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Nuestro deseo de crecer ni gakki por shanakamiya

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

Espero que les que este mes les haya ido bien n.n Y bueno los dejo con el fic. 

Capitulo diecinueve: Imprevistos.

 

El verano habia terminado y el segundo semestre habia comenzado.

El nuevo look de Cody llamo la atención de las chicas de la escuela, incluso las de grados mayores. Aun así, ya se sabia que Cody Hida ya no estaba disponible.

—Eh. A si que pasaste el verano con tu novia. Genial. —expreso el chico que respondía al nombre de Michii, con una sonrisa de ensueño.

—Si. Así es. Fuimos a muchas partes —contesto Cody.

—Bien —Umezawa el chico de la bandita en la nariz alzaba su pulgar en forma de aprobación.

—¡Ya vez! Y tú no eres capas de invitar a Suzumiya a salir —Kuromi habia hablado.

—¡C-callate! Estoy esperando el momento oportuno ¡Solo eso! —grito avergonzado el cabecilla del grupo, cruzo los brazos y desvío la mirada haciendo un puchero.

Todos se rieron, incluso Hida.

A Cody le parecía curioso. Recordó cuando Umezawa le pidió ser su intermediario entre Suzumiya y su amigo Michii. Sin embargo, al final el propio Umezawa era el que estaba enamorado de la castaña y no podía decírselo. Desde entonces Umezawa, Michii y Kuromi se juntaban de vez en cuando con él. Ya fuera entre clases o a la hora del almuerzo cuando Hitomiko no estuviera cerca. Momentos en que los dos últimos  no perdían oportunidad de jugarle bromas a Umezawa, quien al final terminaba gritando apenado. Y sin embargo cuando se quedaba a solas con Hida, juntaba las manos y suplicaba por que hablara bien de él con Suzumiya.

Hida por supuesto que lo hacia. Sin embargo siempre obtenía la misma respuesta de su amiga:

“—Como sea. Sigue siendo un tonto”

Cody aun lo seguía intentando.

—Hida ¿que piensas? —Kuromi lo saca de sus pensamientos con un par de codazos.

—Bueno… —su celular sonó llamando la atención de los otros chicos. Miro rápido el identificador, cubrió el nombre y dijo —. Tengo que contestar.

—¿Ah?

—Es que es mi novia —contesto y corrió al pasillo mientras sus compañeros le gritaban waku waku.

Hida contesto el teléfono.

Suspiro. Ambos su senpai y él se habían preparado para este día. De pensar solo en lo que pasaría esa tarde, le provocaba un nudo en el estomago. Pero ya estaba decidido. Hoy en la tarde, junto a su amado senpai, le confesaría a su madre la verdadera naturaleza de su relación.

Para cualquiera seria como un estúpido error hacerlo. Pero para ellos ya era necesario.

Eran muchos los motivos, no tenían que dar explicaciones.

Cuando Cody regreso a casa, espero. Solo espero.

Dio vueltas en su habitación, apretando el anillo de su colar entre su mano. Era poco decir que estaba nervioso. Tenia esa misma sensación, esa que se tiene cuando uno hace algo que es verdaderamente malo y tiene que confesarlo tarde o temprano.

Pero no era como si en verdad hubiera hecho algo malo. No habia robado o golpeado a alguien, ni siquiera habia cometido un pecadillo menor como reprobar una materia . No. Él solo amaba a alguien. Que ese alguien fuera mayor , no habia sido culpa de ninguno de los dos, como el que él fuera menor.

Miro el reloj. Su senpai vendría en treinta minutos.

Las rodillas le tiritaban y se le fue el aliento. Avanzo a la puerta y en cuanto tomo la perilla se quedo quieto unos segundos.

Habia tantos “peros” “comos” “y si” “no puedo” “pero es que” en su cabeza.

Cerro los ojos, solo para aspirar hondo y abrirlos rápidamente. Salió de su cuarto y a pasos lentos y asustados camino hasta su madre, que se encontraba en la cocina.

Ella preparaba la cena en ese momento, así que le daba la espalda, vigilando una olla en el fuego, mientras cortaba zanahorias en una tabla de picar.

El niño trago saliva y entreabrió los labios, la voz le tembló como si quisiera llorar, cerro fuertemente los puños y los ojos, respiro hondo y llamo:

—Madre —alzo un poco mas la voz y abrió los ojos llenos de seriedad— ¡Madre! Tengo que hablarte de algo.

Pero Fumiko Hida no volteo, siguió rebanando las verduras. Sin embargo contesto:

—¿Paso algo? La cena estará lista en una hora. Ve a tu cuarto.

—Es importante.

—Te escucho. De que se trata —ella no voltea—. Es sobre tu amiguita Suzu-chan.

—¡¿Que?! No. ella…

—Ella me agrada mucho. Suzu-chan me parece adecuada para ti.

—¿Adecuada? No, madre. A ella no le gusta que le digas así.

—¿He? ¿Por que? Si ella es adorable —parecía que Fumiko no quería escuchar—. Deberías invitarla mas a ella a la casa.

—Ella no quiere venir.

—No entiendo…

—¡Madre! —alzo tembloroso la voz el niño—. Tengo que decirte algo importante. Sobre Joe…

—¡Ha! —interrumpió nuevamente Fumiko—. Es sobre tus estudios ¿verdad?Vas muy bien en la escuela. Dentro de poco dejaremos de molestarlo. Ya no necesitarás ir a su casa.

—Sobre eso. Él quiere hablar contigo de algo.

—¿Enserio? No veo porque. Ya lo sé.

—¿L-lo sabes?

—Si. Quiere hablar de ti y Suzu-chan. Pero tu abuelo y yo, ya te hablamos de eso. No tienes porque preocuparte.

—No, madre. No es sobre eso —Cody se muestra serio y desvía la mirada —. Ademas ya te dije que ella y yo no…

—¿No que? ¡Hay hijo! Entonces se trata sobre otra chica. ¿es de tu clase?

—No.

—¿Es de tu escuela?

—No.

—Entonces del edificio —sonrío rebanando las verduras—. Quiero conocerla pronto. Debe de ser una niña hermosa.

—No madre. A mi… A mi no me gustan las niñas —dijo el menor casi en un susurro.

Solo se escucho el cuchillo sobre la tabla de picar y el pitar de la vaporera de arroz.

Fumiko Hida se quedo quieta sin hacer nada.

Durante unos segundos nadie dijo nada.

—Madre. Necesito decirte algo importante —el niño apretó la tela de su pantalón. La madre no dijo nada, no volteaba. El pequeño continuo— Joe y yo…

El celular del pequeño Hida comenzó a sonar en ese momento, lo saco de su bolsillo y lo miro.

Hubo otro silencio y el niño salió corriendo de la cocina hacia su habitación. Cerro la puerta y se recargo en ella.

En la pantalla del celular se leía:

“Lo siento. Perdóname.

No puedo ir hoy a tu casa.

No hagas nada.

Te lo explicare después”

Cody se llevo la mano al pecho y apretó el collar debajo de su ropa.

El corazón le latía acelerado y todo el cuerpo le temblaba acalambrado.

 

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A la vez Joe tenia el celular en la mano, el ceño fruncido y apretaba el puño con fuerza.

—Regrese, Joe.

—Hermano.

Shuu habia regresado de Kyoto como habia prometido y por lo mismo:

—¿Con quien hablabas?

Ya habia tomado medidas para que su hermano no siguiera cometiendo un error.

—Ese no es asunto tuyo.

—Por supuesto que lo es —Shuu arrebató el celular de las manos de su hermano.

—¡Dámelo! ¡Eso es mío! —intento recuperar el aparato y comenzó el forcejeo.

—¡No! Déjame ver —y entonces miro la pantalla, de fondo una foto de Cody sonriendo sentando en una banca en el parque —¡sigues con ese niño!

—El ya no es un niño —el menor de los hermanos recupero su teléfono y lo pego a su pecho.

—¿Que no lo es? Te di tiempo para que pensaras las cosas. Pero ya vi que no lo hiciste.

—No necesito pensar en nada. Yo lo amo.

—¡No digas semejantes disparates! —grito Shuu tan fuerte que resonó en toda la habitación.

—No lo son —lo fulmino retador, Joe.

—¿Me estas contestando? ¿que pasa contigo? Dime, ¿no te pones a pensar? Solo estas forzando a ese niño a tener una relación que no entiendo.

—Si lo entiende —afirma el menor con seriedad —¿por que eres tú el que no quiere entenderlo?

—¿yo? —se señalo Shuu sin poder creerlo— ¡Tú eres el confundido! Dime ¿que piensas hacer cuando todos se enteren de tu…. relación —formo una muesca de asco.

—¡No lo digas de esa forma! —contesto furioso. Si hubiera sido cualquiera ya lo hubiera golpeado. Sin embargo se trataba de su hermano… seguía siendo su hermano.

Pero Shuu habia olvidado eso. Aun en su terquedad solo siguió ofendiendo sin ningún escrúpulo.

—Cierto lo que tu tienes es… es una desviación. ¡Una perversión!

—¡No es una perversión!

—¡Estas teniendo una relación con un niño al cual ni siquiera le a llegado la pubertad!

—¡Cállate! ¡¿tú que sabes?! ¡déjame en paz! —Joe estaba en sus limites, luchando por no golpearlo —¡Yo pienso hacerme responsable de todo!

—¿Ha?

—Tú me preguntaste que iba a hacer cuando todos se enteraran de lo mío con Cody —agacho la mirada—. Ahora mismo iba a ir a su casa a decirle la verdad a su madre, a pedirle permiso como es debido. Como debí hacerlo desde un principio.

—¡Te volviste completamente demente! ¡¿Que crees que hará su madre cuando le digas algo así?! ¡Te meterá a la cárcel!

—¡No exageres! ¡Eso no pasara!

—Claro. Iras y le dirás: “Señora he salido con su pequeño hijo durante un año fingiendo que le daba asesoría. Y ahora quiero su permiso para seguir saliendo con él. ¡Que ridiculez!

—¡No lo es! Ademas… Ademas si lo siguiera escondiendo, es como si asegurara que estoy haciendo algo malo y sucio ¡Y eso no es así! —aseguro Joe apretando lo puños, siguió firme a sus ideas.

—¡Por favor. Reflexiónalo! —Shuu se acerco y lo tomo firme de los hombros preocupado —. Aun estas a tiempo. Olvídate de eso.

Sin embargo el menor de los hermanos le esquivo la mirada y contesto taciturno.

—Yo no tengo nada que reflexionar. Cody es la persona que yo quiero —lo mira a los ojos sincero— y lo único que queremos es quedarnos al lado del otro y tener una vida tranquila y feliz.

—No sabes lo que estas diciendo. Ya veo que no me dejas otra opción —la voz de Shuu esta llena de decepción. Suspira resignado y lo suelta en un movimiento pesado. Dio la espalda y busco en una de sus maletas.

—¿Que quiere decir? Ya te dije que no… —el mayor lo mira con desdén y le avienta prácticamente un folder lleno de hojas— ¿que es esto?

No espero la respuesta abrió la carpeta y dentro unas hojas junto a la foto de una bella mujer de unos veinticinco años, cabello castaño y ondulado, ojos del mismo color, vestida con un kimono morado.

—Se llama Shizuka Murasakibara. Es la hija de uno de los socios de nuestro padre.

Joe se quedo  estupefacto, le estaban diciendo lo que él creía. Shuu continuo— .Te concertamos un Omiai con ella dentro de unos días.

—¿Omiai?

El Omiai o Miai es una cita de concierto matrimonial. En donde dos desconocidos tienen citas amorosas acompañadas, con el objetivo de que estos contraigan nupcias.

—¡¿Que?! —sobra decir que el menor de los Kido estaba sorprendido— ¿Quienes?

—Padre y yo…

—¿Padre?

—Así es. Él esta preocupado por ti. Y no es para menos. Nunca sales, tiene pocos amigos, te la pasas aquí encerrado solo estudiando. Dime cuantas veces tuviste citas reales y… y no me refiero a cuando estas con ese niño —Shuu intento tranquilizarse, exponiendo sus preocupaciones a su hermano para hacerlo entender—. Mira, tú solo piensas que estas enamorado de Cody, porque siempre esta a tu lado. Porque es mas sencillo. Lo que necesitas es salir con una buena mujer. Una que te entienda, que sea cariñosa, que tenga cosas en común. Inténtalo, veras que cambiaras de opinión —coloco su mano en el hombro del menor, en verdad que creía en lo que decía.

—Hermano— Joe solo lo miro con lastima—. En verdad no quieres entenderlo ¿no es así?

—Quieras o no el Omiai ya esta planeado y lo llevaremos a cabo. Y sabes que si no vas meterás a padre en serios problemas con su socio del trabajo. O mejor aun, si no vas, yo seré el que le diga a la madre de Cody la verdad de ustedes —amenazo.

—Lo sé —Joe desvío la mirada preocupado. Su hermano sabia como doblegarlo.

—Bien entonces. Ya esta —sonrió Shuu amplio—, veras que cuando conozcas a Murasakibara te olvidaras por completo de ese niño.

—Te equivocas hermano —respondió el menor con seriedad y apartando las manos de su hermano de encima—. Podrás obligarme a ir pero, yo no voy a dejar de sentir o que siento por Cody.

Lo aparto y se marcho a su habitación.

 

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Fumiko Hida tiro la sopa que acababa de hacer, habia quedado excesivamente salada.

Lleno la olla con agua de nuevo y comenzó a cortar mas zanahorias y patatas. Las manos le temblaban, no podía sujetar correctamente el cuchillo y apretaba demasiado las legumbres.

No podía. No podía dejar de pensar en eso. Las palabras de su hijo de cierta forma la habían perturbado.

“A mi no me gustan las niñas”

Azoto el cuchillo y dejo las verduras. Se froto las manos una y otra vez con el delantal.

No habia sido como si su hijo le hubiera dicho algo malo. Es decir todos los niños llegan a decir. Pero, cuando Cody lo dijo, habia sido como si si un rayo le cayera, como si algo tuviera un enorme sentido a un hecho que siempre habia estado ahí, y del que no se habia dado cuenta.

—Pero que tontería —murmuro para si misma y siguió frotando sus manos con el mandil como si la suciedad no se fuera.

Su hijo, su siempre taciturno y callado hijo y el chico solitario que siempre habia estado allí con él. Los dos juntos… ¡Los dos juntos! —imposible— escupió apretando fuertemente el mandil.

—Fumiko ¿que ocurre? —el abuelo entro a la cocina preocupado.

—No —dijo ella claramente angustiada, distraída —papá…

—¿Que ocurre? Dime.

—Cody… Cody me dijo algo extraño hoy.

—¿Algo extraño? —el abuelo pareció sorprenderse por un leve instante.  Pregunto tranquilamente— y dime ¿que fue lo que te dijo?

—Me dijo que a él no le gustan las niñas —soltó con un nudo en el estomago.

—Ya veo.

—Papá yo…

—Cálmate Fumiko. No creo que sea algo tan grave. Cody ya es un adolescente y esta en una etapa difícil. Tal vez estas malinterpretado las cosas.

—Pero… —la mujer le miro suplicante.

—Yo hablare con él.

—¿Enserio? Gracias —una pequeña sonrisa se formo en sus labios.

—Pero —advirtió el abuelo con seriedad—. No crees que será bueno admitir lo que él quiere.

—¿He? —la madre se quedo quieta.

—Bueno. Iré a hablar con él —dijo el abuelo y se marcho.

 

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—¿He? Si. Entiendo. Mañana quieres hablar conmigo? ¡Aquí! Entiendo… si… si… —Cody contestaba rápido por el teléfono. Si bien cuando Joe lo llamo en un principio, el pequeño estaba enojado, pero mientras escuchaba las explicaciones de su senpai por el teléfono, ese sentimiento fue remplazado por uno de temor. Tenia un mal presentimiento por el tono de angustia de Kido.

Cody entendía que todo esto era muy delicado. Él tenia miedo, su senpai también.

Pero…

—¡Te amo! ha… te amo mucho. Te quiero— soltó con desesperación, algo dentro de él lo impulsaba en su nerviosismo.

“Yo también te amo, mi pequeño”

Escucho la voz de Joe por el otro lado del teléfono y se sintió tranquilo, por un leve instante dejo de apretar tan fuertemente su collar.

Tocaron su puerta.

—¡U-un momento! —grito. Y en el teléfono se despidió casi en un susurro—. Ya tengo que irme. Si, te esperare después de la escuela. Adiós. Te quiero.

Y colgó.

Volvieron a llamar a su puerta.

El niño guardo el celular:

—A-adelante —abrieron la puerta y dijo sorprendido—. A-abuelo ¿ocurre algo?

—¿Todo esta bien, Cody?

—¿Que? Si. Todo esta bien ¿porque? —contesto nervioso.

—Tú madre esta preocupada por ti.

—¿Preocupada? —el niño agacho la mirada angustiado, con culpa—. Supongo que es mi culpa, por no ser lo que ella esperaba.

El abuelo abrió lo ojos sorprendido. Entonces si se trataba de lo que el pensaba.

—Cody— se acerco a su nieto y se sentó a su lado—. Sabes. Quiero contarte algo de cuando yo era joven.

—¿He?

—Creo haberte explicado antes como conocí a tu abuela.

—Si.

—En ese entonces ella tenia quince años y yo veintiuno. Yo era un chico muy tímido, tenia miedo de que si me acercaba a ella la lastimaría. Ademas ella era una chica muy bella y tenia varios pretendientes. Por otra parte yo comenzaba como aprendiz de policía en el pueblo y tu abuela estaba aun estudiando la secundaria.

Pero un día… ella me arrollo con su bicicleta en una de las bajadas de la colina, en la que era la avenida principal —recordó y río ampliamente—. Y en ese momento todo fue instantáneo. Ese día fuimos caminando hasta su casa y platicamos. Teníamos muchas cosas en común, a pesar de la diferencias de edades. Al día siguiente, a modo de disculpa me llevo el almuerzo a la estación. Y así fue el siguiente, y al siguiente. Cuando nos dimos cuanta ya estábamos profundamente enamorados y le habia propuesto matrimonio. Je je je.

—Abuelo…

—Sin embargo —Shikara cambio su tono a uno mas serio y su sonrisa se borro —lo padres de Nobuko no sabían de lo nuestro. Creo haberte explicado  que en ese entonces era un poco mas normal que las parejas se llevaran unos años, pero tus bisabuelos eran una excepción. Me refiero a que ellos eran muy estrictos con ella. Sabíamos que nunca aceptarían lo nuestro. Yo solo era un joven que aspiraba a ser comandante y no tenia que ofrecerle a ella. Pero tu abuela, aun así permaneció a mi lado.

Cuando ella se gradúo  de secundaria. Solo queríamos estar juntos. Así que ideamos un plan… escariamos juntos a la capital.

—¿Escapar?

—Así es. Nobuko y yo escapamos. Bueno en realidad solo fue un intento. Esa noche nos reunimos cerca de la que era mi casa en ese entonces y caminamos durante horas hasta llegar a la única estación de autobuses. Pero cuando llegamos ahí, al estar esperando el autobús, nos quedamos dormidos.

Al día siguiente los padres de Nobuko nos encontraron y se armo un escándalo.

Tus bisabuelos nos separaron. Encerraron a tu abuela y se negaron a que yo la viera.

Era un pueblo pequeño así que se corrieron rápido los rumores: “Un policía novato robándose una estudiante”

Mi trabajo estuvo en riesgo. Si no fuera por el comandante que tenia en ese entonces probablemente me hubieran despedido.

Para tu abuela también fue difícil. Todos en el pueblo decían cosas desagradables de ella, que eran mentira. Y cuando no estaba fuera, se la pasaba encerrada en su habitación —el abuelo cerro los ojos y suspiro.

Cody por su lado temblaban en su lugar, agachando la mirada.

—Pero —reanudo su abuelo—. Yo nunca me di por vencido. Ni tu abuela tampoco. Nos amábamos tanto que seguimos en contacto, aveces me dejaba notas escondidas en ciertos lugares en el pueblo cuando iba a la escuela y yo le contestaba. Otras veces yo pasaba en mi bicicleta frente a su ventana. Aun que a tus bisabuelos no les causaba nada de gracia —ríe apacible—. Así fue fue hasta que tu abuela termino la preparatoria. Para ese momento yo habia dejado ser un novato y ganaba el dinero nesesario. Lo primero que hice fue ir a la casa de Nobuko y pedir su mano.

A tus bisabuelos no les agrado la idea en un principio, incluso tu bisabuelo me hecho de su casa. Pero al final lo aceptaron después de mucha insistencia. Ja ja ja —el abuelo observo como su nieto formaba una pequeña sonrisa—. Nos casamos y nos mudamos a la capital al poco tiempo. Y después de un año fuimos bendecidos con tu padre Hiroki.

—En verdad amabas  mucho a mi abuela.

—Así es —contesto Shikara, se levanto y fue a la puerta.

—Pero… —Cody se quedo mirando curioso—. Abuelo. Porque me cuentas todo eso ahora.

—Me lo pregunto yo también, Cody —abrió la puerta— ¿Quien sabe? Tal vez si tu abuela y yo no hubiéramos tomado esas aciones tan precipitadas, nos hubiéramos evitado mucho problemas y hubiéramos tenido vidas mas tranquilas.

—Abuelo…

—Sin embargo también sé que si no nos hubiera ocurrido todo eso. Nuestro amor no hubiera sido tan fuerte.

Y con esto ultimo el abuelo se retiro, dejando a Cody pensando.

 

Continuara...

Notas finales:

Bien eso es todo por ahora.

Respecto al fic: El omiai o miai debe de entenderse mas como una cita ciega y arreglada, que como un matrimonio arreglado, que ese es el error basico en el que se cae cuando escucha ablar de el. En Japon este tipo de citas a ciegas son comunes, ya que despues de una cierta edad no estas casado es mal visto, por el consepto de familia que se tiene muy sublimado. Si bien estas citas se toman con seriedad y son hechas con el unico motivo de contraer matrimonio, Las partes involucradas pueden rechasar a la otra y decir ssiguiente. Pero tambien es cierto que existe mucha precion de parte de la familia para que estos acepten el matrimonio. Espero que con esto quede un poco mas claro lo que es u.u

Bueno nos vemos hasta la proxima n.n


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