillo.

—No es necesario. Mira —indico Yolei.

A lo lejos se divisaba a Joe, corriendo tan rápidamente como podía extendiendo la mano para saludarlos. Se acerco a ellos y dijo.

—Lo siento. Se me hizo un poco tarde. Mi padre quería tener una conversación conmigo y se me fue el tiempo.

—¿Hee? No pensé que a su edad a un no le hubieran dado la platica —pregunto Yolei suspicaz.

—No creo que él se refiera a eso, Yolei —intervino de nuevo Ken.

—¿Que? —el chico de gafas solo sintió una gotita caer de su frente.

—Nos podemos ir ya. Se hará tarde —se quejo el menor del grupo.

—Es cierto ya es tarde. Vámonos —dijo la chica extendiendo su dedo hacia el horizonte.

 

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La ciudad de Odaiba se encuentra cerca de la de la bahía de Tokio. No era de extrañarse que las personas de la comunidad estuvieran acostumbradas a ir a las platicas cercanas.

Sol, arena, mar. Nada mejor para disfrutar del verano con los amigos.

—¡Aya va! —la voz emocionada de Yolei llamo la atención de su novio quien recibió la pelota de playa con una sonrisa.

—Hace mucho que no salía así con los amigos. Creo que será un buen día —comento para si Joe, mientras terminaba de colocar una sombrilla de playa junto a unas toallas.

Esperaba a Cody, quien aun se encontraba cambiando.

Ah, hoy su pequeño cumplía catorce y el no tenia nada que regalarle. El ultimo mes habia gastado demasiado en las tantas citas que tenia con el castaño, que le quedo justo el presupuesto.

Por que si salían de paseo al centro comercial, no podía evitar comprarle algo pequeño, un postre, un helado. Y si iban al cine, terminaba con palomitas, dulces, bebida y demás golosinas; y el parque de diversiones, casi lo dejo en banca rota ese día. Aun que a decir verdad, en ese momento no se quejo, entre risas y bromas, se divertían mucho.

Pero sus altos presupuestos no pasaron desapercibidos por su padre que comenzaba interrogarlo.

Y aun que esa mañana volvió a usar la excusa de “Ultimamente me piden muchas cosas en la escuela. El material de la universidad es muy caro” “Las facturas subieron este mes”. Su padre solo lo miraba fijamente sin decir nada. Probablemente ya sabia que le mentía. De lo contrario no le hubiera dicho…

—¡Señor! ¡Señor! —los gritos de unos pequeños niños lo sacaron de su pensamiento —¡Señor. Nos da la pelota por favor!

Fue entonces que se dio cuenta de que habia una pelota de colore a su lado. La recogió y se la dio a unos de los niños que se habia acercado.

—Aquí tienes. Ten mas cuidado.

—Si. Gracias señor.

Y el niño salió corriendo con una sonrisa.

—S-señor —Kido formo una mueca, casi con un tic en el ojo. ¿por que todos últimamente le decían señor? Es decir siempre habia vestido elegante y refinado, por lo que solía verse mayor de lo que era en verdad, y que decir de su carácter. . Pero llevaba puesto bañador y sudadera, no era para que le estuvieran diciendo señor. Pero bueno ni siquiera habia llegado a sus veinte. Suspiro comenzaba a tener una pequeña crisis de edad —. S-señor —aun lo decía con una sonrisa enchuecada.

—¡Joe! Perdón por hacerte esperara —lo llamo Cody corriendo hacia él, con su lindo bañador azul marino— ¿que ocurre?

—¡¿Que?! Nada. Nada —negó deprisa el muchacho con las manos —“Señor…”— seguía pensando.

—Anda vamos al agua —le dijo el niño sonriente jalando de la mano.

—Esta bien. Con cuidado —acaricio el cabello chocolate amablemente. Dejo la sudadera a un lado y camino de la mano con Hida.

No se alejaron mucho de la orilla y comenzaron a jugar a tirarse agua uno al otro y perseguirse en la orilla de la playa.

Estaban mas que entretenido y divertidos, soltaban carcajadas, se abrazaban. El mayor cargaba al niño y le daba vueltas y de nuevo a jugar a aventarse agua y a corretearse.

—Que lindos se ven juntos —comento Inowe acercándose a su novio— son encantadores.

—Fue buena idea venir todos juntos.

Sin embargo no todos en la playa pensaban igual. No muy lejos, a unos pocos metros un par de chicas comentaban en tono desagradable:

—¿Que es lo que están haciendo esos dos?

—¡Que vergüenza!

—Mira como lo toca. No tiene vergüenza. Que asco.

—Se nota que ese niño aun esta en primaria.

—Las personas como esas son de lo peor ¡Hayyy! —la chica en cuestión voltea hacia atrás tocándose la cabeza adolorida.

—Lo siento se me fue la pelota —se disculpo Yolei sin ocultar su mal humor y su mirada fulminante.

—¿Que le pasa?

—¿Que te pasa a ti? ¡si no te parece puedes irte de aquí! —gruño Inowe.

—Vámonos Miki. Esa chica esta loca —dijo la otra chica y jalo a su amiga del brazo.

—¡¿A quien le dijeron que esta loca?! ¡He!

—Vamos no vale la pena que discutas con ella —trato de tranquilizarla, Ichijouji.

—Ese tipo de personas me desagradan. Solo saben decir tonterías —puso las manos en la cadera frunciendo el ceño como una niña.

—Lo sé. Pero, fue lindo. La manera en la que los defendiste me pareció muy lindo.

—Ken —Yolei se abalanzo a abrazarlo y él le acaricio la cabeza —eres el mejor.

Pasada un poco la tarde, los cuatro se reunieron para comer.

Cody y Joe tomaron una bola de arroz cada uno —cortesía de la tienda de los Inowe— la desenvolvieron al mismo tiempo y le dieron un mordisco. Acto seguido se la ofrecieron al otro con una sonrisa.

—¡Ha! Tienes un poco de arroz en la mejilla —comento Hida— deja que te lo quite.

Limpio con su dedo y se la llevo a la boca.

—Gracias —dijo Joe con un ligero rubor.

—¡Heee! Si que parecen una verdadera pareja —comento Inowe con un poco de ingenuidad.

—Por supuesto que si —contesto Cody enfadado.

—No me mal entiendas. No lo he dicho por eso —aclaro Yolei e intento componer—. Solo me parece algo curioso. Ken y yo hemos salido durante mas tiempo y él nunca me a dado uno de esos —señalo el anillo y la cadena colgando del cuello de Cody.

Ichijouji desvío la mirada fingiendo que tomaba de una lata de jugo.

—¡HA! —Kido decidió cambiar el tema — y… díganme a que horas nos reuniremos para el festival de esta noche.

—¿A las siete les parece bien? —Pregunto Ken.

—Si.

—Claro.

 

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Esa noche se reunieron en la entrada del templo local.

Inowe lucia una linda yukata de flores blancas en fondo negro y un cintillo y moño morados, e iba peinada con una coleta alta y un hermoso adorno de flores que le había regalado Ke.

Ichijouji con una kinagashi azul celeste y un bordado delicado de lineas blancas, lo hacia verse tierno.

Joe con su kinagashi azul marino y bordados negros y cintillo del mismo color. Lo hacían verse elegante y distinguido.

Por ultimo Cody, estrenaba kinagashi, una de color lila con pequeños cuadrados blancos bordados. Se sentia mayor, era su primera prenda adulta oficial.

—¿No te gusta? Yo la escogí especialmente para hoy —pregunto a su senpai que no paraba de mirarlo.

—¿Que? No. no es eso. Te vez muy bien. Pero también me gustaba la que tenia peces dorados.

—Ya estoy en secundaria. No iba a seguir usando esa.

—Ya veo —Se acomodo las gafas, Kido. Quien comenzaba  extrañar a los peces dorados.

—Pero —desvío la mirada el niño con un ligero rubor—la guarde por si acaso.

—Ah —exclamo el mayor sin ocultar una pequeña sonrisa de complicidad.

—¡Hey Cody! ¡Superior, Joe! ¿que están haciendo? ¡vamos a disfrutar del festival!

—Si 

Contestaron a la par y corrieron a alcanzar a la otra pareja.

Pasearon por los juegos, comiendo, divirtiéndose o admirando  las artesanías locales que se vendían en algunos puestos.

En el tiro al blanco Ken  demostró sus habilidades y gano un pequeño osito panda de peluche, que Yolei no dejaría de abrazar en toda la noche.

No muy lejos de allí, Kido pescaba un lindo yoyo de agua rojo, que Cody no dejaba de jugar a botar por momentos.

Después de eso Yolei gano el reto de comer mas takoyaki de uno de los puesto, ganando incluso a sus oponentes varones, el preciado boleto de descuento por todo un año de las susodichas bolitas de pulpo. El que presumió orgullosa con una sonrisa manchada de salsa. Y aun así ella tenia espacio para el postre.

—¡Que rico! —dijo mientras le daba una mordida aun algodón de azúcar rosado.

Volteo su mirada a la pareja de alado quien también compartían un algodón.

—¡Joe! —el castaño sonrío arrancando un pedacito del dulce y ofreciendo a su senpai, quien se lo comió.

—Tú también ¡ah! —el mayor tomo igualmente un trocito del algodón y se lo ofreció al niño, quien chupo el dulce de sus dedos.

Y de nueva cuenta los cuchicheos y miradas de las personas no se hicieron esperar.

Por supuesto Yolei que tenia buen oído, se dedico a fruncir el ceño y espantar a todos, fulminándolos con la mirada.

Pero no solo era la chica, Ichijouji también se daba cuenta, sorprendido en verdad, nunca espero oír que a uno de sus amigos le dedicaran palabras tan desagradables u ofensivas.

Claro. Mas tranquilo que su novia, trato de no ser obvio ante su descontento, siguió como si todo fuera normal. Después de todo no quería causarle incomodidad ni a Cody, ni a Joe, que parecían que no se habían dado cuenta o que no escuchaban.

—¡Superior! —grito Inowe –¡Acompáñeme un momento! —lo tomo de la muñeca y comenzó a jalarlo— ¡Ahora regresamos, vamos por algo de beber!

Y se fueron.

—¿Que ocurre, Yolei?

—La chica para de golpe y poniéndose en frente de él , pregunto:

—¿Es que no le molesta en lo mas mínimo?

—¿He?

—Sabe a lo que me refiero.

—Ha —el chico desvío la mirada— . Lo siento. Los estamos incomodando mucho a ti y a Ken. Creo que tome mucha confianza enfrente de ustedes y…

—No me refiero a eso —recalco la chica disgustada—. Yo sé que tipo de relación tiene usted con Cody. Pero los demás a su alrededor no. ¿quiere llamar la atención? Debería de ser mas discreto.

Joe la miro serio y le dijo tranquilamente:

—Aun que me pidas eso. Para Cody y para mi, eso ya es muy difícil. Para nosotros  es algo muy natural, igualmente que para ti y para Ken lo es salir y tomarse de la mano. No te preocupes. Ademas nosotros ya decidimos que no mantendremos lo nuestro como un secreto.

—Aun así. No tiene por que permitir que le digan todas esas cosas feas.

—A mi no me importa. Dime ¿que ganaría yo, con gritar cada vez que vamos en la calle y alguien me dice algo? Solo le triaría problemas a Cody y eso es lo que menos quiero.

De todos modos. Discúlpame si los hemos molestado —inclino la cabeza.

—Superior…

Ahora era Yolei la que deseaba pedir disculpas. Ella que odiaba que juzgarán a las personas sin conocer los hechos, sin entender la situación, se encontraba cayendo en el mismo error. 

—No te preocupes —sonrío el muchacho—. No pasa nada, yo entiendo. Te lo he dicho antes. Me siento feliz de que nos apoyes. Por eso no te preocupes por nosotros, estaremos bien. Volvamos con los otros y disfrutemos del festival.

—Si.

Cuando volvieron, Cody y Ken  se encontraban platicando y riendo sobre aquella serie de anime sobre aventuras que tanto le gustaba al castaño y a su senpai.

—Joe. Joe ¿verdad que ya hicieron su fusión Yuki y Mamoru?

—Por supuesto. El Initial talandrinum-XL es impresionante —el mayor contesto acercándose emocionado hacia los chicos, extendiendo las manos y haciendo señas, como dando las medidas del susodicho robot gigante.

—He. No puede ser me lo perdí —contestaba Ken con cierta desilusión.

—Vaya —se quedo Inowe mirando a los muchachos platicando—. El superior si que es interesante. Hace un momento me dijo todo eso con una cara tan seria. Y ahora parece un niño hablando sobre su programa.

—Yolei todo esta bien —llamo Ichijouji que habia dejado a Hida y Kido hablando —¿paso algo?

—¿Que? No. Nada. Creo que solo me estoy preocupando demasiado por las cosas.

Dijo mirando como el castaño y el mayor se reían.

Después de eso ambas parejas se separaron, decidiendo disfrutar el festival cada una por su cuenta. Pero que se reunirían a las diez en punto para ver los fuegos artificiales.

Hida esperaba a Joe cerca de un puesto de reventar globos, este ultimo habia ido a comprarle una manzana acaramelada.

De repente escucho una voz conocida:

—Hida ¿eres tú? ¿viniste al festival?

Un grupo de tres chicas un poco mas altas que el castaño se acercaron.

—Usami, Kouka, Ayami —las reconoció el niño de inmediato. Eran sus compañeras de clase, aquellas con las que formaba grupo en clase de economía domestica.

—¡Chicas. Les dije que me esperaran! —Suzumiya corría hacia ellas— ¿Hida, estas aquí?

—Si.

Inmediatamente Hitomiko volteo a todas partes buscando a Kido con la mirada.

Sin embargo las otras tres chicas aprovecharon el momento para preguntar.

—Hida ¿viniste solo? —Ayami pregunto.

—No.. de seguro viniste con tu novia. Dime ¿las galletas que hicimos en clase antes de salir de vacaciones le gustaron? Apuesto a que si —Kouka le dio un pequeño empujón, aun con esa expresión siempre adormilada tenia bastante fuerza.

—Si le gustaron mucho. —contesto Hida ruborizado sobándose el brazo.

Y todas gritaron emocionada.

—Oigan ya es hora de irnos —apresuro Suzumiya que no quería dar explicaciones si el chico de gafas aparecía.

—¿Y tu novia donde esta? —Usami pregunto.

—¿Ella? Bueno. Es que… también bine con unos amigos, así que…

—¡Ha! Te esta esperando con ellos.

—Ya vámonos —señalo Hitomiko al lado contrario —no querrán molestar a Hida en su cita ¿o si?

—Espera. ¿Por que quieres irte ya? ¿no te llevas bien con ella? —Ayami la hizo a un lado.

—¡No es por eso! ¡Vámonos!

—Cody ¿quienes son ellas? —interrumpió Joe apareciendo con la manzana en la mano.

—¡Joe! Ellas son unas compañeras.

—¡Hola! —saludaron las tres menos Suzumiya quien golpeaba su frente con la palma de la mano. Ese tonto tenia que parecerse en un momento como ese.

—Que chico tan atractivo —Kouka lo miro atenta aun con su mirada adormilada —. Pensé que no tenias hermanos mayores, Hida.

—¿Que? No. No soy su hermano —contesto el mayor con toda calma y tomo la mano de Cody. Cosa que llamo la atención de las chicas en especial de Ayami, pero no paso de eso. Kido le dijo al chiquillo —¿nos vamos? Los otros nos están esperando.

—Si. Nos vemos después en la escuela —se despidió Cody y se fue de la mano de Joe.

—Hee. Hey Suzumiya ¿conoces a ese chico?

—Por supuesto. También a sus otros amigos.

—¿Y todos son igual de grandes? —pregunto Usami.

—Si. Mas o menos a Hida solo le gusta juntarse con personas mayores y maduras como yo.

Las otras chicas comenzaron a reír y se fueron caminando.

—¡No se rían! ¡No dije nada gracioso! —gritó Suzumiya caprichosa y salió de tras de ellas.

 

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El festival estaba en su apogeo y Joe y Cody…

—Jajaja ¿ adonde vamos? —preguntaba el chico de gafas  divertido mientras que su pequeño lo jalaba de la mano —¿a donde me llevas?gritará

—¡Por aquí! No te acuerdas. Ven. 

Lo jalo entre los arboles. Adentrándose cada vez mas en el bosque que habia alrededor del templo. Solo se escuchaba el cantar de los insectos y el sonido del andar de los zapatos de madera —de la geta— sobre el pasto, a la par de unas risas indiscretas.

Kido perseguía al pequeño y cuando lo atrapaba, el castaño daba una vuelta y lo jalaba como si bailara.

—Joe —su voz parece suave pero suena fuerte— ¿te acuerdas de este lugar? —se recargo en un árbol y le dio un mordico a su manzana con caramelo.

El mayor sonrío y le acaricio la cabeza.

Ese pequeño espacio de vereda entre los arboles, en donde la bella luna de Julio los iluminaba. Un lugar secreto en donde nadie los vería, ni los escucharía. Si, se acordaba de ese lugar.

—Si —contesto Joe besando los delicados  labios sabor caramelo del menor.

Hida soltó una pequeña risita.

Menciono:

—¿Sabes? cuando me tomaste de la mano. Pensé que mis compañeras harían un gran escándalo —mordió otra vez la manzana.

—¿Tú crees?

—Si. ¿viste la mirada de Suzumiya? Parecía que que quería pegarte ahí mismo por hacerlo.

—Je je je Tienes razón. Ella me gritará después. No importa. Si no lo hubiera hecho, ellas te hubieran llevado consigo.

—¿Estas celoso? —pregunto Cody con una sonrisa traviesa.

—No. claro que no —negó el mayor disimulado. Acaricio el rostro del pequeño y sujetándolo del mentón le beso nuevamente dulce y despacio, saboreándolo y disfrutando de la suavides y delicadeza.

—Joe… —murmuro Cody al sentir la lengua delinearle la boca, solo para terminar hundiéndola en su boca, jugando con la suya mezclando su saliva, inmersos en el embriagante éxtasis de ese momento.

—Hoy es tu cumpleaños Dime ¿que te gustaría que te regalara? —pregunto el muchacho incitante, acomodando el fleco de su pequeña pareja.

—Bueno…. —Cody ruborizo—tú ya sabes que es lo que yo quiero —su voz es tímida. Hace un año no se habia escuchado tan pudoroso.

El mayor abrió los ojos  después de procesarlo unos segundos, ruborizo.

—Bueno… es que… hacer algo así… ¿aquí?…es decir no…

—No me vas a decir lo mismo del año pasado ¿o si? —reprocho el castaño inflando las mejillas—. Tú… tú no eres el único que se siente nervioso. Pero… —tomo despacio la mano de Kido y la condujo hacia atrás, enredando el cintillo de la kinagashi entre los dedos. Dijo hermosamente tierno e ingenuo —. Estoy seguro de que tú también te sientes de esta misma manera.

—Cody…

Joe solo dejo escapar un suspiro largo que fue casi imperceptible ante el sonido del correr de la cinta y la tela de la kinagashi de Cody.

—Joe, ah…. despacio —rogó el chico fingiendo inocencia.

Ahí estaba Cody bellamente recargado en el árbol, con toda la kinagashi abierta y a medio caer, descubriendo su pecho blanco leche, su vientre firme y suave; en su mano izquierda sujetaba la manzana de caramelo rojo realzando su dulce carne. Sus largas piernas de marfil, perfectamente torneadas, pedían a gritos ser mordisqueados.

El mayor se inca frente al cuerpo de su joven pareja. Recarga el rostro de lado, cierra los ojos y aspira profundo.

Ese dulce aroma de adolescente se esparcía con mayor intensidad esa noche que cualquier otra. Deliciosa y embriagante.

El niño siente un cosquilleo a cada inhalada, acaricia el cabello de su amado senpai y suelta un suspiro. Se hunde en una nube mullida y comienza a delirar debilitado.

—No hagas eso. Se me caerá la paleta —dijo el niño como si estuviera adormilado.

—Entonces tírala —contesto el chico de gafas inhalando de nuevo y dando un beso.

—Joe…

El muchacho beso su pecho una… dos… tres veces y lengüeteaba largo hacia arriba, fingiendo un mordisco en el cuello y culminaba en un beso profundo en esa boquita de miel.

Se arrebatan el aliento mientras se frotan las lenguas.

Se separaron y Kido se quedo un momento contemplando al chiquillo.

Su cuerpo habia cambiado un poco en estos últimos días. Ya no era ese cuerpo delicado y de niño de escuela primaria. No, ya era el de todo un adolescente.

Empezando por su altura que habia ascendido, sus hombros se habían alzado. Su cuerpo comenzaba a tener forma y definirse. Esos entrenamientos de kendo empezaban a mostrar resultados.

—¿Que ocurre? —pregunto el niño con inesperado pudor— ¿no esta bien así?

—No. Al contrario. Me encantas.

El niño ruborizo y se cubre hasta la nariz con la manga de la kinagashi.

Joe se rió.

—No me mires así —murmuro el castaño apenado—. Se que mi cuerpo aun es pequeño. Pero no es para que me mires como si fuera un niño.

—Para mi siempre serás mi pequeño —contesto el mayor y beso de nuevo, esta vez en su muslos.

—¡Ahhh!

Era cierto, a pesar de que ese cuerpo ya era el de un adolescente aun tenia vestigios de ser infantil:

La gracilidad, suavides, sus facciones aniñadas, sus reacciones inesperadas ante el placer. Tendría catorce pero quien lo mirara diría que eso es una mentira.

—Ah… ¡haces cosquillas! —se inclino hacia adelante.

—No. No. Ponte derecho. Si no, no podré hacerlo correctamente —regaño el muchacho con cariño y remato con lascividad—. Se bueno. Anda. Quiero que juntes las muñecas.

El niño obedeció sin oponer resistencia. Sin adivinar la travesura de la que sería víctima.

Joe toma rápidamente la cinta de la kinagashi del suelo y la enreda en las muñecas del castaño, amarrándolas, no muy fuerte pero lo suficientemente firme.

—¿Que es esto?

—Es para que estés quieto —contesto Kido con una sonrisa infantil. Siempre quiso hacer eso.

—Pervertido —el niño solo se limito a decir eso con una sonrisa juguetona y pegando sus manos al pecho, dejando a su cuerpo a la merced de su amado senpai.

—Buen chico. Tan lindo.

Halago el muchacho y a continuación prendió sus labios en uno de los pequeños pezones del menor. Mientras que con su mano derecha frota sus piernas, trasero y caderas en círculos de arriba hacia abajo, suave y despacio.

El pequeño jadeaba ruborizado. Todo el cuerpo ardía. Esa extraña sensación de estar indefenso, le excitaba mucho.

Sintió el chupetón de su senpai y cambiaba de lado.

—Ah… —se movió inquieto, sensibilizado..

otro chupetón mas.

—Te esta gustando mucho ¿verdad? Me alegró mucho —prendió sus dedos al elástico de la ropa interior de su niño —. Creo que comenzare aquí abajo —sonrío.

—N-no —el castaño se movió intentando quitar las manos de sus senpai de si —e-espera.

—¿He? ¿que ocurre? Pensé…

—E-es que… —ruborizo y movió las rodillas —e-es que es un poco vergonzoso…

—Ummm —Kido lo miro avergonzado…

El menor murmuro abochornado:

—A-ahi abajo… es que… ya… ya me comenzó a… a salir… el bello comenzó a crecer.

—Hee —canturreo Joe con un gesto algo perversa —¿en serio? Entonces déjame ver. Quiero verte.

—Esta bien. P-pero es un poco vergonzoso.

—No tiene por que. No ya te he visto todo antes.

—Si. Pero no es lo mismo.

—Anda no seas tímido —el muchacho lo convenció con un beso en el vientre. Haciendo que asintiera con la cabeza.

A continuación, Joe bajo despacio la ropa interior de Cody. Disfrutando de ello.

Y entonces lo vio. Apenas era perceptible, incluso de cercas, era igual que musgo suave y fino, era muy poco, pero ahí estaba.

—Hee —canturrio el muchacho de nuevo—. Creo… —sonrío— creo que esto demuestra que ya eres todo un adulto.

—¡Ah! mentiroso —el castaño ruborizo y  trato de bajar las manos para cubrirse, lo que era inútil gracias a la atadura.

Kido aprovecho esto para besar el pequeño pubis y estremecerle. Lamió un poco toda esa zona dándose el lujo de de examinar la prueba de madures de su niño.

—¡Ahh! …tu lengua esta muy caliente… ah, hace cosquillas.

—Bueno. Parece que aquí no es el único lugar que a crecido —dijo el muchacho encantado. Tomando la erección del castaño comenzó a masturbarlo— y aquí también —indico besando los redondos y carnosos tesoros del menor.

—¡Ahhh!

El niño grito excitado y moviéndose limitado por la atadura de sus manos. Su mente se nublaba, en el chasquido de la boca de Joe, en los roces de su ágil lengua.

Cody estaba haciendo mucho ruido, gimiendo y respirando agitado.

—Trata de no hacer mucho ruido —advirtió el chico de lentes. Subió las manos de Cody y chupo uno de sus lindos pezones de cresa.

—¿Siento bien! Rico—gimió el castaño cerrando los ojos dejándose llevar, limitándose a resoplar.

—Buen chico.

Premio el mayor con un excitante masaje en sus muslos, trasero y sexo; a la vez que re chupaba  y pasaba la lengua por en los botones rosas del pecho del pequeño.

Hida asomo unas lagrimas de sus ojos cerrados, de esas que soltaba ante un abrumador placer que su cuerpo parecía no poder soportar aun. Negaba con la cabeza una y otra vez apretando las manos y forcejeando con la cinta en sus muñecas, sin dejar de mover las piernas.

—Ahhh… ah… ah… Joe… Ahhh…

Y este como si escuchara los pensamientos del tierno niño, volvió a complacer con la boca, ansioso de saborear esa miel dulce.

Una… dos… tres… y otra vez…

Ahora Cody entendía por que a su senpai le encantara que jugueteara con su boca, que de cualquier otro modo. 

Cálido y húmedo. La piel erizada ¡Ya no podía mas!

—Ahh… ahhh… ah… ah… ¡Ahhh!

Así con un ultimo grito el chiquillo se corrió en la boca del mayor.

Se recargo en el árbol exhausto. Observando como Kido sacaba un pañuelo de entre las cosas que tenia en una bolsita que llevaba consigo, y cubrirse la boca.

—L-lo siento…

—Esta bien. Ven.

Lo jalo y lo inclino en su hombro. Acto seguido, comenzó a prepararlo con sus dedos y una mezcla de saliva y esperma.

—Ya eres un chico grande. Pronto no necesitarás que siga usando mis dedos.

—No… mas… me gusta cuando lo haces…

—Y pensar que antes me decías que te daba vergüenza y que no te gustaba.

—Mi cuerpo esta temblando —el niño se estremece de puntillas en sus sandalias de madera.

Su amado senpai estaba como loco. Será por que lo vio en kinagashi, por que estaban solos en un lugar como ese, o por lo que habían hablado de ese asunto apenas hace unos días. Quizás era una suma de todo. Tal vez por que ambos tenían el presentimiento de que esta iba a ser la ultima vez que pudieran estar de esta manera.

Pero la razón en ese momento a Cody no le importaba, su amado senpai habia encontrado su punto y no paraba de estimularlo.

Sentía el cielo, mojado y sin control.

—Suficiente —escucho la vos de Joe como eco— ya es suficiente —saco sus dedos del interior y enderezo—. Ahora voltéate y pon tus manos en el árbol.

—Pero…

—Vamos a divertirnos juntos ahora —respondió Kido acomodándose las gafas.

Hida obedeció. 

A continuación el muchacho subió la tela de la kinagashi de Cody, colocando sobre sus espalda. Admirando ese precioso y suave trasero de durazno.

Se abrió la parte inferior  de la kinagashi, acomodo y saco a relucir su dura y gran erección.

—Perdóname que valla tan rápido. Pero esta vez estoy muy ansioso y no puedo esperar —dijo Joe mientras rodeaba la cadera del niño con un brazo.

—Por favor…

—Si. Lo sé. Aquí voy. Relájate lo mas que puedas —beso en su mejilla.

El castaño apretó ligeramente la corteza del árbol, se inclino un poco levantando su pequeño trasero;  aspiro profundo y asintió con la cabeza

Kido comenzó la intromisión, agachándose un poco y alzando al niño de puntillas.

A pesar de que era fácil de meter, la posición era un poco incomoda hasta que estuvo dentro.

No se podía decir lo mismo de Cody que temblaba sobre la punta de sus dedos en sus duras sandalias, estirándose todo lo que podía; el pecho comprimido contra el árbol y el estomago lleno, muy lleno. Y sin embargo sentia un placer abrumador que le hacia olvidar por completo de todo lo anterior.

Así que a eso se referían con “ las posiciones que parecen mas incomodas, suelen ser las mas placenteras” Recordó que leyó eso en una de las tantas revistas de Joe, que no eran de él. 

El chico de gafas no obstante no pensaba en muchas cosas. Si lo hubiera hecho  quizás no hubiera iniciado con este jugueteó.

—Ahh… estas tan caliente, resbaloso. Me estas apretando mucho.

Lo rodeo por completo por la cintura, sosteniendo al niño y comenzó el movimiento, lento y profundo.

—Ah… ahh… ah…

El pequeño respiraba entrecortado, con toda la boca abierta y arañando la corteza del tronco. La sangre le hervía y en el vientre cientos de sensaciones y se ensanchaban.

El mayor por su lado en vuelto en un verdadero delirio de pasión y deseo, que el suave tacto de la piel del vientre de Cody, exacerbaba aun mas. Parecía que no podía controlar su lujuria. 

Este acto tan embriagante se volvía casi insoportable, condicionando a ambos chico a niveles  nuevos de excitación.

Jadeaban juntos, siguiendo el ritmo de su compañero, se ergian hacia delante con cada embestida; Cody sosteniéndose fuerte para no chocar con el árbol.

—Ah… Joe… Joe… me voy a … ¡Ahhh!

Y de repente el tronco se baño blanco. 

—Ah… Cody.. estas apretando mucho ¡Que bien se siente!

Luego, con los ojos brillantes de excitación a través  de esos cristales y el rostro lívido congestionado de carmín, Kido, levanto el pequeño cuerpo y arremetió.

El castaño solo escucho el sonido de sus zapatos caer, a la vez que el mas grande placer  experimentaba su cuerpo, ante el desbordante orgasmo de su amado senpai…

 

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Habían pasado escasos minutos desde que habían terminado su proeza amorosa, su delirante deleite.

Kido cumplió su sentencia, esa que venia en el reposo, besando y besando dulcemente esa bella criatura  que amaba con todo el corazón.

Habiéndose entregado mutuamente su juventud, cuerpo y belleza. Ahora oficiaban en el silencio, en la oscuridad de esa noche, entregando sonrisas y risas traviesas. De esas que solo los verdaderos amantes se entregan después de haber hecho una diablura juntos.

Se terminaron de vestir adecuadamente. 

Joe se sentó y Cody se acostó en su regazo.

—Gracias —el castaño aun seguía ruborizado.

—No. Fue bueno. Se sintió muy bien ¿te gusto?

—Si. Mucho —Sonrío el niño hermosamente. 

—Aun que creo que esta será la única vez que hagamos algo así, en un lugar así —sonrío ingenuo el senpai— Feliz cumpleaños. Mi pequeño.

Acaricio el cabello suave y chocolate.

Su niño, su hermoso niño cumplía catorce años hoy, él cumpliría veinte el próximo año. Quizás por eso lo habían decidido….

—Joe por cierto…. —la voz de Hida se llena de inquietud— respecto a aquello que hablamos.

—¡Ha! Eso —tomo su mano—. Tú… ¿estas seguro?

—Si. Y… tú…

—Si —afirmo el mayor— ya lo habíamos decidido ¿no es así?

—Si. Crees.. crees que mi madre se enfade o te grite, o… estoy nervioso.

—No te preocupes. Todo va a estar bien. Va a salir bien —Kido pareció querer convencerse.

Se tomaron de las manos fuertemente.

 

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A las diez Cody y Joe se reunieron con Yolei y Ken para ver los fuegos artificiales.

—¿Aquí! ¡Aquí! Estamos, Superior Cody! —grito Inowe alzando las manos entre la multitud.

Kido tomo la mano de Cody y se abrieron paso entre la gente.

—Pensé que no llegarían a tiempo —regaño la chica con las manos en la cintura.

—Lo siento. Nos… nos ocurrió un improviso —se disculpa el muchacho de gafas.

—Chicos ya esta a punto de comenzar —anuncio Ken.

Y entonces se escucho un silbido y después una explosión multicolor.

—¡Tamaya! —grito Cody

—¡Tamaya! —le acompaño Ichijouji quien rodeo con su brazo a su novia y la acerco hacia él. La chica se acurruco con una sonrías.

A la vez Joe abrazo por detrás a Cody, quien tomo los brazos de su senpai y se sonrieron mutuamente.

Una tras otra fueron las explosiones multicolor.

—¿He? Superior ¡¿Que le paso?! —exclamo Yolei sorprendida mirando a Kido.

—¿Que? —volteo a verla el chico.

—Atrás. En la ropa ¿que le paso en la espalda?

—¿He?

Soltó a Cody y se busco. Hasta que lo vio. En uno de sus costados, una mancha pegajosa y roja de caramelo.

—¡¿Que es esto?! —exclamo sorprendido.

—No —comenzó a decir Yolei cerrando el puño fuertemente —¡No los perdonare! —grito—. Una cosa es que no diga nada cuando las personas lo insultan. Pero otra que se deje golpear. Dígame ¡¿Quien fue?! ¡Quien fue, para darle su merecido?!  —se arremango la yukata con toda la intención de soltar el primer golpe o patada al que se pusiera enfrente.

—¿Que? No. No te equivocas. No es lo que piensas —intento disuadirla Joe, mientras que para sus adentros pensaba:

“Probablemente esto sea de cuando estuvimos en el árbol. En ese momento…”

—¡Lo golpeare! ¡Dígame quien fue!

Cody miraba divertido la escena.

A Yolei la sostenía su novio por detrás de la cintura jalándola. Mientras su amado senpai movía las manos todo nervioso intentando explicarse:

—¡Por eso te digo que te equivocas!

Este habia sido el segundo verano que pasaba al lado de su amado senpai como pareja. Los recuerdos de este verano también habían sido hermosos.

Sin embargo…

“Nosotros ya decidimos que no mantendremos lo nuestro como un secreto”

Es cierto ellos ya lo habían decidido.

 

Continuara...


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